Francia ¿Quién pilotea la ley El Khomri?

Michel Husson

“Es una ley escrita en un despacho, con una total ausencia de transparencia, entre Matignon y el director de gabinete de Myriam El Khomri”, declara a Liberación un socialista desconcertado /1. El director de gabinete en cuestión se llama Pierre-André Imbert y su trayectoria tiene interés sociológico, ya que aclara un poco la cuestión que se plantea mucha gente: ¿Cómo ha podido el gobierno francés abrazar en cuerpo y alma la doctrina neoliberal?
Primer período: una juventud heterodoxa
Pierre-André Imbert es un economista de 45 años. Provisto de un diploma de economía del trabajo y de políticas sociales y de un MBA (Master of Business Administration, ndt) del ESC-EAP /2, se convirtió en profesor-investigador de la Universidad de París 1. Sus publicaciones están marcadas por la heterodoxia, por ejemplo un artículo/3 en el que muestra “como la descentralización de la negociación colectiva favorece la dualización de algunas economías”. Colaboró en la efímera revista Pétition, así como en una obra colectiva (Contra la dictadura de los mercados) publicada por ATTAC (de la que es miembro de su Consejo Científico). En 2001 Imbert firmó una nota de la Fundación Copernic/4, Por un pleno empleo de calidad, que se presenta como una crítica del social-liberalismo y, más particularmente, del informe Pisani-Ferry/5 sobre el pleno empleo. En un artículo/6 de Le Monde Diplomatique –firmado con Liêm Hoang-Ngoc–, Pierre-André Imbert proponía entre otras medidas el paso a las 35 horas que “permitiría desencadenar una dinámica global de creaciones de empleos estables a tiempo completo”.
Imbert participó también en el lanzamiento, con Liêm Hoang-Ngoc, de la llamada de los economistas para salir del pensamiento único. He aquí como Liberation/7 dió cuenta de su génesis. “Plaza de La Bastille, diciembre de 1995. Volviendo de una manifestación, dos jóvenes, Liêm Hoang-Ngoc, de 31 años, y Pierre-André Imbert, de 25 años, debaten y se interrogan sobre su propia utilidad en el movimiento social. Investigadores en economía, abominan de la forma como los medios de comunicación ‘se sirven del discurso económico para denunciar la irracionalidad de la cólera del pueblo’. La mayoría de los expertos interrogados por la prensa, sean de derecha o de izquierda, defienden en efecto el plan Juppé de racionalización de los gastos de salud. Nuestros dos manifestantes deciden hacer algo”. En este mismo artículo, Imbert explica que forma parte “de una generación que solo ha conocido la crisis y que no ha participado en la batalla de los años setenta; ninguno de entre nosotros ha tenido experiencia del poder socialista, cuya política económica es para nosotros un patente fracaso”.
En 1997 la izquierda llega al poder. Paralelamente a sus actividades académicas y militantes, Imbert, que es también militante socialista, más bien de su ala izquierda, se convierte en consejero del presidente de la comisión de finanzas de la Asamblea Nacional, en ese momento Henri Emmanuelli/8, puesto que ocupará hasta el 2002.
Segundo período: consejero de la patronal
Después de la caída de la izquierda, Imbert debe reconvertirse. Después de un paso durante algunos meses por el gabinete Apex que trabaja para los comités de empresa, es reclutado por el gabinete Altedia que aconseja a las empresas (más del 80% del CAC 40) [las 40 empresas de mayor capitalización bursátil; ndt] sobre las reestructuraciones, la gestión de las carreras profesionales y la comunicación. El gabinete está presidido por Raymond Soubie que asesorará al gobierno Raffarin sobre la reforma de las pensiones. En 2005, Soubie vende Altedia, mientras que Imbert sube escalones en el interior del gabinete: se convierte en Senior Project Manager y después en Businees Unit Manager en el interior del departamento “Ingeniería social, reestructuraciones y reindustrialización”. En este cometido le corresponde gestionar “las mayores reestructuraciones de estos últimos años” precisa su retrato en Liaisons Sociales Magazine /9. A inicios de 2011, Imbert pasa al gabinete Alixio, nueva propiedad de Soubie, y después se convierte en su director general adjunto hasta la vuelta de la izquierda al poder, en mayo de 2012.
