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Escuelas de ciberdelincuencia en Nigeria: Prolifera el fraude en línea

Por: Pamela Ephraim

Traducido por: Valeria Malavolta

 

Nigeria quedó en el quinto puesto en el primer Índice Global de Cibercrimen entre todos los epicentros mundiales de cibercrimen.

 

En los últimos años, Nigeria ganó notoriedad como un centro mundial de fraude informático, una subdivisión del ciberdelito conocido popularmente como «yahoo yahoo», con actividades fraudulentas que abarcan desde sextorción, estafas por correo electrónico o amorosas hasta sofisticadas operaciones de piratería. En 2024, este país de África occidental clasificó en el quinto puesto en el primer Índice de Ciberdelito Global como epicentro mundial de ciberdelincuencia, detrás de Rusia, que clasificó en el primer puesto, y Ucrania, China y Estados Unidos, en el segundo, tercer y cuarto puesto respectivamente. Una novedad perturbadora en esta tendencia es la aparición de las «escuelas de ciberdelincuencia», centros de entrenamiento informales donde niños y adultos jóvenes, por lo general, aprenden a estafar en línea.

 

La Comisión Nigeriana de Comunicaciones estimó que el país pierde alrededor de 500 millones de dólares al año por fraudes informáticos. La proliferación del fraude informático se ha convertido en una grave preocupación, pues no solo afecta a sus víctimas financiera y psicológicamente, además empaña la reputación del país a nivel internacional.

 

¿Qué son las escuelas de ciberdelincuencia?

Las escuelas de ciberdelincuencia son operaciones clandestinas en las que instructores enseñan a los aspirantes a estafadores las habilidades necesarias para cometer delitos informáticos. Comúnmente se las llama «HK«, que significa «Reino del Timo» o «escuelas de entrenamiento 419″. En Nigeria, el 419 hace referencia a la sección 419 del Código Penal nigeriano, que criminaliza el fraude y delitos conexos. Con el tiempo, el término «419» se convirtió en un sinónimo de estafas y actividades fraudulentas. Los estudiantes que asisten a estas academias de fraude, a quienes se suelen llamar «chicos Yahoo», aprenden a manipular a sus víctimas.

 

El 10 de diciembre de 2024, en una redada masiva, los agentes de la Comisión de Delitos Económicos y Financieros arrestaron a 792 sospechosos que estarían involucrados en estafas de inversión en criptomonedas y estafas románticas. Entre los arrestados había 148 ciudadanos chinos, 40 filipinos, dos kazajos, un pakistaní y un indonesio. La redada se llevó a cabo en un edificio de siete pisos ubicado en la exigente zona de Victoria Island, Lagos, donde estos extranjeros estarían entrenando a sus cómplices nigerianos para llevar a cabo estafas románticas y de inversiones. También utilizaban las identidades de estos cómplices para llevar a cabo estafas informáticas.

 

Apenas un mes después, en Abuya, capital de Nigeria, arrestaron a otro sindicato de estafadores chinos (que suelen reclutar nigerianos expertos en tecnología) especializado en ofertas de trabajo para reseñas fraudulentas que tenían como objetivo mayormente a víctimas europeas.

 

El presidente de la Comisión de Delitos Económicos y Financieros, Ola Olukoyede, reveló que hay escolares de primaria que acuden a escuelas de ciberdelincuencia en el país con el consentimiento de sus padres.

 

«Tenemos lo que llamamos escuelas de entrenamiento 419, que reclutan a escolares de primaria. Cuando terminan sus clases regulares, a las 14:00 horas, terminan en una de estas escuelas de entrenamiento 419. Los adoctrinan. Primero deben pedirle a todos, incluso a sus padres, que firmen un compromiso».

 

Mentalidad y atracción del fraude informático

Una búsqueda en la red social X de la frase «Yahoo no es un delito» revela varias publicaciones de usuarios nigerianos que creen firmemente que el fraude informático ni siquiera es un delito. Un usuario de X observó:

 

Yahoo Yahoo (internet fraud), is really an eye opener on some issues concerning our society, regardless of how bad it is, I can say there’s a lot faux, lies that it uncovered, one of them will be about relationship.

— sultan of Kaduna 🐊 (@sultanofvybezz) February 9, 2023

 

Yahoo Yahoo (fraude informático) nos abre los ojos sobre algunos problemas en nuestra sociedad, sin importar qué tan grave sea, puedo decir que hay mucha falsedad, mentiras descubrió, y una será sobre relaciones.

 

Aunque algunos nigerianos consideran al fraude informático simplemente como un «timo«, otros afirman que es una manera de recuperar lo que los patrones coloniales se llevaron de África o alguna otra forma de venganza por la esclavitud. Un video viral muestra a una mujer que felicita a su hermano de 12 años por lograr estafar a su primera víctima. Un segmento cómico satiriza la conversación de un chico Yahoo con una potencial víctima de estafas románticas (a quien se llama cliente). Muchos otros factores contribuyen al aumento de las estafas informáticas, como la mentalidad generalizada de «hazte rico rápido», y también la atracción y la idealización del éxito fraudulento. La cultura pop y las redes sociales han amplificado la narrativa de que todos los chicos Yahoo viven una vida de lujos, dado que abundan las imágenes de estafadores que muestran autos de alta gama, ropa cara y estilos de vida extravagantes.

 

El desempleo y la pobreza también son algunos de los factores que contribuyen a esto. Debido a las limitadas oportunidades de trabajo, las estafas informáticas parecen ofrecer un camino más rápido a la riqueza comparado con el empleo legítimo. No tener una adecuada alfabetización digital ni conocimiento sobre ciberseguridad en las escuelas deja vulnerables a los jóvenes para que estas actividades criminales los capten.

