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México: La violencia de género sacude a la mayor universidad de América Latina

América del norte/México/elpais.com

Tras meses de protestas en México, la UNAM ha decidido reconocer oficialmente las agresiones y acoso hacia las estudiantes, pero muchas activistas lo consideran insuficiente

“No me importa perder el año si esto va a ayudar a que se erradique la violencia contra las mujeres en la UNAM”, dice Oyuki, una estudiante de 17 años que pide ser identificada con ese nombre y lleva más de dos semanas durmiendo en el suelo de un aula junto a decenas de compañeras. Ella estudia en la Preparatoria 6, uno de los cuatro planteles de bachillerato adscritos a la Universidad Nacional Autónoma de México tomados por alumnas que reclaman medidas para erradicar la violencia contra la mujer que soporta la institución. Además de estos centros, hay cuatro facultades y dos colegios de Ciencias y Humanidades en paro, algunos desde hace tres meses.

Hasta ahora, fumar marihuana o tomarse un whisky eran infracciones más graves que abusar de una mujer, un delito que ni siquiera estaba mencionado en el Estatuto General que rige la UNAM desde hace 75 años. Pero esta semana, la universidad más importante de México y la mayor de toda Latinoamérica, ha dado un paso inédito: el Consejo Universitario ha aprobado una reforma del estatuto para incorporar a la violencia de género como una infracción grave, merecedora de castigo, aunque no establece qué sanciones le corresponden.

Esta reforma, que entrará en vigor a partir de este lunes 17 de febrero, parece ser la vía que encontró la institución para tratar de salir del punto muerto en el que se encuentra desde noviembre, cuando grupos feministas comenzaron a tomar los establecimientos y a exigir una respuesta ante la violencia de género. El Consejo ha aprobado también la modificación de un artículo del estatuto para garantizar la paridad de género en el Tribunal Universitario, el máximo órgano que imparte justicia en la universidad. Aún así, no parece que ninguna de las dos medidas vaya a poner un fin definitivo al conflicto.

Para Brenda Medina, profesora auxiliar del Colegio de Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras (FFYL) —que lleva sin clases desde principios de noviembre por la huelga de sus estudiantes—, las reformas son insuficientes. Una de las exigencias, explica, era que se establecieran sanciones específicas para el acoso, el abuso y la violación, algo que no ha sucedido. Jorge Volpi, encargado de Difusión Cultural de la UNAM, asegura que esa modificación se tratará en marzo, ya que la propuesta no llegó a tiempo a la Comisión de Legislación del Consejo Universitario. Medina dice también que desde la FFYL propusieron que el Tribunal Universitario sea independiente o, al menos, que las estudiantes puedan participar, y que eso tampoco se ha tenido en cuenta. Este jueves, una alumna de la universidad arremetió contra el presidente de ese Tribunal, Eduardo López Betancourt, acusándolo de hostigamiento y acoso durante una conferencia.

Una de las entradas de la Preparatoria 9 de la UNAM.
Una de las entradas de la Preparatoria 9 de la UNAM. ROGELIO MORALES CUARTOSCURO

Los casos de abuso sexual, los crímenes contra las mujeres y la inseguridad dentro de la UNAM no son nuevos; son el reflejo de un país que cuenta un promedio de 10 feminicidios diarios, según las estadísticas oficiales. Pero ahora la problemática parece haber llegado a un punto de quiebre, tanto afuera como adentro de la institución. En 2016 se activó el protocolo contra la violencia de género en la universidad y desde entonces ha habido 1.104 denuncias por abuso y acoso sexual, de las que se han procesado menos de la mitad. Desde 2018, seis mujeres han sido asesinadas en la UNAM. Las reformas impulsadas este miércoles, aunque muchas activistas las consideren insuficientes, dan esperanza a una comunidad desgastada por la impunidad y el miedo cotidiano.

La Preparatoria 9 lleva más de 90 días en paro. Esta escuela ha sido de las más criticadas por la supuesta violencia de las manifestantes. Las barricadas formadas con mesas y pupitres permanecen a las puertas del plantel, situado al norte de la capital mexicana. El escenario es de posconflicto. En el camino hacia la sala dormitorio de las alumnas hay basura y cristales rotos. Antes de subir las escaleras, un muro se muestra repleto de fotografías de profesores y alumnos señalados por acoso o por violación a estudiantes. Algunas se repiten hasta en cinco ocasiones.

Tres chicas de 15 a 18 años, que prefieren no dar sus nombres por seguridad, permanecen en una de las salas. Una come un burrito precocinado. Otra remolonea en un sofá cama. La tercera trata de limpiar una habitación que, a simple vista, necesitará años para volver a su estado original. Ellas también tuvieron una asamblea esta semana con las autoridades universitarias. “No sirvió de nada”, asegura una, mientras se arropa con una manta. Las estudiantes sostienen que en las reuniones con los directivos universitarios se les dice que sí a todo, menos a su petición más urgente: la expulsión definitiva de los profesores señalados por violencia física y verbal contra ellas. Entre ellos mencionan a un docente de matemáticas, a uno de literatura y, sobre todo, a un profesor de educación física. Tras la toma de la preparatoria, aseguran, en uno de los cajones de su despacho encontraron unos lentes con los que grababa a las alumnas menores desde hace años.

Las chicas pasan el tiempo leyendo, platicando, viendo alguna serie y comiendo mal. La que se hace llamar Regina tiene 18 años y está a punto de dar el salto a la universidad. “Prefiero dejar la escuela limpia de maestros que acosen a las alumnas. No me importa perder el año por esta causa. No tenemos miedo”, afirma.

A las tres estudiantes sus padres las apoyan y cuando pueden les traen algo de comida. Aunque, admiten, es mucho tiempo. “No es fácil estar aquí, pero no hay otra forma de que nos hagan caso”, explica Regina. Al principio tenían apoyo de la mayoría del alumnado y podían pasar el tiempo en la piscina que tiene la escuela. Con el paso de las semanas el apoyo ha bajado y muchos estudiantes que no forman parte de la protesta han sido reubicados en el céntrico Colegio Latinoamericano. En los últimos meses, los enfrentamientos entre las huelguistas y otros alumnos a veces acompañados por sus padres, han sido frecuentes, motivados principalmente por el temor a perder el año por las protestas. “Hasta que no tomen acciones reales esto va a seguir así”, avisa Regina.

