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Prohibieron «Cien años de soledad» junto a otros 4.000 libros en EEUU

La prohibición fue evidenciada por un informe sobre la libertad de expresión. La decisión abarcó al menos 45 estados del país norteamericano.

Cien años de soledad fue prohibido en EEUU. 

«Cien años de soledad» fue prohibido en EEUU.

Un informe reciente de una organización dedicada a la defensa de la libertad de expresión, reveló que 4.000 libros fueron prohibidos en 87 distritos escolares de Estados Unidos, entre ellos «Cien años de soledad» de Gabriel García MárquezEn el escrito, también denunció una «expansión sin precedentes de la censura literaria» en el sistema educativo público.

La prohibición tuvo lugar durante el ciclo escolar 2024-2025, consolidando una tendencia que crece desde hace tres años y que pone en riesgo el acceso a la lectura en las aulas.

El estudio de PEN America, titulado “La normalización de la prohibición de libros”, registró 6.870 casos de censura en todo el país, un número que, según sus autores, “nunca antes han visto los estadounidenses una cifra semejante en su historia”.

La entidad advirtió que se implementó un modelo de control sistemático que afecta tanto a los materiales literarios como a la estructura educativa pública en su conjunto.

Una política de Estados Unidos

Desde 2021, PEN America contabilizó 22.810 acciones de prohibición en 45 estados, que abarcan desde restricciones totales hasta limitaciones por edad o requerimientos de permisos especiales.

Entre los libros afectados se encuentran clásicos de la literatura mundial como “Cien años de soledad” y “El amor en los tiempos del cólera”, de Gabriel García Márquez, retirados de circulación en distintos condados. Estas obras del Nobel colombiano se suman a una larga lista de títulos señalados por su contenido sobre identidad, diversidad o crítica social.

Dos obras características de Gabriel García Márquez entran en la prohibición.

Dos obras características de Gabriel García Márquez entran en la prohibición.

Los estados con mayor cantidad de prohibiciones son Florida, con 2.304 casos, seguida por TexasTennessee y Pensilvania. El informe también alerta que otros como Michigan y Minnesota podrían replicar estas medidas en el corto plazo.

PEN America atribuye esta oleada a la presión de grupos conservadores que promovieron una estrategia coordinada para restringir el acceso a materiales relacionados con raza, género, diversidad e historia reciente. “Han explotado los miedos y las ansiedades de los padres para ejercer control ideológico sobre la educación pública en todo Estados Unidos mediante tácticas consistentes y coordinadas”, denuncia el documento.

Ejemplos de censura y métodos aplicados

El informe destaca como caso emblemático el del estado de Tennessee, donde fueron retiradas de los programas escolares obras como “Fahrenheit 451”, de Ray Bradbury, y una adaptación gráfica del Diario de Ana Frank. Según los investigadores, estas decisiones “no respondieron a criterios pedagógicos”, sino a intentos de imponer una visión ideológica sobre los contenidos educativos.

En este marco, durante el último año, PEN America identificó tres tipos principales de restricciones, desde prohibiciones totales, que eliminan los libros de bibliotecas y aulas, a limitaciones por edad o grado escolar. También detectaron libros sujetos a revisión o con requisitos de acceso especial.

Incluso el gobierno federal intervino en algunos casos: casi 600 libros fueron retirados de escuelas bajo administración del Departamento de Defensa, en cumplimiento de directrices internas vinculadas a temas de diversidad, inclusión y equidad.

Autores y obras bajo la mira

La ofensiva abarca a escritores de renombre internacional como Isabel AllendeStephen KingSara J. MaasEllen HopkinsAtsushi Ohkubo y Elena K. Arnold. En el caso de Allende, su novela “La casa de los espíritus” figura entre los títulos eliminados.

El informe advierte que esta práctica genera daños económicos y emocionales tanto para los autores como para las editoriales, y en algunos casos la censura de una sola obra derivó en la exclusión completa de toda la producción del escritor, fenómeno que el estudio define como una “Letra Escarlata”.

Una proporción significativa de las prohibiciones se concentró en textos que abordan temas LGBTI+, señalados como “sexualmente explícitos” por las autoridades o los grupos que impulsaron las denuncias. También fueron retiradas obras que tratan sobre justicia racial, migración, violencia sexual y memoria histórica, calificadas como “inapropiadas” para estudiantes.

