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Carlos Skliar: «Las escuelas son lugares, tiempos y formas que no debieran parecerse a ningún otro»

Por: Pablo Gutiérrez de Álamo

El pensador, pedagogo e investigador argentino, Carlos Skliar, define la escuela como un lugar, un tiempo y unas formas «de hacer cosas juntos» que no debieran parecerse a ningún otro sistema, en perpetuo movimiento por no ser algo acabado. Lugares, tiempos y formas de hacer que son, también y necesariamente, «públicos multiples y colectivos».

La pandemia y el confinamiento ha golpeado a todo el mundo. Está suponiendo importantes crisis en muchos sistemas como el sanitario y el económico. Y desde luego, la escuela no se ha librado de este duro golpe. Durante estos meses, siete ya, para Carlos Skliar ha sido un momento para conversar y pensar, junto a otros colectivos (docentes, familias, alumnado, artistas, pensadores…) qué es la escuela, qué es «hacer escuelas».

Invitado por Arquitectos sin Fronteras-Galicia, participó en una conferencia en la tarde de ayer, por videoconferencia, bajo el título «Entre Paradigmas: espacios y tiempos para la vida y la educación» en la que intentó explicar su forma de entender la escuela y el oficio de maestras y maestros.

Desde su punto de vistas, las escuelas son «lugares, tiempos y formas de hacer que no debieran parecerse a ningún otro lugar, tiempo y forma» que pueda pensarse. Lugares, tiempos y formas, en continuo movimiento y que, necesariamente, han de ser públicos, múltiples y colectivos.

Para Carlos Skliar estos son los atributos generales de los sistemas educativos. Pero dichos atributos deben ser teñidos, es decir, llevan aparejados una serie de «condimentos» relativos a las «formas de definir el por qué de lo educativo, de lo formativo en esos lugares tiempos y formas».

El primero de ellos sería el principio de igualdad. Pero no la igualdad como un fin al que hay que llegar a través de la educación («¿Por qué en la formulaciones más técnicas, jurídicas de la educación aparece la igualdad como destino, conclusión de proyecto?»). Para Skliar la igualdad es una «atmósfera que permita a cualquiera, quien quiera que sea, crear la imagen de un comienzo». Es decir, generar las oportunidades para que supere «la dificultad de un comienzo común» marcado por las diferencias de edad, de condición de nacimiento, la pobreza, el hambre.

Para el pensador argentino, lo habitual es el intento de «limar las desigualdades hasta llegar a la igualdad» pero «algunos pensamos que si la igualdad solo aparece como promesa final nunca se alcanzará». Y esta «condicion de igualdad de entrada» ha de ser asegurada por los docentes. Se trataría de que los educadores consigan que «cualquiera tenga la sensación de poder participar en igualdad de condiciones al interior de es tiempo, lugar y forma» de hacer.

Si los proyectos educativos no parten de esa igualdad de inicio como fundamento del propio proyecto, este «cae en una trampa de replicar el tejido social existente en otro tiempo, lugar y hacer». En este punto, Skliar establece que hay que hacerse la pregunta de si la escuela debe replicar el tejido social que se desarrolla fuera de ella o si bien «hacer escuela significa hacer otros tejidos sociales». Para él es «la gran pregunta» que obliga a las y los docentes a preguntarse si deben replicar el mundo adulto, marcado por el homo economicus y el sistema neocapitalista.

El gesto de enseñar es igualitario pero produce efectos singulares en cada quien

Una vez establecida la igualdad como condición de inicio de la acción educativa, «sigue el salir al mundo», es decir, «soltar el mundo que te ha tocado, de la familia, para salir al mundo de lo múltiple y lo colectivo, de la diferencia».

Este salir al mundo tiene que ver con encontrar aquellas cosas que le apasionan a uno del mundo, pasiones individuales y colectivas. Un aprender qué es aquello de que debemos cuidar del mundo al tiempo, según hemos aprendido durante estos últimos tiempos, un aprender a cuidarnos de ese mismo mundo también.

Y este salir al mundo que se hace desde la escuela, más allá de la igualdad inicial de posibilidad, tiene sus efectos singulares. «El gesto de enseñar es igualitario, resume el pensador, pero produce efectos singulares en cada quien» que, además, prosigue, «necesita su tiempo lugar y forma para expresarse, para darse cuenta». «Leemos juntos, pensamos, jugamos, paseamos juntos, escribimos juntos, pero los aprendizajes son siempre singulares».

Para Carlos Skliar, el hecho de que los efectos de la enseñanza sean singulares, individuales y diferentes en cada persona, supone el «desmoronamiento de una idea de sistema que pretende regular en un tiempo y forma lo que se enseña y se aprende» porque, además de singulares, los efectos de la enseñanza son diferidos.

Hacer escuela, para Skliar, además de la condición de igualdad inicial y el salir al mundo también tiene que ver con la obligación de preservar la infancia. Es decir, la escuela ha de ser un tiempo libre, «que no quiere decir sin contenido, vaciado, sino liberado de la ocupación de la vida adulta», del mundo del trabajo. «La escuela es resguardarse de este tiempo y forma» de hacer del mundo adulto en un ejercicio de «profanación» de la idea de normalidad. «La escuela debería profanar lo sagrado de una cultura determinada».

Este profanar la normalidad lo relaciona Skliar con la ética, «es una cuestión de responsabilidad», que lleve a las «respuestas justas» que se salgan de «mandamientos generalizados» que siempre entrarán en conflicto con las necesidades singulares de cada cual.

Y para que esto sea posible, para él y tomando las palabra de Hanna Arendt, hay que introducir el concepto de amor «desinteresado, gratuito, contra la mercancía, amor a una materia de estudio, que se apasiona por algo». «El amor educativo al mundo para que no se extinga y a los demás, para que no queden a su suerte».

¿Y la pandemia?

Toda esta definición de lo que supone o debe suponer el «hacer escuela» se chocó violentamente con la aparición de la pandemia y el confinamiento de la población y el cierre de las escuelas en gran cantidad de países del mundo. «Si algo no se sostuvo fue la escuela como forma de hacer, tiempo y lugar», aseguró Skliar.

Al inicio de la pandemia se produjo ‘la desmesura en la acción pedagógica’ y la ‘ilusión de continuidad’

Desde su punto de vista, al principio de la pandemia ocurrieron dos cosas: por una parte, «la desmesura en la acción pedagógica» y, por otra, «la ilusión de continuidad» necesaria desde el punto de vista de la gestión del sistema educativo pero «impracticable desde la posición subjetiva».

