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Los fakenews que huelen a polvora

Si algo distingue a Estados Unidos no son sus “valores democráticos”, ni su “ejemplo de libertad”, sino su capacidad industrial para fabricar mentiras de exportación. Mentiras que venden en prime time con gráficos coloridos, lágrimas de cocodrilo en el Congreso y un coro mediático que repite al unísono. Mentiras que, como advertí en mi último artículo sobre la guerra psicológica contra Venezuela, son la artillería previa antes de la pólvora. La historia lo demuestra: cada guerra norteamericana ha comenzado no con un disparo, sino con un titular.


El Maine y la primera gran fake news imperial (1898)

La serie empezó en La Habana, con el acorazado Maine convertido en mártir involuntario. Una explosión accidental en sus bodegas fue presentada como un ataque español. El periodismo amarillo de William Randolph Hearst hizo el resto: “¡Remember the Maine, to hell with Spain!”. El resultado fue la Guerra Hispano-Estadounidense. Estados Unidos entró en Cuba como supuesto libertador, pero se quedó con Puerto Rico, Guam y Filipinas. Décadas después, investigaciones —incluso del propio gobierno gringo— confirmaron que lo más probable era un incendio en los depósitos de carbón. Pero ya no importaba: el imperio había estrenado su traje y a partir de este episodio solo en Latinoamérica intervinieron 76 veces en todos los países.

Vietnam y el fantasma en el radar (1964–1973)

En el Golfo de Tonkín, la historia volvió a rodar. Se anunció al mundo que destructores norvietnamitas habían atacado a buques estadounidenses. Mentira. El segundo ataque jamás ocurrió: fueron ecos de sonar confundidos, manipulados para sonar a agresión. El Congreso, enloquecido de patriotismo, aprobó la Resolución de Tonkín y la guerra estalló. Resultado: tres millones de vietnamitas y más de 60 mil estadounidenses muertos. Décadas después, la NSA y hasta Robert McNamara admitieron la verdad: no había ataque, solo operaciones encubiertas provocadoras de EE.UU. Fue la mentira fundacional de una carnicería que aún tiene traumas y cicatrices en la sociedad estadounidense.


Granada y los estudiantes en “peligro” (1983)

En los años 80, Ronald Reagan necesitaba su guerra chiquita. Encontró el escenario en Granada, una islita caribeña con un gobierno de izquierda. El pretexto: “proteger” a 800 estudiantes estadounidenses de medicina supuestamente en peligro tras un golpe. La universidad declaró que jamás estuvieron en riesgo, y hasta Margaret Thatcher, aliada fiel, se opuso a la farsa. Pero las tropas ya estaban desembarcando. La invasión fue un paseo militar contra un país del tamaño de un barrio de Miami, pero sirvió para mandar un mensaje al Caribe: aquí manda Washington.

Panamá: Noriega, de agente narco de la CIA a villano de manual (1989)

George H. W. Bush necesitaba otra “causa justa”. Fabricó un monstruo a su medida: Manuel Noriega, general panameño y viejo colaborador de la CIA, fue de pronto convertido en el enemigo público número uno. ¿El pretexto? Narcotráfico, amenazas al Canal y “proteger vidas estadounidenses”. En realidad, Noriega se había vuelto incómodo y había que sacarlo. La invasión dejó miles de panameños muertos bajo bombas que arrasaron barrios populares. El Canal quedó bajo control seguro, y la “democracia” panameña pasó a ser otra ficha del tablero.

Irak y el tubito de polvo (2003)

La escena más grotesca de este catálogo fue en Nueva York, en la ONU. Colin Powell levantó un tubito con polvos blancos y juró que era evidencia de las Armas de Destrucción Masiva de Saddam Hussein. Bush y Cheney repetían que esas armas podían usarse en 45 minutos. También agregaron vínculos ficticios con Al-Qaeda. Todo falso: ni armas, ni vínculos. La fuente principal era un informante apodado “Curveball”, desacreditado incluso por la CIA. La mentira abrió las puertas a una invasión que destrozó Irak, mató a millones de civiles y dio vida al monstruo del ISIS. El engaño más caro y sangriento del siglo XXI.

