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NGO calls for free education in Nigeria

África/Nigeria/Octubre de 2016/Fuente: The News

RESUMEN: La Coalición de la Sociedad Civil Acción sobre Educación para Todos (CSACEFA), ha hecho un llamamiento para la implementación de una política de educación gratuita y obligatoria de 12 años en Nigeria. Ms Chioma Osuji, Asesor de Políticas, CSACEFA hizo el llamado en una entrevista con la Agencia de Noticias de Nigeria (NAN) en Abuja el miércoles. Dijo que la política, de acuerdo con NAN, debe promocionar la educación de calidad y el desarrollo sostenible y ayudar a materializar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Osuji dijo que la política de 12 años era necesario ya que cubriría tanto básica y la educación secundaria superior. Osuji agregó que la implementación de la política conduciría a la retención de más niños en la escuela y que les permita completar la escuela secundaria. Según ella, la política reduciría el número de niños que abandonan la escuela debido a la pobreza.

The Civil Society Action Coalition on Education For All (CSACEFA), has called for the implementation of a 12-year compulsory free education policy in Nigeria.

Ms Chioma Osuji, Policy Advisor, CSACEFA made the call in an interview with the News Agency of Nigeria (NAN) in Abuja on Wednesday.

She said that the policy would, according to NAN, promote quality education and sustainable development and help actualise the Sustainable Development Goals (SDGs).

Osuji said that the 12-year policy was necessary as it would cover both basic and senior secondary education.

She said this should replace the nine-year policy currently implemented by the Universal Basic Education Commission [UBEC].

Osuji added that implementing the policy would lead to the retention of more children in school and allow them to complete secondary school.

According to her, the policy would reduce the number of children that drop out of school due to to poverty.

The policy advisor believed that the free education policy would lead to higher literacy level and bridge the education gap among poor children.

“The nine years free education policy is not enough to promote development in the country as the children of the poor mostly drop out of school after Junior Secondary School education.

“If Nigeria wants to compete globally in terms of education, then there is urgent need to increase the free education policy to 12 years.

“The poor are the most marginalised in our society and for growth to be sustained and poverty reduced, they should be encouraged to go to school,’’ she said.

She charged the UBEC to consider the policy, stating that it is achievable.

On the re-introduction of History as a subject in secondary schools, Osuji said it was a welcome idea.

She described the initial removal of the subject as “a disaster waiting to happen.”

Osuji added that if the children don’t study history, they would never tell the story of how “Nigeria came about, and our origin would be lost in the future as generations to come would be totally ignorant.”

NAN recalls that the Minister of Education, Malam Adamu Adamu at the 2016 National Council on Education meeting, announced the re-introduction of the subject in secondary schools.

Fuente: http://thenewsnigeria.com.ng/2016/10/ngo-calls-for-free-education-in-nigeria/

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El futuro de los niños nigerianos

Por: Jean Gough

Ajija no puede estar más frágil. Esta niña de cuatro años debería estar jugando alegremente con sus amigos, pero apenas puede mantenerse de pie. No es de sorprender que, después de que un profesional de la salud evaluara su estado, decidieran ingresarla por estar gravemente malnutrida. “Me siento inútil por no poder hacer nada. Los dos últimos años han sido muy duros, hay poca comida y muchas enfermedades”, me dice su madre, Halima, desesperada.

Estamos en Gwoza, una zona remota del estado de Borno, en la frontera del noreste de Nigeria con Camerún. Esta clínica médica provisional está abarrotada de madres que traen a sus bebés y niños pequeños para que les hagan pruebas o les traten la malnutrición.

Desgraciadamente, Ajija no está sola. Al tiempo que se recupera el acceso de la asistencia humanitaria a cada vez más zonas del noreste de Nigeria, se pone de manifiesto el verdadero impacto de esta crisis. En la actualidad, casi un cuarto de millón de niños de Borno padecen malnutrición aguda grave como resultado de más de tres años de violencia que han destrozado la zona.

Dado el peligro que conlleva labrar la tierra, acceder a los mercados e incluso obtener agua segura, las familias y en especial los niños pequeños han dejado de recibir algunos elementos esenciales para la vida. Ante la imposibilidad de atender a casi un millón de niños, lo único que podemos hacer es imaginar qué les deparará el futuro.

