Antiimperialismo: Elemento Estratégico en el Plan de la Patria para Formación del Nuevo Ser Humano Humanizado

Por: Yoselin García

RESUMEN

La Ley del Plan de la Patria se inició precisamente con la construcción colectiva de una visión de desarrollo humano, económico, social, cultural, educativo, y además del legado del Comandante Chávez constituye la carta de viaje de un modelo de sociedad más justa, más igual y más humana. Todo esto a la luz de consideraciones conceptuales que destacan en el discurso político de Hugo Chávez y su pensamiento emancipador, elementos dentro de un sistema de valores que incorpora el anti-neoliberalismo, el anti-capitalismo y por supuesto el anti-imperialismo, desde la ética socialista arraigando valores de solidaridad y sobre todo sustentabilidad que promueva la preservación de generaciones futuras, sin imperios que las domine, ni pueblos que se sometan. Así como, a América Latina como una zona de paz, garante de los derechos humanos fundamentales y en donde se pone de manifiestos el diálogo y la articulación y cooperación internacional de pueblos hermanados a través de la Celac, Alba, Unasur, Petrocaribe, Mercosur, y todas aquellas instituciones creadas para coadyuvar a potenciar a esta región en lo social, mitigando las desigualdades, en lo político, mediante nuevas relaciones de carácter ideológico antiimperiales, en lo educativo, como brújula para la formación, no sólo del futuro sino del hoy, y en lo económico, para fortalecer a las diversas regiones según sus oportunidades. El análisis que se pretende busca evidenciar cómo está impregnado el Plan Patria de los valores inexorable del “Chávez: Pedagogo-emancipador”, además de como se evidencia la noción de antiimperialismo como forma estratégica de irrupción al sistema capitalista y donde la formación del ser humano humanizado motorice las transformaciones necesarias que marquen el <no retorno>.

Palabras Clave: Discurso Político, Antiimperialismo, Plan Patria, Ser humano humanizado.

PRESENTACIÓN

Es entonces como, el lenguaje y la sociedad deviene en un proceso dialógico y dialéctico que, sin lugar a dudas, enmarcan el contrato social (Charaudeau, 2013) en donde se desarrolla lo histórico, lo cultural y lo político y que resulta vinculante al lenguaje, al poder y la ideología (Gramsci, 1971; Fairclough, 1992). Esta combinación que resalta, a grandes rasgos, de cómo se establecen las posturas que se asumen desde el poder y su discurso para la transformación profunda, permanente y continua del imaginario colectivo que, per se, se inscribe en un sistema de creencias socialmente compartidos (Méndez, 2006) y que atienden a necesidades colectivas.

Estas conjeturas circunscriben el rompimiento de los estándares discursivos en los que se han suscritos los 40 años del denominado puntofijismo, y que desde el nacimiento a la escena política de Hugo Chávez evidenció un quiebre decisivo en las estructuras discursivas y procesuales del contexto político venezolano, en términos de las posturas asumidas no sólo desde el discurso sino de su accionar, lo anterior, relacionado a conceptos como: soberanía, emancipación, liberación, autodeterminación, etc. Por lo que el discurso como suceso comunicativo (Van Dijk, 2000), político en lo general, se caracterizó por mantener una continuada hegemonía comunicativa en la que las formas de sometimientos lingüísticos constituyeran una práctica natural de los gobernantes que se radicaliza como un mal que reproduce la mass-media nacional e internacional.

Sin embargo, la contextura y la textura del discurso político de Hugo Chávez plantea un discurso emancipador, usado a favor de las clases oprimidas, de las grandes mayorías, y en contra de los grupos que sustentan el poder económico, mediático e ideológicamente prestos a la neo-colonización y expansión del capitalismo.

El discurso de Chávez no sólo se enraíza en un constructo eminentemente social que propone a través del discurso el cambio de esquemas mentales, de la dominación, por el reconocimiento de un proceso de argumentación política en la esfera pública (Biardeau, 2003) que logre cambios substanciales para el pueblo venezolano, sino también propone un nuevo orden desde el discurso, argumentando desde el elemento político nuevas formas de sustentar y dinamizar el modelo de desarrollo social productivo como única vía de resolver los problemas desde lo colectivo, enmarcado en un sistema de creencia y valores, donde el ser humano motorice las transformaciones necesarias que marquen el ˂no retorno˃.

