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Níger prohíbe uso de cabañas de paja en centros de educación

Autoridades tomaron la decisión para el nivel preescolar tras la muerte de al menos 26 niños en un incendio en una escuela rural.

El Gobierno de Níger prohibió este miércoles las clases en aulas improvisadas en casetas de paja, tras el incendio ocurrido este 8 de noviembre en la escuela AFN de Maradi, el cual causó la muerte de al menos 26 niños y varios heridos.

Al respecto, el Ejecutivo lo calificó de «trágico suceso» y estableció «la prohibición formal de clases en chozas de paja a nivel de preescolar en todo el territorio nacional».

En tal sentido, pidió también a las autoridades regionales que «adopten medidas para garantizar la seguridad de las escuelas», al tiempo que reafirmó «su compromiso de llevar a cabo reformas educativas para crear un entorno de enseñanza y aprendizaje seguro y de calidad».

Las declaraciones se sustentan en otro antecedente similar, ocurrido el pasado año,  donde fallecieron otros 20 niños en la capital del país, Niamey.

Níger presenta altos niveles de pobreza y no cuenta con suficientes escuelas. Muchas de ellas ocupan edificaciones de madera, adobe y chapa, mientras que en algunas zonas rurales las clases se dan directamente a la sombra de los árboles.

De acuerdo con medios de prensa, son frecuentes los incendios en colegios con casetas de paja, aunque no suelen provocar víctimas fatales.

Según estos reportes de prensa, el Gobierno determinó proteger primero a la edad preescolar, donde estas tragedias se han cobrado el mayor número de víctimas. Atrapados en una trampa de fuego, los niños no tienen el discernimiento necesario para salir del paso, lo que sin duda amplifica el desastre.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/niger-prohibe-uso-cabanas-paja-centros-educacion-20211110-0017.html

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República del Congo: Una superintendente nepalí recibe el Premio a la mujer policía del año

El galardón la distingue por su trabajo al frente de la Unidad sanitaria y de medio ambiente en la República Democrática del Congo. Su contribución ha sido crucial durante la actual pandemia de COVID-19, los pasados brotes de ébola y las crisis naturales y humanitarias, como la erupción volcánica de la ciudad de Goma el pasado mes de mayo.

Una casco azul nepalesa que presta servicio en la República Democrática del Congo ha recibido el Premio a la mujer policía del año de la ONU.

La superintendente Sangya Malla, de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo, la MONUSCO, es jefa de la Unidad de policía sanitaria y de medio ambiente, con sede en la capital, Kinshasa.

Malla, profesional médico de formación, ayudó a crear esta unidad, que se encarga de aplicar las políticas y los procedimientos relativos a la salud y el bienestar del personal, así como las iniciativas medioambientales de la Policía de las Naciones Unidas.

Seguridad durante las crisis

Su contribución ha sido crucial durante la actual pandemia de COVID-19, los pasados brotes de ébola y las crisis naturales y humanitarias, como la erupción volcánica de la ciudad de Goma el pasado mes de mayo. Durante esa emergencia, su unidad fue la que alertó a la población local y al personal de la ONU sobre las medidas de precaución.

“Me siento honrada de recibir este premio, y espero que anime a más mujeres jóvenes de mi país y de todo el mundo a seguir la carrera de policía, que todavía se considera con demasiada frecuencia un «trabajo de hombres», dijo.

El Secretario General de la ONU, António Guterres, le entrega el premio hoy martes en una ceremonia virtual.

La superintendente Sangya Malla de Nepal, Premio a la mujer policía del año de la ONU, actualmente presta servicios en la Misión de Estabilización de la ONU en la República Democrática del Congo.

Sangya Malla
La superintendente Sangya Malla de Nepal, Premio a la mujer policía del año de la ONU, actualmente presta servicios en la Misión de Estabilización de la ONU en la República Democrática del Congo.

Representar lo mejor de la ONU

Guterres ha elogiado a la «casco azul» por su labor en la mejora de la seguridad y el bienestar del personal de mantenimiento de la paz de la ONU, que ha permitido mitigar los riesgos ante el COVID-19 y otras amenazas a las que se enfrentan el personal de paz.

«Y ella representa algo mucho más grande: las numerosas contribuciones de las mujeres policías en la promoción de la paz y la seguridad en todo el mundo», añadió el titular de la ONU.  «Con su trabajo, la superintendente Malla encarna lo mejor de las Naciones Unidas».

