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Argentina: Diversidad sexual: cuando lo que se calla excluye

Fuente: CTERA / 6 de junio de 2016

La población trans es la que más padece la discriminación en el aula. Opinan tres referentes del tema.

por Marcela Isaías

Agresiones verbales, físicas y hostigamiento son las expresiones más comunes de la discriminación que sufren estudiantes lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT). La peor parte la padece el colectivo trans. Se trata de otra manifestación de la violencia de género que es poco o nada debatida en las aulas, y donde la consecuencia más inmediata es la exclusión escolar. En la provincia existe un protocolo de orientación para estas situaciones pero no siempre es conocido; en tanto que anticipan que se proyecta un programa específico para acompañar la trayectoria escolar de esta población. Tres especialistas en el tema comparten sus opiniones: Emiliano Samar (Educación y Diversidad Sexual de Ctera), Esteban Paulón (Diversidad Sexual de la Provincia) y Michelle Mendoza (Frente Diversidad del Movimiento Evita).

La problemática es de tanta preocupación que a mediados de mayo reunió por primera vez a los ministros de Educación de distintos países en un congreso organizado por la Unesco. El encuentro, realizado en París, tuvo como único tema «hacer un llamamiento a la acción y la discusión de nuevas recomendaciones que den respuesta a la violencia por motivos de orientación sexual e identidad de género», que derivan en exclusión escolar y más tarde en exclusión social.

 

Sensibilizar para educar?

Emiliano Samar es el responsable del equipo de Educación y Diversidad Sexual de Ctera. Una de las acciones iniciales de este equipo fue sumarse a principios de este año a la Primera Encuesta Nacional sobre Ambiente Escolar dirigida a jóvenes de la comunidad LGBT, impulsada por la organización 100% Diversidad y Derechos. Un relevamiento enfocado en la escuela secundaria (todavía no se conocen el resultado final).

«La mayoría de los encuestados de todo el país señaló que los y las docentes son testigos de situaciones de discriminación y sin embargo no pueden operar con eso. Ahí es donde pensamos que la acción de los sindicatos es fundamental porque hay un territorio donde muchas veces los gobiernos provinciales, los ministerios no están pudiendo arbitrar estrategias específicas a nivel de diversidad sexual. Es donde el docente se siente solo y sin recursos», analiza Samar.

Desde la Ctera se dan distintas estrategias de trabajo, como encuentros sobre diversidad sexual y educación, además de modelos de familias: «Por ejemplo, qué pasa con las familias compuestas con una mamá lesbiana y un papá gay o bien con dos mamás o dos papás». Además de la realización de talleres, en los que la primera tarea es «la sensibilización sobre la problemática para luego generar acciones concretas pedagógicas».

Samar dice que en la agenda de trabajo de la Ctera, «el colectivo trans es un tema prioritario, porque esa construcción que se va haciendo en relación del género que se percibe encuentra una tensión con las instituciones». Una de las preguntas más frecuentes que hablan de esta tensión en las escuelas secundarias es «a qué baño va este o esta estudiante». Es en esas situaciones donde se hace más clara «la necesidad de acompañamiento no sólo para comprender la letra de la ley sino también sensibilizar en esa transformación cultural que hace falta para poder achicar la distancia que hay entre la norma y la cultura escolar».

Twitear

Samar propone que el desafío es construir una contracultura que propicie el diálogo. También convertir a los problemas en preguntas para empezar a derribar estereotipos que se reproducen desde las aulas. Una tarea que bien comienza en el nivel inicial. Cita al educador Gabriel Brener cuando referencia a las canciones que se escuchan en el jardín de infantes, «por ejemplo, la de «El pato y su pata», que presupone que la pata es del pato»; o bien preguntarse sobre los libros y láminas que se eligen llevar al aula: «¿Por qué siempre tienen que tener un príncipe y una princesa?». Esas preguntas también abren el debate sobre las representaciones acerca de lo masculino y femenino.

 

El desafío de la convivencia

El subsecretario de Diversidad Sexual de Santa Fe, Esteban Paulón, reconoce que el colectivo trans es el más vulnerable, no sólo respecto de la población LGBT sino también de otras comunidades sociales. Y que la cuestión más compleja a atender «es la de la convivencia hacia el interior de la escuela, cómo se trabaja con este nuevo niño o niña».

Recuerda que ese reto se dimensiona cuando esos chicos o chicas empiezan a expresar abiertamente su identidad de género, «que implica desde cambios físicos hasta referenciarse con otro nombre, haya hecho o no el nuevo DNI». Y más cuando estos cambios no son acompañados por las familias, un abandono bastante frecuente, que profundiza las situaciones exclusión y se convierte en una de las causas que explican que la expectativa de vida de esta población sea de 42 años. «Son pocas —afirma— las familias que contienen; la generación de 17, 18 años ha sido mayormente expulsada, no les ha quedado otra que la calle».

Paulón menciona el caso reciente de un chico de 15 años que fue rechazado de una escuela de una localidad del sur provincial por su condición trans. «Es una quijotada querer permanecer en un ambiente que es totalmente hostil para alguien que está asumiendo tantos cambios», dice para contar que el chico, que en este caso cuenta con el apoyo familiar, volvió a su anterior escuela donde es contenido por sus compañeros, docentes y directivos. El director que no lo aceptó argumentaba desconocer el protocolo que la provincia aprobó en 2013 y acompaña a los estudiantes trans, tanto para que se respete, por ejemplo, el nombre que responde a su identidad autopercibida de género como su vestimenta.

De todas maneras, admite que «más allá que la decisión política sea acompañar el cumplimento de la ley y sostener el proceso de educación de las niñas y los niños fundamentalmente trans», en el día a día aparecen situaciones de vulneración de derechos donde la subsecretaría a su cargo debe intervenir. «A veces la información no llega o algunos directivos o docentes anteponen determinadas creencias, impresiones personales por sobre lo que es una política institucional», plantea como uno de los desafíos cotidianos.