Al mismo tiempo, la pandemia ha producido una suerte de amnesia sobre «qué éramos antes, sobre si las vidas tenían entonces sentido virtuoso y el virus ha destruido un paraíso terrenal». «No está mal preguntarse dando pasos atrás», aseguró, para enumerar algunos de los elementos sobre los que la pandemia ha generado esta especie de amnesia: «Aquella humanidad económica anterior, autodestructiva y que afectaba a la formación: aceleración del tiempo, autoaprendizaje competitivo, reinado del cerebro, demandas ambiguas al sujeto, transformación del mundo en mercado, de la vida en ganarse la vida, separación y la pérdida de la infancia».

Para Skliar, antes de la llegada del virus lo importante era el conocimiento utilitario, lucrativo. Una tensión, definía, «entre la experiencia liberadora de la educación y le exigencia de rendimiento».

Cuatro o cinco ideas quedaron patentes en el momento del surgimiento del virus y Skliar reflexionó sobre ellas. Por un lado la de la continuidad, fundamentada en la elaboración de tareas, el ejercicio de dichas tareas y su evaluación, finalmente. Para el pedagogo, hacer escuela quedó supeditado a esta trilogía. La continuidad ha supuesto, en definitiva, «que no hemos perdido el tiempo, les hemos tenido ocupados».

Frente a esto, se encuentra el hecho de que en este tiempo entraron en a la escuela elementos como el arte, la filosofía o la literatura, con acciones más discontinuas que permitieron a la comunidad educativa estar junta, a pesar de la separación impuesta por el confinamiento.

La escuela no es solo hacer la tarea, sino estar con otros

En paralelo a esta idea de continuidad, Skliar ve que ha habido una interrupción que ha demostrado que «las escuelas no pueden hacerse en cualquier tiempo, lugar o forma». No se puede hacer cualquier cosa, ni hacerse 24/7 «como el tiempo laboral». Y esto lo han vivido las y los niños que se han dado cuenta también que «la escuela no es solo hacer la tarea, sino estar con otros».

Y ahora, lo que queda es conversar sobre lo extraño que es todo en este momento. Conversar con educadores, familias, artistas, filósofos… dice Skliar, porque si no conversamos sobre «lo extraño es posible que deseemos volver a la normalidad anterior, a la que ya tildé de autodestructiva, a la normalidad que ha perdido a su infancia».

Es necesario hablar de lo «extraño y de lo que se extrañó (en este tiempo). Estas son las dos claves, aunque parezcan insuficientes, para reinventar el sistema».

Con dos frases de un niño y una niña terminó Carlos Skliar su intervención en un intento de reflexionar sobre aquello que se perdió durante el tiempo de confinamiento. La primera: «Sí, durante este tiempo aprendí a sumar… y a extrañar» y, la segunda: «Quiero la escuela en la escuela».

Fuente e imagen:  https://eldiariodelaeducacion.com/2020/10/23/carlos-skliar-las-escuelas-son-lugares-tiempos-y-formas-que-no-debieran-parecerse-a-ningun-otro/

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Unánime rechazo de la CONADU Histórica al techo del 7%

Unánime rechazo de la CONADU Histórica al techo del 7%

Docentes Universitarios

Convocan a un nuevo Paro Nacional, el 27 y 28 de octubre con apagón virtual, desconexión total y acciones de visibilización.

Con la presencia de veinticinco Asociaciones de Base y por unanimidad, el Plenario de Secretarías Generales de la CONADU Histórica rechazó la propuesta del Ministerio de Educación de la Nación de un incremento a partir de octubre de sólo el 7% hasta diciembre para la Docencia Universitaria y Preuniversitaria. Propuesta que llega recién tres meses después de haber vencido la paritaria.

Este techo de 7% es un ajuste muy fuerte sobre los salarios, injustificado, injusto, y significa la decisión del Ministerio de descargar la crisis sobre las espaldas de la docencia que justamente desde el inicio de la cuarentena (hace siete meses) se mantuvo trabajando garantizando la enseñanza de un millón setecientos mil estudiantes, desde el aislamiento en nuestras casas y con nuestros recursos, cuando las Universidades permanecen cerradas.

Al mes de septiembre los salarios docentes acumulan más de un 14% de pérdida con la inflación y a diciembre con la proyección inflacionaria, el desfasaje superará el 20%. Muy lejos de la promesa del Ministerio de Educación de que los salarios no iban a perder con la inflación.

Profundo malestar genera además la lamentable actitud del CIN (la representación de las y los rectores en la paritaria), promoviendo la rebaja salarial e ignorando el esfuerzo de la docencia durante estos meses y las condiciones mínimas de trabajo como la estabilidad laboral. Exigimos el reconocimiento de los gastos económicos que implicaron enseñar desde nuestras casas, y también la regularización e ingreso a carrera docente de las y los docentes interinos y contratados.

Nuevamente el trabajo en la enseñanza, la investigación y la extensión es relegado en nuestro país.

Por unanimidad el Plenario resolvió convocar a toda la docencia universitaria y preuniversitaria a un paro nacional para los días 27 y 28 de octubre en todas las Universidades Nacionales, con apagón virtual, desconexión y acciones de visibilización, invitando a sumarse a todas las asociaciones que no pertenecen a la Federación.

Participaron del Plenario, las Asociaciones de Docentes de las Universidades Nacionales de: Buenos Aires (AGD-UBA), Chaco Austral (ADUCHA), Comahue (ADUNC), Córdoba (ADUNCor), Cuyo (FADIUNC), Entre Ríos (SiTraDU), Artes (AGDiC-UNA), Jujuy (ADIUNJu), La Pampa (ADU), La Rioja (ARDU), Litoral (ADUL), La Patagonia Austral (ADIUNPA), La Patagonia San Juan Bosco (ADU), Luján (ADUNLu), Misiones (ADUNaM), Nordeste (ADIUNNE), Quilmes (ADIUNQ), Río Negro (ADURN), Salta (ADIUNSa), San Juan (ADICUS), San Luis (ADU), Sur (ADUNS), Tecnológica (SIDUT), Tierra del Fuego (ADUF), Tucumán (ADIUNT).

CONTACTOS: •Luis Tiscornia, Secretario General : 11 6733-1863 •Claudia Baigorria, Secretaria Adjunta : 11 6725-8433

Fuente de la Información: http://www.agenciacta.org/spip.php?article31992

 

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Argentina: El padre Mugica y el dialogo entre católicos y marxistas

El padre Mugica y el dialogo entre católicos y marxistas

Con la ayuda de Dios estaré dispuesto a dar mi vida por el Evangelio, pero no para defender estructuras capitalistas, aun cuando ellas estén en la Iglesia.

Carlos Mugica, “Dialogo entre católicos y marxistas”, Buenos Aires, 1965.

