Argentina/15 de Mayo de 2016/Río Negro
“Es un mito eso de que aquel que estudia es un nerd que no tiene vida social. Se puede tener una vida normal”, asegura Juan Martín. Javier confirma con la cabeza que es así, se puede vivir y hacer ciencia al mismo tiempo. Sueñan con ser científicos, estudiar en el exterior, viajar por todo el mundo, y luego volver a vivir a Villa La Angostura.
Están lejos del típico estereotipo del adolescente medio. Juan Martín Fernández y Javier Collinao son dos de los cuatro jóvenes que representarán a la Argentina en la 27° Olimpíada Internacional de Biología que se realizará en julio en la ciudad de Hanoi, en Vietnam. Los otros dos chicos son de Mar del Plata y Córdoba.
Son el orgullo de sus padres, de la comunidad educativa del CPEM 68 y días atrás el Concejo Deliberante los declaró personalidades destacadas de Villa La Angostura.
Pero para llegar a donde llegaron, Javier y Juan pasaron infinidad de horas estudiando y haciendo prácticas en el laboratorio del CPEM 68, donde cursan actualmente 5to año. También debieron pasar distintas instancias y exámenes a nivel regional y nacional.
Todo comenzó cuando cursaban 2do año y la profesora de Biología, Guadalupe Posadas, los incentivó para que participaran en la Olimpíada de Biología. “Mi gusto por la Biología nació con la primera Olimpíada. Me anoté más por participar, no me gustaba particularmente la biología, no teníamos mucha idea. Nos fue bien y al siguiente año seguimos”, cuenta Javier. Además, participó en olimpiadas de química y ciencia junior.
Juan Martín vive con su mamá y su hermana menor. Su madre trabaja como mucama en hosterías. “Me apoyan en todo, están orgullosas y muy emocionadas”, cuenta.
Javier pertenece a la comunidad mapuche Paicil Antriao y vive con sus padres en el Cerro Belvedere. Su papá es oficial albañil y fue elegido autoridad de la comunidad hace poco. No tienen luz ni gas natural. Javier pasa bastante tiempo en la escuela después de clases para estudiar porque en la casa suele hacer frío. “Llego a mi casa y tengo que hacer fuego, no hay gas natural. Tampoco electricidad y en las noches prendemos un grupo electrógeno que es muy caro, cuando no, hay que usar velas “, cuenta.
Ir a estudiar a alguna gran ciudad sin duda es un desafío para las familias en lo económico. Llamativamente, no les han otorgado becas y lograron llegar adonde llegaron por el apoyo del CPEM 68, sus padres, la comunidad educativa y una profesora con mucha dedicación.