Si quieres que los niños no se pasen las vacaciones pegados a las pantallas, la lectura puede ser una solución entretenida y didáctica para el verano. Te contamos cómo fomentar este hábito
Además de los juegos y deportes, que son un must del verano, existe otra actividad que los niños pueden disfrutar y que les hará entretenerse en las muchas horas libres que tendrán en la época vacacional. Se trata de la lectura y fomentar este hábito entre nuestros hijos es parte de la responsabilidad de los padres. «Debemos transmitir a los niños que la lectura es buena en sí misma. Que no hay un “para qué” en la lectura, y reafirmar así que el tiempo de verano (ese que llamamos tiempo libre) es el más importante del año, porque uno es libre para hacer lo que desea, para aquello a donde el corazón se nos va cuando lo dejamos suelto», afirma Pablo Velasco Quintana, editor de CEU Ediciones.
Leer al aire libre
Pero ¿y si además de leer y culturizarse, los niños pueden disfrutar del buen tiempo reinante en verano? Es entonces cuando la lectura al aire libre toma sentido. Solo tienen que meter un libro en la maleta y buscar el lugar apropiado para comenzar a leer al aire libre. Al preguntar a nuestro experto, Pablo Velasco, acude a sus recuerdos de la infancia: «Un campo de Castilla, la sombra de un castaño, y no poder despegarme de aquel libro. Ah, y el partido de fútbol que había jugado antes fue antológico».
La lectura en el jardín o en la playa pone en contacto directo con la naturaleza a los niños. Y una buena idea es leer en voz alta (tanto ellos como nosotros), ya que estimula la mente de los niños y fomenta su creatividad. Además, la lectura ejercita el cerebro de nuestros pequeños y fomenta su creatividad y habilidades lingüísticas.
Actualmente, la competencia que tiene el libro es dificil de igualar porque la televisión, los videojuegos y las tabletas estimulan también otros sentidos. Solo podremos transmitir a nuestros hijos la pasión por la lectura si nosotros mismos la amamos. Tenemos que dedicarle horas y compartir este hábito con ellos: ahí está la clave del éxito. Tenemos que implicarnos más para que la lectura sea una actividad elegida por ellos y que además la vivan de manera natural, sin forzar.
«Tradicionalmente ha funcionado eso de poner los libros «a tiro». Así, como quién no quiere la cosa uno se encuentra con Huckleberry Finn y se le transforma el verano», comenta el editor de CEU ediciones. « También es un planazo lo de ir toda la familia a una librería los primeros días de vacaciones, y elegir cada uno una lectura», añade.
Elegir un libro adaptado para cada etapa y edad es una buena forma de que se sientan cómodos con la actividad. Si además, dentro de los libros que se adapten a su edad, ellos mismos pueden seleccionarlo, se sentirán partícipes de la elección y estarán más motivados con la lectura.
«Desgraciadamente se ha puesto de moda un tipo de libro que responde a ‘lo que un adulto piensa que le gusta a un niño’, y se han obviado o retirado algunas grandes historias. Es decir, que muchas coloridas novedades de literatura infantil y juvenil tratan a estos lectores (que según las estadísticas son el grupo más numeroso) de tontos. Y desde luego que no lo son. Tienen un corazón que sabe perfectamente detectar aventuras apasionantes y verdaderas. ¡Qué momento tan bueno es el verano para echar la vista atrás y proponer a nuestros hijos esas lecturas que a nosotros nos fascinaron!», concluye Pablo Velasco Quintana.
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