 

La lucha contra la ciberdelincuencia

Aunque el Gobierno nigeriano ha tomado acciones para combatir la ciberdelincuencia mediante la ley de ciberdelincuencia de 2015, que criminaliza delitos como el robo de identidad, fraude en línea y los ataques informáticos, ha recibido crítica por tener penas insuficientes.

 

Muchos usuarios en redes sociales critican la respuesta del Gobierno a estos delitos, con el argumento de que las penas de prisión son relativamente cortas y que las bajas multas para los estafadores en línea condenados no son tan disuasivas como deberían.

 

EFCC is being mischievous with these headlines.

 

Dude stole $345,000 and was given 2 years jail term with option of a meager fine of N2m [USD 1,324]. Which I’m sure he’s paid by now.

 

Shameful. And this is why fraud won’t end here. https://t.co/IicnUjTpoQ

 

— Pete (@Prymefactor) January 9, 2025

 

La Comisión de Delitos Económicos y Financieros es maliciosa con estos titulares.

 

El tipo robó 345 000 dólares y fue condenado a dos años de prisión con la opción de una exigua multa de dos millones de nairas (1324 dólares). Que estoy seguro ya ha pagado.

 

Vergonzoso. Y esta es la razón por la que el fraude no terminará aquí.

 

Mientras Nigeria colabora con organismos de seguridad internacionales para enfrentar el fraude informático y detener a los sospechosos que viven en Nigeria, agencias como la Comisión de Delitos Económicos y Financieros y a la Agencia Nacional de Desarrollo de las Tecnologías de la Información (NITDA) les encargan tareas de implementar, hacer allanamientos, arrestar y hacer campañas de concienciación.

 

El director del Centro Nacional de Ciberdelincuencia de la Policía de Nigeria (NPF-NCCC), el comisionado policial Uche Ifeanyi Henry, declaró que se realizaron 751 arrestos y que se recuperaron importantes activos en 2024. Sin embargo, destacó la necesidad de herramientas forenses avanzadas y mayor colaboración con las empresas de tecnología para abordar ciberamenazas cada vez más sofisticadas.

 

Chidiebere Divinewill, especialista nigeriano en ciberseguridad, sugirió «redirigir el conocimiento de los chicos Yahoo». Aconsejó a la Comisión de Delitos Económicos y Financieros idear un método de reorientación para los estafadores educados que la agencia arresta y que los convierta en especialistas en tecnologías de la información en lugar de permitir que se desperdicie su conocimiento.

 

 

 

El tipo robó 345 000 dólares y fue condenado a dos años de prisión con la opción de una exigua multa de dos millones de nairas (1324 dólares). Que estoy seguro ya ha pagado.

 

Vergonzoso. Y esta es la razón por la que el fraude no terminará aquí.

 

Mientras Nigeria colabora con organismos de seguridad internacionales para enfrentar el fraude informático y detener a los sospechosos que viven en Nigeria, agencias como la Comisión de Delitos Económicos y Financieros y a la Agencia Nacional de Desarrollo de las Tecnologías de la Información (NITDA) les encargan tareas de implementar, hacer allanamientos, arrestar y hacer campañas de concienciación.

 

El director del Centro Nacional de Ciberdelincuencia de la Policía de Nigeria (NPF-NCCC), el comisionado policial Uche Ifeanyi Henry, declaró que se realizaron 751 arrestos y que se recuperaron importantes activos en 2024. Sin embargo, destacó la necesidad de herramientas forenses avanzadas y mayor colaboración con las empresas de tecnología para abordar ciberamenazas cada vez más sofisticadas.

 

Chidiebere Divinewill, especialista nigeriano en ciberseguridad, sugirió «redirigir el conocimiento de los chicos Yahoo». Aconsejó a la Comisión de Delitos Económicos y Financieros idear un método de reorientación para los estafadores educados que la agencia arresta y que los convierta en especialistas en tecnologías de la información en lugar de permitir que se desperdicie su conocimiento.

 

Escuelas de ciberdelincuencia en Nigeria: Prolifera el fraude en línea

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El matrimonio infantil impide la educación de las niñas en el noroeste rural de Nigeria: “Cuando supe que mis padres planeaban casarme, me escapé de casa”

Esta práctica sigue siendo un problema grave en el país, especialmente en el Estado de Kano, impulsada por una mezcla de tradición, pobreza y falta de formación. Para los expertos, asistir a la escuela es clave a la hora de romper el ciclo.

Aisha Ahmadu era una niña brillante y ambiciosa que crecía en la comunidad de Zogarawa, en el Estado de Kano, ubicado al noroeste de Nigeria. Era una de las mejores alumnas de primaria de su comunidad. Aunque sus padres nunca fueron a la escuela, ella soñaba con ser médico para salvar vidas. Recuerda a menudo la alegría de ganar los concursos escolares locales y lo mucho que deseaba estudiar ciencias en el instituto. Pero cuando cumplió 17 años, pocos días después de celebrar su graduación en la escuela de primaria como la mejor de su clase, su mundo dio un vuelco. Su padre le dijo que se preparara para una pequeña ceremonia porque un pretendiente había venido a pedir su mano. Abrumada, Ahmadu se fue llorando a su habitación.

“Antes de que mi padre me dijera que me casaba, había planeado presentarme al examen de acceso a la escuela secundaria, y él había prometido apoyarme”, cuenta. “Pero aquel día, apenas unas horas después de mi cumpleaños, me casó con el hijo de su amigo”. Ahora es madre a los 21 años, y dice que el dolor de ver cómo se esfumaba su sueño de recibir una educación ha hecho mella en su salud mental.