Desde su despacho de la UNAM, Jorge Volpi afirma que la universidad está tomando conciencia sobre la desigualdad y violencia de género gracias a las movilizaciones feministas que han sacudido al país los últimos años. “La Universidad tiene que actuar ya, pero ojalá estos movimientos deriven en una toma de conciencia de nuestra sociedad, que provoca, admite, tolera y encubre la violencia de género. Es, sin duda, una prioridad”.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/sociedad/2020/02/15/actualidad/1581775115_830122.html

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El miedo y la ira en la vida escolar

Por: Miguel Ángel Rodríguez

Hace una par de semanas me invitaron a charlar con un nutrido grupo de profesoras y profesores de educación básica de Huauchinango, Izúcar de Matamoros y San Martín Texmelucan, Puebla. Las charlas fueron parte de la inauguración del Programa Nacional de Convivencia Escolar (PNCE) que pretende “…promover la intervención pedagógica en las aulas y escuelas, de carácter formativo y preventivo con apoyo de materiales educativos, orientada a que las/os alumnas/os reconozcan su propia valía; aprendan a respetarse a sí mismos y a los demás; a expresar y regular sus emociones; a establecer acuerdos y reglas, así como a manejar y resolver conflictos de manera asertiva.”

En fin, preparé un par de exposiciones, una sobre la educación básica como derecho social fundamental y otra sobre qué son los valores en el tiempo, para las diferentes culturas, en un mundo globalizado, con un presidente norteamericano que proclama la supremacía biológica de los blancos, los White Anglo-Saxon Protestant  (WASP) e infecta de miedo, ira, culpa (que se atribuye a los otros) y envidia a la sociedad estadounidense –lo dice Martha C. Nussbaum.

Tenía sentido, pues muchos poblanos de esas regiones tienen familiares viviendo, desde hace mucho tiempo, en Estados Unidos y algunos sintieron en carne viva, incluso, el estigma del inmigrante en tierras más allá del Río Bravo.

Sin la pretensión de ser alarmista, con la celebrada filósofa de la justicia poética, con Nussbaum, me pregunto aquí, después de mis charlas, si algunos de esos sentimientos del ser humano, que retratan nuestra vulnerabilidad, se encuentran presentes en la vida pública nacional y de qué manera pueden afectar la consolidación de un proyecto democrático de nación. Me refiero con énfasis a la particularidad histórica del gremio: ¿cuál es el sentimiento, la emoción que prevalece, traspasa la epidermis y se instala como conciencia de finitud, en este momento, en una buena parte del magisterio nacional…?

Quiero hablar, siguiendo a Nusbbaum, de La monarquía del miedo, de la ira que cobija y alimenta secretamente, de la manipulación que los poderes fácticos y los poderes públicos pueden hacer, ¿están haciendo?, de tales emociones entre la ciudadanía de nuestras sociedades globalizadas. Es la ira que nace del miedo permanente a una muerte violenta, de la impotencia frente a la impunidad, de no encontrar responsables y, en consecuencia, de culpabilizarnos todos, unos a otros, sin mejores resultados que la ruptura de los lazos de  fraternidad.

Siempre resulta refrescante sentir la presencia, los estados emotivos, las disposiciones afectivas que despliegan los profesores y las profesoras de México antes de decidir, frecuentemente en escenarios escolares adversos, como el de la violencia, ¿qué hacer…? ¿qué fundamentos pedagógicos elegir para la formación, para la educación de los seres humanos, ahí, en las aulas…?

Son los protagonistas del proceso educativo, son las fuentes originarias del cuidado del ser humano. Mucho tiempo estuve ciego para intuirlo, para comprenderlo. Y era lo más próximo, lo más cercano.

Expuse un esbozo histórico de los derechos humanos hasta el momento de concebir a la educación como uno de los cuatro derechos sociales fundamentales, como un derecho que es la base, el impulso anímico para conquistar otros derechos, una condición sine qua non para abrir otras, mejores posibilidades de habitar el mundo –todo sazonado con alguna dosis risueña de escepticismo, de realismo pesimista propio de la edad.

Hablé del Estado legislativo de derecho y del Estado constitucional de derecho, de la impostergable necesidad de hacer efectivos, para que sean válidos, los derechos de las niñas y niños de México a una mejor educación, que incluye el derecho a tener escuelas completas, con infraestructura suficientemente satisfactoria para potenciar las capacidades y habilidades de las profesoras, profesores y estudiantes, particularmente en las comunidades indígenas. Es ahí donde la inequidad social clava sus garras desde la Colonia.

No es una novedad, en muchas regiones indígenas aún pervive el Estado paleoliberal, el de “la indiferencia jurídica de las diferencias”, a cuya organización estatal no le interesa garantizar la existencia de las diferencias y, en el mejor de los casos, son incluidas solo en calidad de excluidas. Son espacios en los que la organización estatal revela sobredosis seculares de xenofobia (rechazo a los extranjeros) y aporofobia (rechazo a los pobres –lo llama Adela Cortina).

Las cifras del INEE son devastadoras, pues el escenario que nos presentan de los pueblos indígenas originarios ilustran muy vivamente, o, mejor dicho, con una luz mortecina, las tristes condiciones de existencia de los estudiantes y la deficiente infraestructura de las escuelas 
indígenas de México.

Al terminar las respectivas exposiciones se abrió una pequeña ronda de preguntas y respuestas. Esperaba poner sobre la mesa que Puebla es uno de los estados con mayores índices de discriminación, creo que si lo dije, no me acuerdo bien, en todo caso llevaba indicadores actualizados…pero los caminos de la vida no son como yo pensaba, como los imaginaba, no son como yo creía, porque el magisterio tenía su propia agenda y, sin cortapisas, la extendió sobre la mesa.

Había una constante en las tres ciudades y era la memoria reciente del Colegio Cervantes de Torreón, Coahuila, la del asesinato de una maestra a manos de uno de sus alumnos de once años de edad, quien, a sangre fría, casi a quemarropa, disparó sobre ella y, después, en el delirio del juego, descargó el arma inclemente contra otro profesor y cinco estudiantes que estaban en el patio, antes de voltear la pistola homicida hacia sí mismo, antes de suicidarse. Replicaba, al parecer, la masacre perpetrada por dos estudiantes de la secundaria de Columbine, en Colorado, en Estados Unidos, la tragedia más grande que registra la historia de la educación secundaria en aquel país.

Vinieron, pues, los cuestionamientos. Elegí para ilustrar mi propósito los dos siguientes:

Maestra de Izúcar:  ¿Qué nos recomienda usted, qué hacer frente a la amenaza de que se repita la tragedia del Colegio Miguel de Cervantes de Torreón, Coahuila…?, ¿Se debe regresar al plan de mochila sana y segura?


Maestra de San Martín: Si ya se canceló el programa operativo mochila segura, ¿quién nos va garantizar que mañana, dios no lo quiera, se presente una situación similar…?

