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Panamá en pie de lucha: docentes, ambientalistas e indígenas movilizados declaran huelga indefinida

Por Aldo Santiago

Foto de portada: Bienvenido Velasco

Las calles y campos en Panamá son testigos, desde hace 15 días, de una serie de movilizaciones que aglutinan a múltiples sectores de la sociedad. Trabajadores, docentes y estudiantes universitarios, así como ambientalistas y comunidades campesinas e indígenas rechazan una serie de acciones del gobierno panameño que, argumentan, vulneran a los servicios de salud pública, al medioambiente e incluso ceden frente a las presiones de EEUU y su intervencionismo militar en el istmo centroamericano.

Las mayores protestas se han suscitado tanto en la ciudad capital, así como en las provincias de Chiriquí y Veraguas, donde se han realizado bloqueos carreteros, marchas masivas y concentraciones frente a instituciones gubernamentales.

La respuesta gubernamental, documentada por organizaciones sociales y medios independientes locales, ha sido detenciones arbitrarias, criminalización de la protesta social y represión a las movilizaciones.

Acorde a reportes de Radio Temblor, las manifestaciones han sido reprimidas con detenciones y judicialización de activistas. “El gobierno desconoce el movimiento social, tildándolo de comunista de izquierda, para deslegitimar la lucha que llevan adelante por la justicia y en contra de la corrupción. Además, amenazan a los docentes con descontarle salario y destituirlos”, señala.

En un análisis del medio independiente con participación de la socióloga Briseida Barrantes Serrano, ella argumenta que uno de los principales detonantes de las movilizaciones yace en lo que los movimientos consideran como una “decisión arbitraria”, por parte de la Asamblea Nacional, para modificar la Ley de la Caja del Seguro Social (CSS).

La Alianza Pueblo Unido por la Vida llama a una huelga general.

El pasado marzo, bajo el argumento de que la CSS está en quiebra, diputados aprobaron la Ley 462 que propone una reorganización de la CSS encaminada al mejoramiento de sus finanzas, pero que, acorde a Barrantes, fue el pretexto para aprobar una ley que “se centra en privatizar los servicios públicos bajo formas diversas, eliminando o queriendo eliminar conquistas de los sectores mayoritarios que han luchado toda la vida en este país por mejorar las condiciones de vida para todas las personas”.

Las comunidades indígenas, especialmente los pueblos Ngäbe-Buglé y Guna, también han participado en la actual huelga al encabezar marchas en sus territorios y bloqueos carreteros, adhiriéndose a las demandas, principalmente contra las pretensiones del gobierno panameño de una posible reactivación de la mina de cobre en Donoso, la cual fue cerrada desde 2023 después que la Corte Suprema de Panamá determinó que la concesión gubernamental era inconstitucional.

Mediante rueda de prensa, este sábado (10), educadores y representantes de comunidades indígenas de Panamá hicieron un llamado a la resistencia popular, expresando su firme rechazo a la Ley 462 y exigiendo su derogación inmediata. La reunión, celebrada en Santiago de Veraguas, sirvió como plataforma para manifestar otras demandas sociales y denunciar violaciones a los derechos humanos y laborales de quienes participan de las protestas.

“Nadie, nadie está solicitando mesa de diálogo. Lo que queremos es la derogación de la Ley 462, que quede eso bien claro”, afirmaron los participantes, dejando claro que las movilizaciones continuarán hasta lograr este objetivo.

Además, insistieron en que sólo después de la derogación de la ley se abrirán a discutir otros temas críticos para el país. Entre ellos, destaca el rechazo al memorando de entendimiento firmado entre el gobierno panameño y Estados Unidos, el cual, según los manifestantes fue firmado “sin consultar con el pueblo”, por lo cual exigieron su anulación inmediata.

¿Acuerdo o intervención?

El 9 de abril, en el marco de la visita a Panamá del secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, el ministro de Seguridad Pública panameño, Frank Alexis Abrego, con presencia del presidente José Raúl Mulino como testigo, firmó un memorando de entendimiento que contempla el uso por parte de tropas de EE.UU. de instalaciones de seguridad panameñas.

El secretario de Defensa de Estados Unidos justificó la firma del memorando debido a que “empresas con sede en China continúan controlando infraestructura crítica en la zona del canal” de Panamá, lo que, de acuerdo a las autoridades norteamericanas, representa la posibilidad de que el país asiático realice actividades de vigilancia en la zona clave para el comercio internacional, por donde transita alrededor del 40% del tráfico de contenedores de Estados Unidos y el 5% del comercio mundial.

“Esto hace que Panamá y Estados Unidos sean menos seguros, menos prósperos y menos soberanos. Y como ha señalado el presidente Donald Trump, esa situación es inaceptable”, declaró Hegseth durante su paso por el país centroamericano, respaldando con ello las amenazas del presidente Trump, quien desde que llegó a la Casa Blanca, en enero pasado, ha polemizado con sus declaraciones para “recuperar” el canal construido por EEUU durante el siglo XX y cuya administración fue devuelta a Panamá en el año 1999.

Por su parte, Luis Arturo Sánchez, secretario de la Asociación de Educadores Veragüenses, organización activa en las movilizaciones de las dos últimas semanas denuncia que el acuerdo firmado representa que “este gobierno ha hecho que Panamá retroceda casi más de 100 años”, argumentando que permitiría la instalación de bases militares extranjeras, amenazando la soberanía panameña.

El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, fue testigo de la firma de un memorando de entendimiento entre EEUU y Panamá.

A esta acusación se suman las declaraciones de los centros de investigación panameños miembros de la red del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, quienes aseveran que el memorando viola la Constitución Política panameña y el Tratado de Neutralidad del Canal. “Su firma constituye una traición a los mártires del 9 de enero y permite el retorno de bases militares en nuestro territorio. Solicitamos a las autoridades rectificar esa decisión y defender al país sin sumisión ni entreguismo. Así como el establecimiento de una estrategia de unidad latinoamericana que permita enfrentar los ataques imperialistas como se hizo en el pasado”.

La semana pasada, como respuesta a las protestas, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, descartó que se vaya a entablar una renegociación de los términos firmados con Washington. Sus declaraciones sucedieron un día después de que la embajada estadounidense difundiera un comunicado donde ratifica que el memorando crea un marco para que se realicen actividades conjuntas, entre ellas, entrenamiento, almacenamiento de equipo, asistencia humanitaria y mejoras de infraestructura, en sitios que permanecen “completamente bajo control panameño”.

Reactivación minera

A las demandas que alimentan el rechazo popular se suma la amenaza minera, debido a la pretensión del presidente Mulino de reiniciar operaciones para la extracción de cobre en Donoso, provincia de Colón, después de que a finales de marzo declarara que comenzaría a examinar el futuro de la mina.

Organizaciones sociales acusan que grupos empresariales están presionando al presidente, al mismo tiempo que la dueña de la mina Cobre Panamá, First Quantum Minerals, anunció que ha suspendido los arbitrajes que había iniciado contra el Estado panameño por el cierre de la mina en 2023, debido a conversaciones con el gobierno para acordar una eventual reapertura.

Vista general de la mina Cobre Panamá, de la canadiense First Quantum Minerals, en el país centroamericano.

El 28 de noviembre de 2023, tras fuertes movilizaciones sociales, la Corte Suprema de Panamá dictaminó por unanimidad que la concesión minera, con vigencia de 20 años, era inconstitucional, obligando con ello al ex presidente Laurentino Cortizo para iniciar el proceso para cerrar la mina. Días antes del fallo de la corte, el Congreso aprobó una moratoria para nuevas concesiones de minería metálica en Panamá.

“El tema de la minería no se va a negociar y se tiene que respetar el fallo de la corte. Se tiene que respetar la ley que determina que en Panamá no se puede hacer proyecto minero”, sostuvo un educador durante rueda de prensa el pasado sábado (10), en Santiago de Veraguas.

Para esta semana, las diferentes organizaciones sociales convocaron a intensificar las acciones de protesta y manifestaciones pacíficas en diferentes puntos del país. Al cierre de esta edición se reporta nueva represión policial contra movilizaciones en la provincia de Colón.

Panamá en pie de lucha: docentes, ambientalistas e indígenas movilizados declaran huelga indefinida

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¿Por qué el muro de silencio sobre el genocidio en Gaza comienza finalmente a resquebrajarse?

Por: Jonathan Cook

¿Quién podría haber imaginado hace 19 meses que se necesitaría más de un año y medio con Israel masacrando y matando de hambre a niños [y adultos] de Gaza para que aparecieran las primeras grietas en lo que ha sido un sólido muro de apoyo a Israel por parte de las instituciones occidentales?

Finalmente, algo parece estar a punto de ceder.

El diario financiero británico, The Financial Times, fue el primero en romper filas la semana pasada para condenar el “vergonzoso silencio de Occidente” ante el ataque asesino de Israel contra el pequeño enclave. En un editorial —la voz del periódico—, el Financial Times acusó a Estados Unidos y a Europa de ser cada vez más cómplices, ya que Israel ha convertido Gaza en un lugar inhabitable, en alusión al genocidio, y señaló que el objetivo era expulsar a los palestinos de su tierra, en referencia a la limpieza étnica.

Por supuesto, ambos graves crímenes cometidos por Israel han sido evidentemente ciertos no sólo desde la violenta salida de Hamás de Gaza en un solo día, el 7 de octubre de 2023, sino durante décadas.

Tan preocupante es el estado de la información occidental, proveniente de unos medios no menos cómplices que los gobiernos criticados por el Financial Times, que debemos aprovechar cualquier pequeño indicio de progreso.

A continuación, The Economist intervino, advirtiendo que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y sus ministros estaban impulsados ​​por el “sueño de vaciar Gaza y reconstruir los asentamientos judíos allí”.

El fin de semana, The Independent decidió que el “silencio ensordecedor sobre Gaza” debía terminar. Era hora de que el mundo despertara ante lo que está sucediendo y exigiera el fin del sufrimiento de los palestinos atrapados en el enclave.

En realidad, gran parte del mundo despertó hace muchos, muchos meses. Han sido la prensa y los políticos occidentales los que han estado dormidos durante los últimos 19 meses de genocidio.

A continuación, el lunes, el supuestamente liberal The Guardian expresó en su propio editorial el temor de que Israel esté cometiendo “genocidio”, aunque solo se atrevió a hacerlo al formular la acusación como una pregunta.

Escribió así sobre Israel: “Ahora planea una Gaza sin palestinos. ¿Qué es esto, si no genocida? ¿Cuándo actuarán Estados Unidos y sus aliados para detener el horror, si no es ahora?”.

El periódico podría haber planteado una pregunta más apropiada: ¿Por qué los aliados occidentales de Israel, así como medios como The Guardian y Financial Times, han esperado 19 meses para denunciar el horror?

