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Los daños colaterales de los paros docentes

Por: Pablo Helman. 

Especialistas en educación analizan el círculo vicioso que se produce a partir de los salarios bajos de docentes y la cantidad de días de huelga que se repiten año a año.

Cuando Mauricio Macri habló de los alumnos que “caen en la escuela pública” despertó una inevitable polémica. Más allá de lo ideológico encerrado en sus palabras, conscientemente o no, Macri describía un fenómeno que se dio lentamente en la sociedad y que se acrecentó en los últimos años. La educación pública, algo que era un orgullo, ya no ocupa el lugar de privilegio y de excelencia.

La educación privada –con la inequidad que implica, ya que acceden a ella los que pueden pagarla– ocupa ese lugar. Como diría Alieto Guadagni, director del Centro de Estudios por la Educación de la Universidad de Belgrano: “Pregunte entre nuestros parlamentarios quiénes mandan a sus hijos a la escuela pública.

La respuesta es la explicación de lo que está pasando”. David Jaume, el economista que midió para el Observatorio Argentinos por la Educación, brindará uno de los dos datos que parecen explicar –al menos en parte– el porqué de la tendencia: “De los 35 años escolares desde la vuelta a la democracia se han perdido 2,3 solo por paros docentes”. Estadísticas.

Dos investigaciones hablan de un círculo vicioso complejo: hay más días de paro y, sin embargo, los sueldos docentes no dejan de bajar. Mientras que la Ley N° 25.864 de 2003 fijó un piso de 180 días de clases para el ciclo lectivo en todo el país, desde el retorno de la democracia, hubo un promedio de 12 días de paro docente por año a nivel nacional.

Al tomar el promedio anual, las provincias con más días de paro docente desde 1983 hasta 2018 son Neuquén y Santa Cruz (16 días por año cada una) mientras que en Chubut, Jujuy, Río Negro y Tucumán el número asciende a 15 días en cada caso. Entre las provincias con el promedio más bajo se encuentran Formosa y La Pampa (seis días cada una).

En Ciudad de Buenos Aires, Misiones y San Luis el número es siete días de paro docente promedio por año en cada caso. En 2018 el promedio, a nivel nacional, de paros docentes, fue de 13 paros docentes en el nivel primario. Las tres jurisdicciones con mayor cantidad de días de paro docente fueron Chubut (78 días de paro), Neuquén (53 días de paro) y Buenos Aires (25 días de paro).

Las provincias con menor cantidad de días de paro fueron Catamarca, Corrientes, La Pampa, Mendoza, Salta, San Juan, San Luis y Tucumán, en todos los casos con tres días de paro. En cuanto a la retribución: Argentina se ubica entre los países con sueldos docentes más bajos. Los maestros argentinos ganan casi un 50% menos que los chilenos, según el informe de la Universidad de Belgrano.

Además, en nuestro país, la proporción de cargos docentes en relación con los alumnos es más alta que en toda la región y que en los países con mayor nivel educativo. Definir objetivos. Magdalena Fernández Lemos es directora ejecutiva de Enseñá por Argentina. En diálogo con PERFIL dijo: “Hay una relación directa entre calidad educativa y las horas de clase. Desde mi propia experiencia, te puedo decir que cada momento en el aula es algo valioso.

Pero también es esencial jerarquizar la docencia, debe ser reconocida la labor de los maestros. Y ese reconocimiento debe ser también económico. No se trata de mirar únicamente si se trata de paros o días de clase, sino de encontrar alguna perspectiva más superadora: y en este sentido, es clave generar unos nuevos consensos sobre lo que se pretende de la escuela”. Para la entrevistada, “a la hora de buscar consensos, no se trata de pensar en cómo lo solucionó, por ejemplo, Finlandia, pese a que tiene aspectos muy interesantes para tener en cuenta. Lo interesante, en materia de educación, es que nunca hay una sola respuesta para los distintos problemas”.

Los “consensos son la estrategia que puede garantizar las soluciones a largo plazo y requieren la intervención de toda la sociedad”. Cumplir con los 180 días de clase. Rodrigo Miguel es autor del libro El poder de la educación. Sostiene que “el tema de la educación es central para salir de estos atolladeros que, en el fondo, son económicos. Aquí no hay una discusión académica ni estrictamente de educación. El tema es salarial, económico.

Y tiene que ver con las características del desarrollo de Argentina. Y con la situación de subdesarrollo y pobreza en la que se encuentra el país desde hace décadas. Eso se traduce en malos sueldos docentes. Pero no es algo aislado. Si miramos el sueldo de un médico, por ejemplo, un residente de un hospital nacional de alto nivel no supera los 22 mil pesos en mano. Y eso se replica en otros niveles de la administración pública. No es justificable”.

