Cada año, este escribidor hace un texto frente al prodigio de las jacarandas en la Ciudad de México. Esta vez resulta tardío —suelo escribirlo a finales de febrero, o en marzo de preferencia, cerca del día 8 cuando marchan las mujeres y aprendemos tanto de su andar, su coraje y sus pañoletas cuyos colores las reflejan— pues están a punto de caer las últimas flores en su ramaje: no están ellas para saberlo, ni yo para contarlo, pero dediqué 7 textos a intentar un balance educativo del sexenio a partir de enero y hasta mediados de abril. Esto demoró la conmemoración de la esperanza que siempre su florecer significa.
A través de mi ventana en el despacho del trabajo, una de ellas tuvo la bondad de permanecer para recordar mi deuda con la tradición.
¿Qué significaron este año las jacarandas? ¿Cuál fue su relación con la espera de un mundo y país mejor que en mala hora perderíamos, a no ser por su porfiar en florecer a pesar de estar todo en contra para el milagro de regresar?
Cada quien tiene el derecho a poner en relación a las jacarandas con su espera de parabienes futuros: anoto algunas, son cuatro de tantas posibles, que quizá podamos compartir. Van sin orden. Las redacto con prisa al ver que las flores caen cada vez más pronto, como arena en un reloj casi acabando.
1. La cantidad de aspirantes a estudiar la Educación Media fue enorme. Este dato no es menor, pues el camino de la progresión escolar tiene inventivos decrecientes en cuanto a su intercambio por mejores condiciones laborales que antaño. Al parecer, la escuela sigue teniendo una valoración positiva intrínseca, como valor de uso, aunque su valor de cambio no sea comparable al de hace tres décadas. Las sociedades son más estables no tanto en la medida en que las expectativas se cumplan en todos los casos y en las cantidades esperadas, sino en cuanto sigan teniendo capacidad de guiar las decisiones de los individuos y sus familias. Por eso, son jacarandas sociales el reguero de madres y padres de familia en los camellones, aledaños a las escuelas donde se realizaba el examen para ingresar a este nivel de estudios. ¿Cómo te fue, Marí? ¿Qué tal estuvo la parte de matemáticas, José?
2. Las mujeres salieron otra vez y gritaron fuerte: basta de discursos, queremos hechos. A mi juicio, el movimiento que llevan a cabo es el más importante de nuestros tiempos, y no cesa: crece jacarandoso, sí, y al mismo tiempo encabritado. Con toda la razón.
3. Hace unos días, millones de compatriotas en la decencia, oriundos de Argentina, salieron a decirle a Milei que habrá resistencia frente el desprecio reflejado en el recorte brutal, en términos reales, del presupuesto para las universidades. Salir a la calle, en todas las ciudades, fue alentador. Y ejemplar.
4. En los Estados Unidos se desencadena un movimiento estudiantil en contra del aumento de presupuesto para la industria militar, y en protesta por el intento de destrucción del pueblo Palestino. La policía americana detiene a decenas de las personas que protestan. Las autoridades no entienden que no entienden lo que la movilización de los estudiantes en varias universidades, y el encarcelamiento sin motivo mayor que no conservar la indiferencia, significan.
Las flores de las jacarandas son luz atrapada que se asoma entre los pétales que intentan contenerlas. La construcción social de la esperanza es luz contenida entre los barrotes de la normalización del desastre. En considerarlo irremediable.No es así. Enhorabuena y perdón por la demora.
*Profesor del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México mgil@colmex.mx
@ManuelGilAnton
Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/ya-mero-se-van/
Ciudad de México | Desinformémonos. La violencia en la que los grupos del crimen organizado mantienen sumergido a Chiapas es un escenario “tan cruento como el de cualquier otra guerra”, pues la población se enfrenta al control por las bandas delincuenciales, desplazamientos, desapariciones y reclutamientos forzados, asesinatos, torturas, cortes en los servicios básicos, “sin que el Estado intervenga para dar solución y proteger a las comunidades”, denunció el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba).
En un comunicado, manifestó su preocupación frente a la profundización de la violencia en la entidad que se registra de 2021, en el marco de la disputa criminal por el dominio del territorio. “Esta situación se caracteriza no sólo por la confrontación armada entre grupos delincuenciales, sino también por el intento de controlar, en un alto grado mediante estrategias de terror, la vida social, económica y política de las comunidades”, explicó el centro de derechos humanos.
Destacó como ejemplos del “dominio” del crimen organizado el control que los bandos de la delincuencia tienen sobre las asambleas y autoridades comunitarias para asegurar “el sometimiento poblacional a sus intereses y su hegemonía en cada espacio territorial”, y que “la resistencia a este dominio es castigada con asesinatos, desaparición o castigos físicos públicos”. De igual forma señaló las restricciones a la libre circulación y las “situaciones críticas” en las que “la estrategia de guerra aísla a comunidades al cortarles el suministro de agua potable y la energía eléctrica; alimentos escasean; escuelas, hospitales y otros servicios públicos no pueden operar de manera permanente porque no existen condiciones de seguridad para el personal; pobladores suelen quedar en medio de confrontaciones armadas, lo que causa terror y riesgo de muertes por fuego cruzado y desplazamientos masivos”.
