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EDUCAR PARA LA SUSTENTABILIDAD, ¿CONTINUAMOS EN LA UTOPÍA?

Por: Luis palacios ortega*

El concepto de desarrollo sustentable para el mundo quedó definido en 1987 en el reporte: “Nuestro futuro en común”, producto de los trabajos de una comisión especial de las Naciones Unidas para el tema, liderada por la primera ministra de Noruega Gro Harlem Bruntland, popularizando el concepto en prácticamente en todos los ámbitos. El desarrollo sustentable sería definido como el que “[…] satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades” (World Comisión on Environment and Development, 1987, pag. 41).

Podemos afirmar que esta definición es la base en la que se ha sustentado el discurso empresarial, académico o político acerca de la sustentabilidad, digamos que se ha convertido en un slogan publicitario para justificar la atención a la degradación ambiental, y si leemos bien, con su respectiva carga de contradicción: un espíritu ambientalista encadenado al desarrollo con base en una economía (en este caso neoliberal), que destruye ecosistemas en pro de procesos de producción (Orr, 2004), una buena idea pero poco operable. A esto tendríamos que agregar la soberbia de pensar que la especie humana es la medida de todas las cosas, que somos los únicos que tenemos necesidades y que podemos controlar la naturaleza sólo en nuestro beneficio. Reflexionamos un poco, las bacterias han ocupado aproximadamente el 80% del proceso de evolución de la tierra y los seres humanos el 0.000008696% de la misma, en ese pequeñísimo lapso de tiempo hemos logrado poner en peligro 4600 millones de años de evolución terrestre (Guillaumín, 2015).

 El término “sustentable”, que tiene su origen en la Roma antigua (Engelman, 2013), y que significa: “capaz de mantenerse en existencia sin interrupción o disminución”, ha sido sobre-utilizado por el sistema económico global (Capra, 2005), como gancho para que los consumidores se sientan orgullosos de comprar productos que “cuidan el medio ambiente”. En el ámbito académico se estudian cursos, incluso carreras “sustentables” mientras que adquirir “viviendas sustentables”, ropa, productos de belleza, de limpieza, enseres domésticos y demás satisfactores de necesidades creadas por el mercado, es resultado del hábil manejo de la mercadotecnia, la psicología y los medios de comunicación, que canalizan conceptos fundamentales como: orgánico, verde, ecológico, amigable con el medio ambiente, en una estrategia que se conoce como “greewashing” (Terrachoice, 2010, pág. 11).

Podríamos resumir esta situación citando a Leff (2009), quien menciona que:

La degradación ecológica del planeta aparece como la explosión de una verdad ontológica negada por la teoría económica. Con la crisis ambiental, la economía ya no enfrenta problemas de escasez relativa (aquella que era resuelta por el progreso tecnológico y la apertura de nuevos campos de explotación de la naturaleza), sino una escasez global, como efecto de los niveles de entropía generados a escala planetaria por el proceso económico: desforestación y pérdida de cobertura vegetal, contaminación del aire, agua y suelos, calentamiento global (págs.133-134).

Leff hace alusión a la entropía, concepto clave para la Segunda Ley de la termodinámica, es decir, la entropía es la energía excedente, desechable, producto de la acumulación de la energía residual en la transformación en procesos industriales, sólo por citar alguno, por lo que podríamos afirmar que nuestra civilización, a partir de la Revolución Industrial, es una civilización entrópica, cuyo ejemplo más sentido es el calentamiento global y sus efectos (Cazau, 1995, Raffino, 2020).

En este contexto, ¿en dónde se encuentra nuestra educación? Una respuesta contundente sería que es parte activa de la crisis global que estamos viviendo, ya que, a causa de las reformas educativas de los últimos 25 años: 1) Ha perdido la autonomía de decidir hacia dónde es necesario que vaya el proyecto educativo. Actualmente las autoridades piensan que los “expertos” deben indicar qué se debe hacer y cómo hacerlo. 2) La educación pública se ha ido privatizando sistemáticamente y estandarizado hacia cumplir con los requerimientos de la “sociedad del conocimiento”, para “competir y tener éxito en relación con los cambios económicos y políticos […] una sociedad que está bien educada y que se basa en el conocimiento de sus ciudadanos para impulsar la innovación, el espíritu empresarial y el dinamismo de su economía” (OEA, 2014, pág. 1), y 3) La educación se ha centrado en transmitir contenidos abstractos y generales, en presentar un mundo predeterminado, que pretende sembrar una sola idea globalizada de progreso y desarrollo, que promueve repetir palabras en vez de decir la palabra propia, contrario a lo que propuso Freire y que resulta muy actual.

Como resultante a lo anterior, ha habido una pérdida de importancia de la realidad local y regional mediante una creciente abstracción en los objetivos de la formación que se desvinculan de la vida de las personas en sus lugares. Esta situación se hace más evidente en las comunidades rurales y las zonas periféricas urbanas, por medio del proceso educativo estandarizado al que me he referido. De esta manera, a los niños y los jóvenes no se les provee de las habilidades cognitivas y prácticas que les permitan comprender su propia situación social, cultural, económica y ambiental y posibilitar así la transformación de sus realidades, fortaleciendo al mismo tiempo su sentido de identidad.