Y, como era previsible, cerrando la marcha, apareció la BBC. El miércoles, el programa PM de la BBC optó por dar protagonismo al testimonio de Tom Fletcher, jefe de asuntos humanitarios de las Naciones Unidas, ante el Consejo de Seguridad. El presentador Evan Davis afirmó que la BBC había decidido “hacer algo inusual”.

Inusual, sin duda. Reprodujo el discurso de Fletcher completo, sus 12 minutos y medio. Esto incluyó el comentario de Fletcher: “Por los asesinados y aquellos cuyas voces han sido silenciadas: ¿qué más pruebas necesitan ahora? ¿Actuarán con decisión para prevenir el genocidio y garantizar el respeto del derecho internacional humanitario?”.

En menos de una semana, la palabra “genocidio” había pasado de ser tabú en relación con Gaza a convertirse en algo casi común.

Grietas crecientes

Las grietas también son evidentes en el Parlamento británico. Mark Pritchard, diputado conservador y defensor de Israel de toda la vida, se levantó desde la bancada para admitir que se había equivocado con respecto a Israel y lo condenó “por lo que le está haciendo al pueblo palestino”.

Fue uno de los más de una docena de diputados y pares conservadores de la Cámara de los Lores, todos ellos antiguos defensores acérrimos de Israel, que instaron al primer ministro británico, Keir Starmer, a reconocer de inmediato un Estado palestino.

Su decisión se produjo tras una carta abierta publicada por 36 miembros de la Junta de Diputados, un organismo de 300 miembros que afirma representar a los judíos británicos, en la que discrepaban de su continuo apoyo a la masacre. La carta advertía: «A Israel le están arrancando el alma».

Pritchard dijo a sus colegas parlamentarios que era hora de “defender la humanidad, defender nuestra posición en el lado correcto de la historia, de tener la valentía moral de liderar”.

Lamentablemente, todavía no hay indicios de ello. Una investigación publicada la semana pasada, basada en datos de la autoridad fiscal israelí, demostró que el gobierno de Starmer ha mentido incluso sobre las restricciones muy limitadas a la venta de armas a Israel que afirmó haber impuesto el año pasado.

A pesar de una aparente prohibición de los envíos de armas que podrían utilizarse en Gaza, Gran Bretaña ha exportado de forma encubierta más de 8.500 municiones diversas a Israel desde la prohibición.

Esta semana se conocieron más detalles. Según cifras publicadas por The National, el gobierno actual exportó más armas a Israel en los tres meses posteriores a la entrada en vigor de la prohibición que el anterior gobierno conservador entre 2020 y 2023.

Tan vergonzoso es el apoyo del Reino Unido a Israel en medio de lo que la Corte Internacional de Justicia (la Corte Mundial) ha descrito como un “genocidio plausible”, que el gobierno de Starmer necesita fingir que está haciendo algo, aunque en realidad continúa armando ese genocidio.

Más de 40 parlamentarios escribieron al ministro de Asuntos Exteriores, David Lammy, la semana pasada, pidiéndole que respondiera a las acusaciones de que había engañado a la opinión pública y al Parlamento. “La opinión pública merece conocer la magnitud de la complicidad del Reino Unido en crímenes de lesa humanidad”, escribieron.

Hay cada vez más rumores en otros lugares. Esta semana, el presidente francés, Emmanuel Macron, calificó el bloqueo total de Israel a la ayuda a Gaza de “vergonzoso e inaceptable”. Añadió: “Mi trabajo es hacer todo lo posible para detenerlo”. Ese “todo” parecía reducirse a nada más que a plantear posibles sanciones económicas.

Aun así, el cambio retórico fue sorprendente. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, denunció de forma similar el bloqueo, calificándolo de “injustificable”. Y añadió: “Siempre he recordado la urgencia de encontrar una manera de poner fin a las hostilidades y respetar el derecho internacional y el derecho internacional humanitario”.

“¿Derecho internacional? ¿Dónde ha estado eso durante los últimos 19 meses?”

Hubo un cambio similar de prioridades al otro lado del Atlántico. El senador demócrata Chris van Hollen, por ejemplo, se atrevió recientemente a calificar las acciones de Israel en Gaza de “limpieza étnica”.

Christiane Amanpour, de la CNN y referente del consenso en Washington, sometió a la viceministra de Asuntos Exteriores de Israel, Sharren Haskel, a un interrogatorio inusualmente duro. Amanpour prácticamente la acusó de mentir sobre el hambre que Israel está causando a los niños.

Mientras tanto, Josep Borrell, el anterior responsable de política exterior de la Unión Europea, rompió otro tabú la semana pasada al acusar directamente a Israel de preparar un genocidio en Gaza.

“Pocas veces he escuchado al líder de un Estado esbozar con tanta claridad un plan que se ajuste a la definición legal de genocidio”, declaró, y añadió: “Nos enfrentamos a la mayor operación de limpieza étnica desde el final de la Segunda Guerra Mundial”.

Borrell, por supuesto, no tiene influencia alguna sobre la política de la UE en este momento.

Un campo de exterminio

Todo esto supone un progreso dolorosamente lento, pero sí sugiere que un punto de inflexión podría estar cerca.

De ser así, hay varias razones. Una —la más evidente— es el presidente estadounidense Donald Trump.

Era más fácil para The Guardian, el Financial Times y los diputados conservadores de la vieja guardia observar en silencio el exterminio de los palestinos de Gaza cuando detrás de él estaban, amablemente, el tío Joe Biden y el complejo militar-industrial estadounidense.

A diferencia de su predecesor, Trump olvida con demasiada frecuencia la parte donde se supone que debe minimizar los crímenes israelíes o distanciar a Estados Unidos de ellos, incluso cuando Washington envía las armas para perpetrarlos.

Pero también hay muchos indicios de que Trump, con su constante ansia de ser visto como el madamás, está cada vez más molesto por verse superado públicamente por Netanyahu.

Esta semana, mientras Trump se dirigía a Oriente Medio, su administración logró la liberación del soldado israelí Edan Alexander, el último ciudadano estadounidense vivo cautivo en Gaza, eludiendo a Israel y negociando directamente con Hamás.

En sus comentarios sobre la liberación, Trump insistió en que era hora de “poner fin a esta guerra brutal”, una observación que, obviamente, no había coordinado con Netanyahu.

Cabe destacar que Israel no está en la agenda de Trump para Oriente Medio.

Ahora mismo parece un momento relativamente seguro para adoptar una postura más crítica hacia Israel, como presumiblemente aprecian The Financial Times y The Guardian. Además, el genocidio israelí está llegando a su fin. No ha entrado comida, agua ni medicinas en Gaza durante más de dos meses. Todos están desnutridos. No está claro, dada la destrucción del sistema de salud de Gaza por parte de Israel, cuántos han muerto ya de hambre.

Aya, la madre de la bebé palestina Yenan Alskafi, muestra una foto en su teléfono móvil de su hija, quien murió de desnutrición debido al bloqueo israelí en Gaza el 3 de mayo de 2025 (Reuters).

Pero las imágenes de niños en los huesos saliendo de Gaza recuerdan incómodamente a las imágenes de hace 80 años de niños judíos esqueléticos encarcelados en campos nazis.

Es un recordatorio de que Gaza, estrictamente bloqueada por Israel durante 16 años antes de la fuga de Hamás el 7 de octubre de 2023, se ha transformado en los últimos 19 meses de un campo de concentración a un campo de exterminio.

Parte de los medios de comunicación y la clase política saben que la muerte masiva en Gaza no puede ocultarse por mucho más tiempo, ni siquiera después de que Israel haya prohibido la entrada a periodistas extranjeros al enclave y haya asesinado a la mayoría de los periodistas palestinos que intentaban documentar el genocidio.

Actores políticos y mediáticos cínicos intentan esgrimir excusas antes de que sea demasiado tarde para mostrar arrepentimiento.

El mito de la “guerra de Gaza”

Y finalmente, está el hecho de que Israel ha declarado su disposición a asumir la responsabilidad directa del exterminio en Gaza, en sus propias palabras, “capturando” el pequeño territorio.

El tan esperado “día después” parece estar a punto de llegar.

Durante 20 años Israel y las capitales occidentales han conspirado con la mentira de que la ocupación de Gaza terminó en 2005, cuando el entonces primer ministro israelí, Ariel Sharon, expulsó a unos pocos miles de colonos judíos y retiró a los soldados israelíes a un perímetro altamente fortificado que rodeaba el enclave.

En un fallo del año pasado, el Tribunal Internacional desestimó esta afirmación, enfatizando que Gaza, así como los territorios palestinos de Cisjordania y Jerusalén Este, nunca habían dejado de estar bajo ocupación israelí, y que la ocupación debía cesar de inmediato.

Lo cierto es que, incluso antes de los ataques de Hamás de 2023, Israel había estado asediando Gaza por tierra, mar y aire durante muchísimos años. Nada, ni personas ni comercio, entraba ni salía sin la autorización del ejército israelí.

Las autoridades israelíes instituyeron una política secreta de someter a la población a una “dieta” estricta —un crimen de guerra entonces como ahora—, una política que aseguraba que la mayoría de los jóvenes de Gaza sufrieran una desnutrición progresiva.

Los drones zumbaban constantemente, como lo hacen ahora, observando a la población desde el cielo las 24 horas del día y, ocasionalmente, sembrando la muerte. Los pescadores recibían disparos y sus barcos se hundían por intentar pescar en sus propias aguas. Los cultivos de los agricultores eran destruidos por herbicidas rociados desde aviones israelíes.

Y cuando le apetecía, Israel enviaba aviones de combate para bombardear el enclave o soldados en operaciones militares, matando a cientos de civiles a la vez.

Cuando los palestinos de Gaza salían semana tras semana a protestar cerca de la valla perimetral de su campo de concentración, francotiradores israelíes les disparaban, matando a unos 200 y mutilando a muchos miles más.

Sin embargo, a pesar de todo esto, Israel y las capitales occidentales insistieron en la historia de que Hamás “gobernaba” Gaza y que era el único responsable de lo que allí ocurría.

Esa ficción fue muy importante para las potencias occidentales. Permitió a Israel evadir la responsabilidad por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Gaza durante las últimas dos décadas, y permitió a Occidente evitar las acusaciones de complicidad por armar a los criminales.

En cambio, la clase política y los medios de comunicación perpetuaron el mito de que Israel estaba involucrado en un “conflicto” con Hamás, así como en “guerras” intermitentes en Gaza, incluso cuando el propio ejército israelí calificaba sus operaciones para destruir barrios enteros y matar a sus residentes de “segar la hierba”.

Israel, por supuesto, veía Gaza como su propia hierba. Y eso se debe precisamente a que nunca dejó de ocupar el enclave.

Incluso hoy, los medios de comunicación occidentales se confabulan con la ficción de que Gaza está libre de la ocupación israelí al presentar la matanza que allí se produce, y la hambruna de la población, como una “guerra”.