Libia y el Viagra de la guerra (2011)

En 2011, la OTAN, bajo el liderazgo estadounidense, encontró su excusa en Libia. La propaganda aseguraba que Muammar Gaddafi repartía Viagra a sus tropas para ordenar violaciones masivas y que se preparaba una masacre inminente en Bengasi. La prensa lloró por “los derechos humanos”. El resultado: bombardeos, linchamiento de Gaddafi y un país reducido a escombros. Hoy Libia es un estado fallido, con mercados de esclavos al aire libre y una guerra civil sin fin. La mentira del Viagra fue desmontada por la propia ONU, pero ya era tarde: el petróleo había cambiado de manos.
Irán 2025: la mentira en construcción

El guion continúa. Hoy, en 2025, los titulares anuncian que Irán estaba a “horas” de tener la bomba nuclear. Sin pruebas de la AIEA, sin verificaciones internacionales, el gobierno genosida de Israel y Washington decidieron bombardear Irán durante 12 días y finalmente sus instalaciones de uso pacífico nuclear. Se dijo que eran “plataformas militares encubiertas”. Estoy seguro que, como en Irak, el tiempo revelará que no había programa nuclear activo. Pero para entonces, el desastre estará hecho: muertes, crisis energética global y una región al borde de la guerra.


Venezuela el cuento de los narcos:

Finalmente retorna la guerra contra el narco, con acusaciones completamente fantasiosas contra el Gobierno de Venezuela y sus altos mandos de pertenecer a un cartel que para la propia DEA en su informe de 2024 y para la ONUDD en su informe 2025 no existe e informan que Venezuela ni es una ruta segura para el narco, ni tiene cultivos, ni tiene laboratorios. Pero nada de eso importa, es la mentira quien construye los objetivos militares. Recientemente un periodista le pregunta a Dolnad Trump si van a atacar algún objetivo en territorio venezolano y con altanería de siempre dijo: pronto se van a enterar. Amanecerá y veremos.

Entonces, ¿Cuál es el patrón ciminalístico?

De La Habana a Teherán, de Tonkín a Trípoli, el libreto es siempre el mismo:

– Inventar una amenaza.
– Venderla como verdad absoluta.
– Atacar.
– Admitir, años después y con voz baja, que fue un error, a veces.

Y así funciona el “mundo libre”: cada guerra empieza con una mentira, y cada mentira es vendida como cruzada moral. Lo hicieron con Cuba, Vietnam, Granada, Panamá, Irak, Libia e Irán. Y hoy lo ensayan contra Venezuela, con el cuento del “narcoestado” y el “Cártel de los Soles”. Primero te destrozan la mente con propaganda, después te rodean con submarinos nucleares.
Estados Unidos no va a la guerra por libertad, ni por democracia, ni por derechos humanos. Va a la guerra por intereses, por petróleo, por control geopolítico. Y la mentira es su arma preferida. Una mentira repetida en titulares, amplificada por redes sociales y canonizada en los discursos de presidentes poco solemnes.

Venezuela quiere paz y luchará por ella.

Fuente de la información e imagen:  https://cuatrof.net

Fotografía: Cuatro F.

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Guardianes del mañana: Humanidad 3.0

El próximo 25 de septiembre de 2025, a las 19:00 horas, la Biblioteca Municipal Lope de Vega abrirá sus puertas a un acontecimiento literario y reflexivo de gran calado: la presentación de Guardianes del mañana: Humanidad 3.0, el más reciente libro de Pedro Pozas Terrados, director ejecutivo del Proyecto Gran Simio, escritor y pensador comprometido con la defensa de la vida en todas sus formas.