Para interpretar el pensamiento y acción de Hugo Chávez, resulta imprescindible revelar lo que para Biardeau (2014) resulta la formación compleja (no sustituyentes) que ha tenido de manera sostenida a lo largo de los momentos históricos durante los períodos de gobierno, y que la autora comparte, como elementos fundamentales y notables para el estudio en desarrollo acerca de las nociones esenciales de su discurso así como dentro de la Ley del Plan de la Patria. Elementos como:

  • El Nacionalismo Revolucionario Bolivariano de fuerte contenido anti-Neoliberal,
  • El Anti-Imperialismo y la Liberación Continental de Nuestra América, (y)
  • El Anticapitalismo y la construcción del Socialismo Bolivariano del siglo XXI, adecuado a las particularidades venezolanas

Son tres fórmulas para leer, groso modo, las nociones trascendentales de un discurso que se ha mantenido firmemente en defensa de un modelo que consolide estos preceptos y que sean continuados en el tiempo, como se fundamenta a través de la Ley del Plan de la Patria, que sin lugar a dudas, marca el camino que trasciende de un modelo rentista y mono-productor a la consolidación del nuevo proceso generador de la diversificación de actividades en lo económico, en los social, en los cultural, y que pretenda la transformación del ser humano glocalizado y eminentemente humanizado.

Objetivo primario para el análisis propuesto, implica la caracterización de la noción de Antiimperialismo como factor estratégico en la consolidación del Socialismo y la formación del nuevo ser humano que se sustente en valores demarcados en los cinco objetivos del Plan Patria, así como, las generalidades que implica las reflexiones del discurso del comandante, y que refiere a la postura plena, y sin vacilación, de una ideología que denota contundentemente el rumbo estratégico de la revolución bolivariana en el marco de las relaciones multilaterales y muticétricas con los países de la región y el continente.

En segundo lugar, la unidad de análisis constituye el conjunto de propiedades lingüísticas y textuales (Maingueneau, 2002:44) seleccionados a partir de la Ley, y que al unísono de una línea histórico-discursivo 1992-2012, de acuerdo a momentos coyunturales que signaron el discurso político antiimperialista de Chávez, y que refiere a un fenómeno explicado causalmente por su contexto sociopolítico, evidenciando la línea histórica sostenida de la noción de antiimperialismo que nutrió, sin lugar a dudas, el camino hacia la construcción teórico-práctico de la soberanía y la autodeterminación del pueblo venezolano.

 EPÍGRAFE I

CHÁVEZ: ¡ÉSTA ES UNA REVOLUCIÓN ANTIIMPERIALISTA!

“Imperialism is an extreme form of international

hierarchy in which the colony is, in principle, a subject

of the dominant state”

Lake (2001).

Los discursos políticos a lo largo de la vida republicana venezolana son descritos, a grandes rasgos, por una estructura discursiva que hila entre la frecuencia de estrategias que obvian, de hecho, lo complejo de la realidad social y un discurso que propicia y garantiza las hegemonías a través de los latifundios mediáticos (Colotti, 2012).

El abuso del poder lingüístico y una uniformidad del orden discursivo (Fairclough, 2008), concebido desde el bipartidismo (40 años del pacto del puntofijismo) como lo que “hay que decir” y “cuando haya que decirlo”, es decir, una suerte de “mercado lingüístico” (Bourdieu, 1991) que responda a los intereses de grupos de poder creando un espacio virtual, contradiciendo a la realidad social para reproducir la dominación.

Hugo Chávez, irrumpe abruptamente con los paradigmas existentes mediante su discurso adentrado al imaginario colectivo del pueblo venezolano, estableciendo un sistema de valores y principios o máximas que reflejan el antagonismo entre modelos de gobiernos anteriores y un nuevo sistema social.

Precisamente estas afirmaciones son consolidadas a partir de de la Ley del Plan de la Patria que destaca a grandes rasgos la incorporación de nuevo elementos discursivos y definidos desde la concepción política del direccionamiento del estado hacia elementos como: La Independencia, El Socialismo Bolivariano, País Potencia, Mundo Pluricéntrico y Multipolar y, sobre todo, La Especie Humana resulta un conjunto de conceptos que se desprenden de la totalidad que implica un nuevo modelo de desarrollo, pero también van orientados hacia la plena libertad y emancipación de los pueblos que eminentemente refiere una la alternativa de los pueblos del Sur al sistema capitalista imperante.