Explica que leyes como la de matrimonio igualitario (Nº 26.618, sancionada en 2010) han contribuido a una mayor visibilización de la población LBGT. Sin embargo, el colectivo trans es mayormente discriminado. En este panorama, la consulta obligada es cómo garantizarles la educación obligatoria. «Dentro de la subsecretaría creamos un programa especial de inclusión laboral, social y educativa para el colectivo trans, que se firmará el 21 de junio en Santa Fe cuando se presente el Consejo Provincial de Diversidad Sexual que prevé distintos mecanismos de acompañamiento y apoyo». Este programa trae la novedad de impulsar un plan de becas de incentivo: «Queremos que la población trans termine la escuela, que no tengan la dificultad del transporte, que cuente con tutorías que acompañen. Necesitamos de ese esfuerzo porque es una población de mucha exclusión».

 

Cambio cultural

Michelle Mendoza es la responsable del Frente Diversidad del Movimiento Evita. Reconoce que «hay un avance en la inclusión de las compañeras sobre todo en las Eempas (escuelas medias para adultos)»; pero por ahora eso responde más que nada a la apertura y buena disposición de los directivos, que de una política generalizada. Cita el ejemplo de una Eempa del macrocentro rosarino a la que asiste una buena cantidad de alumnas trans. «Es la misma escuela a la que fui hace ocho años, donde éramos cuatro amigas trans que logramos nos cambien la identidad en los papeles, que era en lo que nos dolía más: cómo nos nombraban y que no se nos respete la identidad», suma.

Considera que si bien el número de estudiantes trans terminando el secundario no es significativo, sí lo es en proyección histórica: «Que haya diez estudiando en la Eempa, en terciarios o universidades no es significativo, sí lo es que estamos en un proceso de cambio, que como pasa con el cupo laboral, permitirá que vean al estudio como una posibilidad, porque lo que se le había quitado a la población trans era la posibilidad de soñar. De a poco se nos está devolviendo la posibilidad de proyectarnos».

La referente tiene una mirada crítica sobre cómo se implementa el programa de Educación Sexual Integral (ESI) en la provincia (ley 26.150). «A comparación de otras provincias, Santa Fe está un paso adelante. Pero es un paso nada más, porque la ESI no se aplica realmente». Considera que la formación de nuevos profesionales para trabajar en la materia es insuficiente para la cantidad de escuelas santafesinas.

«Sí, hay un cambio social que repercute en las escuelas. La sociedad está un paso más adelante que la decisión política», opina y grafica con el ejemplo de la Eempa rosarina que admite a la población trans más que nada pero más por voluntad de su directora que por una decisión política generalizada y «por eso no se da en todas las escuelas». Al mismo tiempo que admite que el protocolo impulsado por la provincia se cumple.

A la hora del debate, su experiencia le demuestra que suele ser más fácil acceder a los padres y estudiantes que a los directivos y funcionarios: «Cuando pedimos reuniones con el Ministerio de Educación siempre es la misma persona muy piola quien nos atiende pero que no incide en nada». En su visión «el cambio social o cultural está un paso adelantado de las definiciones políticas. Un caso concreto son las leyes de matrimonio igualitario y de identidad de género, que se pusieron en la agenda social, más allá de la agenda política, y nos empezó a devolver derechos».

 

NOTA ORIGINAL: http://www.lacapital.com.ar/diversidad-sexual-cuando-lo-que-se-calla-excluye-n798252

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El reto de Latinoamérica: Volver a crecer para acabar con la pobreza extrema

Por: Banco Mundial

La meta número 1 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas está probando ser  una de las más difíciles de alcanzar: Acabar con la pobreza en todas sus formas en todo el mundo en 15 años. Y para América Latina, donde la época de bonanza de la pasada década ayudó a miles a ascender a clase media, el desafío es mayor en momentos que atraviesa su quinto año de desaceleración económica.

Según los Indicadores de Desarrollo Mundial (i) de este año, para 2030 el porcentaje de latinoamericanos que vivirán en la extrema pobreza será casi igual que en 2012 si las tasas nacionales de crecimiento económico se mantienen similares a las registradas en la década anterior. Según los datos del Banco Mundial, en 2012 el 5,6% de los latinoamericanos vivía con 1,90 dólares por día, comparado con el 17,8% en 1990.

Las cifras también ponen de manifiesto que la región tendrá dificultades para contribuir al primer ODS, establecido junto a otros 16 objetivos en diciembre de 2015, si la expansión económica siendo siendo lenta hasta 2030. De hecho, este año se prevé una contracción de la economía regional del 1%.

Para no perder los avances sociales obtenidos en momentos de “vacas gordas”, los economistas tratan de promover nuevas formas de estimular el crecimiento económico de América Latina sin tener que depender tanto de las materias primas, principal fuente del boom registrado en la región hasta 2011.

También es importante impulsar el crecimiento económico de otras regiones en desarrollo. Según las proyecciones, si la economía global sigue creciendo como en los últimos 10 años, la tasa de pobreza extrema en el mundo caerá al 4% en 2030, pero si se toman en cuenta las tasas de crecimiento de los últimos 20 años, la población mundial que vivirá en pobreza extrema será del 6%.

Protección social

Una diferencia importante entre América Latina y otras regiones son los programas de transferencia de efectivo (como Bolsa Familia en Brasil y Prospera en México), la alimentación escolar, el mercado laboral y la seguridad social, entre otros. Entre los más pobres en América Latina, alrededor del 60% está cubierto por programas de protección social.

Mientras tanto, en las regiones menos favorecidas, los programas no son lo suficientemente grandes como para luchar contra la pobreza, según el estudio del Banco Mundial. En el África subsahariana, por ejemplo, sólo el 15% de los más pobres tienen acceso a tales beneficios.