Esta tragedia para los niños nigerianos se proyectó en el mapa del mundo por primera vez en abril de 2014, cuando Boko Haram abdujo a más de 270 niñas de una escuela de Chibok. Y ellas tampoco estaban solas. Desde 2009 se ha abducido a, al menos, 4.000 mujeres jóvenes (de entre 18 y 24 años), niñas y niños de los estados afectados del norte de Nigeria, y 7.000 mujeres y niñas han denunciado haber sufrido violencia sexual.

Los niños de Borno vuelven a estar en el punto de mira, esta vez afectados por una crisis de malnutrición y comida sin precedentes. Sin embargo, no conseguiremos la ayuda que necesitamos si damos importancia a estos asuntos únicamente cuando se convierten en el centro de atención. No podemos esperar a que ocurra otra tragedia: debemos seguir trabajando con los medios que vamos teniendo a nuestra disposición, incluso después de un ataque a un convoy humanitario.

Antes de nada, se trata de salvar la vida de los niños a los que podamos atender, a muchos de los cuales se les ha obligado a dejar sus casas. Con solo proporcionarles un suministro de alimentos terapéuticos listos para el consumo para ocho semanas, podremos ayudarlos a recuperarse de la malnutrición aguda grave. Pero esto solo funciona si cuentan con el acceso a un centro de salud primaria y a agua y saneamiento seguros que contribuyan a evitar enfermedades infantiles prevenibles y tratables que pueden ser cuestión de vida o muerte para niños ya débiles.

Para lograrlo, debemos seguir ayudando a rehabilitar y mejorar las clínicas de salud locales de todo el estado de Borno, un 60% de las cuales han quedado parcial y totalmente destruidas. Además, tenemos que seguir formando a los trabajadores de la salud y ofrecer una fuente sostenible de suministros médicos tales como los alimentos terapéuticos, esenciales para salvar vidas. Al mismo tiempo y mediante la red de voluntarios de la comunidad, los contactos y los conocimientos de la zona, debemos identificar y gestionar rápidamente casos de malnutrición infantil.

No obstante, también hay algunos avances. Este año, unos 75.000 niños han recibido tratamiento para la malnutrición aguda grave. Desde abril se ha duplicado el número de revisiones de malnutrición (de 288.000 a unas 500.000), lo que significa que se están haciendo pruebas y dando tratamientos a algunos niños de forma habitual. Aun así, nadie esperaba la verdadera escala de la crisis.

Mientras nosotros luchamos por salvar vidas, necesitamos también ayudar a que los niños se recuperen mentalmente de los horrores que han presenciado. Proporcionarles cierta sensación de normalidad con juegos, oportunidades seguras de aprendizaje y ayuda psicológica cuando lo necesiten puede contribuir a devolverles sus infancias.

Las familias y los niños piden muy poco. Solo quieren tener acceso a instalaciones médicas, disponer de medicinas y contar con trabajadores de la salud. Quieren ir a la escuela y encontrar allí profesores, pupitres, libros y bolígrafos. Quieren bombas manuales que les proporcionen agua segura.

Desde Gwoza hasta Maiduguri y desde Port Harcourt hasta Lagos, el recurso más preciado de Nigeria son sus niños. Para salvar, proteger y sacar partido a ese recurso necesitamos contar con una ayuda comprometida y sostenida. Solo entonces podremos ofrecer los servicios esenciales y la normalidad que los niños y sus familias necesitan para reconstruir sus vidas.

Fuente: http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/nigeria_92798.html

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Nigeria: Hambre mata a los niños desplazados por Boko Haram

África/Nigeria/22 de septiembre de 2016/Fuente: jornada

Maiduguri. Los médicos se movilizan para atender al pequeño Abdulahi, un niño de dos años desplazado por el conflicto que provoca la amenaza de la agrupación islamita Boko Haram en Nigeria. Como él, 50 mil niños están muriendo de hambre en el norteño estado de Borno.