Esta obra no es un libro convencional. Se trata de una enciclopedia de reflexiones, análisis y propuestas, fruto de un diálogo inédito entre el autor y una inteligencia artificial, concebida como herramienta para explorar caminos hacia un futuro más justo, humano y sostenible. El libro constituye un viaje por los grandes dilemas de nuestro tiempo y ofrece una guía para reorientar el rumbo de la humanidad en un planeta marcado por las crisis climáticas, sociales y políticas.

Un libro nacido del diálogo entre humano e inteligencia artificial

Guardianes del mañana: Humanidad 3.0 es fruto de una conversación profunda entre Pedro Pozas y una IA, que no solo aporta datos y análisis, sino que abre horizontes, propone soluciones y cuestiona inercias que parecen inamovibles. En estas páginas, el diálogo se convierte en un espejo en el que la humanidad puede contemplarse y preguntarse hacia dónde quiere ir.

El autor plantea que, en un mundo dominado por intereses económicos, guerras y desigualdades, la voz imparcial y lógica de una inteligencia artificial puede ayudar a trazar rutas alternativas de supervivencia. No se trata de ciencia ficción, sino de un manual de futuro que invita a la acción responsable, donde la tecnología no se enfrenta al ser humano, sino que lo acompaña en su despertar de conciencia.

Temas que no deben ser olvidados

El libro también se sumerge en la reciente historia de España, recordando episodios que no deben caer en el olvido:

  • El dolor del terrorismo de ETA y el silencio impuesto sobre quienes sufrieron en primera línea.
  • Las incógnitas y mentiras aún latentes en torno al 23F.
  • El síndrome del aceite de colza, tragedia que marcó a miles de familias y cuya verdad sigue oculta entre sombras.
  • La gestión de la pandemia del COVID-19, con sus contradicciones, muertes solitarias en residencias y vulneración de derechos fundamentales.

Estos capítulos no son meros recuentos de hechos, sino llamamientos a la memoria. Porque, como recuerda el autor, un pueblo que olvida su pasado está condenado a repetirlo.

Un análisis integral de los grandes desafíos globales

La obra también recorre temas de carácter universal que afectan a la humanidad entera:

  • La crisis climática y el secuestro de soluciones reales por intereses políticos y económicos.
  • La corrupción como lastre sistémico que impide el avance social.
  • La guerra y la diplomacia rota, donde los intereses geopolíticos se imponen sobre la paz.
  • El futuro de la energía, con la denuncia del freno a tecnologías limpias como la solar o inventos silenciados por multinacionales.
  • El agua como bien común y posible detonante de conflictos futuros.
  • La deuda moral con los homínidos no humanos, explotados por la ciencia y los zoos mientras sus poblaciones salvajes disminuyen.
  • El genocidio de los pueblos indígenas y su importancia como guardianes del planeta.
  • La existencia de Dios y vida en el universo.
  • Lo que nos depara el futuro con la física cuántica.
  • La conversión de los zoos y numerosos otros temas.

Cada uno de estos apartados no se limita a describir el problema, sino que ofrece líneas de solución, reflexiones prácticas y propuestas que podrían ser la base de políticas públicas o proyectos internacionales.

Una enciclopedia para el cambio

Lejos de ser un ensayo más, Guardianes del mañana: Humanidad 3.0 se presenta como una enciclopedia del despertar humano. Cada capítulo constituye un paso hacia la construcción de una sociedad más justa, consciente y respetuosa.

En sus conclusiones, el autor subraya la urgencia de asumir que nuestro futuro no está garantizado y que el rumbo actual nos conduce hacia el abismo. Pero también insiste en que aún hay esperanza, siempre que seamos capaces de escuchar, de aprender y de actuar con la mirada puesta en el bien común.

El libro se convierte así en un mapa para la esperanza, un faro que ilumina los caminos posibles en medio de la tormenta global.

La relevancia de la presentación

La presentación en la Biblioteca Municipal Lope de Vega será un espacio de encuentro entre ciudadanía, ciencia, filosofía y ética. No será únicamente un acto literario, sino un foro para el debate y la reflexión, donde se pondrán sobre la mesa los grandes temas de nuestro tiempo y se abrirá la posibilidad de un diálogo constructivo con los asistentes.

