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Buenos Aires, Argentina | AFP | por Liliana SAMUEL.
Miles de personas se movilizaban este viernes al llamado de las cinco centrales obreras de Argentina, separadas durante los 12 años de gobiernos kircheristas pero reunidas tras cuatro meses del gobierno de Mauricio Macri, a raíz de los ajustes y despidos en un escenario de alta inflación.
Con un operativo pensado para más de 100.000 personas, el centro de Buenos Aires quedó virtualmente bloqueado con columnas de distintos gremios que se concentrarán ante una tarima donde se escucharán cuatro de los cinco líderes sindicales históricos que hasta fines de 2015 no podían verse las caras por su apego o no al kirchnerismo.
La movilización frente al Monumento al Trabajo, en el barrio de San Telmo de Buenos Aires, cierra una semana en la que Macri sufrió su primera derrota parlamentaria.
El senado aprobó el miércoles una ley antidespidos que el presidente promete vetar si termina por ser votada en Diputados al considerar que “destruye el trabajo”.
Las consignas se centran en poner un freno a los despidos a través de la ley de emergencia ocupacional, contra el “tarifazo” de 300% promedio de los servicios básicos y la inflación que ya ronda el 40% anual.
También anticipan “paro nacional ya si Macri veta ley antidespidos”, decían pancartas de obreros.
“Esperamos que Macri tenga la misma celeridad que tuvo con el campo”, dijo irónicamente el dirigente de camioneros Pablo Moyano, en referencia a la eliminación de impuestos a la exportación para la mayor parte de los agroproductores que anunció Macri cuatro días después de asumir en diciembre.
Ahora “si Macri veta la ley va a quedar como el presidente que avala los despidos”, cerró.
Las tres alas de la mayoritaria Confederación General del Trabajo (CGT) y las dos vertientes de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) dejaron atrás las diferencias que los dividieron durante la gestión de Néstor y Cristina Kirchner (2003/2015) para hacer frente a lo que consideran una embestida contra los trabajadores.
Hugo Yasky, secretario general de la CTA, consideró que es un “día histórico porque el movimiento obrero organizado en su conjunto se moviliza. Se puede cuestionar que no actuamos antes”, dijo.
El ministro del Interior Rogelio Frigerio abogó por una marcha en paz que celebre el Día del Trabajador. “Otra cosa sería un poco difícil de justificar, a poco más de cuatro meses de la gestión que, como todos saben, arranca con una herencia pesadísima”.
Médicos, maestros, bancarios, portuarios, estatales, universitarios y un sinnúmero de sindicatos ya han hecho huelgas y protestas en los últimos meses.
Macri atento
Macri viajó a Tucumán (1.200 km al norte) para anunciar un Plan Nacional del Agua con el cual se prevé crear 200.000 puestos de trabajo, y dejó saber que estaba atento a los reclamos sindicales.
“Todo el mundo tiene el derecho a expresarse, pero estamos trabajando en todas las cuestiones que plantean”, dijo el presidente.
“Sabemos que hay bajar la inflación, hay que generar más empleo y que haya más inversiones, y para eso estamos trabajando todos los días”, apuntó.
De aprobarse la ley antidespidos por seis meses, Macri podrá usar el derecho a veto, una decisión con alto costo político en un contexto de ajuste económico y con unos 100.000 despidos desde que asumió en diciembre, según sindicatos.
El gobierno admitió que en los primeros tres meses del año despidió a casi 11.000 empleados.
Sólo en febrero, el empleo en la construcción bajó 6,5% en la comparación interanual, informó el jueves el Instituto de Estadística de la Industria de la Construcción (IERIC), un sector particularmente afectado por el freno a la obra pública.
Cámaras industriales admitieron que miles de puestos de trabajo están en riesgo, por el alza de costos y la caída de consumo, cuyo impulso había sido uno de los ejes del gobierno anterior.
El kirchnerismo, el peronismo no kirchnerista, los partidos de la izquierda radicalizada, así como organizaciones sociales se sumarán a la movilización.