Pérdida de cobertura

Pero el “día después”, marcado por la promesa israelí de “captura” y “reocupación” de Gaza, plantea un dilema para Israel y sus patrocinadores occidentales.

Hasta ahora, todas las atrocidades de Israel se han venido justificando por la violenta irrupción de Hamás el 7 de octubre de 2023.

Israel y sus partidarios han insistido en que Hamás debe devolver a los israelíes que tomó cautivos antes de que pueda haber una “paz” indefinida. Al mismo tiempo, Israel también ha mantenido que Gaza debe ser destruida a toda costa para erradicar a Hamás y eliminarlo.

Estos dos objetivos nunca parecieron coherentes, sobre todo porque cuantos más civiles palestinos Israel mataba para “erradicar” a Hamás, más jóvenes reclutaba Hamás en busca de venganza.

El flujo constante de retórica genocida de los líderes israelíes dejó claro que creían que no había civiles en Gaza —ningún “no involucrado”— y que el enclave debía ser arrasado y la población tratada como “animales humanos”, castigada “sin comida, agua ni combustible”.

El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, reiteró ese enfoque la semana pasada, prometiendo que “Gaza será completamente destruida” y que su población sería sometida a una limpieza étnica, o, como él mismo lo expresó, obligada a “marcharse en masa a terceros países”.

Las autoridades israelíes le han hecho eco, amenazando con “arrasar” Gaza si no se libera a los rehenes esta semana. Pero, en realidad, los cautivos retenidos por Hamás son solo un pretexto conveniente.

Smotrich fue más honesto al observar que la liberación de los rehenes 2no era lo más importante”. Su opinión es aparentemente compartida por el ejército israelí, que, según informes, ha puesto ese objetivo en último lugar en una lista de seis objetivos de “guerra”.

Para el ejército, son más importantes el “control operativo” de Gaza, la “desmilitarización del territorio” y la “concentración y movimiento de la población”.

Con Israel a punto de volver a estar, de forma indiscutible y visible, al mando directo de Gaza —una vez despojadas las historias de portada sobre una “guerra”, sobre la necesidad de eliminar a Hamás y las bajas civiles como “daños colaterales”—, la responsabilidad de Israel por el genocidio también será indiscutible, al igual que la connivencia activa de Occidente.

Por eso, más de 250 exfuncionarios del Mossad, la agencia de espionaje israelí, incluidos tres de sus exdirectores, firmaron una carta esta semana denunciando la ruptura del alto el fuego por parte de Israel a principios de marzo y su regreso a la “guerra”.

La carta calificaba los objetivos oficiales de Israel de “inalcanzables”.

De igual manera, los medios israelíes informan de que un gran número de reservistas militares israelíes ya no se presentan cuando se les llama para que regresen al servicio en Gaza.

Limpieza étnica

Los patrocinadores occidentales de Israel deben ahora lidiar con el “plan” israelí para el devastado territorio. Su perfil se ha clarificado bastante en los últimos días.

En enero, Israel ilegalizó formalmente a la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados, UNRWA, que alimenta y cuida a la gran proporción de la población palestina expulsada de sus tierras históricas por Israel en las primeras fases de su colonización de la Palestina histórica, que duró décadas.

Gaza está repleta de refugiados de este tipo, resultado del mayor programa de limpieza étnica de Israel en 1948, durante su creación como “Estado judío”.

Eliminar a la UNRWA había sido una ambición largamente acariciada, una medida de Israel diseñada para liberarse del yugo de las agencias de ayuda que han estado atendiendo a los palestinos, ayudándolos así a resistir los esfuerzos israelíes de limpieza étnica, así como para supervisar la adhesión de Israel, o más bien la falta de ella, al derecho internacional.

Para completar los programas de limpieza étnica y genocidio en Gaza, Israel ha tenido que crear un sistema alternativo al de la UNRWA.

La semana pasada, aprobó un plan que pretende utilizar contratistas privados, en lugar de la ONU, para entregar pequeñas cantidades de alimentos y agua a los palestinos. Israel permitirá la entrada de 60 camiones al día, apenas una décima parte del mínimo absoluto requerido, según la ONU.

Hay varias condiciones. Para tener alguna esperanza de aspirar a esta ayuda tan limitada, los palestinos deberán recogerla en puntos de distribución militares ubicados en una pequeña zona en el extremo sur de la Franja de Gaza.

En otras palabras, unos dos millones de palestinos tendrán que apiñarse en un lugar sin posibilidad alguna de poder acomodarlos a todos, e incluso así solo recibirán una décima parte de la ayuda que necesitan.

También tendrán que reubicarse sin ninguna garantía por parte de Israel de que no seguirá bombardeando las “zonas humanitarias” a las que se les ha conducido.

Estas zonas de distribución militar se encuentran justo al lado de la única y corta frontera de Gaza con Egipto, justo donde Israel ha estado intentando expulsar a los palestinos durante los últimos 19 meses con la esperanza de obligar a Egipto a abrir la frontera para que la población de Gaza pueda ser sometida a una limpieza étnica en el Sinaí.

Según el plan israelí, los palestinos serán examinados en estos centros militares utilizando datos biométricos antes de tener alguna esperanza de recibir alimentos con un mínimo de calorías controladas.

Una vez dentro de los centros, pueden ser arrestados y enviados a alguno de los campos de tortura de Israel.

La semana pasada, el periódico israelí Haaretz publicó el testimonio de un soldado israelí convertido en denunciante que confirmaba las versiones de médicos y otros guardias, de que la tortura y los abusos son moneda corriente contra los palestinos, incluidos los civiles, en Sde Teiman, el más conocido de esos campos.

Guerra contra la ayuda humanitaria

El viernes pasado, poco después de que Israel anunciara su plan de “ayuda”, disparó un misil contra un centro de la UNRWA en el campo de Yabalia, destruyendo su centro de distribución de alimentos y almacén.

El sábado, Israel bombardeó tiendas de campaña utilizadas para preparar comida en Jan Yunis y la ciudad de Gaza. Ha estado atacando comedores sociales y panaderías para obligarlos a cerrar, en un eco de su campaña de destrucción contra los hospitales y el sistema de salud de Gaza.

En los últimos días, un tercio de los comedores comunitarios apoyados por la ONU —el último recurso de la población— han cerrado porque sus reservas de alimentos se han agotado, al igual que su acceso al combustible.

Según la agencia de la ONU, OCHA, esa cifra aumenta día a día, lo que provoca una hambruna generalizada.

La ONU informó esta semana que casi medio millón de personas en Gaza —una quinta parte de la población— se enfrentaba a una hambruna catastrófica.

Como era de esperar, Israel y sus macabros apologistas están restando importancia a este mar de inmenso sufrimiento. Jonathan Turner, director ejecutivo de Abogados del Reino Unido por Israel, argumentó que los críticos condenaban injustamente a Israel por matar de hambre a la población de Gaza e ignoraban los beneficios para la salud de reducir la obesidad entre los palestinos.

En una declaración conjunta la semana pasada, 15 agencias de la ONU y más de 200 organizaciones benéficas y grupos humanitarios denunciaron el plan de ayuda de Israel. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advirtió que Israel estaba obligando a los palestinos a elegir entre el desplazamiento y la muerte.

Pero lo que es peor, Israel está esgrimiendo su argumento una vez más para cambiar la realidad.

Los palestinos que se nieguen a cooperar con su plan de “ayuda” serán culpados de su propia hambruna. Y las agencias internacionales que se nieguen a apoyar la criminalidad israelí serán tildadas de “antisemitas” y de responsables del creciente número de muertes por hambruna en la población de Gaza.

Hay una manera de impedir que estos crímenes sigan degenerando. Pero se requerirá que los políticos y periodistas occidentales tengan mucha más valentía de la que se han atrevido a mostrar hasta ahora. Se necesitará más que florituras retóricas. Se necesitará más que lamentaciones públicas.

¿Serán capaces de algo más? No se les ocurra contener la respiración.

Jonathan Cook es autor de tres libros sobre el conflicto palestino-israelí. Ha ganado el Premio Especial de Periodismo Martha Gellhorn. Vivió en Nazaret durante veinte años, de donde regresó en 2021 al Reino Unido. Sitio web y blog: www.jonathan-cook.net

Texto original; , Middle East Eye, traducido del inglés por Sinfo Fernández.

Fuente: https://vocesdelmundoes.com/2025/05/18/por-que-el-muro-de-silencio-sobre-el-genocidio-en-gaza-comienza-finalmente-a-resquebrajarse/

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Panamá: El secretario general del Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Construcción denunció el allanamiento a la sede sindical

Saúl Méndez confirma que fue allanada la sede del Suntracs en David

Por Bernabé Yangüez

La sede del Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs) en la ciudad de David, Chiriquí, fue allanada este martes, así lo conformó el secretario general del sindicato, Saúl Méndez.

”La persecución llegó al edificio del Suntracs, en David, allí se está allando nuestra sede sindical, por parte del fiscal que lleva la causa de Jaime Caballero”, detalló.

Méndez definió el proceso legal que atraviesa Caballero como una causa “política” y su detención preventiva como propia de un “preso polítca”.

A Caballero se le siguen dos procesos, uno en David, por el cual tiene la medida cautelar de reportarse los 15 y 30 de cada mes por supuestamente atentar contra la personalidad interna del Estado y otro en Panamá por un presunto blanqueo de capitales, por la cual se le ordenó detención provisional por seis meses.

Este 16 de mayo la audiencia de control de garantías realizada en la sede del sistema penal acusatorio de Plaza Ágora, la jueza legalizó la aprehensión de Caballero, formalizó la imputación de cargos por delitos contra el orden económico en la modalidad de blanqueo de capitales y se concedió al Ministerio Público seis meses para llevar adelante la investigación.

La jueza de garantía también aplicó la medida cautelar de detención preventiva y la defensa apeló la medida, por lo que la audiencia de apelación será este 30 de mayo.

LA ESTRELLA

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La tecnología desnuda en educación

Por: Cristóbal Suárez Guerrero

La tecnología forma parte de nuestras vidas, y en esa convivencia la transformamos, pero también nos transforman, incluso desde hace más de 3 millones de años. Pero no todas las tecnologías son iguales, las digitales, dada su complejidad y su envolvente presencia, también influyen en la construcción de nuestra imagen y de las relaciones sociales, así como en la noción de realidad y sobre cómo intervenir en ella (Floridi, 2015). No somos ajenos a ellas y, contrariamente a lo que se dice sobre su capacidad de deshumanización, hay que considerar que, como las anteriores, forman parte consustancial de nuestro desarrollo (Diéguez, 2024). Pero, lo singular de las tecnologías digitales es que, además de permitirnos realizar muchas -y mejores- acciones, representan un desafío del pensamiento que exige ir más allá del escaparate de herramientas, la tecnología desnuda, y examinar tanto sus connotaciones internas y externas para darles significado.

