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El Maestro nuevo y la formación de ciudadanos

Ese día la escuela tenía maestro nuevo quien había sido trasladado de un liceo ubicado en la frontera entre Colombia y Venezuela a una pequeña escuela granja anclada en una montaña de los andes tachirenses. La escuela era una institución pública, con internado para los niños con carencias familiares severas y comedor escolar permanente.

El Director, al inicio de la jornada diaria reunió brevemente a los docentes y presentó al colega que se incorporaba a trabajar como docente y en los proyectos productivos de la escuela. Todos y todas le dieron la bienvenida y se incorporaron a sus labores cotidianas del aula.

Más tarde el Director pasaría por cada uno de los salones presentando ante los niños y niñas al maestro que llegaba. Al entrar a cada salón los estudiantes se levantaban al unísono y decían: –Buenos días señor Director. El Director y el maestro respondían el saludo e indicaban que se podían volver a sentar. Uno que otros cuaderno, lápiz o sacapuntas se caía cuando apresurados los pequeños volvían a sentarse en los pupitres.

Al mediodía, todos, internos y externos, maestros y estudiantes, se reunían en el comedor escolar.  Unas largas mesas eran flanqueadas por banquetas de madera que compartían para sentarse. Era costumbre que uno de los docentes les diera algún breve mensaje de 3 a 5 minutos antes de iniciar la comida. El Director le había pedido al maestro recién llegado que asumiera esa tarea. Los niños estaban comenzando a entrar y el novel maestro tomó una silla, comenzando a bajar los carteles del comedor que decían: “te damos gracias señor por esta comida”,  “señor bendice esta comida que nos das”, “padre nuestra gracias por el pan que nos das”. El Director le comentó a sus colegas: –el maestro nuevo va a cambiar los carteles que ya están viejos por unos nuevos. Al retornar a la mesa el Director le dijo: –Yo ya había pensado en mandar a hacerlos de nuevo, pero qué bueno que usted lo va a hacer. El maestro miró al Director y no contesto nada. La charla del maestro fue sobre los derechos ciudadanos y la alimentación como un derecho constitucional que tenían los niños de la escuela. Les invitó a aprender a conocer sus deberes y derechos como parte de su tarea ciudadana. Al retomar a la mesa que compartía con los demás docentes el silencio fue sepulcral. Luego, una de las maestras procedió a dirigir la oración del Padre Nuestro.

Pasaron tres días sin variaciones; al cuarto día los carteles nuevos con el mismo contenido volvieron a aparecer.  El maestro nuevo los volvió a bajar, esta vez antes de iniciarse las labores del comedor. Esa tarde, el Director pasó una circular convocando a un Consejo de Docentes para el próximo viernes. El punto sexto (6) de la agenda eran los carteles del comedor.

Todos llegaron puntuales al Consejo Docente. Se habló de la organización de los próximos juegos rurales, del fortalecimiento de los proyectos productivos, de las prácticas docentes que realizarían los estudiantes del Pedagógico, entre otros temas. Al llegar al sexto punto el Director comentó que los carteles del comedor habían sido quitados por el maestro nuevo pero que este aún no los había sustituido; más aún la maestra de tercer grado los había vuelto a colocar reelaborados y el maestro los había vuelto a bajar. El Director señaló que se imaginaba que pronto los repondría el maestro. El maestro intervino expresando que “la escuela era una institución pública y no privada, por ende laica. Además la Constitución Nacional y la Ley Orgánica de Educación señalaban que nuestra educación era laica. Entonces –continuó-  cualquier acto de inclinar por una determinada fe no es legal. Apuntó: he hecho una pequeña investigación y de mis estudiantes el 80% son de distintas religiones cristianas pero el restante 20% o son de otras creencias religiosas o no son creyentes. Cerró su intervención interrogando a los asistentes al Consejo Docente: ¿la mayoría tiene el derecho de imponer un ritual religioso a una minoría que no lo comparte? ¿Debemos decirle a nuestros estudiantes de la escuela que la comida cae del cielo y no enseñarles que es una conquista social con rango constitucional? ¿No es una de nuestras tareas la construcción de ciudadanía?  El debate se prolongó por casi una hora. Solo otra maestra se solidarizo con el maestro recién llegado y dos de los docentes no opinaron. El Director comisionó a una de las docentes para que repusiera los carteles.  De vez en cuando estos desaparecían y eran rápidamente vueltos a colocar. Los oficios religiosos, primeras comuniones y charlas de religión a los representantes siempre contaban con un ausente.  Dieciocho años después, cuando el maestro se marchaba de la escuela escuchó a lo lejos la letanía de la oración del Padre Nuestro rezada por los estudiantes bajo la conducción de un docente.