¿De qué manera los estudiantes están en posibilidades de comprender las situaciones y problemas de nuestros tiempos? ¿Cómo pueden los profesores impartir conocimientos que ayuden a los niños y jóvenes a entender las realidades de sus contextos locales/regionales, nacionales y globales en los están inmersos, si no se les provee de principios y habilidades que les permitan organizar las miríadas de informaciones a las que están expuestos cotidianamente? Es evidente que nada de esto será posible mientras los estudiantes estén enfrascados en la solución de los problemas que la misma educación crea. Se debe reconocer que la educación está siendo sometida a enormes pruebas y desafíos en un mundo que ya no puede ser pensado, mucho menos aprehendido, desde un esquema mental tradicional heredado del paradigma cartesiano y newtoniano (Guillaumín, 2006).

Un ejemplo de estas problemáticas lo señaló John Dewey (2011) hace más de 150 años, y no ha perdido vigencia:

Desde el punto de vista del niño, el gran desperdicio en la escuela proviene de su inhabilidad para utilizar las experiencias que obtiene fuera de la escuela de manera libre y completa. Mientras que, por otra parte, no puede aplicar en su vida cotidiana lo que está aprendiendo en la escuela. En eso consiste el autismo de la escuela: su separación de la vida. Cuando el niño entra al salón de clases, tiene que dejar afuera sus ideas, intereses y actividades que predominan en su casa y en su vecindario (pág. 46).

En este contexto han surgido áreas emergentes de la psicología, me refiero a la psicología ecológica, que afirma que la dinámica actual ha separado el mundo externo del mundo interno de las personas, reprimiendo nuestro “inconsciente ecológico”, es decir, nuestra conexión con la evolución en la tierra (Louv, 2008), recordemos que uno de los cambios más importantes que ha provocado el llamado “desarrollo” es haber “devorado” nuestros espacios vitales convirtiéndolos en basureros, edificios, estacionamientos, hemos vivido una  sobreexposición a la luz artificial, al aire “acondicionado”, etc. Nuestros niños y adolescentes han establecido relaciones sociales a través de los dispositivos y plataformas electrónicas existentes, lo que genera efectos nocivos por la radiación de los dispositivos y provoca sedentarismo. A partir de esto han surgido expresiones de patologías como “desorden por déficit de naturaleza” (nature-deficit disorder), que se refiere a los costos humanos producto del alejamiento físico y mental de la naturaleza, uso de los sentidos, enfermedades físicas y emocionales (Louv, 2088), y que se ha relacionado con desordenes como el trastorno por déficit de atención entre otros.

En resumen, continuamos en la utopía, pero, ¿cómo le entramos a educar para la sustentabilidad de forma consistente y con impacto visible en el medio ambiente? Llevamos décadas de retórica en relación al tema de la sustentabilidad y la educación, se ha incluido en cursos de formación docente, se llevan a cabo foros, seminarios, congresos pero, no se vislumbran avances, de hecho se han privilegiado un sinnúmero de competencias menos la ecológica y ha aumentado el deterioro ambiental al grado de que se ven cercanos problemas, por ejemplo, con el suministro del agua o la escases de alimentos de la llamada “canasta básica”.

Lo primero sería revisar una conceptualización de sustentabilidad que nos permita establecer líneas de formación, acción y atención a las problemáticas enunciadas en párrafos anteriores y que permita sentar las bases para ello. Retomo la conceptualización propuesta por el Dr. Arturo Guillaumín Tostado, académico de la Universidad Veracruzana:

Sustentabilidad es la cualidad emergente de un sistema autoorganizado que le permite de manera autónoma transformar y circular la materia y la energía del entorno local, para producir su propia organización y estructura con la mínima disipación posible de energía en calor, sin disminuir esa cualidad en otro sistema (Guillaumín, 2015, pág. 114).

Esta conceptualización implica el estudio de varios conceptos, en este momento quisiera clarificar uno que considero importante: emergente o emergencia es el resultado de la interacción entre los componentes  de un sistema y de ninguno de ellos en particular (Johnson, 2001), a partir de esto valdría la pena reflexionar acerca de si, como lo mencionaban Descartes y Newton, el todo es la suma de las partes, esto nos permite vislumbrar que la sustentabilidad es un fenómeno sistémico, no la produce un elemento del sistema, por lo que no pueden existir casas o autos sustentables (Guillaumín, 2015). La sustentabilidad implicaría una visión de eficiencia energética, como lo realizan los seres vivos con la capacidad endosomática, con la que cuentan, cuya diferencia es que los seres humanos contamos con medios externos para ello, los instrumentos exosomáticos (Georgescu-Roegen, 1971).

Reflexionando con mayor profundidad en la conceptualización, podríamos concluir que se hace necesario que la educación:

  • Se re-oriente hacia promover la autorregulación, la autoorganización, aprender del entorno y evolucionar.
  • Sus contenidos y procesos apunten hacia la recuperación y revaloración de ámbito local, ámbito trastocado por el enfoque globalizador.
  • Cuente con nuevos conocimientos científicos que no estén “secuestrados” por las corporaciones.
  • Incluya en sus planes de estudio conocimientos tradicionales provenientes de la observación y conocimiento profundo de la naturaleza y de los entornos locales y regionales.
  • Modifique el paradigma educativo hacia transformar el control en emergencia; la especialización y estandarización en diversidad (como la de los ecosistemas); la centralización en autoorganización y la subordinación en autonomía, lo que permitiría avanzar hacia cambiar la eficiencia costo/beneficio por eficiencia energética.