En este sentido, estas características lingüístico-sociales se fundamentan gracias a las contradicciones del hecho que deviene las demagógicas estrategias discursivas que antes de Chávez se ejercían desde el poder político en Venezuela, y que, son puestas en relieve y develadas frontalmente por un discurso político que cohesiona las prácticas gubernamentales con las necesidades reales del pueblo venezolano y el reordenamiento de la fuerza productiva hacia la planificación de un estado en beneficio de las mayorías sociales.

Chávez logró que a través de la praxis y su discurso político la transformación profunda de las estructuras sociales, comunicacionales, mediáticas, culturales, económicas e históricas y hasta de producción e interpretación de los contenidos, creó nuevas formas de abordaje de la realidad a partir de la participación colectiva y activa del pueblo y condensado en el Plan Patria.

Este proceso de cambio de la lógica del capital (Lanz, 2005), y, además, del capital lingüístico (Rossi Landi, 1970), hacia un modelo de desarrollo representado en la Ley, ha determinado cinco (5) áreas de crecimiento como garantía de paz en la región y el mundo. Sin embargo, también ha representado apelaciones de actores políticos de orden no solamente nacionales, sino también internacionales, que ven en la figura de Chávez y la Revolución Bolivariana, el “enemigo” de los intereses del poder hegemónico global.

Es por esta razón, entre otras tantas, por qué la noción de antiimperialismo resulta la bisagra que integra y encuadra las áreas que se aborda desde el Plan Patria y la que determina esencialmente uno de los valores fundamentales para el sostenimiento de este modelo social, político, económico, cultural y educativo, que significa la formación del nuevo hombre y la nueva mujer, pero bajo la mira del reconocimientos de todos como iguales, como humanos.

El análisis que se procura, busca no sólo describir, cercano a la precisión, las estructuras y estrategias del discurso político, en este caso particular una parte de ella: la noción de antiimperialismo, o al menos cómo es concebida por el líder de la revolución bolivariana en el Plan Patria, sino también cómo se aborda la tematización (Charaudeau, 2001) de una problemática mundial, en la que Chávez formula, desde el discurso, una crítica con impacto global encaminada a revelar las pretensiones de grupos de poder que legalizan las prácticas de dominación y neo-colonización mediante nuevas formas de legitimación política y mitigación de las acciones reales que han hecho un mundo más desigual, además cómo la educación ha sido un pilar fundamental de esta revolución. Así como plantea, con la misma intensidad acusatoria, nuevas formas emancipadoras de construir la integración de los pueblos de América Latina y el resto de las naciones en el mundo.

Para definir el discurso político, resulta pertinente definir inicialmente lo que se detalla como “Discurso”, esto en dependencia del aspecto teórico, práctica discursiva o relación psicosocial, de cualquier manera, en palabras de Fairclugh (2008:172) es:

Una categoría empleada tanto por los teóricos y analistas sociales (e.g. Foucault 1972; Fraser, 1989) como por los lingüistas (e.g. Stubbs, 1983; van Dijk, 1987). Como muchos otros lingüistas, (…) el término ‘discurso’ (refiere) al uso lingüístico hablado o escrito, (…) al uso lingüístico como discurso, (…) como una forma de práctica social, con una orientación informada por la teoría social.

Esto entonces, establece la relación entre la estructura lingüística y la estructura social de los discursos asociados constantemente a las formas de representarse entre movimientos sociales, instituciones, grupos, roles, situaciones comunicativa, relaciones o abuso de poder o la toma de decisiones políticas, por una parte, y las estructuras del discurso, por la otra (Fairclough, 1989, 1992; Kedar, 1987; Kramarae, Schulz y O’Barr, 1984; Kress, 1985; Ng y Bradac, 1993; Wodak, 1989).

Asimismo, también se debe explicar esta condición de “lo político”, que se asume mediante la posición de Apaolaza (1997) en Petr Koutný (2006) que la define como “un instrumento del poder” por lo tanto, en su sentido más amplio, este tipo de discurso, el político, destaca no sólo las relaciones de poder sino cómo estas son ejercidas desde quién maneja y controla el poder político.

En general, el discurso político no sólo comunica sino que busca, insta e intenta la persuasión a través de la argumentación del contenido, manteniendo una posición de autoridad, es decir, “convencer al otro de que es afín a lo dicho” o que comparte el mismo sistema de creencias, para resultar en una forma persuasiva que “logre que el otro actúe a consecuencia de lo dicho”. Esta lógica se produce, entre otras cosas, por el surgimiento de un orden global del discurso y muchos de sus cambios y características tienen un carácter cuasi internacional (Fairclough, 2008).