¿Qué piensas tú de este incidente? ¿Consideras que nuestra escuela es laica o confesional?  ¿Crees que es correcta nuestra definición constitucional de la escuela laica? ¿Es compatible la educación para la tolerancia y la hegemonía de una religión? ¿te atreverías a plantear que en una iglesia te permitieran dar clases semanales de evolución del mono en hombre? ¿Para ti la escuela es un espacio teológico o científico? Cada vez que ves un atentado por razones de intolerancia religiosa, ¿Que piensas al respecto sobre tu contribución desde el aula? ¿Tú colocarías los carteles, los bajarías o no tomarías partido?

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El día que buscamos una estrella en la escuela

Durante década y media trabajé en una hermosa escuela rural, que además era escuela granja con internado para niños de hogares humildes. Durante el día compartían los espacios escolares “externos” e “internos” de ambos sexos.  Por la mañana trabajaban en las aulas; por las tardes se rotaban entre actividades propias de los proyectos agropecuarios, las manualidades, la biblioteca escolar y una que otra partida de futbolito o básquet, mientras que por las noches hacían sus deberes escolares. Es imposible no dejar escapar un suspiro cuando uno recuerda esos días.

A la 1:30 de la tarde, después de almorzar y disfrutar de un breve descanso sonaba un timbre y todos acudían a la cancha a formar para organizarse en las distintas tareas. Ese día hacía mucho calor y el cielo estaba despejado. Por la mañana había pasado por varios salones y había escuchado a los maestros y maestras discutir los resultados de una prueba escrita sobre el sistema solar. Varios de los niños se me habían acercado a mostrarme los buenos resultados obtenidos en sus exámenes sobre el tema.

Entonces, sin mucho pensarlo, con la intención de felicitar públicamente a quienes habían salido bien en los exámenes, se me ocurrió decir:

Nadie se incorpora a las actividades de la tarde hasta que no me muestre una estrella.

El silencio fue sepulcral, después de unos instantes de silencio, algunos, los más rebeldes ripostaron diciendo más o menos:

Eso no es justo profe, tenemos entonces que esperar aquí hasta la noche.

Yo no salía de mi sorpresa. Entonces le pedí a Alberto, uno de los estudiantes quienes me habían mostrado su buen examen, que me leyera la respuesta sobre el que es el sol. Alberto, medio molesto sacó de su bulto escolar la prueba y la leyó:

El sol es una estrella con luz propia alrededor de la cual gira la Tierra.

Los murmullos, las risas y las burlas se propagaron acompañados de una expresión casi colectiva:

Noooo eso no se vale profe

El incidente podría ser una anécdota más de las que les narro y les seguiré contando sobre la praxis pedagógica. Pero es más que ello, es la evidencia de cuanto nos hace falta trabajar para que el aprendizaje no sea memorístico -si es que eso se puede llamar aprendizaje-  sino que sea realmente aprendizaje significativo.

Nos dimos cuenta que los niños no habían descubierto el sol desde un pensamiento científico y la noción de estrella era la del conocimiento popular, asociada a la noche, al brillo en el firmamento oscuro.  El incidente generó una serie de debates pedagógicos en la escuela respecto a cómo enseñar en contacto con la realidad y re descubriendo la cotidianidad que transformaron buena parte del proceso educativo en el plantel.

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Por qué los directores no viven en las escuelas

Juan Bernardo Pernalete Camacaro era un Director de Escuela Pública, en Rubio, Estado Táchira, Venezuela. Había sido maestro de primaria y, además de ser Director de la escuela era dirigente sindical. Todas las mañanas cuando yo llegaba al Grupo Escolar, de la mano de mi padre, veía al Director caminando por los pasillos saludando a maestros y representantes.

En casa le conocíamos bien; en varias oportunidades había acompañado a mis padres a la casa del Profesor Pernalete porque el organizaba grupos de estudio y de alfabetizadores. Cada vez que yo iba allí, sentía una alegría similar a la de asistir a clases, porque la casa del Director quedaba en la propia escuela.

