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La feminización del trabajo docente. Aportes a partir de la reflexión acerca de la formación docente a distancia

Nora Graziano, Virginia Ginocchio, Nora Lizenberg.

Centro Cultural Inglesa de Buenos Aires (Argentina)

Introducción 

El presente trabajo es fruto de un ejercicio de reflexión sobre la práctica docente a distancia. Su objetivo es reflexionar sobre la particular combinación/articulación entre la modalidad a distancia y el carácter eminentemente femenino de la formación y el rol docente en la Argentina y, al mismo tiempo, indagar acerca de los vínculos entre género y tecnología emergentes de la educación a distancia.

Ambos objetivos expresan la necesidad de pensar sobre nuestra experiencia como formadores de docentes en la modalidad a distancia en el área de la lengua inglesa desde el año 2002 y nuestra preocupación por explorar las implicancias del perfil eminentemente femenino y trabajador de nuestra población.

Para tal fin, en su desarrollo articularemos tres tipos de aportes: los provenientes de publicaciones y autores que han trabajado la perspectiva de género en la formación docente argentina y en la educación a distancia a nivel mundial; la elaboración de documentación pedagógica (1) de nuestra experiencia de formación y, por último, la aplicación de una encuesta a nuestro alumnado (2) para indagar sus opiniones, valoraciones y reflexiones en torno a esta experiencia de formación y cuyos datos se constituyen en insumo para la elaboración del presente trabajo.

La construcción del rol docente(3): un rastreo histórico

La tendencia hacia la feminización de la tarea docente es uno de los rasgos que caracterizan la conformación de este campo profesional en la actualidad. Un rastreo histórico nos proporcionará indicios de que esta particular combinación/articulación del campo está presente desde la conformación de nuestro sistema educativo.

Remontándonos hasta la época comprendida entre los años 1870 -1930, la investigadora Graciela Morgade (1997) afirma que la figura de la mujer adquiere relevancia como posible sujeto del programa político pedagógico. Incluso, su figura fue objeto de discusión para los fundadores de la escuela, entre los que encontramos a Domingo Faustino Sarmiento y la invitación que le extendiera a 10 maestras norteamericanas para trabajar en nuestro país, deslumbrado por la organización y el adelanto de la educación en Estados Unidos.

En este sentido, y como se evidenciaría en esta cita de Juan Ferreira extraída del Libro de los Niños (1901), nuestros maestros tendrían la importante labor de vigilar y educar moralmente la infancia. Tarea que, por cierto, demandaba una dedicación y entrega total para lo cual las mujeres se presentaban como las más idóneas en un doble sentido: para el discurso «científico” y el «sentido común” de la época.

Como sostiene la investigadora María Cristina Davini (4), en su indagación por las tradiciones en la formación de los docentes en Argentina, «la ocupación fue rápidamente definida como femenina” a diferencia de otros países (Canadá, Estados Unidos, Reino Unido). Esta tendencia hacia la feminización de la labor docente puede ser indagada hasta la actualidad y, en particular, en nuestra experiencia en la formación docente y la persistencia del carácter eminentemente femenino del rol que analizaremos a continuación.

Nuestra experiencia en la formación docente: la persistencia del carácter eminentemente femenino del rol

El proyecto de «Formación del Profesorado de Inglés a Distancia» desarrollado en nuestra institución intenta por un lado, ser una respuesta a nuevas demandas profesionales y laborales emergentes de reformas estructurales y curriculares y por otro lado pretende contribuir a la superación del viejo problema relativo a la formación y acreditación de los docentes que se desempeñan en el área.

La caracterización de nuestro alumnado:

Nuestro alumnado se compone en una abrumadora mayoría por mujeres (95%) adultas (el 92% supera los 25 años) que están actualmente en el ejercicio de la docencia (81% de las alumnas que trabajan son docentes y conforman el 74% del total de la matrícula), y que buscan a través de este proyecto o bien iniciar la carrera, o bien completar un estudio interrumpido en algún momento de sus vidas. En muchos casos están urgidas por lograr su acreditación oficial por presiones en sus lugares de trabajo, lo cual redundaría en un alto nivel de motivación. A esto hay que agregar que también mayormente, están a cargo de la organización hogareña y del cuidado de los hijos (60%), lo cual plantea la relevante cuestión del lugar (tiempo disponible, posibilidades de dedicación, jerarquía de prioridades, etc.) que ocupa la formación en la cotidianeidad de estas mujeres, donde estudiar no es la actividad central de sus vidas y se lleba a cabo habitualmente a costa del sacrificio del tiempo dedicado al descanso o a la recreación. Como detalle adicional pero sumamente ilustrativo, nos gustaría mencionar que el espacio físico de estudio señalado por las encuestadas resultó ser la cocina en su mayoría.

En función del análisis de los datos que surgen de la aplicación de la encuesta, encontramos dos tendencias interesantes a indagar con mayor profundidad: por un lado, la decisión de iniciar una carrera no significó un replanteo o reconfiguración de las tareas que la mujer solía realizar, sino que el estudiar se agregó a las ocupaciones o responsabilidades que tradicionalmente realizaba (72%) con la consiguiente sobreexigencia que esto implica. Por otro lado, y en forma consecuente, al indagar sobre el origen del tiempo (que actividad o tiempo sacrificaron o relegaron) que ahora destinan a estudiar, mayoritariamente proviene de una reducción del que anteriormente era destinado a actividades tales como el descanso (40%), el esparcimiento (10%), el tiempo con la familia (6%).

Según Bárbara Filip (2002), la literatura existente muestra que los varones tienden a ver a la educación a distancia como una manera de permitir que más personas accedan a la formación sin limitaciones geográficas, mientras que las mujeres tienden a verla como una manera de conectar a la gente y trabajar hacia una agenda común. En nuestra experiencia, nuestras alumnas indican en su totalidad que para ellas la educación a distancia constituye la única posibilidad de realizar, continuar o lograr su acreditación. Es por ello que, la formación a distancia de las profesoras de inglés, no se convierte en una alternativa más entre las cuales la alumna puede elegir, sino que para esta población (femenina, adulta y en ejercicio de la docencia) se convierte en la única posible, y no sólo debido a la lejanía geográficas de los centros de formación docente presencial, sino por la imposibilidad de reducir el horario laboral o de dejar la casa o los hijos para asistir a clases presenciales. La educación a distancia cumple entonces, un rol social vital llegando a donde el sistema tradicional no llega y brindando oportunidades a quienes quedan relegadas, democratizando la educación en una manera más inclusiva.

