Mujeres musulmanas en Kenia crían mariposas para ayudar a los bosques

África/Kenia/28 Noviembre 2019/Trt

Una empresa comunitaria en la aldea de Gede vende mariposas y capullos de mariposas de alta calidad a los mercados internacionales como Europa y América para proteger los bosques de donde provienen esos insectos

Las mariposas son un símbolo de empoderamiento y transformación para muchas mujeres en la aldea de Gede, en la costa este de Kenia.

Gede es reconocida por sus ruinas antiguas de mansiones, mezquitas y casas que datan de hace 800 años.

Las mujeres musulmanas de una empresa comunitaria en Gede crearon el Proyecto Kipepeo, que sirve como apoyo al estilo de vida de las personas al vender mariposas de alta calidad, de diferentes especies, y capullos de mariposas a mercados internacionales (en su mayoría hacia Europa y América, Reino Unido y Turquía).

Esta es la forma que ellas encuentran para luchar contra la pobreza y tomar un rol de empoderamiento.

La mayoría de ellas, como Rehema Hassan, no ha recibido educación y depende del lucrativo negocio de las mariposas para pagar las matrículas de sus hijos y suplir sus necesidades diarias.

Las mujeres se equipan con redes para atrapar mariposas. Algunas incluso colocan trampas en árboles, mientras otras usan redes artesanales.

Recorren los bosques buscando mariposas, pero son cuidadosas, pues podrían encontrarse con corredores de elefantes.

Según Hassan, la clave es evitar redes baratas para no lastimar a las mariposas.

En el pasado, Hassan solía vender leña y carbón. “Solía depender del negocio del carbón. Cortaba árboles, pues saben que estamos rodeadas de árboles, pero ahora conservo mi ambiente porque si los árboles no florecen, no podemos tener mariposas”, explicó Hassan, quien usa un colorido hiyab.

El carbón es una de las formas más comunes de combustible para cocinar usado por las comunidades que viven cerca del bosque. Lo producen cortando árboles, estos son quemados parcialmente y luego los entierran, y se queman lentamente. Al momento de enfriarse, ya se han convertido en trozos de carbón.

Hassan luchó para atrapar a una mariposa que aleteaba al interior de una trampa. Después de varios segundos, con mucho cuidado, en su mano se posaba la mariposa tipo Charaxes, caracterizada por un hermoso brillo iridiscente.

Con mucha delicadeza, metió al frágil insecto en una canasta, donde se unió a una decena más de mariposas, todas ellas de colores vívidos.

El nuevo y sediento recluta dobló suavemente sus alas hacia arriba y absorbió el néctar de una flor fresca que Hassan había cortado esa misma mañana.

Justo al lado de la Charaxes, se encontraba un Papilio de los cítricos, que agitaba sus alas blancas con puntos tan rojos como los de una cereza.

Hassan aseguró que, para ellas, el negocio de las mariposas es un tema de conservación.

“Ahora nuestros bosques son lugares que conservamos y protegemos. Ellos nos necesitan tanto como nosotros a ellos. Dos de mis hijos pudieron ir a la universidad gracias a este negocio. Es por eso que, para nosotras, las mariposas lo son todo”.

Sin bosques, no hay mariposas

Fatuma Hamisi, otra mujer que se ha beneficiado de las mariposas, le relató a la Agencia Anadolu cómo funciona todo el proceso.

“Ponemos trampas en los bosques para capturar a las mariposas. Las alimentamos hasta que ponen sus huevos, que se convierten después en orugas. Las orugas comen hojas de los bosques hasta que forman su capullo, con lo que se cubren. Es en este punto en el que los vendemos antes de que se conviertan en mariposas”, indicó Hamisi.

“Protegemos los bosques porque, sin bosques, no hay mariposas”, añadió.

Hamisi y sus colegas liberan a casi todas las mariposas después de haber puesto los huevos porque, según ella, se demoran mucho para poner de nuevo, especialmente en confinamiento.

Charo Ngumbao, quien lidera el proyecto comunitario, le dijo a la Agencia Anadolu que su principal mercado es Reino Unido “y el segundo que en este momento compra los capullos de mariposas es Turquía”.

“Hay una alta demanda de Papilio y Charaxes. Ahora ellos (Turquía) compran mariposas todos los lunes y Reino Unido las compra los viernes”, explicó el líder, quien agregó que se exportan mariposas dos veces por semana.

“Las mariposas generalmente viven algunas semanas, dependiendo de su especie, tamaño y entorno. Hay una alta demanda debido a su periodo de vida”.

De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para la Reducción de Emisiones causadas por la Deforestación y la Degradación de los Bosques (UN-REDD), el objetivo principal del proyecto es unir desarrollo con conservación.

En declaraciones a la Agencia Anadolu, la especialista de la regional de África de Naciones Unidas, Griet Ingrid Dierckxsens, explicó de qué manera la conservación entra a jugar en este proyecto.

“Este proyecto es un muy buen ejemplo del tipo de políticas que sigue el UN-REDD. Las personas necesitan un medio de vida. Para dejar de deforestar los bosques, que son la piel del carbón, tienen que ver por qué son importantes los bosques”, expresó Dierckxsens.

“Ganan mucho dinero por las exportaciones, más de lo que ganarían vendiendo carbón y madera de los árboles. Un rendimiento anual en este proyecto es de unos USD 1,9 millones. Esto es un incentivo para que protejan sus bosques”, considera la especialista.

Hamisi bromeó diciendo que, además de huir de los elefantes, su desafío clave es conseguir equipos modernos de captura de mariposas y competir con otros países que están en el negocio de exportación de este insecto. Según ella, a veces tienen que bajar sus precios para vender mariposas similares a las exportadas desde otros países.

Se pueden vender alrededor de 200 capullos por 13.000 chelines kenianos (aproximadamente USD 130). Una sola mariposa puede poner hasta 500 huevos. En la naturaleza, solo uno de cada 20 de estos huevos crecerá hasta la edad adulta, mientras que en espacios controlados las posibilidades de supervivencia aumentan considerablemente.

No siempre venden todos los capullos de mariposas. A veces los liberan en la naturaleza para controlar su reproducción.

Los bosques costeros de Kenia albergan más de 230 especies de mariposas. Kenia en su conjunto tiene más de 800 especies.

Fuente: https://www.trt.net.tr/espanol/ciencia-y-tecnologia/2019/11/24/mujeres-musulmanas-en-kenia-crian-mariposas-para-ayudar-a-los-bosques-1310595

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