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Escolaridad protegida o demagogia punitiva

IMG_20160302_115652Por Gabriel Brener

En Mendoza proponen  un programa de escolaridad protegida, que se utilizará, según dicen, en situaciones excepcionales, para separar de la escuela a un estudiante con problemas de conducta quien solo podrá  vincularse con la escuela en forma virtual y/o a través de un “profesor enlace”. Persigue la intención de generar mejor convivencia, y quien impulsa esta iniciativa aclara que “nos hemos ocupado mucho de estos chicos (los problemáticos, los “manzana podrida”) y ahora hay que ocuparse del resto”

 

Trataré de poner de manifiesto algunas ideas que sostienen esta propuesta, lo que hay por debajo de lo que se propone, lo que no se dice, lo que queda invisibilizado:

 

¿A quien se protege? ¿Al estudiante que se separa?

 

Como se supone que alguien a quien se lo separa del entorno en el que transgredió la norma pueda aprender de ello, repararla, aislado de dicho contexto. En todo caso aquí existe una analogía con la posición de alguien privado de su libertad, que encerrado debe pagar una pena. Entonces será cuestión de reconocer la condición punitiva de una decisión pedagógica sin darle tantas vueltas. Si a este problema escolar se lo resuelve por presión, o mejor dicho más cerca de la prisión que de la educación, se asume e institucionaliza una clara  judicialización de la educación, que no es otra cosa que un profundo acto de banalización de la cultura y la ciudadanía, un empobrecimiento acelerado del acto educativo, la confirmación de una democracia tutelada y de bajísima intensidad.

 

¿A quien se protege? Al resto del grupo?  ¿A los que quieren estudiar?

Tampoco. Porque al evadir, esconder o expulsar al conflicto (o al “conflictivo”) se pierde la posibilidad de resolver un problema en contexto. Ningún problema social es resuelto fuera del entorno o condiciones que lo hicieron posible. Excepto que aún se siga creyendo que la realidad escolar es una mera suma de diversas partes (sujetos, normas, etc.) y no una trama compleja de relaciones. Excepto que se explique la realidad, los saberes o una situación conflictiva en términos binarios, de víctima y culpable, buenos y malos, haciendo una reducción o simplificación de una realidad escolar que siempre es compleja y con múltiples condicionamientos.

¿A quien se protege? ¿Al profesor/a?

Decisión demagógica que opera bajo el  supuesto de la restauración de autoridad (como si fuera posible) y de  la expulsión de la manzana podrida como (única) causa del problema de convivencia, del mismo modo que algunos creen que la evaluación resuelve todos los problemas de la educación. No nos sirve un apoyo incondicional, porque sería renunciar a las reglas de un funcionamiento democrático. Deben existir condiciones, que regulen el trabajo del hacer docente, que regulen las responsabilidades de estudiantes, con fecha de vencimiento, sujetas a revisión cada tanto. Aquello del apoyo incondicional al docente no es otra cosa que un refuerzo a la omnipotencia de un modelo pedagógico que ha fracasado, el de un adultocentrismo a miles de kilómetros de los estudiantes, el que sostiene una educación bancaria donde uno (en general el adulto) sabe y los otros son depositarios de esa dosificación pedagógica. Así no se lo empodera al docente, se lo debilita. Hay que comprender que su autoridad no es algo que perdió. Solo se pierde lo que se tiene. Y la autoridad no es algo que se tenga como si fuera una cosa. La autoridad se ejerce, porque es siempre en relación. Por eso hay que desconfiar de los discursos de la restauración. Restaurar es algo que se hace con los objetos (madera, bronce) la autoridad es una relación entre sujetos. Al profe se lo fortalece con formación permanente gratuita, en servicio y universal, con herramientas de construcción participativa que mejoren  la gestión de directivos y docentes (Guía Federal de Orientaciones para el Abordaje de Situaciones Complejas en las escuelas[1]) y con la posibilidad de que los acuerdos de convivencia funcionen seria y responsablemente, con el necesario ejercicio de la sanción, no como punición sino como acto de enseñanza, aprendizaje y reparación. 

La demagogia punitiva intenta resucitar a esa escuela santuario de un mundo ideal , escuela que se alejaba y se distanciaba del contexto del que formaba parte, eficaz en algún momento ( para algunos sectores de la sociedad) pero que ya no lo es porque han cambiado las coordenadas de época, escuela que ya no es el monopolio de la transmisión ni de los saberes, ni de la cultura sino una institución más, clave y única , que debemos intentar que se legitime en el desafío de hacer un lugar para vivir (mejor) y ensayar otros modos de estar con los demás, y no la continuación de la desigualdad por otros medios, esa anticipación cantada de frustraciones que algunos explican como falta de mérito o de esfuerzos.

No será entonces que este sincericidio mendocino es  una medida que , bajo la apariencia de “proteger” a los que “escuchan y prestan atención”  reafirma y vuelve a legitimar el diseño histórico de una secundaria selectiva, que se asocia a un discurso social y mediático que  condena de antemano a millones de pibes que son “ese sujeto inesperado” a quienes la ley de educación nacional inclusiva del 2006 reparó como acto de justicia y reconoció como  sujetos con derecho de estar y aprender en la escuela. No será una medida extraordinaria que puede mutar en ordinaria en la medida que millones de adolescentes no encajen con un modelo ideal de estudiante, especialmente quienes portan rostro y gorrita y pierden libertad sitiados por las fuerzas de seguridad con el DNI como pasaporte de circulación cotidiana, y ahora la escuela en nombre de la protección vuelve peligroso a quienes siguen estando en peligro.

Si hay manzana podrida se cree en la portación de un gen violento en el sujeto (sea un pibe o un adulto) y no en el vínculo (entre estudiantes y adulto escolar) como la condición fundante de la relación pedagógica y por tanto de la temperatura del aula, de la sinceridad o falsedad en el vínculo entre generaciones y con la enseñanza y el aprendizaje.

Quien nomina domina, esta manera de llamar a este programa como  escolaridad protegida es una trampa… a ciertos pibes los desprotege y los (de)vuelve a la intemperie, y a los otros les niega esa oportunidad de intentar unir lo diverso para confrontar con las adversidades. Y a los adultos les evita asumir esa necesaria terceridad de transformar situaciones incomodas y difíciles en territorio de aprendizajes, mas allá de primeras, segundas o varias oportunidades.