Asumiendo que ninguna tecnología es neutral, puesto que cada una ofrece una forma concreta de hacer algo ajustada a su concepción y diseño, también nos invita a reimaginar -en conjunción a otros factores- modos de acción y representación de procesos tan delicados y ambiciosos como la educación. Y es ahí, aupado sobre su vertiginoso potencial, donde también descansa una narrativa sobre el valor y el poder de la tecnología digital en la educación. La narrativa EdTech, incluso donde no cabe pensar la educación sin tecnología (Dussel & Williams, 2023), es parte del imaginario pedagógico que tiene una gran influencia en las decisiones educativas (Matthews, 2020), pero también en la forma de delinear su futuro, donde, al parecer, la tecnología siempre está por delante (Selwyn et al., 2019).

Por ello no es de extrañar que surjan esfuerzos por desentrañar este tipo de narrativas EdTech, como aquellas sobre Inteligencia Artificial (IA) generativa que, según Cave et al. (2020) tienen un impacto real tanto en su devenir, su implementación o su regulación. Es más, la importancia de este mundo simbólico, la narrativa IA, es clave para entender que las diversas herramientas de IAtambién constituyen retos epistemológicos con implicaciones en la forma de entender y atender el aprendizaje (Silander, 2024). Pues bien, con toda la importancia que tiene la narrativa en las proyecciones y en las decisiones que tomamos sobre la tecnología en educación (Tondeur et al., 2017), y dada la alta complejidad de la actual tecnología digital, en esta entrada busco examinar una idea que tiene cierto prestigio en la narrativa EdTech: cuando hablamos de tecnología pensamos en herramientas.

Al hablar de tecnología digital en educación, especialmente en la prensa y la publicidad, tenemos una fuerte fijación en su parte más visible, las herramientas y sus grandes prodigios: las 10 aplicaciones móviles que revolucionarán el mundo educativo; el bot que personaliza, asiste y mejora el rendimiento escolar; la plataforma que gestiona eficazmente la atención a la diversidad; las aulas inmersivas 3D que garantizan la motivación del alumnado, etc. Y esto es lógico, ya que si hablamos de estas tecnologías en educación es preciso hablar de herramientas, claro, pero esto es una parte. Dado el brillo, la velocidad o la intensidad con que aparecen o se publicitan en el espectro educativo, existe la tendencia a centrarnos en las herramientas desnudas de sus complejidades tanto “de fábrica”, internas, como del contexto educativo, externas. ¿Cuál es la idea? A la complejidad educativa, en sí misma ya densa, heterogénea y multivariable, se le añade la de la tecnología actual que merece otra exigencia pedagógica. Una que, en principio, distinga que no es lo mismo desarrollo tecnológico en educación que desarrollo educativo con tecnología (Suárez-Guerrero et al., 2020).

Para empezar, existe una diferencia entre prestar atención a la herramienta y la tecnología: “El término tecnología es un paraguas bajo el que se incluyen, pues, elementos diversos. Aunque en el uso común es habitual identificar la tecnología con las máquinas o los aparatos, lo cierto es que tales cosas son la punta del iceberg de procesos más amplios y complejos” (Diéguez, 2024, p. 22). Cuando nos enfocamos solo en la herramienta, artefacto o aparato, ya sea por seducción o por aversión, dejamos de lado lecturas imprescindibles que forman parte de la tecnología, como el conocimiento científico implícito, las finalidades y valores de su diseño, las habilidades requeridas para su uso o las formas de producción. Cada potencial uso de la tecnología digital en educación también es una invitación a todo lo que ha dado forma y sostiene, incluida la herramienta. Así, ya que no es posible pensar una herramienta como neutral, no cabe una comprensión de la tecnología desnuda de sus complejidades que le son consustanciales y, por ello, hoy más que nunca no nos vale una narrativa educativa centrada únicamente en su funcionalidad o publicidad, sino abrir el foco a un análisis más amplio que permita entenderla mejor.

Pero, ir más allá del espectáculo mediático que se monta sobre las herramientas no es un esfuerzo mecánico, sino comprensivo. Esta exigencia pedagógica sobre el mundo EdTech supone, como señala Williamson (2021), examinar -claro está- una serie de herramientas (hardware/software), y asimismo entender la cada vez más intrincada variedad de actores (humanos y no humanos), organizaciones (públicas, privadas o multisectoriales), prácticas (docentes, diseñadores o promotores) y discursos educacionales de encuadre presentes en la tecnología. Dada la complejidad de la tecnología digital no cabe detenerse solo en la herramienta en sí, sino abrir el análisis a los condicionantes, las condiciones, los actores, los valores y las expectativas implícitas en sus diseños internos, pero también analizar y evaluar cómo la tecnología digital -además de la herramienta- se articula, alinea o sintoniza con los propósitos y contextos educativos donde se piensa aplicar. Por ejemplo, se puede aprovechar el potencial de un aula virtual y emplear datos para mejorar la experiencia de aprendizaje, pero también debemos preguntarnos sobre la calidad de esos datos, la propiedad y el tipo de acceso permitido, la competencia para analizarlos adecuadamente, la privacidad o los sesgos implícitos. Que la herramienta funcione no es la única razón, sí una parte, para admitirla en educación.

Las herramientas digitales no se “instalan” en una abstracción, sino en contextos educativos definidos. Pensar la tecnología desnuda de sus concionantes sociales, políticos, económicos o culturales que rodean a la educación, y que le dan cabida y sentido, puede llevar a un reduccionismo tecnológico que, por ejemplo, entienda el aprendizaje como una especie de acto reflejo producto de la exposición o uso de la herramienta o, más aún, entienda la herramienta como suficiente para revolucionar lo educativo. Como se sabe, la educación “no es analítica, estable y ordenada, sino sistémica, dinámica y cambiante” (Galán et al., 2014, p. 297) donde que intervienen muchos factores y, como señala Meirieu (2003) al distinguir entre la fabricación de objetos y la formación de personas, lo normal es que las cosas no funcionen como se espera; esta naturaleza exige una narrativa menos mecanicista de la tecnología. Para ir más allá de ese reduccionismo Edtech, que poco favor le hace a la comprensión amplia de la tecnología digital en educación, se pueden ensayar otros encuadres que examinen la tecnología articulada con los otros factores que también explican la educación, y la educabilidad mediada. Esta vocación holista podría ayudar a superar el vano esfuerzo, caracterizado como mito EdTech de la “bala de plata” (Suárez-Guerrero et al., 2023), de suponer que a la introducción de una poderosa herramienta le sigue, de forma causal, un cambio significativo -rondando casi lo mágico- en educación. Los negacionistas y los entusiastas de la tecnología digital tienen el mismo punto de apoyo, ese determinismo causal, ya que si no fuese así no podrían asumir que la tecnología se basta por si sola para ser causa de grandes efectos -buenos o malos- en educación.

Esta fijación por la herramienta, más cuando está en el pico de expectativa, además de llevarnos a posiciones extremas donde todo o nada es posible con tecnología, olvidan que la tecnología -por muy eficaz, inteligente o envolvente que sea- no está sola y coparticipa, se articula, con los otros factores que intervienen tanto en el aprendizaje como en la educación. Es más, como ya lo mencionaba Francisco Martínez (2016), este énfasis puesto en lo que puede hacer la herramienta deja en un segundo plano la explicación pedagógica, clave para delinear nuestras decisiones y acciones en didáctica o investigación.

La tecnología “funciona” en relación con muchos aspectos de la educación que no pueden soslayarse. Pensar que las herramientas digitales pueden ser el Santo Grial o la Caja de Pandora, según se vea, es invisibilizar la complejidad educativa. Por ello, cuando hablamos de la relación educación y tecnología sabe a poco un debate sobre su eficacia, hace falta una atención holista que examine el papel de tecnología digital -con todas sus complejidades- en el desarrollo de un proyecto humano que, por si no ha quedado claro, es más ambicioso que el propio proyecto tecnológico. Por ejemplo, se puede -y se debe- analizar la eficacia didáctica de las herramientas de IA, sin duda, pero también preguntarnos, si la promesa de automatización o las garantías de trasparencia de la IA actual encajan con los principios de los sistemas educativos. Que la herramienta funcione no es la única razón, sí una parte, de convertirse en deseable en educación.

Pues bien, y a modo de invitación, para remontar la narrativa EdTech centrada en la herramienta cabe generar otras problematizaciones -entendida como la caracterización de tópicos de estudio y análisis- de la tecnología digital en educación. Algunas ideas, grosso modo, desde lo que se puede entender como pedagogía digital crítica (Aguilera & Salazar, 2023; Suárez-Guerrero et al., 2024). Es posible, claro está, emplear herramientas de IA en la enseñanza, pero sin dejar de atender los dilemas de la algoritmización de la experiencia educativa (Giró Gràcia, & Sancho Gil, 2022), los límites que supone el cálculo estadístico en la experiencia educativa (Selwyn, 2024) o plantera el reto ético que las envuelve (Popenici, 2022); se puede, y debe, hablar del potencial didáctico de las herramientas digitales, pero además entender la forma de apropiación simbólica de la tecnología, una apropiación que supone expectativas, roles, hábitos y cultura escolar (Jarquín Ramírez, & Díez Gutiérrez, 2022); es importante conocer la capacidad de gestión del aprendizaje de los LMS (Learning Management Systems) en modalidades como el e-learning, pero también abrir el espectro a la noción de plataformización que admite otros puntos de análisis sobre la experiencia educativa mediada y mediatizada (Rivera-Vargas et al, 2023); claro que es posible automatizar procesos de evaluación del aprendizaje usando analíticas de datos, pero también exigirnos hablar de agencia, legibilidad y negociabilidad en la datificación de la experiencia educativa (Kuhn & Raffaghelli, 2023) y, por supuesto, frente al evidente imperativo comercial de que las herramientas funcionen, hay que buscar que sean significativas a la experiencia humana; no nos basta la eficacia, en educación hay que apostar por la equidad, justicia y desarrollo. Estas y otras visiones enriquecen la mirada sobre la herramienta ya que crean otros puntos de referencia para atender su complejidad y que, más temprano que tarde, inciden en nuestra imagen y práctica educativa.

Ya que existe una narrativa EduTech que estimula la tecnología digital como el producto estrella de la educación, hay que insistir en mirar más allá de los escaparates tecnológicos y construir una narrativa densa, contextual, política, exigente, utópica y crítica que arrope la desnudez con que se suele mirar la tecnología. Además de comprobar que la tecnología funcione, en educación necesitamos que tenga sentido y eso requiere, como vimos, atender la complejidad propia de la tecnología y, claro, la complejidad educativa donde se inscribe. Para ello, además de todo lo señalado, se puede recuperar un viejo ejercicio que también es parte de la tarea pedagógica: hacer preguntas (Meirieu, 2022; Suárez-Guerrero et al., 2020).