Malla ha contribuido también a elaborar las directrices para prevenir y mitigar la propagación del COVID-19.

Este año ha organizado más de 300 sesiones de concienciación sobre la prevención del coronavirus y la protección del medio ambiente para la población local, las autoridades congoleñas y el personal de la ONU.

Como punto focal de la policía sobre el COVID-19 en la Misión de la ONU también ha trabajado en la difusión informativa sobre las vacunas y en la promoción de los esfuerzos de vacunación.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2021/11/1499732

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Kenya: It’s time to introduce corporal punishment in schools, KUPPET says

Africa/Kenya/12-11-2021/Author: Source: www.kbc.co.ke

The recent wave of arson attacks in schools has seen a good number of secondary schools torched, leaving authorities with no option but close some of the affected institutions.

Amid questions over the motives behind the fires, education stakeholders are proposing drastic measures to curb this trend. The Kenya Union of Post Primary Education Teachers (KUPPET) wants the Ministry of Education to allow the use of physical punishment so as to ensure more immediate compliant behavior in children.

“Our proposal to the ministry and the teachers service commission is let us bite the bullet and introduce corporal punishment,” KUPPET Busia Branch Secretary-General Morphat Okisai

Besides corporal punishment, Okasai says learners found guilty of indiscipline should be suspended and expelled from school in order to serve as an example to the rest.

“As it stands now, we have allowed the rights of children to override the rights of everybody else,” a tough-talking Okisai charged.

He says learning institutions must be protected from being razed down at all costs to prevent education in the country from being jeopardized by a few “bad elements” in society.

And that’s not all. Okasai says the ministry should consider employing full-time counselors to address student unrest and the torching of schools. He says the counselors who will be enlisted for school programs should be put into the Teachers Service Commission payroll.

He wants the ministry to find a long-lasting solution, reiterating that granting mid-term breaks to students is not a remedy to school unrest.

Source and Image: https://www.kbc.co.ke/its-time-to-introduce-corporal-punishment-in-schools-kuppet-says/

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Kenya: Kakamega High School students safe after fire incident

Africa/Kenya/07-11-2021/Author:

A dormitory at Kakamega High School was early Saturday morning razed down.

According to the school principal Gerald Orina, the fire is believed to have started at 5.30 am when students were in for their morning preps.

Orina said that the fire destroyed property for over about 140 students.

The cause of the fire is yet to be established, with authorities saying no casualties have been reported.

Confirming the incident, Deputy OCPD Kakamega Central Daniel Mutisya said watchmen heard a loud bang from one corner of the dormitory followed by billowing smoke.
They then alerted school management.
In the early morning incident, no student was injured.
Photo Courtesy

The fire comes after a spate of fires was witnessed in other schools which include Buruburu Girls High School, Chavakali High School, ABC Katelembo Mixed SecondarySigalame High School, Moi High School Kabarak and Kahuhia Girls Secondary School

In Buruburu Girls, students received treatment for smoke inhalation at the Metropolitan Hospital in Nairobi after a fire broke out in one of the dorms at around 5 pm on Sunday while a dorm in Chavakali Boys’ Secondary School also went ablaze on the same day at around 6 pm.

On November 1st, a fire also razed a boys’ dormitory at ABC Katelembo Mixed Secondary in Katheka Kai of Machakos County at 5 am Monday morning, two days later on Tuesday another fire broke out at Kahuhia Girls Secondary School.

The current trend of fires breaking out in schools becoming a regular occurrence provoked a response from the government which is vowing stern punishment against students found to have started fires in schools.

At the Coast, Regional Commissioner John Elungata announced that authorities will move into all schools that have reported school fires and carry out investigations. And he cautioned that this will not be a public relations exercise as those involved in arson attacks will be apprehended.

“We have resolved that the police will follow these culprits – because it is not difficult to get them as they are among fellow students, – arrest and prosecute them because destroying school property is akin to destroying their own homes,” he charged.

The regional boss said students above 18 years would be jailed like any other criminals while minors would be committed to borstal institutions as they continue with their education.