Justamente, Chávez enfatizaba en su discurso la distinción del “nosotros” como los militantes al proceso bolivariano y antiimperialista, éste último como parte del sistema de creencias compartidas del grupo mayoritario al que representaba, por un lado, y por el otro, la mitigación del “ellos” (Van Dijk, 2000) como el bloque opositor tanto de los grupúsculos endógenos como a las potencias extranjeras transnacionales.

Sin embargo, teóricamente en la estructura estratégica del discurso político de Chávez en el Plan Patria, resulta pertinente describir la concepción de “Imperialismo” para poder adentrarnos al menos, a la esencia del Antiimperialismo de Hugo Chávez, como consecuencia de un proceso socio-histórico en la que esta noción sustenta su razón de ser a partir de dos elementos fundamentales evidenciados en su discurso: La No-Injerencia y el sistema de No-Intervencionismo a los pueblos de Nuestra América.

Los aspectos políticos del imperialismo, surgen siglos atrás como lo explica D. A. Lake (2001) en uno de sus artículos: Imperialism: Political Aspects, en el que resalta que constituye:

…one of the oldest known political institutions, characterizing relations between peoples in ancient Mesopotamia, China, and Rome through modern Europe. It includes both rule within relatively contiguous areas- as in the Habsburg and Ottoman Empires- and the overseas colonies held by various European states after the age of discovery (p. 7232).

Justamente, esta antigua práctica hoy sido rehabilitada “plena y cándidamente como un régimen político de alto valor, modernizante y civilizador” (Chomky, 2004), es decir, resulta en una suerte de importación de una pseudo “democracia” en la que la máxima fundamental (Bell, 2004) considera que: “-the more Democracy the more freedom- the more freedom the less communism- the less communism the more democracy-”, una visión que ha sido tomada como bandera, por ejemplo, para la militarización velada a escala planetaria (Castro Ruz, 2004), y que mediante su discurso el comandante Chávez fue militante de la denuncia oportuna en lugares estratégico que permitieron evidenciar esta pretensión del neo-imperialismo ahora norteamericano.

Las ideas de la Ley Plan Patria se sustentan en el pensamiento de Simón Bolívar, entre tantos otros; y Chávez como leal y fiel a la ideología bolivariana, demuestra a través de su discurso político que la lucha anti-capitalista, anti- neoliberal y antiimperialista no es para nada nueva, sino que arrastra las evidencias de siglos de un sistema político de dominación de los pueblos, en el que el abuso lingüístico ha constituido uno de los elementos más trascendental en la vida política mundial, y que a través de la reproducción del modelo educativo se cimenta los bastiones que desmontan el sistema capitalista y se construye no sólo un nuevo sistema de alto contenido social, sino que mediante los preceptos de una educación con valores de igualdad, pertinencia, solidaridad y hermandad se inicia el proceso de cambios y transformaciones que este planeta necesita.

El Chávez antiimperialista, pedagogo-emancipados en el Plan Patria, resulta siempre manifiesto en cada uno de los Objetivos Históricos que delimitó como carta de navegación por los mares de un sistema impregnado de desigualdades, desde los países globalizados hacia las grandes mayorías sub-colonizadas, explotadas y saqueadas por poderes transnacionales.

Chávez comienza a reinventar, desde el verbo, es decir, desde la acción, la construcción de espacios de debate y argumentación política sobre elementos relacionados a la estabilidad social, la soberanía y la integración del país con la región, pero manteniendo la firme tesis de que un imperio “virtual” o “menos malo” estaría erigiéndose con mayor fuerza en el mundo; que según el mismo Chávez (2004) era definida como:

[Un imperialismo] que, supuestamente, ya no necesita de invasiones territoriales, sólo de la penetración de los mercados a través del neoliberalismo, (…) un imperio que se establece de manera muy suave a través de internet o mediante las bolsas de valores, la deuda externa, (…) en resumen, ese supuesto imperialismo “menos malo” estaría destinado a ser como el gran policía del mundo, el gran padre universal; duro pero con rostro humano.

Esas formas veladas de ejercer presión e imponer un modelo neoliberal en el siglo pasado, y además reproducidas en este siglo, habían fracasado y han fracasado como sistema de gobierno en los países del mundo, basta con evidenciar las cuatro guerras en Irak, Afganistán, Libia y ahora en Siria, en menos de veinte años que han coadyuvado a desencadenar sobre países en los que la lucha por los recursos naturales no permite el reconocimiento de pueblos que son destruidos gracias a pretensiones hegemónicas.