En estos días se conmemora el 90 aniversario del nacimiento del sacerdote mártir Carlos Mugica, y 55 años desde que abrió con valentía la primera puerta al dialogo de católicos y marxistas en la Argentina.

Su precursora opción por los pobres y la liberación nacional es la razón de odio del privilegio, que empujó a su asesinato en 1974 por la Alianza Anticomunista Argentina, tal como probó la justicia penal, dato que pretenden omitir algunos desertores del peronismo o escribas pagos, hoy voceros de Juntos por el Cambio y el neoliberalismo.

El 18 de octubre de 1965, una multitud colmó el Aula Magna de la entonces Facultad de Filosofía y Letras de la UBA para escuchar las reflexiones de dos católicos y dos marxistas, entre los primeros un joven sacerdote de 35 años y entre los segundos mi propio padre.

Mugica Echague, casi desconocido entonces, sería pionero del trabajo sacerdotal en las villas y, pese a provenir de una familia aristocrática y conservadora, ya había abrazado la causa de los humildes y con ella al peronismo.

Sin plena consciencia de su trascendencia, pude presenciar ese potente intercambio, con apenas 13 años y en los primeros tiempos pasos de la militancia política, inaugurada con mi expulsión del recién iniciado colegio secundario por promover el repudio a la reciente invasión estadounidense a Santo Domingo.

Entonces gobernaba Arturo Illia, se respiraba mayor libertad luego de años de cárceles y torturas para centenares de militantes peronistas y comunistas bajo el Plan CONINTES, dictado por el presidente Frondizi, al que ambos habían apoyado electoralmente. Desde marzo, cuando se realizaron elecciones legislativas nacionales, se multiplicó el odio del privilegio por la victoria de la Unión Popular, sigla con que el justicialismo y sus aliados burlaron nuevamente la proscripción del régimen, que respondió meses después con un nuevo golpe cívico-militar, en esta ocasión encabezado por el general Juan Carlos Onganía.

Habían pasado 10 años de otro golpe, el de la “Revolución Fusiladora”, y la proscripción del PJ se extendió hasta las elecciones de 1973, mientras el PC recuperó su legalidad recién en mayo de ese año, cuando el electo Congreso Nacional derogó por unanimidad la abundante legislación represiva, entre ella la llamada “Ley 17.401 de Represión del Comunismo”, mediante la cual se persiguió penalmente a todo el movimiento popular combativo.

En la década que siguió al golpe de 1955, y pese a su enfrentamiento electoral en 1945 y represiones posteriores, obreros peronistas y comunistas resistieron el asalto de los “comandos civiles” gorilas a las organizaciones gremiales. Juntos crearon en 1957 las “62 organizaciones”, y confluyeron en el histórico plenario de delegados en que la CGT dio a conocer ese año el antimperialista y antioligárquico Programa de La Falda, posteriormente ratificado con el de Huerta Grande. También se unieron los delegados de ambas militancias en ese ícono de los años de la Resistencia Peronista que fue la toma en 1959 del Frigorífico Lisando de la Torre, donde 9.000 obreros con la solidaridad activa del barrio obrero de Mataderos rechazaron su privatización y la represión conjunta de policías, gendarmes y el propio Ejército, con el insólito apoyo de cuatro tanques de guerra.

Carlos Mugica fue hijo de esos tiempos, esas persecuciones y esas luchas. Y aquella noche de octubre, inició en estas tierras un camino que en Europa empezaron a transitar católicos y marxistas en los campos de exterminio nazi y la resistencia partisana antifascista. Un camino que en América Latina se insinuaba rebelde al influjo de la Revolución Cubana y la mirada puesta en los movimientos de liberación nacional en las colonias de Asia y África, en la resistencia vietnamita a la invasión estadounidense.

En aquella justa mitad de los 60, cuando dialogaron católicos y marxistas, aún no se había hecho luz la cruz de madera de su hermano Camilo Torres, el sacerdote y sociólogo que unió el evangelio con el marxismo, y cayó en una emboscada del ejército de Colombia al destacamento guerrillero que integraba.

Juan XXIII ya había puesto en marcha la renovación del Concilio Vaticano II que impactó a Mugica, pero todavía no nacía la Teología de la Liberación ni el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, al que adhirió.

Tres años faltaban para la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (CELAM) en Medellín o la Opción preferencial por los Pobres, un compromiso con los cambios sociales del continente, del trabajo de religiosos y laicos junto a las mayorías desposeídas. De “Una iglesia pobre para los pobres”, como la quería Monseñor Romero, el obispo de El Salvador asesinado en 1980, luego de ser abandonado y humillado por el papa Wojtyla.

Un casi inhallable folleto de la época, ajado y sobreviviente de tantas huidas y allanamientos policiales, contiene la desgrabación de lo que el padre Mugica anticipo aquel día en el viejo edificio de la calle Independencia, del barrio porteño de Balvanera, junto al dirigente universitario laico Guillermo Tedeschi, y a los comunistas Juan Rosales y Fernando Nadra.

Algunas frases textuales, que comparto más abajo, nos hablan de ese mundo, esa Latinoamérica y ese país.

Son una convocatoria a honrar la memoria y construir un futuro que rescate esos sueños rebeldes de una generación sacrificada, cruelmente segada.

Padre Carlos Mugica

Antes de comenzar a leer mi breve contribución, quiero decir que siento una gran emoción de estar aquí junto a todos los que me acompañan, así sea porque sencillamente ni son anticomunistas ni son anticristianos, sino que precisamente están luchando en favor de algo para bien de un mundo nuevo, un mundo que todos queremos cambiar para que cada persona realmente pueda vivir como un ser humano y tenga toda la dignidad que merece, precisamente por ser humano.

La Iglesia vive tiempos de renovación y siente cada vez más la necesidad de abrirse a los hombres, de dialogar con ellos. Está en estado de revolución permanente, en función de un ideal futuro y que ya se está realizando ahora. Iniciado el diálogo con las otras religiones, ha llegado el momento de hacerlo tambièn con los hombres no creyentes, especialmente con aquellos que, como nosotros los cristianos, desean un mundo nuevo en que haya verdadera paz y justicia para todos los hombres.

Por eso estamos aquí en esta aventura de intentar algo juntos, católicos y marxistas, sin ocultar nada, sin dejar de lado las profundas diferencias que doctrinariamente nos separan.

(…)

Así como nosotros los cristianos comprendemos ahora los valores del marxismo y reconocemos en ellos elementos entrañables de nuestro cristianismo que más de una vez hemos ignorado, yo le pido a nuestros amigos marxistas que con toda honestidad revisen su actitud para con los religiosos como ya lo están haciendo muchos despojados de todo sectarismo en las filas de ustedes.