El impacto en la educación

La definición de censura adoptada por PEN America abarca cualquier medida que limite el acceso estudiantil a un libro por su contenido. Según el informe, la práctica afecta no solo al ámbito literario, sino también a otros recursos pedagógicos, como manuales escolares, ferias del libro y programas educativos.

En varios distritos, la censura derivó en cancelación de eventosrestricciones a donaciones literarias y revisión de contenidos curriculares. De esta manera, el fenómeno comenzó a alterar la vida académica y cultural de miles de escuelas públicas.

La organización concluye que esta tendencia amenaza uno de los pilares de la educación estadounidense: el libre acceso al conocimiento. En palabras del informe, “la censura dejó de ser una reacción aislada para convertirse en una política estructural, organizada y persistente”, una advertencia que encendió la alarma en el mundo literario y académico.

https://www.ambito.com/mundo/prohibieron-cien-anos-soledad-junto-otros-4000-libros-eeuu-n6203086#

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México: Marchan más de 5 mil docentes por la abrogación de la Ley del Issste

Laura Poy
Periódico La Jornada

Más de 5 mil docentes de Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Morelos adscritos a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) marcharon ayer por calles, plazas, avenidas y carreteras durante un paro de 24 horas, parte de su Jornada Nacional de Lucha para exigir la abrogación de la Ley del Issste 2007 y la reanudación inmediata de la mesa de diálogo con la presidenta Claudia Sheinbaum.

Las acciones se encaminan al paro nacional de 48 horas que se prevé para noviembre próximo. Dirigentes de la CNTE informaron que a fines de este mes se convocó a una Asamblea Nacional Representativa en Oaxaca para definir un nuevo plan de acción.

Cerca de 4 mil profesores de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg) protestaron en el Congreso local, en Chilpancingo, bloquearon los cuatro carriles de la Autopista del Sol México-Acapulco, y en el puerto turístico cerraron un sentido de la Costera Miguel Alemán, frente a la delegación del Issste.

Elvira Veleces, secretaria general de la Ceteg, señaló: “Volvemos a las calles porque no hay un compromiso serio para atender nuestras demandas, tanto en la entidad como en el país”.

Si bien, indicó, la Ceteg ha tenido una mesa tripartita, “no se ha concretado una reunión con el titular de Educación Pública, Mario Delgado, y aunque se nos prometió que habría atención a demandas concretas, como garantizar la compensación a maestros en escuelas indígenas en contextos de alta marginación, aún quedan muchos pendientes; a nivel nacional, reiteramos que no vamos a dejar de luchar por la abrogración de la Ley del Issste 2007”.

En Oaxaca, miles de maestros de la sección 22 bloquearon carreteras, entre ellas el crucero del aeropuerto internacional de Santa Cruz Xoxocotlán, en la federal 175 Oaxaca-Puerto Escondido.

También ocuparon la Terminal de Almacenamiento y Despacho de Petróleos Mexicanos en el municipio de Santa María El Tule, se apoderaron de casetas de peaje como la de la autopista a la Ciudad de México en el tramo Oaxaca-Cuacnopalan, donde permiten el libre tránsito.

En Chiapas, miembros de la sección 7 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), perteneciente a la CNTE, bloquearon las entradas y salidas poniente y oriente de Tuxtla Gutiérrez. El dirigente, Isael González Vázquez, dijo que “es urgente reanudar la mesa entre la Presidenta y la Comisión Nacional Unica de Negociación porque ahí están las demandas sin resolver”.

En Morelos, demandaron además el desmantelamiento de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros pues quedó demostrado que existe corrupción entre las autoridades del Instituto de Educación Básica del Estado de Morelos.

(Con información de Sergio Ocampo, Héctor Briseño, Jorge A. Pérez, Elio Henríquez y Rubicela Morelos, corresponsales )

https://www.jornada.com.mx/2025/10/18/politica/009n1pol

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Impulsa colectivo de mujeres fortalecimiento de la cultura con infancias zapotecas

Por: Diana Manzo

Oaxaca, Oaxaca. La Colectiva “Una Mano para Oaxaca” (UMPO), a través del taller “Plantar nuestros ombligos”, impartido por la bióloga Guie’ Ballesteros, compartió con infancias zapotecas el reconocimiento de las plantas tradicionales.

Guie’ Ballesteros es bióloga y se dedica a la divulgación y diseño de prácticas regenerativas. Con las niñas y niños que asisten al taller de zapoteco, compartió sus saberes para combinar la vida biológica de las plantas y la lengua materna de esta comunidad.