Por tal razón, Chávez (2004: 38) declara que la revolución había entrado en su etapa “Antiimperialista”, es decir, obligada a la profundización y consolidación de un nuevo gobierno cuya máxima estrategia sea la transferencia de poder y conocimiento al pueblo para así, “derrotar las cadenas de su pobreza” (2004: 26), de las desigualdades y ha ampliado las oportunidades de acceso masificado a la educación a través de los programas sociales que se comunaliza cada vez más, en este sentido, esta suerte de semiosis social entre el discurso antiimperialista y las consideraciones que devienen del Plan Patria, constituyen el factor fundamental para el recorrido histórico de la Revolución Bolivariana.

EPÌGRAFE II

NOCIÓN DE ANTIIMPERIALISMO EN EL DISCURSO POLÍTICO DE HUGO CHÁVEZ EN LA LEY DEL PLAN DE LA PATRIA PARA LA FORMACIÓN DE UN NUEVO SER HUMANO HUMANIZADO

“(…) Sólo por el rumbo y el camino de la Revolución Bolivariana seguiremos triunfando, seguiremos venciendo, seguiremos garantizando y construyendo la independencia nacional y el socialismo en Venezuela, y convirtiendo nuestro país en una potencia para la vida y contribuyendo a crear la gran potencia suramericana a Latinoamérica, como zona de paz. Tenemos que convertir a Venezuela en una zona de paz, y contribuir a que América Latina y el Caribe se conforme como una zona de paz, que se acaben aquí las guerras, las invasiones y los conflictos, y luego la salvación de la especie humana”

Chávez (2012)

Lo esencial del discurso político, en lo general, y en lo particular, el de Hugo Chávez, al menos desde las presunciones de la autora y como componente necesario para el desarrollo de esta investigación, se evidencia a través de la interpretancia del contexto total del discurso, pero también de las situaciones que coadyuvaron a la producción del mismo y en los momentos históricos y de coyuntura política en la que se emitieron, y en consecuencia, las definiciones significativas de contenido ideológico a las que dieron lugar.

Resulta menester destacar que el Plan Patria surge en una nueva etapa de la revolución, en la que debía ser un continuo de los Planes de desarrollo anteriores, pero a su vez debía “buscar traspasar la barrera del <no retorno> (…), lo viejo debe terminar de morir definitivamente para que el nacimiento de lo nuevo se manifieste en toda su plenitud” (Chávez, 2012).

El Plan Patria fue diseñado gracias a la consulta pública realizada por el comandante Hugo Chávez que impulsó 11.412 asambleas que iniciaron el debate y sistematizaron las más de 10.800 propuestas, está constituido además, por Objetivos: históricos, nacionales y estratégicos-generales, a diferencia del Plan de Desarrollo “Simón Bolívar”, que lo precedía y que estuvo enmarcado por siete (7) grandes líneas y por los 5 polos de desarrollo de la Agenda Alternativa Bolivariana, pero que resumen las áreas permanentes en las que Venezuela debía avanzar para trascender desde la perspectiva del ayer y en la planificación del mundo del mañana.

En la figura que abajo se describen muestra cómo las manifestaciones léxicas componentes del discurso en el Plan Patria se concatenan e integran articuladamente con la noción de antiimperialismo propuesta por el Comandante Chávez y que apuntalan a la formación de un ser humano que defienda los principios fundamentales como la vida, el trabajo, la salud, la educación, la igualdad, en definitiva para la convivencia de la raza humana.

Fig. Nº1: Relación léxica del Plan Patria con la categoría Antiimperialismo.

  • EVIDENCIAS DE LA NOCIÓN DE ANTIIEMPERIALISMO EN LOS OBJETIVOS HISTÓRICOS Y LAS PROPUESTAS PARA LA FORMACIÓN DEL SER HUMANO HUMANIZADO
    1. OBJETIVO Nº1: Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 años: La Independencia Nacional.

En este objetivo Chávez destaca la importancia de crear condiciones que permitan la defensa de la soberanía no sólo concebida desde los recursos naturales sino también desde las oportunidades de desarrollo a través de lo científico-tecnológico, en función de la innovación de nuevas formas de apropiación del conocimiento, no para generar la mercantilización de la educación sino como forma de la descolonización del pensamiento que reproduce las formas de dominación no sólo desde el lenguaje sino de las prácticas hegemónicas que aún se ejercen sobre nuestro país.