América Latina también se destaca por la forma en que registra y evalúa los indicadores de pobreza. «Recientemente, algunos países, como Colombia y México han tomado medidas para capturar la naturaleza multidimensional de la pobreza, la evaluación de cómo las familias son pobres en diferentes formas (en términos de salud, educación, vivienda y oportunidades en el mercado laboral)» según el informe de Indicadores de Desarrollo Mundial.

Conquista global

A pesar de los desafíos a lo largo del mundo en desarrollo, por primera vez en la historia, la tasa global de la pobreza extrema se redujo por debajo del 10% en 2015. Esto supone una reducción de más de dos tercios desde 1990, cuando el 37% de la población vivía con hasta  1,90 dólares por día.

El estudio del Banco Mundial también señala que el Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad la pobreza se ha cumplido, y que el primer Objetivo de Desarrollo Sostenible se basa en este logro.

*Articulo tomados de: http://www.bancomundial.org/es/news/feature/2016/05/29/latinoamerica-volver-crecer-acabar-pobreza-extrema

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Curso Virtual: Cómo crear un curso básico en Moodle

Noticia / 05 de junio de 2016/ Por: FLACSO VIRTUAL Sede Argentina

 

Propuesta académica

En los contextos cambiantes actuales y con el advenimiento del aprendizaje semipresencial, las aulas invertidas y otras formas de e-learning, manejar correctamente las herramientas de entornos virtuales educativos se ha hecho menester para profesionales de la educación, administradores y estudiantes. Moodle es el software libre educativo de mayor uso en el mundo, apoyado por una comunidad colaborativa enorme.

Destinatarios

Orientado a equipos docentes, asistentes y coordinadores de FLACSO Virtual Argentina y equipos que se desempeñan en instituciones de formación virtual, docentes de instituciones públicas o privadas, estudiantes, investigadores, emprendedores, personal de áreas de educación y tecnología de instituciones y organizaciones, encargados de proyectos que estén involucrados en la creación e implementación de cursos de modalidad virtual y otros interesados.

Objetivos del curso

Este curso tiene como objetivo que el cursante adquiera los conocimientos necesarios sobre el diseño instruccional, el rol del tutor y la plataforma Moodle en su versión 2.9 para llevar adelante la planificación y ejecución de un curso o espacio de trabajo de modalidad virtual.

Las principales competencias y habilidades que se trabajan en el curso son:

  • Conocimiento de las características principales del diseño instruccional como herramienta opcional para el armado de un curso virtual.
  • Diseño de un curso virtual siguiendo las fases del diseño instruccional.
  • Reconocimiento de las posibles dimensiones del rol del tutor en un curso virtual.
  • Identificación de las tareas del tutor virtual: evaluar, planificar, guiar, entre otras.
  • Utilización de herramientas mediacionales en el entorno virtual.
  • Desarrollo de las habilidades pedagógicas que requieren los entornos virtuales de enseñanza y aprendizaje.
  • Adquisición de los conocimientos básicos en la edición y configuración de recursos
  • Conocimiento de las herramientas básicas de edición de contenidos
  • Conocimiento de las posibilidades de adaptación de los recursos a las necesidades pedagógicas

Certificación

Una vez cumplidos los requisitos de aprobación del curso los alumnos recibirán por correo electrónico una constancia de la FLACSO Argentina.

Contenidos

El Curso 1. Cómo crear un curso básico en Moodle constituye un trayecto que se compone de 3 (tres) tramos que se dictan en forma sucesiva y como parte de un único curso:

  • Tramo 1: diseño instruccional
  • Tramo 2: rol del tutor
  • Tramo 3: edición básica en Moodle 2.5

El presente curso está pensado para abordar los aspectos fundamentales a tener en cuenta para desarrollar e implementar  un curso de estas características, haciendo énfasis en la calidad didáctica, validez y pertinencia del contenido.

El primer tramo trabaja sobre el diseño instruccional como proceso para el diseño de cursos y opción posible para considerar los aspectos principales de uno con modalidad en línea: desde su concepción hasta su dictado, proporcionando orientaciones desde el punto didáctico y de gestión y cuya construcción permita desarrollar una experiencia de aprendizaje significativa.

El segundo tramo aborda posibles dimensiones del rol del tutor  en plena era digital donde se construyen permanentemente nuevos y valiosos escenarios para la enseñanza y los aprendizajes: el aula expandida, las nuevas funciones del docente y del estudiante en la virtualidad, las herramientas de mediación y los entornos virtuales de enseñanza y aprendizaje, entre otros. El tutor en línea se caracteriza por configurar sus tareas de manera específica y diferente a lo que se ofrece en una propuesta presencial o blended(híbrida, semipresencial): los modos de evaluar, de utilizar la información y determinadas herramientas y materiales de mediación, las estrategias y técnicas que se ponen en juego, son propios de un entorno virtual.

El tercer tramo aborda de manera práctica la edición de las herramientas en Moodle versión 2.5 en el campus FLACSO Sede Argentina y permite un gran abanico de posibilidades para nuestros cursos.

La incorporación de recursos siempre responde a las necesidades pedagógicas y puede adaptarse de acuerdo a los destinatarios, tiempos y metodología que se desea aplicar. Muchas veces estas posibilidades son desconocidas.

La adecuada configuración de los recursos marcará una gran diferencia a la hora de aplicar nuestras actividades, tareas, recursos o tan solo presentar un material.

Es importante una mención especial a las herramientas y recursos que el campus en Moodle ofrece para la elaboración de actividades colaborativas entre cursantes y entre cursante y tutor. El docente podrá crear en la virtualidad un proceso de aprendizaje activo en un ambiente colaborativo que promueva un espacio de experiencias para interactuar y compartir.

