África/Sudán del Sur/29 Octubre 2016/UNICEF
145 niños han sido liberados hoy de grupos armados en Sudán del Sur, según informa UNICEF. Es el segundo grupo más numeroso desde 2015, cuando 1.775 niños fueron liberados en el área administrativa del Gran Pibor.
“Nuestra esperanza es que la liberación de hoy preceda muchas otras, para que 16.000 niños que permanecen hoy en fuerzas y grupos armados puedan volver con sus familias”, afirmaba Mahimbo Mdoe, representante de UNICEF en Sudán del Sur.
Durante la liberación de la Facción Cobra y el SPLA-in Opposition (Sudan People’s Liberation Army in Opposition), los niños han sido oficialmente desarmados y se les ha entregado ropa de civil. Los niños han pasado además un examen médico y han sido registrados en un programa de reintegración.
A lo largo de los próximos meses recibirán asesoramiento y apoyo psicosocial y serán trasladados a un centro de atención temporal, hasta que sus familias sean localizadas. Una vez se produzca la reunificación, las familias recibirán un paquete de asistencia alimentaria básica para tres meses así como ganado para apoyar los ingresos del hogar durante el proceso de reintegración.
“Los niños en Sudán del Sur necesitan seguridad, protección y oportunidades”, dijo Mdoe. “Nuestra prioridad es que vuelvan al colegio y proporcionar servicios a las comunidades para que los niños puedan acceder a un futuro más prometedor”, dijo Mdoe.
“Con el conflicto actual por todo el país, UNICEF recibe constantemente informes sobre reclutamiento en estados como Unity y Jonglei, entre otros. Exigimos a todas las partes en conflicto que cumplan con el Derecho Internacional, detengan los reclutamientos y liberen a todos los niños que a día de hoy siguen en sus filas”.
Se estima que 16.000 niños han sido reclutados por fuerzas y grupos armados en Sudán del Sur desde los enfrentamientos que comenzaron en diciembre de 2013. Se estima que más de 800 niños han sido reclutados desde el comienzo de 2016.
UNICEF ha trabajado con la Comisión Nacional de Desarme, Desmovilización y Reintegración del Gobierno de Sudán del Sur para asegurar la liberación y reintegración de niños vinculados a fuerzas y grupos armados, y ofrecer a los niños oportunidades de educación y medios de vida. UNICEF necesita 4 millones de dólares adicionales (3,7 millones de euros) para poder seguir proporcionando los servicios para cubrir las necesidades de los niños liberados hoy y los que se espera sean liberados en el futuro.
Fuente: http://www.unicef.org/spanish/media/media_92960.html
Todos los estudiantes de Maryam acabaron en el campamento de Dalori después de que los obligaran a abandonar sus hogares por los ataques insurgentes que había en sus ciudades, en algunas zonas del estado de Borno. “A pesar de los obstáculos que han vivido (algunos de ellos han estado hasta dos años sin ir a la escuela, mientras que otros han perdido a algún familiar) todos los niños están felices y orgullosos de regresar a la escuela”, asegura Maryam, que también es una desplazada interna. Ahora los niños pueden asistir a clases resguardadas del sol, del viento y del polvo en una de las tiendas proporcionadas por UNICEF que se usan como espacios temporales de aprendizaje en el campamento de Dalori. Además de haber distribuido mochilas, pupitres, uniformes escolares y materiales de aprendizaje y enseñanza, UNICEF ha proporcionado más de 130 tiendas como esta, que se utilizan como espacios temporales de aprendizaje en varios campamentos del estado de Borno.
Estas tres mujeres desempeñan un papel fundamental en la contención del brote reciente de poliomielitis en el noreste de Nigeria. Zara es vacunadora contra la poliomielitis; Falamata recibió formación de UNICEF y es movilizadora voluntaria de la comunidad; y Aicha es registradora de datos. Juntas componen un equipo de vacunación contra la poliomielitis y, como tal, formaron parte de una campaña de inmunización de emergencia a gran escala que se llevó acabo del 13 al 18 de octubre. UNICEF Nigeria colaboró con la campaña ayudando a procurar vacunas y tratando de involucrar a la gente mediante una movilización de los medios de comunicación y las comunidades. La campaña incluyó un despliegue de casi 39.000 trabajadores de la salud que distribuyeron vacunas contra la poliomielitis para niños menores de cinco años procedentes de zonas en situación de alto riesgo de Nigeria, el Chad, el Níger, Camerún y la República Centroafricana.