(…)

La religión no es entonces opio, siempre que sea auténtica y comprometa al hombre por entero. Una religión burguesa superficial, meramente cultural, ciertamente anula al hombre, pero si el hombre es verdaderamente evangélico se siente metido en el drama del mundo y de la historia.

(…)

Voy a decir algunas palabras que quizá me puedan traer inconvenientes, pero no me importa porque yo quiero servir a la verdad y al Evangelio, como creo que todos los que estamos aquí queremos servir a la verdad, y por eso siento en mi conciencia que tengo que decir que ha llegado el momento de que cortemos con una solidaridad que los hombres de la iglesia repudiamos: la solidaridad con el capitalismo y con cierta concepción de la propiedad privada. Con la ayuda de Dios estaré dispuesto a dar mi vida por el Evangelio, pero no para defender estructuras capitalistas, aun cuando ellas estén en la Iglesia.

(…)

A los amigos marxistas les digo finalmente. Es cierto que, para cambiar las estructuras, para rehacer este mundo que todos queremos renovar es necesaria la lucha, lucha que no necesariamente debe entrañar violencia. Pienso que hay una fuerza más potente, una fuerza más fecunda que es la fuerza del amor, amor que puede llevar a odiar las estructuras injustas, pero respetando siempre al ser humano.

 

 

Autor: Fernando Nadra

Fuente de la Información: https://rebelion.org/el-padre-mugica-y-el-dialogo-entre-catolicos-y-marxistas/

 

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Argentina: Afrodescendientes. Reposicionando Argentina en Latinoamérica.

Afrodescendientes. Reposicionando Argentina en Latinoamérica.

Milena Annecchiarico

En los últimos años fue emergiendo una nueva conciencia acerca de las identidades argentinas: múltiples, multilocalizadas, politizadas, disputadas, subjetivas. Es el caso de los y las afrodescendientes. Históricamente invisibilizades por los cánones hegemónicos de nacionalidad centrados en el mito del “crisol de razas” y construidos sobre discursos y prácticas de negación y exclusión, les afrodescendientes hoy son sujetos de derecho reconocidos por las políticas públicas, actores sociales protagonistas no solamente de la historia, sino del presente y del porvenir de esta nación latinoamericana.

En 2010, ya hace 10 años, se celebraron los 200 años de la Revolución de Mayo de 1810. De manera significativa e inédita en unos festejos oficiales, se realizaron representaciones y escenificaciones de la época que ubicaron el protagonismo de la población esclavizada y libre afrodescendiente en las guerras de independencia, así como en la sociedad argentina de ayer y de hoy. Pero, sobre todo, estuvieron presentes agrupaciones afroargentinas reunidas bajo el lema “Argentina también es afro”: descendientes de la diáspora africana desde la época de la esclavitud hasta nuestros días, se hicieron presentes para reafirmar un histórico reclamo: visibilización, inclusión, no discriminación. No es todo. Ese mismo año, el censo de población incluyó por primera vez la variable de adscripción identitaria para la población afrodescendiente. Así, 150.000 personas indicaron esa pertenencia, la gran mayoría de nacionalidad argentina. Si bien 150.000 sea el número arrojado por el censo, la prueba piloto realizada unos años antes para testear la pregunta sobre afrodescendencia, había revelado cerca de 2.000.000 de afrodescendientes, un número que, según las organizaciones afro, es mucho más cercano al real. Pese a ello, el censo de 2010 representa seguramente un hito en la historia reciente de las movilizaciones afroargentinas y de las políticas públicas de reconocimiento iniciadas luego de los años 2000. Ese resultado, provisorio y limitado, permite desafiar y revertir los dos principales motivos, o falacias, sobre las que se basa la discriminación hacia esta población: su inexistencia (“no hay afroargentinos”) y su extranjerización (“los que se ven, son extranjeros”).

En el país, así como en la región latinoamericana, las coyunturas políticas de los Gobiernos progresistas de esos años posibilitaron la construcción de una agenda política de ampliación de derechos e inclusión para los sectores más desfavorecidos, especialmente la población afrodescendiente, viabilizando cambios de paradigmas más profundos. A partir de entonces, Argentina empieza a trabajar para el reconocimiento de su diversidad cultural a través de políticas públicas con enfoque étnico también para la población afrodescendiente. De manera significativa, con la Ley 26.852, sancionada el 24 de abril de 2013, se instituye el día 8 de noviembre como «Día Nacional de los Afroargentinos/as y de la cultura afro» en conmemoración a María Remedios del Valle, luchadora afroargentina de las guerras de independencia, nombrada Madre de la Patria por Manuel Belgrano.

A diez años de esa histórica marcha y de aquel primer revelamiento estadístico, me parece necesario preguntarnos a qué punto estamos en materia de ampliación de derechos y lucha antirracista, así como en la deconstrucción del imaginario hegemónico respecto de las identidades. A su vez, es importante dar cuenta de qué futuros se están construyendo o imaginando a partir del contexto actual de pandemia que pone de manifiesto el carácter urgente de pensar otras normalidades para el post – pandemia, especialmente en temas de desigualdades sociales y racismo. En este espacio de reflexión me encuentro trabajando.

Recientemente se realizó un encuentro virtual organizado por el INADI con la Embajadora de la República Argentina ante la Santa Sede en Vaticano, María Fernanda Silva, en diálogo con Victoria Donda, directora del INADI, y Federico Pita, activista y politólogo afroargentino. Maria Fernanda Silva, diplomática de carrera de larga trayectoria nombrada embajadora al comienzo de la pandemia, no solamente es la primera mujer que ocupa ese cargo en el Vaticano. Ella es la primera persona afrodescendiente argentina que forma parte del servicio diplomático en el exterior. En otras palabras, se trata de la primera mujer negra que representa la Argentina en el exterior. Voy a detenerme en algunos disparadores de aquella charla para articular estas breves reflexiones.

Primero, existe una cierta imagen de identidad nacional argentina “poco latinoamericana” y más bien “europea”. Para ser más precisos, esta idea emerge y se consolida en la ciudad de Buenos Aires, una ciudad puerto que al parecer siempre miró más hacia afuera que hacia adentro. Esta idea-imagen se basa en la elección de ciertos “antepasados dignos” y la exclusión de “otros” por parte de la hegemonía histórica nacional, que avala y reproduce incesantemente el “mito de origen”: las fuertes conexiones con los inmigrantes italianos, españoles y europeos en general, y la exclusión simbólica y física de los otrora indios, negros y gauchos.