En palabras de quienes ya lo han leído, el libro se siente como un manual de supervivencia para la humanidad, una especie de brújula moral y racional que señala que, aunque el mundo parece haber perdido el rumbo, aún es posible corregirlo si se actúa con valentía, justicia y visión de futuro.

Biblioteca Municipal Lope de Vega – 25 de septiembre de 2025, 19:00 horas

Fuente de la información:  https://insurgenciamagisterial.com

Fotografía: PEDRO POZAS TERRADOS

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México lidera la mortalidad por sarampión en América, según la OPS

México lidera la mortalidad por sarampión en América, según la OPS

En total, la región suma 11.313 casos y 23 muertes, con Canadá, México y Estados Unidos concentrando el 96% de la carga regional.

La cifra oficial del Gobierno de México es ligeramente superior, con 21 muertes y más de 4.630 casos confirmados. Foto: EFE.


21 de septiembre de 2025 Hora: 11:26

México encabeza la mortalidad por sarampión en el continente americano y se ubica como el segundo país con más contagios en 2025, según el nuevo informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Señala el documento que hasta el 9 de septiembre, la OPS contabilizó 19 muertes y 4.553 casos en el país azteca, solo por detrás de Canadá en número de casos (4.849). La cifra oficial del Gobierno de México es ligeramente superior, con 21 muertes y más de 4.630 casos confirmados.

La  OPS atribuye el repunte de la enfermedad a las brechas de vacunación y a la importación de casos desde dentro y fuera de la región. El gerente del Programa Especial de Inmunización Integral de la OPS, Daniel Salas, afirmó que “la baja cobertura en comunidades vulnerables está impulsando los brotes”.

La agencia subrayó que más del 71% de los casos confirmados no estaban vacunados, y que otro 18% no tenía registro de vacunación. Para frenar la transmisión, la OPS recomendó alcanzar una cobertura de al menos 95% con dos dosis de la vacuna, fortalecer la vigilancia en zonas fronterizas y administrar vitamina A a los casos confirmados para reducir las complicaciones.

Si bien la cobertura regional mejoró ligeramente en 2024, solo un 31% y un 20% de los países superaron el umbral de 95% para la primera y segunda dosis, respectivamente. Los menores de un año muestran las tasas de incidencia más altas asimismo, el informe de la OPS también indica casos en otros países de la región como Bolivia (320), Brasil (28), Argentina (35) y Perú (4).

Autor: teleSUR lf -JML

Fuente: EFE

Fuente de la Información: https://www.telesurtv.net/mexico-mortalidad-sarampion-america-latina/

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México: Entre la excelencia y el coaching: ¿educación o autoayuda escolar?

Por: Pablo Martínez*

Escuché alguna vez a un profesor criticar la inclusión de calidad y excelencia en el artículo 3º de la Constitución. Decía que, aunque suenan positivos, estos términos son redundantes y ocultan desigualdades de clase, género y cultura. La “calidad” terminó reducida a parámetros de evaluación y control, subordinando la pedagogía a indicadores técnicos. Ahora bien, a diferencia de la excelencia, que opera como distinción elitista, la calidad educativa sí tiene un reconocimiento sólido en la discusión internacional y ha servido para evaluar pertinencia, equidad y relevancia. Podría ser una ruta de mejora si se libera de su sesgo tecnocrático y se replantea desde lo pedagógico y lo social, entendida no como control, sino como compromiso con la equidad y el derecho a aprender, capaz de orientar políticas que respondan a las necesidades de las mayorías y a la diversidad cultural del país.

Hoy aparecen con fuerza múltiples cursos y capacitaciones bajo un nuevo concepto: el coaching educativo; éste se presenta como una metodología innovadora que busca “potenciar el rendimiento”, “empoderar al alumno” y “desarrollar su máximo potencial”. Sin embargo, en la práctica se traduce en estrategias burdas que poco hacen por cambiar la realidad social y laboral de las y los docentes. Su retórica motivacional promete acompañamiento y transformación, pero termina ofreciendo soluciones superficiales que ignoran los problemas estructurales, como la sobrecarga administrativa, falta de recursos, desigualdades salariales, condiciones de trabajo precarias, etcétera.