 

En entrevista, expresó que impartir el taller ”Plantar nuestros ombligos” contribuye al desarrollo social y comunitario, pero sobre todo al diseño de prácticas regenerativas. Guie’ y las y los niños recorrieron calles, se metieron al monte y a través de la localización de árboles endémicos reconocieron la importancia de la vida biológica de su comunidad.

Durante cuatro días, las y los integrantes del taller, acompañados de su maestra Isabel Rasgado, detectaron árboles representativos como el biongo, el guesa, el biaadxi y el guie’chachi, que representan los cuatro puntos cardinales de los binnizá, además de otras plantas como el bilumbu y el huanacaztle.

La maestra Isabel Rasgado, quien desde hace un año trabaja para impulsar y revalorizar el diidxazá, recalcó que el taller sirvió para conectar a las niñas y niños con la naturaleza y con las plantas endémicas de su comunidad.

 

Expresó que fueron cuatro días de aprendizaje, de recorrer cada uno de los espacios y reconocer y localizar las plantas, que después se nombraron en diidxazá.

“El Taller «Plantar nuestros ombligos» me pareció interesante porque desde siempre les he llevado a conocer lo nuestro, y ahora que fueron cuatro días, aprendieron aún más. Estoy contenta por este logro”, comentó.

La maestra Isabel celebró la colaboración con UMPO

Las mujeres de UMPO, explicó la profesora, “lanzaron una convocatoria para trabajar con infancias y jóvenes en Unión Hidalgo, como parte de su trabajo de creación de redes y fortalecimiento comunitario. Nos compartieron mucha información, que ahora nos servirá para seguir fortaleciendo nuestra lengua”.

Una Mano para Oaxaca es una organización zapoteca que busca ser una alternativa para recrear y apropiarse de los espacios públicos, así como para generar condiciones de vida más justas y adaptadas a las necesidades de las mujeres y las infancias.

 

Fuente de la información e imagen:  https://desinformemonos.org
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El 68 y los 43: el hilo indeleble de la impunidad

Desde la masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968, al 26 y 27 de septiembre de 2014 con la desaparición de 43 estudiantes normalistas y 3 de sus compañeros asesinados, la tónica gubernamental es la misma: No hay verdad ni justicia. La alternancia política mantiene intocado el hilo indeleble de la impunidad. Los gobiernos conservadores y progresistas no han marcado su distancia ni han demostrado que son diferentes: protegen a los autores intelectuales y materiales de las graves violaciones a los derechos humanos que arrastran una enorme cauda de personas desaparecidas, ejecutadas, torturadas, desplazadas, encarceladas en instalaciones militares y arrojadas al mar.

Los múltiples agravios que han dejado una honda huella en nuestro país nos remiten a períodos siniestros gobernados por presidentes de la república que se asumieron como los jefes supremos de la represión. Manuel Ávila Camacho firmó un decreto en el que suspendió las garantías individuales en el marco de la conflagración mundial. Desde entonces se desencadenaron violentas represiones por parte del régimen priista contra sindicatos de salud, contra los movimientos mineros en 1951, la represión encarnizada contra el Movimiento Revolucionario Magisterial y el combativo movimiento ferrocarrilero.

En Guerrero, Raúl Caballero Aburto reprimió al movimiento estudiantil y social de 1960, dejando un saldo de 19 asesinados, 37 heridos y la detención de más de 400 manifestantes. El 18 de mayo de 1967 se consuma la matanza en Atoyac y el 20 de agosto la matanza de los copreros en Acapulco. La escalada represiva se expandió en todo el país. El 2 de octubre de 1968 se da el “genocidio” en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.

En opinión de Félix Hernández Gamundi, ex líder estudiantil, el movimiento de 1968 inició el proceso de ruptura con el viejo régimen encabezado por los neo priistas y tiene un halo que ha durado décadas. La orientación del pliego petitorio fue capaz de detonar un proceso de pensamiento político nuevo en el país. Desde el fin de la segunda guerra mundial, de 1945 y 1968 el gobierno mexicano se había hecho cada vez más autoritario y represor contra el movimiento campesino, obrero, estudiantil, contra los médicos, ingenieros, trabajadores petroleros, telegrafistas.

A pesar de que el 68 se considera un movimiento estudiantil, sus demandas son sociales y políticas que atañen a todo el país como la libertad de todos los presos políticos; la reforma del código penal federal para eliminar instrumentos persecutorios contra la disidencia política; la renuncia de los jefes policiacos y la desaparición de los granaderos, que eran el cuerpo represor por antonomasia en la Ciudad de México.

