Nuevo informe de la UNESCO explora el estado global de la educación de adultos

Por: Paulette Delgado

Aún queda mucho por mejorar en el aprendizaje y la educación de adultos, según un nuevo reporte de la UNESCO.

La automatización, digitalización y avances tecnológicos están cambiando el mundo laboral, exigiendo a los empleados que se mantengan actualizados y aprendiendo constantemente nuevas habilidades. Sin embargo, la responsabilidad por mantenerse al día está recayendo en los individuos, principalmente, quienes no solo deben buscar el tiempo para actualizarse, sino también los medios para cubrir esa formación. ¿Qué están haciendo los gobiernos para impulsar la educación de adultos?

Cada tres años, el Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida realiza un Informe Global sobre Aprendizaje y Educación de Adultos (GRALE, por sus siglas en inglés). En esta publicación, dan seguimiento al esfuerzo de 159 países por mejorar el aprendizaje y la educación de adultos (ALE, por sus siglas en inglés) y compara los resultados de reportes anteriores para medir el crecimiento desde la perspectiva de la equidad y la inclusión.

El informe se divide en dos partes: el monitoreo, donde se analiza el progreso en el aprendizaje y la educación de adultos; y la participación, donde los países reportan sus esfuerzos en este tema. En la fase de monitoreo se analizan las políticas de los países, su gobernanza, finanzas, calidad en su educación y la participación, inclusión y equidad.

Según la primera parte del informe, dos tercios de los países informaron que hubo crecimiento en el aprendizaje y la educación de adultos (ALE) desde 2015, año en que se realizó el último Informe Global sobre Aprendizaje y Educación de Adultos. Un 30 % de los países participantes reportó que no hubo cambios, especialmente aquellos en Asia y el Pacífico, mientras que un 5 % de los países tuvieron regresión.

En cuanto a la inversión en aprendizaje y educación de adultos, sólo el 28 % de los países reportaron aumentar el gasto, un 17 % disminuyó su presupuesto en este rubro, y la mayoría  (41 %), no reportaron ningún progreso. Aún así, el 75 % de los países informaron que hubo mejoras importantes en educación de adultos, especialmente en América Latina y África subsahariana.

Según el informe, un 57 % de los miembros reportaron un aumento en la participación en programas de ALE, un 28 % no informó cambios y un 9 % dijo que disminuyó. Sin embargo, un grave problema al que se enfrentó la UNESCO al analizar esta sección es que los países no basan su información de participación en cifras reales. Esto se debe a que un 37 % no conoce la tasa de participación de grupos minoritarios, migrantes y refugiados, por lo que la información está incompleta. También hay muy poca información sobre adultos mayores y su participación en estos programas, a pesar de que los jubilados y adultos mayores son un grupo objetivo para estas iniciativas.

La segunda parte del informe trata justo de este tema, la participación, lo que se sabe, lo que no y su importancia. Este apartado menciona que las poblaciones desfavorecidas tienden a involucrarse poco en programas de aprendizaje y educación de adultos y enfatiza cómo no se tiene suficiente información sobre el tema, especialmente en los países de bajos ingresos, grupos marginados y excluidos.

Parte del problema es que es difícil poder comprobar que las oportunidades de participación en educación de adultos son muy desiguales, algunos países (generalmente los más desarrollados) tienen muchas más oportunidades de seguir aprendiendo a lo largo de sus vidas, mientras que los más marginados tienen muy pocas iniciativas de este tipo. Aún así, el informe encontró  que el 57 % de los países aumentó su tasa de participación desde el último GRALE (2015). En este tema destaca África subsahariana, en donde el 72 % de los países aumentaron su participación, y los Estados Árabes, que reportaron un incremento del 67 %. En el medio están las regiones de Europa central y oriental y América Latina y el Caribe, que reportaron un porcentaje de participación del 58 % y 60 %, respectivamente. En el caso de Norteamérica, Europa occidental, y Asia y el Pacífico, estas regiones fueron las que reportaron el menor aumento en participación en ALE, con un 38 % y 49 %, respectivamente.

El reporte informó que la gobernanza está estrechamente relacionada con el resultado en la participación. Dos tercios de los países que utilizaron alguna medida de gobernanza dijeron tener una mayor participación desde 2015, mientras que aquellos que no fueron asistidos, sólo el 29 % reportó mejora.

Otro apartado importante es de la colaboración, cooperación y coordinación entre agencias gubernamentales y la sociedad civil para mejorar la gobernanza del aprendizaje y educación de adultos. Esto se debe a que las colaboraciones intersectoriales ayudan a conseguir más fondos para invertir en programas e iniciativas de educación de adultos que mejoren la participación y promuevan la capacitación y educación continua.

En el aprendizaje de adultos hay cuatro áreas de interés para los países:

  1. Las políticas que hablan de la ampliación de los aspectos del aprendizaje permanente, es decir, la educación técnica y profesional.

  2. La diversificación de las maneras de aprender, como por ejemplo, el aprendizaje en línea.

  3. El establecimiento de centros de aprendizaje para adultos de bajos ingresos.

  4.  Enfocarse en los grupos sociales marginados.

Además, el informe hace hincapié en la importancia de distinguir entre las categorías de alfabetización, capacitación continua, desarrollo profesional y ciudadanía activa, ya que demuestran un progreso desigual. En las dos primeras áreas, los países parecen ir mejorando y avanzando, mientras que en las otras hay poca información al respecto, por lo que se consideran áreas estancadas. Esto, según las conclusiones de los autores, conduce a una importante inaccesibilidad y desinformación sobre  el aprendizaje y la educación de adultos.

A lo largo del reporte se demostró que la desigualdad en los programas de aprendizaje y la educación de adultos persiste a lo largo de los distintos reportes y es profunda y multidimensional. Aún así, gracias a recursos como los cursos masivos abiertos en línea (MOOC) o los recursos educativos abiertos (REA), la educación de adultos está retomando fuerza y se espera que ayuden a mejorar la participación para el próximo informe. Aunque también existe la posibilidad de que, al ser herramientas digitales, agraven la brecha digital por lo que se necesitan más esfuerzos por parte de los gobiernos para invertir en una robusta infraestructura de conectividad que conlleve en oportunidades de aprendizaje para los adultos.

Además, el informe recalcó la necesidad de mejorar la recopilación de datos sobre los programas de aprendizaje y educación de adultos, ya que la información con la que cuentan es incompleta. En cuanto a grupos específicos como las minorías étnicas, los migrantes y los refugiados, el 37 % de los países informaron no conocer las tasas de participación de estos grupos en programas de educación de adultos. Lo mismo pasa con el monitoreo de las mujeres en ALE y el progreso que han tenido en alfabetización y aritmética, pues no hay datos. Este último aspecto también ocurrió en países de altos ingresos, por lo que es un problema que va más allá del desarrollo económico de un país.

Los resultados de este reporte hacen evidente la falta de participación e involucramiento de los gobiernos en un tema tan importante como la educación de adultos y el aprendizaje a lo largo de la vida. Para el próximo reporte, la UNESCO espera que los países corrijan estas deficiencias para fortalecer el esfuerzo de mejorar el aprendizaje y la educación de adultos. Esta responsabilidad no debe recaer solo en los individuos, sino más en los gobiernos y las empresas quienes deben apoyar en la creación de mejores políticas y programas de aprendizaje y educación de adultos que sean accesibles e inclusivas.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/informe-unesco-educacion-de-adultos

Imagen: pasja1000 en Pixabay

Comparte este contenido:

Paulette Delgado

Periodista del Observatorio del Tecnológico de Monterrey.