 

Fuente: http://flacso.org.ar/formacion-academica/como-crear-un-curso-basico-en-moodle/

Foto: http://aula.hcrey.org/pluginfile.php/3971/mod_forum/attachment/3/moodle2.jpg

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Chile: Ministra Delpiano: Oposición y Confech conocerán proyecto de educación superior antes de ser enviado

Noticias / 05 de junio de 2016 / Por: Marié Scarpa

 

Tras haber sido aplazado en dos ocasiones, el proyecto de educación superior pasará finalmente este mes al Parlamento. La ministra de Educación, en el programa Estado Nacional, sin embargo, reconoce que no existe un día fijo dentro de la presente treintena para que esto ocurra.

De todos modos, Adriana Delpiano indica que «el proyecto está prácticamente terminado en su redacción», incluyendo más de 300 artículos, que espera que sean mostrados en encuentros realizados con los distintos frentes, además del celebrado con autoridades de la Nueva Mayoría.

«Nos gustaría antes de que se envíe el proyecto, tener un par de reuniones. Primero, poder mostrárselo a la oposición en términos generales.Y he dejado las puertas muy abiertas, y así lo dice también la presidenta de la Confech, de poder mostrárselo a ellos, en término de que no se enteren en el Parlamento«.

La secretaria de Estado agrega que como Ministerio «hemos mantenido permanentemente (una invitación a la Confech), nos parece muy importante que la digerencia, por un tema de respeto, lo puedan conocer y saber (el documento)».

Aun así, Delpiano indica que «un proyecto de educación superior no va a satisfacer todas las expectativas», pero que se quiere mantener un «diálogo con los estudiantes».

«El proyecto tiene un diagnóstico y un propósito: no tenemos un sistema de educación superior, tenemos instituciones de educación superior», desarrolla la funcionaria refiriéndose a cómo la organización actual se construyó sobre la marcha en base a las universidades existentes y su evolución en el tiempo, tanto en la Región Metropolitana como a lo largo del país.

Respecto a la educación técnica, la Ministra duda sobre el tipo de profesional que está ingresando al mundo laboral, a pesar de los 13 mil tipos programas que existen actualmente: «Nos preocupa que haya más marketing que perfiles distintos (en el mercado)», señala.

Sobre la gratuidad, la ministra asegura que existirá «en la medida de lo posible», ya que está «vinculada al crecimiento» que tenga Chile. Relacionado a lo anterior, Delpiano asevera que «hoy tenemos el doble de presupuesto para educación, eso es un esfuerzo país”.

De este recurso, dice que no se puede dedicar todo exclusivamente a un sector u otro, pero que lo más importante es que «como país no podemos dejar morir a la educación pública».

En relación a las expectativas para el 2016 en la materia, la autoridad de Educación declara que «este año la idea es continuar con el 5° decil, pero ampliándose a los lados para instituciones que no pudieron entrar el año pasado».

Para el 2018 se espera llegar al 60% de cobertura en gratuidad.

 

Fuente: http://www.latercera.com/noticia/nacional/2016/06/680-683733-9-ministra-delpiano-oposicion-y-confech-conoceran-proyecto-de-educacion-superior.shtml

Foto: http://static.latercera.com/20160601/2299429.jpg

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Argentina: Educación pública y meritocracia

Noticia / 05 de junio de 2016 / Por: Télam

Pablo Pineau, director del departamento de ciencias de la educación. facultad de filosofìa y letras de la uba, opinó para télam sobre la relación entre la educación pública y la meritocracia.

«El lento progreso de las sociedades humanas ha creado en estos últimos tiempos una institución desconocida a los siglos pasados. La instrucción pública, que tiene por objeto preparar las nuevas generaciones en masa para el (…) el conocimiento aunque rudimental de las ciencias y hechos necesarios para formar la razón». D. F. Sarmiento

Por siglos, la educación fue un privilegio de pocos. Posteriormente, como sostiene la cita de Sarmiento, las luchas sociales incluyeron la democratización educativa entre sus objetivos. Los principios de obligatoriedad y gratuidad implicaron la constitución del Estado como su agente proveedor principal e indelegable. A lo largo del tiempo, el derecho a la educación pasó de ser una simple posibilidad individual a convertirse en una compleja red de garantías colectivas asociadas a la creación de un mundo más justo. En buena parte de los siglos XX y XXI, «ser argentino» se vinculó al ejercicio de tres derechos considerados básicos e incuestionables: trabajo estable, representación política y escuela pública. Si bien esto no estaba garantizado para todos, se constituyó un imaginario colectivo en el que estaba presente la aspiración y posibilidad de lograrlo.

Pero los proyectos políticos neoliberales padecidos en otras épocas y renacidos en los últimos meses, dan lugar al empobrecimiento de amplios sectores de la población y a una creciente polarización social que implica la pérdida de los antiguos soportes colectivos. En este nuevo contexto, los individuos que antes actuaban, pensaban y sentían en el marco de estructuras y normas colectivas que les otorgaban identidades, seguridades y obligaciones, y sobre todo les garantizaban sus derechos, ahora tienen que hacerlo en la incertidumbre del capitalismo flexible, caracterizado por la pérdida de las redes de contención previas, sin un Estado interesado en articular inclusivamente al conjunto de la población.

El individuo aparece fragilizado por la falta de recursos materiales y protecciones colectivas, que en ciertos sectores se transforma en exclusión y marginación social. Este debilitamiento de los espacios colectivos de contención tiene su correlato con la idea de la responsabilización individual de los triunfos y fracasos de la propia vida. Situaciones como la pobreza o el desempleo dejan de ser entendidas como temas sociales, para pasar a ser comprendidas como problemáticas individuales, lo que redundaba en mecanismos de culpabilización de las víctimas. Por ejemplo, se estigmatiza a la infancia marginada como una «población en riesgo», y no se comprende su situación como el resultado de los procesos de segregación social, o el adolescente excluido es culpabilizado por su exclusión, como si fuera producto de su decisión personal y no una consecuencia del modelo social. Así el «problema» son «los pobres» y no «la pobreza», «los desocupados» y no «la desocupación», los «delincuentes» y no «la delincuencia».

