Swaraj, una filosofía de autodeterminación y toma de decisiones colectivas, inspiró la lucha de Gandhi por la independencia. Ahora está promoviendo enfoques de abajo arriba para proteger a la gente y al planeta.
En noviembre de 1909, Mahatma Gandhi viajaba a bordo del SS Kildonan Castle de Londres a Sudáfrica, y escribió su obra «Hind Swaraj” en tan solo 10 días de travesía en ese barco. Cuando el libro fue publicado en India, al año siguiente, la potencia colonial británica lo prohibió por sedición.
«Swaraj significa actuar de forma autodeterminada”, escribió Gandhi para mostrar a la población india cómo enfrentarse a las potencias coloniales y crear una sociedad más justa.
A pesar de que India obtuvo su independencia en 1947, los principios del swaraj establecidos en el texto de Gandhi han desempeñado un papel menor en la política india. Sin embargo, siguen resonando en la sociedad civil hasta el día de hoy, especialmente en los movimientos populares ambientales, según el conocido activista indio Ashish Kothari.
«El swaraj puede definirse como autogobierno, pero, en realidad, su significado va más allá”, explica Kothari, que ha escrito extensamente sobre el swaraj y la crisis ecológica. «Significa mi propia autonomía, autosuficiencia e independencia, tanto como individuo como comunidad. Pero no se trata de la noción americana de individualismo, de que puedo hacer lo que quiera”.
Democracia radical
Más bien, es un tipo de autonomía colectiva que reconoce nuestra dependencia y responsabilidad hacia otros seres humanos y especies. De esta manera, vivir en armonía con la naturaleza es fundamental para el swaraj.
«Hay que ser respetuoso con la naturaleza y reconocer que otras especies y la Tierra en su conjunto también tienen derechos. No solo están ahí para servir a la humanidad”.
«Eco-swaraj” no es un movimiento en sí mismo, pero Kothari utiliza el término para describir las pautas que ha observado en cientos de iniciativas en toda India, que se oponen a la construcción de presas y proyectos de minería y propugnan alternativas sostenibles. En todos los casos, los ciudadanos son la fuerza motriz de un enfoque de base, que va de abajo arriba.
«Uno de los principios fundamentales del eco-swaraj es la democracia radical, que significa que el poder reside en la gente común”, explica Kothari. «No se trata de que un gobierno establezca políticas. Se trata de todos. Cada persona debería estar en el centro de los procesos de toma de decisiones, sin importar de qué aldea provenga”.
Seguridad alimentaria en Telangana
Esos principios han ayudado a miles de mujeres del estado indio de Telangana a pasar de ser buscadoras de comida a proveedoras de alimentos. Antes de que se fundara la ONG agrícola india Deccan Development Society (DDS), en 1983, muchas familias del distrito de Sangareddy luchaban por conseguir suficiente comida. Hombres y mujeres trabajaban como agricultores temporales en tierras ajenas por salarios escasos, mientras que sus propios campos permanecían en barbecho.
DDS animó a las mujeres a formar sanghams, o grupos de autoayuda, para discutir la seguridad alimentaria y encontrar soluciones. Tomaron prestadas semillas de las aldeas vecinas y recuperaron los cultivos tradicionales adaptados al suelo y al clima árido.
Las 3.000 mujeres miembros de los sangham son ahora granjeras orgánicas que cultivan hasta 35 productos diferentes, como mijo, legumbres, semillas oleaginosas y plantas silvestres. También tienen su propio banco de semillas con 80 variedades. Durante el confinamiento del coronavirus en India, cada miembro donó 10 kilogramos de mijo, que se sirvieron como gachas para cientos de trabajadores sanitarios y de la limpieza.
«Antes de unirse a los grupos sangham, estaban solas”, señala Jayasri Cherukuri, co-directora del DDS. «Ahora, cuando hacen las cosas colectivamente, tienen más valor para hablar de los problemas a los que se enfrentan”.