Lo segundo es ofrecer algunas pistas que pudieran ayudar al cambio paradigmático que he esbozado en este escrito, y que apuntarían a transitar de la utopía a la realidad. No es una receta, es una propuesta de trasladar una visión compleja de la realidad educativa-local-ecológica a ciertos principios orientadores, lo cual implica incorporar otras perspectivas como la Educación Basada en lo Local (Base place education) (Sobel, 2005), el eco-alfabetismo, propuesta de Frijot Capra (2002) y un currículum orgánico (Palacios, 2018). Los principios a los que me refiero son los siguientes:

a) La articulación de lo artificial a lo natural. Me refiero a encontrar las interacciones entre lo artificial (lo creado/construido por el hombre, nuestras infraestructuras) con lo natural y sus procesos, lo que permitiría entender que la naturaleza no necesita que la cuide el hombre, ella puede hacerlo sola.

b) El trabajo a pequeña escala. Se hace necesario transitar de un enfoque por competencias hacia una visión integradora y orgánica del currículum (contenidos, procesos, vigencia), el papel del docente y las actividades escolares hacia la transformación del entorno a pequeña escala, con lo que se tenga a la mano, encontrándole sentido a lo que hacen. El tránsito hacia entornos sustentables comienza en los entornos inmediatos que habitamos, por lo que un efecto positivo de esto sería el arraigo.

c) Orientar la educación hacia una visión integradora y transdisciplinaria. Ambos conceptos requieren acabar con la fragmentación disciplinaria que vivimos, es necesario el abordaje de las matemáticas, la ciencia, el lenguaje desde una comprensión de su relación con los fenómenos socio-naturales, observables, en términos simples, la complejidad abordada desde el pensamiento complejo.

Este es un panorama general y un esbozo de lo que, a mi juicio, pudieran ser las primeras pistas de hacia dónde orientar los esfuerzos educativos, no son las últimas ni las únicas, debemos abrirnos a las opciones para pasar de la utopía a la realidad, a las realidades…

REFERENCIAS

Capra, F. (2002), Las conexiones ocultas. Implicaciones sociales, medioambientales,

económicas y biológicas de una nueva visión del mundo, Editorial Anagrama, Barcelona.

Capra, F. (2005). Preface: “How nature systems the web of life” en Michael K. Stone y

Zenobia Barlow (eds.) Ecological literacy. Educating our children for sustainable world. San Francisco. Sierra Club Books.

Cazau, P. (1995). La teoría del caos. Recuperado de

http://www.uca.edu.sv/facultad/chn/c1170/Teoria%20del%20caos.pdf

Dewey, J. (2011). The school and society & the chid and the curriculum. Thousands Oaks. BN

Publishings.

Engelman, R. (2013). Beyond sustainabble, en The Worldwatch Intitute of the World 2013: “Is

sustainability still posible”, Washington. Island Press.

Georgescu-Roegen, N. (1971). The entropy and the economic process. Cambridge. Harvard

University Press.

Guillaumín, A. (2015). Contra el desarrollo. Textos universitarios. Universidad Veracruzana.

Xalapa, Veracruz, México

Johnson, S. (2011). Emergence. The connected lives of ants, brains, cities and software. New

York. Scribner.

Leff, E. (2009). Racionalidad ambiental. La reapropiación social de la naturaleza.

Louv, R. (2008). Last child in the Woods. Saving our children from nature déficit disorder.

Chapel Hill. Algonquin Books of Church Hill.

Organización de los Estados Americanos (OEA) (2014). Sociedad del conocimiento.

Recuperado de: www.oas.org/temas/sociedad_conocimiento.asp.

Orr, D. (2004), Earth in Mind. On education, environment, and the human prospect.

Island Press, Washington

Palacios, L. (2018). Hacia un currículum orgánico para la educación normal. Tesis Doctoral.

Universidad Popular Autónoma de Veracruz, México.

Raffino, M. (2020). «Entropía». Disponible en: https://concepto.de/entropia/. Consultado: 27

de octubre de 2020.

Sobel, D. (2005). Place-based Education: Connecting Classrooms & Communities. The

Orion Society. USA

Terrachoice. (2010). The sins of Greenwashing. Home and family edition. Recuperado de:

http://sinsofgreenwashing.com/index35c6.pdf

World Comisión on Environment and Development (1987). Our common future. New York.

Oxford University Press


Luis palacios ortega. *Académico de la BENV.

Fotografía: Responsabilidad social

Fuente de la información e imagen: https://insurgenciamagisterial.com/

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Los límites de la escuela

Por: Manuel Gil Antón

La decisión de cancelar a las Escuelas de Tiempo Completo, para concentrar los recursos en las labores de mejora de la infraestructura escolar, arguyendo que así hay más beneficios en la educación de la población vulnerable, ha sido –con razón– criticada. La idea posterior de otorgar recursos, directamente a las familias, para solventar el cese de las jornadas ampliadas es un error, pues ello no conduce a prolongar la permanencia de las niñas y niños en el ámbito escolar.