En la masacre de Tlatelolco el ejército interviene exactamente en el momento en que van arribando al mitin del 2 de octubre los contingentes de los ferrocarrileros, petroleros, sindicato mexicano de electricistas, metalúrgicos, transportistas, entre otros. La represión estaba orquestada por el Estado, solo faltaba la bengala para aplastar la movilización popular independiente.

Félix vivió el crimen de Estado. Ese día junto con sus compañeros era parte de la comisión de la organización del mitin. Como estudiante de ingeniería poco a poco se fue sumergiendo en las actividades de protesta porque era la única manera de luchar contra la barbarie del gobierno autoritario. Todo se mezclaba, el estrés, las emociones, la alegría, los miedos. Las olimpiadas estaban muy cerca y había entusiasmo en la comunidad estudiantil, pero no hubo tiempo siquiera para ver la televisión porque México quedó en luto. Félix tenía 21 años, la mayoría de edad en ese tiempo, solo para que lo detuvieran. Estuvo tres años preso en Lecumberri.

El movimiento obrero estaba muy controlado por las organizaciones priistas. Por eso cuando se sumaban a las protestas estudiantiles eran fuertemente reprimidos. El movimiento magisterial que lideraba Othón Salazar fue muy respetado. En esos años la efervescencia política de la juventud era vibrante en el mundo desde Europa a Norteamérica, de Asia a Sudamérica y en México donde se condensaban las heridas más profundas por la gran ola represiva.

A 57 años de la masacre del 68 los cambios sociales los ha dado el pueblo, porque desde las estructuras del Estado aún impera la impunidad, que es la madre de todos los males que padecemos como sociedad agraviada. En palabras de Félix Hernández, si los crímenes de Tlatelolco se hubieran procesado adecuadamente en el poder judicial, si hubieran castigado a los responsables, jamás habría ocurrido la agresión contra los estudiantes de Ayotzinapa.

La desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa no solo devela el terror de los cuerpos represivos de los gobiernos, sino el sello funesto de la contrainsurgencia que viene desde la década de los 60 y que con el paso de los años los gobiernos corruptos establecieron vínculos con el crimen organizado. El pasado 26 de septiembre se cumplieron 11 años de impunidad, nada se sabe de los normalistas, a pesar de la participación de muchos agentes del estado. Durante seis años las investigaciones caminaron entre engaños, torturas de los detenidos, mala integración de las denuncias, mucha corrupción, asesinatos de personajes claves que participaron en las desapariciones, fiscales especiales que han dado la espalda a las madres y padres. Todo quedó trunco cuando las investigaciones toparon con el ejército. El presidente Andrés Manuel López Obrador desplazó a la fiscalía y tomó el caso en sus manos. Elaboró su propio informe tirando por la borda los 6 informes del GIEI y todas las líneas de investigación que proponían. No puso en duda la palabra del ejército, por el contrario, los defendió y sostuvo que ya habían entregado toda la información que solicitaba el GIEI, las madres y los padres.

Las familias llevan cinco años exigiendo a las autoridades federales que el ejército tiene que entregar los 800 folios para saber el paradero de sus hijos, pero no han encontrado eco a su planteamiento. En las últimas reuniones la presidenta Claudia Sheinbaum se ha comprometido a seguir con las investigaciones, con la propuesta de conformar un grupo de expertos centrados en la línea de la telefonía. Aún así no hay avances.

Las madres y padres plantean cinco líneas de investigación: la entrega de los 800 folios que tiene el ejército; el paradero de los 17 estudiantes que estuvieron en barandilla municipal de Iguala, profundizar en los vínculos que arroja la telefonía celular, concretizar las extradiciones de Tomás Zerón de Lucio y José Ulises Bernabé, así como deslindar responsabilidades de las autoridades de Guerrero que participaron directa o indirectamente en la desaparición de los estudiantes.