Las interrogantes hicieron que el auditorio se removiera inquieto, nervioso, sobre sus asientos, un rumor fue subiendo de tono hasta convertirse en coro cuando las profesoras soltaron como oscuros enigmas sus preguntas. Me quedé paralizado, podía responder, con datos estadísticos e información de política educativa comparada, por el estado de los derechos políticos, económicos, sociales y culturales, pero nunca me preparé para responder la pregunta crucial: la pregunta por el derecho a la vida.

Eran cuestionamientos sobre los fundamentos del pacto social en México, sobre la validez y legitimidad del contrato social, porque el miedo, según recuerdo de Thomas Hobbes, es el origen que posibilita saltar del Estado de Naturaleza al Estado civil, pero no cualquier miedo sino el miedo a una muerte violenta, ahí reside el secreto del pacto de sujeción y de la primera forma del Estado moderno. El pueblo cede parte de sus libertades al poder soberano, para que lo libre de una muerte violenta. ¿Qué pasa cuando el Estado no garantiza ese derecho efectivamente…?

Lo que los docentes estaban desocultando era una disposición afectiva, un estado emotivo primario, de conservación y afirmación de la vida, de incertidumbre frente a la ausencia de un Estado, no parecían tener la certeza de que el Rey de los soberbios, el Leviatán, pudiera someter a las fuerzas del mal. 
El desasosiego de las profesoras y profesores era la expresión del miedo al que están diariamente sometidas las escuelas y las aulas -el sistema educativo en su totalidad-, pues viven temerosas por la alta probabilidad de ser víctimas de la violencia impune.

El tema que ellas estaban introduciendo era la cúspide del derecho internacional: el derecho a una vida digna.

Una vez que me repuse del sorpresivo giro que tomaron las circunstancias traté de responder que el derecho a la intimidad personal y familiar se considera inalienable, intransferible e imprescriptible, que es un principio sagrado de los filósofos liberales, pues está relacionado con la protección a la dignidad de los seres humanos. La conquista del derecho a la intimidad –continué- nos había llevado muchos siglos, tuvieron que pasar muchas inquisiciones, muchos tribunales de la fe y muchos crímenes de odio para su coronación como principio fundamental de las libertades y derechos humanos.

En esa intimidad se incuba la semilla de la libertad de conciencia, la libertad de expresión, la libertad de crítica. Y concluí que por todo ello no podíamos olvidar, abandonar, el derecho a la intimidad de los estudiantes.

En suma, que no me parecía una buena política escolar atentar contra la intimidad que, como la correspondencia, atesoran las mochilas del estudiantado. Que equivaldría a invertir el principio básico del derecho que reza que “todos somos inocentes hasta que no se demuestre lo contrario” por el de “todos somos culpables mientras no se demuestre la inocencia”.

Les comenté que en la intimidad de la casa, quizá, las madres y los padres de familia pudieran revisar las mochilas de los menores de edad antes de que fuesen a la escuela. Sentí que mis argumentos racionales y razonables resultaban muy endebles, débiles para calmar las acusadas expresiones de temor.

A regañadientes, podría decirse, las profesoras y profesores aceptaron mis argumentos, reconocían la lógica y el contenido, pero mis razones no calmaban sus miedos, sus enojos, sus malestares contra el sistema, contra el escenario de violencia impune que impera en sus regiones.

Pude sentir el miedo a una muerte violenta en las escuelas, flotando, intoxicando el ambiente. En ese contexto un profesor de Izúcar de Matamoros, un maestro mayor que no vio más que viento en mis palabras, demagogia –debe haber pensado-, tomó decidido la palabra para fijar su posición. Era un tono enérgico, mostraba un sentimiento de enojo contenido, porque su voz lindaba con el grito cuando me dijo que mi manera de pensar era muy irresponsable, porque los dejaba inermes a ellos, a los profesores. Pude percibir que yo era la representación, en ese momento, de la ausencia de responsables de la probabilidad de la violencia escolar en las escuelas. Volví a pensar con Nussbaum que el miedo socava la fraternidad de la vida escolar.

Y es que el miedo extremo nos conduce a dar palos de ciego, buscamos y no encontramos quiénes son, bien a bien, los responsables de la descomposición social por la que atraviesa México. En el sistema educativo ocurre lo mismo cuando se habla de la catástrofe estridente, los medios suelen arremeter contra la dignidad del magisterio de manera infame, los padres y madres de familia se levantan igual contra las autoridades educativas que contra los maestros. Mientras el magisterio responsabiliza a los padres y a los directivos, los sindicatos de maestros responsabilizan a las autoridades educativas y, desde luego, la acusación tiene un oscuro camino de regreso.

En esa confusión de responsabilidades y culpabilidades no es extraño que el sentimiento de impotencia aflore en el magisterio, que el miedo a la muerte violenta sea el impulso anímico sobre el cual se monte el enojo y la ira, porque aunque queremos intervenir, participar para transformar los escenarios, no encontramos el camino, no sabemos cómo hacerlo efectivamente.

Es una ira que nace del sentimiento de la propia vulnerabilidad, del desmoronamiento de las instituciones de justicia. Los griegos y los romanos, nos recuerda Nussbaum, consideraban a la ira como un veneno mortal contra cualquier régimen democrático y los primeros declararon un guerra cultural a la ira vengativa, basta recordar las primeras líneas de la Iliada que canta la ira de Aquiles, quien termina reconciliado con su enemigo, el Rey Príamo, dejando atrás los crímenes inspirados por el deseo de venganza, por la muerte de su querido amigo Patroclo.

Y pienso que tal vez hemos reparado muy poco en la extensión que el miedo está generando en las comunidades escolares, una emoción que, combinada con la ira y la culpabilización (de los otros, los diferentes), desemboca en el asco (un pensamiento de contaminación), en los crímenes de odio, como ha sucedido contra las mujeres, indígenas, pobres, musulmanes, judíos, afrodescendientes, homosexuales, transexuales, con un largo y enlutecido  etcétera.

El PNCE es un programa preventivo de la SEP que apenas comienza, y considero que es muy pronto para decir nada; no obstante, de sus contenidos se desprende que se trata de disolver o, por lo menos disminuir, el racismo y la pigmentocracia creciente de nuestras sociedades, promover la igualdad de género, el respeto a la diversidad cultural, la diversidad sexual y la aporofobia (el rechazo a los pobres).

La propuesta pedagógica es pertinente, porque incluso recurre a técnicas básicas de meditación (budista) para calmar las emociones y los sentimientos desbordados a la hora de tomar decisiones, para evitar el sufrimiento derivado de la mente de mono, de la inconciencia y disfrute del tiempo presente por estar en el tormento del tiempo pasado y el tiempo futuro.