Si bien, como hemos señalado, las alumnas tendrían un alto nivel de motivación, originado por las presiones laborales, es importante destacar el lugar central de la propia voluntad por formarse como uno de los factores que más alimenta esa motivación. No es el entorno la fuente habitual de estímulo por aprender; más bien, desalienta o por lo menos se muestra apático en la mayoría de las veces. Esto no sería llamativo, si lo relacionamos con la pobre valoración de la profesión docente a nivel social. Según nuestra encuesta, si bien la mayoría de las interrogadas (66%) considera que ser docente es tan prestigioso como cualquier otra profesión (abogado, médico, arquitecto, etc.) afirman también que para la sociedad en su conjunto no lo es (83%).

A modo de conclusión y de apertura de nuevas reflexiones 

Pensar en la educación como una práctica social compleja, nos remite a una multiplicidad de dimensiones (culturales, éticas, políticas) que la configura históricamente. El docente, como educador tiene un rol social, cultural y comunitario vital como encargado de atender tales dimensiones en los demás y consigo mismo. La formación a distancia brinda a la población en general oportunidades de apropiarse y producir saberes que de otra manera le estarían vedados. Para el sector específico de esa población que conforman las docentes (y en nuestra experiencia particular, las docentes de inglés), esta modalidad adquiere características relevantes ya que se constituye mayoritariamente en la única posibilidad de acceso y perfeccionamiento en la tarea de enseñar, la cual requiere nutrirse no sólo de la experiencia diaria sino también de saberes académicos más profundos y actuales. El contacto con las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información propias de la modalidad, les permite además, apropiarse de saberes tecnológicos que impactan tanto en su profesion como en la autopercepción de su valoración personal.

Notas al pie:

1.- Al hacer mención a la elaboración de «documentación pedagógica”, estamos queriendo hacer referencia al proceso de sistematización de nuestro relato fruto de nuestra experiencia profesional. Para su ampliación, sugerimos la lectura de Brito, Andrea y Suárez, Daniel (2000) «Documentar la enseñanza”. Revista el Monitor, Buenos Aires, Ministerio de Educación en línea en:
http://www.lpp-buenosaires.net/documentacionpedagogica
consultado el 30/11/2004

2.-Agradecemos, además del compromiso cotidiano con su formación, la colaboración de nuestras alumnas en la elaboración de este trabajo.

3.- Cabe señalar que estamos haciendo referencia inicialmente al rol y la formación de docentes de lo que en Argentina se nombra como Educación Primaria de 7 años de duración a partir de la sanción de la Ley de Educación Nacional N° 26.206 de 2006. En otros países, este nivel de educación se corresponde a la llamada educación básica o elemental.

4.-Davini, María Cristina.(1995). La formación docente en cuestión: Política y Pedagogía. Paidós. Buenos Aires. Pág.23

Bibliografía consultada:

– Davini, María Cristina (1995) La formación docente en cuestión: Política y Pedagogía. Paidós. Buenos Aires.

– Fainholc, Beatriz y colaboradores (2000) Formación del Profesorado para el nuevo siglo – aportes de la tecnología educativa apropiada. Buenos Aires: Lumen

– Filip, Barbara (2002) «Gender and Global e-Learning” en Gender and the Digital Divide Seminar Series –
http://siteresources.worldbank.org/INTGENDER/Resources/5
(última visita: noviembre 2004)

– Green, Lyndsay y Trevor-Deutsch, Lawry (2002) «Women and ICTs for Open and Distance Learning: Some Experiences and Strategies from the Commonwealth.” –
http://www.col.org/wdd/Women%20and%20ICTs.pdf
(última visita: noviembre 2004)

– Herring, Susan, «Gender Diferencies in CMC: Findings and Implications. http://www.cpsr.org/publications/newsletters/issues
/2000/Winter2000/herring.html
(última visita: noviembre 2004)

– Morgade, Graciela (1997) «La docencia para las mujeres: una alternativa contradictoria en el camino hacia los saberes legítimos” en: Morgade, Graciela (comp.) Mujeres en la educación. Género y docencia en la Argentina 18701-1930. IICE (UBA) Miño y Dávila Editores. Buenos Aires

– Narodowski, Mariano (1999) Infancia y poder. Editorial Aique. Buenos Aires.

– Tedesco, Juan Carlos (1993) Educación y sociedad en la Argentina (1880-1945). Ediciones Solar. Buenos Aires.

– Varela, Julia y Alvarez-Uría, Fernando (1991) Arqueología de la escuela. La Piqueta. Madrid.

Fuente; https://www.educaweb.com/noticia/2008/11/17/feminizacion-trabajo-docente-3305/

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Modelos de evaluación docente: Entre el clientelismo, el credencialismo y la meritocracia

Por: Pluma invitada

El Congreso de la Unión discutirá dos modelos para valorar el trabajo de los docentes en la educación obligatoria, si es que no se presentan otras en este compás de espera,  teniendo frente a sí la siguiente disyuntiva: a).- Una reforma a la reforma vigente y b).- Una nueva reforma. Ambas tienen en común la ausencia de propuestas o alternativas innovadoras. No hay nada oculto bajo el sol, no hay ninguna novedad, algo distintivo con relación a la actualmente vigente. Quien no conoce la historia está condenado a repetirlo rezan el refrán popular. Permítanme ofrecerles algunas razones para sustentar mi suposición.

Hoy en día, en al LXIV Legislatura se han presentado dos iniciativas sobre la reforma educativa. Una de ellas, expuesta por los integrantes del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (PRD) con la intención de reformar la fracción III del artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) eliminando el proceso de permanencia en el servicio sin modificar más nada (https://goo.gl/wusK8i). Y, la otra pretende abrogar las disposiciones de la Ley General de Educación (LGE), la Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD) y la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (LINEE), todas ellas publicadas en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el once de septiembre del dos mil trece, suscrita por el diputado Reginaldo Sandoval Flores e integrantes del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo (PT) (https://goo.gl/gU8B8z).

