América del Norte/ México/ 13.08.2019/ Fuente: rotativo.com.mx.
La prevención, sanción y superación de las violencias de género forma parte de las preocupaciones de las instituciones académicas, y la implementación de protocolos es la estrategia más extendida, aunque los resultados no son los esperados.
Entre las razones se encuentra que la erradicación de las violencias de género está ligada a factores que exceden a las instituciones educativas, por lo que, si no se realizan cambios a nivel social y cultural y en conjunto con otros actores estratégicos, los resultados tenderán a ser limitados y poco sostenibles.
Lo anterior está contenido en el informe de la primera reunión realizada en Argentina, entre universidades de América Latina, en el marco del proyecto ACTonGender, financiado por el programa Horizon 2020 de la Unión Europea.
Act on Gender está integrado por 17 prestigiosas instituciones educativas de 10 países europeos y América está representada por FLACSO-Argentina.
Proponen incentivar y fortalecer la implementación de planes de igualdad en las universidades para revertir las barreras de género y avanzar en la igualdad en las posiciones de toma de decisión.
En la reunión, se advirtió que es necesario que las acciones de las instituciones académicas para el logro de la igualdad de género no queden reducidas a la búsqueda de soluciones para esta problemática y promover el diseño de una agenda que incluya temáticas menos abordadas.
Brecha entre los protocolos de género y su aplicación
El informe señala que los relatos de las instituciones dejaron al descubierto la existencia de una brecha entre “la letra” de los reglamentos y su implementación. En particular, la necesidad de tener en cuenta que las limitaciones que se presentan van más allá del ámbito universitario y son de orden social, económico y cultural.
Respecto a las medidas y acciones para prevenir y sancionar las violencias basadas en patrones de género, los datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indican que de un total (aproximado) de 700 denuncias, el 96 por ciento fueron realizadas por mujeres; el 96 por ciento de los denunciados son varones y cerca del 90 por ciento refiere a situaciones de violencia entre pares (alumnas y alumnos).
En Costa Rica, la reglamentación contra el hostigamiento sexual surgió a partir de una legislación nacional que exige su implementación dentro de las instituciones. Este marco obligó a las de educación a establecer reglamentos y protocolos. En el Tecnológico de Costa Rica (TEC), la atención del reglamento permitió la sanción tanto del personal docente como estudiantil y, en algunos casos, se llegó al despido
En Chile, el Consejo de Rectores en Chile (CRUCH), integrado por 18 universidades estatales y nueve privadas, que estableció una Comisión de igualdad de Género en 2018, señaló que los casos de acoso sexual que involucran a estudiantes son más frecuentes en las facultades de Ciencias sociales y Humanidades.
Situación similar se advierte en la Universidad de Buenos Aires, aunque su representante aclara que ello puede obedecer a que se realizan más denuncias y no necesariamente a que existan más casos que en otras facultades.
La igualdad de género en proceso de construcción
La igualdad de género en universidades y centros de investigación de América Latina está en proceso de construcción, se afirma en el informe a cargo de la Cátedra Regional UNESCO Mujer, Ciencia y Tecnología en América.
Se destaca que las universidades de América Latina han tomado medidas y acciones orientadas, primero, a lograr que las mujeres y varones tengan iguales oportunidades para el acceso y desarrollo de carrera, y por el otro, para prevenir, sancionar y superar las violencias basadas en patrones de género en los ámbitos universitarios.
Si bien algunas instituciones han implementado protocolos para la erradicación de la violencia de género, se señaló que estos no han alcanzado los resultados esperados por factores socioculturales, institucionales y económicos.
Sin embargo, se reconoce que estas medidas han abierto el camino hacia el diseño de planes de igualdad en estos ámbitos.
El diagnóstico de igualdad de género, los primeros reportes
El diagnóstico en el tema de la desigualdad en cada institución académica, se centra en los avances, junto con la selección y concursos docentes, en el ingreso, permanencia y egreso de las mujeres en carreras históricamente masculinizadas y, en menor medida, transformar los contenidos curriculares
Se cita en el informe que, en la Universidad Nacional Autónoma de México, la igualdad de género forma parte de la normativa y de la estructura de la institución, pero aún no ha impactado en sus prácticas cotidianas ni procesos.
Mientras, en la Universidad de Chile, con el objetivo de iniciar un proceso de institucionalización de la igualdad de género, en 2013, se realizó un diagnóstico sobre las trayectorias de las mujeres en esta universidad.
Su realización no fue casual ni impulsada por el rector, sino por la vicerrectora de aquel momento, una reconocida feminista chilena. Los resultados del estudio, además de dar origen al libro Del biombo a la cátedra, contribuyeron a la creación de la Oficina de Igualdad de Oportunidades de Género.
También en Chile, el Consejo de Rectores estableció una Comisión de igualdad de Género en 2018, y de acuerdo con su representante, a pesar de su reciente creación, la cual ya ha logrado dar respuesta a algunas de las brechas de género en las distintas universidades y a las demandas estudiantiles por una educación no sexista.
En la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, el sector estudiantil fue uno de los principales impulsores de las iniciativas que se llevaron a cabo, hasta el momento, relativas a la institucionalización del enfoque de igualdad de género.
Sus demandas apuntaron principalmente a promover la educación sexual integral y a la creación de un protocolo contra la violencia de género. Este último ya ha sido reglamentado.
Mecanismos de certificación de igualdad de género
Algunas de las instituciones ya implementaron instrumentos para la evaluación y seguimiento de las iniciativas relacionadas con la institucionalización del enfoque de igualdad de género; es decir modelos de certificación.
Su incorporación es política, en el sentido que la igualdad es considerada un indicador de calidad, pero también práctica, ya que en la mayoría de los casos impulsa el diseño de un plan de acción que marca el rumbo del proceso.
Los obstáculos que pueden acontecer para su aplicación están relacionados con la posible pérdida de la autonomía universitaria y con la utilización de indicadores que responden a las lógicas del sector privado y no a las de las instituciones de educación superior.
Aunque se cuenta con estrategias para sortear estas limitaciones, la creación de un sello específico para la transversalización del enfoque de igualdad de género en instituciones de educación superior es una tarea aún pendiente en la región.
Hacia un plan de acción regional de igualdad de género
La propuesta que hicieron los representantes de las universidades es iniciar un plan de acción que responda a las necesidades y características de las instituciones de educación superior de la región y esté orientado al logro de resultados concretos a corto, mediano y largo plazo.
Destacaron la importancia de crear espacios de trabajo conjunto que les permitan compartir visiones y aprendizajes y, de este modo, fortalecer la elaboración y factibilidad de los planes; diseñar estrategias para superar los distintos obstáculos y resistencias que pueden acontecer durante el proceso de transversalización y potenciar aquellas que hayan dado buenos resultados.
Gloria Bonder, directora de la Cátedra Regional UNESCO Mujer, Ciencia y Tecnología en América, señala que una comunidad de práctica, que promueve Ac On Gender, crea un sentido de pertenencia, confianza y voluntad para producir nuevos conocimientos en colaboración.