Hace pocos días vi el primer capítulo de una nueva serie de Netflix sobre la comida callejera en Latinoamérica, que comienza recitando exactamente estas palabras, pronunciadas por una experta de comidas argentinas: «Buenos Aires, tan cerca de Europa y tan lejos de América Latina…». Esta idea acerca de la especificidad porteña como ciudad blanca y europea, tan arraigada dentro y fuera del país, no es un dato de la historia, de la genética, ni de la cultura. Es una construcción ideológica que basa sus supuestos en una larga historia de exclusión, de violencias y de falacias.

En otras palabras, es el racismo estructural que permea los imaginarios sociales acerca de la argentinidad y las instituciones del Estado, como advierte María Fernanda Silva. Ahora bien, Maria Fernanda Silva es hija de la diáspora africana, es argentina. Así como negra y mujer es la Madre de la Patria Maria Remedios del Valle. La designación de María Fernanda Silva tiene seguramente una carga simbólica muy poderosa que, sumado a muchos grandes y pequeños cambios sociopolíticos, va hacia la dirección de deconstruir esa idea de argentinidad blanca.

Respecto del racismo estructural, las instituciones se prepararon históricamente para reproducir las asimetrías atravesada por factores étnicos, de género, de color de piel, de pertenencias identitarias específicas. Por ejemplo, para que personas blancas, especialmente hombres y de clase alta, tuvieran lugares de prestigio y de poder. Maria Fernanda Silva habla de su experiencia como diplomática. Dice que ella no verá otra persona afroargentina entrar en el servicio diplomático del exterior, porque no dan los tiempos propios de la carrera diplomática y hoy no hay otros afroargentinos o afroargentinas ingresando. Una situación similar la podemos fácilmente encontrar en prácticamente todos los ámbitos de la vida institucional del país, incluyendo a la academia. Y lo peor es que, las personas que trabajan en esas instituciones por lo general no lo piensan, no se lo plantean porque está pensado para que así sea. Por otro lado, el racismo estructural también hace que la población afrodescendiente, negra, morena, morocha, esté sobrerrepresentada en otros ámbitos: el de la desigualdad, el de las cárceles, el de los barrios humildes. Esta es una constante para toda Latinoamérica.

La pandemia que estamos viviendo, agrava las desigualdades sociales presentes en los países, las pone más aún más de manifiesto. El racismo no deja de operar con su poder de muerte, como es de público conocimiento. Por eso, la Embajadora también advierte que esta pandemia, esta circunstancia excepcional, no invisibilice las otras pandemias, que no son la excepción.

Frente a esta situación, la responsabilidad para su transformación es de todes, también del Estado. Pensar en el post-pandemia es una oportunidad para revertir esas normalidades de exclusión. Pero, el riesgo que los estados y las sociedades se vuelvan mas excluyentes, mas xenofóbicas, existe y está a la vista. Cerrando con las palabras de Maria Fernanda Silva en diálogo con el INADI, el principal desafío es que seamos capaces de construir una nueva normalidad centrada en la justicia social, en la garantía de derechos, reposicionando la identidad argentina en Latinoamérica.

Autora: Milena Annecchiarico

Fuente de la Información: https://www.telesurtv.net/opinion/Afrodescendientes.-Reposicionando-Argentina-en-Latinoamerica.-20201022-0011.html?utm_source=planisys&utm_medium=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_campaign=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_content=39

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Argentina: El Gobierno ofreció un 7% de aumento salarial a los docentes universitarios

Consideran que es insuficiente y este viernes habrá un plenario de la CONADU Histórica para evaluar las medidas de fuerza.

 El ministro de Educación, Nicolás Trotta, y el secretario de Políticas Universitarias (SPU), Jaime Perczyk, realizaron este jueves la segunda reunión de la paritaria nacional docente del sector universitario y preuniversitario.

El Gobierno nacional les ofreció un aumento salarial del 7% en octubre y volver a sentarse a negociar en diciembre. Para los gremios mayoritarios -excepto la FEDUN- la propuesta resulta “insuficiente”, pero la evaluarán en sus respectivos plenarios.

Participaron rectores del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y dirigentes de CONADU Histórica, CONADU, FEDUN, CTERA, UDA y FAGDUT.

La CONADU Histórica planteó que el aumento ofrecido no alcanza a cubrir la pérdida actual del 14% en el poder adquisitivo, que podría alcanzar el 20% a fin de año.

“Lamentamos que después de tres meses de vencida la paritaria, y ya con una pérdida con relación a la inflación que bordea el 14% a 15%, el Gobierno nos ofrezca un 7% a cobrar a partir de octubre y reabrir la discusión salarial nuevamente en diciembre, con la posibilidad de que allí se evalúe la pérdida y se vuelva a calcular qué porcentaje está dispuesto a ofertar”, cuestionó Claudia Baigorria, secretaria de formación de CONADU Histórica.

Según explicó la dirigente gremial docente a TN, el 7% propuesto, el gremio ya lo había “considerado insuficiente cuando el Gobierno se lo ofreció a los estatales y que terminó siendo aceptado por UPCN con el rechazo de ATE”.

Frente a esta situación, la CONADU Histórica tiene previsto realizar este viernes un plenario de secretarías generales, para debatir lo que se defina en las asambleas docentes de este jueves. En tanto que la CONADU tiene previsto reunirse la semana próxima.

“Estamos debatiendo en nuestras asamblea docentes hoy, y mañana por la mañana vamos a tener un plenario de secretarías generales y vamos a ver qué medidas de fuerza se plantean”, confirmó Baigorria.

Según adelantó, ante la propuesta oficial “hay mucho malestar en las bases docentes. Incluso en muchas asambleas de gremios que no pertenecen a nuestra Federación, por lo tanto estamos en pleno debate y veremos qué es lo que se resuelve democráticamente, en articulación con gremios de la otra federación CONADU”, completó.

Lo que piden los docentes universitarios es “una recomposición que no haga perder tanto con relación a la inflación”, explicó y detalló que “hasta fin de año la pérdida va a ser cercana al 20%”. “Esto es verdaderamente mucho porque la docencia está haciendo un gran esfuerzo desde hace siete meses, sin apoyo absolutamente ni de parte del Gobierno ni de los rectores”, aseguró la también secretaria adjunta de ATE y reclamó que “es necesario que el Gobierno entienda cuál es el malestar del sector docente”.

El reclamo incluye recomposición salarial no inferior a la inflación acumulada; compensación de gastos ocasionados por la virtualidad educativa: resolución de la precarización laboral de los docentes interinos, contratados y ad-honorem, y refuerzo presupuestario para las obras sociales universitarias.

Por su parte, tras el plenario de sus secretarios generales, la FEDUN aceptó la propuesta salarial de la Secretaría de Políticas Universitarias. Se trata del único gremio minoritario en dar el visto bueno a la oferta del Gobierno hasta el momento.