Un doctor coloca el gota a gota de suero, otro prepara una jeringa. El pequeño permanece inmóvil, con el cuerpo hinchado por el kwashiorkor, una enfermedad infantil causada por un déficit de proteínas. Su torso se mueve ligeramente al ritmo de la respiración. Con el goteo logran estabilizar su nivel de glucemia.

«Está mejor que hace 20 minutos», explica un médico en el centro de Gwange, un hospital en Maiduguri gestionado por la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF). «Pero su estado sigue siendo crítico», advierte.

Su madre, Hadiza, permanece de pie, en el otro extremo de la cama, como si quisiera alejarse de las máquinas y tubos que envuelven la cabeza de su hijo. Aparta la mirada, entre lágrimas.

En la unidad de cuidados intensivos, las 14 camas están «siempre ocupadas», dice el personal médico. A Hafsat, un bebé de 13 meses, solo le queda la piel sobre los huesos. Parece dormida, vencida por el agotamiento.

«Su madre murió el mes pasado», explica su tía, Fatima Ladan. «Traté de amamantarla, pero no tengo suficiente leche. Y no consigue tragar el pumply nut. Lo vomita todo», afirma esta mujer, en alusión a un suplemento alimentario para la malnutrición aguda. En la misma unidad, Hauwa observa en silencio a su nieta de 14 meses. «Rezo para que Dios nos envíe comida», confía.

Llamados de ayuda

Mientras esta abuela le ruega a Dios, las organización no gubernamentales y el gobierno nigeriano no dejan de pedir ayuda urgente a la comunidad internacional.

Los ataques de Boko Haram dejaron más de 20 mil muertos y se estima que 1.5 millones de personas se refugiaron en la ciudad de Maiduguri. En todo el país, hay 2.6 millones de desplazados.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) anunció en junio que casi 250 mil niños menores de cinco años sufren malnutrición aguda en el estado de Borno.

Pese a estas impresionantes cifras, la ayuda internacional se hace esperar.

Unos 4.5 millones de personas necesitan ayuda alimentaria de urgencia en el noreste del país. Dos veces más que en marzo y un dato, «muy, muy por encima del umbral de emergencia», según el doctor Bamidele Omotola, nutricionista para Unicef.

«La última vez que nos vimos confrontados a casos tan graves, fue durante la guerra civil», entre 1967 y 1970, recuerda este médico.

Durante el conflicto de Biafra, más de un millón de personas murieron de hambre o por enfermedades ligadas a la falta de alimentos, después de que el gobierno federal impusiera un bloqueo tras la declaración de secesión de esta región del sureste.

Hoy, en el norte, la inestabilidad y los combates han desconectado del mundo a gran parte del territorio. Las carreteras están bloqueadas por el ejército y los habitantes viven reagrupados en campamentos en los que falta de todo.

Los agricultores no pueden impedir los incesantes saqueos de sus cosechas, los campos están devastados o repletos de minas antipersona, los puntos donde hay agua están contaminados y la escasez ha hecho disparar los precios en los mercados.

En los campos de desplazados, los médicos y el personal humanitario pesan a los niños, que están desesperadamente flacos, miden la circunferencia de sus brazos. Las enfermeras anotan datos, cifras, sin cesar.

De los 290 pequeños pacientes, de entre seis meses y cinco años, atendidos en julio en el centro de Gwange, 30 fallecieron. En agosto, fueron admitidos 378 niños, 72 murieron. Al menos dos niños mueren cada día entre estas paredes.

«La comunidad internacional debe hacer más o nos enfrentaremos a una catástrofe», advierte Toby Lanzer, coordinador humanitario de la ONU para la región del Sahel.

Harían falta, según Lanzer, 385 millones de dólares adicionales únicamente para el noreste de Nigeria, y un total de 559 millones de dólares para toda la región del lago Chad, hasta donde se extendió el conflicto y donde 6,3 millones de personas se hallan en inseguridad alimentaria grave.