Sin embargo, la educación juega un rol esencial para cambiar este cuadro de situación. Para Miguel, “no habrá buena educación con bajos salarios. Y si analizamos los datos de los países con los mejores salarios docentes, vemos que son los países con los mejores niveles de desarrollo humano, a nivel educativo, a nivel de vida e ingresos de su población. Y también de distribución del ingreso. La educación, además de generar riqueza, es la base del capital humano.

Es una verdad evidente, pero que no es tomada por la sociedad. Muchas veces estamos esperando salvarnos con la cosecha, o con Vaca Muerta. Pero no pensamos en la educación. Argentina no va a ser un país rico si no invierte en serio en su educación”. Soluciones. Para el especialista, la educación genera riqueza. Entre los especialistas consultados, se pueden detectar distintas líneas de acción. Por un lado, se reconoce que el 6% del presupuesto es alto en la región, pero que gran parte de él se destina a cargos docentes. Por otro lado, se sugiere que la protesta docente debiera considerar también la necesidad de cumplir con la ley de los 180 días.

Que las respuestas a la crisis deben mirar procesos exitosos, como los de Ecuador, Corea del Sur o Finlandia, pero, también, deben, como dice Magdalena Fernández Lemos, asumir la particularidad argentina. Si se analizan los 35 cilcos escolares que pasaron desde la vuelta de la democracia, se han perdido 2,3 años solo por paros docentes. Rodrigo Miguel dice: “Aumentar los sueldos docentes no nos va a transformar en Holanda. Pero si no transformamos la educación, vamos a seguir siendo un país subdesarrollado, por más que se encuentre petróleo en el sur o tengamos una sucesión de buenas cosechas”.

El cambio a la educación privada se debe “a un deterioro en la educación pública que se ha profundizado en las últimas décadas. Cuando nuestros padres iban al colegio era lo mismo o mejor que la educación privada. Cuando fuimos nosotros ya había cambiado. Y hoy las diferencias son abismales”. Para Guadagni esto se debe a la demanda laboral: “Antes veíamos empresarios que no habían terminado la primaria. Ahora, esto es imposible.

El siglo XXI es el de la especialización del saber”. “Ante más huelgas docentes baja la posibilidad de ir a la universidad” David Jaume es argentino, economista e investigador del Banco de México. Fue el autor de la investigación del Observatorio Argentinos por la Educación, a partir de un estudio del Cedlas de la Universidad de La Plata. Dice que entre las conclusiones “definitivamente lo que más me sorprendió fue el elevado nivel de paros y su persistencia en el tiempo.

Desde los años 80, un niño o niña que asiste a una escuela pública que participa en los paros docentes llega a perder la mitad de un año de clases en sus 6 o 7 años de escuela primaria”. —Menos días de clase ¿afectan la calidad educativa? —Nuestro trabajo original se basó en aportar evidencia empírica sobre los efectos de largo plazo de la exposición a huelgas docentes durante la educación primaria. Nuestros resultados muestran que los días perdidos por huelgas docentes en Argentina producen efectos negativos que perduran durante muchos años, e incluso generaciones. Recopilando información de huelgas en los 80 y 90 encontramos, entre otros efectos, que mayor exposición a las huelgas docentes durante la primaria cuando niños disminuye los años de educación y la probabilidad de asistir a la universidad cuando adultos.

La reducción de los años de educación genera a su vez un efecto negativo sobre los ingresos laborales y la probabilidad de estar empleado. También se documentan efectos negativos en la siguiente generación: los hijos de las mujeres de cohortes más expuestas a huelgas docentes durante la escuela primaria tienen menos años de educación promedio que hijos de igual edad de mujeres de cohortes con menor grado de exposición. —En la Argentina está casi institucionalizado que en algunas regiones –como la provincia de Buenos Aires– no comiencen las clases el día previsto, debido a las medidas de fuerza docentes. ¿Es algo habitual en otros países? —Las huelgas docentes son comunes en muchísimos países del mundo. Sin embargo, estas tienden a ser esporádicas y de muy corta duración.

Tal es así que cuando presento estas estadísticas en seminarios con público de otros países, estos no dejan de asombrarse por el altísimo grado de exposición de los alumnos argentinos a las huelgas docentes. En esto somos prácticamente únicos. —Las provincias patagónicas tienen un promedio mayor de días de paro que las de otras regiones del país. ¿Hay alguna explicación particular sobre esto? —Una de las principales causas del alto grado de conflicto docente tiene que ver con la exposición de su salario a los ciclos económicos. Esto es, cuando la economía marcha bien, los salarios de los docentes aumentan significativamente.