La meritocracia vuelve a constituirse entonces en un valor central de la política educativa, en clara oposición a la idea de una escuela pública que construya igualdad y justicia social para todos y todas en un horizonte común. Su función pasa a ser la de estimular la competencia despiadada entre todos los participantes, donde habrá ganadores y perdedores, únicos y últimos responsables individuales del lugar alcanzado, con normas que privilegian castigar a los desfavorecidos y premiar a los fuertes.

Ante este panorama sombrío, conviene recordar que la historia de nuestro país es también la larga lucha por el derecho a la educación para todos y todas. La rápida y contundente respuesta de los sectores comprometidos con la defensa y el fortalecimiento de la educación pública señalan que los actuales embates neoliberales no tienen la última palabra.

Fuente: http://www.telam.com.ar/notas/201606/150085-educacion-publica-meritocracia-opinion.html

Foto: http://www.tucumanhoy.com/fotos_diario/201112/003b1c.jpg

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En Argentina: Niños lejos de sus derechos

El debate se centró en el absoluto fin de la violencia contra los menores y en el enorme trabajo que falta hacer para que las nuevas leyes se transformen en realidades para todos.

 Por Sonia Santoro

Ayer terminaron las Jornadas Niñez y Adolescencia en el Nuevo Código Civil, organizadas para repensar el marco teórico, revisar las prácticas y las políticas públicas y proponer transformaciones para el cumplimiento de las leyes consagradas. Mientras el viejo Código Civil aceptaba que los padres aplicaran “correctivos moderados” a sus hijos e hijas, el nuevo los prohíbe. Tomando ese eje vertebrador se habló de los distintos tipos de violencias que padecen los chicos y chicas, desde la física hasta la institucional y llegando al abandono del Estado, como un síntoma de políticas neoliberales que profundizan la pobreza y, por ende, sumergen a más niños en ella.

La convocatoria al #Niunamenos y la lucha contra la violencia hacia las mujeres también se hizo presente en el debate, como una articulación necesaria entre las problemáticas de infancia y género. “En la marcha tiene que haber muchos más hombres porque los femicidas son hombres y tenemos que cambiar la cultura del cachetazo a tiempo”, dijo Alejandro Amor, el Defensor del Pueblo de la Ciudad. En la misma línea, María Elena Naddeo, del Centro de Atención de Niñez, Adolescencia, Género y Diversidad del mismo organismo, planteó la importancia de hablar de infancia desde el feminismo. “La violencia contra los niños es parte de una sociedad atravesada por relaciones de poder, por desigualdades entre varones y mujeres y el colectivo LGTB, y adultocéntrica”, dijo. Recordó también que entre el 70 y 80 por ciento de los agresores de niños y niñas son conocidos de la familia: “el padre biológico encabeza la pirámide, seguido del padrastro, abuelo, tíos y otros conocidos”.

Las jornadas se llevaron adelante el 1 y 2 de junio en la nueva sede de la Defensoría del Pueblo (Belgrano 673), organizadas además por la presidencia de la Comisión de Mujer Infancia Adolescencia y Juventud de la Legislatura porteña, el Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (CASACIDN), la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y el Foro contra la violencia institucional.

En la apertura, la legisladora Andrea Conde destacó la necesidad de difundir y defender las reformas legislativas de los últimos años. “En este orden capitalista, patriarcal y adultocéntrico las violencias están invisibilizadas, los niños todavía están lejos de ser sujetos de derecho” como plantean la Convención de los Derechos del Niño a la que nuestro país adhirió, la ley nacional de protección integral de los derechos de niños, niñas y adolescentes, 26061, y la local 114. “El interés superior del niño no puede ser pensado desde una mirada liberal. El Estado es responsable de garantizar sus derechos”, remarcó. Entonces, abrió la discusión sobre las políticas públicas reales para hacer cumplir esos derechos. “En la ciudad, por ejemplo, no se cumple la ley de educación sexual”, apuntó, llamando a promover políticas públicas inclusivas para niños, niñas y adolescentes.

Luis Duacastella Arbizu, defensor en materia penal, resumió como uno de los déficit en la justicia “la ausencia de perspectiva de derechos, desde la policía que toma conocimiento de un hecho hasta los operadores judiciales”. Comentó que aunque hace varios años existe en el Código Contravencional una la figura que aplica al maltrato infantil “no conozco causas iniciadas por esta figura”. Si bien aclaró que no considera que la punición sea la solución para prevenir el maltrato, se preguntó por qué “el maltrato animal tiene diez veces más pena que el infantil” y dijo que es importante discutir la relación entre el Nuevo Código Civil y la legislación penal.

El primer panel “Análisis de aspectos transformadores del nuevo Código Civil en materia de niñez”, contó con la presencia de Nelly Minyersky, titular de la Maestría en Políticas infanto juveniles de la UBA y una de las redactoras en temas de Familia del Nuevo Código; la abogada Marisa Graham, ex Subsecretaria de Niñez, Adolescencia y Familia de la Nación (SENNAF) y Mary Beloff, Fiscal General de Política Criminal, Derechos Humanos y Servicios Comunitarios de la Nación.

Beloff coincidió con Duacastella Arbizu en su “escepticismo respecto de que pueda ser eficaz la respuesta penal en relación a los castigos domésticos”. Por otro lado, señaló que coexiste una “tensión compleja” entre modelos del relación del mundo adulto con los niños, “entre modelos paternalistas y liberalistas, en el Código Civil”. “Creo que la jurisprudencia tendrá que ser criteriosa: que no se caiga en el paternalismo pero tampoco se niegue la condición de dependencia de los niños. No hicimos todos estos esfuerzos para poner a los niños a la par de los adultos”, explicó.