La independencia no sólo constituye un elemento vital para el sostenimiento del Socialismo en Venezuela, sino también para el fortalecimiento de valores arraigados en el antiimperialismo como vía para formar a un nuevo pueblo, que no persiga la colonización como medio de expansión sino la cooperación y la vinculación entre países hermanos para el desarrollo de naciones, que eleven las condiciones de vida con base en la liberación de los pueblos.

Esto permitirá un nuevo orden que logre fortalecer el aparato productivo, la soberanía agroalimentaria, el nacionalismo y el nuevo modelo de transformación dinamizado entorno al crecimiento y desarrollo del ser humano para procurar la defensa integral de la patria.

  1. OBJETIVO Nº2: Continuar construyendo el Socialismo Bolivariano del siglo XXI, en Venezuela, como alternativa al sistema destructivo y salvaje del Capitalismo y con ello asegurar la “mayor suma de seguridad social, mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad” para nuestro Pueblo.

Este objetivo remite gran importancia debido al contenido antiimperialista que se promueve desde el Plan Patria; muestra cómo resulta menester erradicar los anti-valores de capital como forma de práctica social, que ha hecho que en lugar de aprovechar los recursos materiales y naturales propios en bienestar de las grandes mayorías; las guerras mediáticas como previo a una invasión extraterritorial constituyen las acciones que devienen de la expansión del capitalismo y de cómo las hegemonías del sistema capitalista erigen la deslegitimación de sistemas democráticos de gobierno a través de laboratorios mediáticos que resultan en una especie de detonante para la imposición del neoliberalismo como sistema político.

El Plan Patria orienta hacia el fortalecimiento de un sistema que permita la consolidación del poder popular y que los valores imperantes sean de justicia, de equidad, de solidaridad, de ética socialista, que permita la no explotación del hombre por el hombre, sino que permita crear espacios de convivencia, que alienten a nuevos sistemas de producción que dignifique al trabajo como un valor inexorable a la vida humana; construyendo un nuevo estado Socialista bajo el principio de “Mandar Obedeciendo”.

Esta ley retrata definitivamente que la formación del nuevo ser humano precisamente pasa por el hecho que deviene la promoción de la revalorización de la cultura del saber y el trabajo como proceso de transformación social que procura un nuevo sistema de creencias, de ideas, de praxis que refieran a la concepción de un nuevo estado donde la participación protagónica sea la del pueblo empoderado de sus instituciones y de sus leyes como gobierno comunalizado, pero como ejercicio de democracia corresponsable del proceso gestado como alternativa a las necesidades evidenciadas del Capitalismo, para el buen vivir de las naciones del mundo.

El énfasis que el líder de la Revolución Bolivariana colocó en este objetivo revierte una importancia de carácter planetaria, puesto que quienes sostienen el poder hegemónico mundial son los mismos países que manejan el sistema financiero mundial, las tecnologías, los sistemas educativos más desarrollados, pero con tazas de desempleos y de pobreza muy altas, que juegan con la percepción del mundo globalizado a través de la mass media y que no muestran con claridad la realidad de pueblos sometidos a esa mano imperial que emula a mundo desarrollados cuando se les olvida que el motor que mueve al mundo es la humanidad.

En Venezuela, este objetivo se fortalece con la transferencia de competencias a los distintos sectores que hacen vida en las comunidades, en los diferentes programas educativos que se desarrollan para el bienestar social, en la reorganización de la administración pública que se adecua cada vez más a las realidades locales, sin embargo, hay mucho por hacer en la conceptualización del antiimperialismo para comprender que es un valor que permea a todas las prácticas diarias.

  1. OBJETIVO Nº3: Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la gran potencia naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en Nuestra América.

Este objetivo revierte trascendental importancia debido a la diversificación de la actividad productiva y la incorporación de nuevas áreas de desarrollo que permita a Venezuela elevar las condiciones de vida, así como aliente al alejamiento del patrón mono-productor y rentista e inicie un nuevo tiempo de balance entre el campo petrolero y la optimización de recursos naturales e inclusive la maximización del espacio tecnológico, a través de la transferencia de conocimiento mediante los diferentes convenios con países de otras latitudes, como bases materiales para la felicidad plena del pueblo y en donde el ser humano sea partícipe de este proceso de cambio y sobre todo, actor activo transformador de realidades.