La calidad (mal entendida) traslada al docente la obligación de responder a indicadores externos; la excelencia coloca sobre el estudiante la presión de sobresalir frente a sus pares, y el coaching interpela a cada individuo para que descubra y explote su potencial. En los tres casos se sostiene una narrativa individualizante (“si quieres, puedes”) que invisibiliza las desigualdades de recursos, las brechas culturales y las discriminaciones históricas de género y etnia. Bajo esta lógica, el discurso motivacional del coaching no representa una verdadera innovación, sino que reproduce el mismo espejismo, responsabilizar a docentes, alumnas y alumnos de problemas estructurales más amplios, como aulas saturadas, carencia de infraestructura, desigualdad digital o ausencia de apoyos comunitarios.

El riesgo del espejismo motivacional que plantea el coaching educativo es similar al de los discursos de la excelencia, se sostienen en un vocabulario empresarial (rendimiento, competencias, empoderamiento) que desplaza la atención de los problemas reales del sistema. Su atractivo radica en que parecen soluciones modernas y positivas, pero en el fondo terminan responsabilizando al docente y al alumno de carencias estructurales mucho más amplias. Si un estudiante no mejora, la explicación no puede reducirse a que “le faltó autoconciencia” o que “no desarrolló su potencial”; lo que debe revisarse son las condiciones materiales y sociales que limitan el aprendizaje.

En cierta medida, tanto la calidad como la excelencia han funcionado como dispositivos de distinción, civilización y obediencia. La excelencia, dijo mi profesor, busca imponer una cultura de “buenas maneras”, donde lo popular debe aspirar a modelos impuestos desde arriba, legitimando la obediencia y el mérito como caminos únicos hacia el reconocimiento. La calidad, por su parte, se presenta como un saber técnico y honorable, pero en realidad opera como mecanismo de vigilancia que normaliza la idea de que las mayorías (en especial el magisterio) deben someterse a estándares externos, casi como en una república platónica gobernada por expertos. Ambas categorías esconden un proceso civilizatorio que, bajo la apariencia de neutralidad, reproduce jerarquías de clase y saber.

El coaching educativo se inserta en esta misma lógica, aunque bajo una envoltura más amable. Se promociona como una alternativa horizontal, basada en la empatía y la motivación, pero en el fondo mantiene el carácter ilusorio de las viejas promesas: responsabilizar al individuo de su éxito o fracaso. Así como la excelencia distingue y la calidad controla, el coaching propone que basta con “descubrir el propio potencial” para transformar la realidad, soslayando las condiciones estructurales que limitan el trabajo docente y el aprendizaje. Con ello, se convierte en una nueva versión del mismo proceso civilizatorio, fórmulas aparentemente innovadoras que, lejos de cambiar la situación social y laboral de maestros y alumnos, terminan reforzando la desigualdad.

https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/09/20/opinion/entre-la-excelencia-y-el-coaching-educacion-o-autoayuda-escolar

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El ATP en el marco de la NEM

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

 

Los ATP no sustituyen la función del docente ni del directivo, sino que la enriquecen.

El acompañamiento pedagógico se concibe como un proceso sistemático, con una intención pedagógica que tiene valor formativo para las figuras participantes, en el que se construyen alternativas conjuntas para enriquecer y mejorar la práctica docente” – Mejoredu