Pero en Gwange, Javed Alí Baba, coordinador de urgencias para MSF, es pesimista. «Todavía hay mucha gente que necesita ayuda allí», dice, en alusión a todas las zonas a las que sus equipos no pueden acceder.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2016/09/21/hambre-mata-a-los-ninos-desplazados-por-boko-haram

Imagen: www.jornada.unam.mx/ultimas/2016/09/21/hambre-mata-a-los-ninos-desplazados-por-boko-haram/nigeria.jpg

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Nigeria: Okpewho – Scribal Lord of Orature

Nigeria/ Septiembre de 2016/Allafrica

Resumen: Isidore Okpewho, profesor de la Universidad Estatal de Nueva York en Binghamton desde 1991 y Presidente de la Sociedad Internacional para las literaturas orales de África ( Isola ),  reconocido en todo el mundo como un virtuoso entre las figuras de autoridad en la investigación, la práctica y la enseñanza de la literatura oral.

It is truly sad news that Isidore Okpewho, unforgettably warm-hearted, civilized, accommodating and a gentleman without humbug, has passed on at the age of 74. A professor at the State University of New York at Binghamton since 1991, and a President of the International Society for the Oral Literatures of Africa (ISOLA), he is acclaimed, across the world, as a virtuoso performer among authoritative figures in the research, practice and teaching of oral literature. After a First Class Honours degree in Classics from the University of Ibadan, he began his career in publishing at Longmans Nigeria where, as an unpublished poet seeking outlet, I first met him.

Affable, and genuinely serious-minded, Isidore left publishing for the University of Denvers, USA, to get his PhD which he capped with a D.Litt at the University of London. He returned to publishing at Longman publishers but pulled back to Academia, teaching for fourteen years at the University of Ibadan, his alma mater, before returning to the United States where his academic career had started sixteen years earlier at the University of New York at Buffalo (1974-76). A year at Havard University in (1990-91) convinced him to remain in the United States at a time when Nigerian academics under military dictatorship were being sacked for teaching what they were not paid to teach, and were being paid pittance for a take-home that could not take them home.

As a creative writer, novelist, poet and literary critic, Isidore Okpewho made reaching for perfection a great reason for being around in any genre or discipline. Always with an inter-disciplinary focus, he refused to follow the herd. Once he made a commitment, he ploughed his own furrow and refused to be distracted by praise or rebuke. Formidable in every sense, his intellectual prowess always had an intimidating edge that he never flaunted even when lesser mortals over-rated themselves. His output as a writer, a veritable master of cultural literacy, has had few parallels. He was the kind of scholar that other long-standing professors would say: when I grow up, I want to be like him.

This was the result of his outstanding performance in two seminal, paradigm-changing works of scholarship The Epic in Africa: Toward a Poetics of the Oral Performance (1979) and Myth in Africa: A Study of Its Aesthetic and Cultural Relevance (1983) which gave him not just a head start as a master in the study of oral literature but a special vantage as an interrogator and formulator of theories of knowledge and humanistic studies that primed Africa as a centre of civilization in her own right. The works dredged the commonality of human reflexes at the base of aesthetic production between different races and nationalities. Given his knowledge of ancient Greek and Roman Culture, there was a solid substructure upon which he built a highly universalist temper. In a lot of ways, it explains his grasp and forthright engagement of the grand theories of modernist and post-modernist scholarship and consequently, his concern with the interconnectivity of narratives of knowledge systems which proves his quintessential mark as a scholar.

 Generally, not being a nativist, Isidore Okpewho stood with African civilization without allowing multiple, incongruous, moralities to influence his reception and judgement of other climes. As a classicist, with deep immersion in ancient civilizations, he knew how not to let the bragging propensities that go with all cultural geographies, especially imperial ones, to lay exclusive claims to human values that cut across cultural boundaries. Particularly, in The Epic in Africa, he uncovered for serious engagement the reality that the oral and scribal cultures of the world share common principles of poetic composition in too many respects to warrant the parochial necessity to privilege one civilization above the other. His Myth in Africa re-drew the map of scholarship in relation to received Western notions that distanced Africa from other cultures on the question of mythologies and mythmaking in general. Based on fieldwork in various parts of Nigeria, especially in the Igbo and Ijaw parts of the Benin Delta, and drawing on researches in other parts of Africa, he formulated an aesthetics theory which invoked performance in the arts as plausible transformers of the way societies behave or change modalities of action.