La escuela era muy grande, ocupaba dos manzanas o cuadras como le dicen ahora. La estructura estaba organizada al estilo de dos naves de infraestructuras religiosas rodeada de una cerca de enjambre metálico. Por las noches o durante los fines de semana podíamos ver al “Profe” Pernalete trabajando con otras personas pintando la cancha deportiva, podando los arboles o regando las plantas de flores.

De pequeño me inquietaba pensando si al Director no le daría miedo vivir en una casa tan grande. Pero en realidad, la casa del Director -ubicada dentro de la escuela- era una modesta instalación de tres habitaciones, dos salitas pequeñas, una cocina comedor y un baño. La recuerdo muy bien porque un año después de comenzar a estudiar allí, me correspondió ver clases de quinto grado con Lucho, su hijo, haciéndome un asiduo visitante de la biblioteca de su padre. En los estantes de madera gruesa que guardaban los libros, además de textos escolares encontraba mapas, cuentos, esferas, adivinanzas, acertijos y ejemplares que hablaban de un mundo mejor.

Cuando entré al Ciclo Básico como se le llamaba a los tres primeros años de la secundaria o bachillerato, en una oportunidad pregunté por la casa del Director y me la mostraron pero me dijeron que el nuevo director del liceo había decidido no vivir allí. Luego le dieron otro uso a esas instalaciones; si la memoria no me falla para control de estudios. Debo confesar que cuando escribo estas líneas no recuerdo ni el rostro ni el nombre de ese Director.

Cuando llegue al Ciclo Diversificado, o tramo final del bachillerato (3 años), el Director y el Sub Director de la Escuela Técnica Vivian allí. En mi caso, muy activo en la militancia política y social desde los 13 años, era cotidiana la polémica con él; en más de una oportunidad las marchas por mejoras en las condiciones pedagógicas o socioeconómicas de los estudiantes las terminábamos en una toma de la casa del Director. El Prof. Amaya se armaba de paciencia y escuchaba nuestros argumentos hasta muy avanzadas horas de la noche, mientras su esposa preparaba “arepas” para los muchachos. A pesar de las diferencias permanentes que sostuvimos con el Director, es justo reconocer que él siempre estaba en el plantel.

El Pedagógico donde estudié para la profesión docente provenía del viejo Centro Interamericano de Educación Rural (CIER), auspiciado y creado por la OEA en los años cincuenta o sesenta del siglo XX. Sus instalaciones contaban con una casa para el Director, aunque al menos mientras estudie, esta solo era usada como espacio de descanso, porque los directores vivían fuera de la institución.

Cuando me inicie como docente, en un liceo en la frontera colombo venezolano nos correspondió inaugurar e iniciar el uso de una nueva infraestructura que albergaba el liceo donde laboraba. Y una de las cosas por las cuales interrogue rápidamente fue por la residencia del Director. Pero eran otros tiempos y, las instituciones educativas ya no eran construidas con esta dependencia; además los directores –en ese y muchos otros casos- provenían de otras ciudades.

Pareciera que en educación toda apelación al pasado es muestra de obsolescencia. Eso no es correcto; el pasado de la educación pública nos legó excelentes experiencias, una de ellas la cercanía del Director con el plantel escolar. Viviendo el Director en la escuela, la institución escolar se transfiguraba en otra vivienda más de la comunidad, con vida las 24 horas y fundamentalmente con una persona cercana a quien consultar cuando había dudas desde cómo organizar una asociación de vecinos, pasando por problema de conducta con el hijo adolescente hasta la sugerencia sobre una buena obra literaria para regalar a la amada. La escuela o el liceo, grande o pequeño, con el director viviendo allí hacia de la educación escolar un proceso mucho más humano y vinculado a la realidad.

Ello también implicaba un desafío ético respecto al comportamiento social de quien dirigía tan importante institución. El director era como el miembro de un inexistente consejo de sabios, una figura de autoridad moral que mucha falta pareciera hacer en tiempos en los cuales todos hablan de reingeniería social con el nombre de reformas.

La posibilidad que el Director y su familia vivan en la escuela y/o el liceo posibilita construir otro imaginario del espacio escolar más próximo a la gente, a los niños(as) y adolescentes, a los padres. Además contribuiría a reconvertir a las instituciones educativas en lo que fueron en el llamado “tiempo dorado”, centros del que hacer comunitario, de la vida social y cultural de las comunidades donde estaba ubicada. No todo lo hecho en el pasado es desechable, por el contrario algunas prácticas debiéramos por lo menos darnos la oportunidad de pensar si no sería necesario recobrarlas.

