Chile/11 de Junio de 2016/El Mostrador
Por: Izabel Zuñiga
Chile tiene uno de los sistemas de educación más segregados del mundo. Así lo ha dicho la OCDE. Nuestro sistema nos separa por nivel socioeconómico, por barrio, por ser o no inmigrante, por tener o no discapacidad, sólo por dar algunos ejemplos. En Chile, podemos saber las características de las personas por el colegio al que asisten. Sabemos, por ejemplo, que si alguien tiene discapacidad probablemente asiste a una escuela especial o, si tuvo suerte, a un colegio municipal. ¿Es esto bueno para el país?, NO, y lo dice la UNESCO y países desarrollados que cuentan con sistemas de educación de mejor calidad que el nuestro. La Reforma Educativa chilena lo ha entendido y está haciendo intentos por cambiarlo, pero la tarea no es fácil.
El primer paso que dio la Reforma fue cambiar lo que históricamente entendíamos por inclusión. Ya no se trata sólo de lograr que estudiantes de todas las condiciones socioeconómicas accedan a educación de calidad –relevante pero incompleta definición de inclusión–, sino de lograr que ninguna condición en los estudiantes se convierta en inequidad. La Ley de inclusión dice textual “inclusión en el sistema de educación es la eliminación de todas las formas de discriminación arbitraria que impidan el aprendizaje y la participación de los y las estudiantes y que es deber del Estado propender a asegurar a todas las personas una educación inclusiva de calidad”, y agrega “asimismo, es deber del Estado promover que se generen las condiciones necesarias para el acceso y permanencia de los estudiantes con necesidades educativas especiales en establecimientos de educación regular o especial, según sea el interés superior del niño o pupilo”. La Reforma define a nuestro sistema de educación como uno que DEBE ser inclusivo y, por lo tanto, sus componentes deberán ajustarse para dar cumplimiento a esta definición. El ajuste de sus componentes tomará varios años, pero algunos ya han comenzado a hacerlo.
Entre los avances importantes que se han hecho destaca el cambio en el sistema de admisión de estudiantes a establecimientos de educación regular. La Ley de inclusión señala que el sistema de admisión de estudiantes a educación regular deberá ser inclusivo y, para lograrlo, los colegios deberán utilizar admisión por sorteo. La misma Ley elimina el lucro, y con él, los incentivos en algunos sostenedores por aumentar utilidades a costa de no atender adecuadamente las necesidades de algunos de sus alumnos o, incluso, a costa de no aceptarlos. La Ley de Carrera Docente incorpora dentro de las competencias necesarias en nuestros profesores la atención a la diversidad en sus estudiantes integrándola en su formación inicial, en la formación continua que entrega el Ministerio de Educación y como especialización durante el desarrollo profesional de los docentes. El SIMCE también ha comenzado a considerar la inclusión puesto que ha incluido elementos de accesibilidad a estudiantes con discapacidad.
Sin duda el camino que queda por recorrer para afirmar que Chile cuenta con un sistema de educación inclusivo es largo. Será necesario evaluar el resultado de los avances ya logrados, y perfeccionarlos si la evaluación así lo recomienda, pero también se deben modificar elementos del sistema. Así, en el corto plazo, el Proyecto de Ley de Educación Pública deberá considerar la inclusión, también la Reforma a la Educación Superior, la Reforma a Educación Parvularia y la política de educación técnica.
Sin duda el camino que queda por recorrer para afirmar que Chile cuenta con un sistema de educación inclusivo es largo. Será necesario evaluar el resultado de los avances ya logrados, y perfeccionarlos si la evaluación así lo recomienda, pero también se deben modificar elementos del sistema. Así, en el corto plazo, el Proyecto de Ley de Educación Pública deberá considerar la inclusión, también la Reforma a la Educación Superior, la Reforma a Educación Parvularia y la política de educación técnica.
Que el sistema de educación nos mezcle y nos permita convivir con la diferencia nos hará bien como sociedad. Lo digo porque lo he visto en terreno, pero también porque lo confirman diferentes estudios. La inclusión mejora el ciclo de vida de quienes hoy viven discriminación de parte del sistema, y mejora habilidades sociales en todos los estudiantes. Y en Chile, país líder en segregación escolar, el tamaño del aporte de la inclusión será particularmente grande.
Fuente: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2016/06/11/inclusion-en-la-reforma-educacional-de-que-estamos-hablando/