Según Cherukuri, las mujeres que temían enfrentarse a los propietarios de las tierras para las que trabajan, ahora exigen un lugar en los comités del gobierno local. Y no son únicamente las comunidades rurales las que hablan sobre las decisiones ambientales.
El redescubrimiento de la tecnología tradicional para preservar el agua
En la ciudad de Bhuj, en el estado occidental de Guyarat, las iniciativas ciudadanas están elaborando sus propios planes para gestionar los residuos y el agua potable, que presentan a los organismos gubernamentales para su financiación. Ahora que los pozos perforados han agotado las aguas subterráneas, la ciudad sufre alternativamente escasez de agua e inundaciones. No obstante, estos proyectos dirigidos por los residentes locales son sostenibles. Están recuperando el sistema tradicional de reabastecimiento de pozos para preservar las aguas subterráneas, limpiando los lagos contaminados y recogiendo el agua de lluvia en escuelas y universidades.
Las iniciativas ciudadanas están coordinadas por Homes in the City (del inglés, «Hogares en la ciudad”), una ONG que ha estado trabajando con los vecinos de los barrios marginales de Bhuj durante una década. «Antes, los ciudadanos dependían de unos pocos funcionarios que tomaban decisiones por ellos”, cuenta Aseem Mishra, director del programa Homes in the City. «Ahora estamos tratando de cambiar la mentalidad de los ciudadanos. Queremos que sepan que tienen voz en el desarrollo urbano”.
Soluciones para problemas locales
Una ventaja de las iniciativas ciudadanas es que se basan en tradiciones y condiciones ecológicas locales.
«Cada región y cultura tiene sus propias tradiciones y comprensión de la naturaleza”, explica Brototi Roy, una estudiante de doctorado que investiga los movimientos de justicia ambiental en la Universidad Autónoma de Barcelona. La filosofía eco-swaraj puede aplicarse a diferentes contextos locales y reconoce que no hay una solución para todos.
Según Kothari, el eco-swaraj tiene fuertes similitudes en otras partes del mundo, como los conceptos de Ubuntu («Soy porque somos”) en África, el «Buen Vivir» en América del Sur, el movimiento de Autonomía Zapatista en México y «Abwicklung des Nordens” (Desarrollo del Norte) en Alemania.
Con valores compartidos de autonomía, justicia social y vida en armonía con la naturaleza, estos marcos se están utilizando para poner en tela de juicio un enfoque general de los problemas ambientales arraigado en el «desarrollo”, es decir, la idea de que el Sur global debería esforzarse por emular las economías más ricas de los «países desarrollados” del Norte global.
Resistiendo al imperialismo, antes y ahora
Gandhi no fue el primero en aplicar el swaraj a la lucha por la independencia de India. Ya fue fundamental en la resistencia del siglo XIX al imperialismo británico, y la idea tiene raíces mucho más antiguas en el subcontinente indio, que albergó algunas de las primeras democracias del mundo ya en el siglo VI a.C.
Ahora, activistas como Kothari están utilizando esta idea para enmarcar alternativas a «la tendencia de ‘modernidad’ y ‘estructuralismo’ que da forma al mundo entero en un marco occidental homogéneo, consumista y materialista”, como señala en un documento de 2018.
Las soluciones ambientales convencionales podrían centrarse en las emisiones de carbono, plantar más árboles o depender de una aplicación para gestionar recursos, según Roy. Pero esto no altera fundamentalmente un sistema en el que la salud ambiental y humana está librando una batalla perdida contra el desarrollo económico.
«Cuando consideramos a la gente y al planeta por encima de los beneficios, los recursos se gestionan mediante la participación local y podemos llegar a un modo de vida ecológicamente más favorable”, concluye.
Fuente: https://www.dw.com/es/eco-swaraj-una-democracia-verde-y-radical-en-india/a-54632072