Cuando la economía está en recesión, la educación termina siendo una variable de ajuste para sanear las finanzas públicas. Cuando una provincia está más expuesta a estas fluctuaciones, ya sea por desmanejos propios o heredados, junto con características productivas específicas de cada provincia, el grado de conflictividad docente aumenta porque los cambios salariales anuales son mucho más pronunciados.

Este parece ser el caso de las provincias patagónicas y, en alguna medida, el de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, esta es solo una de la múltiples causas de la conflictividad docente. —¿Existen otro tipo de protestas y reclamos que hayan sido más eficaces que los paros? —Los paros son una medida que se utiliza para generar conocimiento de la problemática y, por supuesto, presionar para que la política dé una respuesta.

Paradójicamente, mientras más comunes se vuelven los paros, menor es la presión política de cada uno de ellos por separado. Tal es así que un paro de un día ocupa todas las tapas de los diarios en países donde no son frecuentes, pero pasan casi inadvertidas en nuestro país. En este momento nos encontramos en una situación tal que los paros parecen generar mayor costo a la imagen de los docentes y sus gremios que presión política, por lo que su contribución para resolver conflictos salariales es más bien limitada.

—¿Hay alguna manera de romper el círculo vicioso de paros y bajos salarios? —Yo soy optimista y creo que sí hay una salida, pero no es sencilla. El primer paso es poner a la educación en un lugar de prioridad. Los maestros argentinos tienen salarios bajos. Lo que hay que hacer entonces es definir como sociedad cuál es el salario real al que queremos llegar en, por ejemplo, el año 2030, y establecer a partir de allí un mecanismo que nos permita acercarnos.

Hay que resolver el problema salarial para resolver otras cuestiones estructurales. “Los gremios docentes argentinos son muy conservadores” Que un ex ministro que trabajó en los temas de ingeniería, como es el caso de Alieto Guadagni, afirme “Argentina va a progresar por la educación, no por Vaca Muerta” es una definición de principios. Lo cierto es que Guadagni hace años que viene dedicándose a estudiar los problemas educativos de Argentina. Y desde el  Centro de Estudios de la Educación Argentina elaboró el informe sobre los bajos salarios de nuestros docentes. Para él, uno de los problemas centrales está en la falta de preocupación por la cuestión educativa, por partes y de políticos. “Como dice Guillermo Jaim Etcheverry –afirma– en Argentina pasan dos cosas.

La primera es que todos los padres dicen que la educación es un desastre. La segunda es que los mismos padres piensan que la escuela de sus hijos es excelente. —¿Cómo se sale del círculo vicioso de paros y bajos salarios? —Razonemos de esta manera. Dónde estamos parados y hacia dónde debemos ir. ¿Dónde estamos parados? En un país que aumentó sustancialmente el gasto educativo en los últimos 15 años. La meta del 6% del presupuesto nacional en educación se cumplió, moneda más, moneda menos, implicó un aumento importante. Y pone a la Argentina dentro del continente que dedica más presupuesto a la educación.

Al mismo tiempo, los salarios docentes en la Argentina han bajado. Y este año, la tasa de inflación es claramente superior al aumento de salario. Por ejemplo, de septiembre a septiembre, la inflación fue 40% y el promedio de aumento salarial fue sensiblemente menor. Acá viene la pregunta ¿cómo es posible haber aumentado el gasto y no haber aumentado los salarios? La respuesta es que los gobiernos provinciales, que son los responsables directos de la educación primaria, decidieron concentrar el gasto en más cargos docentes. —¿Cuál es el promedio de docentes por alumnos en Argentina? —En provincias como Catamarca, por ejemplo, tenía en 2017 27% menos de alumnos en escuelas públicas que en el año 2003. Y la cantidad de cargos docentes había aumentado un 44%.

Hoy, en Catarmarca hay, por cada cargo docente, seis alumnos. ¿Y cómo es en todo el resto del mundo? En toda América Latina, está entre 19, 20, 23, 24. En el orden nacional, se pasó de 16 cargos docentes a 12. Es un sobrecosto.  Ese es el lugar donde estamos parados. —¿Cuál sería el lugar adonde se debería querer llegar? —Deberíamos llegar a un punto en el que logremos lo siguiente. Que los mejores estudiantes secundarios de hoy sean los docentes de mañana. Eso le exige dos cosas: un criterio selectivo para la carrera docente, que debe ser la más difícil. En muchos países es más difícil recibirse de maestro que de abogado, esto es para mejorar la calidad de los docentes del mañana. Lo otro es obvio, si usted pretende que los mejores alumnos de hoy sean los docentes de mañana, los mejores sueldos de la administración pública tienen que ser para los maestros. Ese es el punto de llegada.