Dentro de la estructura del sistema educativo mexicano existe una figura que, aunque en muchas ocasiones ha permanecido en la sombra, desempeña un papel esencial en la vida escolar: el Asesor Técnico Pedagógico (ATP). Esta figura, concebida como un profesional especializado en pedagogía, tiene la encomienda de acompañar, asesorar y apoyar a las maestras, maestros y colectivos escolares en la mejora de sus prácticas educativas. Su labor no es menor, pues se convierte en un puente entre la política educativa, los planes y programas oficiales, y la realidad cotidiana de los salones de clase, donde se desarrollan los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Los ATP no sustituyen la función del docente ni del directivo, sino que la enriquecen. Su misión es propiciar espacios de reflexión colectiva, de diálogo pedagógico y de construcción de propuestas que permitan transformar la práctica educativa en beneficio del aprendizaje de niñas, niños y adolescentes. Se trata de una labor profundamente formativa, que no busca fiscalizar ni sancionar, sino orientar y generar condiciones para que cada escuela avance en su propio proceso de mejora continua.

En el marco de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), esta figura adquiere mayor relevancia. La NEM plantea una educación centrada en la comunidad, inclusiva, democrática y equitativa, en la que cada docente es agente de cambio. En este contexto, los ATP actúan como guías que acompañan a los maestros en la implementación de nuevas metodologías, en la atención a la diversidad y en la construcción de proyectos educativos que respondan a los retos del rezago y a las desigualdades persistentes en los contextos escolares.

Su trabajo se organiza en torno al Servicio de Asesoría y Acompañamiento a las Escuelas (SAAE), que establece que el ATP debe visitar los centros escolares, observar las prácticas docentes, dialogar con los colectivos, diseñar planes de asesoría y acompañamiento, y dar seguimiento a las acciones emprendidas. Esta intervención no se limita a un apoyo técnico, sino que busca fortalecer la autonomía profesional del magisterio y contribuir a la formación integral de los estudiantes. Entre sus responsabilidades está orientar a los docentes en áreas clave como el pensamiento matemático, la comprensión lectora, la ciencia y la tecnología, el desarrollo socioemocional y la construcción de una cultura de paz.

No obstante, esta figura enfrenta retos significativos: falta de reconocimiento social y laboral, nombramientos temporales que limitan la continuidad de los proyectos, sobrecarga de tareas administrativas y, en ocasiones, la ausencia de programas de formación integral que fortalezcan su quehacer. Aun con estas dificultades, los testimonios de docentes y directivos dan cuenta del valor de su acompañamiento, al señalar que sus intervenciones han sido clave para mejorar las prácticas pedagógicas y motivar a los colectivos escolares.

Históricamente, los ATP han transitado de ser considerados “apoyos técnicos” a convertirse en agentes de transformación pedagógica. Sus funciones han evolucionado desde el impulso de la capacitación en las décadas pasadas hasta consolidarse como figuras encargadas de mediar entre la teoría pedagógica y la práctica docente. En las zonas escolares más complejas, especialmente aquellas con rezago educativo, marginación o diversidad cultural y lingüística, el papel del ATP resulta indispensable para garantizar que las políticas educativas se traduzcan en aprendizajes reales y significativos para el alumnado.

El reto hacia el futuro es claro: revalorar esta función y otorgarle la certeza laboral y la formación continua que demanda, pues solo así se podrá consolidar su papel como guía pedagógica y como mediador entre la política educativa y la realidad del aula. Los ATP no son auxiliares administrativos ni figuras decorativas; son actores clave de la transformación educativa. Hacer visible su trabajo ante la sociedad en general y ante el propio sector educativo es una forma de reconocer que, sin su acompañamiento, los esfuerzos por mejorar la educación difícilmente alcanzarán la profundidad que exige la Nueva Escuela Mexicana. Porque la educación es el camino…

Fuente de la información e imagen:  https://profelandia.com

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El 15 M-25 es una pregunta… cuya respuesta no existe

Columna ‘Cortocircuitos’/Insurgencia Magisterial

El 15 M no es solo un movimiento, es un acontecimiento político, pues logró lo impensable…

Porque ignoraba que el deseo es una pregunta
Cuya respuesta no existe,
Una hoja cuya rama no existe,
Un mundo cuyo cielo no existe.