La desaparición forzada de los normalistas destapó la cloaca; toda la red de la macrocriminalidad que se teje dentro de las esferas del poder político, las desapariciones en todo el país, el hallazgo de fosas clandestinas, la presencia de grupos delictivos dentro de las fuerzas de seguridad del estado, los pactos del silencio entre el ejército con la delincuencia organizada. La intromisión del ejército en la escuela normal de Ayotzinapa y la violencia imparable en medio de una militarización que es la causante del resquebrajamiento de nuestro sistema de seguridad y justicia que se achican y opacan para no llamar a cuenta a los perpetradores. Las demandas de verdad y justicia es el grito que retumba en todo el país. Las heridas del 68 siguen abiertas, lo mismo la matanza de 1971, los crímenes de la guerra sucia, la masacre de Acteal en Chiapas, la masacre de campesinos en Aguas Blancas y de indígenas de El Charco en Guerrero. La lista de agravios es interminable.

Con Andrés Manuel López Obrador hubo muchas expectativas. La esperanza se vislumbraba en el horizonte, pero la justicia ni los derechos humanos nunca brillaron en su gobierno. En el pasado proceso electoral Claudia Sheinbaum tuvo un voto masivo, como si la gente pidiera a gritos cambios reales y de fondo, pero tampoco hay señales. Las violaciones a los derechos humanos persisten.

En una creciente ola de inseguridad generada por los grupos delincuenciales, coludidos con cuerpos policiacos, algunos elementos del ejército y la marina, nuestro país requiere un aparato de justicia robusto que responda a las necesidades de los ciudadanos y ciudadanas de a pie. Las demandas de verdad y justicia de las familias que buscan a sus seres queridos deben ser respondidas por las autoridades. No es suficiente que haya jueces, magistrados y ministros electos con el voto popular. Con urgencia tiene que darse una reforma en las fiscalías, con los agentes de los ministerios público, reformas al sistema penitenciario, a las defensorías de oficio. La procuración y administración de justicia son los grandes pendientes de la 4T.

Sin los cambios de fondo en el sistema de justicia las graves violaciones de derechos humanos difícilmente podrán atenderse. Las autoridades federales tienen que comprometerse con las familias que buscan verdad y justicia. Los crímenes de Estado como el 68, Acteal, los copreros, Aguas Blancas, El Charco, la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y la matanza de Nochixtlán, entre tantos otros casos deleznables, las autoridades no deben darle la vuelta las páginas de la impunidad. No pueden seguir siendo parte de los perpetradores.

Fuente de la información e imagen:  https://www.tlachinollan.org

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Conciencia, empatía y bien común: herramientas para andar el mundo

Conciencia, empatía y bien común: herramientas para andar el mundo

“Cuando la pradera se incendia, cuando amenaza una inundación o algo en lo recóndito asusta a los animales, las fieras y las alimañas comparten los refugios, sin reñir. Sin despedazarse entre sí. Los campesinos llaman a esto la tregua de Dios. Démonos una tregua, pues. Si ya no somos capaces de actuar racionalmente, dejémonos guiar siquiera por el instinto de los animales.” 

La tregua de Dios. Manuel Buendía.

 

Erick Juárez Pineda

En este preciso momento, el planeta revela sus heridas más profundas: En Palestina, la infancia es un campo de batalla donde miles de niñas y niños crecen entre muerte y dolor, sin esperanza de un futuro en paz ni la certeza de un mañana; en Brasil, cada segundo se talan 24 árboles, despojando al mundo de uno de sus principales pulmones; en México, al menos 11 mujeres son víctimas de feminicidio cada día; en Siria, más de 7.2 millones de personas huyen desesperadamente de la guerra y la violencia; en Yemen, el hambre es un arma, con más de 540,000 niñas y niños padeciendo desnutrición aguda grave; a escala global, nuestros océanos contienen más de 150 millones de toneladas de plástico, asfixiando la vida marina y amenazando con superar en peso a los peces para 2050. Hoy, más de 250 millones de niñas, niños y jóvenes en todo el mundo están fuera de la escuela… Y, en medio de todo, en este preciso instante, un bebé llega al mundo.

Frente a este panorama de crisis y futuros desesperanzadores, surgen preguntas inquietantes: ¿Es posible crecer, criar y educar en medio de tanta incertidumbre y dolor? ¿Cómo transformar la desesperanza y la apatía? ¿Qué hacer ante ese mundo que puede ser horrible e inhumano?

Dar respuesta es imposible. Tratar de ofrecer soluciones a problemas que van cambiando cada día, sería un esfuerzo sin muchos resultados.

Sin embargo, podemos decirle hoy a ese bebé, que existen herramientas para poder andar por el mundo. Elementos que, quienes tenemos el desafío mayúsculo de formar, podemos transmitir, fomentar y fortalecer para que pueda crecer con la certeza de que otro mundo es posible.

