Por: Aporrea
En momento de crisis es cuando el ser humano se fortalece y permite resurgir el hombre nuevo, es por ello que en los momentos de controversia que atraviesa nuestra querida Venezuela, se presenta una oportunidad ideal para generar cambios necesarios en la praxis del docente universitario en cuanto a la enseñanza de la ingeniería, en virtud de impulsar cambios significativos y superar los embates de una crisis producto de factores externos e internos, como consecuencia de la complejidad de la crisis múltiple del capitalismo y muy en particular de los ataques a Venezuela en el contexto de la Guerra de IV Generación.
En este sentido, se busca indagar sobre algunos aspectos teóricos, a fin de proporcionar herramientas que permitan identificar las particularidades del proceso de autopoiésis vivido por los docentes en la mediación del aprendizaje de la ingeniería, con el fin de ofrecer una alternativa de conocimientos sobre el escenario donde se propone generar cambios. Para ello se puede partir indicando que todo proceso educativo proporciona el fortalecimiento de la personalidad a través del desarrollo de los aspectos moral, intelectual y físico, para formar profesionales con alta calidad humana, que sean capaces y consientes de su papel de elevar la calidad de vida del planeta y nuestro país en su conjunto; de aquí que, el proceso educativo conlleva una manera de proporcionar a los individuos, esas capacidades que necesitan para desenvolverse y sobrevivir en un mundo de complejas exigencias; en otras palabras, es una manera particular de dotar al ser humano con una serie de competencias necesarias para alcanzar los logros planteados en su vida de acuerdo a la realidad del mundo que lo rodea.
Es por ello que tenemos que ver a la enseñanza de la ingeniería como un acto complejo en donde los procesos de enseñanza / aprendizaje deben plantearse desde la transdisciplinariedad y la integralidad de los problemas que vive nuestro entorno social, para que podamos re-enrumbar y reimpulsar los procesos productivos de nuestra patria.
Finalmente, es importante señalar que si queremos cambios en el ingeniero egresado de nuestras universidades, debemos primero generar cambios en la forma en que realiza la práctica docente la planta profesoral de nuestras casas de estudio, en el que la inserción de su praxis debe ir inmersa el cambio de paradigmas viejos, por nuevas tendencias que le permitan tomar posturas más vanguardistas, como el de la teoría de aprendizaje enmarcada en el enfoque conectivista, que integra las teorías clásicas de aprendizaje y ofrece una manera de que el aprendiz adquiera competencias formativas autodidacticas para su formación permanente. Estas posturas de mediación del aprendizaje en los docentes traerá consigo un mejoramiento en su propia práctica de enseñanza, basadas en su formación, destreza y experiencia en la ingeniería que enseña, bajo la búsqueda de proveer al futuro egresado las competencias y cualidades del perfil requerido, pero que además forme al sujeto como un ser integral, sensible, con alto sentido crítico y ético y que sea capaz de dar respuestas a las crecientes exigencias a las que se enfrentará en su vida profesional como ciudadano y ser humano. No obstante, para que esto sea posible, es necesario en primer lugar, que el docente asuma una actitud crítica desde y en su propia formación, la cual, lejos de centrarse solamente en la actualización de los últimos avances del conocimiento de su materia específica, debe asumir desde la perspectiva de la formación integral los componentes: ético, pedagógico, científico, humanístico y tecnológico; no escapando de esta apreciación de formación integral la enseñanza de la ingeniería, que día a día presenta un incremento en la exigencia de egresados con altas habilidades y competencias técnicas, pero también humanísticas que le permitan desempeñarse en diferentes facetas.
Fuente: http://www.entornointeligente.com/articulo/9990064/Cambios-necesarios-en-la-praxis-del-docente-universitario-17052017