Tres mujeres afganas ejemplares piden a la comunidad internacional que apoye urgentemente la educación de las niñas y las mujeres

UNESCO

“Hoy en día, una niña afgana que desee acceder al derecho humano fundamental de la educación tiene dos opciones: Si tiene suerte, irse al extranjero, o pasar a la clandestinidad. Convertirse en refugiada o, de hecho, convertirse en una delincuente en Afganistán. Estamos hablando de una niña de 12 años”.

Estas son las enérgicas palabras de Shabana Rasikh, fundadora de School of Leadership Afghanistan, una de las tres mujeres afganas que tomaron la palabra durante un debate organizado en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York para conmemorar el Día Internacional de la Educación de este año, el 24 de enero. La UNESCO dedicó el Día a las niñas y mujeres de Afganistán que se han visto privadas de su derecho a la educación y reclamó el levantamiento inmediato de la prohibición que restringe su acceso a la escuela y a la universidad.

La institución de la Sra. Rasikh, School of Leadership Afghanistan, era un internado para niñas que funcionó en Kabul entre 2006 y 2021. Tuvo que trasladar a toda la comunidad escolar a Rwanda, donde continúa actualmente su labor.

“La realidad es que una mujer sin acceso a la educación es una mujer sin poder de acción”, afirmó la Sra. Rasikh. “Es una mujer sin independencia económica o personal. Una mujer que vive de limosnas, completamente dependiente de otros para satisfacer sus necesidades básicas”.

Desde septiembre de 2021, el regreso a la escuela de todas las niñas afganas mayores de 12 años se ha pospuesto indefinidamente, dejando a 1,1 millones de niñas y mujeres jóvenes sin acceso a la educación formal.

En diciembre de 2022 se suspendió hasta nuevo aviso la educación universitaria para mujeres, lo que afectó a más de 100.000 alumnas que asistían a centros de educación superior públicos y privados.

“Primero, los talibanes nos privaron a las mujeres afganas del derecho a la escuela secundaria; después, del derecho a acceder a la universidad”, lamentó Rasikh. “Ni niñas que se gradúen en secundaria; ni mujeres con títulos universitarios; ni libertad para encontrar trabajo; ni habilidades que aportar a ningún mercado laboral. Ningún lugar donde existir más allá de las paredes del hogar. Sin independencia, sin libertad, sin voz, sin esperanza. Este es el futuro que nos reservan”.

La Sra. Rasikh hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que invierta con miras a garantizar que las refugiadas afganas tengan acceso a una educación de calidad en sus países de acogida.

“Para que cada niña afgana en el exilio se convierta en una mujer afgana instruida y preparada para regresar a Afganistán”, afirmó. Rasikh también abogó por aumentar la inversión en aprendizaje en línea y encontrar soluciones innovadoras, seguras y eficaces para llegar a todas las niñas del país.

“¿Cuánto vale una chica? Lo vale todo. Y puede hacerlo todo”, concluyó Rasikh.

“Por desgracia, la comunidad internacional, los líderes mundiales y el mundo en su conjunto, nos han fallado. Y por ‘nosotros’ me refiero al ‘futuro’. El futuro que todos compartimos juntos”, afirmó Aydin Sahba, estudiante de la Escuela de Liderazgo de Afganistán y activista que ofreció otro testimonio enérgico durante el debate de Nueva York.

“Quiero que el mundo luche por mis hermanas”, afirmó. “Porque por mis hermanas – todas las que se quedaron en el país – merece la pena esta lucha […] Mientras la crisis actual siga afectando a las vidas de millones de niñas afganas, debemos ser plenamente conscientes de las raíces y las repercusiones a largo plazo de dicha crisis, y actuar en consecuencia. Limitarse a abrir las puertas de escuelas y universidades ya no es la solución definitiva”.

La Sra. Sahba recordó que la calidad y el contenido de la educación que reciben los niños afganos también deben abordarse. También aplaudió a las niñas y mujeres de Afganistán que protestan cada día en las calles de todo el país y exigen que se levante la prohibición de su derecho a la educación.

La activista y escritora afgana Pashtana Dorani, que se vio obligada a exiliarse, también compartió su historia. Es fundadora y directora ejecutiva de Learn Afghanistan, la primera red de escuelas digitales del país.

Es hora de que los líderes mundiales comprendan que la educación en Afganistán no es un proyecto de seis meses”, insistió. “Es un compromiso a largo plazo”.

La Sra. Dorani sacó a la luz algunos de los retos relacionados con el desarrollo de herramientas, la formación de los docentes y el acceso a los contenidos pedagógicos en las lenguas locales, tanto en línea como fuera de línea. También sugirió mecanismos de financiación alternativos y soluciones para apoyar a las comunidades del país que están marcando la diferencia y luchando por sus derechos.

“El acceso a la educación no significa que todas las niñas de Afganistán vayan a tener acceso a oportunidades”, afirmó. “Porque el acceso a la educación, sin ninguna oportunidad, no significa nada. Si no tienes independencia económica, si no tienes independencia emocional, y si no tienes derecho a moverte, a viajar o a hablar libremente”.

Actualmente, el 80% de las niñas y jóvenes afganas en edad escolar – 2,5 millones de éstas – permanecen sin escolarizar. Casi el 30% de las niñas afganas nunca ha accedido a la educación primaria.

¿Cómo apoya la UNESCO la educación en Afganistán?

La UNESCO ha estado muy implicada en el apoyo al sistema educativo de Afganistán durante los últimos 20 años. Desde agosto de 2021, ha reorientado sus intervenciones para garantizar la continuidad de la educación mediante clases comunitarias de alfabetización y desarrollo de capacidades para más de 25.000 jóvenes y adultos, incluido un 60% de mujeres y niñas adolescentes en 20 provincias. Su campaña de sensibilización “Alfabetización para un futuro mejor” llegó a más de 20 millones de afganos con el objetivo de aumentar la concienciación pública sobre el derecho a la educación de jóvenes y adultos, especialmente mujeres y niñas adolescentes.

La UNESCO también está trabajando en una iniciativa de seguimiento de datos sobre educación para garantizar datos fiables, de modo que los asociados del sector educativo canalicen la financiación hacia las necesidades educativas de mayor urgencia.

https://www.unesco.org/es/articles/tres-mujeres-afganas-ejemplares-piden-la-comunidad-internacional-que-apoye-urgentemente-la-educacion

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