En pocas palabras, no basta con que una herramienta funcione en educación, hay que exigir -y exigirnos- un análisis de la tecnología en sentido integral, pero sobre todo sin perder la vocación educativa por un proyecto humano más justo y democrático. No se trata de huir de una amenaza tecnológica, como tampoco adherimos a lo que venga, se trata de ensayar una mirada, como comentara Neil Selwyn, crítica e ilusionante sobre la educación con tecnología.

Referencias

Aguilera, E., & Salazar, C. (2023). Critical Digital Pedagogy in the Platform Society. Oxford Research Encyclopedia of Education. https://doi.org/10.1093/acrefore/9780190264093.013.1888

Cave, S., Dihal, K., & Dillon, S. (eds.) (2020). AI Narratives: A History of Imaginative Thinking about Intelligent Machines Get Access Arrow. Oxford University Press.

Diéguez, A. (2024). Pensar la tecnología. Una guía para comprender filosóficamente el desarrollo tecnológico actual. Shackleton books

Dussel, I., & Williams, F. (2023). Los Imaginarios sociotécnicos de la política educativa digital en México (2012-2022). Profesorado, Revista De Currículum Y Formación Del Profesorado27(1), 39–60. https://doi.org/10.30827/profesorado.v27i1.26247

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Giró Gràcia, X., & Sancho Gil, J. M. (2022). La Inteligencia Artificial en la educación: Big data, cajas negras y solucionismo tecnológico. RELATEC21(1), 129-145. https://doi.org/10.17398/1695-288X.21.1.129

Jarquín Ramírez, M. R., & Díez Gutiérrez, E. J. (2022). Google en Iberoamérica: expansión corporativa y capitalismo digital en educación. Revista Española de Educación Comparada, 42,240–260. https://doi.org/10.5944/reec.42.2023.34322

Kuhn, C., & Raffaghelli, J. E. (2023). Something Important is Going on With Data: Educators’ Search for Political Agency to Act as Professionals in Complex Datafied Contexts. In: S. Hayes, M. Jopling, S. Connor & M. Johnson (eds). Human Data Interaction, Disadvantage and Skills in the Community. (pp. 53-77). Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-031-31875-7_4

Martínez Sánchez, F. (2016). Sentado en el andén. RiiTE Revista interuniversitaria de investigación en Tecnología Educativa, 0, 17-22. https://doi.org/10.6018/riite/2016/258131

Matthews, A. (2020). Sociotechnical imaginaries in the present and future university: a corpus-assisted discourse analysis of UK higher education texts. Learning, Media and Technology46(2), 204–217. https://doi.org/10.1080/17439884.2021.1864398

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Tondeur, J., Van Braak, J., Ertmer, P. A., & Ottenbreit-Leftwich, A. (2017). Understanding the relationship between teachers’ pedagogical beliefs and technology use in education: a systematic review of qualitative evidence. Educational technology research and development, 65, 555-575 https://doi.org/10.1007/s11423-016-9481-2

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La tecnología desnuda en educación

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Trump y el cierre del Departamento de Educación, ¿giro al homeschooling?

Por: Horacio Sánchez de Loria* y Roberto Dante Flores**

En EE.UU ya son más de 3 millones, desde preescolar hasta los 12 años, los niños educados en sus propios hogares, lejos de las escuelas. Trump desmantela el sistema educativo y lo acusa de difundir la cultura woke. Cerró escuelas, prohibió palabras y peligra la instrucción de pobres y discapacitados.

El 19 de marzo, rodeado de estudiantes, Donald Trump dispuso el desmantelamiento del Departamento de Educación, equivalente a un ministerio según la configuración administrativa establecida por el presidente Jimmy Carter en 1979.

No es una medida aislada, sino que forma parte de la batalla cultural emprendida en forma virulenta, que en este caso beneficia al homeschooling, enseñanza en la casa. Desde sus orígenes en los Estados Unidos las familias educaban a sus hijos en sus propias casas.

Resulta significativo que Massachusetts, un tradicional Estado, fuera el primero en aprobar una ley de educación obligatoria (1789). Esa fue la cuna de la educación estadounidense y aún sigue siendo un faro de cultura con sus prestigiosas universidades: Harvard, MIT, etc. Pero definitivamente se estableció el sistema moderno de educación en el año 1852, a instancias del abogado y educador Horace Mann. Un argentino, Domingo Faustino Sarmiento, admirado por ese programa educativo visitó Boston, y años después contrató a sus maestras para enseñar en Argentina.

Luego de Massachusetts, otros Estados comenzaron a hacer obligatoria la asistencia a las escuelas e incluso prohibieron la educación en casa. Pero a mediados del siglo XX volvió el interés por el homeschooling, impulsado por el cuestionamiento social a la educación pública y el auge de las ideas de desescolarización. Posteriormente–en el contexto de las protestas de los estudiantes contra su participación en la guerra de Vietnam– John Holt, y otros educadores, promovieron por todo el país la enseñanza sin escuela.

Para la década de 1980 los Estados comenzaron a legalizar el homeschooling, reconociendo las diversas razones por las que los padres optan por esta vía educativa. El número de familias que educan a sus hijos en casa aumentó paulatinamente, alcanzando 3,1 millones de niños desde preescolar a los 12 años. Representan el 6 % del sistema educativo estadounidense y se ha extendido a otros países, incluso Argentina (National Home Education Research Institute, 2025).

La profesora de Harvard Elizabeth Bartholet señala que la mayoría de esas familias (según estimaciones, hasta el 90%) se rigen por creencias religiosas que buscan alejar a sus hijos de la cultura dominante. Y algunos de los padres son «ideólogos religiosos extremistas» que cuestionan la ciencia y promueven la sumisión femenina y la supremacía blanca (Harvard Magazine, 2020).

Ahora Trump argumenta que la oficina federal de Educación es innecesaria en un país donde los Estados regulan en gran medida la materia. Pero lo más importante: subraya que ha sido un cauce para expandir la cultura woke.

Es cierto que la financiación federal representa una porción relativamente pequeña –alrededor del 10%– de los presupuestos de las escuelas de gestión estatal. Sin embargo, hay Estados como Mississippi o Alaska, que dependen de este dinero para financiar más del 20% de los costos de los distritos escolares.

La pregunta ahora es: la secretaria de Educación Linda McMahon, ¿dejará de proveer dinero para ayudar a estudiantes pobres y discapacitados? Además, ¿que pasará con los préstamos estudiantiles?

Es cierto que la medida requeriría de una ley del Congreso, pero sabemos que las normas legales han perdido eficacia en el país del Norte, lo que augura una decadencia mayúscula. Varias de las casi 150 órdenes ejecutivas (decretos) que ha firmado Trump en pocos meses de gobierno violan disposiciones constitucionales que han sido denunciadas, pero a él poco le importa.

Ha cerrado decenas de bibliotecas, recortado subsidios a las universidades acusadas de permitir las protestas en favor de los palestinos o fomentar el wokismo. Utilizó el escándalo del watergate al Servicio de Impuestos Internos, Internal Revenue Service, como arma política contra sus adversarios. También prohibió alrededor de 200 palabras en la comunicación gubernamental, amén del apoyo a la censura sobre miles de libros, entre ellos 1984, de George Orwelll, o The Handmaid Tale, de Margaret Atwood.

La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, USCCB, al tiempo que recuerda que son los padres los principales educadores de sus hijos y deberían tener libertad para elegir la más adecuada, advierte sobre el peligro que corren los niños pobres y discapacitados de todas las escuelas del país con estas medidas.Evidentemente, todas ellas no tienen como horizonte el bien común, y fomentan aún más el individualismo, en una sociedad modelada por ese flagelo social.

* Miembro de la Academia Nacional de la Historia
** Historiador, Universidad de Buenos Aires

https://www.perfil.com/noticias/opinion/trump-y-el-cierre-del-departamento-de-educacion-giro-al-homeschooling.phtml

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Entrevista a Gabriel Aguirre, integrante de Capítulo para la Paz en Colombia.

Por: Pablo Ruiz

En América Latina y el mundo existen diversas organizaciones y movimientos que trabajan por la paz, en hora buena. Entre ellos, encontramos al Movimiento Global “Un mundo más allá de la guerra” (WBW, World BEYOND War) organización que tiene presencia en los cinco continentes y que “utiliza la educación, el activismo y la comunicación para promover la causa de poner fin a todas las guerras y establecer una paz duradera”, como señalan.

Conversamos con Gabriel Aguirre quien es el organizador para América Latina de WBW, es de Venezuela, pero tiene su sede actualmente en Bogotá, Colombia. Gabriel Aguierre “ha sido un activista y luchador por la paz, la justicia social, la solidaridad internacional y los Derechos Humanos, y posee más de 13 años de experiencia en el trabajo social y comunitario”.

En la siguiente entrevista conversamos sobre el peligro de las bases militares en América Latina, de la base militar de EE.UU. en Guantánamo, donde están encarcelando migrantes; del encuentro del presidente de Ecuador con el fundador de Blackwater; de lo positivo que podrían resultar las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia, donde EEUU es el mediador, y aunque se una “paz imperfecta” se podría alcanzar un alto al fuego; de Palestina; y de los tambores de guerra que promueven los líderes europeos contra rusia; entre otros temas.

– Lo primero, quisiera saber un  poco más de tu organización ¿Qué nos puedes contar? Entiendo que tienen capítulos en algunos países…

Primero mencionarte que nuestro movimiento global es una organización que se fundó en el año 2014. Es un movimiento que se propone, en principio, abolir la guerra como institución; es decir, como forma para resolver y gestionar todos los conflictos en el mundo. Es una organización que se propone poner fin al militarismo, a las bases militares, y trabajar en la construcción de una cultura de paz. Es una organización que trabaja desde la interseccionalidad; es decir, entendiendo los distintos espacios y esferas de acción y de influencia que van ocurriendo en el mundo.

Nuestros fundadores, David Swanson, que es nuestro director ejecutivo, y David Hartsough, vieron la necesidad de construir un poderoso movimiento global que pusiera en el centro de la discusión sobre la gestión y la problematización de los conflictos que van surgiendo a distintos niveles en la esfera internacional, en la esfera regional, en la esfera local, y cómo desestimar, cómo sacar a la guerra, dentro del tablero de posibilidades, y de opciones que se manejan para dirimir los conflictos.

Y es algo que está muy presente en el día de hoy. Tú bien has mencionado sobre la realidad que estamos atravesando, y la coyuntura en la cual nos encontramos, que es precisamente el problema y la amenaza latente de la guerra, de la confrontación de una tercera guerra mundial, que como han dicho algunos pensadores pondría en peligro la propia existencia de la especie humana, y que, ciertamente, existen distintos movimientos a nivel mundial que también trabajan en el mismo campo de la paz. Si nosotros decimos que la paz es un camino, entonces hay distintas formas, por supuesto, de emprender ese camino.