—¿Hay muchos maestros por alumnos? —Se necesitan menos cargos docentes. Hoy muchos de los cargos no están en el aula: son supervisores, controladores de supervisores, el inspector del inspector, en el aula. ¿Cómo se hace el tránsito? Vaya tarea, amigo. —¿Qué rol juegan los sindicatos en todo esto? —No solo en la Argentina, los sindicatos docentes son muy conservadores. Tienen una actitud muy defensiva y ante cada cambio prefieren el statu quo. Fíjese lo que le pasó a Rafael Correa, que de conservador o reaccionario no tenía nada. Sin embargo, Correa tuvo un conflicto docente, porque él impuso evaluarlo. Eso, y además de que la Constitución del Ecuador prohíbe que se pare la actividad.

—¿Cuáles son los primeros pasos que debieran darse? —Aquí hay un problema político muy grande. La clase dirigente argentina se fue de la escuela pública. Haga una encuesta usted, como periodista, de cuántos de los hijos de los diputados y los senadores. Los tres últimos candidatos a presidente son egresados de las universidades privadas. Scioli, Massa y Macri salieron de las universidades privadas. —¿Es una cuestión de impericia de los políticos? ¿De demagogia? —El sistema educativo argentino tiene tremendos problemas.

En el fondo es un sistema que consolida la desigualdad. Vamos a la escuela secundaria: todo el mundo dice que termina la escuela secundaria, el 43, 44%. Pero ojo: entre los que van a la escuela privada termina el 70%, mientras que los que van a escuela pública termina menos del 30%. Así se llega al promedio. (Fuente www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de «share» o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a perfilcom@perfil.com

Fuente del artículo: https://www.perfil.com/noticias/elobservador/los-danos-colaterales-de-los-paros-docentes.phtml

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Paritarias: Clarín se suma a Vidal en su intento de desprestigiar el reclamo docente

América del Sur/ Argentina/ 18.02.2019/ Fuente: laizquierdadiario.com.

Ricardo Roa, uno de los principales editores del diario de Magnetto, se despacha contra los trabajadores de la educación. Un nuevo favor del “gran diario argentino” al oficialismo.

El 2 de agosto del año pasado Sandra Calamano y Rubén Rodríguez perdieron la vida en una explosión que tuvo lugar en una escuela. El distrito era el de Moreno, provincia de Buenos Aires, donde María Eugenia Vidal gobierna desde hace ya más de 3 años y medio.

La explosión que barrió esas dos vidas sacó a la luz la decadencia de la infraestructura en la educación pública. En las semanas siguientes cientos de escuelas debieron ser cerradas por temor a que ocurrieran hechos similares. En General Rodríguez, el 90 % de los establecimientos dejó de funcionar.

La realidad de la docencia no se agota solo en las pésimas condiciones de la infraestructura en las que hay que trabajar. Un reciente informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina (basado en datos de la OCDE) revela que los salarios docentes en el país están entre los más bajos de una serie de países evaluados.

Según ese informe -que analiza 37 naciones- “de los 33 países que se encuentran mejor posicionados que la Argentina, los primeros cinco triplican los valores salariales anuales de nuestros docentes, en tanto que los siguientes quince países duplican los valores argentinos”.

Esa es la realidad que “el gran diario argentino” quiere ayudar a ocultar. Este sábado, Ricardo Roa, editor general de Clarín se despacha contra el reclamo docente en las paritarias.

Bajo el nada sugestivo título de Educación y el eterno retorno de lo mismo, el periodista escribe “como en cada vísperas de marzo, los gremios docentes amenazan con no empezar las clases. Todos los años pasa lo mismo y todos sabíamos que este año también iba a pasar. Todos los años son el mismo año”.

Unas líneas más abajo despotrica contra el reclamo salarial docente, afirmando que “los gremios ahora piden dos cosas más: recuperar lo perdido en 2018 y recuperar la paritaria nacional”.

Pero el mismo gobierno de Vidal reconoce que existió un desfase salarial entre lo establecido en las paritarias de 2018 y la inflación real. Esa diferencia supera los 15 puntos porcentuales. Posiblemente para el editor de Clarín no sea una cifra importante. Para cientos de miles de docentes que a duras penas llegan a fin de mes no resulta nada menor. Eso hace completamente justo el reclamo.

