La Dra. Mariana Romero, académica de la IBERO, dictó la conferencia ‘Convivencia y desarrollo socioemocional’
Pedro Rendón
El exceso de actividades académicas y administrativas en las y los docentes, que es una constante para el magisterio en escuelas públicas, les impide vislumbrar la posibilidad de dar un acompañamiento emocional más cercano a sus estudiantes, señaló la Dra. Mariana Romero Andrade, académica del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
Cumplir con esas tareas y cuidar que el alumnado realice las propias, dificulta que el profesorado brinde acompañamiento emocional, lo cual es hasta contradictorio en cuanto a la implementación curricular de la materia de educación socioemocional, que en algunos casos y momentos determinados se limita a ser impartida como una formación racional de conceptos emocionales.
En su conferencia ‘Convivencia y desarrollo socioemocional’, que impartió en las Jornadas de Pedagogía –organizadas por el Departamento de Educación–, la doctora dijo que, como parte de su labor, las y los maestros “hacen inmensas cantidades de trabajo emocional”, pero éste es más fácil realizarlo cuando es colegiado e incluso cuando hay acompañamiento entre los propios docentes, para que puedan tomar conciencia y tener un reflejo de lo que están viviendo, y esto les resulte de ayuda.
En ese sentido, las reuniones de consejo técnico, que en ocasiones se utilizan para dar más peso a cómo implementar las políticas, los contenidos y demás, pueden igualmente ser espacios para que las y los académicos “se desahoguen, se comprendan, se acompañen”; porque no nada más lo académico es importante, también lo es que cada profesor/a sepa y diga quién es, cómo está y cómo va con sus estudiantes.
Romero, egresada del Doctorado Interinstitucional en Educación, comentó que para que las personas integrantes del claustro puedan trabajar en sus propias emociones -y a su vez ayudar a sus estudiantes a manejar de manera positiva las suyas-, es fundamental, en su vida cotidiana, “visibilizarlas, darles un nombre, hablarlas desde uno mismo con los demás”.
Respecto a las niñas y niños (NN) que viven en comunidades vulnerables, violentas y con pobreza, mencionó que pueden encontrar “un oasis resiliente en sus escuelas”, si son acompañados por sus maestras/os, quienes deben seguir algunas reglas docentes del trabajo emocional, por ejemplo, no mostrar emociones como enojo y tristeza; y tratar de motivar a los infantes.
O como indica una definición que compartió en su presentación sobre qué es ‘educación socioemocional en la vida cotidiana escolar’: Un acompañamiento sin fórmulas, en un sentido pedagógico a partir del encuentro amoroso, asociado a significar las vivencias cotidianas como experiencias, y de esta manera elaborar renovadas comprensiones de sí mismos, de las interrelaciones con los demás, así como de contenidos escolares.
“La vida que se vive –como sea–, mientras sea reflexionada y acompañada, es una posibilidad todo el tiempo de manejar las emociones desde una perspectiva de cuidado, de respeto, de confianza. Cuando no hay esos espacios, pues transita como acontecimientos, como eventos; pero en el momento en que les damos tiempo y espacio, y por medio del lenguaje los vamos discerniendo, pues se dan posibilidades de manejo emocional”, finalizó la psicóloga y terapeuta familiar.
Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/exceso-de-actividades-en-docentes-imposibilita-dar-acompanamiento-emocional-a-estudiantes/
La ‘transformación es real’ a medida que la ciencia de la lectura se afianza en las escuelas públicas
Rupen Fofaria
La escuela primaria Perquimans Central es una escuela para niños desde prejardín de infantes hasta segundo grado en el noreste rural de Carolina del Norte. Hace años, cuando Melissa Fields se desempeñó como directora allí, revisó las Unidades de estudio de Lucy Calkins, un plan de estudios de «alfabetización equilibrada» para enseñar lectura.
Unidades de estudio se basa en un enfoque de lenguaje completo para la instrucción de alfabetización. La versión que usó Perquimans recibió recientemente bajas calificaciones de los evaluadores del plan de estudios, y muchas de sus prácticas, como indicar a los lectores que miren imágenes para adivinar palabras, carecen de evidencia de que funcionan para la mayoría de los estudiantes.
Cuando Fields era director, dijo, parecía funcionar para muchos jóvenes estudiantes. Y para aquellos que todavía tienen dificultades, Fields trató de ofrecer un apoyo más intensivo mediante el uso de dinero de la subvención para capacitar a seis maestros en Recuperación de lectura, una intervención que también se cuestionó en los últimos años .
En los niños de jardín de infantes, de primer grado y de segundo grado, dijo Fields, era difícil ver las desventajas de este enfoque.
“Mi ‘¡ajá!’ llegó cuando pasé a ser director de la escuela secundaria”, dijo. Allí, vio a sus antiguos alumnos, que eran lectores estrella en los primeros grados, que luchaban por leer.
“No tienes suficientes habilidades para sostener ese [crecimiento de lectura]”, dijo Fields. “Se estaban enfocando tanto en la lectura de significado con alfabetización equilibrada, que en realidad no habían adquirido esas habilidades de decodificación lo suficientemente fuertes. Entonces, cuando desaparecieron las señales de la imagen y el texto se volvió más complejo, vimos que estos niños que creíamos que eran lectores en los grados primarios no podían sostener eso a medida que crecían”.
Ese es el “por qué” detrás del fuerte giro de Carolina del Norte para alejarse de la alfabetización equilibrada y la enseñanza del idioma completo. Después de décadas de puntajes constantemente decepcionantes en el dominio de la lectura, el estado recurrió a la legislación para prohibir los programas y prácticas arraigados en el idioma completo.
La Directora Académica de las Escuelas del Condado de Perquimans, Melissa Fields, habla con un estudiante en la Escuela Primaria Perquimans Central. Fields lidera la implementación del distrito de instrucción basada en la ciencia de la lectura. Rupen Fofaria/EducaciónNC
El estado promulgó la Ley de Escuelas Públicas Excelentes de 2021 hace dos años esta semana, pero las escuelas están implementando la ley, que fundamenta la instrucción en la ciencia de la lectura, por primera vez este año escolar.