En primer lugar, saber desde dónde caminamos el mundo orienta hacia dónde queremos ir. El sociólogo Hugo Zemelman (2005) señalaba que, para analizar la realidad en la que las personas se desarrollan y aspiran a incidir, es indispensable reconocer el lugar que ocupan los sujetos (p. 111) y, al mismo tiempo, el contexto en el que se encuentran (p. 109).

Este ejercicio es clave para examinar lo que deseamos transformar, aquello que nos aqueja e impide un desarrollo integral. Reconocer nuestra posición, contexto, privilegios, carencias, intenciones y esperanzas nos permite asumir una agencia que trascienda la estructura y apunte a la justicia y al bienestar. Es decir, entender quiénes somos para, junto con todas y todos, decidir hacia dónde caminar.

El segundo elemento es la empatía. Caminar al mundo no solo es saber desde dónde lo hacemos, es reconocer que existen las y los otros, sus propios contextos, realidades, esperanzas, habilidades y limitaciones. Es darse cuenta que aquello que nos aqueja, también puede afectar a los demás.

La capacidad de identificarnos con las y los otros, compartir sus sentimientos y “ponerse en sus zapatos”, nos da un criterio, guía y horizonte común.

Sin esta capacidad, no podemos llegar lejos. Zemelman (2005) decía que la apatía nubla nuestra lucidez y el deseo de mirar a los otros; y esto, acompañado del miedo y la ignorancia, bloquean la capacidad de abrir nuevos rumbos históricos y convertir la esperanza en acción (p. 109). Es lamentable, como decía Nietzche (en Zemelman, 2005) ver que “ante el interminable cúmulo de posibilidades que ofrece la vida, preferimos conformamos con algunas migajas de certidumbre” (p. 108).

Por su parte, la psicóloga Gennifer Ortiz Arias (2012) reconoce que en nuestras sociedades es evidente una  gran  apatía  para  pensar lo  humano,  “en  particular  lo  que  concierne  al  campo  de  lo  social”. Sin embargo, la hora más oscura es justo antes del amanecer.

Ortiz también explica que ante esta  actitud negativa, “surge  el  sentido  de  vida. Es  así  como se  hace  importante  resaltar  dicho  desencanto  por  cuanto  pone  en discusión la manera como se está reflexionando la vida” (p. 114).

Zemelman (2005) también reconocía ese espacio oscuro: “la esperanza se construye desde los límites que la hacen nacer, aunque para ello hay que vencer la inercia” (p. 110).

Por ello, es importante reconocer que esta empatía es también una responsabilidad. No se trata solo de “sentir” lo que el otro siente; implica –en la medida de que las condiciones lo permitan–, actuar en consecuencia y reconocer las opciones que nos lleven a encontrar el bien común.

A modo de brújula en medio de la intemperie, el subcomandante Marcos explicaba que “en algún rincón del corazón humano hay una cosa que se llama empatía”:

Esa capacidad de “ponerse en el lugar del otro” es, en realidad, la capacidad de “ponerse en el lugar de la víctima”.  A veces individualmente y cada vez más en colectivo, ese sentimiento va más allá y afronta la necesidad de “hacer algo. Pero la realidad no da premios.  Si acaso, pesadillas.  Así que se necesita valentía para decir “soy yo y siento que esto no es justo y tengo que decirlo o hacerlo sentir, sobre todo a las víctimas” (2024).

Finalmente, el tercer elemento es la búsqueda del bien común; es decir, procurar que, cada quien desde su propio contexto sociohistórico, todas y todos estemos bien.

Incluso, Adela Cortina (en Pachón, 2015), pide renovar este entendimiento, al proponer construir mínimos éticos compartidos que orienten la vida democrática y la justicia, construidos en la sociedad civil con el Estado como garante (p. 419).

Sin embargo, no debemos olvidar que pensar en el bien común no es olvidarse del bien individual. La profesora María Elizabeth de los Ríos Uriarte (2020), señala que no es un dilema “o uno u otro”, sino una armonía posible: el bien común no es la suma de bienes individuales, sino el marco que procura también el bien de cada persona y exige justicia y paz como condiciones previas para alinear lo individual y lo social.

En esta misma línea, Anibal Quijano (2010) propone el concepto de Bien Vivir, lo cual, dice, es un complejo de prácticas orientadas a producir y reproducir una sociedad democrática –un modo de existencia social alternativo a la Colonialidad del Poder y a la modernidad eurocéntrica–, una cuestión histórica abierta que debe ser continuamente indagada, debatida y practicada.