Lo que revela el nombre de este programa no es la condición de protección de la escolaridad sino la construcción de un otro amenazante, y su separación como única forma de solución. A quienes trabajamos como docentes nos sobran motivos para saber que  hay algunas cosas que alivian de momento pero que luego vuelven con un efecto boomerang, el chivo expiatorio depositario de todos los males  finalmente no era tal cosa, una buena dosis de esas dificultades  comienzan a aparecer en ese grupo, ese adulto y la relación con ese “único culpable” que parecía haber sido exorcizado.

Al indisciplinado, al violento se lo considera portador de algo, “una cosa”, que contagia (esa es la explicación de la manzana podrida) y hay que sacarla, operación pedagógica que deviene en un acto de “saneamiento escolar” y “restauración de la paz necesaria”. Lo contrario a la violencia no es la paz, nos enseñaba el gran docente Mario Zerbino ( 19 proposiciones sobre la violencia[2]) demostrando que esa falsa oposición es la negación del conflicto como fuente de construcción de la vida de una institución.

 

Escuela protegida? No, es más de ese marketing  securitario para seguir calando ondo con la pedagogía de la punición[3].

 

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Gabriel Brener es Prof. Enseñanza Primaria (Normal Nº 4) Lic. En Cs. Educación (UBA) Especialista en Gestión y Conducción del Sistema educativo y sus instituciones ( FLACSO). Docente de la cátedra de Didáctica General del Profesorado en la Facultad de Filosofía y Letras de UBA y de la carrera de Especialización en Conducción Educativa del ISFD J.V González, así como profesor del Diploma y de la Especialización en “Curriculum y Practicas Escolares en Contexto”, de la FLACSO y de la Universidad Nacional de Hurlingham. Ex Subsecretario de Equidad y Calidad Educativa del Ministerio de Educación de la Nación. (2013-2015).Co-autor “Violencia escolar bajo sospecha “(Comp. Carina Kaplan ) Ed. Miño y Dávila Bs As. 2009. Co autor de “La escuela inquieta. Explorando nuevas versiones de la enseñanza y del aprendizaje” Comp. Carina Rattero .Ediciones Novedades Educativas, 2103. Buenos Aires. Autor de “Periodismo Pedagógico. De escuelas, violencias, medios y vínculos entre generaciones” Editorial Mandioca. Bs.As. 2014


[1] http://portal.educacion.gov.ar/?p=1478

[2] http://www.oei.org.ar/edumedia/pdfs/T06_Docu5_19proposicionesparadiscutir%20_Zerbino.pdf

 

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La formal pedagogía de la torpeza

Narrado por. Francisco Velásquez/ Fuente: Entorno inteligente

Una nena enfrenta un examen y admite no saber nada. La maestra, en vez de centrarse en lo que no, se enfoca en lo que sí. La nena termina escribiendo varias páginas sobre su vida, su entorno desteñido, el trabajo en la plantación de frutillas adonde vive. La maestra cuenta la historia en Facebook y después, lo que ya sabemos. Que la historia se vuelve viral, que miles la comentan, que hay elogios y críticas por partes iguales.

Muchos han visto en ese relato casi una confirmación de uno de los mantras de los últimos años: «La educación ya no es lo que era», «Los chicos no saben nada». Otros muchos, en cambio, resaltaron lo infrecuente de esa docente que entendió que frente a ella, antes que una «alumna», tenía a una nena que decía la verdad. Y que la verdad no era ni blanca, ni radiante, ni palomita. Era ésa (que ella no sabía nada de lo que se suponía debía saber), pero también una verdad mucho más profunda. Una que recién salió a la luz cuando la maestra ayudó a la chica a salir del lugar de la impotencia, y a contar de ése, su vecindario lleno de fruta y hueco de dulzor.

En el medio, para los que quisieran ver, había quedado expuesta la realidad de la enseñanza en muchas escuelas de nuestro país. Esto es, sin estímulos, con padres demasiado extenuados como para revisar cuadernos, con chicos que trabajan a la par de ellos.

El reconocido periodista Francisco Velásquez publica historias curiosas en Facebook.

Pero la escuela también puede ser eso que fue para esta nena inmigrante: un sitio adonde ir a contarle a un adulto lo que le pasa, y que el adulto escuche. Paulo Freire hablaba justamente de la educación como un acto revolucionario y transformador. En su Pedagogía de la esperanza , anota: «Enseñar es un acto creador. Es un acto crítico, no mecánico».

Pero frente a una maestra que puso a su alumna a pensar y a contar, la pedagogía de la torpeza pudo más. Se quedó, como siempre, en las formas. En lo recto del renglón. Mientras tanto, perdió de vista no sólo a la nena sino además, entero, a su universo de barro, frutillas y venenos. «Ya no usamos bromuro», le contó algunos días después al periodista Nicolás Cassese una vecina de esa chiquita, como quien cuenta un progreso. Se refería al bromuro de metilo, una sustancia definida por la OMS como «sumamente tóxica». Un pesticida que actúa sobre el sistema nervioso central, que se utilizó por años para esterilizar el suelo de los cultivos de frutilla, tomate y berenjenas, y que se dejó de usar recién el año pasado.

A los chicos que viven en esas condiciones y expuestos a daños que ni siquiera podríamos imaginar les pedimos que aprendan como si tuvieran tiempo, ayuda y abrigo. Pero después la torpe es ella, claro, por no saber. Por no saber lo poco que les importa su vida a todos los que se escandalizaron al leer la historia.

En esta nota: Educación LA NACION Ideas Pensamiento

Las cuentas de Facebook del periodista Francisco Velásquez narran la cotidianidad de las noticias.

Tags: Francisco Velásquez, Facebook, Instagram.
Con información de: La Nacion

Fuente: http://www.entornointeligente.com/articulo/8329166/0124-am–Francisco-Velasquez–La-formal-pedagogia-de-la-torpeza

Imagen: http://cdn3.navidad.es/wp-content/uploads/2015/10/Ni%C3%B1a-escribiendo-poema-de-Navidad.jpg

 

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Argentina: Educación: conocé en qué consiste el método de alfabetización de Paulo Freire

Fuente: Shutterstock

Considerado una figura referente en área de la enseñanza, Freire impulsó su propio método de alfabetización, el cual influyó las renovaciones pedagógicas que tuvieron lugar en  América Latina, África y Europa durante la segunda mitad del siglo XX. Su propuesta consistió en la promoción de una educación humanista y la transformación total de la sociedad, a través de la liberación del individuo y el desarrollo de su conciencia crítica.