Roa también escribe “firmamos los tratados más progresistas en temas de niñez pero no somos capaces de garantizar a los chicos 180 días de clase: nunca se cumplieron desde la recuperación de la democracia”.

La frase, que alude a una suerte de responsabilidad colectiva, termina eximiendo de responsabilidades a todos los gobiernos desde 1983 a esta parte.

Líneas más abajo, el periodista-operador de Magnetto insiste contra la docencia: “en 2018 los chicos bonaerenses perdieron 29 días de clases solo por paros. Los de las escuelas públicas, donde se educan los más necesitados, no los de las privadas. No hace falta preguntarse por qué más padres se sacrifican por enviar a sus hijos a las privadas. Es el 40% en Buenos Aires. Hazaña del progresismo: empujar a la gente a escapar del Estado mientras proclaman defender al Estado”.

Repite, palabra por palabra, los argumentos de Vidal y Macri para descalificar el reclamo salarial docente. Una elemental objetividad periodística debería obligarlo a decir que, a lo largo de 2018, el gobierno de la provincia de Buenos Aires convocó a múltiples reuniones de discusión salarial en las que repitió la misma miserable oferta salarial. El estancamiento en las negociaciones tiene su razón allí.

Demás está decir que, en más de una ocasión, la conducción kirchnerista y peronista de los gremios ha utilizado el reclamo docente para llevar agua al molino electoral de esos espacios políticos.

Sin embargo, la columna de Roa, una vez más, vuelva a realizar otro gran favor a la política de ajuste en la educación impulsada por Cambiemos y el FMI.

Fuente de la noticia: http://laizquierdadiario.com/Paritarias-Clarin-se-suma-a-Vidal-en-su-intento-de-desprestigiar-el-reclamo-docente

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Educación emocional en las escuelas: ¿sí o no?

Por: Mariana Otero. 

Es la estrategia pedagógica del momento, que busca mejorar el desempeño a través del desarrollo de habilidades emocionales. Se utiliza cada vez más en el mundo, pero no todos están de acuerdo: algunos afirman que persigue el disciplinamiento del sujeto.

os promotores de la educación emocional aseguran que más del 70 por ciento del “éxito” en la vida adulta depende de las habilidades emocionales desarrolladas en la niñez. Es decir que el aprendizaje estaría ligado indefectiblemente a las emociones.

La fundación Educación Emocional, que dirige el psicólogo Lucas Malaisi, promueve en la Argentina una ley de educación emocional (Corrientes y Misiones ya tienen la suya) para que todas las escuelas públicas desarrollen el conocimiento personal, la automotivación y la empatía, entre otras cosas.

El proyecto plantea la creación de un espacio, transversal y curricular para los alumnos, pero también espacios para que aprendan los padres y los docentes (fundacioneducacionemocional.org).

La educación emocional, que comenzó a difundirse en ámbitos educativos en los últimos años en la Argentina y en el mundo, busca educar las emociones, a las que se considera habilidades que permiten mejorar el desenvolvimiento social y los aprendizajes. Se basa en el autoconocimiento y en la autorregulación.

Diversos países la aplican en las aulas y hasta la incluyen en los lineamientos de sus políticas públicas. Pero, además, organismos internacionales como el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) promocionan esta práctica como eficaz.

Quienes adscriben a esta idea argumentan que en los tiempos que corren es preciso promover las “inteligencias emocionales” y dejar atrás los esquemas de la escuela tradicional que pone el foco en el raciocinio.

Sin embargo, y pesar de que cada vez hay más evidencia científica del papel que juegan las emociones en la vida de las personas, no todos están de acuerdo en que es beneficioso implementar políticas y prácticas de educación emocional en los colegios.

Consultamos a dos especialistas para debatir por qué sí o por que no introducir la educación emocional en las escuelas.

Sí: una vida más plena

Iliana Bustos, abogada y coach profesional, explica que el mundo de las emociones de los seres humanos ha sido soslayado en la educación tradicional, anclada en el paradigma cartesiano de que lo privativo y distintivo del ser humano es la razón.

“En la actualidad, y en especial a partir de la difusión del concepto de inteligencia emocional planteado por Daniel Goleman, la temática vinculada al emocionar humano ha cobrado particular relevancia. De manera especial, y enfocada a obtener mejores resultados, se la considera seriamente en los ámbitos educativos, laborales, y en general en cualquier organización en la cual las personas interactúen”, plantea.

El concepto de inteligencia emocional, explica Bustos, hace referencia a la capacidad para reconocer los sentimientos propios y ajenos.