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Señores(as) candidatos(as) a la Secretaria General de la ONU: NO dejemos sólo(as) a las Maestras y Maestros

Por: Luis Bonilla-Molina[i]

Con la aprobación en septiembre de 2015 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) los gobiernos del mundo lograron reunir y sistematizar en un solo instrumento de planificación y evaluación de políticas públicas internacionales, buena parte de las aspiraciones de los ciudadanos del mundo. La conciencia mundial vibró al unísono al momento de suscribirse el pacto global por las 17 orientaciones que marcarán la pauta de actuación de los gobiernos de cara al año 2030.  Por supuesto que estos son objetivos mínimos, que no solapan ni niegan la urgente necesidad de construir un nuevo orden mundial que haga posible la justicia, solidaridad, igualdad, libertad, democracia y felicidad para los pueblos en todos los lugares del planeta.

En este marco la educación adquiere un valor estratégico.  A decir del propio Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), al momento de justificar el impulso del cuarto (4) ODS:   “El objetivo de lograr una educación inclusiva y de calidad para todos se basa en la firme convicción de que la educación es uno de los motores más poderosos y probados para garantizar el desarrollo sostenible”.   Esta definición, de carácter histórico empalma por lo dicho por el Libertador Simón Bolívar, cuando señalaba  “Las naciones marchan hacia el término de su grandeza con el mismo paso con que camina su educación. Ellas vuelan, si esta vuela, retroceden si retrocede, se precipitan y hunden en la oscuridad si se corrompe, o absolutamente se abandona”.

Pero una educación inclusiva y de calidad, que posibilite el pleno desarrollo humano integral y la construcción de ciudadanía crítica, sólo es posible alcanzarla con la activa participación de los Maestros y Maestras.  Sin embargo, en el marco de algunos procesos de cambio o reforma educativa, muchas veces con las mejores de las intenciones, los docentes terminan siendo culpabilizados de todos los problemas y deficiencias de nuestros sistemas educativos, golpeando severamente su estima social y sus propias condiciones de estabilidad laboral. La realidad es mucho más compleja que esto, pero el resultado de este maltrato a los(as) maestros(as) se convierte en un elemento que limita los resultados de metas tan nobles y ambiciosas como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Todos estamos de acuerdo que se requieren cambios urgentes en los sistemas educativos nacionales para que ellos estén a tono con las necesidades, aspiraciones y propósitos que esperan y le asignan sus sociedades. Avanzar en esa dirección debe ser un desafío renovadamente democrático, lo cual demanda consulta, participación y construcción compartida de políticas públicas con y desde los maestros(as).

Por ello, considero importante que la sociedad civil, el magisterio internacional y sus organizaciones interroguen respetuosamente a los candidatos a ocupar el más importante cargo en el sistema de Naciones Unidas, respecto a cómo podría esta instancia mundial acompañar las reformas educativas convirtiéndose en garante que la voz, verbo, conciencia y propuestas de los maestros y maestras del mundo sean escuchados(as) a la hora de implementar las reformas que deriven de la aplicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La sociedad mundial no puede dejar sólo a los maestros y maestras en esta hora de necesarios cambios, a quienes por generaciones les han dado lo mejor de sí al mundo para construir la sociedad que hoy tenemos. Todos quienes ocupamos cargos, desde quien maneja un colectivo, pasando por el funcionario público, hasta los Presidentes(as) de Naciones y los(as) propios(as) Secretarios(as) Generales de Naciones Unidas, han sido formados, guiados y orientados por decenas de maestros, maestras y profesoras(es).

Avancemos en las necesarias reformas educativas, construyendo mecanismos para que la voz de los maestros(as) no sólo sea escuchada sino protagonista especial en la ruta consensuada de transformaciones que se requieren para que nuestros sistemas educativos se conviertan en pilares de independencia, desarrollo y justicia social, es decir de calidad y pertinencia.

Construir una Comisión Ética Internacional que monitoree y acompañe las reformas educativas asociadas a los ODS con participación de magisterio activo, sería una muestra irrefutable de cómo el sistema de Naciones Unidas contribuye en el presente al desarrollo de la democracia que requiere el siglo XXI a escala mundial.  Nos gustaría conocer que piensan al respecto  Irina Bokova, Helen Clark, Natalia Gherman, Vesna Pusic, Antonio Guterres, Srgjan Kerim, Danilo turk, Igor Luksic, Alicia Bárcena y Susana Malcorra Ustedes tienen la palabra dignos candidatos a dirigir el más importante foro de gobernanza mundial.