Esa fue la intención primaria de su existencia: la función expresa. Derivado de ella, como aspectos adicionales, los alimentos eran necesarios; la extensión temporal propició condiciones para que (sobre todo, pero no exclusivamente) muchas mujeres pudieran desarrollar un horario laboral completo y, también, otorgar ingresos adicionales, estímulos, al personal docente y administrativo involucrado.

Al desaparecer este programa, que cubría 27 mil escuelas y a 3.6 millones de aprendices, el efecto directo, de acuerdo con su orientación académica, es la merma en las condiciones para aprender. No hay que perder de vista que este es el daño principal de su suspensión. Es cierto, la calidad de la atención a las niñas y niños era variable, no siempre la mejor, pero eso conduce a su revisión cuidadosa, no a eliminarlo: en materia de educación no se deben escatimar recursos, máxime a quienes más lo requieren.

La alimentación y el hecho de hacer posibles periodos laborales más largos, condición sin la cual no se obtiene empleo en muchas actividades o se reduce el sueldo a devengar, así como los complementos en el ingreso del personal, son, además de lamentables consecuencias asociadas a la medida, un claro ejemplo de la inexistencia de un sistema organizado de cuidados (a la infancia vulnerable y su alimentación balanceada y, por dar otro ejemplo, a los adultos mayores que requieren apoyos constantes). Por el pronunciado e inequitativo sesgo de género en las relaciones sociales, esta carencia afecta más a las mujeres y limita su desarrollo.

En un sistema organizado de cuidados, coordinado por un Estado responsable, la escuela ha de formar parte, sin duda, pero no puede con todas las necesidades. ¿Las empresas no deberían contar con estancias infantiles, seguras y estimulantes, para atender a las criaturas de sus empleadas y empleados? ¿Acaso es innecesario asegurar a la infancia nacional una nutrición propicia para su desarrollo? Las actividades extracurriculares, ¿no debieran ser accesibles a todas las familias, de tal manera que, en lugar de descartar las jornadas ampliadas, se aumente el tiempo en todas las escuelas, dado que 4 horas y media son a todas luces insuficientes para llevar a buen puerto los planes y programas de estudio, y las actividades culturales, deportivas y artísticas cruciales en el desarrollo de las personas? ¿No es urgente que el magisterio cuente con ingresos salariales dignos, a partir del desempeño cabal de una actividad de trabajo continua, en lugar de tener dobles turnos?

Para resolver esa ausencia, la escuela, mucho mejor organizada, puede colaborar. Pero no basta: ya está recargada de funciones adicionales a su naturaleza propia. Está exhausta. Es necesario abrir el horizonte hacia la construcción de un sistema eficaz de compromiso social en los cuidados, coordinado por el Estado, basado en la equidad de género, la participación de distintos actores y la colocación de recursos públicos para ello. Por el bien de todas y todos, es necesario. Urge.

Fuente de la información: http://www.educacionfutura.org

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México: Con foro estatal, Cecytem impulsa la interculturalidad en sus planteles

Con foro estatal, Cecytem impulsa la interculturalidad en sus planteles

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- El Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Michoacán (Cecytem) atiende, en diez municipios, aproximadamente a más de 400 estudiantes de cuatro etnias indígenas que se forman bajo un esquema de educación integral, informó el director general Víctor Báez Ceja, como parte del Foro Estatal de Interculturalidad realizado por este subsistema.

Hidalgo, Maravatío, Susupuato, Zitácuaro, Aquila, Chinicuila, Pátzcuaro, Tzintzuntzan, Nahuatzen y Salvador Escalante son las demarcaciones donde se encuentran matriculados alumnos de pueblos otomí, mazahua, náhuatl y purépecha.

Destacó que para fortalecer los programas del Cecytem, se busca preservar las lenguas maternas con actividades extracurriculares en los planteles de Huecorio y Tzintzuntzan, así como en los centros educativos de Crescencio Morales y Colola, ubicados en las regiones Oriente y Sierra Costa del estado donde se habla el mazahua y náhuatl.

En su intervención, Yarabí Ávila González, secretaria de Educación en el estado, comentó que en Michoacán se reconoce por su riqueza cultural y este tipo de foros, en los que participan especialistas en la materia, son determinantes para implementar programas educativos acordes a las necesidades de cada región.

“En este foro vamos a hablar sobre la enseñanza de las lenguas originarias, la compresión de la forma de organización y autogobierno indígena, la ancianidad, la migración y diversidad sexual, temas oportunos en tiempos actuales donde tienen el punto de convergencia la pluralidad y el reconocimiento pleno de una nación intercultural”.

En el foro se compartieron experiencias de investigadores y académicos de la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Morelia- Universidad Nacional Autónoma de México; de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, el Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación, así como de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

Fuente de la Información: https://mimorelia.com/noticias/educacion/con-foro-estatal-cecytem-impulsa-la-interculturalidad-en-sus-planteles

 

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México: Nuevos derechos para los universitarios

Nuevos derechos para los universitarios

Miguel Casillas

Mucho ha avanzado el país con la promulgación de la Ley general de educación superior que impulsa la gratuidad y la ampliación del acceso a estos bienes culturales. También como resultado de esa Ley seguramente avanzaremos en la conformación de espacios libres de violencia, de igualdad entre géneros, de respeto y valoración de la diversidad.