Ahora, en todo el estado, los educadores hablan de cómo el cerebro aprende a leer y cómo enseñar en sintonía con esa ciencia. El tiempo dirá si mueve la aguja; después de todo, hay un largo viaje de implementación por delante. Pero en medio de las críticas nacionales sobre el uso de la legislación para guiar la alfabetización , muchos líderes educativos y maestros de Carolina del Norte dicen que las cosas ya se ven y se sienten diferentes.
Como director académico del distrito, Fields ahora lidera los cambios de instrucción en Perquimans, modelando el camino para que los maestros se alejen del lenguaje completo.
“La transformación es real”, dijo la directora de la escuela primaria Perquimans Central, Tracy Gregory.
La ciencia del entrenamiento de la lectura es intensa, pero muchas la están adoptando y usándola
Si hace una pausa en los pasillos de varias aulas de primer y segundo grado en todo el estado, notará que la instrucción es similar en diferentes distritos. No hace mucho tiempo, podría variar mucho de una escuela a otra dentro de un solo distrito. Pero los maestros ahora están usando un libro de jugadas comunes, incluso si tienen planos de estudio diferentes.
Como parte de la Ley de Escuelas Públicas Excelentes, los legisladores asignaron dinero para capacitar a los maestros en el “por qué” y el “cómo” de la ciencia de la lectura. El estado ha gastado más de $90 millones para capacitar a los instructores de NC Pre-K, maestros de primaria, entrenadores de instrucción y administradores en Language Essentials for Teachers of Reading and Spelling (LETRS).
LETRS no es un programa o plan de estudios. Es una capacitación que muestra a los maestros lo que los estudiantes necesitan aprender para leer y escribir, y recuperar un alcance y una secuencia en la que los estudiantes deben aprender estas cosas. Cubre los dominios principales de la adquisición de la lectoescritura, como el lenguaje oral, la conciencia fonológica, el vocabulario, la escritura y la ortografía. Y, sí, habla de la importancia de la instrucción fonética clean.
Tienes una idea cuando ves a Tricia Yow parada frente a su clase de primer grado en Endy Elementary en el condado de Stanly.
“Hablemos de nuestra próxima mezcla final”, dice, sosteniendo una tarjeta que muestra “-st” antes de pronunciarla con cuidado. “Recuerde, esas mezclas pueden ser finales un poco complicadas. Cuando están al final de las palabras, podemos escuchar cada sonido de esta palabra, ¿verdad?
Ella quiere que sus alumnos aprendan la combinación, no que se centren en las letras individuales. Toma otra tarjeta con la palabra «debe».
“Podemos escuchar cada sonido, pero tenemos que asegurarnos, y lo haremos tocar la palabra, ¿de acuerdo?”.
Ella pone una mano en el aire y estira los cinco dedos. Los estudiantes hacen lo mismo. La clase golpea un dedo por cada sonido que hacen: /m/ /u/ /s/ /t/.
La maestra de primer grado Tricia Yow guía a su clase a través de la combinación de consonantes en Endy Elementary en las escuelas del condado de Stanly. Rupen Fofaria/EducaciónNC
“Ahora, te lo digo”, repite. “Estas mezclas finales son muy rápidas, ¿verdad? Entonces, cuando lo estamos tocando, debemos asegurarnos de escuchar los sonidos de esas mezclas, ¿de acuerdo? Lo ralentizamos. Lo sacamos. Bien, mirá aquí. Vamos a tocarlo una vez más. ¿Listo?»
Los estudiantes golpean los sonidos, golpeando por separado pero rápidamente para /s/ y /t/.
Este ejemplo es ahora típico de la instrucción en los bloques de alfabetización de la escuela primaria. Para los adultos que ya conocen estas cosas, puede parecer una exageración. Como los maestros ahora saben, en realidad es fundamental para conectar los cerebros de los niños para la lectura.
Los estudiantes están jugando y manipulando sonidos. La instrucción ya no comienza con letras. Los maestros no esperan que los estudiantes ya sepan que /s/ y /t/ hacen sonidos separados al final de la palabra «must». Limpiamente enseñan la mezcla y repiten la instrucción hasta que un estudiante la domina.
Usted está involucrando a los estudiantes con actividades manuales y contacto visual, para mantener su atención y activar otras partes del cerebro. A veces, los maestros hacen una pausa para asegurarse de que los estudiantes sepan el significado de la palabra que están decodificando.
Eso es lo que está haciendo MaceLynn Clifton con su pequeño grupo de alumnos de segundo grado en Whiteville Primary.
“La palabra es corsé ”, dice, y la repite una vez más. La «ce» al final hace un sonido /S/, y su currículo de Reading Horizons lo enseña junto con el sonido /S/ que puede hacer «ci», llamándolos a ambos sonidos «arcoíris s».
La maestra de las Escuelas de la Ciudad de Whiteville, MaceLynn Clifton, usa cajas de elkonin con sus alumnos de segundo grado para segmentar los sonidos de la palabra «brace». Rupen Fofaria/EducaciónNC
Como hizo Yow con su clase, Clifton hace que su pequeño grupo toque los sonidos: /b/ /r/ /a/ /s/. Cuatro sonidos, confirma con ellos. Ella se asegura de que todos los estudiantes lo entiendan. Hace una pausa por un momento y continúa.
“Podría necesitar un aparato ortopédico si me lastimo la pierna o el brazo”, dice ella. “Algo así como un yeso. O podria usar de otra manera. Alguien podría decir: “Tenía que prepararme para algo”. Significa que tenías que ser constante, tenías que encontrar algo a lo que aferrarte”.
Los maestros se están moviendo a través de sonidos y Combinación de vocales cortas. Los maestros ayudan a los estudiantes a deconstruir sílabas y hablan sobre cómo las vocales suenan diferente en sílabas cerradas versus sílabas abiertas.
“Creo que casi se están olvidando de cómo solían enseñar”, dijo Gregory. Hubo un gran retroceso al principio. Estaban acostumbrados a leer la recuperación y el lenguaje completo y mirar la imagen en lugar de decodificar la palabra. Pero cuando trajimos los datos, fue un punto de inflexión porque los maestros quieren que nuestros estudiantes tengan éxito, no solo aquí, sino cuando sigan adelante”.