Descubrí los estudios de posgrado en Educación que ofrecen las universidades argentinas

Paulo Reglus Neves Freire nació el 19 de septiembre de 1921 en Recife, capital del estado de Pernambuco. Estudió filosofía y psicología del lenguaje en la Facultad de Derecho de la Universidad de Recife y en 1959 se doctoró en Filosofía e Historia de la Educación con la tesis “Educación y actualidad brasileña”, documento que sentó las bases de su método.

Apoyado en los principios de diálogo e independencia, el método Freiriano se opone al sistema unidireccional de educación, concebido como un instrumento de opresión, y propone el establecimiento de un nuevo vínculo entre los profesores y sus alumnos.

De acuerdo con lo expuesto en su libro “Pedagogía del oprimido” (1968), existen dos tipos de educación, la domesticadora y libertadora, las cuales se contraponen de forma directa.

La primera, también llamada “Educación Bancaria”, posiciona al docente como figura central del proceso de enseñanza. Bajo esta lógica, el educador posee el monopolio del conocimiento y es responsable de imponer el saber al educando, en tanto estos últimos adoptan una posición pasiva y se limitan a practicar la memorización mecánica cómo método de estudio.  “El educador es el que sabe, los educandos los que no saben; el educador es el que piensa, los educandos los objetos pensados; el educador es el que habla, los educandos los que escuchan dócilmente”, señaló  Freire al respecto.

La segunda, también conocida como “Educación Problematizadora”, fue elaborada por Freire como una alternativa a la primera, con el cometido de eliminar la dicotomía entre educadores y educandos, destruir la pasividad de estos últimos y estimularlos a transformar su realidad. En este contexto, el dialogo cobra una gran importancia, ya que funciona como instrumento de liberación y construcción de la conciencia crítica de los alumnos, transformándolos en creadores y sujetos de su propia historia.

El método de enseñanza de la alfabetización que propone Paulo Freire comprende tres fases.

1. La primera, denominada “estudiar el contexto”, consiste en determinar y registrar el vocabulario utilizado en el medio cultural de los educandos.

2. La segunda consiste en seleccionar palabras “generadoras”  o “generativas” de entre el vocabulario descubierto. Es decir, aquellas que poseen mayor contenido emocional, y que además, son capaces de generar otras.

3. La tercera, el proceso real de alfabetización, abarca tres sub fases. En primer lugar, las sesiones de motivación, que tienen el propósito de estimular debates entre los educandos acerca de las situaciones y problemáticas que atraviesan. Luego, el desarrollo de materiales de aprendizaje, como por ejemplo láminas y diapositivas, que descompongan las palabras “generadoras” en sílabas o ilustren situaciones donde estas intervengan. Y por último, la decodificación, que consiste en que los educandos promuevan nuevas combinaciones a partir de las palabras “generadoras” y estudian la relación entre estas y la realidad que significan.

¿Te gustaría conocer más? A continuación, incluimos el documental “Paulo Freire contemporáneo” (Toni Venturi, 2006), el cual incluye fotos, imágenes y fragmentos de entrevistas a Freire, además del testimonios de sus hijos y otros pedagogos. ¡Miralo!

Asimismo, te sugerimos el video “Paulo Freire: Educar al oprimido”, el cual forma parte de la miniserie «Maestros de América Latina”, producida por el Canal Encuentro.

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Fuente: http://noticias.universia.com.ar/cultura/noticia/2016/05/02/1138856/educacion-conoce-consiste-metodo-alfabetizacion-paulo-freire.html
Imagen: http://blogs.medialab-prado.es/aprendizajes/wp-content/uploads/sites/17/2015/06/Painel_Paulo_Freire.jpg
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Primera Infancia y Unicef Argentina desarrollan Proyectos de Protección de Derechos en Salta

Argentina/01 de Mayo de 2016/Informate Salta

A través de cursos y talleres de capacitación a operadores y personal cercano a los niños, niñas y adolescentes con discapacidad, se procura fortalecer la articulación entre diversas áreas de Gobierno.

Funcionarios del Ministerio de la Primera Infancia junto a Unicef Argentina mantuvieron reuniones con representantes de Educación y Salud, para definir un cronograma de acciones en favor de la niñez con discapacidad.

La jornada se inició con la reunión mantenida entre el Secretario de Niñez y Familia, Rodrigo Fernández, del Área de Protección de Derechos Unicef, María Lucia Argüello, la Secretaria de Discapacidad y Políticas Inclusivas, Fabiana Ávila, IPNA Fundación de Entidad que promueve Derechos de niños, niñas y adolescentes de Buenos Aires, Eduardo Del Aguila y la Coordinadora de Educación Especial Miriam Kram.

En la oportunidad se presentaron los lineamientos de acción y definieron el cronograma de trabajo con el objetivo de fortalecer la articulación con las distintas áreas para la detección y estimulación temprana de niños y niñas con discapacidad, como también la realización de trabajos conjuntos de Capacitación con CONADIS, dirigido a operadores y agentes sanitarios.

Se acordó la creación de un banco de datos y la elaboración de la Guía de Buenas Prácticas, destinada a operadores, agentes sanitarios, dispositivos que albergan a la discapacidad y a los establecimientos educativos para la inserción de discapacitados en la escuela común. Al respecto, Rodrigo Fernández destacó la importancia de trabajar juntos por una mirada social y humana de la discapacidad.

Continuando con la ronda de reuniones, se acordó presentar líneas de acción y definir cronograma de cursos y talleres de capacitación a operadores y personal cercano a los niños, niñas y adolescentes, con el objetivo de favorecer su desinstitucionalización. Participaron de este encuentro, Virginia Tedeschi, miembro de la Asociación Civil DONCEL y Guillermo Guzmán, Jefe de los Centros de Inclusión Transitoria de la Secretaría de Niñez y Familia.

Para finalizar se presentó el curso Llaves para la Autonomía, acompañamiento de adolescentes desde el sistema de protección hacia la vida adulta, dirigido a los jóvenes. A través del curso se transferirán conocimientos y herramientas adaptadas al contexto local y la participación de los adolescentes, para detectar las necesidades y preocupaciones al enfrentar el mundo adulto fuera de la institución.