La primera iniciativa, en consecuencia, pretende dejar sin efectos los resultados de la evaluación del desempeño llevada a cabo del 2015 a la fecha. Esta idea es coincidente con la promesa del próximo Secretario de Educación Pública (SEP) sobre la reinstalación de los maestros cesados (https://goo.gl/bVJyxC). Y, la segunda iniciativa, decreta suspender las evaluaciones educativas hasta que se cuente con la nueva legislación reglamentaria, que tendrá que ser expedida a más tardar en un plazo de seis meses contados a partir de su fecha de publicación.

Es decir, se han presentado dos propuestas concretas:

1.- Modificar el Servicio Profesional Docente desvinculando la evaluación del desempeño como criterio de permanencia en la plaza y manteniendo los concursos de ingreso y promoción así como para fines de reconocimiento. Se pronuncian por una reforma a la reforma educativa.

2.- Eliminar por completo, que no quede ni una coma como lo señaló un legislador, la reforma educativa promulgada por la aún administración actual. Se manifiestan por una nueva reforma educativa.

Esta última, refiere que ambas cámaras, tendrán que generar un amplio diálogo y debate nacional en el que se participen docentes, padres de familia, sociedad civil organizada, especialistas, investigadores y todos los sectores involucrados a fin de “expedir una reforma educativa basada en un modelo humanista e integral que obedezca a la realidad de nuestro país y no a cuestiones políticas punitivas o estrictamente laborales”. Ésta también concuerda con la otra idea de Esteban Moctezuma Barragán (EBM) quien propone un Acuerdo Nacional para una Educación con Equidad y Calidad (ANEEC) para la construcción de políticas públicas mediante una consulta ciudadana, abierta, amplia, libre e informada. Para este fin, se ha venido realizando una consulta digital con registro abierto de ponencias y contribuciones a través de una plataforma por internet; una Consulta Estatal Participativa consistente en  la realización de 32 Foros Estatales y; un Diálogo Social, visitando hogares de todo el país por brigadistas voluntarios, según refieren los organizadores quienes esperan concluir a finales de octubre (https://goo.gl/Wzwq5t).

EMB ha proyectado algunas primeras ideas. Mencionó que comenzará una nueva revalorización del magisterio nacional en favor de la enseñanza hacia los niños y jóvenes; “y si nos centramos en el aprendizaje (…) pues obviamente es una persona que va a estar más valorada”. Señaló “regresar a una especie de carrera magisterial en donde se consideraban varios factores en un docente para poder escalar; tenemos que darle garantía a los maestros de que tengan una carrera profesional como maestros, que la carrera magisterial les dé una ruta donde puedan transitar” (https://goo.gl/CjwSKQ).

Cabe recordar, que el Programa Nacional de Carrera Magisterial (PNCM) surge del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) y sobrevivió al Compromiso Social por la Calidad de la Educación (2000) y a la Alianza por la Calidad Educativa (2008) y el Pacto por México (2012) lo mató. Se concibió como un sistema de promoción de participación individual y voluntaria. De acuerdo con los resultados, se clasificaba a los participantes en uno de cinco niveles de acuerdo con su preparación (A,B,C,D,E), actualización, experiencia y permanencia en la función. Se contemplaban tres vertientes: docentes frente a grupo, maestros en funciones directivas y de supervisión así como profesores en actividades pedagógicas. Los factores de evaluación para su incorporación, promoción o refrendo eran: Aprovechamiento Escolar de los alumnos o para promover su aprendizaje (50%, 40%, 30% según la vertiente), Formación Continua (20%), Actividades Cocurriculares (20%), Preparación Profesional (5%), Antigüedad (5%), Gestión Escolar (5%) o Apoyo Educativo (20%). (https://goo.gl/EaEub1).

Anterior al PNCM, se aplicaban un conjunto de normas a fin de efectuar las promociones de ascenso de los trabajadores de base y autorizar las permutas conocido como Escalafón de los Trabajadores al Servicio de la Secretaría de Educación Pública. Se ponderaba, según el reglamento: Conocimientos 45%; Aptitud 25%; Antigüedad 20%; Disciplina y Puntualidad 10% (https://goo.gl/U5oeXR). Paralelamente, la organización sindical operaba otro “Escalafón” que variaba según las necesidades de las regiones geográficas y se utilizaba para asignar plazas de manera mancomunada con la autoridad educativa y gestionar apoyos y prestaciones para los trabajadores como licencias, préstamos de diversa índole, determinados servicios de salud, entre otros. En algunos casos, se consideraba la participación sindical como un criterio, en ocasiones el de mayor peso, a cambio de la asistencia a marchas, mítines, reuniones, entre otros. Desde aquí se argumentó la justificación de erradicar el apoyo discrecional, la venta y herencia de plazas en la actual reforma educativa.

El Servicio Profesional Docente se ofreció como premio al mérito. Carrera Magisterial, en los hechos, se condujo por el credencialismo burocrático y el Escalafón, tanto el oficial como el sindical aunque más paradigmático el segundo, por el clientelismo.

La discusión actual sobre como evaluar el trabajo académico de los profesores de educación básica y media superior, por el momento, transcurre sobre las siguientes alternativas: a).- modificar ligeramente la evaluación según el modelo del Servicio Profesional Docente, que ni es servicio, ni valora la profesión docente y su ejercicio; b).- resucitar el Programa Nacional de Carrera Magisterial, mejorado, el modelo retrógrado anterior; c).- y el cuestionado clientelismo político. Los tres, pudieran ser incluyentes. Es decir, puede ocurrir algo peor, la tentación de mezclarlos. Sería desilusionante para el maestro en lo individual y decepcionante para el magisterio en lo colectivo. ¿No habrá algo mejor? Tiempo al tiempo. Nada me daría mayor gusto que estar equivocado.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/modelos-de-evaluacion-docente-entre-el-clientelismo-el-credencialismo-y-la-meritocracia/

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No endurezcamos las escuelas

El 30 de agosto, más de 40 senadores estadounidenses enviaron una carta a la Secretaria de Educación, Betsy DeVos, instándola a abandonar un plan informado para permitir que los estados usen subsidios federales para comprar armas para maestros y personal escolar.