Sin embargo, como siempre, falta ver qué opinan los grandes capitanes de empresa de la televisión y la radio comerciales de nuestro país y de Estados Unidos, pues ellos son, en la historia real, como nos enseñó Pablo Latapí Sarre, con su programación violenta, lacrimógena, banal, racista, homófoba, sensiblera, los únicos y verdaderos criadores de las políticas culturales de las emociones entre la niñez y la juventud de México y el mundo entero.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-miedo-y-la-ira-en-la-vida-escolar/

Imagen: https://pixabay.com/photos/hiding-boy-girl-child-young-box-1209131/

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La tortura y asesinato de una niña de siete años disparan la ira en México por la violencia de género

América/México/Autor: Elena Reina/Fuente: elpais.com

 

El brutal asesinato de una niña de siete años en un barrio del sur de la capital mexicana obliga al Gobierno de México a tomar medidas urgentes sobre la violencia que vive el país. Después de seis días desaparecida, este fin de semana, el cadáver de Fátima Cecilia Aldriguett Antón fue hallado en bolsas de basura y con señales de haber sido torturada. Este caso se ha convertido en el último símbolo de indignación de un país que cada día rompe los récords de la tragedia. En México mueren asesinadas 10 mujeres al día y, en total, hay más de 90 homicidios en 24 horas. El presidente López Obrador ha achacado este lunes lo sucedido a la moral individualista y al pensamiento conservador. Una respuesta que ha irritado todavía más a un país que vive una situación extrema.

La última vez que se vio a la niña con vida salía del colegio. El 11 de febrero, su familia puso una denuncia por desaparición. Y menos de una semana después, el país observa lo que ya había leído o visto en las noticias antes: el cadáver de la menor, torturado, desnudo y tirado en la calle. El caso de Fátima no es el único en estos años en los que los feminicidios se han multiplicado: en 2018 murieron asesinadas 3.752 mujeres, según los últimos datos oficiales, y 1.463 menores de edad, según las cifras de la Red por los Derechos de la Infancia (REDIM). «A Fátima no la mató el neoliberalismo», responden muchos usuarios de Twitter a López Obrador.

Según la investigación de la Fiscalía, una mujer que todavía no han identificado recogió a la niña de la escuela el 11 de febrero antes de que llegara alguien de su familia. Su madre fue a recogerla más tarde, pero ya no la encontró. En un vídeo de las cámaras de seguridad de la calle que han mostrado las autoridades se observa a la señora de la mano de la pequeña por el municipio de Xochimilco, en el sur de la capital. La jefa de la Fiscalía local, Ernestina Godoy, ha informado este lunes de que esta mujer es la principal sospechosa del crimen de Fátima, aunque todavía no han dado con su paradero. La institución ha anunciado este lunes una recompensa de dos millones de pesos (unos 107.750 dólares, más de 99.400 euros) a quien proporcione información sobre el caso.

En la puerta del Instituto Forense de la capital, poco después del reconocimiento del cadáver, la madre de Fátima, María Magdalena Antón, exigió delante de la jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, que se hiciera justicia y acusó a un hombre, Alan Herrera, de haber cometido el crimen. «No conozco a esa señora, pero fue mandada por Alan Herrera», denunció ante las cámaras que la esperaban a la salida de la morgue. Antón alegó que este hombre, de quien las autoridades no han proporcionado más información, ya había agredido a otros familiares. «Hoy fue mi hija, mañana puede ser la de cada uno de ustedes», advirtió la madre.

La semana pasada, otro feminicidio indignaba al país. El de Ingrid Escamilla, de 25 años. Su pareja confesó, en un vídeo brutal filtrado por las autoridades, la saña con la que había acabado con su vida. Las fotos del cuerpo de la joven aparecieron en las páginas de los medios de comunicación locales. Y cientos de mujeres se manifestaban por la dignidad de una víctima más de la violencia machista en una protesta histórica.

Los casos de mujeres asesinadas se agolpan a las puertas de los despachos del Gobierno sin que se hayan anunciado medidas urgentes. Abril Pérez Sagaón fue asesinada el 25 de noviembre después de haber denunciado que su entonces marido, Juan Carlos García, exdirector de Amazon en México, había intentado matarla. El día que había acudido a la capital a seguir con los trámites de la demanda, mientras viajaba en un coche con sus hijos, un hombre le disparó en la cabeza y en el cuello. Sagaón era una de las pocas mujeres que se atrevían a denunciar en este país, solo una de cada nueve. Tres meses después de su asesinato, todavía no hay un detenido.

Las manifestaciones contra la violencia machista también se han multiplicado. Y las respuestas del presidente de México, de momento, han tratado de relacionar la crisis de violencia que asola al país con una campaña para desprestigiar su Gobierno. Este lunes, en su conferencia de prensa matutina, López Obrador enfrentaba el movimiento feminista, según lo que había leído en redes sociales, con su desempeño: «Existe un pensamiento conservador. Feminismo sí, transformación no. O es mejor el feminismo que la transformación. No, es parte de lo mismo. Es ver el árbol y no ver el bosque. Estamos viviendo un momento estelar en la vida pública de nuestro país, se está llevando a cabo un momento estelar. ¿Cuándo se había enfrentado así la corrupción?».

La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, comentaba este lunes a través de su cuenta de Twitter que es «indignante, aberrante, doloroso que alguien sea capaz de herir a una niña; este crimen no va a quedar impune». Pero en México, al menos ocho de cada 10 delitos no reciben una sentencia condenatoria.

Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2020/02/17/actualidad/1581961625_590259.html

 

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En medio de una crisis del aprendizaje, los Parlamentos deben asegurar los recursos para la educación

América/Estado Unidos/19/02/2020/Autor y fuente: news.un.org

 

En el mundo hay 670 millones de analfabetos pese a que la educación es fundamental para poder prosperar social y económicamente. Los Parlamentos de todo el mundo representan un papel clave para garantizar que se asignan los recursos financieros adecuados en esta materia en todos los presupuestos nacionales.

En su discurso ante la reunión anual de la Unión Interparlamentaria en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, el presidente de la Asamblea General dijo que la educación es una de sus prioridades y alentó a los parlamentarios a que aseguren el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4 de la Agenda 2030, dedicado a la educación.

Tijjani Muhammad-Bande subrayó que para brindar a los jóvenes «el mejor comienzo posible en la vida», ese Objetivo debe financiarse adecuadamente.

Por su parte, la mexicana Gabriela Cuevas Barrón, presidenta de la Unión Interparlamentaria, habló de la existencia de una «crisis del aprendizaje» global.

En la actualidad, uno de cada cuatro países no asigna el 4% de su producto interno bruto (PIB) ni destina el 15% de la inversión pública a la educación. Ambos umbrales son los mínimos que recoge la meta número 4 para su cumplimiento.