La nueva Ley abre un horizonte promisorio de desarrollo para la educación superior, siempre y cuando, sus preceptos y objetivos se vuelvan una realidad. Ojalá y las políticas públicas que impulse el gobierno se orienten hacia estos objetivos y traten de diseñar estrategias y cursos de acción que superen la situación actual.

Sin embargo, no podemos abstraernos del presente y suponer que después de la pandemia no ha cambiado nada. Por el contrario, como resultado de los evidentes problemas, pero también de los avances y ventajas obtenidos, es que emerge una nueva agenda de derechos digitales para los universitarios que ayude a encuadrar el uso de las TIC en la educación superior con un sentido progresista.

Después de dos años de pandemia se amplió y masificó el uso de los recursos tecnológicos en la educación superior: las clases a la distancia y el uso de plataformas digitales para los seminarios, reuniones, congresos, presentaciones de avances, defensas de tesis y exámenes profesionales se volvieron familiares y parte de la vida cotidiana. Se fortalecieron los repositorios y se amplió la capacidad de acceso a libros y revistas en formato digital; desaparecieron las antologías en fotocopias y las bibliografías son accesibles de modo integral en formatos pdf. Además de los recursos convencionales, se amplió el acceso a conferencias, videos, tutoriales y una amplia gama de recursos educativos virtuales. Muchos profesores han preparado videos, ejercicios y actividades de aprendizaje para sus alumnos y los han subido a distintas plataformas. De manera cotidiana se aplican formularios electrónicos, se realizan evaluaciones y se aplican exámenes en formatos digitales, y de modo presencial, pero a la distancia a través de videoconferencias. Todos los profesores y estudiantes hemos dejado de compartir documentos en papel y utilizamos documentos y compartimos archivos digitales para tareas, ejercicios, avances de investigación y tesis. La comunicación cotidiana entre profesores, entre estudiantes, y entre profesores y estudiantes se realiza a través de dispositivos electrónicos y en plataformas y redes sociales. En cada clase hay un grupo de WhatsApp y se usa de modo frecuente Facebook como herramienta. Por su parte, la gestión y la administración se ha transformado, los procesos y procedimientos se han automatizado y luego digitalizado. En cuanto al gobierno hubo avances relativos a la apertura y publicidad de las sesiones de los órganos colegiados, a la transparencia y la ampliación de los espacios virtuales de participación de la comunidad en la gestión. Durante la pandemia, la divulgación y comunicación científica y académica sobrevivió y fue accesible sólo en los formatos electrónicos. La difusión cultural y las actividades artísticas adoptaron un formato digital.

Ya antes de la pandemia era evidente que en el contexto universitario actual es imposible sustraerse a tres dinámicas entrelazadas: el despliegue de la cultura digital, el uso masivo de dispositivos electrónicos, y la explosión de software disciplinario que experimentan los campos de conocimiento. Después de la pandemia es todavía más difícil sustraernos a esa dinámica y suponer que en el mundo habrá involución.

Precisamente en ese contexto, es que teniendo como fuente de inspiración la consulta a la ciudadanía que se desarrolla en España (https://www.lamoncloa.gob.es/presidente/actividades/Documents/2021/140721-Carta_Derechos_Digitales_RedEs.pdf) es que puede emerger un listado inicial de derechos digitales que habríamos de exigir los universitarios en México. En principio enunciamos al menos cuatro ejes principales:

Derechos de libertad. Derechos y libertades en el entorno digital, a la identidad, a la protección de datos, al pseudonimato, el derecho de la persona a no ser localizada y perfilada, el derecho a la ciberseguridad, garantizar la libertad de creación y el derecho de acceso a la cultura en el entorno digital

Derechos de igualdad. Derecho a la igualdad y a la no discriminación en el entorno digital, el derecho de acceso a Internet.

Derechos de participación en la vida universitaria. Derecho a la neutralidad de Internet, garantizar el derecho a la libertad de expresión y libertad de información, el derecho a recibir libremente información veraz, el derecho a la participación universitaria por medios digitales , el derecho a la educación digital, los derechos digitales de los universitarios en sus relaciones con la administración universitaria.

Derechos laborales. Derechos en el ámbito laboral de profesores y trabajadores

Habremos de precisar el contenido y el sentido específico de cada uno de estos derechos, pero en su conjunto expresan un horizonte de reivindicaciones que los universitarios podemos ir construyendo para trabajar en el entorno digital. Es ésta una tarea colectiva y un ejercicio que sólo puede integrarse con la más amplia participación de profesores y estudiantes.

Fuente de la Información: http://www.educacionfutura.org/nuevos-derechos-para-los-universitarios/

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México: desafíos y alternativas frente al retorno a clases

Por: Pedro Rendón

Académicas-investigadoras de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México dieron a conocer sus puntos de vista en torno a El estado de la educación pospandemia ante el retorno a clases: problemas, desafíos y alternativas, mesa de discusión que formó parte de las actividades de la 43 Feria Internacional del Libro (FIL) del Palacio de Minería.

En este conversatorio, moderado por la Dra. Mercedes Ruiz Muñoz, profesora del Departamento de Educación, tres docentes vertieron sus opiniones acerca de la situación que guarda la educación en México hoy en día, los grandes problemas y desafíos a atender en el contexto actual y las alternativas educativas que a futuro resultarían viables.