Es la última gota en el llamado del presidente Donald Trump a «endurecer» las escuelas contra la violencia armada, en respuesta al mortal tiroteo del Día de San Valentín en Marjory Stoneman Douglas High School en Parkland, Florida, que dejó 17 muertos.

La propuesta de Trump provocó las alarmas entre las principales organizaciones educativas, que se oponen firmemente a los esfuerzos para armar al personal de la escuela, a menos que sea un oficial de seguridad. Los representantes de estas organizaciones citan una serie de razones, desde los peligros de crear una mentalidad de búnker hasta la carga adicional de convertir a los docentes en guardias de seguridad armados.

Afortunadamente, no es necesario modelar nuestras escuelas después de las prisiones de máxima seguridad.

Afortunadamente, no es necesario modelar nuestras escuelas después de las prisiones de máxima seguridad. Hay mejores formas de crear ambientes seguros y enriquecedores donde los niños puedan aprender. Solo pregúntele a Godwin Higa, el ex director de la escuela primaria Cherokee Point en el vecindario de bajos ingresos City Heights de San Diego.

Bajo el liderazgo de Higa, Cherokee Point se convirtió en una » escuela informada sobre trauma «, un lugar donde todo el personal, desde los conserjes hasta el director, apoya una cultura de respeto y apertura. En Cherokee Point, las prácticas de exclusión, como suspensiones y expulsiones, se usan con moderación, si es que lo hacen. Los niños enojados o retraídos reciben atención adicional, y se les ofrecen diversos servicios y apoyos.

Cuando Higa se convirtió en el director de Cherokee Point en 2008, estaba decidido a centrarse en el «niño completo», es decir, comprender las circunstancias de la vida del niño y su estado emocional. Él y su personal comenzaron a responder a los estudiantes que actuaron preguntando «¿Qué te pasó?» Y no «¿Qué pasa contigo?»

Después de hablar, dijo Higa, generalmente el niño se siente mejor, el comportamiento perturbador generalmente se desvanece y se forma un vínculo de confianza.

Los fondos de la subvención han ampliado enormemente este enfoque de «niño completo». Ahora todos los estudiantes de Cherokee Point obtienen desayuno, exámenes médicos, asesoramiento cuando sea necesario, entre otros apoyos. Las suspensiones se desplomaron a cero en 2014.

Higa y su personal comenzaron a responder a los estudiantes que actuaron preguntando «¿Qué te pasó?» Y no «¿Qué te pasa?»

Las escuelas del estado de Washington a Washington, DC, han comenzado a reorientarse en esta dirección. Y es un modelo con fuerte apoyo bipartidista. De hecho, incluso cuando reflexiona sobre poner más armas en las escuelas, Betsy DeVos observó en un reciente artículo de opinión que «crear un clima escolar positivo es crucial para combatir el aislamiento social y emocional que puede llevar a los estudiantes a un comportamiento violento».

Es cierto que este enfoque requiere fondos adicionales y la presencia de adultos adicionales que se preocupan por la forma de consejeros, enfermeras escolares, padres voluntarios capacitados y otros. Pero tiene beneficios que van más allá de la seguridad. Las escuelas informadas sobre trauma, muestran los estudios , enseñan habilidades sociales y emocionales que duran toda la vida, al tiempo que mejoran el rendimiento académico. Y crean una cultura en la que el personal y los estudiantes disfrutan yendo a la escuela.

En lugar de gastar más dinero en una propuesta débilmente adoptada para militarizar las escuelas de la nación, dirijamos esos recursos hacia el cultivo de campus compasivos donde los niños tienen muchas menos probabilidades de estallar, y donde adquieren las habilidades que necesitan para construir una sociedad más pacífica.

Fuente: https://progressive.org/op-eds/lets-heal-kids-not-harden-schools180905/

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La curiosidad es política: debemos alimentarla si esperamos cambiar el mundo

Por Eva-Maria Swidler

Cuando volví a casa hace unos meses de otro frustrante día de enseñanza, tuve una epifanía repentina que cristalizó mis emociones arremolinadas: la curiosidad es política. La ausencia, presencia, cultivo y extirpación de la curiosidad son todas las herramientas políticas de un poder casi inimaginable. También son resultados sociales con consecuencias políticas ubicuas.

Ha quedado claro para la izquierda durante mucho tiempo que los contornos del conocimiento están políticamente dibujados. En los últimos años, un interés en la política de la ignorancia también ha comenzado a tomar forma; La agnotología, como se denomina el estudio filosófico de la ignorancia, construye conexiones entre la política, la psicología y la memoria pública para describir una construcción social de ignorancia que refleja la construcción social del conocimiento. Deberíamos observar que este conocimiento básico de la agnotología es en realidad de larga data. Upton Sinclair comentó en 1934 que «es difícil lograr que un hombre entienda algo, cuando su salario depende de que él no lo entienda», argumentando directamente una teoría del punto de vista de la ignorancia.

Desafortunadamente, ni la epistemología (el campo de la filosofía que estudia cómo sabemos lo que sabemos) ni la agnotología se han involucrado de manera notable con la idea de la curiosidad, que es, después de todo, el medio por el cual la mente se compromete a conocer y ignorar. La curiosidad como concepto y fenómeno parece ser ignorada casi por completo por los académicos, un agujero abierto que condujo a mi «epifanía» de la declaración completamente obvia de que la curiosidad es política.

La curiosidad es algo así como un término general en inglés; a pesar de sus connotaciones modernas casi universalmente positivas, no es necesaria o automáticamente un bien absoluto. El rechazo de la curiosidad puede ser una opción moral, como la falta de curiosidad sobre cómo crear una bomba de neutrones o una elección respetuosa, como el mantenimiento de la privacidad. La curiosidad también puede ser una indulgencia, una mera diversión o distracción, o incluso una sed de poder. Piense en la clase de curiosidad inexpugnable de los imperialistas del siglo XIX y los buscadores de recuerdos victorianos, que buscan el conocimiento como una forma de control, o de la curiosidad codiciosa y emprendedora de los buscadores de todo tipo.