Fuente: https://www.adnsur.com.ar/sociedad/el-gobierno-ofrecio-un-7–de-aumento-salarial-a-los-docentes-universitarios_a5f921cefac74446aaa3e907f

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Entrevista a Daniela Dubois de la Red Federal de Docentes por la Vida: “¡Fuera el agronegocio de las escuelas!”

Por: Sandra Lario

“¡Fuera el agronegocio de las escuelas!”

La Red Federal de Docentes por la Vida (Argentina) y una apuesta por la agroecología y la soberanía alimentaria en las escuelas

 

En estos días circula un documento impulsado desde la Red Federal de Docentes por la Vida, que pretende visibilizar y denunciar, en plena pandemia, la intromisión de empresas del agronegocio en la escuela. Conversamos con Daniela Dubois, para que nos cuente cómo vienen trabajando en este momento.

¿Cómo se formó esta red?

-Ana Zavaloy fue una docente rural que sufrió varias fumigaciones con agrotóxicos en su escuela cuando era directora. Era la escuelita N° 11 en San Antonio de Areco, provincia de Buenos Aires, Argentina. Ella denunció estas fumigaciones en un momento histórico que que todavía no era un tema que circulara, ni existían pronunciamientos contundentes en contra. Ella fue la primera docente en la provincia de Buenos Aires en generar denuncias públicas. El registro data del año 2014. En ese momento un acompañamiento de los sindicatos docentes, a nivel del estado provincial o de la jefatura distrital. Comenzó a reunirse con otras docentes de la provincia de Buenos Aires y en el año 2017, en agosto, la Red se presentó por primera vez en el Encuentro Nacional de Pueblos Fumigados, en la comisión Educación y Escuelas Fumigadas. Ese año fue la sentencia en el juicio por la fumigación a la escuela en Entre Ríos, sentencia histórica obtenida por la lucha pionera de María Leyva de AGMER Paraná, que también forma parte de la red.

Desde ese momento se sumaron 200 personas de otras provincias y la red comienza a  tomar fuerzas, a generar denuncias a divulgar materiales didácticos contra las fumigaciones con agrotóxicos, en particular, pero también dando cuenta de todo el sistema extractivista, como la megaminería y el fracking.

¿Cuál es la importancia de la educación para ustedes?

Anita siempre tuvo muy claro que la escuela era un espacio de socialización de las comunidades y un espacio que puede ser motor de cambio. Lxs docentes tenemos un rol en la transformación tenemos que poder acompañar los procesos, así como dar cuenta de que la educación es siempre situada, con los pies en la tierra. En cada territorio se está llevando a cabo una labor educativa y pedagogía considero y toda pedagogía con tina política y en ese sentido apuntamos a construir en un interés común, el de vivir en un ambiente sano, de poder gozar del derecho a la educación y a la salud. Son cuestiones fundamentales que en el ámbito educativo se ponen en debate y se puede producir conciencia. Sin una educación que sea emancipadora en esos sentidos es muy difícil que se garanticen los derechos. También hay que tener en cuenta que hay saberes que ya traen las niñas, niños y adolescentes, tanto como sus familias, cuando también se acercan a las instituciones educativas. Entonces, la soberanía alimentaria deja de ser meramente un concepto sino también es algo que valoran las mismas personas, en ese ámbito educativo para decidir ¿qué se desea comer? ¿Qué es un alimento y qué no es un alimento? ¿Cómo se producen los alimentos? ¿Cómo llegan a nuestra mesa? Todas esas cuestiones por ejemplo son maneras en que la educación puede poner en jaque al agronegocio y al extractivismo en general.

¿Cómo pensar la escuela en este contexto de fumigaciones en plena pandemia?

En este momento particular de pandemia, la salud cobra relevancia. Encontramos un nexo no solamente porque se dice que el origen de este virus es zoonótico -pasó los animales a los humanos-, sino también ésto tiene relación con la expansión de la frontera de producción de alimentos de manera agrobiotecnológica. Con el modo en que los animales se han ido expulsando de esos ambientes naturales. Además, está la cuestión no sólo del origen de este virus sino que este mismo sistema de producción es inmunodepresor para las personas.

Entonces si la sociedad está haciendo un esfuerzo enorme para cuidarnos, también es necesario que no se nos fumigue con agrotóxicos, ya que degradan muchísimo el estado de salud de la población en los pueblos fumigados. Muchas docentes están difundiendo esta situación donde las docentes rurales que acercan los módulos de alimentos a las casas, encuentran a las familias encerradas. Es una situación muy triste y en la cual hay que tratar de seguir llevando protección e información a esas familias.

Afortunadamente hay un crecimiento de la agenda de estos temas en educación. Se están trabajando más sobre estos temas en la escuela. Son ejes que se trabajan y no han dejado de trabajarse aún en medio de esta virtualidad. Desde cada lugar las personas que elegimos el rol educador o educadora tenemos que seguir insistiendo con estas temáticas porque es muy importante lo antes posible transformar el modo en que se produce para poder vivir realmente en un ambiente sano.

¿Cómo se da la intromisión de las corporaciones del agronegocio en las escuelas?

También así como va ganando en el ámbito educativo la problemática y desde hace tiempo, las corporaciones del agronegocio están tratando de introducirse en la educación capacitaciones a docentes y proyectos educativos programas para que los estudiantes generen proyectos también. ¡Hay cosas que no se pueden creer! ¡Se hacen “Campeonatos de fumigaciones”! Es una forma de instalar que sean los próximos peones. Justamente, los peones son quienes no tienen la mayor responsabilidad en este modelo, y muchas veces son muy perjudicados y perjudicadas. Cuando hablamos con las familias nos cuentan se ven afectados directamente sus puestos de trabajo por este sistema. Están en un lugar muy difícil y sufren también las consecuencias de este sistema. Es delicado y hay que ver de qué manera hablarlo.

¿Cómo ven la cuestión del discurso de las “Buenas Prácticas Agropecuarias”, tan en boga en este momento?