 

[i] Dr. En Ciencias Pedagógicas. Coordinador Internacional del portal otrasvoceseneducacion.org

*fuente de la imagen: http://www.inidedelauia.org/2013_01_01_archive.html

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Educación en la agenda para la elección del nuevo(a) Secretario(a) General de Naciones Unidas

El sistema de Naciones Unidas  continua siendo alabado y cuestionado por sectores diversos. Lo cierto es que al momento de su fundación la ONU constituyó una esperanza para la paz mundial y en el presente, a pesar de los millones de muertos que se han producido a escala local y regional como resultado de las fricciones en la gobernanza internacional, su papel como espacio de interlocución y mediación sigue siendo relevante.

Numerosos mandatarios nacionales han hablado de la urgente necesidad de acelerar el proceso de reformas estructurales del sistema de naciones unidas, para lograr que esta institución esté a tono con los retos, desafíos y necesidades de los pueblos del mundo en el siglo XXI.  Presidentes como Hugo Chávez o Mandela hablaron en distintos momentos sobre el papel mucho más activo que podría jugar la ONU en materia de igualdad humana, justicia social y desarrollo integral de las naciones.

Hace semanas se inició el proceso de elección para el nuevo Secretario General de la ONU.   Más allá del debate respecto al mecanismo de elección y el poder de veto del Consejo de Seguridad, en esta oportunidad nos interesa destacar el papel que puede jugar el nuevo equipo de gestión de Naciones Unidas para garantizar, tanto una educación de calidad para todos y todas como para frenar el riesgo de un Apagón Pedagógico Global (APG)[i].

El año 2015, en Incheon Korea se desarrolló el Foro Mundial de Educación, el cuál revisó el estado del arte de la Educación Para Todos en el mundo y alcanzó un importante acuerdo mundial respecto a las metas educativas 2030, el porcentaje  de PIB y presupuesto educativo nacional, la formación docente y el logro de una educación de calidad. Allí pudo ser más significativa y activa la presencia de docentes de aula[ii],  pero ello no impidió que  finales de ese mismo año se impulsara la convergencia de la agenda educativa con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2015-2030[iii]. Este esfuerzo se vio cristalizado en la meta 4 de los ODS; por primera vez la educación pasó a ser un tema prioritario en la acción de la agencia central de naciones unidas. Esto rompería con la tendencia a considerar lo educativo como una tarea de su órgano subalterno: UNESCO[iv]. Sin embargo, algunas agendas educativas hoy están en riesgo de ingresar a una especie de limbo internacional como la educación superior, pero eso es tema de otro artículo[v].

La meta 4 de los ODS plantea la urgente necesidad de alcanzar educación de calidad, estableciendo como estrategias para ello: (a) reducir la desigualdad y responder a los cambiantes contextos y necesidades de los mercados laborales, así como a la “economía informal” y el desarrollo rural; (b) potenciar aprendizajes flexibles en entornos formales y no formales; (c) garantizar que los programas de estudios incluyan habilidades relacionadas al trabajo, con destrezas no cognitivas/transferibles. Ello pareciera implicar un nuevo ciclo de reformas educativas a escala global que permitan transformar los sistemas educativos conforme a estos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Una reciente consulta realizada a los docentes del mundo en el portal independiente http://www.otrasvoceseneducacion.org arrojó que un 57% de ellos desconoce los ODS y un 6% presenta resistencias a su aplicación. Ahora bien conocer no significa necesariamente entender las implicaciones en términos de transformación de los sistemas educativos, la formación docente y la propia práctica pedagógica que implican la puesta en práctica del ODS 4.  Este no es un tema menor, por el contrario resulta clave en la necesaria construcción de consenso social para adelantar políticas públicas educativas de orientación reformista.