Sin embargo la reconversión solo se realiza progresivamente: en 2004, Imbert ha sido ya reclutado desde hace ya un año por Altedia, donde acompaña las reestructuraciones de empresas. Pero la discordancia de los tiempos hace que aparezca en la revista Projet un artículo/10 en el que se presenta todavía como “economista y militante socialista” y en el que fustiga el “pensamiento tuerto“, es decir el “social-liberalismo”.
El artículo revela un cierto grado de esquizofrenia. Por un lado, Imbert “acompaña” las reorganizaciones de empresas al servicio de la patronal; por otro lado reitera su denuncia del social-liberalismo: “No partir de los sufrimientos vividos en el trabajo (la explotación) o en la ausencia del trabajo (la exclusión), no ligarlos a la naturaleza del sistema económico, no desarrollar las esferas de desbordamiento de las relaciones sociales, constituyen una carencia cruel del social-liberalismo. El socialismo se ha hecho fuerte por la articulación de una crítica social del capitalismo, apoyada en la dimensión estructurante del conflicto capital/trabajo y una crítica basada en el desarrollo del individuo cuyas dimensiones relacionales y espirituales son negadas por la estandarización y la mercantilización. Olvidar una de estas dos dimensiones le convierte en un pensamiento tuerto y reduce su impulso emancipador”.
Tercer período: el hombre de las “reformas”
En 2012, François Hollande es elegido presidente. Imbert abandona entonces Alixio para convertirse en consejero técnico sobre las empresas y los cambios económicos del nuevo ministro de trabajo, Michel Sapin. Ha sido localizado por la “task force” del candidato. En abril de 2014, Imbert pasa a ser director adjunto del gabinete del nuevo ministro de trabajo, François Rebsamen, y cuatro meses después su director de gabinete. Conservará ese puesto cuando en agosto de 2015 dimite Rebsamen y es reemplazado por Myrian El Khomri. Durante todo este período, Imbert hace de “bombero” en PSA [varios miles de supresiones de empleo, pero 101 despidos invalidados por los prud’hommes de Bobigny] [el consejo de prud’hommes es una institución surgida en Francia en la Edad Media y que en la actualidad es una jurisdicción de primer grado para conflictos derivados del contrato de trabajo; ndt] y Mory-Ducros [2800 despidos, pero el plan social será anulado por el Consejo de Estado].
Imbert “pone la música” a la ley de aseguramiento del empleo y se congratula de ello con la periodista de Liaisons Sociales: “antes, los procedimientos eran conflictivos y no acababan. Hoy la tasa de cuestionamiento de los PSE [plan de salvaguardia del empleo] se ha dividido por cuatro”. Y el panegírico continúa: “trabajo en domingo, cuenta personal de formación, reforma del ministerio, ¡no es cuestión de desacelerar el ritmo!, avisa este gran currante. Aunque se está a mitad del mandato hay ideas a poner en marcha. Para desarrollar su hoja de ruta, el ministro puede contar con él”.
Así pues Imbert es el hombre clave en la génesis de la ley El Khomri. Se puede pensar que va a tener que “gestionar” un amplio movimiento social y que va hacia una prueba de fuerza en la que “jugar de bombero” tiene el riesgo de sobrepasar sus competencias. Pero como la fuga hacia delante del gobierno en un “pensamiento tuerto” (y quizá incluso ciego) conduce derecho a la pérdida del poder, Imbert prepara su salida. Según l’Opinion debería abandonar su puesto director de gabinete antes de fin de año, para asumir la cabeza de la Delegación general del empleo y la formación profesional (DGEPF)/11. ¿Pero se podrá reemplazar a un servidor tan dotado del Estado?