Graham se refirió a la Adopción y destacó que la nueva norma “pone al niño en el centro de la cuestión; ya no a los adultos, tanto a los progenitores como a los adoptantes” y “saca a los niños del lugar de objeto de transacción”. Planteó, en este sentido, que antes esto no importaba demasiado porque “los niños a adoptar son pobres”. Y remarcó la importancia entonces de que haya “una población que irrumpe en el Código Civil: los niños, niñas y adolescentes pobres”.

Cerrando el panel, Minyersky dijo que su principal preocupación es cómo lograr que el “plexo normativo se haga realidad”. “Yo lo que quiero es que se difunda, no en las universidades, sino en las villas… para que se cambien conductas”, dijo. Explicó el cambio de paradigma que implica el nuevo Código, donde se habla de igualdad y de no discriminación; y ya no se habla de “patria potestad” ni de “tenencia”, sino de “corresponsabilidad familiar”, entre otros aspectos.

En relación a la violencia hacia niños y niñas, se preguntó “¿por qué hablamos de violencia cuando es hacia adultos y malos tratos cuando son niños? Es absurdo”. Por eso resaltó que se avanzó mucho en el Código con la prohibición de los malos tratos en el artículo 647, que elimina la figura del “correctivo” todavía existente en la vieja redacción. Sin embargo, explicó que en ese artículo no se aclaró qué es maltrato. Por eso llamó a enriquecerlo con lo que dicen las leyes local y nacional de protección de la infancia.

“Ojalá que dentro de 30 años tengamos una familia más democrática. Hoy todavía la fuerza es un arma”, finalizó.

Fuente; http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-301037-2016-06-05.html

Imagen tomada de: http://www.apdh-argentina.org.ar/sites/default/files/u7/jornadas_junio_invitacion.jpg

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Axel Rivas, director del Programa de Educación del Cippec: «Justicia pedagógica es creer que todos los alumnos son capaces»

El investigador se refirió a tres modelos. “Uno de ellos, el meritocrático, es muy injusto”, dijo. Si bien advirtió que sería “absurdo” eliminar el valor del esfuerzo, indicó que el desafío es crear prácticas de enseñanza que favorezcan el aprendizaje en la diversidad.

 Sábado 04.06.2016 |Mariela Goy

Axel Rivas estuvo en mayo en Santa Fe para disertar en el Instituto Nº 8 Alte. Brown, en una actividad organizada por el diputado Paco Garibaldi. También visitó El Litoral. 

El modelo meritocrático, que hoy está siendo tema de debate educativo, “premia los esfuerzos del alumno pero castiga mucho las diferencias de contexto; ignora o aprovecha que existen grandes desigualdades”. Lo dice Axel Rivas, máster en Ciencias Sociales y Educación, y al frente del área de Educación del Cippec, una organización apartidaria que se ocupa de analizar y promover políticas públicas para la equidad y el crecimiento en la Argentina.

El especialista -que recientemente fue seleccionado por la Fundación Konex como una de las 100 personalidades destacadas de la última década en las Humanidades Argentinas- se refirió a los tres modelos de justicia educativa que “están insertos en las prácticas escolares, en las creencias y no se presentan de forma pura, por lo cual tenemos que hacerlos conscientes y explícitos para poder tomar decisiones”.

“Todos nuestros alumnos son infinitamente capaces de hacer muchas cosas. Nuestro trabajo como docentes es explorar y expandir ese potencial. Nuestras creencias de justicia tienen que estar en relación a sentir que todos nuestros alumnos son capaces”, definió Rivas.

—¿Cuáles son esos tres modelos de justicia educativa?

—Uno de ellos es el “modelo meritocrático”, en el cual básicamente los alumnos son responsables de su aprendizaje y los docentes, de enseñar. Por lo tanto, si un docente cumple en enseñar los contenidos, toda la responsabilidad por aprender, aprobar y avanzar es de los alumnos. La meritocracia premia los esfuerzos del alumno pero castiga mucho las diferencias de contexto. Esas desigualdades se manifiestan en los resultados de los aprendizajes, con lo cual es un modelo muy injusto. También es muy tentador y a veces cómodo para el docente porque sólo se responsabiliza de enseñar.

El segundo es el “modelo compensatorio”, que empieza a surgir en los últimos 25 años, y que tiene una gran ruptura con el anterior porque se hace responsable de los alumnos. Trata de dar más oportunidades a los que tienen peor contexto social o alguna situación de desventaja. El sistema educativo ha creado muchas prótesis: becas, apoyos escolares, horas extraturno, tutores, comedores, planes de apoyo a las escuelas más vulnerables. Todo eso ayuda y construye mejores condiciones de justicia, más oportunidades para los desaventajados, pero muchas veces evita la discusión pedagógica.

Eso nos lleva al tercer modelo, el de “justicia pedagógica”, en el cual no podemos mantener la misma enseñanza homogénea, ritualizada y memorística para grupos de alumnos extremadamente diversos y dispares. Por el contrario, es necesario crear pedagogías diferenciadas; es decir, tener distintas trayectorias de enseñanza que puedan favorecer a todos los alumnos, no en escuelas y aulas diferenciadas, sino en aulas compartidas, comunes, donde la diversidad enriquezca el aprendizaje.

Es un gran desafío porque es muy difícil desarrollar pedagogías diferenciadas, que se acerquen más a las trayectorias de los alumnos, que los reconozcan como sujetos, que puedan ser creativas, aprender de su propia experiencia y no repetirse ritualmente. Requiere de mucha capacidad de los docentes, tiempo y buenos salarios. Y a veces hay una brecha entre el ideal y las posibilidades concretas.