Fuente: http://informatesalta.com.ar/noticia/99614/primera-infancia-y-unicef-argentina-desarrollan-proyectos-de-proteccion-de-derec

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Argentina/ Alternativa Docente: Boleto Educativo Gratuito

Fuente: Alternativa Docente / 2 de Mayo de 2016

Con la educación no, ajustar a los capitalistas sí

0% de aumento presupuestario para la universidad pública. Boletazo para el transporte de estudiantes y docentes. Provocación -más que propuesta- salarial a la docencia universitaria. En definitiva: declaración de guerra a la educación pública. Otra vez a las calles, otra vez asambleas, clases públicas y seguramente a empezar a preparar la toma de facultades, colegios y profesorados. Hay que generalizar la protesta, coordinarla y nacionalizarla
‪#‎AjustarAlosCapitalistas‬ ‪#‎BoletoEducativoYa‬
Viernes 6 en La Plata: ¡Todos a la marcha provincial por el Boleto Educativo Gratuito! ‪#‎NoalRecorteEnLaEducacion‬

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Argentina: “No hay economía sin trabajadores ni futuro sin educación transformadora”

www.elprotagonistaweb.com.ar/01-05-2016/ Fernando Brosutti

Lifschitz afirmó que “no se perderán puestos de trabajo por el aumento de tarifas”

“No hay economía sin trabajadores ni futuro sin educación transformadora”
“No hay economía sin trabajadores ni futuro sin educación transformadora”
Al inaugurar el 134º Período de Sesiones Ordinarias de la Legislatura de la Provincia de Santa Fe, el gobernador Miguel Lifschitz, tras pronunciar un mensaje de apertura que comenzó puntualmente a las 11:00 horas de este día domingo 1º de mayo de 2016 y se prolongó por espacio de una hora y media, hasta las 12:30 horas, en el que cosechó aplausos en 45 oportunidades y en el que hizo una fuerte defensa de los lineamientos principales para los próximos meses de mandato; se refirió a la emergencia hídrica provincial y al incremento de tarifas en los servicios públicos y, al respecto, aseguró que “no se perderán en Santa Fe puestos de trabajo por el aumento de las tarifas eléctricas” y, además de anunciar “una inversión en obras públicas varias veces millonaria”, buscar “modernizar la Constitución Provincial para los próximos 50 años”; aseguró puntualmente que “no hay economía sin trabajadores ni futuro sin una educación transformadora”.

“Hoy se cumplen 141 días de gestión, sin vacaciones ni feriados”, señaló el gobernador al comenzar su discurso en el recinto de la Cámara de Diputados; no sin antes agradecer la presencia de legisladores provinciales, nacionales y parlamentarios del MERCOSUR (PARLASUR), autoridades provinciales, civiles, militares, policiales, gremiales y eclesiásticas, (aunque estuvo ausente Monseñor José María Arancedo), ministros y secretarios de Estado, magistrados integrantes del Poder Judicial, representantes de organizaciones sociales, familiares e invitados especiales; en un marco de prevención institucional a cargo de 230 efectivos de las distintas fuerzas de seguridad provinciales, incluida la brigada de explosivos, ambulancias y clausura de las calles lindantes con el edificio legislativo; con militantes socialistas en señal de apoyo a Miguel Lifschitz y un grupo de ciudadanas y ciudadanos santafesinos que reclamaron en la plaza ante “la creciente inseguridad”.

Como la emergencia climática ha golpeado fuertemente sobre una realidad preexistente, “el presente se ha convertido en urgente”, por eso “repensaremos objetivos en el corto y mediano plazo para reconstruir el tejido productivo y social”, y, en ese sentido, “exigiremos al Gobierno Nacional una respuesta acorde” para “elaborar un diagnóstico realista y con total crudeza”, porque “no se puede perder un instante para aliviar la crítica situación”, señaló, para detallar seguidamente las medidas concretas implementadas: declaración de emergencia y desastre agropecuario en 18 de los 19 departamentos; aportes a los sectores más castigados: lechero, arrocero, caña de azúcar, horticultura y otros; además de los subsidios otorgados y las líneas de crédito.

En relación al incremento tarifario en industrias y pequeñas y medianas empresas, anunció un plan de financiamiento del sector industrial para “morigerar el fuerte impacto de las tarifas” porque “en Santa Fe no se perderán puestos de trabajo por el incremento en las tarifas eléctricas”.

Ante “una provincia devastada” por las inundaciones y las excesivas precipitaciones, con la mayor parte de la cosecha sin levantar y con rutas y caminos intransitables, “se dispondrá de un fondo especial de 800 millones de pesos para municipios y comunas que han sido afectados”.

“Levantaremos bien alto la bandera del Federalismo” puntualizó y, en cuanto a la inversión en obras de infraestructura, “ya hemos licitado más de 1.000 millones de pesos en obras de reparación de rutas y repavimentación”, con un plan de obras hídricas para los 19 departamentos y “un programa de infraestructura que contempla: 1.103 millones de pesos para la EPE y 653 millones de pesos para ASSA”, sostuvo; para luego detallar las leyes sancionadas en el Período de Sesiones Extraordinarias y poner énfasis en que “seguimos en mora con la Ley de Aguas”.

Además, destacó “el envío de 11 Proyectos de Ley a la Legislatura referidas a Justicia y Seguridad, incluyendo: reformas y modificaciones al Código Procesal Penal, un Código Procesal Penal Juvenil, Consejo de la Magistratura, Juicio por Jurados, decomiso de bienes; Registro Civil Digital; Reforma Política Electoral para mejorar las fases del proceso, recuento y escrutinio; entre otras iniciativas parlamentarias.

En materia de Seguridad, “estamos empeñados en revalorizar el rol de la policía, jerarquizar su tarea para recuperar la confianza social en sus integrantes; y rediseñar la tarea territorial”, con el objetivo que “el 80% de los efectivos policiales estén en la calle cumpliendo tareas de prevención y vigilancia”, y, al respecto, prometió sumar: videocámaras, móviles, helicópteros, caballos para lugares de difícil acceso y perros para la búsqueda de droga, y drones y todo el equipamiento necesario.

Con referencia al narcotráfico, “si bien es competencia del Gobierno Nacional y la Justicia Federal”, desde la Provincia de Santa Fe, “estamos dando batalla con resultados dispares pero con total convicción”. “El tráfico y las organizaciones merecen combatirse con la misma fuerza que el narcomenudeo”, que degrada a los barrios populares y corrompe a nuestros jóvenes.

“No tenemos plazos ni urgencias para lograr una Reforma de la Constitución Provincial, que no será integral, pero sí moderna” y, para ello, “conformaremos un espacio de análisis y, en las próximas semanas, iniciaremos las conversaciones”, anunció el primer mandatario provincial, para luego avanzar en otros temas: Medio Ambiente y Agroquímicos; Fondo de Electrificación Rural; Energías Renovables; Planes de Desarrollo Industrial por 1.200 millones de pesos; Economías Regionales; Economía Social y Solidaria y un Proyecto de Ley sobre Inversiones Turísticas.

