¿Por qué organizarse y vivir desde las pedagogías feministas?

Por Selene Kareli/CII-OVE

Creo firmemente que las pedagogías feministas son una forma de vida y no sólo algo que se aprende y comparte dentro de las aulas. Sin duda es necesario que las pedagogías feministas estén presentes en los centros escolares; sin embargo, estas no pueden ser reducidas a la escolarización, tienen que salir a las calles e impregnarse en todo espacio público y privado. Pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de pedagogías feministas? En primera instancia, apunta a las diversas acciones para la reivindicación de los derechos laborales, políticos, sociales, educativos, económicos, reproductivos, de las mujeres. Es sabido que el sistema patriarcal oprime y segrega, por ello, la exigencia de todos estos derechos debe surgir desde lo cotidiano, propiciando el involucramiento activo y participativo de todAs nosotrAs en diversos sectores, tanto en la toma de decisiones dentro de las agendas públicas, así como en lo privado. En lo rural, lo urbano, lo indígena, lo campesino. El valor de la mujer por ser mujer debe ser reconocido como algo significativo y necesario en todos los procesos de socialización y emancipación.

De tal manera, es de destacar que las pedagogías feministas no son algo acabado y definido, todo lo contrario, están en constante construcción, siempre caminando hacia la reapropiación de nosotras mismas y abriendo múltiples posibilidades para crear comunidad, dejando un camino un tanto más arado para las futuras generaciones; sin olvidar la enseñanza de la conciencia social, la conciencia de clase y la conciencia histórica para la continuidad de esta lucha que reivindica a las mujeres. Caminos arados no significa que ya todo esté acabado, hay que cuidar de la tierra, regar lo andado e ir germinando nuevas ideas emancipatorias, pues en las sociedades capitalistas que nos ha tocado habitar el despojo está al acecho.

Por lo antes referido, las mujeres debemos recuperar el poder sobre nuestro cuerpo como primer territorio que habitamos para que los pasos que sigamos dando sean más firmes y fuertes. Los medios de comunicación mucho nos han empujado a alejarnos de nuestra esencia, buscando sueños y cuerpos que no son los nuestros; por tal, se vuelve urgente tomar el poder sobre nosotras y acuerparnos desde la digna rabia y la ternura. Es vital desaprender esas formas patriarcales, sexistas y capitalistas en las que nos han enseñado a sobrevivir, estamos en busca, creación y construcción del Buen Vivir.

Finalmente, destaco que grandes escritoras y activistas feministas como Angela Davis, bell hoks, Teresita Antazú, Aura Cumes, Berta Cáceres, Diana Maffia, Manuela D’Ávila, Yásnaya Aguilar, Clara Zetkin,  (solo por mencionar algunas); colectivas como lo son Pañuelos en Rebeldía, la Cátedra Libre Virginia Bolten, Mujeres Creando-Bolivia, Espacio de Mujeres del Frente Popular Darío Santillán, Colectivo Minervas (Uruguay), Red de feminismos descoloniales (México), Unión de Nacionalidades Ashaninkas y Yaneshas (Perú), así como muchas mujeres cuyo nombre ha sido silenciado pero que han puesto cuerpo, mente, corazón y vida, han creado formas muy otras de educación ―educación crítica y popular― que apuntan a establecer sociedades más justas, igualitarias y dignas, un espacio donde quepa la diversidad. Un mundo donde quepan muchos mundos. En eso trabajamos cada día desde las pedagogías feministas, reconociendo el compromiso que se adquiere cuando la conciencia nos habita.

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Selene Kareli Zepeda Pioquinto

Socióloga de la educación y maestra en Desarrollo Educativo