Frente a ello, el Frayba reiteró la responsabilidad del gobierno de reconocer la grave dimensión de la violencia en Chiapas y romper los mecanismos de impunidad que la perpetúan, pues “al minimizar la situación se profundizan los impactos y afectaciones, además se obstaculiza el ejercicio pleno de derechos”.
A continuación el comunicado completo:
Durante 35 años el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) ha documentado y denunciado las diferentes violaciones a derechos humanos en Chiapas, así como las responsabilidades de cada gobierno en turno, acompañando a víctimas, familiares y procesos colectivos organizados. Nuestra lucha es por el respeto de los derechos humanos y la construcción de la paz en un territorio profundamente lacerado. Somos una organización independiente y ajena a cualquier movimiento político-electoral. Durante estas tres décadas y media conservamos el principio de caminar con y para los pueblos que luchan por su liberación, nuestro corazón está en el Chiapas de abajo.
Con preocupación, hemos constatado y visibilizado que, al menos desde junio de 2021, la situación de violencia se ha profundizado como un cáncer en nuestro estado, en el marco de la disputa criminal por el dominio del territorio. Esta situación se caracteriza no sólo por la confrontación armada entre grupos delincuenciales, sino también por el intento de controlar, en un alto grado mediante estrategias de terror, la vida social, económica y política de las comunidades. En consecuencia la población chiapaneca y en movilidad vive graves impactos, con énfasis en las regiones Frontera y Sierra, con una tendencia de expansión hacia otras regiones del estado.
Hemos fundamentado, a la par y en conjunto con otras voces, que la violencia en contra de la población civil en Chiapas no es un daño colateral, tiene como propósito el control social como uno de los principales pilares de la estrategia de guerra de los grupos de la Delincuencia Organizada, sin que el Estado intervenga para dar solución y proteger a las comunidades. Pobladores son objeto de violaciones graves a derechos humanos como desplazamientos, desapariciones y reclutamientos forzados; además de asesinatos; torturas; entre otros.[1]
Asambleas y autoridades comunitarias son controladas por bandos de la delincuencia que aseguran así el sometimiento poblacional a sus intereses y su hegemonía en cada espacio territorial. Comerciantes, transportistas y otros gremios son obligados a alinearse a “organizaciones” que se configuran como su brazo civil, así como a pagar “derecho de piso”. La resistencia a este dominio es castigada con asesinatos, desaparición o castigos físicos públicos.
Hay situaciones críticas en que la estrategia de guerra aísla a comunidades al cortarles el suministro de agua potable y la energía eléctrica; alimentos escasean; escuelas, hospitales y otros servicios públicos no pueden operar de manera permanente porque no existen condiciones de seguridad para el personal; pobladores suelen quedar en medio de confrontaciones armadas, lo que causa terror y riesgo de muertes por fuego cruzado y desplazamientos masivos. El escenario es tan cruento como el de cualquier otra guerra.
Este control territorial restringe la libre circulación. Los grupos delincuenciales instalan retenes a los que se obliga a asistir a la población. Las personas se enfrentan diariamente al terror de estos sistemas de vigilancia donde se les exige mostrar sus credenciales para identificar su lugar de procedencia. Se trata de focos rojos donde suelen ocurrir privaciones de la libertad, tortura y en el peor de los casos desapariciones y asesinatos. Las experiencias que vivieron reporteros, así como la candidata presidencial Claudia Sheimbaun, el pasado 22 de abril en Motozintla, son ejemplos claros de este tipo de controles carreteros.
Desafortunadamente, existen cifras negras incalculables. Solamente un mínimo porcentaje de casos es denunciado por el riesgo que ello implica y la desconfianza hacia las instituciones. Es necesario asumir que tanto el subregistro de los delitos y violaciones graves a derechos humanos, así como las diversas formas de control y múltiples violencias cotidianas que sufre la población, constituyen una problemática que no puede ser disminuida en su magnitud e importancia. Es deber del Estado garantizar mecanismos seguros y accesibles para la denuncia, registro y atención de las víctimas.
Frente a ello, el gobierno tiene la responsabilidad de reconocer la grave dimensión de la violencia en Chiapas y romper los mecanismos de impunidad que la perpetúan. Al minimizar la situación se profundizan los impactos y afectaciones, además se obstaculiza el ejercicio pleno de derechos. Invitamos al gobierno actual y el venidero a aproximarse a los pueblos que sufren esta realidad, así como a los actores de la sociedad civil que la palpamos al estar inmersos en ella, no para debatir sobre la existencia o niveles de la problemática, sino para construir rutas para una paz verdadera y sostenible.
[1] Para más información consultar el informe Asedio a la vida cotidiana terror para el control del territorio y graves violaciones a derechos humanos. Disponible en: https://grupotrabajofronterachiapas.org.mx/
Desde mi perspectiva la olimpiada es un concurso que a todas luces debería desaparecer…
La muestra más palpable de que al interior de la Secretaría de Educación Pública (SEP) se halla un sistema y una estructura totalmente anacrónica en tiempos “transformadores”, es lo que conocemos con el nombre de “Olimpiada del conocimiento infantil”. Un evento anual contrario a lo que impulsa la Nueva Escuela Mexicana (NEM) en sus principios y orientaciones pedagógicas, sobre todo cuando en éstos se establece que se debe priorizar la atención a poblaciones en desventaja (por condiciones económicas y sociales) con la finalidad de brindar los mismos estándares para garantizar las mismas oportunidades de aprendizaje a todos los mexicanos. Peor aún, cuando en estos mismos principios y orientaciones se señala que se debe promover el aprendizaje de excelencia, inclusivo, pluricultural, colaborativo y equitativo a lo largo del trayecto formativo del alumno, desde su nacimiento hasta que concluya sus estudios.Y lo más grave, que en estos mismos principios se refiera que la evaluación es un proceso y, como tal, debe construirse desde la práctica en el aula y con la participación conjunta de todos los actores de la escuela; evaluación “formativa” le llaman.