Al referirse al fortalecimiento del perfil exportador de la Provincia de Santa Fe para posicionarla en el mundo con más valor agregado, dijo que “no hay economía sin trabajadores”, y, en cuanto a la masiva manifestación del movimiento obrero el pasado viernes 29 de abril, advirtió al Gobierno Nacional que “los mensajes deben ser considerados, porque no es posible política comercial alguna sin trabajadores”.

En materia de Educación, “no hay futuro sin una educación transformadora”, y, como con educación se transforma a la sociedad, el presupuesto educativo contempla el 32.25% del Presupuesto de la Administración Provincial, con refacciones en edificios escolares y mejor calidad docente para “jerarquizar la cultura del estudio” en un trabajo mancomunado entre comunidad educativa, sociedad civil, padres y ciudadanos, que debatirán una Ley de Educación, que no sea meramente copiada o tomada de la legislación comparada, sino de “avanzada para las próximas décadas”.

Ponderó, en otro tramo de su discurso, el modelo de Salud Pública implementado en la Provincia por los ex gobernadores Hermes Binner y Antonio Bonfatti, a quienes nombró en un par de oportunidades en un marco colmado de aplausos; y anunció la elaboración de una Nueva Ley de Salud, moderna y consensuada, y destacó los 12 Centros de Salud de Alta Complejidad; los 113 de Mediana Complejidad y los 481 de Atención Primaria; como asimismo la constitución de una “Agencia de Prevención del Consumo de Drogas y Tratamiento de Adicciones”, para conseguir “una sociedad santafesina libre de adiciones”.

En cuanto a las Políticas Sociales, valoró el Plan ABRE, y reprochó que el Gobierno Nacional, durante los últimos 12 años, de las 40.000 unidades habitacionales asignadas a la Provincia de Santa Fe, sólo se cumpliera con 2.000 viviendas.

Finalmente se refirió a las Políticas de Género y concluyó la inauguración del 134º Período de Sesiones Ordinarias de ambas Cámaras Legislativas este día domingo 1º de mayo de 2016, el gobernador Roberto Miguel Lifschitz, señalando que a 40 años del Golpe Cívico Militar, Santa Fe como Provincia marcha a la vanguardia de la “Memoria, Verdad y Justicia”, con el Archivo Provincial de la Memoria y las expropiaciones de dos centros clandestinos de detención: Quinta de Funes y “La Calamita”; en un marco de salutaciones, aplausos y vítores que se repitieron en 45 oportunidades a lo largo de un discurso pronunciado desde el sillón de la presidencia, sobre “el estado de los negocios públicos provinciales”, que se prolongó por espacio de una hora y media, desde las 11:00 hasta las 12:30 horas, en el recinto colmado de la Cámara de Diputados y acondicionado al efecto con sumo esmero y dedicación.

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La Tecnología como Fuerza Productiva Social: Implicancias de una Caracterización

El artículo presenta una definición de la tecnología como una fuerza productiva social y precisa el significado de esta caracterización frente a otras interpretaciones. Analiza la doble finalidad de la tecnología, su componente universal y sus rasgos derivados de las leyes del capital. Distingue la tecnología de la técnica por el uso de procedimientos científicos y la incidencia del criterio de rentabilidad. Subraya el impacto diferencial del proceso de valorización sobre la ciencia y la tecnología. Explica como se relaciona la ideología de las clases dominantes con las culturas tecnológicas. Propone analizar el contenido social de la innovación en relación a los conflictos de clase. El autor plantea una hipótesis sobre el lugar de los estudios de la tecnología en las ciencias sociales y naturales. Finalmente formula una propuesta de utilización provechosa de la tecnología, dentro de un proyecto emancipatorio

 

LA TECNOLOGIA COMO FUERZA PRODUCTIVA SOCIAL: IMPLICANCIAS DE UNA CARACTERIZACION.

La caracterización de la tecnología como una fuerza productiva social distingue al marxismo de otras concepciones teóricas contemporáneas. La tecnología es analizada como una fuerza productiva porque encarna todo conocimiento científico aplicado a la producción, que se materializa en objetos -máquinas y artefactos- o en sistemas de gestión y organización de la actividad económica. Pero además esta fuerza productiva tiene un carácter explícitamente social, por su dependencia directa de las normas de funcionamiento del sistema capitalista.

La tecnología actúa en dos dimensiones: sirve al cumplimiento de una finalidad práctica y contribuye a la valorización del capital. Viabiliza de esta forma la creación de valores de uso que operan en el mercado como valores de cambio. Tomando una clasificación de Dussel se puede denominar a la primera función «tecnología en general» y a la segunda «tecnología como capital».

Partiendo de esta caracterización, el cambio tecnológico puede definirse como toda modificación introducida en la actividad económica por nuevos productos, procesos de trabajo y formas de organización de la producción, que corresponden a las posibilidades técnicas («tecnología en general») y a los principios del beneficio («tecnología como capital»). Una invención es un descubrimiento que cumple los requisitos de utilidad (primer aspecto) y una innovación es la aplicación productiva que satisface las exigencias de rentabilidad (segundo aspecto).

Al entender a la tecnología como una fuerza productiva social se facilita la comprensión de sus aspectos universales y de sus rasgos específicamente capitalistas. El estudio que realizó Marx de los tres componentes de la máquina (fuerza motriz, mecanismos de transmisión y máquinas-herramientas) corresponde a la «tecnología en general», mientras que su investigación de la máquina como instrumento de generación de plusvalía relativa se ubica en el marco de la «tecnología como capital». El concepto fuerza productiva social tiene en cuenta este doble carácter de la maquinaria, como medio para fabricar más y mejores bienes y como herramienta de la explotación de los trabajadores.

En cualquier tecnología particular -un sistema informático, una máquina textil, o un tipo de gestión administrativa- siempre está presente una función universal y un rol en la valorización del capital. La noción fuerza productiva social subraya esta determinación simultánea, que sitúa al cumplimiento de una tarea y a la creación de beneficios como los dos parámetros con que se mide la efectividad de una tecnología.

 

TECNOLOGIA Y TECNICA.

Desde el punto de vista histórico, la noción fuerza productiva social facilita la distinción de la tecnología con respecto a la técnica. A diferencia de esta última actividad, que se desenvuelve con métodos pre-industriales a través de los oficios, la tecnología constituye un sistema de acciones orientadas a transformar objetos en forma eficiente, que exige un grado de conocimiento organizado muy superior a la destreza técnica. Requiere no solo «saber hacer», sino también «saber como hacer». Este aprendizaje se logra con la utilización de conocimientos científicos, que no estaban disponibles cuando prevalecía el uso de la técnica empírica .

