Fe y Alegría: La pandemia es una oportunidad para transformar la educación
Texto por Isabella Reimí │@isabellareimi Fotos por Iván Reyes
El próximo 30 de julio finaliza el año escolar 2019-2020 según el Ministerio de Educación. Sin embargo, este viernes 26 de junio algunas de las escuelas de la red Fe y Alegría ya terminaron de impartir el programa escolar al menos a 67% de sus estudiantes.
De acuerdo con el balance que ofreció a Efecto Cocuyo Noelbis Aguilar, directora de esta red de escuelas, los resultados del año escolar, hasta ahora, han sido “satisfactorios”.
Durante el proceso de educación a distancia, que comenzó el pasado 16 de marzo, el movimiento educativo vio la pandemia como “una oportunidad para transformar” la evaluación de contenidos por la evaluación de aprendizajes. La estrategia estuvo enmarcada en el proyecto educativo que anunciaron en marzo de 2020.
Fe y Alegría tuvo que afrontarse con que los criterios de evaluación de las familias no eran los mismos que el de los docentes. Por la brecha generacional los padres esperaban trasladar una escuela “rígida y pesada” a la casa.
“Al principio fue difícil. Se generaron tensiones por los niveles de exigencia y el no comprendernos. Los maestros tuvimos que asumir que esas eran las familias que teníamos. Aún con sus dificultades, estaban muy prestas para la colaboración”, dijo Aguilar.
Cambio de paradigma
De acuerdo con la directiva de Fe y Alegría, durante el tercera lapso las escuelas y las familias flexibilizaron el proceso educativo.
El cambio de paradigma, que consistió en transformar el proceso de evaluación punitivo a uno inclusivo “llevó a relaciones más empáticas”, explicó la directora.
“El desarrollo del pensamiento lógico no solo sirve para los ejercicios de matemática. Te enseña a analizar, contrastar, evaluar, resolver problemas de la vida. Cuando escuchas los testimonios de las familias, te das cuenta de que el conocimiento cobró sentido”, concluyó sobre la experiencia.
A pesar de los logros, Aguilar considera que se trabajó con “muchas limitaciones” durante el año escolar, en especial fracción que se enseñó de manera remota. Anticipa que, debido al COVID-19, la educación continuará a distancia cuando se reinicien las clases.
La deuda que considera pendiente para el próximo año escolar es replantear la estrategia educativa y enriquecer el currículo escolar.
La interacción entre docentes y alumnos “no trata de trabajar contenido sino de desarrollar capacidades”, dijo.
Además de lo cognitivo, Fe y Alegría apuesta por la formación espiritual de sus alumnos y de sus habilidades para relacionarse “con el otro” de manera fraternal.
Educación multimodal
Bajo un contexto de crisis humanitaria compleja, carencias en la cobertura de telecomunicaciones y fallas en el servicio eléctrico, Fe y Alegría considera como un logro el atender al 67 % de sus estudiantes durante la cuarentena de manera integral.
Esto se logró bajo una estrategia multimodal. Desde que inició el confinamiento hasta la primera semana de abril la red educativa se esforzó en conocer las herramientas con las cuales contaban sus estudiantes. De esta manera sabían qué estrategias podían utilizar para contactarlos. Algunas familias no tenían equipos otras no tenían cobertura.
En su encuesta 33 % de los estudiantes contestó que tenía acceso a la guía pedagógica, ya sea de manera virtual o recogiéndola presencialmente en el plantel; 28 % de las familias contaban con al menos un teléfono inteligente y el mismo porcentaje utilizaba Whatsapp; 25 % de los hogares disponían de un televisor y 20 % de una radio, y solo 7 % contaban con un computador.
Las dos primeras semanas de julio las directivas concentrarán esfuerzos en ubicar al 23 % restante y nivelar su experiencia pedagógica. Aunque algunos de estos alumnos están identificados de muchos de ellos “no se sabe prácticamente nada”.
Respecto a los últimos “hay que tomar una decisión”, dijo Aguilar. Sin embargo, aclaró que todas las escuelas deben someterse a un proceso de nivelación al reiniciar el próximo año para “afianzar los saberes más importantes para la vida”.
“Si apostamos por la persona, el contenido que imparta la materia es relativo”.
Docentes agotados y familias comprometidas
Tras trabajar durante 100 días frente a los diferentes obstáculos, el personal docente de Fe y Alegría está “agotado”.
“Preparaban los materiales, los enviaban, trataban de ubicar al estudiante, mantenían contacto con los representantes y se entendían con los padres en el caso de los más pequeños, estaban pendientes de que mandaran las actividades del portafolio”, enumeró la directora.
Además, los profesores tuvieron que trabajar en conjunto para llenar sus carencias propias, como la falta de cobertura. Así mismo hicieron guardias en las escuelas para recibir a los padres por turno.
“De verdad fue un trabajo bien titánico”, confesó Aguilar. En lugar de trabajar en horario de escuela, de 7:00 a. m. a 12:00 del mediodía, trabajaban durante todo el día, ya que no podían planificar cuándo respondería el alumno.
Sin embargo, la directora de la red de escuelas cree que la participación de las familias fue valiosa y aportó un trabajo con “mucha colaboración, mucha solidaridad” y compromiso que “ayudó a que el último lapso se diera lo mejor posible”
“Creo que el éxito de toda esta propuesta en un medio tan adverso fue la implicación de las familias, que fueron mediadoras de estos procesos”, comentó.
La directiva decidió respetar las vacaciones de todos sus maestros en lugar de hacer el acostumbrado plan vacacional, que esta vez hubiera transcurrido de manera virtual. De igual modo estarán enviando guías recreativas a las familias con actividades para hacer en el tiempo libre.
Fuente de la Información: https://efectococuyo.com/la-humanidad/fe-y-alegria-la-pandemia-es-una-oportunidad-para-transformar-la-educacion/