En este sentido, resulta menester destacar que este objetivo plantea con base en el pensamiento de Chávez, la fusión entre las fuerza militares y el pueblo, uno como parte del otro, para el respeto a la soberanía y defensa de la nación en el marco de las relaciones de nuevos espacios de concreción y reconfiguración de América Latina como una zona de paz, garante de los derechos humanos fundamentales y en donde se pone de manifiestos el diálogo y la articulación y cooperación internacional de pueblos hermanados a través de la Celac, la Alba, la Unasur, Petrocaribe, Mercosur, y todas aquellas instituciones creadas para coadyuvar a potenciar a esta región en lo social, mitigando las desigualdades, en lo político, mediante nuevas relaciones de carácter ideológico antiimperiales y en lo económico, para fortalecer a las diversas regiones según sus capacidades.

  1. OBJETIVO Nº4: Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo un mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria.

Definitivamente todos los objetivos son de alto contenido ideológico antiimperial, que lo destaca como valor ineludible en este nuevo sistema de gobierno del poder popular. Por lo tanto, el establecimiento de nuevas líneas de acción que permitan visualizar a Venezuela y la región como potencia pueden evidenciarse desde la concreción de espacios de integración Latinoamericana propuesto y desarrollados por Hugo Chávez como son la Celac, Unasur, Petrocaribe, Alba, entre otras que han estado a la vanguardia de nuevo procesos integracionistas que a aquellos de represión o inertes a las problemáticas sociales, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización de Estados Americanos, entre otras tantas que han asumido una posición contraria a los intereses de las grandes mayorías sino que responden a intereses globalizados.

Chávez propone el desmontaje del sistema imperial a través de la conformación de polos de poder emergentes como lo es América Latina-EuroAsia, y que se establezcan nuevos mecanismo de integración, de cooperación y de vinculación internación para avanzar hacia la suprema felicidad social de nuestros pueblos, y de esa manera reducir las relaciones de dominación y sometimiento del sistema capitalista y construir naciones que tengan como fin último la paz para ello necesariamente debemos pensar en una nueva cultura fundamentada en preceptos como el antiimperialismo.

  1. OBJETIVO Nº5: Preservar la vida en el planeta y salvar a la especie humana.

No por último, menos importante, sino que constituye el eje que transversaliza todo el proceso liberador y emancipador en la formación de un nuevo hombre y una nueva mujer, encaminado a ubicarse como lo verdaderamente importante para poder avanzar hacia el desarrollo que se espera de los países en crecimiento.

Sin embargo, lamentablemente este es el punto más susceptible y álgido que se resalta en el Plan Patria, necesariamente son trastocados los intereses del poder hegemónico mundial debido a que quienes son las grandes potencias mundiales resultan aquellos que tienen los índices de contaminación y ecocidio más altos del planeta. Esto no se produce casualmente sino por la depredación y explotación salvaje de los recursos que al final responde como un boomerang a los seres humanos que habitamos este planeta.

Chávez congenió la idea entre el Antiimperialismo y la preservación de la vida y la especie humana precisamente fundamentada en los valores que exalta el Plan de la Patria, como única vía para vivir en un mundo mejor y prologando por generaciones futuras, para ello pone de manifiesto la necesidad de avanzar científicamente al desarrollo de tecnología ecológica y sustentable que haga la contra al patrón del sistema capitalista de producción y consumo. Lo anterior resulta una tarea difícil en tanto en cuánto podamos hacernos conscientes del alto grado de responsabilidad colectiva que se desprende de este nuevo modelo de gobierno eco-social que coexista con los ciclos y procesos naturales de la vida.

Todas las guerras de este siglo han sido precisamente por la mano imperial que intenta apoderarse de los recursos naturales de comunidades agraciadas con petróleo, agua o recursos minerales, para la apropiación extraterritorial de los mismos, el Plan Patria sustenta la posibilidad de vivir respetando los recursos de todos, con sus potencialidades y limitaciones, arraigando valores de solidaridad y sobre todo sustentabilidad que promueva la conservación de generaciones futuras sin imperios que las domine ni pueblos que se sometan.