A medida que el distrito implementa la instrucción basada en la ciencia de la lectura, un estudiante de segundo grado en las escuelas de la ciudad de Whiteville segmenta la palabra “brace” en sus cuatro sonidos. Rupen Fofaria/EducaciónNC
Hacer que LETRS funcionen, para profesores y estudiantes
La capacitación de LETRS comenzó en 2021 y cubre 160 horas de estudio en ocho unidades. Tarda dos años en completarse. El lanzamiento fue accidental, ya que se reanudó la educación en persona después de COVID-19, pero el estado de ánimo ha sido más positivo este año.
“Creo que la resistencia no se debe a que los maestros no lo apreciaran, o que los maestros no creen en lo que la ciencia de la lectura nos ofrece”, dijo Lynn Plummer, directora de educación primaria en las escuelas del condado de Stanly. “Creo que la resistencia solo proviene de la limitación de tiempo y poner todo mi corazón en este trabajo y trabajar ocho, 10, 12 horas al día, pero también tengo que encontrar tiempo fuera de mi día escolar para completar esta capacitación adicional. .”
Pero a los maestros les resulta más manejable a medida que los distritos mejoran en incorporar tiempo de LETRS en sus calendarios. El estado dividió los distritos en tres cohortes para la capacitación. La primera cohorte comenzó en agosto de 2021 y está programada para terminar este verano. La cohorte final comenzó a principios de este año escolar y está a mitad de camino.
“Pero ya estamos comenzando a escuchar, anecdóticamente de los maestros, que si bien la cantidad de tiempo que se dedica a LETRS es muy abrumadora, el contenido los está ayudando”, dijo Melissa Hedt, superintendente adjunta de responsabilidad e instrucción de las Escuelas de la Ciudad de Asheville. “Ya están encontrando formas de aplicar el contenido. Pensamos que escucharíamos eso más en el segundo año… pero me sorprendió escuchar que los maestros y los directores de escuela ya comenzaron a hablar sobre cómo están viendo cambios en la práctica del salón de clases».
Y los distritos ya están sintiendo un impacto del cambio de instrucción.
“Creo que nuestros maestros de segundo grado probablemente le dirían que están viendo que los estudiantes vienen a ellos con una base mucho más sólida de fonética y conciencia fonológica y que tienen esas habilidades fundamentales en su haber”, dijo Plummer, cuyo distrito comenzó LETRS hace aproximadamente dos años. antes de que el estado apruebe su ley.
“Realmente les ha dado a los maestros de jardín de infantes, maestros de primer grado, incluso de segundo grado, el permiso para reducir la velocidad un poco y no forzar la comprensión desde el principio”, dijo.
Los estudiantes de las escuelas del condado de Stanly se sientan para una lección de conciencia fonológica. El condado de Stanly comenzó a implementar instrucción basada en la ciencia de la lectura dos años antes de que el estado promulgara su ley. Rupen Fofaria/EducaciónNC
Las escuelas de la ciudad de Whiteville son similares a Perquimans, con estudiantes que pasan de jardín de infantes a segundo grado en una escuela antes de pasar a otra escuela de tercero a quinto grado. Antes de este año, a veces era una transición difícil para los estudiantes de tercer grado.
“Nuestros profesores de allí decían, ‘Oh, no. Estamos perdiendo algo en la transición’”, dijo Katie McLam, directora de currículo e instrucción del distrito.
Fue una tendencia preocupante que se volvió más preocupante durante la pandemia. Pero a medida que los maestros se sumergieron tanto en la capacitación de LETRS como en los datos de evaluación de lectura, la causa raíz de las tendencias se hizo evidente.
“Memorizar palabras puede ayudarlo a pasar el segundo grado”, dijo Pam Sutton, entrenadora de instrucción en Whiteville Primary. “Pero más allá de eso, necesitas habilidades para atacar tus palabras científicas, tus palabras de nivel tres, esas palabras de estudios sociales, para tener fluidez. Y eso parece memorización, pero llegamos a esa fluidez de diferentes maneras”.
Los primeros resultados son prometedores para los resultados de lectura
A principios del año pasado, el 22% de los niños de jardín de infancia de Perquimans fueron evaluados como competentes. Al final del año, era del 64%. Esa ganancia de 42 puntos fue más alta que los promedios estatales y nacionales.
“Y vimos avances similares en primer y segundo grado, donde realmente superamos el crecimiento del estado y la nación”, dijo Fields.
Las ganancias están motivando a los maestros mientras navegan por los gigantesca tarea de completar LETRS además de todo lo demás. Es un cambio marcado desde los primeros informes durante el comienzo de LETRS de la primera cohorte. El lanzamiento apareció rápidamente, con la primera cohorte comenzando solo cuatro meses después de que el estado promulgara su ley.
Muchos distritos no tuvieron tiempo para preparar, por lo que sus calendarios no bloquearon el tiempo adecuado para la capacitación de LETRS. Los maestros se sintieron abrumados, y debido a que las primeras unidades de LETRS se enfocan más en el «por qué» de la ciencia que en el «cómo» de la instrucción, algunos maestros dijeron que no creían que valiera la pena el estrés de la capacitación.
“Pero creo que a medida que ven el éxito y comienza a ver que a los estudiantes les está yendo bien, especialmente en el nivel básico, estamos viendo un mayor éxito”, dijo Theresa Melenas, directora ejecutiva de servicios de instrucción en las Escuelas de la Ciudad de Clinton. “Eso solo impulsará a los maestros a avanzar”.
Instrucción en grupos pequeños en las escuelas de la ciudad de Whiteville. Rupen Fofaria/EducaciónNC
Los distritos aconsejan paciencia en la transicion a la ciencia para la lectura
Todavía hay trabajo por hacer.
Los lectores de nivel, libros diseñados para ayudar a los estudiantes a predecir palabras, todavía llegan a las manos de los estudiantes en algunas escuelas. Los maestros, acostumbrados a enseñar primero los sonidos de las letras, a veces caen en viejos hábitos. Algunas investigaciones dicen que el conocimiento previo es importante para desarrollarse como un lector hábil. LETRS maneja estrategias para incorporar eso en unidades posteriores, por lo que muchas escuelas no han visto cambios significativos en la instrucción allí.