Source and Image: https://www.kbc.co.ke/kakamega-high-school-students-safe-after-fire-incident/

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Niños de Uganda pierden esperanza ante el cierre de escuelas

Por: lahora.gt

Vestido con su uniforme escolar, Mathias Okwako saltó a un charco de lodo y comenzó su búsqueda diaria de oro, un lujo que podría estar mucho más a su alcance que otro preciado recurso: la educación.

Su escuela rural en Uganda se encuentra inactiva junto a un camino frente al cual hay un pantano, y ahora él y gran cantidad de niños más trabajan en él como mineros informales. La hierba crece en algunas de las aulas, de donde han sido saqueados los marcos de las ventanas para usarse como leña. A poca distancia de ahí, otra escuela alquila sus aulas como habitaciones.

Las escuelas de Uganda han estado cerradas, ya sea por completo o parcialmente, durante más de 77 semanas debido a la pandemia del coronavirus, el cierre más prolongado a nivel mundial, según cifras de la agencia de las Naciones Unidas para la cultura.

Y a diferencia de muchas otras partes del mundo, en donde las clases se volvieron virtuales, la mayoría de las escuelas públicas -donde se imparten clases a la enorme mayoría de los niños de esta nación de África oriental- carecían de la capacidad para ofrecer enseñanza vía internet.

Durante la pausa, algunos estudiantes se casaron. Otros lidian con embarazos no deseados. Otros más, como Okwako, de 17 años, encontraron trabajo.

La pandemia ha fabricado «marginados», una generación perdida de estudiantes que ahora libran «una batalla para ver cómo acoplarse», dijo Moses Mangeni, un funcionario del gobierno local en Busia, donde vive Okwako.

Los intentos por controlar la propagación del COVID-19 han perturbado las vidas de los niños en todos los rincones del planeta, generando presión sobre sus padres, complicando el cuidado que se les da y a menudo retirándoles las redes de seguridad. Y quizá aún más importante, ha convertido su educación en un caos.

El resultado es «la mayor emergencia educativa a nivel global de nuestra era», según el grupo de ayuda humanitaria Save the Children, que el mes pasado identificó a 48 países, entre ellos Uganda, cuyos sistemas escolares están en riesgo elevado o extremo de venirse abajo. La mayoría de esas naciones son del África subsahariana, una región afectada desde hace tiempo por un gran índice de deserción escolar y una escasez de educadores capacitados.

Algunas partes del mundo con cierres prolongados también pasaron apuros para enseñar a los estudiantes. México, donde la conectividad a internet es baja en muchas partes del país, optó por programación educativa vía televisión. A la larga, la pandemia resultó devastadora para los niños en el país latinoamericano, donde hubo millones de deserciones escolares, así como un incremento en las tasas de homicidios infantiles, embarazos de adolescentes y violencia doméstica.

En Irak, el aprendizaje remoto fue igualmente «limitado y desigual», según el Banco Mundial.

Algunos países más ricos tuvieron mejores resultados. En Kuwait, debido a que la mayoría de las escuelas públicas no estaban equipadas para las clases en línea cuando el virus apareció por primera vez, se suspendieron todas las clases durante siete meses en 2020. Pero la nación árabe rica en petróleo destinó 212 millones de dólares para la creación de una plataforma de aprendizaje virtual, y todas las escuelas trasladaron sus clases a distancia. La campaña se considera un éxito.

Pero en Uganda no hay éxitos de los cuales hablar.

El país cerró sus escuelas inicialmente en marzo de 2020, poco después de que se confirmara el primer caso de coronavirus en el continente africano. Se reabrieron algunas clases a estudiantes en febrero de 2021, pero se impuso un nuevo cierre total en junio, mientras el país lidiaba con su primer gran repunte de infecciones. Ahora es el único país de África en el que las escuelas siguen cerradas, aunque el presidente Yoweri Museveni anunció la semana pasada que reabrirían en enero.

Eso ocurre en un momento en que las infecciones han ido en descenso en los últimos meses, y el país ahora reporta un promedio de 70 casos nuevos y un par de fallecimientos diarios, según datos de la Universidad Johns Hopkins. Hasta el momento, aproximadamente 700.000 de los 44 millones de habitantes de Uganda cuentan con el esquema completo de vacunación.

https://lahora.gt/ninos-de-uganda-pierden-esperanza-ante-el-cierre-de-escuelas/

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Guinea Ecuatorial: Inauguración de Centro Escolar en Campo Yaunde

Inauguración de Centro Escolar en Campo Yaunde

La comunidad de vecinos 4-6.1 de Campo Yaunde, perteneciente a la zona geopolítica F, ha sido beneficiaria de la inauguración de un nuevo centro escolar denominado Camino de Santiago.