Una evaluación que hasta el hartazgo se ha dicho en los Consejos Técnicos Escolares (CTE) y Talleres de “formación” intensiva para docentes, que debe caracterizarse a partir de trabajar con el error de los estudiantes, con una estrategia didáctica que permita interpretar el sentido del error y acordar de manera conjunta una estrategia de acción. Por tanto, en reiteradas ocasiones en estos mismos Consejos y Talleres se ha dicho, que dicha evaluación no se trata de contabilizar las tareas que entrega el alumno, el número de asistencias, el porcentaje de requisitos que cubrió, NI EL NÚMERO DE EXÁMENES QUE APROBÓ; de lo que se trata es de juzgar si lo que hizo estuvo bien o no a partir de la comprensión de lo que no se ha hecho bien y plantear acciones para resolver, mejorar o profundizar un tema, proyecto o situación de la vida diaria, etc.
Visto lo anterior, ¿no acaso la olimpiada de conocimiento infantil es un evento mediante el cual se selecciona a un número determinado de estudiantes cuyos resultados fueron sobresalientes en un examen de conocimientos y, por tanto, es contrario a la visión que dice impulsar la NEM?
Si la memoria no me falla, esta olimpiada comenzó en la década de los sesenta con otro nombre (ruta de independencia), porque el “premio” que se les daba a los alumnos ganadores de este concurso, era un recorrido por ciertos lugares históricos que aludían a la independencia de nuestro país y culminaba con la visita al presidente de la república y al secretario de educación. Años después, ese nombre cambió por “viaje cultural” y, como se sabe, con Carlos Salinas de Gortari se modificó dos veces, primero como “Concurso nacional para el reconocimiento a la excelencia en el sexto grado de primaria” y después como “Olimpiada del conocimiento infantil”, mismo que hasta la fecha sigue vigente, así como también, la visita al ejecutivo federal y al secretario o secretaria de educación en turno; esto último ¿es evidencia de la vigencia de un “presidencialismo exacerbado” como en los mejores tiempo del priismo en el poder?
Y bueno, independientemente de que dicho concurso sea “voluntario” y que, a decir de la SEP, que ingenuamente piensa que se convoca a participar de esta manera a las alumnas y alumnos que cursan el sexto grado de primaria, la verdad de las cosas es que no siempre sucede de esta forma porque, en efecto, se ha hecho una tradición (o tal vez costumbre) que año con año los directores de las escuelas ya tengan en mente qué profesores tendrán ese grado escolar y, desde luego, que dichos profesores ya tengan pensado qué candidato o candidata participaría en este evento en cada una de las etapas que conforman la convocatoria.
Como podemos ver, este es un claro procedimiento de selección que, desde su origen en la SEP, excluye a los estudiantes que por diversas razones no puedan o pudieran participar, pero que tienen o tendrían toda la capacidad o intelecto para ello. ¡Vaya, estamos hablando de un concurso que inició en la década de los sesenta con López Mateos y Torres Bodet! En verdad: ¿a alguien no se le ha ocurrido preguntarse qué beneficios individuales o colectivos (comunitarios como le dicen en la NEM) aporta este tipo de eventos?
Es bien sabido que muchos estudiantes gozan de las condiciones externas (sociales, económicas, culturales, etc.) e internas (naturales o bilógicas) que favorecen su proceso de adquisición de aprendizajes, así como el que haya otros tantos que su proceso, por la razón que sea, los lleve a aprender a otro ritmo; sin embargo, ¿no acaso muchas veces se trabaja de manera especial con aquel alumno o alumna cuyas condiciones podrías ser catalogadas como “sobresalientes” con la finalidad de prepararlo para el examen de la olimpiada de conocimiento? De hecho, dicha preparación se realiza para que el niño pueda responder un examen; sí, así como se leyó: un examen. Luego entonces, después de salir avante en las diferentes etapas (con esa preparación referida) podría hacerse acreedor a esa visita presidencial que generaría cierto “status” personal, escolar, familiar, entre otros aspectos, que lo diferenciarían de los demás. Desde luego, en esta ecuación no habría que perder de vista, que el docente que tuvo a bien trabajar, en esa preparación, con este chico, gozaría de ese mismo “status diferenciador” solo por el simple hecho de que su alumno o alumna haya resultado ganador o ganadora.