Esta es la primera visita –y, seguramente, la más importante– de Zainab, de tres años, a un centro de atención primaria establecido con la ayuda de UNICEF en la comunidad de Dalaram, en el área de gobernación local (LGA) de Jere. Zainab padece malnutrición aguda grave y, como principal intervención médica, está recibiendo un tratamiento a base de alimentos terapéuticos listos para el consumo acompañado de micronutrientes y antibióticos. La madre de Zainab, de 18 años, también está recibiendo asesoramiento sobre la alimentación para bebés y niños pequeños. Durante las próximas ocho semanas del programa de tratamiento se supervisará a la madre y al niño mientras este recupera su peso y mejora su salud. Zainab es uno de los 80.178 menores de cinco años
Natural del LGA de Monguno, en el estado de Borno, Abatcha escapó de su hogar con su familia después de que los ataques de los insurgentes provocaran una situación de inseguridad en todo el noreste de Nigeria, incluida su ciudad natal. Ahora, Abatcha y su familia viven en el campamento de Bakassi para desplazados internos, donde desempeña un papel fundamental como secretaria colaborando con la administración general del campamento. UNICEF colabora con los campamentos y las comunidades de acogida en las que viven la mayoría de los desplazados en la actualidad ofreciéndoles servicios de salud, nutrición, educación, protección infantil, agua y saneamiento y campañas de inmunización contra el sarampión.
Aminata (no es su nombre real) es una niña de 17 años que fue secuestrada por Boko Haram. “Me arrastraron hasta un coche. Me habían secuestrado a mí y a otras 14 niñas de mi vecindario. Me retuvieron allí dos meses y después me obligaron a casarme con uno de los insurgentes”, relató. Según estimaciones de UNICEF, este grupo militante ha retenido y sometido a más de 7.000
Iisa tiene cinco años y es uno de los muchos niños desplazados internos que viven en el campamento de Muna Garage, en Maiduguri. La niña posa con su pizarra en el exterior del espacio adaptado para niños establecido con la ayuda de UNICEF en el campamento. Los equipos de educación y protección de la infancia de UNICEF trabajan juntos para ayudar a niños de entre tres y 18 años con espacios adaptados para niños que cuentan con asistencia educacional, suministros escolares y maestros a través de la Junta de Educación Básica Universal del estado. Esta medida garantiza que los espacios adaptados a los niños sean también espacios seguros de aprendizaje para niños como Iisa.
Aisha Bulama es vacunadora contra la poliomielitis y una de las mujeres más populares de Maiduguri durante la campaña de inmunización contra la poliomielitis. “Esta mañana, solo en unas horas, mi equipo ya había vacunado a más de 500 niños”, sostiene orgullosa antes de marcar la uña de un niño pequeño al que acaba de vacunar. La marca morada en la uña es algo que muchas madres muestran orgullosas a su familia, amigos y vecinos, especialmente después del brote reciente de poliomielitis en el noreste de Nigeria. Los equipos de vacunación contra la poliomielitis de algunas partes del estado de Borno, en Nigeria, también llevarán a cabo controles de malnutrición simultáneos para detectar malnutrición aguda grave en niños menores de cinco años, y derivarán a los malnutridos a los programas de tratamiento terapéutico.
Hajiya Bashir es Oficial Jefe de Enfermería en el centro de Atención Primaria de Gamboru que está siendo rehabilitado por UNICEF. El centro tuvo que repararse urgentemente después de haber sido objeto de ataques, saqueos y bombas por parte de los insurgentes, lo que redujo el acceso a atención médica y materna a los residentes de Gamboru y las numerosas personas desplazadas que viven allí. “Ahora mismo, solo podemos ofrecer una atención médica limitada a nuestra gente porque el centro quedó muy dañado”, dice Hajiya. El gobierno nigeriano ha declarado que casi todas las instalaciones médicas de las zonas que han vuelto a ser accesibles en el noreste de Nigeria han sido objeto de saqueos y vandalismo y han quedado destruidas. Gracias a la ayuda de UNICEF, en el centro de atención primaria se ha atendido a 2.777.579 personas afectadas por el conflicto con servicios de emergencia, tales como alimentación terapéutica y provisión de micronutrientes para niños, atención materna para mujeres embarazadas, inmunización sistemática y tratamiento de enfermedades como el paludismo o la diarrea y las infecciones respiratorias graves.






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