El centro en cuestión tiene los niveles de Preescolar, Primaria y ESBA, y el mismo entra en ejercicio en ese año escolar 2021-2022.En el acto de inauguración el fundador del centro, D. Francisco Ondo Nsue, agradeció al Jefe de Estado por la paz reinante en el país, porque gracias a ella se puede implementar obras como las que ahora estamos llevando a su inauguración.

El centro educativo Camino de Santiago está ubicado en la zona del antiguo hospital de campo Yaunde. El centro tiene una capacidad de 23 aulas de clase y con un aforo de de 25 alumnos por aula, según normas que rigen por la contención del COVID 19. Al acto han asistido autoridades del Ministerio de Educación y de la zona geopolítica F.

La bendición sacerdotal, la corte de la cinta inaugural y el cóctel cerraron las actividades de dicho acto.

Texto y fotos: Romualdo Ndong Ayingono

Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial

Fuente de la Información: https://guineaecuatorialpress.com/noticias/Inauguraci%C3%B3n%20de%20Centro%20Escolar%20en%20Campo%20Yaunde

 

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Vacunarse contra la covid es una ardua batalla en Zimbabue

Hace más de un mes, perdió a sus padres, a su hermano y a su cuñada por la covid-19. Luego su prometido también tuvo que emprender su batalla contra el coronavirus, pero Melinda Gavi, de 27 años, seguía convencida de que ella no había contraído la enfermedad.

Eso sí, Gavi se unió a las multitudes que buscan vacunarse contra la covid en el hospital Parirenyatwa de Harare, la capital de Zimbabue, a pesar de que antes de que la enfermedad se ensañara con su familia era escéptica sobre la necesidad de inmunizarse contra el virus.

Sus fallecidos padres, hermano y cuñada eran igualmente escépticos respecto a las vacunas anticovid, antes de que se contagiaran y finalmente murieran.

En este país del sur de África de unos 15 millones de habitantes, casi 5,5 millones han recibido al menos una dosis de la vacuna anticovid, según el rastreador de covid-19 de Reuters, lo que dado que cada persona necesita dos dosis, representa apenas 18,8 % de la población.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó este mismo mes que Zimbabue había recibido 943 200 dosis en septiembre, dentro del mecanismo mundial de Covax, que encabeza las Naciones Unidas, para impulsar la campaña de vacunación en el Sur en desarrollo.

IPS ha seguido los operativos de vacunación en varios centros sanitarios del país durante los últimos meses, registrando las experiencias personales de la gente que estaba en las filas para ser inmunizada.

Gavi contó que tardó días en poder vacunarse.

“Este es mi tercer día viniendo aquí a Parirenyatwa para intentar vacunarme», dijo a IPS mientras hacía una larga y serpenteante fila en el mayor hospital de Zimbabue.

Unas 200 personas se congregaban ese día en la parte trasera del hospital, algunas con aspecto cansado mientras permanecían horas en la fila. Algunos se iban sentando en las aceras o los parterres, en espera que llegase su turno mientras la fila avanzaba muy lentamente.

“Tenemos dosis de vacunas limitadas, y a menudo en un día estamos vacunando a solo 80 personas y todos los demás a menudo regresan a casa sin ser vacunados”, reconoció a IPS una enfermera, quien pidió reserva de su nombre por no estar autorizada a hablar con los medios.

En febrero de este año, Zimbabue comenzó a vacunar a sus ciudadanos contra el coronavirus tras recibir una donación de 200 000 dosis de la vacuna china Sinopharm.

Pero cuando la vacuna llegó por primera vez, fue recibida con un gran escepticismo en plataformas de medios sociales como WhatsApp, Twitter y Facebook, en una campaña negacionista que  alimentó las dudas sobre la vacuna.

Este ya no es el caso. Ahora el personal sanitario tiene que luchar contra la multitud que lucha por vacunarse cuanto antes.

