En Canadá se educa en la idea de que no hay diferencias de raza o religión

América del norte/Canadá/04 Novirmbre 2017/Fuente: La voz de Galicia

El Woodroffe High School de Ottawa, en Canadá, tiene 860 alumnos de setenta nacionalidades diferentes y se hablan más de 57 lenguas. En ese centro acaba de vivir una experiencia muy enriquecedora María Teresa Corral, jefa del departamento de inglés del IES As Telleiras, de Narón, en el marco de una actividad de formación organizada por la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria, consistente en itinerarios formativos para la mejora de la competencia lingüística y comunicativa en lengua extranjera. Su compañera de instituto Mercedes Rodríguez Calvo, también profesora de inglés, vivió la misma experiencia, pero en su caso en el Glebe Collegiate Institute, también en el distrito escolar de Ottawa.

Las docentes naronesas coinciden en señalar que el lema de todos los institutos de Canadá es la educación constante en valores de respeto y tolerancia. María Teresa pone el ejemplo del centro en el que estuvo en esta ocasión -fue su tercera experiencia en Canadá- en el que trabajó con profesores que impartían clases de alfabetización en inglés para alumnos recién llegados o que llevaban poco tiempo viviendo en ese país. «Casi todos ellos proceden de países con conflictos bélicos, por lo que su experiencia personal tiene que haber sido muy dura, y su objetivo principal es llegar a adquirir un conocimiento suficiente del idioma para acceder al mundo laboral», señala la docente. Añade que «en todo momento se les educa en la idea de que en Canadá no existen diferencias de raza o religión, independientemente de la procedencia de tu familia». Cita como una de las curiosidades el hecho de que al inicio de las actividades lectivas del día se escucha y se canta siempre el himno nacional, apostillando que «el respeto por las instituciones, la bandera y el himno son sagrados para ellos».

Destaca, asimismo, que los alumnos expresan libremente sus opiniones y no tienen reparo a la hora de intervenir en la clase y exponer trabajos o debates. «Trabajan de forma autónoma, normalmente en grupos de cuatro o cinco, buscando información para cualquier tarea, y el profesor es más un guía que un transmisor de conocimientos», manifiesta María Teresa, añadiendo que para obtener el título de secundaria tienen que realizar obligatoriamente 40 horas de servicio a la comunidad.

Por su parte, Mercedes Rodríguez Calvo, participó como observadora en el Glebe Collegiate Institute. Es uno de los más antiguos de Ottawa, ya que se fundó hace 90 años, cuenta con 1.450 alumnos y 115 profesores y goza de un gran prestigio a nivel nacional e internacional. También en esta caso llama la atención la mezcla cultural de etnia y de religiones, y sus instalaciones cuentan con una piscina interior climatizada, cuatro aulas de diseño, dos salas fitness y un auditorio de 1.190 plazas. En cuanto al sistema de enseñanza, Mercedes destaca la potenciación del trabajo en equipo y colaborativo. «A diferencia de nuestro sistema, el alumno es el protagonista de su educación y el profesor basa las clases en tareas, trabajando principalmente con proyectos», señala la docente naronesa. Otra diferencia notable es que los exámenes tienen un peso en la nota final de solo un 20 % y el curso se divide en dos semestres, en cada uno de los cuales solo se estudian cuatro asignaturas.

Fuente: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/ferrol/naron/2017/11/01/canada-educa-idea-diferencias-raza-religion/0003_201711F1C12992.htm

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