«Si queremos abordar la crisis de aprendizaje y que los estudiantes alcancen los niveles mínimos de alfabetización y competencia básica en matemáticas a nivel mundial, debemos invertir en nuestra gente, en particular en nuestra juventud«, subrayó Muhammad-Bande.

Igualdad de oportunidades educativas

También sostuvo que para aprender, los estudiantes requieren un entorno seguro, libre de intimidación, instalaciones sanitarias, agua potable, electricidad y conectividad a internet.

«Por lo tanto, está claro que solo podemos avanzar en el Objetivo número si lo enfocamos como un área transversal que abarca múltiples carteras gubernamentales”, afirmó antes de añadir que “un plan de estudios sólido, enseñado por maestros bien entrenados, es esencial para garantizar un alto nivel de aprendizaje que satisfaga las necesidades de los estudiantes, de hecho, las necesidades de la sociedad».

También enfatizó que cada estudiante debe tener las mismas oportunidades para estudiar todas las materias, especialmente las niñas en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.

Al señalar que solo el 35% de los estudiantes en esas materias son mujeres, destacó la necesidad de «alentar a las mejores y más brillantes niñas y a los mejores y más brillantes niños a seguir sus carreras» en estos campos «si queremos tener éxito en la construcción de un mundo resiliente y climáticamente inteligente».

Educación para la juventud más vulnerable

Muhammad-Bande comentó entonces que para los niños atrapados en un conflicto, la escuela brinda estabilidad y esperanza de un futuro más brillante. Con cada año de educación, se reduce el riesgo de la participación de los jóvenes en el conflicto en un 20%. Además, los graduados de educación secundaria exhiben más tolerancia hacia las personas de diferente raza, religión y estatus migratorio que sus pares de educación primaria.

«Debemos proporcionar a los jóvenes las herramientas que necesitan para convertirse en constructores de la paz. No hacerlo, sería fallar una generación”, añadió.

Por todo ello, llamó a los parlamentarios a garantizar la financiación y cumplimiento del Objetivo número 4 diciendo que «no hay una razón justificable para que 265 millones de niños no vayan a la escuela en este mismo momento».

«Si no invertimos en nuestra gente, especialmente en nuestra juventud, fallaremos en el mandato principal de las Naciones Unidas, que es mantener la paz y la seguridad para todos«, concluyó el presidente de la Asamblea General.

Una crisis de aprendizaje global

Por su lado, Cuevas Barrón detalló una serie de desafíos por los que atraviesa la educación, destacando que estadísticamente 670 millones de adultos son analfabetos; que 258 millones de niños no estarán escolarizados en 2030; que en la actualidad se necesitan 69 millones de docentes en todo el mundo; y que se requieren 39.000 millones de dólares a nivel mundial para construir escuelas y mejorar capacidades

Reconociendo que la desigualdad prevalece hoy en día, la presidenta de la Unión Interparlamentaria citó la educación como «un elemento clave» para alcanzar un planeta más inclusivo e igualitario.

Sostuvo que si los niños reciben una educación de calidad, cerca de sus hogares con la infraestructura adecuada, estarán mejor preparados para una vida más próspera.

«El verdadero problema de la desigualdad no es que solo sea la lucha de la mujer», señaló, antes de afirmar: «Es que es una lucha de todos».

«Necesitamos entender que un verdadero cambio cultural solo va a suceder cuando logremos la educación de las niñas y niños, e incluyamos a los hombres en la creación de un planeta más inclusivo», explicó.

Cuevas Barrón continuó diciendo que: «Los gobiernos negocian y firman acuerdos internacionales (…) pero para una implementación real, se necesita traducirlos a la legislación nacional y a los presupuestos«.

Para terminar, destacó que la UIP puede ser «un puente importante entre los compromisos internacionales y las realidades locales».

Fuente e imagen: https://news.un.org/es/story/2020/02/1469731

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Cerebro: científicos descubren como podrían sanar el estado de coma

América/Estados Unidos/19/02/2020/autor: Felipe Garrido/ fuente: www.fayerwayer.com

A través de un implante en el cerebro los expertos podrían despertar a una personas que se encuentra en estado de coma irreversible.

Un importante hallazgo han realizado un grupo de científicos de la Universidad de Winsconsin, quienes encontraron una manera en que se podría reactivar un cerebro en una persona en estado de coma.

Pero, ¿Cómo se podría lograr algo así?. los expertos se dedicaron a estudiar una zona en el cerebro llamada Tálamo, donde se desarrollaría el estado de la conciencia.

En ella, se ha descubierto una pequeña zona de solo milímetros de largo en la que, cuando fue estimulada en cerebros de monos que estaban bajo ese estado, se pudo despertar y mantenerlos conscientes.

Cerebro y el estado de coma

Diversos escáneres sugirieron a los investigadores este importante hallazgo, donde podría ser un paso importante para algún día ser aplicado en seres humanos que lamentablemente se mantienen en este estado de conciencia.

Para realizar la activación de la zona, los investigadores insertaron una serie de electrodos en el cerebro de los monos, lograron registrar actividad en ellos en diferentes partes de su estructura cerebral. Fue en aquel momento donde identificaron la zona llamada Tálamo Lateral Central.

Como medida posterior, aplicaron un enfoque llamado Estimulación Lateral Profunda en macacos que se encontraban anestesiados, para así comenzar a administrar pulsos eléctricos profundos en esta región. Este mecanismo logra la activar el cerebro mediante un grupo de electrodos que son insertados tras una operación.

En palabras del equipo de expertos «A los dos segundos de comenzar la estimulación en los monos, los animales poco a poco comenzaron a abrir los ojos, hacer diversos movimientos corporales y además alcanzar objetivos, mirando en la habitación como si saliera de la anestesia completamente, a pesar de seguir bajo este efecto».

Luego de terminar con el proceso de estimulación, el mono volvió a dormirse de forma inmediata. El estudio fue todo un éxito para el equipo de investigación, quienes ahora se enfocarán en hacer más pruebas y certificaciones para ser aplicado en un futuro cercano en humanos.

Fuente e imagen: https://www.fayerwayer.com/2020/02/cerebro-posible-cura-estado-coma/

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Los bancos ganaron 166 % más en 2019: ¿y cuánto recibió la educación pública?

Por: Nathalia González Seligra y Federico Puy.

Ya arrancó la paritaria nacional docente y hubo reuniones en varias provincias. Nicolas Trotta, el ministro de Educación quiere quitar la cláusula gatillo y pide “responsabilidad” y mesura a la hora de discutir plata para educación y salarios, mientras su gobierno negocia pagar a bonistas y FMI. La deuda, es con la educación y las y los trabajadores. ¿Qué plantea la izquierda?