Visto de esta forma, desde mi perspectiva la olimpiada es un concurso que a todas luces debería desaparecer o eliminarse en nuestro país porque, siguiendo con la lógica de la NEM, lo ideal es que TODOS LOS NIÑOS se desarrollen bien, que no hubiera diferencias y que todos alcanzaran un aprendizaje que le sea útil en su vida. Desafortunadamente pienso que esto no va a suceder, es decir, que dicho evento no desaparecerá, porque la SEP no tiene la menor idea de donde está parada. De hecho, si se revisan las bases de convocatoria para la olimpiada del conocimiento infantil 2024, podríamos cerciorarnos que estamos ante la mayor estupidez cometida en estos eventos: imagínese evaluar a los niños conforme a los contenidos y procesos de desarrollo de aprendizaje contenidos en los campos formativos de los programas sintéticos de la fase 5.
¿Por qué afirmo esto? Porque como se sabe, en este ciclo escolar se echó a andar los famosísimos programas analíticos, una estrategia de contextualización de contenidos nacionales con la enorme posibilidad de incorporar contenidos locales de acuerdo a las necesidades de las escuelas, mismos que se derivarían de las problemáticas identificadas por los docentes en el diagnóstico escolar realizado al inicio del ciclo escolar. En consecuencia, como se podría pensar, no habría dos programas analíticos iguales y, mucho menos, una secuencia por unidad, bloque, etcétera que lleve a los profesores a abordar los mismos contenidos a nivel local y nacional al mismo tiempo, porque si de algo se ha jactado la SEP a través de su secretaria: es que todos los docentes ya cuentan con una autonomía profesional y curricular que les ha permitido construir sus programas analíticos a partir de sus necesidades.
Pregunta obvia: ¿qué contenidos se van a considerar en esta olimpiada para elaborar un examen que debe ser estandarizado y por el cual todos los docentes y alumnos tuvieron que haberlos visto o abordado casi en el mismo tiempo en las escuelas pero que no lo hicieron porque sus directores y supervisores les exigieron un programa analítico fundamentado en sus problemáticas y necesidades? Entonces, ¿si hay o no hay autonomía profesional? ¡Ya no entiendo!
¡Qué falsos y huecos se escuchan los discursos y videos que la misma SEP envía en cada CTE y Taller intensivo de formación continua! De verdad: ¡qué falsos!
Con negritas:
Ante la polémica desatada en la red social X, por un material para la olimpiada del conocimiento 2024 que circuló y que se llegó a pensar que lo había elaborado la SEP con el propósito de apoyar en este proceso, la periodista Alma Paola Wong emitió un reportaje al respecto; en este se aclara que dicho material fue elaborado por la editorial MD y fue compartido a través de grupos de WhatsApp de profesores como un material “sugerido”. Se agradece la aclaración y, desde luego, sigo pensando que, ante los vacíos enormes de la SEP, las empresas privadas siguen haciendo su agosto.
¿No habría la posibilidad de que la SEP se reinventara para que acompañara sus propias políticas con hechos y no con palabras?
En una de tantas comunidades una niña de 8 años acude a casa de una amiga a jugar, lo ha hecho en varias ocasiones porque existe cierta relación entre sus mamás, acude porque se siente cuidada.
De un momento a otro, todo cambia y se transforma en un escenario donde la vida de una niña y su cuidado, se convierten en una mercancía de intercambio. Los adultos se desdibujan, se convierten en intermediarios, verdugos, feminicidas.
La comunidad al percatarse se transforma en masa, en decisión masiva, en administradora de violencia como recurso ante una letra de la ley e inoperancia de las autoridades. Demuele todo a su paso, daña vehículos, toma a una de las ofensoras y la priva de la vida a golpes, como una forma impotente de buscar una mínima sensación de reparación.
Los policías son colocados en un lugar desde el que hace tiempo se encuentran: distantes, sin capacidad de reacción y siendo testigos inmóviles, no hay espacio para protocolos o coordinación o lo mínimamente reactivo.
Todas las definiciones pierden el sentido: que si la seguridad ciudadana, la justicia o el tejido social. La violencia permea en el discurso, en la vida y desde hace tiempo toma la calle para practicarse.
El lugar importa, porque Guerrero es el significado de la penetración de la violencia estructural generada por las omisiones de las autoridades en las condiciones de vida de la población o suministrada como guerra sucia al disipar todo movimiento que buscara un cambio en la situación de las comunidades. Lo ocurrido en Taxco no es un simple linchamiento, es la comprobación del resultado.
La inacción del Estado y la falta de intervención oportuna de los riesgos que impiden el desarrollo humano de personas y comunidades, consolidan cimientos, lenguajes, vivencias en contra de las mismas personas.
Las comunidades se construyen desde los hilos de la violencia, muy probablemente porque hay un daño generalizado, no hablado, no reparado, lesionado y sin camino para ser reintegrado de otras maneras. El silencio también mata.
Los sistemas sociales, familiares y hasta religiosos, se ven reducidos y pulverizados, por lo evidente.
En la casa de la ofensora, ahora también muerta por los golpes de la masa de personas y la ausencia de intervención policial, se exhibía un moño negro que había sido colocado en 2019, porque su esposo había sido asesinado en 2019, ¿coincidencia o tejido social desde la violencia? (Mural, El Feminicidio de Camila ¿Qué fue lo que pasó?)
El feminicidio de Camila no es un llamado más o un incremento en la graduación de la emergencia humanitaria que vivimos, es la prueba de que cuando la impunidad no se combate y se dejan en el silencio los daños a miles de víctimas, se abona a la creación de un sistema real que habla y se refleja por sí mismo.