Pero sin un deseo de conocer el mundo, nunca querremos cambiarlo ni saber cómo comenzar ese proyecto. Además, sin un deseo de conocer otras mentes, otros seres y otras formas de ser, nunca construiremos comunidad, solidaridad o un mundo nuevo. Si bien el apoyo a la incuriosidad y la ignorancia puede tener una posición moral importante en contextos como la investigación militar o la prospección imperialista, como profesores, activistas o un público preocupado, también debemos abogar por el valor político y moral de ciertos tipos de curiosidad: curiosidad que, en las palabras de Michel Foucault, «evoca el cuidado que se tiene de lo que existe y de lo que podría existir».

Vivimos en un momento global altamente emocional en el que las poblaciones se alimentan de miedo, ira, ansiedad, alienación e incluso vergüenza entre los «fracasados», mientras que la curiosidad se basa fundamentalmente en la autoposesión, la apertura intelectual y la posible disposición a aceptar lo desconocido. Como todos sabemos con solo un momento de reflexión que las personas defensivas, las personas agresivas o las personas desesperadas son solo curiosas a pesar de sí mismas, es obvio que el espíritu de nuestro momento no es propicio para la curiosidad.

Estamos en un catch-22 clásico: para construir y mantener políticas, comunidades y mundos sociales alternativos, debemos perseguir una profunda curiosidad sobre otras personas, otros seres y otras formas de vida. Pero para dejar espacio a la curiosidad en nuestra sociedad, debemos hacer cambios sociales fundamentales. Mientras tanto, la curiosidad está siendo sofocada activamente como una amenaza por aquellos en el poder, activamente reprimida como una forma de autodefensa por aquellos bajo ataque cultural, y está en todas partes desplazada por la ansiedad cultural flotante.

El moldeado de la curiosidad comienza en el momento del nacimiento. Aunque hay pocas y preciosas características innatas en los humanos, la curiosidad es una de ellas. Sin embargo, fue obvio para mí hace años, como nueva madre, que a medida que los niños crecen en nuestra sociedad, pierden progresivamente la curiosidad y ceden una población adulta notablemente falsa. Aunque la dinámica familiar y los estilos parentales obviamente dan forma y, a veces, disminuyen la curiosidad, la transformación de la maravilla de los jóvenes de deslumbrante y encantada a aburrida y malhumorada se puede atribuir en gran medida a los pies de la escuela.

El aplanamiento de la curiosidad libre en las escuelas ha sido objeto de quejas durante siglos. Pero el jardín de infantes y los grados primarios inferiores solían ser relativamente libres en espíritu y diseño, dejando el aprendizaje de memoria y una gran preocupación por los estándares para los años posteriores. Los sociólogos y psicólogos solían situarse en algún lugar alrededor del cuarto grado como el momento en que los niños perdían la curiosidad, cuando el resentimiento y el hastío adquirían un alegre amor por la novedad y la exploración.

Incluso a mediados de la década de 1980, cuando las guarderías priorizaban el juego, el estudio de Barbara Carter y Martin Hughes de 1985 sobre los niños en edad preescolar descubrió que el promedio de preguntas que hicieron los niños pasó de 26 por hora en casa a dos por hora mientras estaban en preescolar. Pero ahora las «escuelas» para niños pequeños las ensayan en fonética. No es sorprendente que los niños de hoy en día, sujetos a planes de estudios planeados desde la guardería y aplastados por boletas de calificaciones desde el jardín de infantes, pierdan interés en la escuela desde el primer grado.

Mientras que las pruebas estandarizadas, la sobrepoblación y la falta de fondos tienen, sin duda, efectos particularmente tóxicos en la búsqueda de la investigación en las aulas, el anestesiamiento de la curiosidad, en la frase de Paolo Freire, ocurre en cualquier institución educativa convencional. En su libro, The Hungry Mind, Susan Engel dedica un capítulo completo, titulado «La curiosidad va a la escuela», para describir concretamente cómo incluso los maestros más cálidos y mejor intencionados que brindan abundantes situaciones de aprendizaje práctico matan la curiosidad en la búsqueda de la permanencia. «En la tarea» y cubrir el material requerido.

¿Impulsar la curiosidad es un propósito real de la escuela, o simplemente un subproducto de otras dinámicas? ¿Es la curiosidad una «casualidad» peligrosa con respecto a las jerarquías tradicionales de lo importante y lo esencial -como lo describió Foucault- para ser eliminada por los guardianes educativos del status quo que hacen cumplir ansiosamente el currículum oculto de la obediencia? ¿O la amortiguación de las búsquedas intelectuales simplemente resulta de la búsqueda de otras agendas por parte de las escuelas, con la curiosidad de no pensar en los términos capitalistas de costos de oportunidad calculados, o de presentar un obstáculo para la instrucción fluida en habilidades vocacionales o la imbuida de patriotismo que podríaestar teniendo lugar en lugar de preguntarse acerca de lo inviable? Podemos debatir, pero no se puede negar la realidad escolar esencial de las maravillas y las maravillas.

Los estudiantes aprenden rápidamente a devolver el favor del desinterés que los profesores y las escuelas conceden a sus preguntas. El clásico ensayo de Herbert Kohl » No aprenderé de ti»«Es solo una articulación de lo que todo maestro sabe, a saber, que la curiosidad puede retenerse como una señal de desaprobación, rechazo o antagonismo, y con frecuencia representa un intento de defensa; defensa del yo de acusaciones o temores de fracaso, defensa de un cultura menospreciada o atacada por contenido arrogante y hostil. De esta manera, también, la curiosidad y su ausencia es política, ya que los intentos de bombear a los niños llenos de ideas desagradables en virtud de su política, así como en virtud de su imposición jerárquica, se encuentran con la pared de teflón del aburrimiento estudiantil. De hecho, una de las características de un buen maestro es la astuta habilidad de colarse entre las grietas de la desconexión de los alumnos y despertar la curiosidad creando alianzas emocionales sutiles, mientras se mantiene a la escuela a distancia.