Pero es el primer año del viaje con la ciencia de la lectura. Varios líderes del distrito dijeron que están observando durante tres a cinco años antes de que el estado vea un movimiento significativo en los puntajes de lectura en todos los alrededores. Algunos dijeron que esperan ver grandes avances cuando los niños de kindergarten que ingresan después de la implementación completa se matriculen en tercer grado. Eso significaría el año escolar 2027-28.
“La gente no puede esperar que esto sea una solución rápida”, dijo McLam. “No va a ser, y ellos quieren que sea. Entiendo que. Quiero decir, todos queremos que nuestros hijos tengan éxito en la vida. Pero esto llevará algo de tiempo, y creo que tenemos que seguir probando esto compartiendo los datos y la información que obtenemos”.
Y viendo y escuchando a los profesores. Eso es lo que levanta el ánimo de Rebecca Little, entrenadora de instrucción en la Escuela Primaria East Albemarle en el condado de Stanly.
“Estoy bendecida con los maestros que tenemos en este edificio”, dijo. “Están dispuestos a decir, ‘¿Qué es lo mejor para este niño?’ A pesar de que están cansados, es, ‘¿Qué es lo mejor para este niño?’”
Fuente de la Información: https://www.ednc.org/2023-04-13-science-reading-proficiency-teachers-students-legislation-instruction-rollout-nc/
«Hablar de las Misiones Culturales es abrir un vínculo del presente hacia nuestras raíces…»
El 3 de octubre de 1921 con la visión del hasta entonces Rector de la Universidad Nacional, el Licenciado José Vasconcelos Calderón surge en México la Secretaría de Educación Pública con un proyecto completamente diferente, con el deseo de hacer realidad el sueño de la Revolución Mexicana y con un amplio bagaje de proyectos para llevar la educación y la justicia social a los rincones más escondidos de nuestro país.
Apenas un par de años después, en 1923, en el pueblo de Zacualtipán, Hidalgo, se instala la primera Misión Cultural, espacio desde donde posteriormente se habrían de multiplicar y extender a lo largo y ancho de toda la República Mexicana, cuyo proyecto central fue ampliamente avalado y respaldado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y ha sido responsable de alfabetizar a millones de personas a lo largo de su primer siglo de vida que se cumple en este año.
Hablar de las Misiones Culturales es abrir un vínculo del presente hacia nuestras raíces, hacia la esencia de lo que nos hemos planteado históricamente como reto, y desde donde aquel anhelo de equidad, transformación y desarrollo de los lugares más vulnerables sigue vigente a pesar de la lucha encarnizada del mundo globalizado que nos ha cubierto en cada espacio de la vida
Hoy en día es un proyecto que sigue operando, aunque con escasos recursos en la mayor parte del país, desde donde se desarrolla un cometido que tiene que ver con el desarrollo de los espacios rurales con mayor grado de vulnerabilidad, aun encabezando un esfuerzo por llevar educación y capacitación en donde se necesita en la actualidad.
La realidad actual, con los grandes avances científicos, industriales, tecnológicos y de gran transformación de la vida cotidiana, en muchas de las ocasiones nos confunde y nos hace olvidar que aun hoy en día una de cada dos personas en México vive en situación de carestía, realidad que la educación, sobre todo en educación básica convive de manera cercana día a día y en donde las Misiones Culturales son un espacio de construcción de una realidad que pareciera desaparecer a nuestros ojos.
A los habitantes atendidos en esas poblaciones se les ofrecen talleres sobre aspectos como Educación para la Salud; Computación; Carpintería; Pequeñas Industrias; Educación Familiar y Actividades Artísticas (música y danza folclórica) que permiten el desarrollo y crecimiento de las personas, de las familias y de la comunidad en su conjunto.
Por ello, representa un baluarte mal comprendido que debemos revalorizar y entender que su concepto está en su vocación de servicio, en su férreo acercamiento a la realidad más compleja de nuestro país y en emprender un rescate y ampliación del esfuerzo institucional que día a día hacen maestras y maestros muchas veces con las uñas para hacer realidad el derecho a la educación y a la igualdad en múltiples puntos de nuestro país, allá, invisibilizadas, justamente en donde no vemos y precisamente en donde más se necesita.
En julio de 2018 las boletas señalaban a AMLO –¡por fin!– como presidente electo de México. Sus pactos –públicos, privados y secretos; buenos, malos y regulares– habían funcionado. La Silla estaba a su alcance; cuestión de semanas.
Ahora la suma histórica de México resultaba en él, en AMLO, como antes fue en Moctezuma, Cortés, Santa Anna, Juárez, Díaz, Carranza, Cárdenas, Alemán, Díaz Ordaz, Echeverría, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, Peña y demás contrapartes suyas en el espejo del tiempo. México se ataba ahora –a fuerza de un sistema electorero rapaz– a sus designios, a los de Él frente a la Historia, con la legalidad oficial en la diestra y las Fuerzas Armadas en la siniestra.
Pronto se vio, sin embargo, por dónde iría el asunto. AMLO le llamó “Cuarta Transformación” a lo que desde el nombre tuvo un fuerte tufo a traición. Vista desde el mundo indígena, la 4T era otro invento blanco del montón, falso como los anteriores, con poco –o nada– de significado en lenguas vernáculas; era otra sarta de anuncios pomposos en el idioma de la imposición, como esos que siempre derivan en más saqueos y baños de sangre, más hambrunas y tiempos peores. Porque los modos de ejercer el racismo, la discriminación, el sometimiento y la denigración de los pueblos originarios sólo se ha refinando con los siglos, especialmente en los últimos años con el ejercicio pleno de la “invisibilidad de los vencidos”, tal como hace AMLO o como se aplica tan destacadamente en Yucatán, donde el orgullo político-oficial por “lo Maya” no pasa de las ruinas arqueológicas y la cocina que tanto gustan al turismo, en cruel contraste con el abandono y la discriminación del pueblo actual, piel viva de esa cultura levantada y sostenida en el maíz y la milpa, el agua y la selva desde hace miles de años en el territorio que desde siempre se ha llamado Maya en lengua propia…
Herederos del saldo trágico de siglos de latrocinios, codicia, sevicia y crímenes de lesa humanidad, los pueblos originarios de México ocupan hoy –como desde la Conquista– la posición más baja en la escala social. Allí han estado desde la invasión europea y desde que México es México, sobreviviendo a epidemias, hambrunas, masacres y saqueos, enmedio del uso y el abuso de “todo el peso de la ley” en su contra, habiendo sido condenados desde hace décadas al pago –por generaciones– de una deuda pública atroz, refinación de la esclavitud que sigue creciendo como espuma dadivosa en el caldo apestoso de la impunidad de siempre.