“Para Goleman, la inteligencia emocional implica cinco capacidades básicas: descubrir las emociones y sentimientos propios, reconocerlos, manejarlos, crear una motivación propia y gestionar las relaciones personales”, sostiene la especialista, quien asegura que estas teorías tienen jerarquía científica. “La clínica médica ha reconocido la directa incidencia del factor emocional, no sólo en la aparición y desarrollo de numerosas patologías, sino también en las posibilidades y alternativas de recuperación de enfermedades y mantenimiento de la buena salud. En cuanto a las capacidades y destrezas incluidas en el concepto de inteligencia emocional, estas revisten una influencia dirimente no sólo en el aprendizaje, sino también en todos los ámbitos del quehacer humano”, remarca. Y sostiene que las emociones predisponen a la acción.

En este sentido, puntualiza, el alumno que se asombra, se interesa y confía en sus capacidades aprende con rapidez y es capaz de retener nuevos conceptos y relacionarlos con otros ya conocidos. Es decir que puede gestionar de manera autónoma su propio aprendizaje.

“De igual manera, logrará relaciones sanas y productivas con sus congéneres y con sus maestros desarrollando un sentido de integración y participación no sólo en la escuela, sino en su vida en general”, plantea Bustos.

Y agrega: “Los beneficios de la inteligencia emocional en los niños y adolescentes son múltiples: la mejora de la conducta, la creación de una autoestima sana, hace a los niños y adolescentes más responsables, seguros y autónomos, ayuda en el bienestar personal y a desarrollar las habilidades sociales básicas para cualquier tipo de relación”.

Bustos remarca que, cuando las personas se conectan con sus propias emociones y aprenden a reconocerlas y gestionarlas de manera eficaz, “sus vidas adquieren una dimensión más plena, se potencian sus naturales aptitudes, obtienen logros más significativos en todas sus iniciativas y se convierten en personas más activas, felices y satisfechas con su vida”.

Para la especialista, el aprendizaje emocional debe iniciarse en los docentes. “Sólo quien puede reconocer y conectarse con su propio mundo emocional puede propiciar a que otro lo haga. El docente tiene que ser capaz de generar contextos emocionales propicios al aprendizaje, generar climas emocionales que despierten interés, atención y entusiasmo por aprender”, opina.

No: es disciplinamiento

Ana Abramowski, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso, Argentina), explica que la “educación emocional” propicia que los individuos deban autoexaminarse con detenimiento para apaciguar y aplacar (regular) aquellas emociones que se encuentren confusas o se consideren negativas y, por lo tanto, dañinas.

Otro pilar de esta educación, dice, es el énfasis en lo positivo: tener actitudes y conductas positivas, construir relaciones positivas, crear climas positivos.

“Mi posición es contraria a las políticas y prácticas de educación emocional”, sostiene Abramowski, quien explica que discutir este tipo de educación no significa negar que la práctica educativa, el trabajo docente, la enseñanza y el aprendizaje estén atravesados por afectos y emociones.

“Discutir con la educación emocional implica poner sobre la mesa que no hay una única manera de concebir las emociones en su vínculo con la educación. Es imperioso considerar las emociones en su ambigüedad, atravesadas por relaciones de poder, contradicciones, ideologías, políticas y disensos”, remarca. Y agrega: “En lugar de aislar e intentar regular y acallar las emociones que circulan en las escuelas, en lugar de enfatizar el carácter adaptativo de la educación, considero preciso comprender por qué se producen unas emociones y no otras, cuánto pueden estar hablando de desigualdades e injusticias como así también de experiencias movilizantes y enriquecedoras”.

Estos son algunos de los argumentos de la investigadora de Flacso:

Esta clase de educación se centra en el disciplinamiento de los individuos. Lo emocional, lejos de explorarse, comprenderse y, por qué no, amplificarse, es sometido a la autorregulación. En este sentido, se trata de una educación con una fuerte impronta adaptativa.

El énfasis en las emociones positivas niega y obtura las emociones difíciles y poco clasificables (que se califican con el simple rótulo de “negativas”), emociones que forman parte de lo humano y cuyo destino no debería ser la simple regulación.

Para la educación emocional, las emociones son simples, transparentes, auténticas y están ubicadas en el yo. No tienen historia ni están atravesadas por relaciones de poder, condiciones materiales, ideologías ni políticas.

El énfasis de la educación emocional en el trabajo de autoexamen y autorregulación de los individuos deposita en cada persona la responsabilidad de su éxito o de su fracaso, de su alegría o de su sufrimiento. Por estos motivos, la educación emocional psicologiza, individualiza, descontextualiza y emocionaliza los problemas educativos.