Las razones de una trayectoria
Más allá del caso personal este itinerario es revelador de la capacidad de la burguesía de reclutar a los individuos útiles para la gestión de sus intereses. Sabe utilizar las competencias y proponer transacciones tentadoras. No es fácil asumir una función de intelectual crítico ni resistir a las sirenas de la ascensión social. El gusto –o la ilusión– del poder, Imbert lo adquierió de Emmanuelli, presidente de la comisión de finanzas, lo que no es poca cosa. Pero, como las políticas llevadas en ese marco no están fuertemente ancladas a la izquierda (esto es un eufemismo), en ese período de aprendizaje desarrolla una especie de neutralidad tecnocrática.
Cuando pierde ese interesante puesto debe reconvertirse y para ello hace valer el capital adquirido desde la escuela de comercio hasta la gestión social-liberal, pasando por encima del período heterodoxo. Como el trabajo en un gabinete ligado a los comités de empresa no ofrece sin duda una perspectiva de carrera suficientemente estimulante, se pasa al otro lado: después de todo se trata en los dos casos de animar el “diálogo social”. Pero, más allá de esa trayectoria individual, la posibilidad misma de ese paso señala la permeabilidad entre la esfera del partido socialista y las instituciones al servicio de la patronal. Los restos de pensamiento crítico se borran y se acumula un saber hacer que se va a poder valorizar al servicio de un ministerio supuestamente de izquierda, como si ello condujera a renovar el lazo con sus primeros amores. La aspiración individual a la coherencia se une con la pretensión del gobierno de reclamarse de izquierda: no se ha renunciado a ninguna de sus convicciones de izquierda puesto que se continúa su carrera “de izquierda”.
Pero todo ello solo es posible por la profunda interpenetración entre los “funcionarios” del Partido Socialista y los de la burguesía, que hablan el mismo lenguaje y comparten en el fondo la misma visión del mundo… y de su propio lugar en este mundo. Todo ello ciertamente no basta para dar cuenta del increíble alineamiento del gobierno francés con las concepciones liberales que es, además, profundamente suicida. La razón de fondo es sin duda que las transformaciones del capitalismo y su crisis han estrechado completamente el campo de la socialdemocracia. Pero el análisis de las formas de este alineamiento permiten también esclarecer el movimiento de fondo.
Nota de la Redacción de A l’encontre
Sería útil hacer una historia de la burocratización histórica tanto de la SFIO, como de otras organizaciones sindicales y socialdemócratas en Europa.
El proceso de burocratización es complejo y tiene rasgos particulares en cada formación social en Europa. Se trata de un proceso de separación parcial de la base obrera y de su defensa efectiva. Esta última pasaba por una defensa, más o menos combinada, de los intereses de los asalariados/as y de los propios del aparato político y sindical (posición social, papel jugado en los nacientes sistemas de “seguridad social”, gestión de edificios bajo forma de conjuntos cooperativos, responsabilidad en los “almacenes cooperativos”, etc.).
Esta fase de burocratización, en el interior del movimiento obrero propiamente dicho, ha sido analizada, bajo ángulos diferentes (más o menos), entre otros por Robert Michels, Rosa Luxemburgo, Karl Korsch, Leon Trotsky y también por Anton Pannekoek, etc.
El proceso se desarrolló antes de la Primera Guerra Mundial, pero tomó una amplitud mayor y diferente en diversos países tras una cooptación en las instituciones estatales. Por otra parte estas últimas no sirvieron de escudos frente a la represión de los años 1930 en diversos países. Incluso cuando hubo pasos de sectores de la izquierda oficial (tanto en Bélgica como en Francia y Alemania) a la derecha extrema como extensión de esa cooptación anterior.