¿Dónde están los vestigios de las transformaciones anteriores a las que se refiere AMLO? ¿Dónde las promesas y los hechos? ¿Dónde las cuentas claras y sinceras, las que sí valen para las culturas y los pueblos originarios? ¿Dónde la aceptación oficial y el reconocimiento pleno al enorme daño causado a generaciones y generaciones de indígenas por siglos de racismo y etnocidio? Y aun así se atreve AMLO a hablar con pompa, vanidad y amnesia selectiva de una “cuarta transformación”. ¿Una cuarta qué? El saldo de la historia es evidente, denigrante, vergonzante. No existen tales “transformaciones” en la historia de los pueblos indígenas mexicanos, como no hayan sido para peor. O en todo caso, por conceder, las primeras tres (1T, 2T y 3T) sólo existieron para pronto diluirse en francas traiciones. Una y otra vez. Habrán empezado –quizá– con buenas intenciones, pero es evidente que se torcieron y todo acabó peor que antes. No así la 4T, la Cuarta Traición (por usar la numerología de AMLO), que desde el inicio mostró sus malas artes en palabras, obras y omisiones. Diga usted si no con este caso:
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En julio de 2018, con el panorama abierto a todo, AMLO tenía sin embargo grandes retos por sortear. Aparte del narcotráfico ubicuo y los baños de sangre diarios, el año siguiente –primero de su ansiado sexenio– había sido decretado anteriormente –desde 2016– como “2019, Año Internacional de las Lenguas Indígenas” por la ONU. Tremendo asunto.
México, país rico y pródigo en culturas y lenguas originarias (cerca de 70 aún vivas), tendría la oportunidad histórica de reivindicarse en el escenario mundial y dejar atrás cinco siglos de racismo, discriminación y etnocidios.
AMLO no era nuevo en el tema indígena; tenía más experiencia que cualquier otro presidente anterior. Décadas atrás había sido su interés en el pueblo chontal lo que le abrió las puertas del PRI (vía Carlos Pellicer) en tiempos de Luis Echeverría, dirigiendo después (durante cinco años, del 77 al 82 del siglo XX) el Instituto Nacional Indigenista (INI) en su natal Tabasco.
Así pues, las condiciones nacionales e internacionales estaban dadas para que México fuera un ejemplo mundial de reivindicación y justicia históricas. La legitimidad y popularidad de AMLO como nuevo e indiscutible presidente le daban la fuerza necesaria para iniciar de verdad un cambio sincero, un compromiso generacional de transformación genuina que diera prioridad a las raíces más profundas de nuestra identidad nacional (discriminadas y denigradas de modo atroz desde la invasión europea).
Pero las esperanzas de que el estadista AMLO tuviera la talla para asumir el gran reto, con una visión nacional de alcance y compromiso para una trasformación verdadera, pronto se perdieron. Desde el inicio el plan de AMLO fue la traición, y poco hizo por ocultarlo al dar continuidad a la imposición de proyectos etnocidas de sexenios anteriores (como el Proyecto Integral Morelos), provocando asesinatos de decenas de activistas comunitarios (en un ritmo macabro que no ha variado en el sexenio) y lanzando campañas político-publicitarias de sus propias ocurrencias grandiosas, de proyectos enormes, neoliberales en todo y más etnocidas, más ecocidas y peor planeados que nunca… Todo ello en su primer año de gobierno, 2019, Año Internacional de las Lenguas Indígenas.
El cúmulo de evidencias y cifras terribles de sus primeros meses de gobierno (que lo señalaban como infractor y violador contumaz de los derechos de los pueblos originarios) ponía a dura prueba la experiencia de AMLO en el manejo político del tema indígena. Pero él tenía, eso sí, la ventaja de contar con toda la fuerza y los recursos del gobierno mexicano. En última instancia –y pesara a quien le pesara– su sexenio apenas comenzaba, así que tendría manos libres para consumar y encubrir –según él– los hechos que fueran necesarios.
Así, afrontando el reto del ilusionista que además es dueño del circo, AMLO pasó sin mucho trámite –ni cuidado– de sus “consultas populares” a sus “consultas indígenas” de marca propia, alcanzando la sima de la simulación con su “consulta indígena sobre el Tren Maya” cuyas fechas de votación hizo coincidir con la reunión de la Asamblea General de la ONU en que se aprobarían los resolutivos del “2019, Año Internacional de las Lenguas Indígenas” (el principal resolutivo fue el decreto del 2022-2032 como “Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas”, de lo cual tomó buena nota AMLO).
La consulta hechiza del FONATUR en la Península de Yucatán en diciembre de 2019 quiso presentarse al mundo como “una magna consulta indígena” donde el pueblo Maya habría decidido –y aprobado, según AMLO y sus secuaces– sobre un megaproyecto que atravesaría todo su territorio y significaría (esto no se informó a los “consultados”) una drástica alteración demográfica y social, con un gran “reordenamiento territorial” y magnas urbanizaciones a lo largo del recorrido del tren (“Es más que un tren”, promocionaba alegremente el ONU-Hábitat, más vendido que nunca); es decir, un suicidio cultural.
Pero el montaje fue tan burdo y el engaño tan evidente que nada bastó para maquillar lo obvio, aun contando AMLO con la participación destacada y descarada de organismos cómplices como el ONU-Habitat y la UNESCO. Porque fue, para colmo de sus males, la misma ONU la que atajó la maniobra y evidenció el fraude perpetrado por AMLO al pueblo Maya, al publicarse un boletín oficial de la Oficina de Derechos Humanos (responsable en la ONU de velar por los derechos indígenas) pocas horas después de finalizada la “consulta indígena del tren” en ese diciembre de 2019. El boletín estableció clara, rotunda y oportunamente lo que atestiguaron los observadores de dicha Oficina: que hubo violaciones de todo tipo a la norma estipulada por la comunidad internacional (lo cual fue reiterado meses después, con expedientes y análisis de especialistas de la ONU, en carta directa al gobierno mexicano).
