Las manifestaciones continuarán, apuntó, hasta que tengamos un empleo acorde con nuestra calificación.
Los posgraduados iraquíes se sienten frustrados ante la falta de perspectivas laborales.
La tasa de desempleo del país árabe situada en 30 por ciento se engrosa con una alta cifra de graduados en universidades e institutos.
Uno de los casos que recibe atención mediática resulta el de Mohammed Saadi, de 28 años de edad, quien, con una maestría en Educación Especial, dejó su provincia natal, Babilonia, para con un grupo de colegas reclamar trabajo ante los ministerios en Bagdad.
Un mes después de participar en las protestas, una tragedia lo golpeó, porque recibió golpes en un accidente cuando se manifestaba y ahora está en coma.
Sus amigos lo tomaron como un símbolo e insisten en reclamar sus derechos, aunque las manifestaciones van para más de 80 días consecutivos.