País Vasco/14 diciembre 2017/Fuente: El Correo
En San Felix Ikastetxea no hay paredes ni pupitres, los alumnos hacen yoga y escuchan música clásica. El Gobierno vasco les ha reconocido con un premio a la innovación.
Después del recreo, unos minutitos de taichi. No parece mala idea… Ya se hace, de hecho. En el colegio San Felix de Ortuella el yoga, la relajación y los masajes faciales no cuentan para nota pero son igual de importantes en la formación del alumnado que las mates o el inglés. Este centro, que se mira en el ejemplo de las escuelas nórdicas y hace tiempo derribó los tabiques entre aulas para levantar paredes de cristal, acaba de ser reconocido con un premio del Gobierno Vasco a la innovación. Su propuesta: aulas silenciosas, oficialmente «descontaminación acústica». «El elevado ruido ambiente afecta al rendimiento intelectual de los alumnos, provoca pérdida de audición, problemas para conciliar el sueño, nerviosismo y afonías, que es el mal endémico de los profesores», explica Nieves Fernández, la directora de este centro.
E ilustra la argumentación con datos: hace tres años 8 de los 32 profesores que trabajan en el colegio cogían la baja por afonía. El último curso no la cogió ninguno. «El nivel óptimo de ruido en un aula son 75 decibelios», cifra que sobrepasaban antes de poner en marcha este proyecto. «Hace unos años pedimos al Ayuntamiento que viniera a medir el ruido. Mandaron a dos policías municipales con un aparato enorme que fue el entretenimiento de los chavales». El resultado: 90 decibelios, por encima de la recomendación. «Ahora hemos reducido el ruido a 50», se felicita la responsable de este centro, que en 2018 celebrará su cincuenta aniversario.
En el comedor «el éxito ha sido más moderado» porque es «un foco de ruido» pero también han logrado rebajar el barullo: «De 100 decibelios a 69, un nivel más que óptimo». Eso se consigue hablando más bajo y con algo más: «Hemos hecho más turnos para que haya menos niños comiendo a la vez. Y el que acaba sale a jugar, sin tener que esperar como antes a que acabe de comer el resto de la clase. Además, hemos sustituido algunos utensilios de cocina, concretamente los cepillos por espátulas rígidas, evitando así el golpeteo de bandejas al vaciarlas», explica la responsable de San Felix Ikastetxea, donde estudian 584 alumnos.
Parecen demasiados para que se escuche «solo un murmullo», pero la verdad es que no se oye más. Si acaso música clásica algún rato, que se ha incorporado también en el currículo escolar como elemento que facilita la concentración. Más llamativo todavía es el ‘silencio’ en una escuela donde no hay paredes ni puertas, solo algunas mamparas de cristal para separar espacios. «En lugar de aulas clásicas tenemos naves abiertas, una por planta, y en cada una de ellas hay hasta 150 alumnos». Sentados en corro, repantingados en un sofá, en grupitos en el suelo… «No tenemos pupitres, solo mesas cuando es necesario que se apoyen para escribir algo, y a partir de los 8 años los chavales no utilizan libros de papel, solo ordenadores. Aquí les enseñamos a pensar y para eso no hace falta tenerles atados a un pupitre», sostiene Nieves Fernández.
Esa filosofía bebe de los hábitos educacionales de países como Noruega, Suecia o Finlandia, que los responsables del colegio de Ortuella han visitado para copiar el ejemplo. «Nos llamó poderosamente la atención que en esos lugares la gente no grita y los niños tampoco. La cultura de comunicación entre ellos es otra».
Papeleras colgadas de las paredes
La misma que están aplicando en este centro vizcaíno y que les ha hecho merecedores del reconocimiento del Ejecutivo vasco a través de la Fundación Vasca de la Calidad, Euskalit, (en realidad les premian por tres proyectos más además del de aulas silenciosas, pero éste es el más llamativo). El galardón lo recogen esta tarde a las 18.30 horas. «Estos premios reconocen buenas prácticas en innovación en empresas. Se reconocen iniciativas que puedan servir de modelo a otros». Como a ellos les sirvió el espejo de los colegios nórdicos. «De momento han venido profesionales de la educación de Cataluña a ver cómo funcionamos». Y evaluadores externos han dado fe en el propio colegio de que el sistema funciona. «Una de las personas que vino a testar el efecto de este proyecto de descontaminación acústica lloraba de la emoción al ver a los chavales escuchándose unos a otros, respetar el turno de palabra, subir en silencio las escaleras…».
«Nuestros alumnos no están calladitos, obviamente, pero han aprendido a disfrutar del silencio. Cuando entran a clase, cuando suben del recreo… en esos momentos de más barullo, hacemos con ellos tres o cuatro minutos de relajación, taichi, masajes… Son ejercicios que les ayudan a calmarse y les predisponen mejor para el aprendizaje, además de generar un ambiente muy agradable en clase». Clases que son espacios abiertos y sin obstáculos. «Hemos eliminado casi todas las mesas, las papeleras están colgadas de las paredes para evitar que haya cosas por el suelo con las que se puedan tropezarse y que además hagan ruido al arrastrarlas. Papeleras, cajas, bolsas… todo está colocado a su altura, de manera que todo sea más accesible». Y silencioso.
Medidas para minimizar el ruido
- Bajar el volumen:
- «Cuando alguien entra al colegio y grita ‘¡Hola!’ le indicamos educadamente que aquí nos comunicamos a menos volumen. Eso se aplica al alumnado, a los profesores, los padres, las visitas…».
- Música de relajación:
- Es habitual que se ponga de fondo en clase mientras se hacen algunas tareas.
- Comedor:
- Los alumnos de 3, 4 y 5 años salen a jugar en cuanto acaban de comer, «eliminando la espera forzada a que acabe de comer el resto del alumnado».
- Espátulas rígidas:
- Han sustituido a los cepillos, son más silenciosas y se evita el golpeteo de las bandejas del comedor al vaciarlas.
- Gimnasio:
- Colocación de placas de fibra en el techo del gimnasio.
- Audiciones en grupo:
- Sustitución de las audiciones en grupo a nivel de aula por audiciones simultáneas de dos grupos de manera que se comparta un único foco de sonodo, un único equipo de música.
- Para hablar…:
- Levantar la mano y hablar en tono de voz bajo.
- Al recreo:
- Los alumnos de infantil se dividen en dos grupos para salir al recreo, de manera que al haber menos niños juntos haya menos ruido.
- Mobiliario:
- Sustitución de mobiliario pesado por mobiliario ligero y silencioso.
- Recibir a los alumnos:
- Se les recibe en las escaleras, para que accedan al aula en silencio.