“No anularnos como educadores”

—Una de las observaciones que haría un docente a este tercer modelo es que en aulas con más de 30 alumnos es difícil aplicar una pedagogía diferenciada…

—Hay dos planos que todos los docentes deben distinguir. Uno, el de los contextos de vida de los alumnos, que son a veces muy difíciles y diversos, y de las condiciones de trabajo: infraestructura, salarios, falta de tiempo. Esas condiciones son, en definitiva, las que más deciden lo que ocurre dentro de las aulas, las que más inciden en los aprendizajes.

La otra dimensión es el margen de intervención de la propia práctica institucional de las escuelas y de los docentes. Que las condiciones externas de los alumnos sean reconocidas como las que más inciden en los aprendizajes, no debe generar el efecto de excusa de que no es posible mejorar y trabajar con esos alumnos. No creo que tengamos que convertir a los educadores en héroes que salen de la realidad sociológica para cambiar la vida de los alumnos -eso sería irreal y mentiroso-, pero tampoco tenemos que anularnos como educadores y pensar que ya está todo decidido. El trabajo del educador es ampliar márgenes, no justificar la imposibilidad de hacer su trabajo.

Los educadores deben salir de un cierto clima de derrota, de estar como fuera de eje, fuera de época. Hoy nuestros niños y jóvenes tienen más acceso al conocimiento que nunca, pero desorganizado y disperso. Las escuelas tienen el potencial de aprovechar el acceso a Internet, y crear nuevas visiones de aprendizaje, más disfrutables. (Axel Rivas, Cippec)

—¿Cuál es su postura sobre la vuelta de las notas 1, 2 y 3 como aplazos en Buenos Aires?

 —Hay que salir del debate muy simplificado de posiciones enfrentadas. La práctica pedagógica siempre es compleja, es una combinación y no una toma de posición única. Es necesario mantener siempre un sentido de valor del esfuerzo -sería absurdo e injusto eliminarlo- así como todo tipo de rituales, de varas, de reglas, de medidas que disciplinan el aprendizaje. Pero creo que tienen que tener mucho menos peso del que tenían tradicionalmente. Hay que reemplazarlos con nuevos conductores de aprendizaje: no a partir de la orden exterior al miedo, a la falta o al castigo, sino al revés: a partir de apasionar a los alumnos y hacerlos a ellos mismos constructores del conocimiento. Reitero que el gran desafío es cómo crear prácticas de enseñanza que favorezcan el aprendizaje en la diversidad, y evaluaciones que funcionen.

La “buena” evaluación

—¿Cuál sería una buena evaluación?

—Es aquella que trabaja junto a la enseñanza, que acompaña, que es casi imprescindible, que permite una retroalimentación constante. Una evaluación de procesos y no esa prueba final, ritual, que de alguna manera pone todo el peso del aprendizaje en el alumno. El docente tiene un gran desafío: mantener la vara meritocrática sólo que subsumida a una vara de justicia pedagógica. Es decir, que el ordenador tiene que ser el potenciar a cada alumno, el reconocer sus dificultades, apoyarlo, crear distintas trayectorias para llegar a cada uno, a su forma de participar.

—¿La evaluación debe considerar también el contexto del alumno, su acceso al capital simbólico?

De una forma tal que uno pueda potenciar a ese alumno, porque el riesgo siempre es caer en una visión de “promoción social” donde uno reconoce una situación desfavorable y por compasión no mantiene la vara de lo que ese alumno tiene que aprender. La pregunta típica que se hace el docente es: ¿enseño para el promedio del curso o bajo la vara para que todos puedan aprobar aún cuando los aventajados no aprendan mucho más?. Es una pregunta errada y mal planteada en términos pedagógicos: la cuestión es cómo uno se enriquece a partir de la diversidad y cómo uno plantea un proyecto de enseñanza que genere trayectos paralelos y sinérgicos. El ejemplo es el “multigrado” de las escuelas rurales, donde un docente tiene chicos de 6, 10 y 15 años y no se le ocurre decir: “no les puedo enseñar porque ustedes son muy distintos”. Lo que hace es crear una trayectoria acorde a su edad, a su nivel de desarrollo y, por otro lado, hace actividades compartidas. Esto no es un aula degradada, que no funciona, muy al contrario.

—¿Cómo opera la calidad allí?

— Dependerá mucho de la capacidad que tengan los docentes de llevar adelante un programa curricular, de entender cómo se contecta aquello que tienen que enseñar con la vida de los alumnos. El gran desafío de un docente es ser él mismo un apasionado del conocimiento, que tenga ganas de enseñar aquello que sabe, de transmitir el valor por aquello que aprendió. Eso es mucho más importante que el aplazo sí o no, que mantener la vara o bajarla.

El secundario es el bastión más complejo del sistema educativo. Fue diseñado para seleccionar “a los mejores” pero en los últimos 20 ó 30 años, se avanzó en un nuevo paradigma. El problema es que eso no se traduce en una nueva organización de la escuela secundaria, que sigue teniendo muchas materias, exámenes, y pruebas de obstáculos para los alumnos. (Axel Rivas, Cippec)

– ¿Qué pasa con el nivel secundario que incluyó a más alumnos pero sigue sin encontrar la fórmula?

 – Claramente, el secundario es el bastión más complejo del sistema educativo, siempre fue diseñado para elegir “a los mejores”, y en los últimos 20 ó 30 años -especialmente desde el retorno de la democracia-, con distintos hitos y hasta la ley de educación nacional que lo hace obligatorio, se avanzó de distintas formas en un nuevo paradigma. El problema es que eso no se traduce en una nueva organización de la escuela secundaria, que sigue teniendo muchas materias, exámenes y pruebas de obstáculos para los alumnos. Por más que creemos apoyos, tutorías, intentos de hacerla más inclusiva, será muy difícil lograrlo sin cambiar la matriz.