“Estoy triste cuando me veo en casa, sin hacer nada más que cuidar de mis dos hijos”, dice. “Ahora mismo no puedo hacer otra cosa porque mi marido no apoya que vuelva a estudiar. Pero estoy decidida a que, cuando mis hijos crezcan, reciban la educación que yo no pude tener”, añade.

El matrimonio infantil sigue siendo un problema grave en el norte de Nigeria, especialmente en el Estado de Kano, impulsado por una mezcla de tradición, pobreza y falta de formación. Creencias muy arraigadas empujan a menudo a las familias a casar a sus hijas cuando son jóvenes, ya sea para preservar el honor de la familia o para conservar tradiciones culturales. “Algunas familias creen que casar a sus hijas a una edad temprana es la mejor manera de garantizar su futuro y proteger su reputación”, afirma Oluwatumininu Adedeji, experta en protección a la infancia y directora ejecutiva de la Fundación para el Desarrollo Sostenible Balm in Gilead (BIGIF, por sus siglas en inglés).

La pobreza también desempeña un papel importante. Muchas familias ven en el matrimonio una forma de reducir su carga financiera. “Cuando tienes dificultades para llegar a fin de mes, casar a tu hija parece una forma de tener una boca menos que alimentar”, explica Adedeji. Esta presión económica hace más difícil evitar los matrimonios precoces y que las niñas permanezcan en la escuela. Según la organización Girls not Brides, entre las familias más pobres de Nigeria, el 58% de las niñas se casa antes de cumplir los 18 años, mientras que únicamente el 4% de las niñas de familias más ricas corren la misma suerte. Alrededor del 71% de las mujeres sin educación formal se casaron antes de los 18 años, frente al 13% de las que completaron estudios superiores. Para muchas de estas niñas, seguir estudiando resulta casi imposible, por lo que no les queda más remedio que depender de sus maridos.

Cada año, según Unicef, 12 millones de niñas se casan en el mundo. Nigeria, como país más poblado de África, soporta la carga del mayor número de niñas casadas. Según datos de 2023 de la agencia de la ONU para la infancia, 24,38 millones de niñas y mujeres del país se casaron por primera vez o vivieron en pareja antes de los 18 años.

Cuando las niñas van a la escuela, adquieren conocimientos, confianza y opciones para su futuro. Esto es lo que puede romper el ciclo del matrimonio precoz

Oluwatumininu Adedeji, experta en protección a la infancia

En el norte de Nigeria, de acuerdo con Save the Children, el 48% de las niñas se casan antes de los 15 años y el 78% antes de los 18 años. Como consecuencia, millones de ellas acaban abandonando la escuela. Según el último informe de la organización Equality Now publicado en mayo de 2024, en 35 de los 36 Estados de Nigeria está prohibido el matrimonio infantil. Un delito que se castiga con penas de hasta cinco años de cárcel. De Kano es también Farida Salaudeen, una mujer que de pequeña soñaba con ser química. Su andadura comenzó en una pequeña escuela primaria de la comunidad de Kanwa, en la localidad de Warawa. Pero hace unos años, cuando estaba a punto de empezar cuarto de primaria, su familia puso fin bruscamente a sus estudios y la casó con 15 años.

Retrato de Farida Salahudeen en el Estado de Kano, noroeste de Nigeria, el 1 de octubre de 2024.
Retrato de Farida Salahudeen en el Estado de Kano, noroeste de Nigeria, el 1 de octubre de 2024.ABDULWAHEED SOFIULLAHI

“Cuando supe que mis padres planeaban casarme, me escapé de casa. Me buscaron durante días”, cuenta Salaudeen a EL PAÍS. “Cuando por fin me encontraron, mi madre me dijo que la escuela no era buena para mí y que podía afectar a mis creencias religiosas. No tuve más remedio que aceptar”. Los sueños de esta mujer, que ahora tiene 22 años, siguen sin cumplirse, ya que tiene que quedarse en casa cuidando de sus hijos y encargándose de las tareas domésticas.

Los expertos subrayan que el matrimonio infantil precoz interrumpe la educación y hace que los niños abandonen la escuela cuando deberían estar aprendiendo. De acuerdo con datos de Unicef de abril de 2024, un total de 18,3 millones de niños en Nigeria (10,2 millones en edad de asistir a la escuela primaria y otros 8,1 millones en edad de asistir a la escuela secundaria) no están escolarizados, predominantemente en las regiones del norte.

Matrimonios concertados que lastran la educación

Zainab Muhammadu también se enfrentó a una lucha similar. A los 13 años, sus padres se negaron a que asistiera a la escuela primaria pública de la comunidad de Warawa, a pesar de que aspiraba a convertirse en enfermera. Su pasión se veía avivada por la falta de personal y equipos sanitarios en el centro de salud local y los frecuentes problemas de salud de los residentes, que provocaban muertes maternas.

En lugar de ir a la escuela, Muhammadu pasó dos años ayudando a su madre a vender patatas fritas en la calle. No fue hasta que intervino el líder de la comunidad cuando por fin le permitieron asistir a clase. “Suplicó a mis padres que me dejaran ir a la escuela porque era mi pasión”, recuerda Zainab. Aun así, sus padres ya habían decidido que se casaría después de terminar la educación secundaria.

Zainab Muhammadu,  mujer que sufrió un matrimonio precoz con 19 años, residente en la comunidad del Estado de Kano, al noroeste de Nigeria, el 1 de octubre de 2024.
Zainab Muhammadu, mujer que sufrió un matrimonio precoz con 19 años, residente en la comunidad del Estado de Kano, al noroeste de Nigeria, el 1 de octubre de 2024.ABDULWAHEED SOFIULLAHI

Cuando Muhammadu tenía 19 años, justo después de terminar los grados inferiores, su padre concertó su matrimonio sin que ella lo supiera y le impidió seguir estudiando. “Ni siquiera supe que habían planeado mi boda hasta dos días antes de que se celebrara”, relata. “Supliqué a mis padres que me dejaran terminar los estudios, pero se negaron. Lo único que hago ahora es quedarme en casa cuidando de los niños, sin trabajo ni oportunidades”.