Lo que sucede en las escuelas es parte integrante de la cultura más amplia, y a menudo es un mero reflejo de ello. Si a la curiosidad le está yendo tan mal en entornos educativos, ¿qué le está sucediendo en el mundo en general?

En primer lugar, vemos la cooptación de la curiosidad a los efectos del poder. Justin EH Smith escribe que en nuestros tiempos, «la curiosidad es cooptada por el estado». Continúa:

Y así comienza el próximo capítulo, el último capítulo moderno, de la historia de la curiosidad. Los murales suben a los lados de edificios públicos que representan átomos, constructores de puentes, hombres en batas de laboratorio. … Ahora el estado se pone celoso de la curiosidad de los individuos, buscando no tanto para silenciarlo como simplemente para canalizarlo para los intereses del estado. Cada competencia debe tener una licencia, y cada interés y asociación oficial.

Luego, a medida que los ámbitos de la cultura y la educación se incorporan como parte del «Establecimiento», el rechazo a sentir curiosidad por ellos es una forma de política de resistencia. Cuando, por ejemplo, se aprovecha la ciencia de Shakespeare o de laboratorio para convertirse en la propiedad cultural de la élite, se genera una falta de curiosidad en los ámbitos de la cultura y el conocimiento consagrados como «intelectuales» y cómplices del poder. Observamos aquí una confirmación de que una curiosidad feliz o saludable requiere un sentido general de igualdad. Un sentimiento de inferioridad conduce al debilitamiento de la capacidad de indagar, así como a un resentimiento del reino delineado de lo socialmente «superior».

A pesar de la escasez notable de escritura académica o investigación de la curiosidad, podemos recurrir al estudio un poco más rico de la ignorancia para la comprensión de la incuriosidad. Como la curiosidad es la expresión personal y emocional de un deseo de eliminar la ignorancia, y la curiosidad es el medio necesario para llegar a un conocimiento pleno y significativo, la agnotología, el estudio filosófico de la ignorancia, está estrechamente relacionado con las consideraciones de incuriosidad. Los agnólogos describen, entre muchas categorías de clasificación, tres formas de ignorancia: un estado nativo de ignorancia, una elección selectiva para ser ignorante y una construcción activa de la ignorancia. Los dos últimos estados de ignorancia serán, deben ser, alcanzados a través de una retención o supresión de la curiosidad.

Así como los agnólogos hablan de la ignorancia voluntaria, tal vez es hora de comenzar a hablar sobre una incurrencia intencional. Cuando nos encontramos con incurrencias deliberadas, debemos considerar si puede encarnar el clasismo, el racismo, el sexismo u otras relaciones de poder, ya que aquellos llenos de rencor se niegan a aprender acerca de aquellos a quienes desprecian. La curiosidad retenida puede ser una señal de desdén social, así como un medio para crear la ignorancia conveniente que permite una evasión de responsabilidad. Sin embargo, la incursion intencional también puede incorporar una resistencia al conocimiento que ha producido el clasismo, el racismo o el sexismo. La incurrencia intencional no debe asediarse como una cuestión de rutina. Puede servir funciones personal y políticamente útiles.

Pero independientemente de las raíces del desinterés deliberado, ya pesar de su eficacia ocasional en la creación de un aislamiento de asaltos personales o culturales, el rechazo a ser curioso tiene un doble filo perturbador, creando disfunción y toxicidad al mismo tiempo que proporciona ciertos tipos de protección . Si bien podemos aplaudir la estrategia de ausencia mental y emocional de los estudiantes de escenarios perjudiciales en el aula en los que se ven forzados, o la negativa de los adultos a atender material tóxico, el éxito de esa estrategia de desconexión se desangra en el resto de la vida. Es poco probable que los niños pasen sus horas escolares en estado de desinterés obsesivo o que un adulto pueda vivir días de trabajo en un rechazo emocional impasible y, sin embargo, emerger sin cicatrices en una exploración sana y feliz y abrazar la posibilidad después de salir de la escuela o lugar de trabajo.

Nuestra curiosidad se erosiona no solo por el desinterés intencional. La curiosidad profunda requiere atención, presencia y estado de alerta. Una esfera pública significativamente viva requiere una curiosidad y una percepción activa y reconocimiento de otros seres humanos. Pero vivimos en un mundo de atención que desaparece, una falla para asistirverdaderamente– que, después de todo, requiere paciencia y espera. La atención y la curiosidad, como los opuestos de la apatía en cierto sentido, a su vez requieren esperanza. La curiosidad implica un sentido de eficacia y posibilidad personal, la creencia de que la propia curiosidad puede ser satisfecha por las propias acciones, así como la sensación de futuro. La sensación de impotencia y precariedad que hoy domina nuestro estado de ánimo desplaza y adelanta directamente la curiosidad, creando en cambio el afecto dominante del capitalismo contemporáneo: la ansiedad. Para ocupar nuestras mentes ansiosas, que no pueden asistir, reemplazamos la atención con distracción sin sentido o inactiva.

La sesión de clase la dejé desanimada hace unos meses, antes de que mi epifanía fuera una en la que los estudiantes pasaran ociosamente a través de sus dispositivos portátiles mientras algunos de nosotros sostuvimos una conversación sobre el cambio climático y el estado ecológico del planeta. Tal vez solo querían esconderse del terror del tema, pero habían tenido la misma reacción otro día cuando jugábamos con las plantas que había elegido para ir a la escuela, usando las guías urbanas de mala hierba que había traído. para identificarlos. ¿Fue esta apatía el resultado de una extinción violenta de la curiosidad de los estudiantes por parte de las instituciones educativas? ¿O un hosco y resistente rechazo a ser curioso en un programa universitario en el que realmente no querían estar? ¿O fue esto un fracaso total de la esperanza? ¿Un resentimiento reaccionario de la política del curso?