Luis Cernuda

Un movimiento puede ser muchas cosas: la dramatización de contradicciones larvadas durante mucho tiempo; la arena de una conflictividad manifiesta; o la estrategia para conseguir demandas sentidas. Puede ser muchas cosas, verdaderas o falsas, incluso se le pueden atribuir sentidos malsanos, intenciones perversas u oportunidades perdidas, porque un movimiento es la acción y su discurso, los hechos y los significados, las batallas y las metas, los cuerpos y los ánimos; también las interpretaciones y las concepciones, las enseñanzas y los vacíos, las dudas y los límites.

Una cosa más, sobre todo en los movimientos–acontecimientos, esos que sintetizan las batallas del presente y descubren los nudos del devenir. Esos que son más preguntas que respuestas, los que otean lo desconocido, lo inconcebible todavía, lo que demanda otros conceptos, otros perceptos, otros modos de pensar y de actuar: los que descubren lo infranqueable. Los que encuentran una situación en la que no se puede avanzar porque no hay tierra firme y solo se divisa lo desconocido, esa sensación de estar en la cuerda floja, en un mar de dudas, sin un punto de apoyo para sortear las barreras, con un futuro incierto, desafiante, porque se sabe que al volver la vista atrás solo se advierten los destrozos de lo inadmisible.

Eso es el 15 M:

  • un movimiento que pudo lograrse por la confluencia de múltiples fuerzas en lucha agrupadas en la CNTE, que traspasó con creces el radio de acción tradicional de las secciones históricas, Oaxaca y Chiapas, con la participación renovada, en medio de dificultades internas innegables, en la 9 de la Ciudad de México, la 18 de Michoacán, la 14 de Guerrero, y de grupos locales en Morelos, Puebla, Veracruz, Quintana Roo, más la emergencia de fuerzas del centro del país, como la nueva sección de la CNTE en Zacatecas, más los contingentes de Chihuahua, Sonora, Sinaloa, la Laguna, Baja California, Guanajuato, Querétaro y un grupo potente de docentes yucatecos;
  • un movimiento que se articuló por el ensamblaje de las secciones que no cejaron en el gobierno de la 4T, como la 7 de Chiapas, con las que progresivamente fueron desembarazándose política y cognitivamente de la esperanza depositada en AMLO y la prometida transformación nacional;
  • un movimiento que armó un pliego de demandas estratégicas y radicales, dos fundamentalmente: la abrogación de la reforma educativa EPN-AMLO, lo que significa dos cosas: primero que ya no consideran la de EPN como parcial, laboral, sino integral, un poco con retraso pero al fin; segundo, que no hubo cancelación de la reforma educativa, sino continuidad y profundización entre las reformas constitucionales de EPN y AMLO; además, de que las críticas e insatisfacciones producidas por la reforma neoliberal de la Ley del ISSSTE de 2007 ya no se pueden resolver con modificaciones puntuales, como los cambios en los tiempos y las edades de jubilación, o el cambio de UMA’s a salarios mínimos, sino con la abrogación de la ley y la construcción de un nuevo dispositivo jurídico-administrativo de las pensiones magisteriales;
  • un movimiento que obligó a los gobiernos de la 4 T a reconocer el problema pensionario y prometer cambios constitucionales, como lo hizo AMLO en 2024 y Claudia en su toma de posición, pero que ni el primero ni la segunda cumplieron su palabra; por el contrario, la presidenta se refugió en los problemas presupuestales, jurídicos e institucionales que implicaría la abrogación de la ley y un nuevo sistema de pensiones, para lo cual realizó cambios mínimos a la ley y reivindicó la presunta solución de AMLO: la pensión del bienestar, en su versión compensatoria, financiada por el Fondo de Pensiones para el Bienestar para el régimen de cuentas individuales, lo que significa solo una cuestión: el Estado financiará el complemento de la pensión individual hasta poco más o menos 17 mil pesos, es decir, que se garantiza una pensión máxima para que las AFORES sigan haciendo negocio con las cuentas de retiro de los y las maestras;
  • un movimiento que hizo evidentes los LÍMITES Y CONTRADICCIONES de la gubernamentalidad progresista, es decir, el modo de gobernar de la 4T, que modera los efectos de la institucionalidad neoliberal pero NO puede, NO quiere, NO sabe o NO se atreve a cambiarlos, menos a inventar algo nuevo, por eso sus políticas se perciben como un engaño, y la transformación como una mascarada;
  • un movimiento que también encontró sus propios límites de acción, de organización, de concepción y de propuesta, claramente observables en el discurso en negativo: abrogación, derogación, cancelación, pero tiene dificultades a expresarse todavía en positivo, en propuesta o en hipótesis de masa; por ejemplo, ¿cómo pasar de un sistema a otro? ¿cómo resolver la cuestión de los dos sistemas vigentes, aunque con claro dominio del de cuentas individuales? ¿cómo financiarlo ante los cambios demográficos y el estancamiento salarial? ¿qué hacer con las AFORES? ¿Cuál tasa de reemplazo es la que garantiza pensión digna?, entre muchísimas otras cuestiones. En otras palabras, sabemos ya lo que no se quiere, sabemos ya que las reformas puntuales no garantizan nada, entonces, ¿cómo hacemos para forzar un cambio efectivo?