Fuente del artículo: https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/educacion-emocional-en-escuelas-si-o-no

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Migraciones, Derechos y Educación: Desafíos de la Interculturalidad

Por: FLACSO. 

Viernes 22 de febrero de 2019, de 17:30 a 20 hs.
Sede académica FLACSO Argentina, Tucumán 1966, CABA.
Actividad gratuita con inscripción previa AQUÍ

La Escuela de verano FLACSO Argentina y el Área de Estudios Latinoamericanos invitan a una jornada académica abierta.

PRIMERA PARTE:

17.30 a 18.45 hs.: Apreciaciones de la inmigración Haitiana en Chile desde una mirada política, lingüística y psicosocial.

A cargo de Jonathan Martinez y Mercedes Yeomans
Presentan: Vera Cerqueiras y Fernando Fischman

La presentación consistirá en un análisis de las políticas migratorias que afectan a la comunidad haitiana en Chile, el proceso de aculturación y los procesos psicológicos de los migrantes.

María Mercedes Yeomans Cabrera: Magíster en Gestión Educacional y en Recursos Humanos y Habilidades Directivas. Licenciada en Educación. Profesora de Inglés. Diplomada en Educación Superior, en Educación al Adulto Trabajador y en Diseño y Metodologías de Educación Online. Certificada en Control de Gestión.

Jonathan Martínez: Psicólogo con más de 15 años de experiencia en el tratamiento de problemas de salud mental, asesorando personas y organizaciones en el ámbito laboral organizacional. Especialista en Psicología Clínica Cognitiva Conductual, Magíster en Gestión Educativa, Magíster en Recursos Humanos y Habilidades Directivas

SEGUNDA PARTE:

19 a 20 hs.: Presentación del Libro “Enseñar y Aprender en Contextos Interculturales. Saberes, herramientas y experiencias de Educación Internacional” de Karina Felitti y Andrea Rizzotti, autoras y compiladoras.

Presentan: Daniel Giorgetti y Luis Alberto Quevedo

“Enseñar y Aprender en Contextos Interculturales” es un libro que reúne un conjunto de estudios que analizan políticas y procesos de gestión, investigación, enseñanza y aprendizaje en el ámbito de la educación internacional e indagan en las experiencias subjetivas de los intercambios educativos partiendo de considerar a la educación internacional como una oportunidad para el diálogo intercultural, el fomento de la solidaridad y la inclusión social.

Fuente de la reseña: http://flacso.org.ar/migraciones-derechos-y-educacion-desafios-de-la-interculturalidad/

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Guadagni: «El punto débil de la educación es la universidad»

América del Sur/ Argentina/ 18.02.2019/ Fuente: 

El director del Centro de Estudios de la Educación Argentina apuntó a la deserción y la falta de incentivos en las «carreras que interesan para el futuro» como trabas para el crecimiento económico.

El director del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA), Alieto Guadagni, señaló que uno de los mayores impedimentos para el crecimiento económico del país es el gran porcentaje de deserción universitaria y la falta de incentivos para las carreras productivas.

En diálogo con Cadena 3, el experto indicó: «El punto débil es la universidad. La Argentina es uno de los países de América Latina que tiene más estudiantes universitarios y menos graduados». En ese aspecto, detalló que nuestro país tiene, en proporción, más estudiantes que México, Colombia, Brasil y Chile, pero menos egresados que esos países.

Al respecto, apuntó al «ingreso irrestricto a la universidad» como principal inconveniente, que contrastó con «México, Colombia, Brasil, Chile, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Costa Rica, los países europeos y los asiáticos» donde «para pasar de la escuela secundaria a la universidad hay que aprobar algún tipo de examen».

Para ilustrar, arrojó algunas cifras. En Argentina, «de los que ingresan a universidades públicas» se gradúan «alrededor del 25%», y en los establecimientos privados «menos del 40%», indicó. «En América Latina, el porcentaje oscila entre 60 y 70%, y en Japón 90%», añadió.

«Nuestra matrícula universitaria está en el siglo XIX», subrayó Guadagni, y agregó que en el país egresan, por año, «19 mil abogados, menos de 50 ingenieros de petróleo, menos de 10 ingenieros nucleares y menos de 40 ingenieros en minas».

«Lamentablemente las universidades no están en condiciones de propiciar el aumento en la graduación en las carreras que interesan para el futuro», acotó.

En cuanto a las carreras que deberían recibir un incentivo, a la mencionadas ingenierías el doctor sumó «Física, Química y Matemática».