 Entonces ahí hay un desafío de política muy complejo de ser abordado. Hay que crear un equipo institucional con pertenencia a la escuela -no de profesores “taxi”- y un proyecto de mejora institucional. También hay que abordar una dimensión crítica de la enseñanza tradicional; si no lo hacemos, todo lo demás va a ser un retoque, un paliativo que nunca va a alcanzar a tocar lo de fondo. ¿Qué es lo de fondo? Cómo proyectamos en nuestro alumnos la ciencia, la matemática, qué preguntas les generamos a ellos, cómo los involucramos en el conocimiento, cómo los sacamos de una trayectoria extremadamente ajena, de un recorrido por contenidos que ellos no saben para qué sirven ni para qué están ahí.

 – ¿Qué se puede hacer para revivir las aulas, que es el título de uno de sus últimos libros?

 – Hay un plano de la política educativa, donde vienen los cambios más profundos en la participación del Estado, en la distribución de los recursos, en el planeamiento educativo, en crear políticas para fortalecer la docencia, para crear programas de mejora en cada escuela. Por otro lado, está el plano más propio de los educadores, de las escuelas, de las aulas, donde también hay mucho para hacer.

 Para este último, tiendo a usar el esquema simple de las “cuatro C”. Fortalecer la C del Colectivo: del trabajo institucional con los colegas, de crear una cierta mística y un clima de trabajo institucional para sentirse acompañado y que vale la pena. La segunda C es de las Creencias: cuáles son nuestras ideas de justicia, cómo defendemos a nuestros alumnos desde lo que creemos, porque lo que pensamos sobre nuestros alumnos, tiene un efecto sobre ellos. Con lo cual, cuando pensamos que un alumno es incapaz, estamos proyectando en ellos esa incapacidad y probablemente generemos una desventaja en ellos. No podemos pensar que está decidido su destino, que son por definición, por naturaleza, por genética o por crianza, incapaces, disminuidos o que no tendrían que estar ahí.

 La tercera C es de las Capacidades: tiene que ver con tener herramientas pedagógicas, de la propia experiencia porque los años de la trayectoria docente dan muchas herramientas, pero también lo da el diálogo con colegas, la lectura, la capacitación, el ejercicio de reflexión sobre la práctica. La cuarta C es la del Coraje: que es una forma de expresar un plus, un extra que hoy es más importante en las escuelas y que es el entusiasmo, las ganas, el poner el sentimiento de que vale la pena estar ahí. Y no sentirse derrotado. Esto a veces es más importante que todo lo otro.

 – ¿Usted dice que el docente puede poner todo esto en práctica al margen de las políticas educativas que a veces acompañan y otras veces no llegan a las escuelas? ¿El docente, la escuela sola lo puede hacer?

 – Claramente las condiciones de trabajo de los docentes a veces son difíciles; la vida de los alumnos nos pone en juego, muchas veces de forma para las que no estábamos preparados. El trabajo de uno está en tensión, poniéndose en juego uno mismo, y es un trabajo rodeado de humanidad en todo sentido: estamos rodeados de niños, de jóvenes; también estamos todo el tiempo bajo juicio de los alumnos, padres, colegas, con lo cual es un trabajo muy difícil.

Pero, al mismo tiempo, tenemos que tener la capacidad de salir, como colectivo de educadores, de un cierto clima de derrota, de estar como fuera de eje, fuera de época. Me parece que al contrario: hoy nuestros niños y jóvenes tienen más acceso al conocimiento que nunca, pero desorganizado y disperso. Las escuelas tienen el potencial de aprovechar el acceso a Internet, y crear nuevas visiones de aprendizaje, más disfrutables, que sean apasionantes para los alumnos. Antes, la escuela era donde empezaba y culminaba el conocimiento. Ahora, esas fronteras son ilimitadas pero tenemos que ayudarlos a navegar ese mundo y apasionarlos para que quieran navegarlo, y hacer del mundo del conocimiento su propia vida, su propio destino.

– De ahí nos vamos a la formación docente ¿hay un déficit?

– Sí, es uno de los grandes desafíos. Hay un camino muy complejo por delante para lograr la institucionalización de una política nacional y federal de organización, de crear una verdadera carrera de formación docente. Hoy es muy dispar, tenemos más de 1.300 institutos formadores. Lo veo como un desafío que no está ajeno a la visión general de para qué se forman los docentes, cómo se los convoca, cómo se logra tener una carrera profesional atractiva. Los salarios son fundamentales para tener una carrera docente. Si uno ofrece un salario bajo, va a reclutar a personas que no están interesadas en el mismo.

 – ¿Qué opina de la idea del gobierno nacional de crear un Instituto de Evaluación Educativa?

 – La creación de una instancia de evaluación, que por ahora es una secretaría, es un avance. Necesitamos una política sólida de evaluación de la calidad integral que no mire solamente los aprendizajes si no toda las dimensiones de la escuela. Que permita que los alumnos y docentes participen de una autoevaluación institucional. La evaluación de los aprendizajes tiene que ser censal, para todos; hasta ahora lo era sólo para el último año de la secundaria. Pero no para publicar y crear rankings por escuelas, porque sería una forma equivocada de comunicar. Las escuelas se pueden ver perseguidas, en un momento en el cual ya se sienten tensionadas, tratadas peyorativamente por la sociedad y los medios. No hay que generar más ataques a las escuelas, sino diagnosticar, devolver resultados, hacer un plan de mejoras y ser muy críticos, honestos y sinceros sobre lo que aprenden los alumnos para mejorar. Ahí me parece que una instancia como la que se está creando puede ayudar.

Fuente: http://www.ellitoral.com/index.php/id_um/131157-justicia-pedagogica-es-creer-que-todos-los-alumnos-son-capaces-axel-rivas-director-del-programa-de-educacion-del-cippec

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