Adedeji, la responsable de BIGIF, subraya que la educación es fundamental para acabar con el matrimonio infantil en Nigeria. El Estado de Kano, por ejemplo, ha registrado 989.234 niños sin escolarizar, según datos de la Unesco de 2022, y se encuentra a la cabeza de Nigeria en menores que no van a la escuela, a pesar de que la educación es gratuita y obligatoria.

“Si queremos ver un cambio real, tenemos que asegurarnos de que todas las niñas tengan acceso a una educación de calidad”, señala la experta a EL PAÍS. “Cuando las niñas van a la escuela, adquieren conocimientos, confianza y opciones para su futuro. Esto es lo que puede romper el ciclo del matrimonio precoz”.

Más allá de las razones culturales y económicas, la desigualdad de género es también un grave problema. En muchas comunidades, las niñas tienen menos derechos y opciones que los niños. Esto las hace más vulnerables a la obligación de casarse a una edad temprana. “El matrimonio infantil es una cuestión de control”, asegura Adedeji. “En estas sociedades, el futuro de una niña lo deciden otros, y el matrimonio se ve como una forma de limitar sus oportunidades”, añade la experta.

Aunque la prevalencia global del matrimonio infantil ha caído del 23% al 19% en la última década, aún queda camino por recorrer para poner fin a esta práctica en 2030, la meta establecida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Para intentar lograrlo, Adedeji cree que es necesario un trabajo en equipo entre los gobiernos, los líderes locales y los grupos comunitarios. “Tenemos que reforzar las leyes contra el matrimonio infantil, crear más oportunidades de trabajo para las familias y asegurarnos de que las niñas conocen sus derechos”, remacha.

https://elpais.com/planeta-futuro/2025-03-04/el-matrimonio-infantil-impide-la-educacion-de-las-ninas-en-el-noroeste-rural-de-nigeria-cuando-supe-que-mis-padres-planeaban-casarme-me-escape-de-casa.html

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Nigeria: Mueren 21 personas al derrumbarse un edificio escolar en Nigeria cuando los alumnos realizaban un examen

21 personas murieron tras derrumbarse el edificio de una escuela en el centro de Nigeria mientras los estudiantes realizaban un examen, en lo que las autoridades locales calificaron de «tragedia evitable».

 

El edificio de dos plantas se derrumbó en la ciudad de Jos y otras 30 personas fueron hospitalizadas, según la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias de Nigeria (NEMA).

 

La NEMA dijo que había estudiantes entre los fallecidos en Jos, la capital del estado de Plateau, sin proporcionar un número exacto.

 

Alrededor de 120 personas quedaron atrapadas cuando se derrumbó el edificio, según el gobierno del estado de Plateau.

 

El gobernador del estado de Plateau, Caleb Manasseh Mutfwang, declaró que el edificio se derrumbó cuando los estudiantes estaban realizando un examen. Mutfwang expresó su «profundo pésame a las familias de los alumnos y al personal de la escuela St. Academy».

 

El gobierno del estado de Plateau declaró este viernes en un comunicado: «El gobierno describe el incidente como una tragedia evitable, citando la débil estructura de la escuela y su insegura ubicación cerca de la orilla de un río».

 

El gobierno dio instrucciones a los hospitales locales para que proporcionen tratamiento sin documentación ni pago.

 

Según el gobierno, se instó a las escuelas con problemas de seguridad similares a que cierren sus puertas.

 

Los derrumbes de edificios son frecuentes en Nigeria debido a la laxitud de las normas de construcción y a la mala calidad de los materiales.

https://cnnespanol.cnn.com/2024/07/13/mueren-21-personas-derrumbe-edificio-escolar-nigeria-alumnos-examen-trax/

 

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¿Qué fue de las decenas de niñas raptadas por Boko Haram en Nigeria hace diez años?

Por Caroline Kimeu, Ope Adetayo

Algunas de las 276 niñas secuestradas el 14 de abril de 2014 en el pueblo nigeriano de Chibok consiguieron escapar y otras fueron liberadas, pero, una década después, el interés de las autoridades por rescatar a las que quedan cada vez es menor

Cuando sus captores de Boko Haram dijeron a Margret Yama que volvía a casa, lo primero que pensó es que era una trampa. Sus raptores ya se habían burlado hablando de posibles liberaciones durante los tres años que la habían mantenido secuestrada junto a sus compañeras del colegio de Chibok, en el estado de Borno, en el nordeste de Nigeria.

Las condiciones de vida en el bosque de Sambisa donde las tenían prisioneras eran duras. La comida y el agua eran limitadas, había que trabajar duro y los militantes islamistas las sometían a una vigilancia asfixiante. Hasta que un día de mayo de 2017 las niñas fueron escoltadas hacia una caravana de la Cruz Roja en el límite del bosque. Yama vio al equipo de negociadores pactar su liberación y la de otras compañeras a cambio de la libertad de miembros de Boko Haram prisioneros. Luego, los líderes del grupo islamista se retiraron al bosque y las niñas liberadas fueron trasladadas hasta el pueblo de Banki, en la frontera de Camerún y Nigeria, donde un helicóptero militar las recogió.

Yama es una de las 82 niñas que recuperaron la libertad ese mes tras las negociaciones entre los terroristas y las autoridades de Nigeria. Se había ejercido mucha presión sobre el gobierno nigeriano para conseguir la liberación de las 276 niñas de Chibok, que fueron noticia en todo el mundo tras ser secuestradas en el dormitorio de su colegio en abril de 2014.