For an Urhobo whose mother was Asaba, it may well be said that he had to have a keen appreciation of cultural diversities and their interactions as the grit of his vocation. I recall interviewing him about this in Morocco, during an African Literature Association (ALA) conference on his book, Once Upon A Kingdom, which deals with the relationship between the Benin Kingdom and their cultural siblings on the West of the Niger. Even where we differed, I thoroughly enjoyed the ease with which he could immerse himself in local cultures and then link them to universal themes such as the incipient rise and rise of ethnic nationalism. It was after Once Upon a Kingdom that he began to dredge the racial memory of African Americans, addressing and seeking redress for collective psychologies of grandchildren who, in their sub-conscious, were living through ferments in ancestral Africa that even their fathers could not intuit, but they had to resolve before they could tackle the civil rights issues of their day.

Racial memory, as he has threshed it, is not just about what happened to the enslaved through the Middle Passage, the gore after the landing, and the blithe summer of the freeborn without a memory of slavery. This came out quite well in his novel, Call Me By My Rightful Name in which he literally romped through ancient Ekiti dialect of the Yoruba language and Culture with an effortless pitch that told of the harrowing dislocation which slavery wreaked on both sides of the Atlantic; right into the civil rights movements of O we shall overcome. On this score, it is quite a treat to follow his deep historical and anthropological insights, in full fictional flight, as depicted in this novel. The point, so creatively and poignantly woven into Call Me By My Rightful Name, is that even those in the new world whose parents had no physical contact with Africa could be so implicated in what happened in Africa before Trans-Atlantic enslavement. It simply calls for the tie between homeland and Diaspora to be studiously kept alive in order to have clear perspectives on how to go in a divided world.

The beauty of it is that Okpewho’s novels and general literary creativity, while benefitting from so many diverse associations, maintain simple, absorbing touches of empathy. This is evenhandedly displayed in the Victims, dealing with the question of polygamy, The Last Duty, on the travails of the civil war outside Biafra, and his penultimate, Tides, which deploys a superb epistolary form to unearth threats of environmental biocide and political insipidity in the face of sheer homicide in Nigeria’s Niger Delta. The novels, with truly folkloric zeal, read like conversations between friends celebrating the resilience of the individual spirit in times of collective disorientation. We meet an author who is at home with the innocence of childhood and the rueful world of the grown up in equally hapless situations.

 Never to be down-graded is that Isidore Okpewho was, first and foremost, a teacher. On this counterpane, his ground setter for the study of Oral literature was his 1992 book, African Oral Literature: Background, Character, and Continuity (Indiana University Presss). Quite an ambitious take, after it, was the elevating concern that yielded the grand collaboration with Ali Mazrui and Carol Boyce Davies in editing the path-breaking and incomparable book The African Diaspora: African Origins and New World Identities (Indiana University Press, (1999). Consequently, the great pull of Isidore Okpewho’s scholarship into the 21st Century was building up and assessing the dimensions and directions of linkages between Africa and the African Diaspora. It added a twist to his academic interests and a broadening of those interests to accommodate Africans outside Africa in terms of their interaction with the continent.

May I note that, sad as it is to miss him, I am more like wanting to raise a shout for a man who was dogged in always doing things so right that whatever one remembers of him brings out vintage heartiness. He was a classicist and anthropologist, always able to put his knowledge of ancient and modern times to good account without being fazed by the new-fangled theories of modernism and post-modernism. Forever on top of aesthetic seepages and values that help in configuring national and cross-national identities, he gave the arts their due not as passive but active elements in how people perceive social and cultural spaces. For him, it was ever about knowledge and its shared valuation.

As G.G. Darah reminded us in his tribute, Isidore Okpewho’s passing away hits home with Hampate Ba’s appreciation of how it is like a whole library burnt down when an old man dies. It is a tragedy spelt at the level of the knowledge industry. This is especially the case when one considers that the critical mass of intellect that was driven out of the country in the eighties into the nineties, is thinning out, and continues to haunt us with sheer opportunity costs and, worst of all, terminal cases of loss.