Naturalmente hay puntos de coincidencia, hay puntos de encuentro, porque coincidimos en la importancia, en la necesidad, en resumidas cuentas, de construir un futuro para la humanidad de paz, donde podamos contar nosotros con justicia social, donde podamos contar no sólo con una humanidad mucho más humana, una humanidad mucho más solidaria, una humanidad mucho más cooperativa, una humanidad que no se decante o no se determine por la violencia o que esté marcada por el hecho de la violencia que, en resumidas cuentas, conduce a la guerra.

Entonces, nuestro movimiento se organiza a nivel global a través de sus capítulos, en cada uno de los países; nosotros tenemos, actualmente, presencia en los cinco continentes. No podemos hablar de todos los países, pero sí en los cinco continentes.

Cada región del mundo, cada rincón del mundo, con sus particularidades, pero también nos organizamos a través de organizaciones aliadas, afiliadas a “World Beyond War”, a “Un mundo más allá de la guerra”, que son organizaciones con las cuales trabajamos, porque nos reconocemos como parte de un gran ecosistema, de un gran movimiento de organizaciones, de plataformas, y de espacios internacionales que también trabajan en el mismo campo, que se proponen, de distintas formas, también lograr los objetivos que nos hemos propuesto, que no son otros, por ejemplo, en el caso de América Latina, que construir, y hacer de nuestra región una América Latina como una verdadera zona de paz.

Y para eso es importante, por ejemplo, el cierre de las bases militares. Para eso es importante que en nuestra región no existan armas nucleares, para eso es importante que en nuestra región no exista la presencia de la OTAN, que es el “dedo en el gatillo” del imperialismo. Para eso es importante que se desmantele el Comando Sur, que es una instancia que, igualmente, actúa con base a la lógica guerrerista impuesta por EEUU para extender su dominio, y mantener su papel de potencia hegemónica en el mundo, pero en particular, en América Latina.

Entonces, hay muchas cosas que todavía hay que trabajar para lograrlas, y, naturalmente, entre las distintas organizaciones podemos cooperar, podemos contribuir, y debemos sobre todo trabajar en unidad. En unidad y en alianza para poder entender y afrontar los nuevos desafíos que nos exige hoy la realidad del mundo.

– Justamente, mencionaste el tema de las bases militares. En febrero, el mes pasado, se realizó el Día Mundial Contra las Bases Militares. ¿Por qué la oposición a las bases militares? ¿Por qué el movimiento por la paz se opone a que haya esta “colaboración” entre los países?

Mira, efectivamente, la guerra tiene distintas formas de estructurarse. Hay estructuras que conforman y que permiten potenciar la guerra. Una de ellas son las bases militares. Por eso, EE.UU. posee hoy más de 900 bases militares alrededor del mundo. En América Latina son 76 bases militares y, contando, porque aún no han desistido del esfuerzo de seguir construyendo y estableciendo, sembrando en el corazón de nuestro continente, nuevas bases militares.

Para nosotros, realmente, el tema de las bases militares es un problema, y para el mundo en general, porque desde allí se desarrollan operaciones que, por supuesto, van dirigidas a mitigar los esfuerzos de los movimientos y de las organizaciones que trabajan en la construcción de un mejor futuro de su pueblo, que trabajan por la construcción, y sobre todo por lograr conquistar derechos civiles , democráticos, sociales, de todo tipo. Y es desde las bases militares, justamente, donde se desarrollan operaciones de todo tipo: operaciones de inteligencia, operaciones de interdicción, operaciones que tienen que ver, particularmente, con el perfilamiento de dirigentes y de infiltraciones de los movimientos a distintas escalas.

Desde otra perspectiva, alrededor de las bases, cuál ha sido el argumento que se ha empleado históricamente para establecer bases militares en un país: bueno, que supuestamente las bases militares van a permitir incrementar los niveles de seguridad en ese país. Bajo esa lógica, entonces, los gobiernos suscriben acuerdos con EEUU y con la OTAN, en algunos casos, para establecer instalaciones militares en ese territorio. Bien sea visto desde la forma de cooperación directa o bien sea visto desde el establecimiento de una base propiamente militar con personal estadounidense en ese territorio, etc.

Y la gran verdad – que nos ha demostrado la historia – es que no hay un sólo caso en el mundo donde la existencia de una base militar haya mejorado los niveles de seguridad de ese país. Haya acabado con el crimen organizado; haya puesto fin al crimen transnacional, todo lo contrario: los indicadores y las estadísticas nos señalan que, donde se han establecido bases militares, se han disparado los niveles de inseguridad, se han disparado la presencia de grupos irregulares, se han disparado los niveles de operaciones del crimen transnacional, y por supuesto, otros fenómenos que ocurren alrededor de las bases militares como son, por ejemplo, las violaciones a los derechos humanos de las poblaciones.

Hay que mencionar un caso muy particular, aquí en Colombia, el caso de Olga Castillo y su hija, compañera que tuvimos el honor de conocer, hace algún tiempo, el pasado año. Ella murió de cáncer exigiendo justicia para su hija. Su hija que había sido violada por los militares estadounidenses de una de las bases que está establecida aquí, en Colombia, y que, por supuesto, en el marco de la inmunidad y de la impunidad fueron devueltos a EEUU y Olga murió reclamando justicia para su hija. No pudo hacerlo el Estado colombiano, menos lo hizo EEUU, por supuesto protegiendo a sus militares, y casos como estos hay múltiples, múltiples casos en el mundo, y en América Latina en particular.

Otros fenómenos que producen las bases militares, en los lugares donde son establecidas, es que terminan contaminando el medioambiente. Hemos visto, por ejemplo, todo lo que fue la presencia de las instalaciones militares en Vieques (Puerto Rico), una zona completamente militarizada, donde se probaban armas, donde se probaban productos y armas químicas, que se tradujo en perjuicio en la  salud de toda la población viequense y que, entre otras cosas, se utilizaron armas, donde se colocaron minas en el suelo de Vieques, y se habla que hasta el año 2033, después de la retirada del ejército estadounidense, será entonces cuando se pueda hablar de un desmilitarización completa del territorio viequense.

Entonces contaminan el agua, generan perjuicios al medioambiente, se violan los derechos humanos, se incrementan los niveles de inseguridad. Adicionalmente, despilfarran cuantiosos recursos que deberían ser utilizados para realmente resolver los problemas estructurales de nuestra sociedad en acceder a derechos como el derecho a la salud, como el derecho  a la educación, como el derecho a la cultura, la recreación, al deporte, lo que permitiría una normal existencia de la vida humana se termina traduciendo en un despilfarro cuantioso de recursos. Basta con dar una mirada  a lo que es el gasto militar en el mundo y lo que EEUU invierte en la guerra y, por supuesto, un gran porcentaje de esa inversión a la guerra, que va en armas, que va a tropas, un gran porcentaje de eso va a las bases militares.

Sólo con el 3% del presupuesto que destina EEUU para la guerra en el mundo,  sería posible ponerle fin al hambre en África, sólo con el 3% de lo que se destina a la guerra. Entonces estamos viviendo en un mundo, en una sociedad que en general, con mucha inmoralidad, con mucha hipocresía, que nos mencionan, y nos dicen que se preocupan por el problema de la hambruna mundial, pero entonces invierten cuantiosos recursos para fortalecer sus bases militares y sus guerras. Y en América Latina ya lo hemos visto: ha sido precisamente desde las bases militares estadounidenses donde se han generado acciones que han ido en contra de lo que han decidido los pueblos como forma para destinar y construir su futuro.

Desde las bases militares de Colombia se ha desarrollado múltiples acciones de agresión hacia el pueblo venezolano, en distintas oportunidades, generando operaciones de organización en alianza con grupos terroristas, en alianza con fuerzas mercenarias, en alianza con otros sectores, y Venezuela se encargó de denunciar, durante muchísimo tiempo, que nos oponíamos a la existencia de esas bases militares.

En el caso de Honduras, desde la base militar Soto Cano, en Palmerola, fue desde donde se extrajo al presidente electoManuel Zelaya, en ese momento, y se le colocó en Costa Rica, por supuesto, violentando la soberanía del pueblo hondureño y la decisión del pueblo hondureño de construir un futuro con un presidente que en ese momento era el compañero Manuel Zelaya.

Entonces, para eso han servido las bases militares. No nos han generado ningún tipo de beneficio a nuestros pueblos y, en consecuencia, pensamos que es necesario, si queremos realmente poner fin a la guerra, es necesario cerrar todas las bases militares.

Nosotros tomamos el 23 de febrero porque es un día simbólico, un día significativo. Es el día en el cual se recuerda aquel tratado inmoral suscrito por el gobierno de Cuba, en 1903, por el gobierno de ese entonces, con el gobierno de los EEUU para tomar posesión de la bahía de Guantánamo que hoy es el principal centro de tortura y violaciones a los derechos humanos en el mundo y que, además, hoy está siendo utilizado por el gobierno de EEUU para enviar a los inmigrantes de todas las nacionalidades; entre esas, venezolanas; amenazarlos con enviarlos a esta prisión, que lo sabemos por todas las denuncias que se han presentado por distintos organismos internacionales, entre ellos por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, y que están ocupando de manera ilegal, están ocupando en contra de la voluntad del pueblo de Cuba y que debería ser restituido a quien legítimamente le corresponde, ese territorio, que es al pueblo cubano.

– El tema de las bases militares, como bien dices, es un problema de todo el mundo y, de hecho, en Europa la presencia de bases militares de EEUU, las que comenzaron a rodear Rusia, se transformó en un problema, en un problema que llevó a la guerra en Ucrania con Rusia. Actualmente, el presidente Donald Trump está impulsando negociaciones de paz y, por otro lado, a la gran mayoría de los países de la Unión Europea les gustaría que continuara la guerra. Sin duda la guerra es un gran negocio, pero un gran negocio para pocos. ¿Qué piensas tú de las negociaciones o la guerra?

Mira, desde nuestro movimiento hemos clamado desde que se inició la guerra, hemos clamado la importancia y la necesidad de detenerla, de poner fin al conflicto, de poner fin a la guerra; por supuesto, sabemos que los actores involucrados, en este caso, todos y cada uno de ellos, aducen importancia y necesidades geopolíticas de emprender este conflicto que ha sumido a Europa del Este en una gran confusión, en una gran situación complicada, particularmente.

Sabemos que la OTAN ha sido uno de los grandes artífices de este conflicto, uno de los principales promotores los que realizaron un plan bien estructurado, que durante muchísimos años viene ejecutando para poder ir cercando, progresivamente, militarmente a Rusia, expandiendo sus fronteras, anexando nuevos países a la OTAN, inclusive países que se denominaban que eran países neutrales, por ejemplo, como Finlandia, como Suecia, que en el 2023 pasaron a formar parte de la OTAN y, recientemente, han declarado que tienen el interés de destinar más fondos para la guerra en Ucrania.