Necesitamos recuperar todo lo perdido bajo los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri. Nuestro salario perdió entre un 30, 40 o 50 por ciento (según informes de sindicatos provinciales) de poder adquisitivo, mientras que las grandes patronales amasaron fortunas. Las familias de nuestros chicos se quedaron sin trabajo, o hacen changas en forma precarizada y no llegan a fin de mes. La canasta básica familiar según el propio Indec está en $62 mil pesos y los alimentos aumentaron en enero un 4,7% y va a seguir subiendo porque anuncian nuevos tarifazos. Estas tarifas que tanto afectan a nuestros pibes y sus familias, que muchas veces el único plato de comida caliente que comen es en la escuela, porque prender una hornalla es un lujo.

La importancia de la cláusula gatillo

Comenzó la discusión paritaria y Hugo Yasky, diputado nacional por el Frente de Todos y dirigente de la CTA dijo por los medios que “la cláusula gatillo en las paritarias genera inercia inflacionaria», el mismo discurso que tiene Trotta y los funcionarios del gobierno. Estas declaraciones fueron en consonancia con las de Alberto Fernández.

Ya hay dos provincias afectadas por la quita de la cláusula gatillo, que correspondía a la negociación del año pasado a nuestro salario. Se movilizaron en Tucumán, los docentes junto a estatales y trabajadores de la salud, en Mendoza. En la provincia de Buenos Aires el gobernador Axel Kicillof, optó por los buitres antes que la educación. O la propia provincia de Chubut, donde los bonistas exigen $650mil millones de dólares a la provincia y se adeuda la cláusula gatillo a los docentes.

Yasky se hace eco de los funcionarios que quieren imponer paritarias maniatada y cuando se habla de aumento de salario nos piden que más seamos solidarios con los menos tienen. Los docentes trabajamos todos los días con las familias que vemos cómo ingresan en la más absoluta pobreza, sabemos de qué se trata, no nos las tienen que contar. Somos solidarios todos los días poniendo de nuestros bolsillos para material didáctico o ropa y zapatillas cuando una mamá nos cuenta porque no manda a sus hijos al colegio ¿Por qué a los que más ganaron con la era de Mauricio Macri no se les pide absolutamente nada?, y es más, en algunos casos le dieron nuevos beneficios como a las petroleras y mineras.

Miremos sino las fabulosas ganancias de los Bancos privados, solo en 2019 – $ 262.332 millones. Es decir, un 166% más que en 2018. Pero en cambio con nuestros viejos y viejas, el ajuste empieza a partir de una módica jubilación $ 16.200, para alguien que laburo años y años. Y a los trabajadores se les pide mesura ¿Porque no ajustan a los bancos, petroleras, grandes empresarios del campo?

La deuda es con los pibes y la educación

Desde hace muchos años la educación viene en caída libre, gracias a las políticas educativas neoliberales implementadas desde los 80, con una educación ligada a las necesidades de las grandes patronales, del trabajo precario y de la necesidad del capital de reproducir mano de obra barata. La baja en los presupuestos educativos, los constantes ataques a los docentes, la precarización enorme en la juventud y la constante pauperización de las familias que concurren a la escuela pública.

Aunque da bronca, vale la pena recordar que más de 700 mil chicos de 5 a 15 años trabajan en el país, y según UNICEF hay un 47,7 por ciento de los hogares con niños y adolescentes que no cubren la canasta básica y 5,6 millones de niños son pobres, de ellos, 1,3 millón está en la indigencia. Esto se profundizará. Hay que unirnos desde las escuelas con todas estas familias, con la juventud y organizarse, para pelear contra estas condiciones de vida que quieren imponernos.

¿Cómo salimos de esta crisis?

Con respecto a la crisis que dejó Macri y la deuda hay que tomar decisiones fuertes, como planteó nuestro compañero Nicolás del Caño y el Frente de Izquierda en campaña. Desconociendo esta deuda el país se ahorraría millones y millones, que como ya se demostró es ilegal, ilegítima y fraudulenta. Es falsa la idea de que se podía cumplir la deuda y frenar el ajuste. Mientras se negocie para pagar, la contrapartida va a ser una política que haga caer los costos sobre sectores de la clase trabajadora y el pueblo, nunca sobre los banqueros. Aunque lo quieran tapar con discursos de «solidaridad». Hay que hacer un gran ahorro nacional desconociendo soberanamente la deuda y volcando esas decenas de miles de millones de dólares a servicio de las necesidades del pueblo trabajador. Es lo contrario a subordinarse a los dictados del FMI y los buitres como está haciendo Alberto.

Por eso la tarea, tenemos que asumirla en conjunto trabajadores, estudiantes, familias jubilados movilizándonos e imponer en las calles otro programa, otra política al servicio de las mayorías. Esa es la solidaridad que tenemos que desarrollar, pelear juntos por nuestros intereses.

Para evitar la crisis y un posible “default”, se hace necesario desconocer la deuda no pagarla y nacionalizar la banca para que no fuguen los capitales, los mismos que se beneficiaron de la deuda, ya que los grandes bancos privados y todo el sistema está organizado no para proteger a los pequeños ahorristas (cómo vimos en 2001), sino para proteger a los mismos ricos que toman deuda fraudulenta y cada vez que las cosas se ponen feas la fugan al exterior.

El país recaudaría nacionalizando el comercio exterior, hoy en manos de las cerealeras y otras patronales agrarias, y seguramente con estas medidas habría decenas de millones de dólares por año para bajar las tarifas. Y nacionalizar el sistema energético para no quedar atrasados tecnológicamente y hacer un plan de obras públicas para construir un millón de viviendas, hospitales, escuelas, pagar a los jubilados la canasta básica, entre otras medidas de emergencia. Sólo una nacionalización de la banca y de las grandes empresas estratégicas podrá crear empleo y superar la pobreza.

¿Qué deben hacer nuestros sindicatos?

En toda la Argentina somos más de un millón y medio de docentes, de todos los niveles. Hay una escuela en cada pueblo y en cada ciudad. Miren la fuerza y la extensión que tenemos y el lugar que ocupamos. Somos parte, como trabajadores de la educación, del conjunto de la clase trabajadora en Argentina que van desde los que abren las escuelas, los que construyen casas, trabajan en las fábricas y comercios, y los que manejan los transportes. Nosotros trabajamos con los hijos e hijas de toda esta clase trabajadora.