Todos tendremos que imaginarnos estos escenarios si queremos alcanzar los abismos comunicativos creados por la compulsión, la resistencia, la arrogancia, la ira, la desesperación y la ansiedad. Lo que mi epifanía me dijo es que lo primero que debemos hacer es reconocer que una curiosidad moralmente buena no es solo una preocupación intelectual y académica. También es un estado emocional y político, con una necesidad desesperada de cultivación y cuidado amoroso y tierno.

Fuente: https://truthout.org/articles/curiosity-is-political-we-must-nurture-it-if-we-hope-to-change-the-world/

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El libro para niños en el que la «abuela de Frankenstein» defendía la educación femenina

POR EDUARDO BRAVO

La escritora Mary Wollstonecraft publicó a finales del siglo XVIII un libro infantil ilustrado por el pintor William Blake que ya adelantaba algunas de sus posiciones feministas y defendía la necesidad de que las niñas recibieran educación.

Relatos originales de la vida real fue el único libro dedicado al público infantil escrito por Mary Wollstonecraft, filósofa inglesa y madre de Mary Shelley, la autora de Frankenstein, que, en pleno siglo XVIII, fue capaz de vivir de su trabajo y sus escritos sin depender de los recursos de sus padres, de sus parejas, de su esposo ni estar sometida a la autoridad de alguno de ellos.

Inspirada por los ensayos de Rousseau y Locke, la autora inglesa narró en ese volumen la historia de Mary y Caroline, dos chicas que eran educadas por Mrs. Mason, cuya principal objetivo era que las niñas fueran virtuosas, aprendieran cómo es el mundo e incluso olvidasen, a través de fábulas y breves narraciones, muchos de los principios y valores asentados en la sociedad de la época, especialmente aquellos que afirmaban que la mujer era inferior al hombre.

Entre las enseñanzas de Mrs. Mason se encontraban asuntos cotidianos como la puntualidad, el control de los instintos, la lealtad, el egoísmo, el respeto a los animales, pero también planteamientos feministas que Wollstonecraft desarrollaría después en trabajos como Vindicación de los derechos de la mujer.

Por ejemplo, que las mujeres debían recibir una buena educación, a pesar de la oposición de los políticos del siglo XVIII. De hecho, Wollstonecraft defendía esa educación femenina no solo por el beneficio individual de la mujer, sino como un objetivo valioso de la sociedad en su conjunto: si las mujeres eran las que educaban a los hijos, era imprescindible que estuvieran bien educadas, algo en lo que esos obtusos políticos no habían reparado.

Lo original de los planteamientos de Wollstonecraft hizo que la primera edición de Relatos originales de la vida real apareciera como libro anónimo para evitar represalias. Sin embargo, el éxito de la publicación de Vindicación de los derechos de la mujer en 1792 hizo que la autora se convirtiera en un personaje famoso, razón por la cual el editor decidió capitalizar esa popularidad en beneficio de Relatos originales de la vida real. Para ello, además de publicar una segunda edición en la que sí que aparecía el nombre de la autora, decidió que fuera ilustrada, lo que, por otra parte, también permitía aumentar el precio de venta.

El elegido para llevar a cabo esas ilustraciones fue el escritor y pintor William Blake, un personaje que también resultaba peculiar para la Inglaterra del XVIII. De fuertes creencias religiosas, Blake tampoco le hacía ascos al ocultismo, al gnosticismo y a la magia. Además, era contrario a la esclavitud, partidario de la igualdad entre hombres y mujeres y defensor de ideologías revolucionarias. Tanto es así que llegó a ser procesado por una declaraciones incendiarias contrarias a la monarquía inglesa.

El trabajo de Blake se concretó en cinco grabados que encajaban perfectamente en el espíritu del libro de Wollstonecraft, que no había dudado en incluir en sus narraciones morales temas como la pobreza, la muerte, el abandono y la miseria, tanto económica como emocional, con la intención de que las niñas aprendieran, madurasen, tuvieran herramientas con las que enfrentarse a la vida adulta y no idealizasen la infancia como una época utópica o un paraíso perdido.

A pesar de que Relatos originales de la vida real fue un éxito y se estuvo reeditando con frecuencia hasta entrado el siglo XIX, Mary Wollstonecraft pasó muchos años estigmatizada y considerada lo más alejado de un ejemplo educativo. La razón fueron las memorias que escribió su esposo William Godwin cuando Wollstonecraft falleció durante el parto de su hija Mary.

Aunque se suponía que las memorias eran un sincero homenaje a su esposa fallecida, la revelación de que su primera hija había sido extramatrimonial, que había protagonizado varios intentos de suicidio, que había tenido relaciones amorosas fuera de la pareja y otras intimidades semejantes, provocó que Wollstonecraft no saliera especialmente bien parada, al menos a los ojos de la sociedad británica del XVIII.

Entre los pocos que la valoraron y se acordaron de ella tras su muerte estaba William Blake, que realizó en su honor un grabado en el que aparecía la pequeña Mary junto a su madre muerta.

Fuente: https://www.facebook.com/pg/plataforma.sociologica/photos/?tab=album&album_id=1590143791218372

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¿Y los niños? Reflexión para los foros sobre educación

Por: Pluma Invitada

Cuando pensamos en educación, diseñamos política educativa, cuando trazamos prioridades y líneas de acción, y a la hora de implementar, es de vital importancia preguntarnos, ¿qué necesita un niño para no sólo estar en la escuela, sino también aprender y participar?.

Contamos con evidencia sobre los imprescindibles que más impactan en la experiencia de aprendizaje y participación en la escuela.

Esperamos formen parte de las discusiones en los foros de consulta Por un Acuerdo Nacional sobre la Educación que arrancaron ayer en Chiapas.

1) Desarrollo integral durante la primera infancia. Las brechas que se abren en la etapa de cero a tres años de edad, difícilmente se cierran después. Por lo anterior, una estrategia de verdadera inclusión y equidad tiene que empezar desde la primera infancia.