Es sólo un paso para abrir la puerta a medidas punitivas oportunistas de actores políticos o con poder, que levantan la mano con fuerza para convertirse en los nuevos administradores de la violencia, sin reglas, sin límites pero que no solucionan el fondo, porque con el tiempo, todas las personas seremos susceptibles de ser violentadas por ellos.
En momentos de mercancía electoral esto será una gran tentación de la que tenemos que estar pendientes.
El camino será doloroso y largo, las autoridades tendrán que hacer lo propio, pero como comunidad comencemos a hablar más de responsabilidades, encontremos espacios para hablar de los daños y buscar fortalezas para atender los riesgos y constituirnos en una verdadera comunidad de cuidados.
Ensanchemos las veredas en donde todavía fluye la vida y la esperanza porque sólo así saldremos del horror.
El nombre de Graciela Amador (o Gachita, como la conocieron sus más cercanos) comienza a surgir de entre las sombras del olvido. Poco a poco sus hechos van recuperándose y van desligándose de quien fue su marido, el pintor David Alfaro Siqueiros, brillando por méritos propios y ganándose un lugar en la historia de las mujeres en México.
Graciela nació en Villa de Cos, Zacatecas, el 5 de abril de 1891, hija de Josefa Sandoval y de Elías Amador, reconocido historiador zacatecano, liberal acérrimo y protestante. En su faceta académica, se le conoce por haber escrito el Bosquejo Histórico de Zacatecas, entre otras obras, mientras que, como militar, se sabe que formó parte de las fuerzas armadas del general Jesús González Ortega, llegando a obtener el grado de coronel. Fue encargado del periódico oficial y director del Departamento de Publicaciones del Museo Nacional, además de haber organizado la Biblioteca de Zacatecas y ser cofundador de la Academia Mexicana de la Historia. También fue presidente Municipal de Villa de Cos en 1880.
La numerosa familia de don Elías sufrió privaciones cuando se modificaron las condiciones políticas, y él, con su esposa Josefa, dos de los tres hijos de su primer matrimonio y 14 de los 22 del segundo (al menos se conocen seis de ellos) se mudaron primero a Aguascalientes y después, en 1917, a la ciudad de México. La joven Graciela estudió composición musical con las hermanas de Manuel M. Ponce, y con el mismo compositor cuando era aún muy niña, en Aguascalientes. En 1914 acompañó a sus hermanos varones, todos revolucionarios, en los trenes carrancistas, llegando hasta Veracruz. Esto la marcaría el resto de su vida: sus relatos de pasajeros en los trenes son de los más entrañables.
En la capital del país, la familia adoptó a quien sería el conocido periodista Jorge Piñó y Graciela lo cuidó como si fuera su hermano pequeño; a lo largo de su vida, el niño sería un acompañante fundamental para ella. Particularmente cuando su padre enfermó y posteriormente murió, en el mismo año 1917, dejando a la muchacha sumamente deprimida.
Aún presa de una severa depresión, Graciela conoció a David Alfaro Siqueiros, amigo de su hermano Octavio. Ambos eran oficiales carrancistas, formaban parte del Estado Mayor de Manuel M. Diéguez y habían estado juntos en muchas batallas.
Graciela era entonces una mujer de 27 años, deprimida por la muerte de su padre, culta, refinada, que creyó en los requiebros de quien en aquel entonces se llamaba José David, Pepe Alfaro o Alfarito. La familia de Graciela no estuvo de acuerdo con el romance, menos aún Octavio, quien conocía a Alfaro muy cercanamente. A pesar de la voluntad de su madre y de su hermano, Graciela se casó con Alfaro el 5 de agosto de 1918, 8 meses después de haberlo visto por primera vez.
No fue un matrimonio feliz, aunque la enamorada Graciela así quisiera creerlo: los celos irracionales y la vigilancia continua de Siqueiros fueron un factor muy importante de su infelicidad. De cualquier modo, los años y las experiencias que Gachita pasó con Siqueiros serían determinantes en su vida y no hay modo de desligarla de él. En esa época inició su carrera de escritora, publicando un relato en Revista de Revistas, por el cual ganó un premio de 50 pesos.
En 1919, Alfaro consiguió un cargo diplomático en Europa gracias a sus antiguas relaciones con el gobierno carrancista. La pareja vivió en Barcelona y después en París, donde se relacionaron cercanamente con Diego Rivera y su entonces pareja, Angelina, además de establecer relaciones con otros pintores y pensadores comunistas y anarquistas. En París, tanto Alfaro como Graciela, visitaron museos y se nutrieron de nuevas ideas. Mientras Alfaro se dedicaba a la pintura y a la política, Graciela adquirió conocimientos de nuevos ritmos musicales.
En 1921, la pareja regresó a México, porque Vasconcelos, ministro de Educación, había mandado llamar a los pintores y les había ofrecido muchos muros para pintar. Desde entonces no habrían de dejar la compañía de Diego Rivera, Amado Cueva, Clemente Orozco, Xavier Guerrero, Jean Charlot y otros. Para entonces, el pequeño Jorge Piñó vivía ya con ellos y era un ayudante de primer nivel de Alfaro.