La Dra. Hilda Patiño Domínguez, directora del Departamento de Educación, consideró que esta crisis es una oportunidad para percatarse de que la escuela, además de ser un lugar para adquirir aprendizajes académicos, es un espacio de socialización e interacción. Por eso, el momento actual es oportuno para darle mayor importancia a las habilidades necesarias para el siglo XXI que ya se venían trabajando, muchas de las cuales son socioemocionales y socioafectivas.

En este tiempo en particular también se deberían: generar estructuras escolares e institucionales para brindar apoyo psicológico a estudiantes y docentes; generar acciones que permitan reconocer y dar atención a las vivencias y emociones aflictivas experimentadas y a las conductas de riesgo detectadas; e identificar y transformar los estímulos estresantes que inciden negativamente en el bienestar socioemocional, en la salud mental y, por supuesto, en el desempeño académico.

Asimismo, hay que priorizar los aprendizajes, decidir cuáles son verdadera y crucialmente importantes, y en ellos poner el empeño, porque hay un gran rezago en el conocimiento y futuro desarrollo de los niños y jóvenes que, probablemente, dejen de ser profesionistas en el futuro. “Si no nos apuramos a tomar medidas que impidan el rezago y la deserción escolar, vamos a tener repercusiones por muchos años más en nuestro país”.

A decir de la Mtra. Sylvia Schmelkes del Valle, investigadora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE), en esta crisis se está desaprovechando la oportunidad de repensar el sistema educativo. Y es que en este momento se debieran hacer priorizaciones en el currículum, es decir, poner más énfasis a las competencias fundacionales: la lectura, la escritura y las matemáticas, que son las que más se perdieron durante la pandemia, porque necesitan sistematicidad y la guía de un docente.

Hay que trabajar de manera más clara en busca de la equidad, porque resulta necesario priorizar la atención de las zonas que no fueron atendidas durante la pandemia -porque no llegaba la tecnología-; “ahí es en donde tendríamos que estar poniendo los mayores recursos, los mejores maestros”.

Como en la pandemia algunos niños tuvieron acceso a la tecnología y/o apoyo de sus familiares, y otros no; cuando regresen a la escuela los grupos van a ser sumamente heterogéneos. Es por eso que la maestra hizo un llamado a contar con una educación inclusiva que permita atender la diversidad, agrupar a las y los alumnos en función de lo que saben y acelerar su aprendizaje. Estas son las cosas que podrían estarse haciendo; lo que demanda apoyar a las y los docentes con material y con formación.

Igualmente, es necesario implementar políticas intersectoriales para revertir el abandono escolar. “Si hacemos todo eso, aprovechando la oportunidad de la pandemia, pues estaríamos logrando el sistema educativo que siempre hemos querido, un sistema equitativo, inclusivo, descentralizado, una escuela acogedora, cálida, un aprendizaje significativo y un sistema educativo que confía en sus maestros, pero que los apoya para que sean capaces de lograr los aprendizajes”.

Y para la Dra. Arcelia Martínez Bordón, docente del Departamento de Educación, el presente es el momento ideal para que las y los investigadores hagan valer su voz, por ejemplo, insistiendo en la necesidad de contar con ejercicios de evaluación sistemáticos y oportunos, pues hoy en día no hay evaluación educativa en México.

Ya no existe un órgano que esté haciendo esa evaluación -y con ella un ejercicio de rendición de cuentas a la sociedad- e incluso México ha dejado de participar en ejercicios de evaluación internacionales, como el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (el cual mide los logros de aprendizaje de estudiantes de sistemas educativos de América Latina y el Caribe).

Dicho esto, la doctora Martínez insistió en la necesidad de tomar la batuta desde la academia y la sociedad civil organizada en lo que se refiere a la generación de información, tomar decisiones de política con base en evidencia y hacer recuento de daños y trabajar en consecuencia.

Fuente de la información:  IBERO

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México: Un programa de formación para pequeños empresarios ayuda a prosperar a muchas mujeres

Maria del Carmen Escobar es psicóloga y especialista en Prevención de Violencia Familiar y fundadora de Conciencia Áurea, en dónde brinda servicios de consultoría personalizada en línea para personas que quieren realizarse. A través de su guía, acompañamiento y orientación psicoemocional, María del Carmen contribuye al empoderamiento de las mujeres mexicanas e incluso a la de las de América Latina.

La historia de Carmen empezó desde que era adolescente cuándo le llegó su menstruación y le surgieron miles de dudas sobre su cuerpo y su proceso de ser mujer, llenándose de inseguridades que estuvieron presentes varios años de su vida.

“El origen de mi idea de empresa surge de un vacío que quedó desatendido a nivel de mi propia historia personal y familiar. Cuando yo tenía 13 años, recibí por primera vez mi sangre menstrual. A mí, mi mamá ya me había explicado que eso le sucede a todas las mujeres. Aun así, el día que ocurrió mi primera menstruación sentí un vacío inexplicable, por lo que al pasar de los años yo me hacía preguntas al respecto, pues no podía dejar de sentir que estaba viviendo un proceso natural de forma contranatural”, dijo.