Fuente: http://allafrica.com/stories/201609161095.html

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Nigeria: Obasanjo – Open Varsity Graduates Should Attend Law School

África/Nigeria/18 Septiembre 2016/Fuente: /Autor:

Resumen: El ex presidente Olusegun Obasanjo ha pedido al gobierno federal revisar la decisión del Consejo de Educación Legal (CLE) de detener los licenciados en derecho de la Universidad Nacional Abierta de Nigeria para  ser admitido en la Escuela de Derecho de Nigeria.

Former President Olusegun Obasanjo has called on the federal government to review the decision of the Council of Legal Education (CLE) stopping law graduates of the National Open University of Nigeria (NOUN) from being admitted into the Nigerian Law School.

Obasanjo made the remarks when the Vice-Chancellor of NOUN, Professor Abdalla Uba Adamu, visit him in his house in Abeokuta, Ogun State, the varsity’s spokesman, Ibrahim Sheme said in a statement yesterday.

The former president, who last year graduated with a degree in Theology from NOUN, said there was every reason to believe that graduates from the institution should attend the law school.

«When they told me about law people, I said who are the early lawyers? They sat at home and read and they ate their dinner… And then they qualified. We know, we were there with most of them in the 1950s,» he said.

He described the recent appointment of Prof Adamu’s as VC as putting a «square peg in a square hole.»

He thanked the NOUN management for naming the university’s newly established Good Governance and Development Research Centre after him.

He also accepted NOUN’s invitation to present a lecture on the topic, «Leadership and Challenges of Development in Nigeria: the Way Forward» as part of the activities to mark his birthday in March.

In his remarks, the vice-chancellor said some of the steps he took in developing the university system included the renaming of schools into faculties and introducing the election of deans and heads of department, as innovative.

Fuente de la noticia: http://www.dailytrust.com.ng/news/general/obasanjo-open-varsity-graduates-should-attend-law-school/162704.html

Fuente de la imagen: http://images.dailytrust.com.ng/cms/gall_content/2016/9/2016_9$large_PAGE_7.jpg

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UNICEF: Vuelve la vida a algunas partes de Borno, asolada por el conflicto

Africa/Nigeria/15 de septiembre de 2015/Fuente y Autor: UNICEF/Por Toby Fricker

Con la apertura de algunas zonas del noreste de Nigeria que habían permanecido bloqueadas, ahora podemos atender a 750.000 personas. UNICEF está proporcionando servicios esenciales de salud y nutrición para salvar vidas, así como ayudas para la protección y la educación de los niños con el objetivo de que vayan recuperándose de los horrores que han vivido.

Desde la ventana de la cabina, las montañas de Mandara aparecen en el horizonte como anticipando una tragedia. Las nubes cuelgan sobre la cresta de la montaña, que atraviesa la frontera del noreste de Nigeria con Camerún.

Al pie de la cresta está Gwoza, una ciudad que ocupa el centro del conflicto que ha sacudido el estado de Borno. Conforme descendemos, empieza a distinguirse una escena de desolación. Todos los tejados están destruidos y dejan ver edificios vacíos que parecen haber sido arrastrados por un tornado.

Pero en las calles, las vidas emergen de las ruinas y se trabaja incesantemente para salvarlas.Imagen del UNICEF

Abordar la crisis de la nutriciónEn Gwoza, Borno, hay vida en medio de la destrucción, pero los niños necesitan ayuda para reanudar sus infancias.

En la clínica local de la salud, el interés de las madres reside en salvar la vida de sus bebés y niños pequeños malnutridos. Ali, de 15 meses, es uno de ellos. Su madre, Zainab, lo ha estado llevando a la clínica para el tratamiento durante las últimas tres semanas.

“Estoy intentando hacer todo lo que puedo para que esté fuerte, y parece que estamos avanzando”, explica. Los trabajadores de la salud pesan a Ali y le administran alimentos terapéuticos listos para el consumo.

“Hemos atendido a 4.000 pacientes en solo ocho semanas”, afirma Adong, un voluntario de la comunidad que ayuda a identificar y localizar a los niños de la ciudad que necesitan atención médica. Casi un cuarto de millón de niños padecen desnutrición aguda grave en todo el estado de Borno y, si no reciben tratamiento, al menos 49.000 de ellos morirán.