El período de la postguerra conoció un “progreso” de la cooptación directa en los sectores de la industria nacionalizada. Esa fue la palanca que empujó a una transformación cualitativa de los círculos dirigentes de la socialdemocracia –entre otros países en Francia, tras las nacionalizaciones y después desnacionalizaciones (bajo Jospin)– que se han convertido en cogerentes de industrias y bancos de seguros. La integración en estructuras del capital se convierte en un itinerario bastante común en “personalidades” de la socialdemocracia.
La figura de Strauss-Khan es esclarecedora, ¡el que ha estado hasta en el FMI y ha “ensuciado” la reputación de Dodo la Saumure [conocido proxeneta francés y que ha sido inculpado junto a Strauss-Khan; ndt)], como ha confesado este último! Martine Aubry, hija de Delors, siguió su aprendizaje, entre 1989-1991–después de haber salido de la ENA (Escuela Nacional de Administración), como muchos de ellos–en Pechiney, dirigida entonces por Jean Gandois que fue presidente del ancestro del MEDEF: el CNPF [MEDEF es la organización patronal de Francia; ndt]. Martine Aubry ha abierto una fábrica (del grupo Pechiney) “modelo” por la llamada gestión participativa e integradora de los asalariados en Dunkerke y ha cerrado la fábrica de Noguères en los Pirineos Occidentales. Esta nueva etapa de absorción en los círculos económicos, que se afirma fuertemente en Francia en la segunda mitad de los años 1980, es la ruta que conduce a la transformación del PS en un partido burgués, en Francia y en otras partes. La caricatura es Gerhard Schröder, el hombre que pasó de la contrarreforma Hartz IV a flotar sobre el petróleo de Putin. Es cierto que este último, nuevo zar del Kremlin, ¡tiene el honor de ser defendido por el autoproclamado candidato a la presidencia de Francia: Jean-Luc Mélenchon!].
Notas
1/ Lilian Alemagna, Laure Bretton et Amandine Cailhol, “Loi El Khomri: procession libérale”, Libération, 26 de febrero de 2016.
2/ ESCP-EAP (European School of Management) es el resultado de la fusión en 1999 de la Escuela de comercio de París y de la Escuela europea de negocios, pertenecientes las dos a la Cámara de Comercio e Industria de París.
3/ “Normes du travail, formes et modes d’emploi, relations professionnelles”, Economies et sociétés, tome XXXII, n°3, marzo de 1998.
4/ Fondation Copernic: Pour un plein emploi de qualité. Critique du social-libéralisme, à propos du rapport Pisani-Ferry, 2001.
5/ Jean Pisani-Ferry, Plein emploi, rapport du Conseil d’Analyse Economique n°30, 2000.
6/ Liêm Hoang-Ngoc et Pierre-André Imbert, “Cinq leviers pour l’emploi”, Le Monde diplomatique, octubre de 1996.
7/ Pascal Riché, “Ces jeunes économistes qui ruent dans les brancards de l’orthodoxie”, Libération, 5 de febrero 1997.
8/ Emmanuelli, después de haber dimitido provisionalmente de su mandato de diputado y recuperarlo posteriormente, fue reemplazado por Augustin Bonrepaux entre enero de 1998 y febrero de 2000. En 2002, fundó la corriente Nuevo Mundo en el interior del Partido socialista, con Jean-Luc Mélenchon.
9/ Emmanuelle Souffi, Liaisons sociales Magazine, 3 octubre 2014.
10/ Pierre-André Imbert, “Une pensé borgne”, Projet nº 278, 2004.
11/ Olivier Auguste, “Myriam El Khomri va déjà devoir se trouver un bras droit”, l’Opinion, 29 septembre 2015.

 

Publicado en

A l´encontre / Traducción de Viento Sur
http://www.vientosur.info/

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Michel Husson

Economista francés. Se desempeña como administrador en el INSEE (Instituto Nacional de Estadísticas y Estudios Económicos) y es investigador jefe del grupo "Empleo" en el IRES (Instituto de Estudios Económicos y Sociales, vinculado al movimiento sindical). Ha sido miembro del Comité Central de la Liga Comunista Revolucionaria.