Un año más tarde, en diciembre de 1922, ese grupo de pintores fundó el Sindicato de Obreros Técnicos, Pintores, Escultores y Grabadores Revolucionarios. Y su órgano de difusión fue la revista El Machete. A partir de entonces, Graciela tomó más relevancia. Ella inventó el lema de la revista: “El Machete sirve para cortar la caña, para abrir las veredas en los bosques umbríos, decapitar culebras, tronchar toda cizaña y humillar la soberbia de los ricos impíos”. Ella también realizó funciones secretariales y de administración de la revista y escribió numerosos artículos, cuentos y corridos que no firmaba con su nombre, sino solo D y G. En 1925, la publicación sería el órgano del Partido Comunista, al que Graciela también se afilió.
Ese mismo año, Graciela y David se trasladaron a Guadalajara, donde disfrutó de una mayor libertad y ambos realizaron activismo sindical en las minas de Hostotipaquillo. Graciela tenía a su cargo la educación política de las trabajadoras de las minas, las invitaba a hacer militancia comunista y a que convencieran a sus maridos para encabezar la vanguardia de la lucha a favor del proletariado. Para ello, Graciela formó centros revolucionarios de mujeres, quería hacer de ellas las mensajeras de la revolución social. El compañero fiel de Gachita fue Jorge Piñó, quien fundó la asociación de los Pioneros Rojos, para afiliar a los niños y adolescentes.
En medio de este movimiento revolucionario, en el que David, Graciela y Jorgito estaban involucrados fundando sindicatos y hasta una Federación Minera de Jalisco, se fundaron también periódicos adictos a la causa: El Martillo y El 130, ambos anticlericales rabiosos en plena Cristiada. En ellos, Graciela publicaría cuentos y corridos. La mayor parte de esa producción no está compilada adecuadamente. Sus relatos versan sobre personajes del pueblo que abordan los trenes y personifican las tragedias de la pobreza y el desamparo.
En 1928, Graciela y David viajaron a Moscú como delegados de la Confederación Obrera de Jalisco. Ella llevaba la representación de las agrupaciones femeninas jaliscienses y, en ese papel, dialogó con Clara Zetkin, lideresa comunista internacionalista y feminista. Su experiencia la explicó en un relato: “En la Rusia Soviet. La Casa del Obrero”. Ahí quiso ejemplificar cuáles eran las nuevas condiciones del pueblo ruso, después de la revolución. No solo escribió ese relato teatralizado: como parte de su experiencia, escribió más de 25 textos: relatos, teatro, dramas “socialistas”. Graciela hizo un largo recorrido por la entonces Unión Soviética y por las Casas para el Cuidado de la Infancia. Quiso hacer lo mismo en México para proteger a los hijos de activistas perseguidos.
Poco después de su regreso al país, Graciela rompió con Siqueiros, quien había establecido una relación con Blanca Luz Brum, poeta y activista a quien el pintor conoció en un congreso en Montevideo. La separación fue muy dolorosa para Graciela, quien además, había abandonado su militancia comunista, a raíz de los conflictos internos del partido y el asesinato de José Antonio Mella. Graciela inició a partir de entonces, labores de rescate de la música popular mexicana.
En 1930, Gachita se unió a otros artistas y fundaron una compañía de teatro guiñol, financiada por el gobierno de Lázaro Cárdenas. Creía en la función pedagógica del teatro de títeres, tanto que, para 1934, encabezó su propio grupo teatral que realizaba giras por diversos lugares del país e, incluso, California. En 1950, esas obras fueron de las pioneras en transmitirse por televisión.
Graciela Amador es una mujer aún poco conocida y su labor pedagógica a favor de las infancias trabajadoras, a través de educación informal con canciones y obras de teatro guiñol, ha sido apenas explorada. Varias investigadoras se han dado a esa tarea y su archivo actualmente se encuentra en proceso de clasificación en El Colegio de Michoacán.
Celia del Palacio * Pluma invitada. Escritora y académica, S.N.I. nivel 3. Actualmente adscrita al departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara. Coordinadora del Observatorio de Libertad de Expresión de la Universidad de Guadalajara. Doctora en historia, autora de varios libros académicos de historia de la prensa, periodismo y violencia en México e historia cultural. Autora de cinco novelas históricas y un libro de relatos sobre la participación de las mujeres en la historia de México. X: @celiadelp
Referencias
Alfaro Siqueiros, David. Me llamaban El Coronelazo. Ed. Grijalbo. México. 1986.
Amador, Graciela. “Mi vida con Siqueiros”. Revista Hoy. 1ª parte febrero de 1948, número 575, pp. 70-71 y 114. 2ª parte, marzo 1948, número 576, pp. 48-49 y 82. 3ª parte, marzo de 1948, número 577, Y 4ª y última parte, marzo de 1948, número 578.
Cuevas Tazzer, María de Lourdes. Por una sociedad más justa. Mujeres comunistas en México, 1919-1935. UAM-Iztapalapa, 2020.