Descubierto y exhibido como el mentiroso y simulador que es, y sin la excusa de la ignorancia supina (¿Acaso no es un político veterano? ¿Acaso no dirigió el INI en su estado durante cinco años?), AMLO decidió redoblar la apuesta con la terquedad tiránica y el criminal cinismo de un Luis Echeverría asesino. Así, abusando del prestigio diplomático de México y de la buena voluntad de algunos, AMLO orquestó –junto con sus cómplices de la UNESCO– un “evento de alto nivel” en la Ciudad de México para robar cámara y ponerse al frente –declarativamente hablando– del “Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas 2022-2032”, mismo que –como se recordará– fue decretado en la Asamblea General de la ONU en diciembre anterior mientras AMLO simulaba su magna “consulta indígena sobre el tren”.
Así pues, a pocas semanas de perpetrada su traición más cínica y sonora en la Península de Yucatán, AMLO pudo mostrarle al mundo su astucia en el manejo diplomático del tema: el 27 y 28 de febrero siguiente, con la bien pagada complicidad de la UNESCO, el gobierno de AMLO organizó en la Ciudad de México el evento de “alto nivel” antes mencionado, al que tituló “Construyendo un Decenio de Acciones para las Lenguas Indígenas”, en referencia a la declaratoria de la ONU de diciembre anterior. Poco más de 500 invitados de 50 países aprobaron una “hoja de ruta” para el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas, llamada “Declaración de Los Pinos [Chapoltepek]” (nótese el Náhuatl) misma que “sitúa [sic] a los pueblos indígenas en el centro de sus recomendaciones”, según información de la Secretaría de Relaciones Exteriores de Marcelo Ebrard en complicidad con la UNESCO. Todo un logro cínico-diplomático para la causa etnocida de la 4T. Una joya enorme del oportunismo político de AMLO.
Así pues, la traición estaba funcionando –tanto en términos oficiales como en el plano declarativo internacional– a pesar de los molestos señalamientos y las evidencias mostradas por la Oficina de Derechos Humanos de la ONU (pues éstos bien podían mitigarse con el lavado de imagen a cargo del ONU-Hábitat, la UNESCO y otros organismos venales).
(Es de señalar, a la luz de los hechos, que AMLO tal vez albergue el mismo delirio que tuvo Luis Echeverría mientras vivió: el que la historia se encargará de resaltar sus logros decorativos por sobre sus crímenes múltiples.)
Así, AMLO ha seguido en su sexenio la senda del traidor, pisoteando los derechos de los pueblos originarios y remachando con embestidas legales y extralegales la imposición de sus planes, provocando el asesinato y la criminalización de decenas y decenas de activistas indígenas, azuzando y echando al Ejército por delante con armas y maquinaria pesada, a toda marcha y con toda impunidad, perpetrando sus proyectos destructivos y atropellando y denigrando a cientos de comunidades indígenas en toda la geografía nacional.
En el caso destacado de Yucatán, AMLO encontró tierra fértil para la traición. Yucatán, donde la zona henequenera –de larga y profunda corrupción moral– abarca todo el escudo del Estado; donde es nula la representación del pueblo Maya en el sistema político (estatal y federal); donde el gobernador Mauricio Vila y su familia y sus huestes de la Universidad Marista promueven y protegen negocios sucios a manos llenas –tráfico de cerdos, bienes raíces, alcohol, moches, usted diga– mientras reprimen “con todo el peso de la ley” a las comunidades mayas que se resisten al saqueo impune…
A como ya va, el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas (2022-2032) será la década más etnocida para México en toda su historia. Lleva como marca una “T”. Le llamaban “la Cuarta”. (jcfm, abril de 2023)
A nadie le gusta sentirse pobre. Y no me refiero solo a ser pobre, sino a reconocerse como tal. Pareciera un insulto o motivo de vergüenza. La pobreza tiene un estigma, el de sentirse culpable de sufrir carencias.
Porque si no llego al final de la quincena, ha de ser porque se me ocurrió comer tres veces al día o enfermar o porque cometí el gran pecado financiero de querer divertirme un fin de semana. A fin de cuentas, “el pobre es pobre porque quiere”, ¿no?
Muchos incluso creen que la pobreza es un estado de conciencia o algo que se decreta. Así que, si no quieres ser pobre, mejor no pienses en que no te alcanza para los útiles escolares de tus hijos a pesar de trabajar 10 horas de lunes a sábado, más 3 horas de trayectos. “No atraigas lo que no quieres en tu vida.”
Desafortunadamente, la pobreza no es una idea, sino una realidad. Cuando no te alcanza para la renta o para un medicamento, para comprar ropa, para comer o para tomar terapia. Cuando no tienes donde vivir, no llega el agua a tu casa o no pudiste seguir estudiando. Cuando no tienes tiempo ni siquiera para dormir bien o para ver a tus hijos. Cuando vives rodeada de violencia y temes salir a la calle. Esas son las caras de la pobreza: la carencia de los satisfactores necesarios para vivir humanamente o, al menos, para no morir.
Pero la pobreza tampoco es merecida. No es tu culpa que los trabajos den salarios de hambre, que no ofrezcan contrato ni prestaciones, que las jornadas sean tan largas y no haya vacaciones pagadas. No es tu culpa que el 60% de la economía sea informal o que la mayoría de los emprendimientos estén destinados a fracasar o a estancarse. No es tu culpa haber tenido que pagar el yeso para el brazo roto de tu hijo y “perder” ahí tus ahorros. Si tan solo tuvieras el suficiente capital para invertir. Pero tampoco elegiste nacer desheredado.
Y la riqueza tampoco es merecida. El millonario no se esfuerza millones de veces más que sus trabajadores ni es millones de veces más inteligente. Y, sin embargo, mientras unos nos empobrecemos, otros pocos se enriquecen más y más. El rico es rico porque paga bajos salarios y no da seguridad social, porque explota sus trabajadores, porque les retribuye menos de lo que ellos le dan con su trabajo.
Nuestra pobreza es hija de la desigualdad. Producimos riqueza, pero no la recibimos. Esta riqueza se va, de los trabajadores pobres a los ricos, de los changarros a las grandes empresas, de los países dependientes a las grandes potencias.