CONSIDERACIONES FINALES

Para finalizar, es pertinente comenzar refiriendo en palabras de Gámez (2013) que Hugo Rafael Chávez Frías:

Fue uno de los líderes más importante que haya tenido Latinoamérica y parte del mundo en la historia política, al menos de esta era de la información. Pudo llegar a millones con sus ideales y filosofía de vida, además de impactar en la vida de otros. El poder que tuvo sobre las personas en general fue gigantesco. (…) Chávez se convirtió en un maestro del discurso. (p.8-9)

No sólo se asume que Chávez fue un líder sino también un maestro que, entre tantos aspectos, hiló un discurso al que sumó un sistema de nuevos valores en los que se integran: la venezolanidad, el nacionalismo, el humanismo, el latinoamericanismo, entre otros tantos, el antiimperialismo, como un elemento inherente a la identidad de las sociedades que buscan cambios significativos en sus estructuras políticas pero también discursivas y que mantengan en este nuevo modelo al nuevo ser humano como elemento humanizante entre los elementos materiales que sostienen la vida.

Es por ello que la presencia de una continuada noción anti-imperialista da muestras de una evolución de la identidad que refiere en su discurso en lo general, y en lo particular al legado que circunscribió infinitamente como ideas que relatan la historia de la humanidad pero también la planificación de un nuevo modelo de vida sustentable y compatible con los principios universales de justicia e igualdad social.

Así como, cohesionó y unificó elementos primeramente de la venezolanidad, luego como latinoamericanos y finalmente como clase obrera y trabajadora, pero históricamente subordinada, excluida y dominada. Estas características configuran la presencia discursiva del Líder Bolivariano en la Ley del Plan de la Patria y que justamente busca revertir estas pretensiones capitalistas neocoloniales que se imponen en el mundo, un nuevo sistema de valores antiimperiales, que dibujen los elementos pragmáticos en las acciones del habla en Chávez para impulsar la acción política, expresando un compromiso con la denuncia de la desigualdad y la trasformación social y la necesidad del cambio social en todos los niveles (político, cultural, económico, internacional) lo cual plantea también una continuidad en torno a su línea discursiva.

Las categorías lexicales que se abordaron conforman la noción de lo que Chávez interpretó como Anti-imperialismo como antítesis al Imperialismo, y cómo éstas se revelan desde el lenguaje, es decir, la línea discursiva permanente y progresiva en el tiempo que permiten estudiar y comprender la evolución de la posición política de Chávez así como su proyección a través del lenguaje, y como la Ley del Plan de la Patria se erige más que un plan de desarrollo, como una tarea histórica de carácter colosal.

En este sentido, también crea una ruptura en el discurso político tradicional y además crea un nuevo referente discursivo propio y con características muy particulares desde el Socialismo Bolivariano, que logran sustituir al conocimiento y al lenguaje técnico y científico por un discurso de saberes compartidos y cercanos al pueblo, las cuales logran impregnar y hegemonizar la forma del discurso político en Venezuela, obligando a todos los actores que hacen vida en el mismo escenario a orbitar alrededor de este referente discursivo.

Asimismo, se puede observar que el Comandante Hugo Chávez logro reinterpretar el sentido de estas y otras categorías lexicales, así como la creación de nuevas formas construidas desde el imaginario colectivo, estableciendo una identidad particular a diferencia del resto de las figuras en el escenario político. Se evidencia además, el desarrollo de una asociación simbólica de lo que él mismo denominó “Socialismo del siglo XXI” a su imagen y al modelo político en construcción en Venezuela.

Finalmente, el análisis del discurso para ser crítico debe ir en correspondencia con la misma criticidad con el que son producidos los discursos, en lo general, pero en lo particular debe representar reflexiones que evidencien el carácter transformador y emancipador como lo es, en este caso, el discurso de Hugo Chávez y de las líneas trazadas en la Ley del Plan de la Patria como sistema de valores antiimperiales que se conjugan para formar y transformar al hombre y la mujer con una nueva visión de la Patria Grande, y por supuesto, del papel dinamizador consciente que tienen en el desarrollo del mundo de hoy y del mañana.

REFERENCIAS CONSULTADAS

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Yoselin Garcia Colina

Lcda. En Educ. Lengua Extranjera Inglés-UNEFM. Magister en Lingüística- UPEL, Doctorante en Cs. Para el Desarrollo Estratégico- UBV. Diplomado de Ampliación en Aplicaciones de los Objetivos del Plan de la Patria- CIM. Docente. Promotora Social, Analista y Coordinadora Gobernación. Directora del Mercado de Mayoristas de Maturín. Venezuela.