Oikon, Verónica. “Desde las sombras. El Talento artístico y la militancia comunista de Graciela Amador”. Revista La Cuerda. https://lacuerda.gt/2020/07/28/desde-las-sombras-el-talento-artistico-y-la-militancia-comunista-de-graciela-amador/
Piñó, Jorge. 20 de febrero de 1953. “Mural de la Memoria. Carta a Baltasar Dromundo”. Revista de la Universidad. Pp- 31-42 https://www.revistadelauniversidad.mx/download/0a52657f-9791-48fd-a523-2401308fd9a5?filename=mural-de-la-memoria
Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/graciela-amador-escritora-revolucionaria-educadora-informal/
El primer debate presidencial coloca vagos elementos sobre las propuestas educativas de las candidatas punteras. Fuera de las fórmulas de marketing, apenas se dibujan los contrastes entre las dos perspectivas; se comprometen poco con la ciudadanía y casi nada con los maestros. No sólo es un tema de formatos acartonados, la misma ambigüedad se ha venido trazando en lo que va de la jornada política electoral.
En el documento “Hacia un programa de gobierno 2024-2030”, que el Frente Amplio encargó al ex secretario general de la OCDE José Ángel Gurría, con el fin de abanderar el proyecto nacional del bloque partidista de la derecha conformada por PRI-PAN-PRD, se pueden rastrear nociones generales, complementarias a lo planteado por Xóchitl Gálvez en el foro del INE.
Como punto de partida, rescato algunas ideas: mayor inversión a la educación de calidad; el vínculo de ambas (inversión/calidad) con la infraestructura tecnológica y los avances de la era digital, la robótica y la inteligencia artificial; habilidades y aprendizajes mínimos para atender las necesidades de innovación en la economía global y del emprendimiento; educación dual desde la secundaria que relacione los planes de estudio con la vida profesional; crear una agencia de evaluación del sistema educativo y sus componentes; apoyos para becas y programas de estudio basados en indicadores de evaluación, así como participación transversal de la iniciativa privada en los rubros de educación, ciencia y tecnología.
Difícilmente se negaría la necesidad de mayor inversión, pero si a ésta se le relaciona con el financiamiento indirecto de las escuelas privadas a través de un programa federal de becas que incluya escuelas particulares, o bien con un tipo de calidad educativa que depende de la adquisición de herramientas tecnológicas, dicho con mayor precisión, de tabletas digitales, entonces la candidata de Fuerza y Corazón por México está planteando mecanismos de privatización y no de fortalecimiento del sistema educativo público. Ahora, tan sólo contar con una ferretería técnica y digital en las escuelas o al alcance de los alumnos, además de anticipar un seguro fracaso que recuerda experiencias memorables como Enciclomedia, es un despropósito de los derechos humanos que se convierte en mera capacitación de habilidades laborales.
El proyecto de Xóchitl Gálvez se dirige a llamar la atención de los sectores del gran empresariado: la educación dual (léase escuela/ empresa o escuela/fábrica), el emprendimiento y las competencias para la economía global, suponen que el ser humano es básicamente un sujeto rentable y el crecimiento económico de la empresa es la prioridad; estas ideas, puestas en escena por intereses particulares como si fueran públicas, representan formas todavía más sutiles de privatización educativa.
Las propuestas de la coalición Sigamos Haciendo Historia se pueden ubicar en el “Proyecto de nación 2024-2030, segunda etapa de la Cuarta Transformación” y en “100 pasos para la transformación”. En esencia, ponderan la idea de profundizar la Nueva Escuela Mexicana y, como bandera electoral, las becas universales para educación básica, así como un programa nacional de creación y mejora de la infraestructura escolar, digital y de conectividad.
De inicio, puntualizo algunos elementos del proyecto de nación que me parecen de fundamental contraste respecto al presentado por la derecha electoral: eliminar las referencias a la “educación de excelencia” y, en contraposición, fomentar una “educación humanista que sustituya los valores del mercado… por valores universales”, fortalecer lo público e impulsar “un proceso sólidamente arraigado en las necesidades del desarrollo de las personas y de sus comunidades y regiones”, es decir, que lo público, las personas y sus territorios son la prioridad, no las empresas.
Al igual que Xóchitl Gálvez, en los 100 puntos de Sheinbaum se retoma el horario escolar extendido, pero agrega: “en el que los niños y niñas reciban educación física y artística; se brinden servicios de alimentación gratuita en las escuelas primarias; se cuente con programas de salud preventiva integral infantil (nutrición, sicológica, dental, exámenes de la vista, lentes gratuitos y prevención de adicciones)”. Se puede observar en los antecedentes de los programas de la Escuela de Tiempo Completo y La Escuela es Nuestra que la jornada pedagógica del horario ampliado sería posible de manera sustantiva, si se realiza con mayor personal que fomente una formación integral; de otra manera, esto sólo quedaría como una buena propuesta de enganchamiento electoral.
La candidata de Morena, PT y Partido Verde recurre a una narrativa poco comprometida con las demandas laborales que se han agitado en la izquierda magisterial; la principal y parte de las mesas de diálogo CNTE/AMLO es la abrogación del sistema de carrera, que desdibuja la organización sindical, antepone el principio individualista del mérito personal y crea un régimen excepcional por fuera del derecho al trabajo establecido en el artículo 123 de la Constitución. Tibiamente, en los 100 puntos, Claudia Sheinbaum propone la revisión de los procesos de admisión y promoción que administra la unidad del sistema de carrera docente, pero no de la legislación, donde radica la fuente de sus desigualdades laborales, salariales y profesionales.