Los sindicatos nacionales como CTERA tienen que tomar en sus manos estas problemáticas y convocar a movilizar. En primer lugar hay que poner en pie asambleas por escuela, por zona y distrito y debatir de abajo para arriba para tomar resoluciones. En relación al salario tenemos que defender la cláusula gatillo y conseguir un aumento que nos permita superar realmente a la inflación. Pelear por un básico unificado nacional sin sumas en negro, nacionalizar el sistema educativo acabando con los resabios de la ley federal de Educación de Menem y la fragmentación que mantuvo la Ley Nacional.

La CTERA tiene la fuerza de hacer desde Ushuaia a la Quiaca una fuerte campaña ¡La deuda es con el pueblo! partiendo de la necesidad de no pagar esta estafa y explicando por ejemplo, que si se elige pagar a los bonistas y arreglar con el FMI, las primeras en golpear serán nuestras escuelas. Para los que conocemos o conservamos memoria de las grandes luchas que dimos los docentes, tanto el Maestrazo de 1989 como las luchas provinciales previas al 2001, o la importante lucha en Provincia cuando los docentes cantábamos “A ver Cristina, a ver si nos entendemos, con 1800 pesos, de básico no comemos / Derrochan millones, pagando a Repsol/ y no dan un peso, para educación. / Los trabajadores salimo’ a luchar / ganemos las calles, huelga general”, cuando se acuerda con los buitres y el Fondo vienen por nuestros derechos. Hoy tenemos como apoyo seccionales y sindicatos provinciales recuperados por la izquierda, para poner otra política y otros intereses por delante.

Los docentes del PTS en el Frente de Izquierda Unidad, desde la Corriente Nacional 9 de Abril, con presencia en decenas provincias, somos socialistas y peleamos día a día contra la clases social de los especuladores y los ricos, por ellos defendemos nuestro salario, enfrentamos tarifazos y ajustes a jubilados y el pueblo.. Los dueños de la Argentina son duros contra los trabajadores, pero cobardes frente al FMI y a los grandes acreedores. Sólo una gran fuerza de trabajadores puede movilizar a todo el pueblo, conquistar un gobierno de los trabajadores que no se agache ante los poderosos para frenar décadas y décadas de decadencia nacional.

Fuente del artículo: https://laizquierdadiario.com/Los-bancos-ganaron-166-mas-en-2019-y-cuanto-recibio-la-educacion-publica

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Ilustrador crea mapamundi de la literatura

Por:  QS Noticias.

En el mapa, el ilustrador coloca por país su obra literaria más sobresaliente.

En el 2017, un usuario de Reddit identificado como “Backforward24”, con ayuda de los usuarios de la plataforma comenzó a elaborar un mapa del mundo, ilustrado con las obras literarias más representantes de cada país.

Para este proyecto de nombre “mapa literario”, la recopilación y selección de títulos fue la parte más laboriosa, pues de algunos países hay grandes concentraciones de obras y autores sobresalientes.

Fue este unos de los problemas que tuvo el autor en la primera versión del mapa, pues la obra seleccionada para España no fue Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, en un principio estaba en su lugar, “Sombra del viento”, de Carlos Ruiz Zafón, selección que causo varios descontentos, por lo que tuvo que ser corregido.

Finalmente, la lista que incluye 144 países quedó de la siguiente manera:

1. Afganistán: Cometas en el cielo, de Khaled Hosseini
2. Albania: El general del ejército muerto, de Ismaíl Kadaré
3. Alemania: Los Buddenbrook, de Thomas Mann
4. Angola: A Gloriosa Familia, de Pepetela
5. Antillas Menores: El ancho mar de los Sargazos, de Jean Rhys
6. Arabia Saudí: Ciudades de sal, de Abderrahmán Munif
7. Argelia: El extranjero, de Albert Camus
8. Argentina: Ficciones, de Jorge Luis Borges
9. Armenia: El visionario, de Raffi
10. Australia: Cloudstreet, de Tim Winton
11. Austria: El hombre sin atributos, de Robert Musil
12. Azerbaiyán: Blue Angels, de Chingiz Abdullayev
13. Bahamas: The Measure of a Man, de Sidney Poitier
14. Bangladés: Días de amor y guerra, de Tahmima Amam
15. Bélgica: La pena de Bélgica, de Hugo Claus
16. Belice: Beka Lamb, de Zee Edgell
17. Bielorrusia: Voces de Chernóbil, de Svetlana Alexievich
18. Bolivia: Raza de bronce, de Alcides Arguedas
19. Bosnia y Herzegovina: Diario de Zlata, de Zlata Filipovic
20. Botswana: La primera agencia de mujeres detectives, de Alexander McCall Smith
21. Brasil: Don Casmurro, de Machado de Assis
22. Brunei: Some Girls: My Life in a Harem, de Jillian Lauren
23. Bulgaria: Bajo el yugo, de Ivan Vazov
24. Bután: The Circle of Karma, de Kunzang Choden
25. Camboya: Se lo llevaron, de Loung Ung
26. Camerún: El viejo y la medalla, de Ferdinand Oyono
27. Canadá: Ana de las tejas verdes, de L. M. Montgomery
28. Chad: Las raíces del cielo, de Romain Gary
29. Chile: La casa de los espíritus, de Isabel Allende
30. China: Sueño en el pabellón rojo, de Cao Xueqin
31. Colombia: Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez
32. Corea del Norte: Los acuarios de Pyongyang, de Kang Chol Hwan
33. Corea del Sur: La vegetariana, de Han Kang
34. Costa Rica: La isla de los hombres solos, de José León Sánchez
35. Croacia: Café Europa, de Slavenka Drakulik
36. Cuba: Havana Bay, de Martin Cruz Smith
37. Dinamarca: La señorita Smila y su especial percepción de la nieve, de Peter Høeg
38. Ecuador: Huasipungo, de Jorge Icaza
39. Egipto: Entre dos palacios, de Naguib Mahfuz
40. El Salvador: Bitter Grounds, de Sandra Benítez
41. Emiratos Árabes Unidos: The Sand Fish, de Maha Gargash
42. Eslovaquia: Los ríos de Babilonia, de Peter Pišťanek,
43. Eslovenia: Alamut, de Vladimir Bartol
44. España: Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes
45. Estados Unidos: Matar un ruiseñor, de Harper Lee
46. Estonia: Verdad y justicia, de A. H. Tammsaare
47. Etiopía: Beneath the Lion’s Gaze, de Maaza Mengiste
48. Filipinas: Noli Me Tangere, de José Rizal
49. Finlandia: Soldados desconocidos, de Väinö Linna
50. Fiyi: Tales of the Tikongs, de Epeli Hau’ofa
51. Francia: El conde de Montecristo, de Alejandro Dumas
52. Georgia: The Knight in the Panther’s Skin, de Shota Rustaveli
53. Grecia: La Ilíada, de Homero
54. Groenlandia: Islands, the Universe, Home, de Gretel Ehrlich
55. Guatemala: Hombres de Maíz, de Miguel Ángel Asturias
56. Guayana Francesa: Papillon, de Henri Charrière
57. Guyana: El palacio del pavo real, de Margarita Mateo Palmer
58. Haití: Breath, Eyes, Memory, de Edwige Danticat
59. Honduras: Cipotes, de Ramón Amaya Amador
60. Hungría: Eclipse of the Crescent Moon, de Géza Gárdonyi
61. Islandia: La voz, de Arnaldur Indriðason
62. India: El dios de las pequeñas cosas, de Arundhati Roy
63. Indonesia: Hijo de todos los pueblos, de Pramoedya Ananta Toer
64. Irán: Shahnameh, el Libro de los Reyes, de Ferdousí
65. Iraq: El loco de la plaza Libertad, de Hassan Blasim
66. Irlanda: Ulises, de James Joyce
67. Islas Salomón: Suremada, de Rexford T. Orotaloa
68. Israel: Amaneceres en Jenin, de Susan Abulhawa
69. Italia: La divina comedia, de Dante Alighieri
70. Jamaica: Breve historia de siete asesinatos, de Marlon James
71. Japón: Kokoro, de Natsume Soseki
72. Kazajistán: The Book of Words, de Abay Qunanbayuli
73. Kenia: Pétalos de sangre, de Ngũgĩ wa Thiong’o
74. Kirguistán: Jamilia, de Chingiz Aitmatov
75. Kuwait: A Map of Home, de Randa Jarrar
76. Laos: In the Other Side of the Eye, de Bryan Thao Worra
77. Latvia: Nāvas Ena, de Rūdolfs Blaumanis
78. Líbano: The Hakawati, de Rabih Alameddine
79. Libia: Solo en el mundo, de Hisham Matar
80. Lituania: White Field, Black Sheep: A Lithuanian American Life, de Daiva Markelis
81. Luxemburgo: In Reality: Selected Poems, de Jean Portante
82. Macedonia: La hermana de Freud, de Goce Smilevski
83. Malasia: El jardín de las brumas, de Tan Twan Eng
84. Mali: Sundiata: An Epic of Old Mali, de Mamadou Kouyaté
85. Marruecos: El niño de arena, de Tahar Ben Jelloun
86. Mauritania: Silent Terror: A Journey into Contemporary African Slavery, de Samuel Cotton
87. México: Pedro Páramo, de Juan Rulfo
88. Moldavia: Siberian Education, de Nivolai Lilin
89. Mongolia: Cielo azul, de Galsan Tschinag
90. Montenegro: Montenegro, de Starling Lawrence
91. Mozambique: Tierra sonámbula, de Mia Couto
92. Myanmar: Smile as they Bow, de Nu Nu Yi
93. Namibia: Born of the Sun, de Gillian Cross
94. Nepal: Palpasa Café, de Narayan Wagle
95. Nicaragua: El país bajo mi piel, de Gioconda Belli
96. Níger: Sarraounia, de Abdoulaye Mamani
97. Nigeria: Todo se desmorona, de Chinua Achebe
98. Noruega: Hambre, de Knut Hamsun
99. Nueva Zelanda: The Bone People, de Keri Hulme
100. Omán: The Turtle of Oman, de Naomi Shihab Nye
101. Países Bajos: El descubrimiento del cielo, de Harry Mulisch
102. Pakistán: El fundamentalista reticente, de Mohsin Hamid
103. Panamá: Plenilunio, de Rogelio Sinán
104. Papúa Nueva Guinea: Death of a Muruk, de Bernard Narokobi
105. Paraguay: Yo el Supremo, de Augusto Roa Bastos
106. Perú: Lituma en los Andes, de Mario Vargas Llosa
107. Polonia: Pan Tadeusz, de Adam Mickiewicz
108. Portugal: Baltasar y Blimunda, de José Saramago
109. Puerto Rico: Cuando era puertorriqueña, de Esmeralda Santiago
110. Qatar: The Emergence of Qatar, de Habibur Rahman
111. Reino Unido: Grandes Esperanzas, de Charles Dickens
112. República Centroafricana: Batouala, de René Maran
113. República Checa: Las aventuras del valeroso soldado Schwejk, de Jaroslav Hašek
114. República Democrática del Congo: El antipueblo, de Sony Labou Tansi
115. República Dominicana: La maravillosa vida breve de Oscar Wao, de Junot Díaz
116. Rumanía: El bosque de los ahorcados, de Liviu Rebreanu
117. Rusia: Guerra y paz, de León Tolstoi
118. Serbia: Diccionario Jázaro, de Milorad Pavić
119. Siria: El lado oscuro del amor, de Rafik Scahmi
120. Somalia: The Orchard of Lost Souls, de Nadifa Mohamed
121. Sri Lanka: El fantasma de añil, de Michael Ondaatje
122. Sudáfrica: Desgracia, de J. M. Coetzee
123. Sudán Sur: They Poured Fire on Us from the Sky, de Benson Deng, Alephonsion Deng, Benjamin Ajak y Judy A. Bernstein
124. Sudán: Lyrics Alley, de Leila Aboulela
125. Suecia: La saga de Gosta Berling, de Selma Lagerlöf
126. Suiza: Heidi, de Johanna Spyri
127. Surinam: The Cost of Sugar, de Cynthia McLeod
128. Tailandia: Four Reigns, de Kukrit Pramoj
129. Taiwán: Green Island, de Shawna Yang Ryan
130. Tanzania: Desertion, de Abdulrazak Gurnah
131. Tayikistán: Hurramabad, de Andrei Volos
132. Timor Este: La redundancia del valor, de Timothy Mo
133. Turkmenistán: The Tale of Aypi, de Ak Welsapar
134. Turquía: Me llamo Rojo, de Orhan Pamuk
135. Ucrania: Muerte con pingüino, de Andrei Kurkov
136. Uganda: Crónicas abisinias, de Moses Isegawa
137. Uruguay: Fútbol a sol y sombra, de Eduardo Galeano
138. Uzbekistán: Chasing the Sea, de Tom Bissell
139. Vanuatu: Black Stone, de Grace Mera Molisa
140. Venezuela: Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos
141. Vietnam: El dolor de la guerra, de Bao Ninh
142. Yemen: The Hostage, de Zaid Mutiee Damaj
143. Zambia: Scribbling the Cat: Travels with an African Soldier, de Alexandra Fuller
144. Zimbabue: La casa del hambre, de Dambudzo Marechera

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Fuente de la reseña: https://qsnoticias.mx/ilustrador-crea-mapamundi-de-la-literatura/

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