La pobreza se ha generalizado tanto que en muchos países del sur global toda una generación sabe que, a pesar de trabajar toda su vida, nunca podrá jubilarse y la mayoría nunca tendrá una casa. Pero creen que pobre solo es el que se muere de hambre y se ofenden si alguien los llama pobres. Aunque en sus adentros muchos han decidido no tener hijos, precisamente, para no traerlos a esta pobreza.
Pobre no es solo el pobre absoluto, el que casi no puede subsistir. Pobre es también el pobre relativo, el que viviendo en un mundo que le podría ofrecer más, apenas tiene lo necesario.
La pobreza debería ser más motivo de indignación que de vergüenza. Porque es fruto de la injusticia. A mayor desigualdad mayor pobreza relativa y si la desigualdad es extrema, entonces, también traerá más pobreza absoluta.
A nadie le gusta sentirse pobre y nadie merece serlo. Pero ignorando la pobreza no la haremos desaparecer. Necesitamos reconocer nuestras carencias y trabajar juntos, no solo para producir más riqueza, sino también y sobre todo para redistribuirla. Vivir mejor es posible.
Pablo Hernández Jaime es Maestro en Ciencias Sociales por El Colegio de México e investigador del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.
Los personajes emblemáticos de nuestra sociedad son importantes no sólo por su trayectoria de vida misma, sino por lo que han significado para otras personas. Eleocadio Martínez Silva, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y aspirante a competir como candidato en las próximas elecciones para director de esta escuela, ha significado para mucha gente que le conocemos un referente como profesor, investigador, activista comprometido, pero sobre todo como ser humano.
Originario de San Luis Potosí pero con fuerte arraigo en Monterrey desde que era niño, Eleocadio Martínez desmitifica la idea de que para ser un profesor investigador exitoso hay que plegarse acríticamente a la institución de la cual se forma parte. Con una trayectoria impecable como investigador, graduado de posgrados de excelencia en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de su maestría y del Colegio de México (COLMEX) del doctorado, integrante del prestigioso Sistema Nacional de Investigadores (SNI) en el nivel I, lo mismo escribe artículos de investigación en revistas reconocidas de México y otras partes del mundo en español o francés, y al mismo tiempo alza su voz sin regateo cuando es necesario defender las causas de los más desfavorecidos, de sus propios colegas de la Universidad, incluso. Desde sus inicios como universitario, siendo estudiante de Agronomía, confrontó al poder despótico ejercido por las más altas autoridades de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), cuando a mediados de los años 80 fue parte de un movimiento estudiantil que se oponía al establecimiento de las cuotas universitarias. En ese tiempo él y sus compañeros jamás se doblegaron ante las amenazas del poder, y el precio por su “desobediencia” fue ser expulsados de la Universidad. Años más tarde Eleo volvería a estudiar, ahora Sociología, la que se consolidó en él como su más ferviente vocación.
Portada del libro “Convertirse en ex obreros”, de Eleocadio Martínez, basado en su tesis de Doctorado en Sociología en el Colegio de México (COLMEX)
Eleocadio es profesor en el aula pero también fuera de ella. Dentro de su alma máter, la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UANL, y pensando a partir de su formación como sociólogo, argumenta que no se puede enseñar unas Ciencias Sociales reducidas al análisis y construcción de conceptos sobre causas abstractas o meramente nacionales, sino que el sentido crítico de lo social debe aplicarse sobre todo en el ambiente más inmediato de vida de un profesor, esto es, su propia institución. El cambio social debe comenzar afuera del salón, desde el pasillo mismo. Un pie en la academia pero otro en la acción política, en buscar la transformación de la institución, en incidir en la discusión sobre qué tipo de Universidad queremos, merecemos como sociedad (más o menos así van sus palabras cuando conversamos).
Para Eleocadio entonces la divulgación del conocimiento implica generar soluciones prácticas que atiendan problemas reales de las comunidades, como la desigualdad, la violencia, la contaminación. De ahí su crítica a la idea de tener en la Universidad una “isla bonita” (haciendo referencia a uno de sus propios maestros, Sergio Zermeño, de la UNAM). La Universidad no puede estar apartada de los problemas que aquejan a las comunidades más desprotegidas. Para Eleocadio las Ciencias Sociales están muertas si sólo quedan en el concepto y la teoría. Debe haber una vinculación del conocimiento con las necesidades más apremiantes de nuestra sociedad.
Desde siempre y no sólo en su estrategia para convertirse en candidato para ser director de Filosofía y Letras, en su ideario permanece la idea de escuchar a los demás. Por eso es común verlo saludar y departir con gente de todos los niveles ocupacionales de la Universidad, sobre todo con guardias y personal de intendencia, con quienes frecuentemente comparte la hora de los alimentos entre sus clases y su trabajo como investigador. Por ejemplo, para cimentar su plan de trabajo como candidato escuchó la voz de los estudiantes por medio de encuestas -vía Google Forms, con una respuesta masiva- tal como la han tenido sus videos de Tik Tok con los que ha buscado concientizar sobre la necesidad de trabajar por un proyecto común de Facultad y de Universidad. En esos videos le escuchamos hablar con su propia voz, directo y haciendo uso de la razón pero también de la pasión (una combinación de logos, pathos y ethos, como él diría).
Póster de campaña realizado por Raúl Márquez, artista visual regiomontano y egresado de Sociología de la FFyL, UANL
Cuando platico con Eleo en los pasillos, en el patio central de la Facultad, cuando coincido con él para tomar el transporte público al salir de la Facultad, pienso en esa idea que tiene de reconstruir los espacios de socialización y de debate de ideas que tuvo alguna vez la Facultad y que ahora están normados por controles a la entrada, por rejas que dividen nuestra escuela de las facultades aledañas (Leyes, Trabajo Social, FACPyA), por un ambiente de fiscalización casi permanente. Sé que él sueña con una Facultad de Filosofía y Letras y una Universidad que representen un ágora continua, donde sea posible discutir los asuntos públicos de la institución en el aula, en el pasillo, frente a la dirección, en juntas con los demás colegas, con el Rector y demás autoridades administrativas, en escritos con firma propia, mediante mantas colgadas en la Facultad, en redes sociales, donde sea y con quien sea. No cabrían aquí las estrategias estilo Maquiavelo tan denostadas por Eleo: pronunciarse o callarse con base en un cálculo de ganancias de prebendas o de evasión de posibles castigos, que todavía hasta esta dirección actual se otorgan de manera discrecional, con base en pruebas de lealtad o deslealtad (bonos económicos y estímulos, promociones laborales, viáticos para congresos, etc.).