La tecnología es «la técnica que pasa por la ciencia, se asocia al laboratorio y se utiliza en la fábrica» . Históricamente la tecnología surgió de la técnica con la profesionalización del ingeniero y el abandono de la actividad artesanal. La sustitución de una destreza subjetiva por una labor formalizada marcó el punto de ruptura entre ambas otra disciplinas . Pero a esta caracterización -muy desarollada por autores racionalistas como Bunge – debe añadirse el sometimiento de la tecnología a las reglas del capital, que se manifiesta en el traslado de los criterios de rentabilidad a la enseñanza técnica y en la fusión de la ingeniería, el management y las finanzas en la preparación de los ingenieros como directivos de empresa.

Al definir a la tecnología como una fuerza productiva social se evita extrapolar las características contemporáneas del cambio tecnológico a cualquier modo de producción. Este defecto es particularmente visible en los economistas neoclásicos, que se refieren al «progreso técnico», como un acontecimiento que navega en modelos imaginarios fuera del tiempo y del espacio. Pero también historiadores como Gille , utilizan la noción «sistema técnico», para investigaciones de la antiguedad, el medioevo o el capitalismo, sin establecer una diferencia cualitativa entre la «concatenación de estructuras y conjuntos técnicos» de los «sistemas» egipcio-mesopotámico, clásico-renacentista o industrial y contemporáneo.

En esta contrastación entre «sistemas» quedan oscurecidas las peculiaridades de la tecnología, determinadas por el componente científico, indicado por los racionalistas y por la influencia del proceso de valorización, señalada por los marxistas.

Este mismo problema aparece en el análisis de los impulsos psicológicos, lúdicos o irracionales, que subyacen en el proceso innovador, realizado por autores culturalistas que también tienden a identificar técnica con tecnología. La indagación del aspecto subjetivo de la innovación requiere diferenciar ambos conceptos y contextualizarlos adecuadamente.

 

CIENCIA Y TECNOLOGIA.

Al realzar las conexiones entre la tecnología y las leyes de la acumulación, el concepto fuerza productiva social ayuda a delimitar la frontera que separa a la ciencia de la tecnología.

Tradicionalmente se consideró a la tecnología como una simple aplicación de la ciencia, carente de dimensión intelectual propia. Pero a partir del rechazo del «modelo unilineal» – que atribuía total primacía a los descubrimientos en relación a las aplicaciones- se ha demostrado que esta última secuencia no es de ninguna manera única ni predominante. Por el contrario, prevalece una interacción entre las preguntas teóricas que formula la ciencia y las soluciones prácticas que encuentra la tecnología. La ciencia y la tecnología constituyen dos ámbitos separados por instituciones, reglas y tipos de conocimientos, que se influyen mutuamente sin preeminencia de uno sobre otro . Esta diferencia se expresa en la aparición de una sociología y una filosofía de la tecnología delimitadas de sus equivalentes tradicionales en la ciencia.

En la tecnología se estudia cómo y porqué se desarrollan objetos útiles con finalidades prácticas, mientras que en la ciencia se analizan diversas teorías con el objetivo de alcanzar la verdad. Existe una diferencia de propósitos entre «conocer por conocer y conocer para hacer». A la tecnología le interesa la aplicabilidad y se desenvuelve por medio de la creación de artefactos, mientras que la ciencia se desarrolla a través de la publicación de artículos. Por eso Price dice que la primera es «papirofóbica» y la segunda es «papirocéntrica».

En oposición a la idea que la tecnología constituye una simple aplicación de la ciencia, Perrin destaca que el conocimiento teórico depende de los instrumentos disponibles y que la investigación científica está condicionada por el desarrollo de los objetos. En la misma linea, Basalla reivindica el papel del pensamiento visual sobre el verbal y la gravitación de la acción práctica sobre las intuiciones teóricas.

Aplicando la noción de fuerza productiva social podría afirmarse que la ciencia mantiene una mayor autonomía de las exigencias inmediatas del proceso de valorización y su acción está menos determinada que la tecnología por los requerimientos sociales de la acumulación. Lo que distingue la actividad de preguntarse por la validez de una teoría de la acción de construir un prototipo, es la mayor influencia del principio de rentabilidad sobre esta última labor.

En la división de tareas entre la ciencia pura que estudia las propiedades de un fenómeno, la ciencia aplicada que los transforma en objetivos humanos y la tecnología que concreta su aplicación productiva, las reglas de la competencia y el mercado tienden a reforzarse en los últimos eslabones de la cadena .

Sin embargo, la creciente mercantilización contemporánea de la ciencia pone un legítimo signo de interrogante en estas distinciones entre ciencia y tecnología. Lander por ejemplo afirma que con la consolidación de los laboratorios en las grandes compañías, la privatización de la universidad y el estricto control comercial de las patentes, la ciencia asume objetivos utilitarios, mientras que la tecnología se desliza hacia problemas más teóricos. Vessuri considera que esta «cientifización de la tecnología e industrialización de la ciencia» tiende a reunificar la ciencia pura con la tecnología industrial.

La fusión actual de las «tecno-ciencias» es muy visible en algunas ramas, como la ingeniería química o la biología molecular y en ciertas industrias, como la farmaceútica, en dónde las reglas de costo-beneficio gobiernan todas las etapas de la investigación.

Pero es cierto también que este tipo de convergencia no se ha generalizado a todos los sectores, ni se ha consumado en todas las industrias. El surgimiento de nuevas disciplinas teóricas recrea además, la diferenciación entre ciencia y tecnología. Lo que fusiona el laboratorio se vuelve a desdoblar en la investigación ulterior. La linea demarcatoria entre ciencia y tecnología se ha vuelto más borrosa y por eso el concepto «fuerza productiva social» abarca también a todas las actividades científicas sometidas directamente a las leyes del capital.

FACTIBILIDAD TECNICA Y VIABILIDAD ECONOMICA.

En los estudios específicamente económicos de la tecnología es frecuente la distinción entre el rasgo «técnico» y el aspecto propiamente «económico» de la innovación. Se estama que la factibilidad del primer elemento debe converger con la viabilidad del segundo . Pero esta caracterización se limita a distinguir la función útil de la función rentable de la tecnología (personificadas en la figura del ingeniero y el economista) y es por lo tanto, puramente descriptiva. No esclarece cual es el patrón de funcionamiento que guía el uso de la tecnología y cuales son los principles condicionantes de su aplicación.