Las reformas educativas recientes implementadas en varios lugares[vi] han encontrado una creciente resistencia de los docentes y las comunidades al conjunto de las propuestas de cambio o algunas de ellas.  A mi juicio, más allá de la asumida orientación político-económica de las mismas, estas resistencias tienen tres razones de partida bien concretas. La primera, no entender que hay un aprendizaje corporativo en el magisterio, después de décadas de luchas por la democracia, sus derechos y la educación pública, respecto a que los cambios pueden ser reformas en sentido positivamente aceptados o contrarreformas vestidas de reformas que implican retrocesos o pérdidas de conquistas. Segunda, que las autoridades ejecutivas que las impulsan –fundamentalmente Ministros o Secretarios de Educación Pública- no son docentes, por el contrario mucho de ellos provienen de los campos de la economía, la tecnología, la política militante o la actividad empresarial; ello crea un lógica de implementación que desconoce los procesos y las lógicas del magisterio. Tercera, no construyen canales los suficientemente expeditos y bidireccionales de dialogo entre decisores, maestros de base y sociedad, que permitan democráticamente construir rutas consensuadas para el cambio.  El desprecio por la voz protagónica del docente, es propio de uno de los rasgos del Apagón Pedagógico Global (APG), que conlleva resistencias, conflictos y deriva en dificultades para alcanzar propósitos de cambio.

Por ello, en tiempos de candidaturas a la Secretaria General de Naciones Unidas es pertinente preguntarle a Irina Bokova, Helen Clark, Natalia Gherman, Vesna Pusic, Antonio Guterres, Srgjan Kerim, Danilo turk, Igor Luksic, Alicia Bárcena y Susana Malcorra:

  1. ¿Cuál es la hoja de ruta prevista para alcanzar el ODS 4 referido a la Educación?
  2. Cuál es su opinión respecto a construir un espacio permanente de diálogo en Naciones Unidas entre Maestros de base, sindicatos de educadores, sociedad y gobiernos respecto a las reformas que se implementaran para alcanzar las metas del Objetivo 4 de Desarrollo Sostenible?
  3. Es posible conformar una Comisión Ética Internacional, bajo el auspicio de Naciones Unidas para resolver los conflictos derivados de la implementación de las reformas educativas en la cual este presente la voz de los maestros de aula?

Las respuestas a estas interrogantes serán determinantes para conocer la política que en esta materia tiene cada candidato(a) a la Secretaria General de la ONU y la que eventualmente implementaría de resultar ganador.  Los educadores conocen, que el silencio también es una forma de responder.

 

 

[i] El Apagón Pedagógico Global (APG) se expresa en la creciente tendencia observada durante las últimas décadas orientada a producir (a) una fragmentación de la pedagogía, en modas temporales de algunos de sus componentes (didácticas, planeación, gerencialismo, evaluación, currículo, sistemas de evaluación escolar) que terminan imponiendo una despedagogización de la educación y especialmente de la escolaridad; (b) una desvaloración institucional y social de la profesión docente que conlleva a impulsar la idea que cualquier profesional puede ser docente rompiéndose la noción de profesión, carrera docente e incluso cuestionando la existencia de universidades que forman docentes; (c) un creciente discurso de desvaloración de la escuela, del centro educativo con alternativas que al pretenderse generalizarse golpean la noción de educación pública como la virtualización, la educación en casa o espacios de aprendizajes como sustitutos permanentes del espacio escolar; (d) la evaluación de aprendizajes en dos áreas cognitivas (matemáticas y lengua), una informativa (conocimiento sobre ciencias) y una instrumental (uso de tecnología) las cuales pretenden homologarse mediante sistemas de pruebas estandarizadas como equivalentes a calidad educativa y tarea central de los sistemas educativos, abandonando la formación humanista, el aprender a aprender y la construcción de ciudadanía como pilares educativos.

[ii] Para mayor detalle de las observaciones hechas en este sentido pueden leer la carta firmada por cientos de educadores, pedagogos, académicos e intelectuales educativos en el mundo en https://www.change.org/p/maestros-as-profesoras-es-investigadores-as-en-educacion-estudiantes-familias-organizaciones-del-magisterio-centros-de-investigacion-educativa-organizaciones-y-movimientos-soci-si-compartes-el-contenido-por-favor-expresa-tu-adhesion

[iii] Pueden leer los enunciados centrales de los 17 ODS en http://www.undp.org/content/undp/es/home/sdgoverview.html

[iv] Sin embargo, hay quienes alertan respecto al riesgo cierto que una vez asumida la educación como una meta monitoreada por las propia ONU este facilite una nueva ofensiva del Banco Mundial, el BID y la OCDE para asumir estas instancias la coordinación de las políticas educativas globales dejando a UNESCO solo las referidas a patrimonio cultural, comunicación y algunas de innovación.