El objetivo, opinó, debería ser «expandir la graduación universitaria de las carreras del siglo XXI, abriendo canales para el ingreso de los pibes más pobres, no quedarse en el siglo XIX y actuar pasivamente».

Finalmente, como punto positivo, destacó a la provincia de Córdoba, donde «el promedio de jornada extendida en la escuela primaria alcanza el 45%», mientras que a nivel nacional éste es de 14%.

Fuente de la noticia: https://www.cadena3.com/noticias/notas-reportajes/guadagni-punto-debil-educacion-universidad_133816

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Podcast: Radio OVE – Reporte Educativo – Enero 2019 (Audio)

México – Venezuela / 17 de febrero de 2019 / Autor: Editores OVE

Otras Voces en Educación Radio presenta lo más destacado de lo ocurrido en el mundo educativo durante el pasado mes de enero de 2019, destacándose la huelga de maestros de Los Ángeles y el Día Internacional de la Educación, entre otros acontecimientos más.

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Los salarios de los maestros argentinos, entre los más bajos del mundo

Argentina / 17 de febrero de 2019 / Autor: Alfonso de Villalobos / Fuente: El Tiempo

Un informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina basado en datos de la OCDE asegura que perciben menos de la mitad que el promedio mundial. Además destaca que durante 2018 los docentes perdieron 20 puntos con la inflación.

Un maestro en Luxemburgo, con de diez años de antigüedad, percibe en forma anual U$S 90.782.

Según un informe realizado por el Centro de Estudios de la Educación Argentina dependiente de la Universidad de Belgrano se trata del país que mejor remunera a sus maestros.

De hecho, un docente de Luxemburgo percibe un sueldo que equivale a cinco veces lo que obtiene su colega, en promedio, en la Argentina. Es que, según el mismo informe, en septiembre de 2018 un docente argentino con la misma antigüedad percibía el equivalente anualizado a U$S 18.253.

Ese nivel salarial los ubica en el puesto 36 de 37 países que releva la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y que sólo ubican por debajo a los maestros de la República Eslovaca que apenas perciben U$S 17.129 en forma anual.
Si se tomara el salario de diciembre de 2017, los maestros argentinos pasarían a ocupar el puesto 34 lo que indica que la tendencia es a la baja.

En promedio, en esos 37 países, los docentes perciben anualmente U$S 41.884, más del doble de lo que cobra un maestro en la Argentina.

Inmediatamente por debajo de Luxemburgo, aunque lejos, se ubican Suiza (U$S 70.049), Alemania (U$S 66.950) y Canadá (U$S62.860). El estudio se enfoca, en particular, en los ingresos de los maestros de Europa y Norteamérica. Sin embargo, los maestros de países latinoamericanos como Chile, Costa Rica y México también superan, en dólares, a los de la Argentina en un 59%, 54% y 38% respectivamente.

Alieto Guadgani, director del CEA, explica que “las naciones que avanzaron rápidamente en la calidad de su educación lo hicieron mejorando la preparación de los nuevos docentes, con jerarquía de carrera plenamente universitaria, y apuntando a que los mejores alumnos secundarios de hoy sean los docentes de mañana. Desde ya que esto exige que la profesión sea plenamente reconocida con mejores niveles salariales”.

La dinámica, sin embargo, es la inversa toda vez que, como ya se señaló, los docentes cayeron tres peldaños del ranking mundial en apenas nueve meses.

Pero además, el mismo informe destaca que, en promedio, el salario de los docentes del país se incrementó, entre septiembre de 2017 y el mismo mes de 2018, en un 20,2% contra una inflación en el período de 40,5%. Se trata de una suba que se ubica 20 puntos porcentuales por detrás de la de los precios.

El promedio ponderado según provincia, a septiembre de 2018, arrojaba un salario docente con diez años de antigüedad de $20.833 cuando, entonces, la Canasta Básica Total del INDEC que mide el umbral de pobreza se situaba en $22.558.

En aquel entonces sólo los docentes de nueve provincias percibían salarios por encima del nivel de pobreza aunque, en varios casos, se trata de provincias patagónicas donde el valor de esa canasta se eleva sensiblemente.

Al final de la tabla se ubican los maestros de Santiago del Estero que percibían $13.291 y que actualizaron sus haberes en apenas un 8,9% en el último año.

Salario anual en U$S PPA después de 10 años de experiencia

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Fuente de la Noticia:

https://www.tiempoar.com.ar/nota/los-salarios-de-las-maestras-argentinas-entre-los-mas-bajos-del-mundo

ove/mahv

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