Publicado originalmente en UNICEF el 1 de junio del 2016
Para las niñas malienses refugiadas en el norte del Níger, el matrimonio temprano representa un peligro para su salud y para su educación. Pero un nuevo movimiento les está ayudando a evitar el matrimonio y permanecer en la escuela.
INTIKANE, Níger, 1 de julio de 2014 – Aïchatou Mohamed acude a la escuela primaria en Intikane, en el norte del Níger, donde viven más de 10.000 refugiados de Malí. A Aichatou le gusta la escuela y siempre llega a tiempo. Clasificada como la número tres de su clase, fue elegida por sus compañeras para representar a los alumnos en el Comité de gestión de la escuela, junto con los padres, las madres y la administración.
Aichatou procede de una familia extensa, como muchos entre el pueblo nómada de los tuareg que viven en la región. Su padre es un imán y su madre es ama de casa.
“Primero me estoy concentrando en los exámenes. Yo sé que si puedo conseguir un diploma, podría hacer el trabajo que elija”, dice. “Realmente estoy pensando mucho en Malí. Si la paz vuelve, incluso esta noche regresaríamos enseguida, porque nuestra vida era mejor allí”.
Cuatro de las compañeras de Aichatou ya están casadas. Una se casó hace algún tiempo, y otra acompañó a su marido a Libia, pero las otras dos niñas se casaron dentro del campamento y todavía acuden a la escuela.
Riesgos
En el Níger, casi una de cada tres niñas se casa antes de los 15 años. La práctica supone un alto riesgo de mortalidad infantil y materna. Casi todas las niñas que se casan temprano abandonan la escuela.
“Por supuesto, algunos familiares están haciendo todo lo que pueden para educar a sus hijos. Pero también hay algunas niñas que no piensan en ir a la escuela”, dice Aichatou.
“Si una niña a la que le prometen en matrimonio quiere permanecer en la escuela, tendrá que confiar en las maestras para obtener ayuda y evitar el matrimonio. Por el contrario, las niñas que quieren casarse ocultan a las maestras sus planes”.
Respuesta
En Intikane y en todo el Níger, UNICEF y sus aliados están tratando de convencer a las familias para que mantengan a sus hijos en la escuela, y para que dejen a las niñas continuar su escolarización incluso cuando se casan.
Tan pronto como recibimos la información nos ponemos en contacto con los organismos de la comunidad para que puedan hacer su parte”, dice Ousmane Oumarou, de la ONG Comité Internacional de Rescate. “Informan a la gente, se reúnen con la gente, y actúan de mediadores entre la escuela y las familias. Y luego se remiten de nuevo a nosotros”.
Los primeros dos matrimonios de niñas que vivían en Intikane se produjeron durante el receso escolar. Pero rápidamente surgió una respuesta.
“Incluso si no podemos impedir el matrimonio, nos reunimos con los familiares y tratamos de convencerles de que dejen a sus hijas en la escuela”, dice el Sr. Oumarou. “Por el momento está funcionando; por lo menos los padres nos dieron su consentimiento y las niñas siguen acudiendo a la escuela”.
Confianza
Las organizaciones ofrecen sesiones de concienciación sobre el matrimonio infantil para los refugiados. El tío de Aïchatou está del lado de las niñas. “El matrimonio temprano es un impedimento en la vida de las niñas, física y moralmente”, dice.
“Tengo confianza”, dice Aichatou. “Dios me ayudará a seguir adelante en la escuela. Me encanta la escuela y no quiero dejarla”.
Con el apoyo de su tío, de la escuela y de las autoridades locales, Aichatou podrá continuar sus estudios. Como ella, otras jóvenes dispondrán de la oportunidad de tener éxito en la escuela y de retrasar el matrimonio gracias a un movimiento sin precedentes en su comunidad.
Imagen tomada de: http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/images/12254ibc.jpg