Entonces, sencillamente, es cómo estallamos y desarrollamos un conflicto, ¿verdad? Proponemos que se desarrolle un conflicto que, en resumidas cuentas, se traduzca en un mayor aislamiento a nivel internacional de Rusia, debilitamiento desde el punto de vista militar, político y geopolítico y nosotros, (la OTAN), progresivamente, vamos testeando de qué forma sería o de qué forma respondería una potencia nuclear en el marco de esta confrontación.

Para nosotros, lo peligroso de esto es que estamos señalando que en este conflicto se han sumado potencias nucleares. Lo ha declarado así la Agencia Internacional de Energía Atómica, donde Rusia posee cerca de 1530 cabezas nucleares, EEUU posee cerca de 1800 cabezas nucleares, otras tantas más en Reino Unido y en Francia.

Entonces, muy lamentablemente, parece que los gobiernos de Europa, porque no podemos hablar de los pueblos de Europa, no han aprendido nada de la historia, de los fenómenos y de las causas que se tradujeron en el estallido de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Hoy parecieran repetirse como copia y calco de cada uno de los hechos internacionales que fueron ocurriendo para que estallaran esas guerras.

Frente a la propuesta de paz, nosotros debemos señalar que, aunque sea una paz imperfecta, tiene que parar la guerra, tienen que dejar de morir personas, jóvenes, niños, mujeres, ancianos y ancianas en Ucrania y en Rusia. Porque en resumidas cuentas, eso es en lo que se traduce la guerra. Mueren personas, se genera sufrimiento en las familias. Entre otras cosas, se devastan pueblos y ciudades enteras. Entonces, la guerra debe tener un punto de finalización. Sabemos que las conversaciones de paz no son espacios o discusiones y conversaciones que sean fáciles.

Estamos seguros que en los procesos de negociación y diálogo tienen que ceder ambas partes y creo que pareciera que existe, por fin, una opinión más o menos coherente y lógica sobre la necesidad de poner fin a esa guerra. Es muy irónico, porque la propuesta surge de parte de EEUU que es el principal promotor de guerras en el mundo y que, paralelamente, dice que debemos poner fin a la guerra en Ucrania y en el siguiente mensaje, en el siguiente tweet en la red “X”, escribe: “Bueno, y si Hamas no respeta el alto al fuego, que se desate el infierno en la Franja de Gaza”.

Entonces, tú no puedes entender cómo alguien que se propone construir la paz, lo hace para un conflicto en una esquina del mundo y para otro propone entonces desatar un infierno entero que significa la muerte de más personas de los ya 40 mil muertos en la Franja de Gaza a través de la intervención y del genocidio sionista y genocida que ha propuesto y que ha desarrollado Israel, el estado sionista de Israel. Entonces, es bastante irónico, ¿no?. Naturalmente hay que aprovechar las circunstancias, hay que aprovechar el contexto. Si está planteada una negociación para poner fin a la guerra, es un esfuerzo que se debe acompañar.

Es necesario detener inmediatamente no solamente la guerra en Ucrania, sino todos los conflictos que están en desarrollo en el mundo, porque no es solamente Ucrania, no es solamente Palestina, qué nos duele muchísimo lo que ocurre en ambas naciones, sino que también son las guerras que están ocurriendo en África, por ejemplo, que muy poco se habla. Entonces, sabemos que hoy, eso es algo importante. Ojalá esos esfuerzos se traduzcan realmente en avances concretos para detener la guerra, para construir una paz justa para todos los pueblos y para los pueblos involucrados: el pueblo de Ucrania y el pueblo de Rusia.

Una paz estable, que no permita que cualquier acción o inestabilidad en la región produzca un nuevo estallido en la guerra, y, por supuesto, duradera. Que le permita al pueblo ruso y al pueblo de Ucrania desarrollar, elegir sus destinos, construirse como sociedades, construir un mejor futuro para sus pueblos, alcanzar el desarrollo en sus distintos espacios, niveles, áreas y campos, y que le permita también a la humanidad entender la importancia de ello.

Es importante que Europa no continúe su plan que lo ha develado hace unas pocas semanas a través de sus principales voceros; el presidente de Francia, Emmanuel Macron, de ponerse en una carrera armamentista contra Rusia y ganarla, además, han dicho.

Entonces parecieran los mismos discursos previo a la Primera y a la Segunda Guerra Mundial muy peligrosos, muy delicados, y que genera una sensación  de que estamos a las puertas de una nueva guerra mundial, de que estamos efectivamente gambeteando en ese espacio, en ese escenario, y la posición, desde los movimientos sociales y de nuestros pueblos, tiene que ser poner fin a la guerra, poner fin a la locura, que se propone desarrollar una nueva confrontación a nivel global, y, por supuesto, insisto, las capacidades destructivas hoy son, al menos, 100 veces superiores a las que existían durante la Segunda Guerra Mundial.

Treinta minutos de una guerra nuclear significaría la muerte de más de 3 mil millones de seres humanos – casi la mitad de la población – en sólo 30 minutos de confrontación con armas nucleares. Entonces, estamos hablando de un contexto bastante difícil, bastante complejo, pero que estamos seguros que nuestros pueblos sabrán oponerse a ello, estamos seguros que en los pueblos en Europa hay resistencia, hay movimientos que están desarrollando iniciativas. Ahora, en el mes de junio, se va a desarrollar en Europa la contracumbre de la OTAN, justamente para denunciar lo que se va a discutirse allí en la OTAN; que no van a hacer otra cosa más que ver cómo siguen reforzando su estructura y su alianza militar global que ya hemos dicho, ahora en la entrevista, que es el dedo en el gatillo del imperialismo.

Es posible también que tengamos una nueva edición del Congreso de Neutralidad (que se realizó en Colombia) sobre estas fechas como espacios de confluencia de las plataformas a las que tú hacías mención al inicio de la entrevista como espacios para la construcción y para la articulación y para el desarrollo de una agenda común, una agenda en conjunto, que ponga en el centro la importancia de alzar nuestra voz para la paz, de pedirle y decirle a los gobiernos que detengan esta locura militarista.

– En estos días se supo  que el presidente Daniel Novoa, de Ecuador, sostuvo una reunión con el fundador de Blackwater. ¿Qué opinas de esto? A mí, primero me dio risa, porque el año pasado, con EEUU se firmaron una serie de acuerdos, entregaron las Islas Galápagos,  y que todo esto iba a ayudar a resolver el tema de las bandas criminales, del narcotráfico, vimos imágenes bien impactantes de un grupo tomándose un canal de televisión ¿Qué opinas?

Mira, yo creo que ya no hay acción en contra de la voluntad, en contra de los intereses de los pueblos, que Daniel Novoa no haya realizado, en el caso de Ecuador. Desde que este caballero fue electo, y digo caballero con el respeto de los verdaderos caballeros, en el Ecuador naturalmente se tomaron un conjunto de decisiones que iban totalmente en contra de la voluntad del pueblo, porque bien lo has relatado, si hacemos una revisión, digamos en las acciones que se fueron desarrollando en el tiempo, una de las primeras fue, justamente, pasar el proceso de militarización completo de las Islas Galápagos invitando al ejército estadounidense a participar de operaciones de interdicción, de operaciones supuestamente contra el crimen transnacional, cuando utilizaron el Ecuador. Los grupos criminales transnacionales han sido  utilizados, y el paso de la droga, el tránsito de la droga, tema quehay que por supuesto estudiar, y trabajar para una próxima entrevista, utilizaron ese pretexto para establecer allí tropas en las Islas Galápagos.

Luego, se invitó abiertamente a tropas militares estadounidenses a territorio ecuatoriano. Luego se invitó al FBI, luego se invitó a la CIA y, más recientemente, bueno, entre otras cosas, se propuso cambiar el Artículo 5 de la Constitución ecuatoriana para permitir el establecimiento de bases militares extranjeras en el territorio, algo que había sido prohibido expresamente en la Constitución a partir de lo ocurrido en los desarrollos y el cierre de la base militar de Manta, donde, el ex-presidente Rafael Correa en ese momento declaró algo realmente brillante: recordamos una entrevista que le hicieron en EEUU sobre por qué estaban retirando la bases militar de Manta, si esa era una base militar cooperativa con el Ecuador: “Estamos cerrando la base militar de Manta, porque el día que ustedes nos permitan poner una base militar ecuatoriana en Florida, entonces nosotros dejaremos esa base militar estadounidense en Manta”.

Una respuesta sencilla, pero contundente, con mucha fortaleza, ahora, esto se agudiza y esto, por supuesto, se agrava en el hecho de las recientes entrevistas y publicaciones, donde Daniel Novoa con Erik Prince, el principal contratista de mercenarios en el mundo, enemigo declarado de los pueblos, enemigo declarado de Venezuela, por ejemplo. Ya lo ha dicho en múltiples oportunidades, que él, con su ejército de mercenarios va a proponerse, y va a llegar a Venezuela, y de forma fantasiosa van a derrocar el gobierno legítimamente electo por el pueblo venezolano, y van a colocar a los títeres para ser serviles a los intereses del imperialismo estadounidense y que, durante toda sus historia, no han hecho más que promover acciones desestabilizadoras contra los gobiernos; golpes de estadocontra los países y los gobiernos legítimamente electos, y, en resumidas cuentas, colocar a personas que no representan los intereses genuinosdel pueblo.

Hay que decirlo: Daniel Novoa no representa los intereses del pueblo ecuatoriano. Daniel Novoa representa los intereses de la clase económica mundial de las fuerzas y los polos de poder mundial que sencillamente se proponen seguir subordinado a los pueblos arrancándoles derechos, viendo como siguen alimentando, incrementando sus arcas en términos económicos. Entonces eso es un poco los comentarios sobre esto hay que seguir viendo los desarrollos, lo que va a continuar realizándose y desarrollándose en el caso de Ecuador, nosotros tenemos mucha claridad y hemos adelantado una campaña para poner fin a las bases  militares.

– Uno de mis temas, es el tema del entrenamiento. Colombia, Chile, Perú son, entre tantos  otros, países que siguen enviando tropas a la Escuela de Las Américas, y también viajan instructores estadounidenses a nuestros propios países. El entrenamiento es otro fenómeno del intervencionismo estadounidense en América Latina y en el mundo. ¿Qué opinión tienen ustedes sobre este asunto?

¿Cuál es la razón principal por la cual EEUU se propone crear escuelas de entrenamiento para nuestros militares de los países latinoamericanos? No es para otra cosa más de que aprendan la doctrina ya caduca de cómo oponerse, cómo debilitar a cualquier movimiento, cualquier grupo de fuerzas, desde el punto de vista de la sociedad civil, que se proponga reestablecer la verdadera democracia en esos países, en los países donde no existe democracia. Por ejemplo, sucedió mucho en la Escuela de las Américas donde existían las dictaduras donde habían movimientos que se oponían a las dictaduras y EEUU se encargaba de entrenar a los militares de esos países para golpear, para cercar, para confrontar a esos movimientos que se oponen desde distintas formas de acción. Nosotros, por supuesto, siempre reivindicamos las  formas de acción no-violentas entre esas formas no violentas de organización de los pueblos para poner fin a esas dictaduras y que también eran perseguidos por los militares, eran asesinados por los militares, eran encarcelados por los militares, y sabemos todas las violaciones a los derechos humanos, casos como esos.