Para entender porqué el cambio tecnológico adopta en el capitalismo un carácter convulsivo e incierto, para explicar la predilección por innovaciones que refuerzan el control patronal del proceso de trabajo y para comprender porqué la introducción actual de nuevas tecnologías de la información viene acompañada de la masificación del desempleo, el estancamiento de los salarios y la expansión de la pobreza, la noción fuerza productiva social resulta irreemplazable. Este concepto explica de qué forma en la acumulación se produce un choque entre la optimización técnica y la maximización del beneficio, que se manifiesta en la sobreproduccción y el sub-empleo de los recursos económicos.

En algunos enfoques los componentes «técnico y económico» de la tecnología son presentados como los criterios interno y externo de su evaluación . Se considera que la eficiencia es un parámetro del primer tipo, mensurable por la capacidad para gobernar cierta propiedad en función de un objetivo buscado. En cambio los patrones que fija cada sociedad para evaluar la idoneidad de cada tecnología, son interpretados como indicadores del segundo tipo.

Esta distinción entre criterios internos y externos tiene puntos en común con los conceptos «tecnología en general» y «tecnología como capital», ya que en ambas intepretaciones se acepta que la eficiencia depende de parámetros objetivos e independientes de las metas del capital. Pero para los marxistas el principio rector de la «evaluación externa» son las leyes del capital y no criterios políticos, económicos o culturales establecidos por cada sociedad. Suponer que la «sociedad» es una entidad homogénea que fija las reglas de la tecnología en forma colectiva y consensuada, equivale a ignorar que las decisiones de innovación son patrimonio exclusivo de la clase capitalista. Solo este sector social detenta la propiedad de los recursos tecnológicos y cuenta con el poder para definir su utilización.

EL SIGNIFICADO SOCIAL.

El concepto fuerza productiva social implica una caracterización sociológica de los procesos de cambio tecnológico, muy diferente de los enfoques más difundidos en la actualidad. Los autores deterministas tecnológicos , constructivistas y co-evolutivos (Gille) suelen discutir si la «tecnología impacta a la sociedad», si por el contrario la «sociedad configura a la tecnología», o si predomina un proceso de «co-evolución» entre ambos fenómenos .

Lo «social» se refiere en el primer caso, al impacto de las nuevas tecnologías sobre las costumbres. En el segundo enfoque indica la influencia que tienen distintos grupos en la «negociación de un artefacto». En un caso se alude a transformaciones humanas derivadas de la tecnología y en el otro a la influencia de diversos agrupamientos en la forma final que adopta un objeto. Los co-evolucionistas intentan aunar ambas visiones. En los tres casos lo «social» alude a conflictos generados en la innovación, pero no se explicita la naturaleza de estos choques, ni se aclara tampoco cual es el papel de las clases sociales en estos procesos. La simple enumeración de «actores relevantes» (consumidores, usuarios, fabricantes, etc) no alcanza para conceptualizar los tres tipos de conflictos centrales que acompañan al proceso innovador.

Enfrentamientos derivados del aumento de la tasa de explotación, rivalidades por la apropiación de la renta tecnológica, y choques surgidos de la oposición entre utilidad social de la innovación y el imperativo de la ganancia.

Estudiar el cambio tecnológico a través de las clases permite interpretar cuales son los intereses en juego en la «configuración de la tecnología» y comprender las diversas formas de expropiación que se desenvuelven por medio del cambio tecnológico. A través de la innovación se procesa un aumento de la extracción de plusvalía en el proceso productivo y una apropiación de rentas, en favor de los empresarios y en desmedro de los creadores de nuevas tecnologías.

Este conflicto ha sido estudiado en la historia de la tecnología, como una oposición de objetivos entre inventores e innovadores. El ejemplo clásico es el contraste entre Watt -que concibió la máquina de vapor desinteresándose de su comercialización, Boulton -que se ocupó de negociarla y patentarla- y Arwkright que la convirtió en un instrumento de explotación fabril . La diferenciación no responde solamente a tipos psicológicos distintos – como subrayaba Schumpeter- sino a una división de tareas asociada a la extracción, la transferencia y la realización de la plusvalía.

El análisis de la tecnología como fuerza productiva social involucra el estudio de este tipo de confiscación del conocimiento, que se institucionalizó desde el momento en que el inventor independiente quedó absorbido por los laboratorios de las grandes compañías. Mediante el sistema de patentes se vehiculiza una apropiación de los derechos de los inventores sobre cualquier innovación realizada en la empresa . Estudiar a la tecnología como una fuerza productiva social permite relacionar este tipo de conflictos con la lógica objetiva de la innovación.

CULTURA.

Tener presente el contenido de clase en el análisis, sirve por otra parte, para contextualizar adecuadamente el fundamento cultural de ciertas habilidades, formas de organización laboral, o tipos de maquinarias, que ha son generalmente investigados por los autores de la revista «Technology and Culture» . Estos análisis destacan que la gran diversidad de características culturales de la innovación son dependientes de las singularidades nacionales, regionales o sectoriales.

Sin embargo solo explican parcialmente el origen de los éxitos y los fracasos tecnológicos y no dan cuenta debidamente del propósito lucrativo primordial de la innovación. Los patrones de novedad y selección tecnológica nunca son primordialmente culturales. Están antecedidos y condicionados por los intereses materiales de las clases dominantes, que imponen la adaptación de la tecnología a los principios de rentabilidad, mercado y explotación.

El concepto de fuerza productiva social ubica a las culturas tecnológicas, en el marco de las necesidades y los intereses de las clases dominantes. De esta forma se contextualiza la «vitalidad innovadora» en un país, o la «ausencia de ímpetu tecnológico» en otra comunidad, sin desdibujar las finalidades centrales de la innovación en el capitalismo.

No existe ninguna contradicción entre realzar la importancia del contexto económico y subrayar la relevancia de la cultura. El concepto fuerza productiva social facilita la integración de ambas explicaciones, evitando una antinomia ociosa entre la primacía de las normas culturales o el mercado en la determinación del cambio tecnológico. La burguesía ejerce dominación ideológica del proceso de innovación porque es propietaria material de los recursos tecnológicos. Este enfoque unitario surge del planteamiento propuesto por el marxismo.

LA MIRADA DESDE EL OBSERVATORIO.