“Con el tiempo, a medida que más y más personas se vacunaban sin graves temores de seguridad, el público se tranquilizó y la demanda de vacunas empezó a aumentar gradualmente”, explicó el epidemiólogo Grant Murewanhema.

En Bulawayo, la segunda ciudad del país, a 365 kilómetros al suroeste de Harare, IPS observó como en el Hospital Unido una enfermera avanzó a lo largo de la cola de personas que esperaban ser vacunadas, contando hasta 60, y les dijo a las demás que volviesen temprano al día siguiente, porque solo había ese número de dosis.

En el número 60 estaba Jimmy Dzingai, de 47 años, un camionero, que suspiró aliviado y cruzó las manos en el pecho mientras decía: “menos mal, al menos me voy a vacunar hoy”.

A los que se les dijo que se marcharan, lo acataron pero refunfuñaron mientras salían del hospital, algunos agitando sus mascarillas en señal de protesta, gritando a las autoridades del centro por haberlos rechazado.

“No es la primera vez que vengo aquí para intentar vacunarme. He estado aquí cuatro veces, y este es mi quinto día desde mediados de junio, solo para obtener excusas”, dijo a IPS Limukani Dlela, un hombre de 54 años, residenciado en Matsheumhlope, un suburbio de la ciudad.

La corrupción y el nepotismo están detrás de la amarga batalla de este país sudafricano contra la covid, y muchas personas como Dzingai, el camionero, no se han librado de esas lacras.

Mientras Dzingai se encontraba al final de la cola, cuatro mujeres de mediana edad pasaron por delante de él y de todos los demás, dirigiéndose directamente a la cabeza de la cola. Inmediatamente fueron inmunizadas y se fueron.

Las enfermeras que estaban en la mesa de vacunación explicaron que eran miembros del personal del hospital y no podían esperar con los demás.

Pero todos pudieron ver que las cuatro mujeres privilegiadas salieron inmediatamente el hospital, en cuanto se le inyectó su dosis, además de no llevar ningún uniforme a identificación, al contrario del personal del recinto.

“Estaba hablando con mis jefes ahora mismo, y me han cargado el camión para llevar la entrega a Zambia. Les he dicho a mis jefes que iba a recibir la vacuna. En cambio, me dicen que no me van a vacunar. Deberían conseguir agua para inyectarme y darme el certificado de la vacuna. No me iré de aquí sin ella”, juró el camionero.

Pero la enfermera le replicó que “hoy no se vacunará. Desgraciadamente, eso no ocurrirá”.

Pese a sus protestas, tanto Dzingai como las otras tres últimas personas en la fila tuvieron que irse sin recibir su dosis.

Para responder a la creciente ansiedad por vacunarse de muchos zimbabuenses, el gobierno ha autorizado el uso de las vacunas chinas Sinovac y Sinopharm, la rusa Sputnik V, la india Covaxin y la estadounidense Jensen.

Pero las vacunas escasean y  los sobornos están a la orden del día en los hospitales de Zimbabue, como el Sally Mugabe, de referencia en la capital.

Lydia Gono, de 24 años y residente en Southertorn, un suburbio de ingresos medios de Harare, dijo que tuvo que recurrir a “mi cartera”, que en la jerga local significa pagar un soborno, para poder vacunarse rápidamente en ese centro hospitalario, el más cercano a su vivienda.

“Me pasé casi una semana intentando vacunarme aquí sin éxito, pero hoy simplemente enrollé un billete de 10 dólares en mi mano y estreché la mano de una enfermera que atendía la fila, dejando el billete en su mano. Me llevaron al frente y me vacunaron sin demora alguna”, dijo Gono a IPS.

Cansados de la corrupción y el nepotismo y de las tácticas dilatorias que caracterizan el proceso de vacunación en los centros sanitarios públicos, muchos trabajadores de ingresos medios, como Daiton Sununguro, de 35 años, han optado por acudir a los centros médicos privados para vacunarse, desembolsando 40 dólares por una cada dosis.

“Pagar es mejor que tener que esperar muchas horas para vacunarse en los centros sanitarios públicos. Así que volveré y pagaré los otros 40 dólares por mi segunda dosis”, dijo Sununguro a IPS en un elegante centro médico privado en el suburbio hararense de Mount Pleasant.

Fuente: https://rebelion.org/vacunarse-contra-la-covid-es-una-ardua-batalla-en-zimbabue/

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