No fue hasta el 2015 que Carmen encontró las primeras respuestas a través de la Primera Cumbre Latinoamericana por una Cultura Menstrual, sobre el ciclo femenino que, a su parecer, abarca cuestiones culturales, psicoemocionales, energéticas, espirituales y físicas, “es decir, una comprensión holística sobre el ciclo femenino. Así que me convertí en investigadora de dicho tema en el Organismo de Investigación y Aplicación de Cosmosociología y como resultado creé mi Sagrado Sincronario Menstrual”, que después evolucionó dando paso a asesorías y estudios que la ayudaron a crear Conciencia Áurea.

Allí, ayudan a las personas a concienciarse de su realidad.

“Este es un tema que está muy descuidado en el desarrollo de las personas y que como consecuencia tienen muchos problemas en la salud emocional y en las relaciones sociales”.

De acuerdo con María del Carmen, hoy en día las personas están experimentando grandes niveles de estrés y sintomatologías como enfermedades físicas y emocionales; por ello, junto con Pablo Lema, Carmen imparte asesorías y guías a través de diversos ciclos.

Después de años de estudio y de mucho trabajo, María del Carmen escuchó en su comunidad la llegada de Balloon Latam, una empresa social que podía ayudarle a aterrizar su idea de emprendimiento. Sin dudarlo, inició con el programa de capacitación, y después de casi tres años continuó tomando varios talleres y capacitaciones, en dónde, además de aterrizar su negocio, se empoderó lo suficiente para reconocer que su trabajo valía y que de esa manera podía ayudar a otras mujeres.

Esa misma empresa le hizo una invitación a participar en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con sede en México, en la segunda emisión del proyecto llamado “Empodérate”. Gracias a la fuerza de su emprendimiento y al cumplimiento de todos los requerimientos, María del Carmen es un caso de éxito. Aprendió a consolidar su negocio a través del apoyo económico y académico que recibió por parte de los mentores del programa.

Participantes del programa de "Empodérate" del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

PNUD México
Participantes del programa de «Empodérate» del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Empodérate

El PNUD tiene como prioridad contribuir a que las personas de comunidades en situación de vulnerabilidad cuenten con capacidades para acceder a más y mejores oportunidades para participar en actividades económicas que incrementen sus ingresos de manera sostenible, y así contribuir a la Agenda 2030.

Mariana Villasuso, coordinadora de Proyecto, Unidad de Desarrollo Social y Económico del Programa, habló con Noticias ONU sobre cómo este programa logra atacar cinco Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030: el número 8 que busca lograr trabajo decente y un crecimiento económico; el 10, que trata temas de reducción de desigualdades; el 11 que busca crear ciudades y comunidades sostenibles; y el 5 que aborda la cuestión de la igualdad de género.

“Hacemos desarrollo económico incluyente, que es trabajar con el sector privado en todos sus sentidos, para que en su enfoque tengan esa transvaloración de desarrollo sostenible y el enfoque de la Agenda 2030. También hacemos evaluaciones, implementación para que la política social llegue a dónde tenga que llegar. También trabajamos con poblaciones que han sido tradicionalmente excluidas para hacerlas crecer, y por último hacemos desarrollo económico incluyente”, explicó.

Este proyecto, que se desarrolló durante la pandemia para hacer frente a las repercusiones que está dejando, busca contribuir a que muchas personas en México tengan mejores oportunidades e ingresos a través de sus empresas o negocios.

“Muchísimos jóvenes se quedaron sin trabajo, entonces creemos que el emprendimiento es un motor de inclusión financiera y un motor para ellos y ellas”, indicó Mariana.

Empodérate” tiene como público objetivo empresarios que cuenten con capacidades para lanzar y hacer crecer sus proyectos productivos y que tengan a la vez un impacto socio ambiental, a través de una capacitación integral para el desarrollo de Planes de Negocio alineados a la Agenda 2030.

En su segunda edición, el programa tuvo que ser de manera virtual, lo que les trajo un crecimiento en el número de participantes, pudiendo llegar a más lugares, como Puebla, el Estado de México, Hidalgo, Guerrero, Morelos, Tlaxcala y Veracruz, y logrando empoderar a más de 100 personas a lo largo de dos años.

El programa “Empodérate” está dividido en cuatro componentes: capacitación, mentoría personalizada, otorgación de capital semilla y vinculación comercial. El gran componente de esta segunda edición fue la alfabetización digital que permite mejorar la resiliencia de los emprendimientos en esta era postcovid.

En total participaron 70 negocios, de estos el 80% fueron liderados por mujeres que rebasan los 70 años de edad, por lo que el componente digital fue de suma importancia para ellas.

“Normalmente las mujeres han sido tradicionalmente excluidas de liderar pequeñas y medianas empresas. La buena noticia es que en este caso ocho de cada diez empresas estuvieron lideradas por mujeres, lo que hizo que se incrementaran sus metas y claro, que mejorara su situación económica”, agrega Mariana.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo no sólo imparte la formación, sino que también da un seguimiento puntual al negocio o emprendimiento para revisar el uso que se está haciendo.

María del Carmen pudo aprovechar tanto la capacitación, como el capital semilla, con el que pudo comprar un equipo más profesional para impartir las clases en línea. De igual forma, María del Carmen, tiene una mentora que sigue cada uno de sus pasos para poder darle la certeza de que su emprendimiento obtenga un buen resultado.