Si lo detectan a tiempo, solo ocho semanas de administración de alimentos terapéuticos dan como resultado altas tasas de recuperación. UNICEF proporciona el tratamiento nutritivo y otros suministros médicos esenciales a las clínicas del estado. La formación de los trabajadores de la salud para tratar los casos agudos de lugares remotos es otra parte crucial de las respuestas de emergencia.

“Ayudar a los servicios sociales de este tipo no solo es una cuestión de vida o muerte, sino que es vital para el futuro de la comunidad y la región”, asegura Jean Gough, Representante de UNICEF Nigeria. “Sin unas instalaciones básicas de salud ni acceso a agua segura, las familias se verán obligadas a marcharse otra vez”, añade.

 

Imagen del UNICEF

Unos niños esperan a que los atiendan en el campamento para desplazados de Banki, estado de Borno, al noreste de Nigeria.

Salvar vidas y curar mentes

Entre las ruinas del edificio de una escuela local primaria, unos niños adolescentes están conversando. La mayoría de ellos vivían en aldeas de los alrededores de Gwoza, pero huyeron a la ciudad por seguridad después de que las fuerzas armadas nigerianas retomaran el control en marzo de 2015.

“En mi aldea todo estaba destruido; la situación aquí no es buena”, dice Genesis, de 14 años. “Pues, quedo con mis amigos”, responde cuando le preguntan qué hace en un día normal. Uno de ellos es Sodorong, un niño de 13 años que lleva puesto un sombrero de paja. “Me lo regaló mi amigo: él mismo lo hizo para mí”, dice, orgulloso.

Sodorong vive con su abuela y tres hermanos. “Mi padre desapareció cuando vinieron [Boko Haram] durante los disturbios”, explica. Fue entonces también cuando su madre se fue del estado de Borno con otro hombre.

Para niños como Genesis y Sodorong, tener a alguien que les ayude a recuperarse, curarse y reanudar sus infancias es una prioridad, pero, antes de nuestro viaje, en Gwoza habían recibido poca ayuda.

“Lo primero es asegurarse de que cuentan con la asistencia fundamental para salvar sus vidas; después, debemos facilitar a los niños espacios seguros de aprendizaje y asistencia psicosocial para que puedan superar las atrocidades a las que han estado expuestos”, explica Gough.

En un campamento para desplazados de Konduga, a unos 35 kilómetros al sudeste de la ciudad de Maiduguri, ya están notando el impacto de una labor de este tipo. Los niños participan en actividades recreacionales organizadas y hay dos tiendas abarrotadas de niños de entre ocho y 12 años que canturrean en voz muy alta el alfabeto. Se siente una energía que solo pueden crear los niños.

“Estamos contribuyendo a que los niños tengan un lugar normal aquí”, dice Simon, un voluntario que vive en la ciudad y que ayuda a registrar a los niños en las actividades. “Sufrieron mucho en las aldeas de las que vienen”.

Fuente: http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/nigeria_92695.html

Imagen: www.unicef.org/spanish/infobycountry/images/13404ibc1.jpg

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Nigeria: A medida que Boko Haram se retira, crecen las preocupaciones para los retornados

África/Nigeria/13 de septiembre de 2016/ Fuente: ACNUR

(ACNUR) – Se muestra preocupado por las condiciones de cientos de desplazados internos que se dirigen a sus hogares en las devastadas ciudades y pueblos, en las áreas recién liberadas del Estado de Borno.

Cientos de desplazados internos están retornando a los pueblos y ciudades devastados, las cuales fueron liberadas recientemente del grupo Boko Haram, en el Estado de Borno, al noreste de Nigeria, aumentando las preocupaciones sobre las condiciones de vida, servicios básicos y de seguridad en el área, dijo el ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.

La continua campaña de las fuerzas gubernamentales de Nigeria, en cooperación con La Fuerza Multinacional de Lucha ha retrocedido los avances de Boko Haram, cuya insurgencia ha desplazado a más de dos millones de personas dentro de Nigeria desde 2014.

