¿Era del Aprendizaje? Educación para la interacción permanente

Por José Luis Jaimes Rosado

Durante la segunda década del siglo XXI confluyen elementos constitutivos de cuatro eras: información, comunicación, conocimiento y aprendizaje.

La era de la Información permitió que cada individuo realizara internamente concepciones y referentes de su entorno. La imprenta, detonador productivo de libros y nuevo sentido para la necesidad lectura-escritura, fomentó procesos unidireccionales (emisor-receptor) con base en principios físico-químicos, como la impresión, con recursos tecnológicos mecánicos. La característica epistemológica fue el pensamiento lineal: todo es de principio a fin, por una ruta determinada para su uso y en orden cronológico.

Durante la última década del siglo XX, este proceso toma vigencia con el uso de la computadora y envíos de correos electrónicos y compartición de archivos. La finalidad de los sistemas instruccionales es saber producir, de lo que resultan grupos sociales que cumplen objetivos dictados, metas fijadas, fines impuestos: preparar para obedecer.

La era de la Comunicación fomentó que los integrantes de una sociedad intercambiaran ideas, pensamientos y sentimientos. El descubrimiento de la electricidad aceleró la recepción de mensajes y posibilitó la reciprocidad y la prontitud de respuesta en el mínimo tiempo posible. Desde la codificación del telégrafo hasta el código binario computacional se materializó la concepción biológica de “sistema”.

Las aplicaciones tecnológicas fomentaron el pensamiento cartesiano en línea recta con un eje, en un plano con dos ejes y en el espacio con tres ejes. El objetivo de los procesos de enseñanza se perfiló a reproducir, se preparaba para saber hacer: multiplicar para ganar.

La era del Conocimiento, resultado del ciudadano informado y comunicado, consiste en comprender ideas, sumar experiencia y aprovechar entornos. Ante la posibilidad exponencial de obtener e intercambiar datos, con el único límite práctico de la perseverancia, los acontecimientos mundiales son referidos localmente en los aspectos económicos y culturales. Los referentes de origen teórico comienzan a encontrar validez de existencia en la medida que se conviertan en confort y los procesos se presentan bidireccionales indirectos, la comunicación es utilizada para lograr reacciones de consumo político, ideológico, religioso, comercial, etcétera; se pretende convertir a la persona en consumidor o adepto.

Las nociones sobre “individuo” desde la sicología y sus “grupos” desde la sociología son encauzados con tecnología para producir, tecnología para organizar y tecnología para comunicar, factores que desarrollan el pensamiento reactivo. El propósito educativo busca desarrollar la innovación para el aprovechamiento: capacitar para la utilización absoluta de recursos y la obtención de plusvalía máxima.

La era del Aprendizaje se está conformando por personas de pensamiento complejo a través de la Inteligencia Tridimensional para la transformación de los entornos. El proceso información–comunicación–conocimiento, digitalizado en programación binaria y al alcance de la mano (touch), constituye individuos reflexivos que se asumen en “un todo”, por lo que se saben protagonistas de la realidad desde un pensamiento tridimensional: lo cognitivo, lo afectivo, la arquitectura de conocimiento. En tanto que la comunicación se ejerce interdisciplinariamente, la tecnología cibernética libera y a la vez controla la intención participativa. Los procesos educativos tienen el propósito de aprender para la intervención evolutiva: desarrollo del ser y su convivencia contextual.

En el siglo XXI, el contexto educativo debe reconocer que la información ha sido elemento estático de posesión individual; la comunicación, procesos compartidos que trascienden en tiempo y espacio desde intereses particulares de grupo; y el conocimiento, directrices para la producción, la instrucción política y el comercio cultural. Así, los procesos en la era del Aprendizaje se deben instrumentar para desarrollar personas capaces de intervenir su entorno a través de la generación de individuos en plenitud, aptos para la interrelación permanente con su entorno social y natural, según las condiciones de tiempo, lugar y circunstancia.

Fuente del Artículo:

http://www.excelsior.com.mx/opinion/columnista-invitado-nacional/2018/01/01/1210889

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