AAPRESID, la asociación de siembra directa Argentina, los grupos CREA vienen tratando de instalar estas capacitaciones y programas, tal como indicamos en esta denuncia y bueno la virtualidad obviamente no lo frena. Estos contenidos que introducen, están definidos por sus intereses. Por ejemplo, tematizan  la producción o el cuidado de los suelos, sin mencionar las graves consecuencias que generan, los problemas de la salud, la contaminación, la pérdida de fertilidad de los suelos. Venden todo el discurso de las Buenas Prácticas Agrícolas, un eufemismo para que las personas no se preocupen porque “si se hace bien no pasa nada”. No olvidemos que se trata de tóxicos y una vez que se liberan al ambiente no se pueden controlar. En el caso de las familias de la comunidad educativa, quienes manejan el mosquito o trabajan con este sistema obviamente que es mejor que conozcan cómo protegerse, o que pueden hacer como para minimizar los riesgos. Pero sabemos que sigue siendo muy peligroso. Todo lo que aleje las fumigaciones, las limitaciones en las condiciones, las distancias mínimas y los vientos, todo lo que permite que una fumigación no sea tan dañina, como por ejemplo, identificar los vientos, tenemos que tratar de tomarlo a favor para frenar lo más posible esas prácticas. Pero no son “Buenas Prácticas”; la única buena práctica agrícola que existe es la ecología, la que produce sin agrotóxicos.

A continuación compartimos el documento elaborado e invitamos a sumar adhesiones al siguiente correo reddocentesporlavida@gmail.com

 

 

Fuera el Agronegocio de las Escuelas

 

Desde la Red Federal de Docentes por la Vida, hemos denunciado en reiteradas oportunidades la intromisión de las empresas del agronegocio, y del extractivismo en general, en los distintos niveles de la educación formal, fundamentalmente en las escuelas técnicas agrarias, mediante el otorgamiento de pasantías, el desarrollo de jornadas como “Escuelagro” o las “olimpiadas de pulverización”.

En esta oportunidad AAPRESID (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa) y FEDIAP (Asociación Civil de Escuelas, Bachilleres e Institutos Agrotécnicos, Centros de Formación Rural, Escuelas de la Familia Agrícola e Institutos Superiores) convocan a una gran aula virtual a desarrollarse el día 14 de octubre, con el objeto de disertar sobre una “agricultura sustentable” basándose en lo que estos actores denominan “Buenas Prácticas Agrícolas” y el desarrollo de tecnologías a fin de potenciar la productividad, sin considerar las externalidades de este modelo: venenos que invaden suelo, aire, agua y nuestros cuerpos; el deterioro del ambiente y la concentración de la tierra que sigue generando desarraigo y descampesinización. 

De manera similar grupos CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) junto a Bayer/Monsanto convocan con el proyecto “Así son los suelos de mi país” a escuelas primarias y secundarias a trabajar en torno a la sostenibilidad de los suelos sin considerar tampoco una reflexión o crítica sobre la contaminación, erosión y pérdida de fertilidad que generan la agricultura de insumos (basada en agrotóxicos y fertilizantes de síntesis química).

Las distintas actividades por la cuales ingresan las empresas a las aulas se encuentran avaladas por los organismos estatales. Es por todo lo expuesto, que solicitamos a los gremios docentes que se pronuncien a favor de los derechos de los y las estudiantes y trabajadores/as de la educación afectada gravemente por el agronegocio y nos acompañen en esta denuncia y pedido de firmas para que no se permita la intromisión de las empresas en las aulas.

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Teletrabajo y Escuela en el siglo XXI: ¿revolución tecnológica o cambio en la organización del trabajo?

Por:  Jesús Zogbe y  Magali Paz


Introducción:

Muchas y calificadas encuestas, como diálogos cotidianos, revelan el “malestar docente” a partir de la instrumentación del Teletrabajo: insomnio, stress, depresión, desconcierto, problemas físicos, entre otros. Al mismo tiempo, diversos “cantos de sirena” en los medios hegemónicos de comunicación edulcoranlas “ventajas”que, en su criterio, proporcionarían las nuevas tecnologías y la organización del trabajo en el hogar: estar más tiempo con la familia, progreso a la altura del Primer Mundo, etc.Todo ello produce en la docencia sentimientos y visiones contradictorias de la cuales, irremediablemente, somos parte.

Desde este artículo, lejos estamos de querer representar los sentimientos de maestras y profesores ya que, sin dudas, muchos ensayos e investigaciones han realizadoobservaciones agudas y han aportado desde distintas dimensiones al problema. Si es la intención, incluso apoyándonos en algunos de dichos ensayos y en nuestra vivencia como docentes, formularnos preguntas con el objetivo de que éstas sean un punto de apoyo para interrogantes mas conducentes.

Cuando marzo fue atrapando a docentes y estudiantes en la red de Whats app, Gmail o Facebook, la secuencia fue de menos a más y nos llevó a un paisaje diferente, a un escenario distinto bajo el manto pendemico: aparecieron Zoom, Meet, programas y capacitaciones para la virtualidad. De tímidos y vacilantes (“lo importante es la comunicación y estar presentes”), lejos estábamos y estamos aun de comprender y dimensionar el proceso y su futuro desarrollo. Así, en este nuevopaisaje cambiante, se nos fueronapareciendo y desapareciendo instrumentaciones al modo de la visión que se tiene desde la ventanilla de un automóvil en movimiento, atrás fueron quedando las primeras vacilaciones, más atrás la presencialidad, para inmediatamente aparecer nuevos componentes del “paisaje virtual”. Lo que parecía episódico por la pandemia comenzó a tener características de permanencia. Lo que comprendíamos como un “aprendizaje digital” puntual adquirido, era reemplazando por un nuevo programa o dispositivo. Los programas computacionales se ajustaron, surgieron las famosas “planillas de seguimiento”, semblanzas, y nuevos plazos para el trabajo docente y del estudiante. Sutilmente, vimos deslizarse un control mayor de nuestro tiempo de trabajo y sobre nuestros alumnos. En este punto, nos comenzamos a encontrar con instrucciones de directivos a primera hora de cada mañana y a última hora nocturnal, edulcorada con un “Buenas noches” en medio de algún que otro whatsapp de estudiantes o llamados de padre y/o madres. Al mismo tiempo, muchas madrugadas, para los docentes, se vieron invadidas por todo tipo de dudas o deincertidumbres e insomnio. Por ello, si de algo no tenemos dudas, esque el cambio es cualitativo y que afecta no solo nuestra organización del trabajo sino al conjunto de nuestras vidas tanto en lo objetivo como en lo subjetivo. Y es que al decir del Hamlet:“The time isout of joint”(“el tiempo está fuera de quicio”).