Para alcanzar el Buen Vivir, Quijano traza rutas concretas: una igualdad social que rechace toda clasificación jerárquica (racial, sexual o de clase) como base de poder; la reciprocidad en la organización del trabajo y en la distribución de los productos; y la asociación comunal, es decir, la gestión directa y colectiva de la autoridad y de la producción como forma eficaz de distribuir derechos, obligaciones y recursos.

A luz de todo lo anterior, para lograr conjuntar esfuerzos en torno a estos tres elementos –saber nuestra posición ante el mundo, la empatía y la búsqueda del bien común–, la educación es el vínculo que los amalgama. Es el espacio donde se aprende a situarse históricamente, a convertir la sensibilidad en responsabilidad y a construir acuerdos y acciones comunes.

La educación, dice Cortina (en Pachón 2015, p. 417) empieza por sentirse miembro de comunidades: familiar,religiosa, étnica. Pero también miembro de una comunidad política, en la que el niño ha de sentirse acogido desde el comienzo… Para formar hombres es, pues, necesario formar también ciudadanos”.

Por ello, la defensa de este espacio como espacio público del bien común es fundamental. Luchar para que todas y todos tengan acceso y oportunidades reales de que se les brinden herramientas para transformar el mundo.

Para el bebé que hoy nace, pero también, para quienes habitamos el mundo desde hace tiempo, luchemos y trabajemos en conjunto para creer que, como dice Quijano, otro mundo es posible.

Referencias:

Arias, G. O. (2012). Sentido de vida y narrativa: Defensa frente a la apatía del hombre para pensar lo humano. Katharsis13, 107-124. https://doi.org/10.25057/25005731.437 

de los Ríos Uriarte, M. E. (2020). Bien común o bien individual: ¿falso dilema? Medicina y ética31(2), 433-471. https://doi.org/10.36105/mye.2020v31n2.05 

Pachón, J. S. (2015). Adela Cortina: El reto de la ética cordial. Brocar. Cuadernos de Investigación Histórica39, 397-422. https://doi.org/10.18172/brocar.2901 

Quijano, A. (2010). ¿BIEN VIVIR?: ENTRE EL «DESARROLLO» Y LA DESCOLOLINALIDAD DEL PODER. Contextualizaciones Latinoamericanas1(6). https://doi.org/10.32870/cl.v0i6.2819 

Un pico y una pala. De la solidaridad, la empatía y la valentía. (2024, agosto 9). Enlace Zapatista. https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2024/08/08/un-pico-y-una-pala-de-la-solidaridad-la-empatia-y-la-valentia/ 

Zemelman, H. (2005). Voluntad de Conocer (Primera, Vol. 1). Anthropos. 

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/conciencia-empatia-y-bien-comun-herramientas-para-andar-el-mundo/

 

 

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Otra vez la Universidad

Rolando Cordera Campos

De 1968 a la fecha, la UNAM, escribía en 2004 Carlos Monsiváis, ha pasado por demasiadas contingencias (la más lamentable: los 10 meses del Consejo General de Huelga) y se ha enfrentado a los acosos gubernamentales, los brotes sectarios, la explosión demográfica, la burocratización, las andanadas neoliberales y la economía académica de autoconsumo.

“En todo este tiempo, y a pesar de los intentos de santificarla para mejor manipularla, la Autonomía, en tanto que garantía de libertades del pensamiento y la disidencia, es un elemento indispensable, si no el de antes –en la medida en que la crítica es ya una decisión nacional–, sí el que requiere una institución amenazada por las fragilidades del presupuesto y defendida por su condición absolutamente necesaria en el país”. (Carlos Monsiváis, “Cuatro versiones de autonomía universitaria”, Letras Libres, noviembre 2004).

Traigo a cuento la cita de Carlos porque a raíz de la criminal agresión registrada el pasado 22 de septiembre en el plantel sur del CCH, nuestra Universidad Nacional vive inmersa en un clima de incertidumbre y miedo, terreno propicio para brotes de irracionalidad y anomia no siempre previstos. El trato a las autoridades en no pocas escuelas y facultades por parte de airados grupúsculos juveniles así lo indica.