2) Maestros formados y acompañados en su práctica cotidiana. Las escuelas normales tienen nuevos planes de estudio y necesitan acompañamiento para empaparse en ellos, ajustar su oferta y poner en marcha nuevas prácticas en la formación inicial. Para que la formación continua impulse el aprendizaje docente, se debe evaluar la eficacia de la formación en línea, llegar a contextos marginados, ampliar la oferta, e involucrar a los maestros en la identificación de sus necesidades. Y para asegurar que cada nuevo docente cuente con un tutor experimentado, se tiene que resolver la atracción, formación y retención de los tutores, al mismo tiempo que se establecen un presupuesto suficiente y sistemas públicos de información.

3) Una práctica de liderazgo efectivo en cada escuela. Implica un total fortalecimiento a la formación continua y asegurar que se estará a lado de los directores escolares, además de asegurar que los centros de estudio que sean multigrado reciban acompañamiento desde la supervisión.

4) Un currículum integral, participativo y flexible. Es imprescindible brindar acompañamiento constante a los docentes en la implementación del nuevo plan de estudios, asegurar que los estudiantes tengan oportunidades de participar en las decisiones sobre la autonomía curricular y presupuestar para que todas las escuelas puedan aprovechar de ella.

5) Autonomía escolar. Que maestros, familias y estudiantes tomen un papel activo en las decisiones escolares requiere asegurar un gasto suficiente, formación para la comunidad escolar y espacios de participación incluyentes.

6) Asesoría técnica y pedagógica oportuna y pertinente. Se debe acelerar la implementación del Servicio de Asistencia Técnica a las Escuelas (SATE), con acciones que atraigan a más docentes al papel de asesores técnico pedagógicos, fortalezcan la formación de esta figura y aseguren que llegue a cada escuela, principalmente a las más aisladas.

Éstos son los seis imprescindibles para que las niñas, niños y jóvenes puedan estar, aprender y participar en la escuela.

En este momento tan particular, no olvidemos preguntarnos ¿y los niños?

Fuente: http://www.educacionfutura.org/y-los-ninos-reflexion-para-los-foros-sobre-educacion/

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Elsevier, la editorial contra la difusión del conocimiento científico

“Como querer un arcoíris, unicornios y cachorros”. Así comparó, a través de Twitter, el Director de Comunicaciones Académicas de Elsevier, el objetivo social de que cualquier persona pueda acceder abiertamente al conocimiento científico sin requerir una suscripción a revistas académicas especializadas. ¿Por qué parece tan difícil e inalcanzable acceder a los frutos de la investigación en un mundo donde, a través de Internet, es cada vez más fácil compartir información?

Por Antonio Hartley y Carla Alvial

La empresa Elsevier, una de las principales editoriales de revistas científicas del mundo (con márgenes de ingreso cercanos al 40%), organizará un seminario sobre inclusión y ciencia abierta prontamente en nuestro país, en conjunto con la Universidad Católica y Universidad de Chile. Esta compañía privada ha sido fuertemente criticada por el por su rol en la generación de un modelo de publicación y acceso al conocimiento científico altamente centralizado y monopólico, en el que incluso investigadores e investigadoras deben pagar por leer los artículos que ellos mismos publican (investigaciones que en su gran mayoría cuentan con financiamiento público). Elsevier genera contratos (o subscripciones) con países e instituciones por acceso a sus revistas, pero las condiciones de estos contratos no son de conocimiento público. Sólo en el año 2016, el programa BEIC (Biblioteca Electrónica de Información Científica) canceló una subscripción de 7 millones de dólares a Elsevier, más del 50% del total por este ítem (Fuente: Memoria anual CINCEL 2016). Esta empresa, además provee de sistemas de métricas y evaluación académica y de investigación, incluido Chile, a través de repositorios como Scopus y servicios como Mendeley o Plum Analytics.

A nivel mundial, existe un creciente descontento con Elsevier y otras grandes editoriales académicas, como resultado del creciente movimiento de acceso abierto al conocimiento y en la búsqueda de nuevas formas de hacer accesible los resultados de la investigación a las personas. Países líderes en producción científica como Suecia o Alemania han cancelado sus contratos con Elsevier, al no poder llegar a un acuerdo justo para las dos partes y que realmente conlleve a un cambio en las prácticas de negociación de revistas digitales.

Sin embargo, y ante la iniciativa de impulsar el Acceso abierto, (al menos, que  los artículos científicos estén a disposición de toda la población  y que se permita compartir los mismos y reusar sus resultados de investigación), uno de los componentes principales del programa Horizonte 2020 de la Unión Europea, Elsevier ha buscado incorporar acceso abierto como una de sus banderas de lucha. Esto incluye participar como empresa subcontratada de la iniciativa Monitor de Ciencia Abierta de la Comisión Europea.

Por ello, llama la atención la organización de este tipo de seminarios en Chile.

¿Qué se busca con esto?

Con excepción de la iniciativa de Datos Científicos abiertos liderada por Conicyt en el año 2014, con limitado involucramiento de actores, apertura e impacto, en Chile han existido pocas instancias formales o resolutivas de discusión sobre el acceso al conocimiento científico, y su relación con los rankings, métricas y procesos de evaluación académica y de la investigación, los que siguen siendo procesos cerrados.

Ya existen propuestas, como la declaración de San Francisco sobre la evaluación de la investigación (DORA), que ha sido firmada en incorporada por importantes universidades y centros de investigación, incluyendo todos los Consejos de investigación del Reino Unido.

Hoy existe una oportunidad de abrir la discusión sobre el acceso al conocimiento académico y sus implicancias, centrales a los sistemas selección de fondos científicos, impacto de la investigación, inserción de nuevos investigadores e investigadoras, entre otros. Estamos insertos en un sistema de valoración del trabajo científico que prefiere las métricas por sobre las cualidades de la investigación. Abrir esta discusión es esencial si buscamos transformar el sistema de investigación chileno a uno que respete a sus investigadores, valore la diversidad y potencie el impacto social y cultural del conocimiento. Y este proceso no puede ser liderado por empresas privadas cuyo fin es el lucro, no el bien público, como es el caso de Elsevier.

Fuente: http://www.eldesconcierto.cl/2018/08/21/elsevier-la-editorial-contra-la-difusion-del-conocimiento-cientifico/

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