“La educación occidental está prohibida” es la traducción literal de las palabras Boko Haram, el nombre de esta milicia yihadista surgida en 2009 en el nordeste de Nigeria. Hasta el año 2020, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la organización terrorista ha matado a casi 350.000 personas y desplazado a más de dos millones, alimentada por el malestar de la sociedad frente a la corrupción y por la marginación y la falta de empleos en el nordeste del país.

Diez años después, muchas de las niñas secuestradas de Chibok, ahora mujeres, han sido liberados o han escapado, pero un centenar siguen desaparecidas. Entre las que regresaron a casa hubo varias que dieron a luz durante el cautiverio. Muchas han sido rechazadas por sus comunidades, que ahora las acusan de colaboración con Boko Haram.

De acuerdo con el testimonio de varias personas que hablaron con The Guardian, y pese a las garantías que las autoridades del estado de Borno han dado a los padres, no se está negociando la liberación del resto de niñas raptadas. ¿Por qué sigue habiendo tantas niñas aparentemente en cautividad? ¿Qué se ha hecho para ayudar a las que recuperaron su libertad?

Los terroristas de Boko Haram ya habían puesto a escolares en su punto de mira antes de la noche del 14 de abril de 2014. También lo harían después. Meses antes del secuestro en Chibok habían asesinado a 29 niños en una escuela del estado de Yobe; en 2018, secuestraron a decenas de niñas, también en Yobe; y en 2020 raptaron a más de 300 niños en colegios del estado de Katsina.

Pero Chibok se convirtió en el ejemplo más evidente de la crisis de seguridad de Nigeria, desatando la indignación dentro y fuera del país por el número de estudiantes de un colegio que Boko Haram había sido capaces de raptar.

Indignación internacional

Un grupo de mujeres nigerianas lanzó en redes sociales la campaña #BringBackOurGirls, que se transformó en una poderosa protesta mundial atrayendo el apoyo de Michelle Obama, entonces primera dama de EEUU; y de Malala Yousafzai, premio Nobel de la Paz. Goodluck Jonathan, en ese momento el presidente de Nigeria, recibió ofertas de ayuda inmediata de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y China.

Según Matthew Page, analista del centro de estudios británico Chatham House, el secuestro “fue tan atroz que básicamente el presidente [Barack] Obama y sus principales autoridades dijeron que había que hacer todo lo posible para traer de vuelta a las niñas”. “¿Qué van a hacer después? Esa era la sensación que teníamos de lo que podía pasar si no poníamos límite, si no perseguíamos a Boko Haram o intentábamos rescatar a las niñas”, dice Page, que en aquella época trabajaba para los servicios de inteligencia de EEUU.

Lo cierto es que la búsqueda de las niñas de Chibok comenzó un mes después del secuestro y tras la multiplicación de protestas en las redes sociales. La indignación que se sentía en todo el mundo aumentó con un vídeo de Abubakar Shekau, en ese entonces líder de Boko Haram, amenazando con vender a las niñas en un mercado.

Estados Unidos, Reino Unido, Francia y China ofrecieron a Nigeria apoyo de sus ejércitos y servicios de espionaje. Hubo drones y aviones espía rastreando la inmensidad del bosque de Sambisa pero no tuvieron éxito.

Entre Nigeria y Estados Unidos había otras tensiones por la vulneración de derechos humanos que el país africano cometía en operaciones antiterroristas del norte, entre las que figuran las ejecuciones extrajudiciales de civiles en el cuartel de Giwa (en Maiduguri) durante el mes de marzo de 2014. Según los analistas, estas operaciones del gobierno estaban radicalizando a los jóvenes y empujándolos hacia las filas de Boko Haram.

Autoridades del Departamento de Estado de EEUU recuerdan haber debatido si compartir o no información clave con sus homólogos nigerianos. También, a las autoridades del gobierno nigeriano “enfureciéndose” por lo que ellas consideraban “condescendencia” y extralimitación por parte de Estados Unidos.

En los primeros meses de la crisis, el gobierno del presidente nigeriano Jonathan rechazó una propuesta de las fuerzas británicas, que habían localizado a las niñas y se ofrecían a rescatarlas. “Les molestaba y rechazaban la injerencia exterior en lo que consideraban asuntos propios de seguridad interna”, dice Page. “Siempre se mostraron muy escépticos en torno a las razones por las que los británicos y Estados Unidos ofrecían ayuda militar”.

Personas que participaron de la negociación aseguran a The Guardian que también hubo otras restricciones condicionando las decisiones sobre la viabilidad de una incursión militar, como el temor a terroristas suicidas y a la muerte de las niñas por fuego cruzado.

Los planes de rescate que contaban con apoyo internacional fueron perdiendo impulso hasta que el interés terminó por desaparecer. Un año después del secuestro en Chibok, la inminencia de unas elecciones hizo que Jonathan se decidiera finalmente a autorizar un pequeño equipo mediador para negociar con Boko Haram bajo la dirección de Pascal Holliger, negociador del Ministerio de Asuntos Exteriores de Suiza, y de Zanna Mustapha, un abogado nigeriano. Todas las negociaciones que había habido antes, incluida una facilitada por el periodista de investigación Ahmad Salkida, habían terminado en fracaso.

El abogado Mustapha dirigía una organización en Borno que ayudaba a la reintegración social de viudas e hijos de Boko Haram. Haber representado como abogado a Mohammed Yusuf, el difunto fundador de Boko Haram, le había ayudado a ganarse la buena voluntad de los militantes islamistas.

El primer resultado de las negociaciones fue la liberación de 21 niñas. Unos meses más tarde se logró la de otras 82. Según los negociadores, tras los dos éxitos iniciales el gobierno nigeriano se volvió complaciente y dejó de poner empeño en las negociaciones.

