El director adjunto del Centro de Estudios de la Juventud de la Universidad de Melbourne advierte que la pandemia dejará problemas de salud mental y económicos en las nuevas generaciones.
Hernán Cuervo (Buenos Aires, 49 años) es director adjunto del Centro de Estudios de la Juventud de la Universidad de Melbourne, Australia, país al que llegó hace una década para hacer el doctorado. Especializado en la transición de la juventud a la edad adulta, el sociólogo fue el encargado de inaugurar, por streaming, las terceras jornadas sobre estudios de juventud que organizan las principales entidades académicas y de investigación españolas en la materia, y en esta edición están centradas en los efectos de la pandemia.
Pregunta. ¿La actitud de los jóvenes ante la crisis sanitaria tiene características comunes?
Respuesta. Yo creo que está siendo parecida en buena parte de los países, y se basa en una dualidad. Por un lado, los jóvenes se contagian más porque se exponen más, pero el resultado no es fatal como lo es para los mayores de 60 o 70 años, así que tienen más la oportunidad de continuar una vida normal que otros sectores de la población porque saben que para ellos la enfermedad tiene una baja mortalidad y en la mayoría de los casos van a ser asintomáticos, o van a pasarla como un resfriado. Por otro lado, si me tomo a mí, una persona de cuarenta y pico, casado y con una hija, cuando llega la noche pongo a mi hija a dormir, ceno con mi mujer, quizá veo una película. La juventud, en cambio, vive más en la calle, en los espacios públicos, aunque ahora también en los privados, y buscan socializar. Tienen más necesidad de contactos y de amistad para generar su identidad.
P. ¿Cómo puede conseguirse que cumplan más las normas de prevención?
R. Son necesarias varias medidas, como las que se han aplicado en Melbourne, que ha sido el principal foco de Australia. La primera han sido campañas de información dirigidas a los jóvenes por los canales por donde se informan y comunican, que son las redes sociales, explicándoles que cuando se contagian el problema no es para ellos, sino para sus seres queridos. En segundo lugar, un toque de queda desde las siete de la tarde a las cinco de la mañana, porque se vio que los jóvenes, y también adultos, salían, y si los bares estaban cerrados se reunían en casas, lo cual resulta aún más peligroso. La siguiente fue, dado que mucha gente se quedó sin empleo, ofrecer ayudas económicas, así como destinar una gran partida al servicio de salud mental para hacer frente al impacto del confinamiento. Y también mucha presencial policial en la calle y multas. Es decir, una fuerte presencia del Estado en apoyo, pero también en control.
P. ¿Cómo están viviendo los jóvenes esta situación?
R. De manera difícil. Los resultados no los vamos a ver hoy, sino probablemente dentro de dos años. Ahora se trata de pasar el momento y los jóvenes viven el presente, el día a día, y las redes sociales les ayudan a estar conectados. Pero va a haber problemas, de salud mental debido a los confinamientos y también económicos. Muchos de ellos ya están desempleados. Y el impacto en los niños que están en la secundaria puede ser fuerte, aunque eso va a depender en gran medida de cuál sea la reacción del Estado para reducirlo. El futuro de los jóvenes es tal vez más preocupante que el presente.
P. ¿El virus también va a hacer más difícil el tránsito de la juventud a la adultez?
R. Las transiciones a la adultez, en muchos países, desde Australia y Gran Bretaña a España o Italia son cada vez más extensas. Antes, tener un empleo seguro a jornada completa, comprarte una casa y casarse, se producía en la cultura anglosajona a mediados de los 20 años, en España o Italia un poco más tarde, pero ahora esos objetivos se alcanzan pasados los 30 años. La covid va a producir que las transiciones sean aún más extensas y aún más precarias. Van a necesitar más al banco de los padres, y cuando se necesita a la familia lo que sucede es que se genera más inequidad. Por otra parte, mientras en la pandemia algunos la estamos pasando sin mayores problemas económicos, incluso estamos pudiendo ahorrar dinero, porque hemos mantenido el empleo teletrabajando y hemos gastado menos, esto no les ha ocurrido a muchos jóvenes. Sus ingresos han decrecido porque los bares, restaurantes, negocios relacionados con el turismo o tiendas de ropa donde ellos consiguen empleo han estado y quizá vuelvan a estar cerrados.
Fuente: https://elpais.com/educacion/2020-12-06/hernan-cuervo-el-futuro-de-los-jovenes-preocupa-mas-que-el-presente.html