Cientos de miles de personas en Borno ya tienen una urgente necesidad de ayuda, dijo Leo Dobbs, portavoz del ACNUR durante una conferencia en Ginebra el viernes (9 de septiembre), denotando que se espera que el número de personas retornando a las áreas liberadas aumente en las próximas semanas.

“No contamos con cifras completas, pero nuestro equipo sobre el terreno y los socios están reportando retornos tanto facilitados por el Gobierno como espontáneos en los últimos días. Cientos de personas se están dirigiendo a lugares como Mafa, Konduga, Benisheikh y Dikwa”, dijo Dobbs a los reporteros en el Palacio de las Naciones en Ginebra.

La asistencia del Gobierno y las agencias de ayuda han aumentado en la región para ayudar a personas en los 16 distritos que son nuevamente accesibles en Borno. El ACNUR y sus socios solo han entrado a 10 de estos distritos, donde cerca de 800.000 personas están en urgente necesidad de ayuda.

Dobbs comentó que algunas de las personas que retornan a sus hogares en las áreas recién liberadas como la capital de Borno, Maiduguri, parecen estar felices de regresar, citando que las condiciones en los lugares donde vivían, incluyendo los campamentos de desplazados internos para desplazados internos, eran terribles.

“Los retornos deben ser voluntarios, dignos y seguros, las personas deben ser informadas sobre las condiciones en sus zonas natales”, dijo Dobbs.

“El ACNUR está en contacto regular con oficiales estatales, hemos presentado nuestras preocupaciones y hemos ofrecido trabajar de cerca con ellos para asegurar que los retornos se lleven a cabo de acuerdo con los estándares internacionales, de forma digna y segura. Continuáremos monitoreando la situación de los retornados, especialmente los más vulnerables”, agregó.

Mientras, a medida que el ACNUR y los socios escalan sus operaciones en el noreste, la seguridad y el acceso a los necesitados, especialmente a aquellos en las áreas recientemente accesibles, continúa siendo un desafío mayor. Una respuesta humanitaria más grande, así como una mayor presencia sobre el terreno, y una mejor coordinación de los esfuerzos humanitarios y recolección de datos, son aspectos necesarios.

“La mayoría de los desplazados son mujeres, niños y personas mayores. Los asuntos prioritarios en los que trabajan el ACNUR y sus socios incluyen albergue, alimentación, agua potable, así como cuestiones de salud, incluyendo prevención de la malnutrición y el cólera”, afirmó Dobbs.

“Los temas de protección incluyen violencia sexual y de género, donde hemos tenido éxito a través de grupos de acción basados en la comunidad que alientan el diálogo y la concientización”.

Sobre el terreno, el ACNUR continúa trabajando a través de socios locales para llevar a cabo monitoreo de protección vital en Bama, Monguno, Dambos, Konduga, Mafa, Dikwa; e incluyendo los distritos de Biu, Bayo, Hawul, Shani y Kwaya Kusar al sur de Borno.

La Agencia de la ONU para los Refugiados brindó 200 albergues para 1.000 personas en Bama y ha distribuido productos no alimentarios a 16.000 personas en las últimas dos semanas. La ayuda incluye 10.000 productos distribuidos a personas en Banki. En Maiduguri, el ACNUR ha construido casi 2.000 albergues semi permanentes para cerca de 10.000 personas, y está construyendo albergues de emergencia para 5.000 personas en Dikwa.

La insurgencia en el noreste de Nigeria ha desplazado a más de 2,25 millones de personas desde 2014, incluyendo 2,066 millones de personas desplazadas dentro de las fronteras del país y casi 190.000 refugiados en los vecinos Camerún, Níger y Chad. A pesar de que el Gobierno ha retrocedido los avances de Boko Haram desde el año pasado, la insurgencia ha empezado a hacer ataques terroristas, y continúa siendo una potencial amenaza.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/a-medida-que-boko-haram-se-retira-crecen-las-preocupaciones-para-los-retornados-nigerianos/

Imagen: www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_09.2016.09_Nigeria_03d2b3b21e.jpg

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