Condenadas al olvido

“También sabíamos que docenas y docenas [de niñas] se habían convertido y que las habían casado; en cierto modo se habían vuelto irrecuperables”, dice Holliger, del equipo de negociación. “Una vez casadas, teníamos entendido que se marchaban a donde fuera su ‘marido’, por lo que dejaban de formar parte del grupo Chibok; nunca quedó demasiado claro cuántas quedaban después de liberar a las 103”, explicó.

Según las fundadoras de #BringBackOurGirls, las prisioneras restantes han sido olvidadas por temor a que se hayan radicalizado durante su cautiverio y porque la atención se ha centrado en otros ataques y secuestros más recientes sufridos por este país de África occidental.

Cuando Yama regresó a su hogar recibió con desolación la noticia de la muerte de su madre. “No había dejado de pensar que no volvería a verla”, dico. Su madre la despedía siempre cuando iba al colegio pero el día del secuestro parecía reacia a que se fuera. Yama, que prefiere no decir su edad, recuerda con demasiada nitidez lo que ocurrió en abril de 2014: los terroristas entraron al colegio haciéndose pasar por oficiales del ejército, incendiaron el edificio y las casas vecinas y montaron a las niñas en camiones. Algunas lograron escapar porque saltaron de los vehículos.

“Yo pensaba que solo querían asustarnos para que no volviéramos al colegio”, recuerda Yama en referencia al rechazo de los islamistas de Boko Haram por el sistema de educación occidental.

Durante su cautiverio, ella se resistió a las presiones para casarse con un militante de Boko Haram, pese a que acceder habría mejorado su alimentación y la habría librado de los trabajos forzados. “¿Cómo iba a casarme con alguien que me separó de mi colegio, de mis padres y de mi familia? ¿Cómo mirarle a los ojos y llamarlo marido? Prefería morirme de hambre antes que casarme con uno de ellos”, dice.

Como al resto de niñas, a Yama la obligaron a convertirse al Islam. Ella fingió obedecer pero siempre mantuvo oculta su Biblia de cristiana.

Rechazo y revictimización

La familia de Yama recibió meses de asesoramiento en Abuja, la capital de Nigeria, antes de darle una calurosa bienvenida en su hogar. Pero desde que fue puesta en libertad ha sido estigmatizada y víctima de sospechas “desgarradoras”. Dentro de su comunidad siguen circulando rumores como el de que las niñas, violadas, abandonaron a sus hijos en el bosque. “Yo no me secuestré a mí misma”, dijo Yama. “Me obligaron, ¿por qué me ven entonces como si fuera de Boko Haram?”.

Yama ha recibido una beca del gobierno para estudiar comunicación en una universidad de otro estado. “En clases tienes que ocultar lo que te ha pasado”, dice. “Si no lo haces, la gente se mantendrá alejada de ti pensando que tienes esa mentalidad asesina”.

Durante los primeros años la opinión pública de Nigeria se mantuvo unida exigiendo la liberación de las niñas pero el interés fue decayendo de manera paulatina. Comenzaron a surgir teorías de la conspiración como la de que toda la historia del secuestro era un engaño montado con fines políticos.

En algunas zonas del nordeste, donde Boko Haram tenía más apoyo y donde aun hoy sigue sintiéndose la inseguridad, la publicidad que se le daba a las niñas de Chibok generó una especie de resentimiento. Como si fueran unas “secuestradas selectas” más importantes que los más de 1.500 niños secuestrados o asesinados por Boko Haram y otras milicias islamistas.

Muhammadu Buhari, que en 2015 sustituyó a Jonathan como presidente con la promesa de terminar con la inseguridad de Nigeria, cosechó algunos logros iniciales. Las niñas fueron liberadas pero la confianza entre el gobierno y los militantes se había resquebrajado. Una tensión que también aumentó por la participación de demasiados actores en el proceso, no solo en Nigeria sino del extranjero.

Según los familiares, después de todos estos años las autoridades aún dicen que las negociaciones siguen en marcha. Pero los activistas se muestran escépticos y, según los negociadores, las conversaciones han cesado. El periódico The Guardian trató de ponerse en contacto con las autoridades nigerianas pero no recibió respuesta.

Mientras tanto, las que sí recuperaron su libertad siguen enfrentándose al estigma y la sospecha. A Amina Ali Nkeki la encontró en 2016 una unidad civil en uno de los límites del bosque de Sambisa. Había escapado del campamento de Boko Haram y era la primera niña de Chibok en regresar a casa.

Se había casado y había tenido un hijo con Mohammed Hayyatu, que a su vez decía haber sido forzado a unirse a Boko Haram meses antes del secuestro en Chibok. Fue una de las pocas casadas que logró regresar a su hogar. Ali no quería casarse, pero le tenía aun más miedo a la esclavitud sexual.

“Lo que imaginaba era que sería utilizada por un hombre lo suficientemente mayor como para ser mi padre, que volvería a entregarme a otra persona cuando se cansara de mí”, dice. “Así seguiría mi vida, dando a luz a muchos hijos que tendría que ir dejando con distintas personas… Así que opté por casarme con un solo hombre”.

Ali tenía un plan para escapar pero lo pospuso cuando Boko Haram amenazó con cortar las manos de otras dos niñas por tratar de huir. Cuando el gobierno intensificó sus avanzadillas en el bosque vio su oportunidad y escapó ayudada por Hayyatu.

Ali ya no vive con Hayyatu y, como Yama, también estudia en la universidad. Su familia la han acogido a ella y a Safiya, su hija de ocho años que ahora sufre acoso por ser una “niña de Boko Haram”. Ali quiere olvidar el pasado pero también siente la obligación de hablar sobre su experiencia. Conserva la foto de su mejor amiga, aún prisionera. “Pienso todos los días en ella”, dice. “Queremos recuperar a nuestras hermanas”.