Por todo esto decimos: el 15 M no es solo un movimiento, es un acontecimiento político, pues logró lo impensable:

  • formular una problematización histórica: el cambio del régimen de pensiones del magisterio;
  • poner sobre las cuerdas a la gubernamentalidad progresista: ya no hay esperanza, ni engaño, la 4T es lo que es: una forma de gobernar que solo bordea o atempera los efectos del neoliberalismo, pero que no sabe, no quiere, no puede ni se atreve a removerlos;
  • pero también mostró que la fuerza renovada de la CNTE y los grupos magisteriales que se mueven junto y al margen de ella no pueden forzar los cambios institucionales, mentales y organizativos que obliguen a dar un salto adelante, que desmantelen el neoliberalismo, quizá porque ya no es una gubernamentalidad entre otras, sino LA fase superior del capitalismo tardío.

Fuente de la información e imagen: Insurgencia Magisterial

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Fortalecer lo común frente a la crisis climática

Por: Educa Oaxaca

Educa Oaxaca

Documental Invitado

Frente a la crisis climática, los pueblos de Oaxaca germinan esperanza y alternativas comunitarias que se tejen en una profunda relación con la madre tierra. El presente documental, titulado “Fortalecer lo común frente a la crisis climática”, forma parte de la campaña “La justicia ambiental no puede esperar“ y muestra una serie de alternativas con las cuales las comunidades enfrentan la emergencia climática.

Entre las alternativas destacan las múltiples formas del cuidado del agua, entre ellas plantas de tratamiento de aguas residuales, así como eco técnicas en el manejo de residuos.

No solo se trata de protestar, sino de accionar”, afirma una protagonista mientras muestra un área reforestado. El medio ambiente “tiene una forma de hablarte, de comunicarte, de decirte. Hay esperanza, hay vida, y no le puedes fallar”, resume la activista en el documental.

Las alternativas al cambio climático se tejen con la organización y fortaleza espiritual de los pueblos, reitera el séptimo documental de la campaña“La justicia ambiental no puede esperar”.

Esta campaña es impulsada por la Red de Defensoras y Defensores Comunitarios de los Pueblos de Oaxaca (REDECOM), Servicios para una Educación Alternativa A. C. EDUCA, el Instituto Superior Intercultural Ayuuk (ISIA) y el Colectivo de Creación Audiovisual REOLOTECA.

La campaña consiste en la difusión de videos educativos cuyo propósito es recuperar y documentar las buenas prácticas que las resistencias comunitarias están implementando para enfrentar el despojo de los bienes naturales, así como del patrimonio material e inmaterial de Oaxaca. Este material es de libre acceso, la finalidad es que se presente en escuelas, instituciones académicas, barrios, comunidades y municipios.

Fuente de la información e imagen:  Educa Oaxaca

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