Ustedes, conocen muy bien todo lo que ocurrió en Chile en la época de Pinochet, sabemos todo lo que ocurrió en la Argentina, durante las dictaduras en el Uruguay, durante la dictadura en el Paraguay,etc. Entonces si hay alguien que sabe de cómo se entrenaron a los militares para confrontar, desaparecer, para asesinar, para reprimir a los pueblos, es precisamente en el Cono Sur. Entonces, la gran realidad es que EEUU no ha abandonado esta práctica. Lo que se ha es automatizado, lo que se ha es tecnificado, lo que ha es modificado las formas, inclusive les han dado nuevas estéticas. Por ejemplo, ahora, en Colombia, se aperturó recientemente un centro de excelencia de la OTAN, es decir, donde vienen militares de todas partes del mundo a formarse en el arte de la guerra, de cómo asesinar personas, y cómo hacerlo “de mejor forma”.

Entonces, es realmente una gran amenaza. Como tú bien lo decías, muchos de los países latinoamericanos han invitado a tropas militares estadounidenses, y en algunos casos ni siquiera  invitaron; en algunos casos bajo coerción y presión de parte de EEUU de “bueno, mira: si no haces esto”, un poco lo que sucede hoy con la guerra comercial que ha desatado Trump en el mundo, que “si no haces esto, entonces te voy a imponer aranceles”. Lo ha hecho así con el tema de las tropas militares estadounidenses: “Mira, si tú no haces esto, si tú no permites ejercer mi tropas en ese territorio yo te voy a colocar tal cosa o, a nivel internacional, te voy a debilitar o te voy a aislar”, y, bueno, gobiernos que no son soberanos, gobiernos que realmente no tienen una posición de defensa nacional ceden ante eso fácilmente y algunos otros son bastante cooperativos. En el caso de Perú,  ha sido bastante cooperativa.

– En el caso de Chile, con Gabriel Boric, ha habido muy buenas relaciones con el Comando Sur, cosa que sorprende.

Por supuesto. De hecho, el año pasado, y eso era parte de lo que te iba a mencionar también, América Latina lo visitó el portaaviones “George Washington”, que es un portaaviones con capacidad nuclear, que visitó siete países de la región, entre estos Chile, Argentina, Brasil, etc., con lo cual, al final es abrirle las puertas al ejército estadounidense para desarrollar ejercicios militares conjuntos los cuales, por supuesto,  crean un impacto al medioambiente, los cuales terminan reforzando la doctrina de dominación del imperialismo estadounidense en nuestro continente, lo cual representa una amenaza clara a la paz y algo muy peligroso que nosotros denunciamos y señalamos en ese momento que era el tema de que estos portaaviones, con capacidad nuclear, son los laboratorios de ensayo para mirar cómo reacciona la región frente a la posibilidad de establecer en nuestro territorio armas nucleares.

Actualmente, en América Latina no existen armas nucleares. Hay países que desarrollan la energía nuclear como Argentina, por ejemplo, pero no existe, al menos conocida, la presencia de armas nucleares. Entonces, todas estas son tentativas para ver de qué forma reacciona nuestro continente, nuestra región. Nosotros, en el movimiento popular lo denunciamos en su debido momento. Por supuesto, pensamos que es importante que los gobiernos también lo denuncien, porque si eso no ocurre, más temprano que tarde, en este continente se van a establecer y se van a sembrar armas nucleares, y nos van a poner nuevamente en un nuevo teatro de operaciones de la confrontación a nivel global.

Nosotros lo hemos dicho con claridad: EEUU debe cerrar todas sus bases militares en el continente. Debe retirar sus tropas y sus ejércitos de nuestra región. Debe desmantelar el Comando Sur, porque todos estos representan auténticas y genuinas amenazas para la paz regional.

América Latina no necesita bases militares, América Latina no necesita ejercicios militares conjuntos con el ejército estadounidense, América Latina necesita trabajar en sus problemas y en sus preocupaciones y desafíos que no son otros más que poderle garantizar a nuestros pueblos una salud gratuita, una educación gratuita, pública y de calidad, poderle garantizar derecho a la vivienda, poderle garantizar derecho a la recreación, al arte, la cultura, el deporte.

Esas son nuestras realidades, trabajar en nuestros procesos de integración regional, trabajar en nuestros procesos de solidaridad entre nuestros pueblos. Esas son nuestras principales preocupaciones, no tiene que ser si aquí hay un portaaviones de tal capacidad o con tal equipamiento militar, o si le cambiamos a nuestros militares el fusil número tal por el fusil número tal que tiene tal capacidad más destructiva. O sea, esas no son nuestras preocupaciones. No deberían ser el centro de nuestras preocupaciones.

Foto: Gabriel Aguirre, junto a las compañeras del Capítulo para La Paz de Colombia de WBW en Bogotá.

* Pablo Ruiz es integrante del Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas en Chile y editor de la Revista El Derecho de Vivir en Paz www.derechoalapaz.org

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Ciencia abierta para combatir la desinformación climática

La ciencia abierta está revolucionando la forma en que entendemos y abordamos problemas complejos como el cambio climático. Su objetivo es hacer que los resultados de la investigación científica sean accesibles y reutilizables para todos, lo que incluye la publicación de datos, métodos y resultados de manera transparente.

En lo que respecta al estudio del clima, este paradigma permea en todas las fases del proceso de investigación: desde modelos numéricos de código abierto, pasando por datos de libre acceso o la validación de los resultados por parte de una comunidad independiente. También afecta a la comunicación ética de los avances.

Al hacer que la investigación sobre el clima sea transparente y accesible, la ciencia abierta contribuye a la toma de decisiones informadas. Genera, así, un impacto positivo en la percepción social sobre cómo se construye la ciencia y fortalece la confianza de la ciudadanía en los resultados científicos.

El acceso libre al conocimiento sobre el clima

La ciencia del clima vive una época dorada en lo que se refiere a la producción, recopilación, acceso y difusión de la información.

Construida con observaciones y modelos, la climatología ha avanzado significativamente en la última década. No solo disponemos de datos con mayor frecuencia y detalle, sino que también tenemos una comunidad más comprometida con el acceso a ellos.

Pilares de la ciencia abierta, según UNESCO. UNED a partir de diagrama de UNESCO.CC BY

Igual ocurre con las publicaciones, donde el acceso abierto está ganando terreno al tradicional muro de pago a pesar de los costes desorbitados.

Detrás de este avance están investigadores, instituciones y gobiernos, quienes han puesto recursos y esfuerzos para confeccionar una base de datos sobre el clima de dimensiones sin precedentes.

Gracias a ellos, disfrutamos de iniciativas como CopernicusNASA Earth Data o el Proyecto de Intercomparación de Modelos de clima acoplados (CMIP). Su finalidad es la de proporcionar herramientas a la ciudadanía para conocer, monitorizar y combatir el cambio climático antropogénico.

Transparencia en el desarrollo de la actividad investigadora

Igual de importante que el acceso libre a los resultados es que el proceso que ha llevado a obtenerlos sea confiable. Para ello, resulta fundamental que los autores faciliten la trazabilidad de su trabajo, incluyendo el acceso a los datos y a los métodos para reproducir los resultados. Esta auditoría no debe entenderse como algo negativo, sino como la manera de avanzar en ciencia.

El escrutinio de los resultados por parte de una comunidad independiente no solo supone un acto de higiene científica, sino que también es beneficioso, ya que aumenta el impacto de la investigación y minimiza la proliferación de la denominada mala ciencia.

Por el contrario, la opacidad menoscaba el prestigio de la ciencia, promueve el escepticismo dentro de la comunidad científica y refuerza la desconfianza de la ciudadanía. Afortunadamente, cada vez son menos las revistas de referencia que admiten estas prácticas en sus publicaciones.

Para garantizar la transparencia, las editoriales siguen la política del triple acceso abierto: datos, código y publicación. Un ejemplo de esta tendencia se observa en el campo de la climatología.

De los tres pilares, compartir el código es quizás el que más impacto genera dentro de la propia comunidad científica. La inspección del código permite seguir las decisiones que el investigador ha tomado a la hora de abordar un problema, como si de un diario se tratase. Con este acceso abierto, el autor favorece que otros investigadores refinen el trabajo original.

Sentar las bases para la investigación del mañana

Avanzar a partir del código generado por otros no es nuevo para los climatólogos. Varios de los modelos que utilizamos en el campo están cimentados bajo esa premisa. Es el caso del Community Earth System Model (CESM), que ha crecido gracias a una comunidad de investigadores multidisciplinar. Su código está disponible enteramente en GitHub y es un ejemplo claro de transparencia y buenas prácticas.

Este tipo de iniciativas refuerzan la confianza dentro de la comunidad científica y en la sociedad en general, ya que dan soporte a la toma de decisiones informadas. Además, este ambiente de colaboración y transparencia contribuye a evitar escándalos como el Climategate y fortalecer la credibilidad en el método científico.

El buen hacer en la comunicación de los resultados

Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la comunidad científica es comunicar el papel que desempeña la incertidumbre en nuestros análisis.

Resumen gráfico sobre la estimación de la incertidumbre en la distribución de las zonas bioclimáticas del mundo. (a) Mapas de distribución de biomas de Whittaker para las observaciones de referencia y los diez mejores modelos. (b) Grado de acuerdo entre observaciones y modelos. (c) Concordancia entre los distintos modelos. Andrés Navarro, adaptación basada en un artículo del autor publicado en Nature.

Pensemos, por ejemplo, en la evolución futura de los bosques afromontanos. Los modelos, que son la herramienta principal para estudiar el clima del futuro, no se ponen de acuerdo sobre cómo cambiarán estos ecosistemas de bosque tropical que crecen a más de 800 metros sobre el nivel del mar.

Fuera del mundo académico, la falta consenso se percibiría como algo negativo y podría favorecer posiciones escépticas frente al cambio climático. Sin embargo, esta incertidumbre es más una forma de mostrar el abanico de escenarios posibles, cada uno con diferentes probabilidades de ocurrencia.

Aclaraciones como esta son posibles cuando se ofrece suficiente espacio a los expertos. Pero una mayor visibilidad no debe confundirse con sobreexposición.

La difusión de los resultados también debe ser realista y honesta. De lo contrario, si el exceso de información acaba saturando a la audiencia, podría provocar un efecto adverso.

Esta premisa es difícil de cumplir en contextos muy competitivos, donde los investigadores buscan posicionarse mejor para asegurar los recursos necesarios que les permitan continuar con sus líneas de trabajo.

Andrés Navarro. Profesor ayudante doctor. Física aplicada, Universidad de León

Fuente: https://theconversation.com/ciencia-abierta-para-combatir-la-desinformacion-climatica-253651

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