Siria/14 de Abril de 2018/El Mundo
Pupitres vacíos en Madrid, contra la destrucción de las escuelas sirias
«Una generación completa de niños no pueden aprender a leer ni a escribir»
El presente y futuro de dos millones y medio de menores sirios se escribe sobre pupitres vacíos. La mitad de las escuelas han sido derruidas y los centros escolares que aún siguen en funcionamiento, sin electricidad ni gas, han tenido que trasladarse a los sótanos por seguridad y solo abren un par de horas al día, según denuncia Save the Children.
Durante los dos primeros meses de 2018, en zonas como Guta, más de 60 escuelas han sido destruidas y más de 57.000 niños se han visto obligados a dejar de asistir a clase. Esas mesas vacías de oportunidades después de siete años de guerra han sido colocadas por esta ONG hoy en las calles de diferentes ciudades españolas, entre ellas Madrid, en el marco de la campaña #NuncaSerán para que esos datos no caigan en el olvido.
«Desde mediados del año pasado, los niveles de violencia en Siria, lejos de reducirse, están aumentando de forma alarmante, especialmente en las llamadas ‘zonas de distensión’, establecidas como seguras para los civiles. Hospitales y escuelas siguen siendo objetivo de los bombardeos. En zonas como Guta, más de 60 escuelas han sido destruidas durante los dos primeros meses de 2018 y más de 57.000 niños han perdido la oportunidad de ir a clase», apunta esta organización en defensa de los derechos de la infancia.
«Mis hijos no están seguros en el colegio. Estamos perdiendo a una generación completa de niños que no pueden aprender a leer ni a escribir. No quiero enviarlos a la escuela si abre porque sé que irán un día pero luego estará cerrada otros 10 por los bombardeos», relata a Save the Children Qamar, una madre desplazada en Idlib.
Una reciente encuesta realizada por la ONG a cerca de 2.000 niños y niñas de entre cinco y 11 años en el noreste de Siria deja de manifiesto las secuelas irreparables que ha dejado siete años de guerra en la educación de los niños: más de un tercio de los alumnos de entre nueve y 11 años tienen un nivel de lectura de un niño de cinco años; casi la mitad de estos niños no pueden resolver un problema de matemáticas que normalmente se enseña a niños de cinco años e incluso algunos ni siquiera son capaces de reconocer las letras y los números.
«El acceso a la educación durante un conflicto ofrece a los alumnos un importante resguardo y sensación de estabilidad. La seguridad en las escuelas ayuda a mitigar los efectos psicológicos de la guerra y protege a los niños además de las redes de trata y de ser reclutados por grupos armados», subraya Andrés Conde, director general de Save the Children, que reclama a la Unión Europea un mayor compromiso respecto a la protección de la infancia, planes de acogida y que exija que «las escuelas dejen de ser objetivos militares» e «investigaciones independientes sobre todos los ataques a colegios y hospitales y el resto de violaciones del Derecho humanitario internacional».
Fuente: http://www.elmundo.es/madrid/2018/04/13/5ad097c0ca47418d058b459a.html