[v] Paradójicamente luego de realizada la I Conferencia Mundial de Educación Superior (1998) UNESCO eliminó su dirección de Educación Superior. Posteriormente se realizará la Segunda Conferencia Mundial del sector (2008) pero muchos argumentan un débil seguimiento a sus conclusiones y orientaciones.  En la estructura de UNESCO solo el IESALC, con ámbito de influencia en América Latina y el caribe, se mantiene como institución tipo 1 UNESCO para la educación Superior. A solo dos años del cumplimiento de los 20 años de la Conferencia Mundial de educación superior no se tiene conocimiento de la designación del comité organizador internacional de tal cita global.

[vi] España, México, Colombia, Argentina, Chile, Brasil, entre otros países

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España: Rajoy se apunta a la protesta de la escuela concertada en la Comunitat Valenciana

Fuente: eldiario.es / 25 de Mayo de 2016

El presidente en funciones evita la capital, pero se reúne en Alfafar con representantes de este tipo de enseñanza en plena campaña «contra los gobiernos extremistas»

El PP valenciano asistió el domingo a una concentración convocada por las Escuelas Católicas donde se reclamó la dimisión del conseller del bipartito

Como hizo en la precampaña del 20D, Mariano Rajoy vuelve este miércoles a visitar la Comunitat Valenciana. Esta vez no pisará la capital sino que se desplazará directamente a Alfafar, a pocos kilómetros. El interés del presidente en funciones es reunirse allí con los representantes de la escuela concertada, en plena protesta de padres y profesores por lo que consideran un recorte del Gobierno de Ximo Puig. De esta forma, el líder del PP se apuntará a las críticas para defender que sólo su partido garantiza la libertad de elección de los padres.

Los representantes de la Mesa por la Educación en Libertad, de la que el PP forma parte, pidieron por carta a Rajoy que encontrara tiempo para reunirse con ellos durante esta visita a la Comunitat. La respuesta fue rápida, ya que el lunes Moncloa se puso en contacto con ellos para cerrar la cita. La visita incluirá después un nuevo paseo del candidato en el que se prodigará en selfies y autógrafos, pero los problemas de corrupción del PP valenciano no aconsejaban un acto mayoritario en la ciudad que gobernaba Rita barberá

Este domingo lograron que unas 20.000 personas, el doble según la organización, se concentraran en la Plaza de la Virgen para exigir la dimisión del conseller Vicent Marzà, a quien consideran un «represor de la concertada». Los convocantes, las Escuelas Católicas y la Fundación San Vicente Mártir Colegios Diocesanos con apoyo de CONCAPA y Feceval, denunciaron recortes de este tipo de enseñanza por parte del gobierno bipartito del PSOE y Compromís.

El himno de la protesta fue «Libertad sin ira» y al ritmo de Jarcha pudo verse cómo daban palmas y cantaban la famosa canción de la transición dirigentes políticos del PP como Isabel Bonig y Esteban González Pons. Según la portavoz de las escuelas católicas, el próximo curso se eliminarán 18 aulas de este tipo de colegios. La campaña por «salvar» a la concertada cuenta con el activismo de Hazteoir.org, que asegura que está «en peligro de extinción» y recoge firmas a través de su web. El texto de la campaña alerta sobre el peligro de que el Estado «imponga sus paradigmas sexuales o su odio laicista».

La realidad es que la enseñanza concertada sólo pierde tres aulas el próximo curso ya que se eliminarán 36, pero se autoriza la apertura de otras 33. El enfado de los manifiestantes no estaba relacionada solamente con el número de plazas sino también con la eliminación del distrito único y la prohibición de financiarse de forma encubierta a base de cobrar cuotas a los padres.

De esta forma, la precampaña del líder del PP vuelve a abundar en los peligros de los «gobiernos extremistas y radicales», que es como los conservadores consideran a todos los gobiernos en los que participa el PSOE o Podemos. En Palma de Mallorca Génova organizó un acto la semana pasada destinado a poner de manifiesto las diferencias entre la gestión del PP y la de las formaciones de izquierda. El vídeo, dentro de la web www.ahoramasquenunca.es, incide en que los gobiernos de izquierda, además de «poner en peligro la unidad de España» y «propiciar la división de los españoles y el ataque a los símbolos constitucionales», también «niegan la libertad de elección de los padres».

El enlace original: http://www.eldiario.es/politica/Rajoy-protesta-concertada-Comunitat-Valenciana_0_519348910.html

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