Las propuestas de campaña no dejan de ser tácticas políticas de coyuntura y no tienen certeza a largo plazo; los maestros no olvidan que alguna vez se dijo: “De la mal llamada reforma educativa, no quedará ni una coma”. Claramente, no se cumplió.
Si los debates presidenciales son un espacio privilegiado para la discusión de las ideas, para la confrontación de proyectos y visiones sobre el futuro, el debate presidencial del domingo pasado dejó mucho que desear. El formato estableció como un tema prioritario a la educación, y las candidatas y el candidato fueron incapaces de formular prioridades e ideas precisas en ese sentido. Desde lo que escuchamos los ciudadanos, los partidos y sus candidatas y candidato carecen de un diagnóstico serio sobre la situación de la educación nacional, no tienen idea ni de los problemas estructurales que caracterizan a nuestras escuelas, ni de los desafíos que nos presenta la sociedad del conocimiento y los objetivos del milenio definidos por la ONU. Ni una mención a la cobertura ni a la calidad en la educación nacional.
En materia educativa no hubo una sola expresión autocrítica por parte de los aspirantes a la presidencia, ni observaciones críticas sobre las gestiones anteriores, ni sobre el devenir educativo durante el presente sexenio. Durante el debate, en términos de tiempo, el tema de la salud fue más relevante que el tema educativo.
Para los candidatos la educación pareciera un problema más que una oportunidad. Lo desconocen todo, confunden los niveles y las supuestas soluciones no son más que generalidades y expresiones de sentido común. No hay un horizonte de futuro en materia educativa y en su imaginario la educación es una nebulosa. No tienen idea del tamaño del sistema, desconocen sus problemas principales; nunca refirieron a lo establecido en las leyes ni al plan sectorial, ni al programa nacional de educación superior, por ejemplo.
Máynez, en la frivolidad, expuso alguna idea sugerente respecto a que la educación juegue un mejor papel en la distribución de las oportunidades sociales, y que debería haber más juego y diversión. Se sacó de la manga un número imaginario de un millón de estudiantes más en la educación superior.
A Xóchitl parece que la asesoró Nuño; mirando al pasado, sólo insistió en las escuelas de tiempo completo y las estancias infantiles. Por ahí se le ocurrió repartir tablets y establecer la enseñanza del inglés. Refirió al internet, a la robótica y a la inteligencia artificial sin mayor fundamento.
Sheimbaum, por su parte, privilegió una visión económica de la educación: sólo habló de repartir más becas. Refirió superficialmente a la Nueva Escuela Mexicana y dijo que habría que mejorarla. También refirió de manera reiterada a sus éxitos como jefa del gobierno de la CDMX y en materia educativa resaltó su experiencia con la Universidad de la Salud y la Universidad Rosario Castellanos y las puso como ejemplo de lo que hará a nivel nacional.
Algunas coincidencias fueron evidentes: los tres hablaron de la digitalización, de la capacitación magisterial y de la revaloración de los maestros, pero sin concretar nada; solo expresiones huecas de sentido común y generalidades. Puro rollo en búsqueda de votos.
También hubo ausencias muy significativas. Por ejemplo, sobre el financiamiento a la educación. Tampoco nadie habló sobre la necesaria rehabilitación de muchas escuelas.
Sobre la ciencia y la tecnología, todos coincidieron en que es importante, pero no formularon nada original ni que los comprometiera. Ni una referencia al posgrado, ni al Conahcyt, ni sobre el papel del conocimiento en el desarrollo social.
Para nadie es prioritaria la renovación del proyecto pedagógico, de las maneras de enseñar, ni de las formas de convivencia en el aula y las escuelas. Ninguno de los aspirantes a la presidencia imagina un sistema educativo moderno, con una educación activa y significativa. Nada hablaron sobre la calidad o la excelencia en educación. No tienen la menor idea sobre la reforma de género o la perspectiva de derechos humanos con que deberían actualizarse los programas de estudio. Nadie habló sobre el papel de la educación en la lucha contra el cambio climático o de su importancia para la protección y restauración ambiental. La vinculación, la transferencia de tecnología, la difusión cultural y artística fueron ignoradas.
Aunque refirieron a la digitalización como si fuera magia, las candidatas y el candidato lo ignoran todo sobre la actualización tecnológica de los planes y programas de estudio, indispensable para formar una ciudadanía activa en la cultura digital, para alentar nuevas formaciones profesionales, para ampliar el acceso al conocimiento y a los bienes culturales.
Nunca hablaron de la democracia en la escuela, ni del papel pedagógico que debe orientar a las escuelas para formar ciudadanos comprometidos con una cultura política democrática, ni mucho menos sobre la democratización de la vida interna de las escuelas y la indispensable participación magisterial y sobre todo estudiantil en la gestión, como parte de su experiencia escolar.
Ojalá y con el paso del tiempo el candidato y las candidatas puedan madurar una propuesta educativa que los diferencie y distinga. Por lo pronto, en materia de educación, sus propuestas fueron insuficientes, demagógicas e insustanciales. Sería deseable que los partidos promovieran propuestas fundadas en diagnósticos serios y no siguieran recurriendo a las ocurrencias y en insistir con proyectos fallidos que en poco abonan a las metas y necesidades nacionales.
Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/la-educacion-en-el-primer-debate-presidencial/
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