El caso de María del Carmen es uno de muchos que han logrado empoderarse con este tipo de programas que les ofrece las herramientas necesarias para iniciar o crecer una idea de emprendimiento, que además de aportarles a su economía, también contribuyen al crecimiento económico de su comunidad.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2022/03/1504612

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Normalismo rural y ecologismo de los pobres

Por: Luis Hernández Navarro

Durante tres días de 1980, dos maestros rurales de Misantla, Veracruz, recorren la ciudad y sus alrededores narrando su historia y describiendo sus problemas. Más allá del infame cacicazgo, el agua potable es –dicen– escasa y de pésima calidad. Y la única carretera por la que se puede llegar o salir, comunica (es un decir) con Martínez de la Torre y está destrozada.

Los profesores Gregorio Roque Garay, que estudió en las normales rurales de El Mexe, y en la de Misantla y Perote, y Alejandro Garrido Molina, Cuco, egresado de El Mexe, explican cómo se formó la Coordinadora de Asambleas Populares, un consejo ciudadano de lucha para exigir la solución de estas broncas. Antes, Roque había impulsado la formación de la Unión de Ejidos de Misantla. En la coordinadora participan también otros maestros, como Norberto Fernández Galicia, egresado de la normal rural de Xocoyucán, Tlaxcala (desparecida por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz).

Previamente, la movilización popular había cosechado triunfos. Por ejemplo, en 1969-70 logró impedir que la compañía Citrofrut, en Martínez de la Torre, cruzara sus tuberías por el municipio de Misantla, contaminando tierras y aguas.

La jornada termina con un almuerzo a la orilla el río. Allí preparan un suculento caldo de camarón y pequeños pescados. Roque, Cuco y el resto de los anfitriones, lamentan que son cada vez más escasos y es difícil atraparlos. Hacen responsable de la desaparición de la fauna acuática a la contaminación de las aguas provocada por los deshechos que el ingenio Independencia lanza al cauce, y a los fertilizantes químicos con que se abonan cañaverales y cafetos. Durante los próximos años, su lucha buscará poner fin a esta lacra. Más de cuatro décadas después de aquel encuentro, las reivindicaciones por la justicia ambiental de los maestros rurales siguen vivas.

No es inusual que normalistas rurales impulsen luchas contra la devastación ambiental. Hay una larga tradición de este tipo de iniciativas. Organizan a pueblos y comunidades para enfrentar talamontes; cuidan el agua de ríos, lagos y manantiales; buscan expulsar basureros y rechazan megaproyectos. Los ejemplos abundan. La biografía del profe Gregorio muestra cómo maestros rurales se transforman en promotores de la justicia ambiental.

Roque nació en Chapulhuacán, en la Huasteca hidalguense. Huérfano de padre a muy temprana edad, trabajó en el campo para apoyar a su madre. Comenzó a estudiar la primaria a los 10 años. Seis años después, por influencia de sus maestros, egresados de la Normal Rural de El Mexe (https://bit.ly/36rc2Pr), entró a esa escuela a cursar la secundaria y el magisterio. El internado, con cama, alimentos y material escolar gratuitos, le permitió seguir sus estudios.

El profesor José Santos Valdés era, desde 1955, director de la normal (https://bit.ly/3LhzfCj). Sostenía que educar es promover la formación humana; es integrar una personalidad con base en conocimientos, habilidades, pero sobre todo, es transmitir valores que tienen que convertirse en normas de conducta, de trabajo personal. Según él, el arquetipo de maestro es, a un tiempo, un luchador social con ideas firmes, incorruptible, un gran educador. Su relación con la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México fue tan cercana, que redactó sus primeros estatutos.

Gregorio se formó política e ideológicamente con la federación. Siempre ha estado orgulloso de su militancia allí. Entabló una estrecha relación con Santos Valdés, tanto así que, cuando en la escuela un grupo se opuso al director, exigiendo su salida por, supuestamente, dividir a la organización, él jaló con el lagunero. El pulso lo ganaron los opositores y el autor de Amelia y unos 60 muchachos salieron de esa normal. Los estudiantes fueron reubicados en la de Misantla, que luego se trasladó a Perote. Allí Roque participó en una huelga.

Durante años militante de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria , Roque ha sido profesor de excelencia comprometido con sus alumnos, formidable organizador campesino, incansable ecologista de los pobres y relevante dirigente magisterial democrático. Su papel, primero en la Comisión Nacional de Maestros Coordinadores de Telesecundarias, y después en la fundación de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Veracruz, fue medular.

Gracias a la labor del profe Gregorio, en 2008 un decreto presidencial reconoció el Área Natural Protegida, Cerro de Espaldilla. Y, en 2014, se decretó la Reserva Natural Protegida del Cerro del Algodón, enclave fundamental de la generación de agua para el municipio. En dos ocasiones, (2001-04 y 2011-13), fue director de Ecología y Medio Ambiente de Misantla.

Fiel a sus orígenes de normalista rural, jubilado y delicado de salud, el profesor sostiene que “las escuelas normales rurales forjan una gran conciencia social, a la vez que preparan a excelentes educadores, lo que las convierte en instituciones vitales para preservar la soberanía nacional”.

Continuador del legado de José Santos Valdés, la vida y trayectoria del maestro rural Gregorio Roque Garay muestran que, en México, el ecologismo de los pobres ha defendido desde hace décadas los recursos ambientales comunitarios frente a la voracidad de consorcios, empresarios y políticos.

Fuente de la información: https://www.jornada.com.mx

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