El ideario de Eleocadio es incesante. Es acción de vida. Lucha por que se reestablezca la democracia en la Universidad, que quizás en los años 70 todavía la hubo, época en que fue perdiéndose esa autonomía que ahora sólo forma parte del nombre Universidad “Autónoma” de Nuevo León, pero que en los hechos no se cumple. A diferencia del imaginario común regiomontano, que estigmatiza a la gente que discute los asuntos públicos de su institución abiertamente como “grillera” o problemática, para Eleocadio es motivo de orgullo decir que en los años 80 fue partícipe de ese movimiento estudiantil en defensa de la imposición de las cuotas, narrativa épica que incluso forma parte de su currículum vitae. Y sí, Eleo practica la autonomía en su propia voz. Sabe que los coordinadores y coordinadoras y las autoridades máximas de la Facultad y de la Universidad conocen lo que piensa, dice y siente porque esto está abierto siempre a los demás. No es asunto que haya que esconder. Porque emitir nuestro sentir, nuestro pensar, no es asunto que nadie debíamos esconder; al menos así debía ser en una institución que se presume de pública, de acoger todas las corrientes de pensamiento, de promover la divergencia de opiniones. Qué paradoja sería que en nuestros propios planes de estudio trabajemos por valores como la democracia plena, el diálogo y el respeto a los derechos humanos y en la práctica quede todo esto en simples bellos conceptos vacíos de realidad.
Manta en el patio de la Facultad con la que Eleocadio y yo buscamos ser portavoces de la exigencia de llamar a elecciones para renovar la dirección de la Facultad, elecciones pospuestas por más de dos años. El lema de esa manta meses después se retomó como lema de la campaña de Eleocadio.
E igual que James Baldwin, escritor y activista afroamericano que en los años 60 se enfrentó al poder hegemónico de su propio país, Estados Unidos, representado por la tiranía del hombre blanco, heterosexual y educado que perpetuaba la discriminación racial, algunos como tú, Eleocadio, buscan enfrentarse con lo que parece imposible pero no lo es: esos molinos de viento que parecen gigantes y que se disfrazan de flama de la verdad y están apostados en las oficinas centrales del poder de la Universidad, donde parece decidirse todo y la suerte de todos. En el contexto de la plena lucha del movimiento por los derechos civiles en ese Estados Unidos segregacionista y desesperanzador, alguna vez uno de sus seguidores comentó a James Baldwin que en sus libros y acciones él no reflejaba la esperanza, sino que él mismo era esperanza. Y así también podemos decir de ti, Eleocadio. Has motivado la esperanza de mucha gente. Y ya has ganado no importa cuál fuese el resultado en las elecciones para renovar la dirección de la Facultad. Más bien, hemos ganado, pues tu causa la hemos hecho nuestra mucha gente, tanto colegas como estudiantes. Eres heredero de otros y otras que antes que tú también pelearon por democratizar la UANL y revolucionar la educación universitaria. Ahora, como tú siempre lo dices, quienes son nuestro referente son nuestros y nuestras estudiantes, que siempre nos inspiran para seguir adelante, para ser no sólo maestros del aula, sino sobre todo del pasillo hacia afuera. A esos y esas estudiantes nos debemos.
**Ilustración de portada: En un acto promovido por el mismo Eleocadio dentro de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, conmemorando uno de los primeros años sin los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero. Cortesía de Eleocadio Martínez.
Se identificó que menores de 34 años de edad nunca se han realizado una audiometría
El estilo de vida que lleva cualquier ser humano se refleja en su estado de salud. Los hábitos que los jóvenes han adquirido hoy en día pueden poner en riesgo los órganos a través de los que escuchan, ocasionando patologías en el oído que los obliga a buscar opciones para mejorar su capacidad auditiva desde temprana edad.
En el marco del Día Mundial de Salud, que se conmemoró el 7 de abril, MED-EL, líder en soluciones médicas auditivas, explica que si bien existen diferentes causas por las que cualquier persona puede presentar sordera a cualquier edad, hay algunas que son características de la juventud y que, en algunas ocasiones, se generan por el uso inadecuado de audífonos y la exposición a volúmenes altos con frecuencia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 1,000 millones jóvenes adultos están en riesgo de sufrir esta pérdida. Reconoce que además de las rutinas inadecuadas, la otitis crónica o inflamación del oído medio, así como las infecciones persistentes, la presencia de líquido y la meningitis son los padecimientos que se presentan, principalmente, en esta etapa de desarrollo.
Pese a que en un sondeo que MED-EL realizó a finales del año pasado identificó que los menores de 34 años de edad nunca se han realizado una audiometría y ninguno de sus conocidos les ha comentado que su audición está en decadencia. Los especialistas recomiendan estar pendientes en caso de presentar los siguientes síntomas:
· Fiebre.
· Dolor de oído.
· Irritabilidad.
· Supuración.
· Vértigo.
MED-EL aconseja buscar ayuda de un profesional en caso de manifestar alguna de estas molestias o experimentar dificultades para escuchar sonidos agudos como el timbre, el teléfono o el despertador, problemas para comprender conversaciones por teléfono o en ambientes ruidosos.
“Un paciente con déficit de audición tiene problemas para comunicarse, impidiendo que pueda obtener un trabajo y llevar una vida como cualquier otra persona en el mundo, incluso podría caer en depresión. Es muy común encontrar casos en los que la adaptación social suele ser difícil en personas que estaban acostumbradas a escuchar y luego pierden esa capacidad, porque deben aprender a comunicarse de otra forma mientras encuentran la solución auditiva más adecuada”, explicó la Dra. Jimena Atuan, especialista en Audiología, Foniatría y Otoneurología de MED-EL.
La recepción del sonido es una facultad que se da por supuesta y hasta que dejamos de tenerla es cuando nos preocupamos por ella. La cultura en la que vivimos tiene una atracción por el ruido y se asume que eso es normal. Sin embargo, diversos estudios demuestran que hay que hacer cambios en nuestra forma de vivir si en verdad queremos conservar y mantener en buen estado nuestro sentido.
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