“Hijas de los pobres”

Aisha Yesufu, una de las mujeres que fundaron #BringBackOurGirls, critica al gobierno por no rescatar a las que quedan. Las que han ido regresando en los últimos años lo han logrado porque escaparon, porque las encontraron patrullas civiles, o porque aparecieron durante operaciones militares del gobierno contra los insurgentes yihadistas en la pelea por hacerse con el control del nordeste del país. “Ha llevado tanto tiempo porque son las hijas de los pobres”, dice Yesufu. “Si eres pobre en Nigeria, no tienes ni rostro ni nombre ni voz”.

Yesufu no puede olvidarse de la imagen de Hosea Tsambido, un difunto líder comunitario de Chibok que en abril de 2014 acudió a Abuja durante la primera gran protesta por los secuestros. Arrodillado bajo la lluvia junto a la Fuente de la Unidad, Tsambido le rogaba a la gente que nunca se rindiera. “Si alguien me hubiera dicho que seguiríamos casi diez años después, me habría marchado de la Fuente de la Unidad ese mismo día, y no habría vuelto nunca”, dice Yesufu.

Según Yesufu, en los primeros días el gobierno nigeriano trató de reprimir la campaña #BringBackOurGirls y marginó al grupo cuando las primeras niñas fueron liberadas. Los padres sufrieron mucho, recuerda, y algunos murieron con el corazón destrozado. “Aunque nos digan que algunas niñas han muerto, ¿podemos saber dónde murieron? ¿Dónde las enterraron? Hagamos algo para permitir a las familias darle un cierre”, afirma.

A lo largo de los últimos diez años el poder de Boko Haram se ha ido desvaneciendo por las divisiones dentro del grupo y por la aparición de otras milicias islamistas. Pero sus métodos siguen vigentes, con los colegios como uno de los objetivos principales. Esto es especialmente así en las remotas zonas del norte, donde no hay seguridad y los secuestradores pueden perderse en extensos bosques. Desde 2014, más de 1.500 escolares han sido raptado.

El último secuestro masivo ocurrió el mes pasado, con la irrupción de hombres armados en un colegio de Kuriga (estado de Kaduna, noroeste del país) en el que un mínimo de 287 alumnos de entre 7 y 18 años fueron raptados. Los secuestradores exigían por su liberación 1.000 millones de nairas [unos 758.000 euros], pero antes de que el plazo se cumpliera el ejército nigeriano rescató a la mitad de los secuestrados (Nigeria prohibió en 2022 el pago de rescates).

“Es un método que empezó con Boko Haram y que de manera generalizada ha sido perfeccionado por los distintos grupos armados”, dice Oluwole Ojewale, del Instituto de Estudios de Seguridad de Dakar, en Senegal. “Los grupos armados adquirieron notoriedad con las niñas de Chibok, y ahora mantienen una inclinación por estar en el centro del foco y por presentar al Estado como incapaz de proteger a la población, lo que también hace que se fijen en ellos posibles nuevos militantes”.

Entre las promesas de Bola Tinubu, el actual presidente de Nigeria, figura impedir que los colegios se conviertan en “madrigueras para secuestros a discreción”. Lo que no ha dicho es cómo piensa lograrlo.

La búsqueda nunca terminará para las personas que perdieron a sus hijas aquella noche de abril de 2014. El funcionario Lawan Zanna, de 55 años, estaba en casa junto a su familia cuando descubrió que su hija, Aisha Lawan, era una de las secuestradas en Chibok. Una vida sencilla e idílica se convirtió en una búsqueda de respuestas que dura ya una década y que comenzó cuando se subió a su motocicleta y se dirigió a la escuela, a unos pocoskilómetros de distancia de su hogar, para averiguar qué había sucedido. Encontró la escuela secundaria femenina, normalmente animada con las voces de cientos de alumnas, desierta.

Padre de 16 hijos, Zanna y los familiares de otras niñas secuestradas formaron un grupo de búsqueda, adentrándose durante dos días en el bosque con armas improvisadas y sin conseguir nada. “Un trauma, eso es lo que me ocurrió a mí, desde entonces casi no como”, dice Zanna, que acudió a la religión en busca de consuelo. “Estaba muy desquiciado pero con la ayuda de nuestro líder religioso, que suele venir a hablar conmigo, estoy pudiendo aguantar, pero llegar a este punto me ha llevado muchos años”.

Zanna lidera el Movimiento de Padres por el Rescate de las Niñas de Chibok Secuestradas, que mantiene la presión por la liberación de las raptadas. Muchos de los padres siguen viviendo en Chibok y sin saber nada de sus hijas desde aquel día de 2014.

Otra de las secuestradas es Dorcas, hija de Ladi Yakubu, de 50 años. Funcionaria del gobierno local de Chibok, Yakubu sufrió un infarto cuando se enteró de la noticia. Aún no ha recuperado la salud. “Se llevaron a mi hija delante de mis ojos; ni siquiera el gobierno ha podido rescatarla y yo, mucho menos, ¿qué voy a poder hacer yo?”, dice. “Mi corazón se acelera con cualquier susto mínimo y tengo que medicarme… No ha sido fácil para nosotros”.

Pese a las dudas que hay sobre las negociaciones, los padres mantienen la esperanza. “Sé que mi hija regresará”, añade Yakubu. “Si Dios es quien gobierna el cielo, ella regresará”.