Desde el punto de vista metodológico, el concepto fuerza productiva social induce el estudio de la tecnología como una disciplina de las ciencias sociales, situada en el límite con las ciencias naturales. La tecnología no es asimilable a la ingeniería, a la física o a la química, pero depende significativamente de los conocimientos de estas y otras disciplinas. La estrecha relación con las ciencias naturales diferencia a los estudios generales de la innovación de otras ciencias sociales clásicas, como la economía, la sociología o la política. La tecnología es un área de investigación rodeada por disciplinas «duras» y «blandas». Se asienta en las matemáticas, se nutre de las humanidades e influye sobre el arte.

Se encuentra en la «frontera caliente» de las ciencias sociales con las ciencias naturales. Recibe criterios de análisis la economía o la sociología, pero no está totalmente regida por este tipo de principios.

El concepto fuerza productiva social tiene en cuenta esta determinación múltiple y esta diversidad de vasos comunicantes de la tecnología con otras ramas del saber. La distinción entre «tecnología en general» y «tecnología como capital» permite justamente distinguir, los aspectos universales de la tecnología derivados de su cercanía con las ciencias naturales, de la innovación como proceso social e interpretable con los parámetros de las ciencias sociales.

Pacey conceptualiza esta diferenciación, distinguiendo a la «tecnología en un sentido restringido» de la «tecnología en un sentido abarcativo». Considera que se trata de una situación equivalente a la medicina, en dónde también resulta conveniente discriminar entre la «ciencia médica universal» y la «práctica médica específica». La primera sintetiza principios de validez general, mientras que la segunda se refiere a aplicaciones dependientes de condiciones organizativas, económicas y culturales particulares. Las categorías «tecnología en general» y «tecnología como capital» cumplen una función semejante, con la ventaja de situar estas determinaciones socio-históricas en las leyes del capital.

Cualquier enfoque de la innovación refleja una concepción del mundo, que se corresponde con intereses sociales particulares y puntos de vista de clase. No existen teorías «puras» y exclusivamente experimentales de la tecnología. Las preguntas que plantea y los temas de investigación que propone cada concepción, siempre se relacionan con la «mirada» de un sector y con su «conciencia posible», es decir con el recorte de la realidad que espontáneamente tiende a realizar una clase social.

Al buscar desligarse explícitamente de los intereses de las clases dominantes, al jerarquizar el análisis de la explotación y al asociar las contradicciones de la innovación a las del capitalismo, el marxismo encara una «mirada» crítica y desmistificadora. Su posicionamiento en el campo de los oprimidos le permite alcanzar una comprensión más integral de la tecnología. En un observatorio que captara todo el escenario de la innovación, los marxistas estarían ubicados en los pisos superiores del mirador, frente a otras teorías situadas en los niveles inferiores. El auto-ocultamiento de la explotación es la principal limitación cognitiva que impone el punto de vista de las clases dominantes a estas últimas concepciones .

Es igualmente cierto que una posición más favorable en el mirador no asegura una mejor asimilación de lo que se está observando. De la misma forma que un retrato depende de las cualidades del pintor, la acertada interpretación del cambio tecnológico depende de la capacidad de los investigadores, su conocimiento, sensibilidad y amplitud intelectual, con relativa independencia de la posición ideológica que adopten.

Desde cualquier escalón del observatorio se pueden formular interpretaciones valiosas o inútiles, contribuciones críticas o apologías irrelevantes. La distinción entre pensamiento científico y vulgar, que trazó Marx hace 100 años, está vigente para el análisis de la tecnología. El mismo abismo que separaba a Ricardo de Say en el campo de la economía política, divide aguas en la actualidad, en la sociología y en la filosofía de la innovación. El marxismo solo brinda una plataforma más favorable para encarar esta investigación, que se enriquece con el contacto, la asimilación y la re-elaboración de los puntos de vista opuestos.

UN PROYECTO EMANCIPATORIO.

El concepto fuerza productiva social tiene un claro significado político, al poner de relieve el carácter de clase que tiene el uso de ciertas innovaciones, asi como la ideología justificatoria de esta instrumentación. La tecnología no es un instrumento neutral del progreso. Los capitalistas la utilizan para maximizar sus beneficios, extendiendo incluso este principio al propio diseño de los artefactos. El concepto de fuerza productiva social subraya este aspecto de la «tecnología actuando como capital», que se evidencia nítidamente por ejemplo en la cadena de montaje taylorista.

La otra dimensión política de la noción fuerza productiva social es el proyecto que implícitamente contiene, en favor de la utilización socialmente provechosa de la tecnología. Esta propuesta surge del rechazo de la imagen racionalista del «progreso técnico», como una evolución ascendente de la humanidad garantizada por la simple aplicación productiva de los descubrimientos científicos.

La «tecno-euforia» es tan desacertada como la creencia espiritualista opuesta, en el «autodireccionamiento» de la tecnología . Los efectos nocivos del cambio tecnológico no tienen causas transhistóricas, ni se originan en la naturaleza del hombre, o en la rebelión de su alma. Tienen raíces sociales y no constituyen ninguna fatalidad.

El proyecto emancipatorio parte del reconocimiento del radio de posibilidades objetivas del cambio tecnológico. Una vez comprendidas estas potencialidades son los hombres, estructurados en torno a las clases sociales y en acuerdo a sus intereses y convicciones, quienes definen siempre la dirección del proceso innovador. Este curso es un resultado de confrontaciones sociales, que no viene pre-establecido por determinaciones tecnológicas.

Una propuesta socialista se nutre de la rica tradición de innovadores que concibieron sus aportes buscando favorecer el bienestar general y sin ninguna finalidad de lucro. «Inventar para cooperar, no para competir» ha sido el principio que históricamente impulsó la conducta de numerosos innovadores utopistas, cooperativistas, románticos, sindicalistas y socialistas.

Esta misma actitud también caracteriza la acción espontánea de la mayoría de los técnicos, ingenieros y científicos, que inventan bajo el impulso de la curiosidad y la propensión natural a mejorar las formas de trabajo . Este impulso no mercantil al cambio tecnológico, que apunta al logro de mayores satisfacciones en la vida social y laboral, ha estimulado la búsqueda de tecnologías alternativas a las dominantes actualmente. En el terreno del cambio tecnológico el proyecto socialista se nutre tanto de las tradiciones de resistencia a la explotación, como de las propuestas de emancipación social. La defensa de los derechos de los trabajadores contra las «flexibilizaciones laborales» y los proyectos de un nuevo uso de la tecnología están indisolublemente ligados. Constituyen dos momentos de un mismo proceso de ruptura del desenvolvimiento tecnológico con las exigencias de la ganancia. Otro tipo de sociedad y de tecnología pueden erigirse en base a este objetivo emancipatorio.

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