A unos mensajes intimidatorios difundidos por redes sociales, han seguido notas anónimas en baños y escaleras avisando de bombas o agresiones violentas a los estudiantes, lo que ha llevado a la toma o cierre de varias facultades y escuelas. Se presentan pliegos petitorios que van desde el reclamo de medidas de seguridad al de material de limpieza, hasta el rompimiento de relaciones con Israel. En fin, exabruptos sin cauce que suelen aterrizar en la búsqueda de cauces paternales sintomáticos de mayores patologías que ahora resumimos en diagnósticos apresurados sobre nuestra salud mental.

No es, ciertamente, la primera vez que nuestra casa de estudios se encuentra bajo acoso e irracionalidades desbordadas. Por ello, es del todo legítima la convocatoria del rector Lomelí a cerrar filas y a reflexionar en torno a nuestros compromisos ciudadanos y universitarios.

Como en pocas ocasiones, se vuelve urgente y hasta vital hacer que nuestras universidades sean voces duras y fuertes, no disonantes ni estridentes, pero sí articuladas por una legitimidad que solemos desdeñar desde el privilegio del campus. Unas expresiones legítimas y legitimadas por la sociedad que reclamen deliberación racional y justicia.

Dada la circunstancia global, el pedir rigor y lealtad, cultivo genuino del saber y respeto al otro y a los otros, no es más expediente de ocasión, sino referencia crucial dirigida al fortalecimiento comunitario y de sus instituciones. Encauzar el desplante autoritario juvenil hacia unas deliberaciones serenas y con el afán de construir espacios productivos y de aliento civilizatorio no es misión ilusa, sino tarea cotidiana.

Hoy más que nunca, si cabe, es preciso valorar los compromisos del Estado y la sociedad con la universidad y, más allá, con una educación básica que vuelve a vivir tragedias diarias, como con rigor ha señalado –y señala– el estudioso Gilberto Guevara. No se trata, pues, de erigir ilusas murallas, sino de inscribir en el centro del quehacer universitario la defensa serena y firme de las libertades en contextos abrumados por polarizaciones destructivas.

La defensa de nuestra máxima casa de estudios compromete a los universitarios a ser mejores: “(…) la universidad debe contribuir a dar propuestas a temas como la desigualdad, las políticas redistributivas, salud, migración (…)”, como señaló nuestro rector Lomelí en entrevista con Rosa Elvira Vargas y Lilian Hernández (“La tragedia en el CCH Sur marca ‘un antes y un después’”, La Jornada, 7/10/25). Será en estos campos donde pueda desplegarse el afán juvenil por una creatividad solidaria y nunca aislada en ilusas torres de marfil.

De aquí la urgencia de cerrar filas frente a confrontaciones sometidas por una irracionalidad que corroe porque aherroja el diálogo entre iguales y arrincona el cultivo del conocimiento y el saber que conforma el tuétano del quehacer universitario.

El desplante dizque antiautoritario ha devenido en encuentro costoso hasta nublar los auténticos deberes de las comunidades universitarias de México. Es vital recuperar el respeto a nuestros quehaceres para poner en el centro de nuestras angustias y ambiciones la reconstrucción de un compromiso histórico con el cultivo del saber para transformar nuestras realidades. De esto debería tratarse.

https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/10/12/opinion/otra-vez-la-universidad

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México: Exigen a la UNAM romper vínculos con Israel

Integrantes del sector académico y laboral de la UNAM realizaron una acción política en Ciudad Universitaria para exigir a las autoridades universitarias el fin de cualquier relación institucional con universidades y organismos de Israel, a dos años del inicio de los ataques sobre Gaza.

Reunidos frente al espejo de agua entre Rectoría y las islas, docentes, estudiantes y trabajadores criticaron que el rector Leonardo Lomelí haya tardado en pronunciarse sobre la situación en Palestina. Consideraron que el comunicado oficial reciente es insuficiente, pues únicamente se refiere a la estudiante Arlin Gabriela Medrano Guzmán, sin posicionarse sobre la actuación del gobierno israelí.

Durante el acto, se entregó un pliego petitorio a las autoridades universitarias. Entre los puntos centrales se encuentra la exigencia de romper cualquier vínculo con la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Ben Gurion, así como con cualquier contrato de colaboración con instituciones del Estado israelí.

En solidaridad con el pueblo palestino, se plantó un árbol de olivo como símbolo de resistencia. Los participantes reiteraron que la universidad debe asumir una postura ética y coherente frente a un contexto que, denunciaron, no puede seguir siendo ignorado.

Fuente de la información e imagen:  https://desinformemonos.org

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