Fuente: https://www.eldiario.es/internacional/theguardian/decenas-ninas-raptadas-boko-haram-nigeria-diez-anos_1_11285978.html

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Estudiantes ayudan a un vigilante a volver a su casa en Nigeria

Esta semana, CBS News presentó al mundo a James, un guardia de seguridad nigeriano en Providence College, quien recientemente recibió una conmoción monumental por parte de los estudiantes a los que protege

Brandon Reichart, organizador estudiantil que trabaja cuatro turnos nocturnos a la semana, dijo que James saluda a todos con una sonrisa y siempre agradece las conversaciones sin importar la hora de la noche.

Pero durante los últimos cinco años, James no ha podido regresar a su tierra natal para visitar a su familia, por lo que Brandon organizó un GoFundMe para concertar en secreto un viaje de regreso a Nigeria con dinero de bolsillo incluido.

La página de GoFundMe decía que todas las donaciones se destinarían primero a comprarle un boleto a James y luego a pagar su comida y alojamiento, pero las donaciones continuaron llegando hasta que la recaudación de fondos se detuvo en $30,000.

Luego vino la parte divertida, cuando Brandon y algunos de sus compañeros de estudios entraron a la oficina de James y lo sorprendieron con el boleto.

“Creamos un GoFundMe para cuidar de los nuestros, porque eso es lo que hacemos aquí en PC. Mientras he estado aquí, lo han hecho por mí, lo hacemos el uno por el otro, así que ahora lo haremos por usted”, dijo Brandon, con James sentado en su silla luciendo perplejo.

“Eres parte de la familia, así que nuestro regalo para ti es un viaje a Nigeria”, dice, mientras un compañero de estudios intenta entregarle un sobre a James; James se cubre la cara y cae al suelo.

Fuente: https://www.cordobabn.com/articulo/solidaridad/estudiantes-ayudan-vigilante-volver-casa-nigeria/20240322084229190016.html

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Secuestran a casi 300 estudiantes en una escuela en Nigeria

Los Estados de este país africano, sobre todo del centro y noroeste del país, sufren ataques incesantes por parte de bandas criminales que cometen asaltos y secuestros masivos para pedir rescates.

Este constituye el segundo secuestro masivo en la nación de África occidental en menos de una semana.

Al menos a 287 estudiantes resultaron secuestrados por hombres armados que previamente atacaron una escuela primaria en la localidad de Kuriga, Kaduna, en la región noroeste de Nigeria, comunicó este viernes el director de la institución, Sani Abdullahi.

El gobernador del territorio, Uba Sani, cuando visitó la ciudad el jueves, expresó que se asegurará de que “todos los niños regresen”, así como aseguró estar “trabajando con las agencias de seguridad”.

 

Este suceso ocurre días después de que más de 200 personas, en su mayoría mujeres y niños, también fueran secuestradas por extremistas en el noreste de Nigeria.

Los Estados de este país africano, sobre todo del centro y noroeste del país, sufren ataques incesantes por parte de bandas criminales que cometen asaltos y secuestros masivos para pedir rescates.

Bola Tinubu fue elegido presidente de Nigeria el año pasado después de prometer poner fin a la violencia. Pero «todavía no ha habido ninguna mejora tangible en la situación de seguridad», según indicó el investigador de África Occidental y Central del Instituto de Estudios de Seguridad centrado en África, Oluwole Ojewale.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/secuestran-casi-estudiantes-escuela-nigeria-20240308-0008.html

 

 

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Ejército de Nigeria rescata a seis de 24 estudiantes secuestrados

Esta madrugada, bandidos armados asaltaron residencias estudiantiles de la Universidad Federal de Gusau. Ocurrió en Zamfara (noroeste).

El Ejército de Nigeria rescató este viernes a seis de al menos 30 personas, entre ellas 24 estudiantes universitarios, que fueron secuestradas en la madrugada en un ataque perpetrado por bandidos armados contra residencias estudiantiles de la Universidad Federal de Gusau, en el noroeste de esa nación africana.

Durante una rueda de prensa, un portavoz del Ejército, capitán Ibrahim Yahaya, señaló que el Ejército y unidades de la Fuerza Aérea emprendieron una persecución de los secuestradores y mantiene intercambios de disparos con ellos, como resultado de lo cual un número no precisado de atacantes fueron eliminados.

Confirmó el rescate de las seis estudiantes, que se hallan a salvo en una instalación de las Fuerzas Armadas en Gusau. Agregó que el Ejército sigue tras la pista de los bandidos para liberar al resto de las personas secuestradas.

Testigos del hecho declararon a medios nigerianos que desconocidos armados llegaron a las 03H00 hora local (02H00 GMT) a residencias estudiantiles ubicadas en la zona de Sabon-Gida y, tras hacer disparos al aire, revisaron casa por casa y se llevaron a numerosas personas, sobre todo mujeres.

Tras el secuestro, el gobernador de Zamfara, Dauda Lawal, convocó a una reunión de emergencia para analizar cuestiones relativas a la seguridad.

En un comunicado, el portavoz de la Gobernación, Sulaiman Bala Idris, precisó que durante dicha reunión se analizó cómo garantizar la liberación inmediata de los secuestrados y hallar soluciones a la inseguridad en el territorio.

Bala Idris añadió que encargados de seguridad confirmaron a Lawal el rescate de seis de las víctimas del secuestro armado y que este indicó a su vicegobernador, Mani Mallam Mummuni, prestar el apoyo necesario a las fuerzas de seguridad para restablecer la normalidad en las zonas afectadas y tranquilizar a los pobladores.

De acuerdo con reportes de prensa, algunos estados de Nigeria, básicamente en el centro y noroeste del país, sufren ataques sistemáticos de bandas criminales que, entre otros métodos, cometen secuestros  para luego exigir rescates.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/nigeria-ejercito-rescata-estudiantes-secuestradas-bandidos-20230922-0031.html

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