El vinculo entre educación y la formación económico-social contemporánea

Latransformación educativa es parte de una estrategia que, de alguna manera, es consecuencia de la crisis de Estado de Bienestar, y a su vez, converge con estrategias empresariales hacia los docentes y, mediante ello, al conjunto de la población, en particular a la juvenil.Por estas razones, nos apoyamos en la consideración de que toda esta transformación tiene un marcado carácter de clase social y que desde este punto de vista el teletrabajo no tiene un carácter neutro, pues  ha venido para quedarse y formar parte de un nuevo “dispositivo de dominio” y de mayor explotación del trabajo. Veamos…

Hacia mediados de los años‘70, el modelo keynesiano- fordista se agotó. Atrapado por la creación de supropio monstruo y las luchas obreras (de las cuales en Argentina, el Cordobazo fue un reflejo), el capital huye intentando superar su crisis y disparando en procesos concurrentes. Aquello que dio en llamarse la “Globalización del Capital” implico, básicamente: 1- La primacía del capital financiero, 2- El endeudamiento, que en términos corrientes se tradujo en fabulosas deudas externas de los Estados y en las tarjetas de créditos a los asalariados del mundo,3-En los cambios del “Paradigma de Trabajo”, donde se destacó el“Paradigma Toyotista”; 4- En las Reformas del Estado y la modificación de los roles que ésteasumirá en adelante.Por cierto, endeudamiento y toyotismoinvolucran a la Revolución Tecnológica, es decir, y siguiendo la lógica de Holloway (1988), el capital huye hacia adelante,en general, con endeudamiento y, en particular, con métodos de trabajo que colocan a la Revolución Tecnológica y a la nueva Organización del Trabajo en el centro, pararomper su “dependencia maldita” del trabajo y de la lucha de los trabajadores.

Asimismo, y en reflexiones más actuales, el autor irlandés entiende que estamos frente a una crisis financiera cuya base es una “crisis del trabajo”, es decir, “de la abstracción y explotación de la actividad humana: la acumulación exige una subordinación cada vez mayor de la actividad humana al trabajo abstracto, pero el capital no la logra imponer” (Holloway, 2020).Esto significa que dicha reestructuración no es automática ya que implica una fuerte lucha para reordenar el proceso de producción y el conjunto de las relaciones sociales. Y ello es así porque nosotras/os no queremos y/o no somos capaces de subordinar nuestra actividad suficientemente a la lógica del capital.[1] En sus palabras: “esta falta de subordinación no depende de la organización consciente, aunque sí la organización puede jugar un papel importante. Las expectativas que tenemos de la vida (lo que Marx llama el elemento moral del salario, lo que también se podría entender como civilización) también juegan un papel”. Por estas razones, Holloway observa la situación actual del capitalismo como un “impasse” entre el capital y la humanidad. “Este impasse se expresa en el carácter cada vez más ficticio de la acumulación capitalista. La mayoría de los análisis del llamado neoliberalismo lo ven más bien como triunfo del capital. La idea de un impasse enfatiza nuestra fuerza, a pesar de las apariencias, mientras que la idea del neoliberalismo tiende a presentarnos como víctimas” (Holloway, 2020).

Ahora bien, de modo desigual y en tiempos muchas veces más lentos, queremos señalar que la educación intenta acoplarse y servir a los procesos históricos-sociales que le son contemporáneos, respondiendo a las fases más o menos estables de la formación Económico-Social. Sin dudas, la escuela fue asumiendo características que la vinculan a los procesos económicos y socio- culturales de principios del siglo XX tales como la idea de Progreso, de Civilización,de educar en el disciplinamiento de los estudiantes, articulando estas ideas a las necesidades del mercado laboral del neoliberalismo, hasta llegar a la situación en las que nos encontramos de “educar en la virtualidad”. En esta dirección, podríamos establecer la siguientes fases de la educación en Argentina: desde la “pedagogía del sometimiento” con “requerimiento de obediencia”, pasando por la “pedagogía fundante” y normalizadora hasta llegar al pasaje desde una colonialidad industrial a la actual financiera con su “pedagogía de los resultados” o “pedagogía instrumental”, que ya no habla de la calidad de la educación sino en términos de “calidad de la producción” y la estandarización” (Balvidares, 2019). Sin embargo, lo importante a visualizar es¿hacia dónde va la educación con las nuevas disposiciones del teletrabajo como  “caballo de Troya”, combinado con otras modalidades?

En ese sentido, Oscar Martínezy Federico Vocos(2004) puntualizan acerca del Teletrabajo: “es el desempeño de una actividad laboral sin la presencia física del trabajador en la sede de la empresa durante una parte importante de su jornada laboral. Supone el uso frecuente de métodos de procesamiento electrónico de información (informática), y el uso permanente de algún medio de telecomunicación para el contacto entre el teletrabajador y la empresa. Es una forma multiforme y diversa de realizar el trabajo de modo no presencial en la empresa. Afecta la noción de puesto físico de trabajo e incluso la percepción acerca de qué es trabajo”. En términos conceptuales, y siguiendo a los autores, se puede decir que el teletrabajo (considerando al teletrabajo en línea de operadores telefónicos), “es la sumatoria del trabajo domiciliario y el régimen fabril. Por medio de las nuevas tecnologías de información (NTI), el capital logró superar los límites que le imponía la necesidad de que los trabajadores tengan que trabajar en un mismo lugar para alcanzar la “cooperación”como requisito básico para garantizar cualquier organización colectiva de trabajo”.  De esta forma, a partir del teletrabajo se logran unir las formas de producción más antiguas –propias de los orígenes del capitalismo–, y las formas más desarrolladas, plenamente capitalistas, en las cuales la producción está organizada desde el equipamiento, y la subordinación del trabajador al capitalista es “objetiva”, la forma de trabajo y los ritmos están impuestos por la maquinaria, por lo que se logra desarrollar el régimen de la “gran industria” por fuera de la unidad productiva. “Es una de las muestras más claras de lo que significa la ofensiva del capital: combina todo aquello que le sea útil, y no utiliza las nuevas tecnologías informatizadas como herramienta de alivio y mejora en las condiciones de trabajo, sino como instrumento para oprimir y explotar aún más a los trabajadores (Martínez y Vocos, 2004: 7).

En relación a ello y a su alianza con los Estados, Naomi Klein (2020) señala lo siguiente, respecto de lo que da en llamar el New Deal de la pantalla: “Las primeras prioridades de lo que estamos tratando de hacer, dijo Schmidt(ex CEO de Google), se centran en telesalud, aprendizaje remoto y banda ancha… Necesitamos buscar soluciones que se puedan presentar ahora y acelerar la utilización de la tecnología para mejorar las cosas”. Justo un día antes, Cuomo (Gobernador de Nueva York), había anunciado una asociación similar con la Fundación Bill y Melinda Gates para desarrollar “un sistema educativo más inteligente”. Al llamar a Gates un “visionario”, Cuomo dijo que la pandemia ha creado “un momento en la historia en el que podemos incorporar y avanzar en las ideas [de Gates]… Todos estos edificios, todas estas aulas físicas, ¿para qué, con toda la tecnología que se tiene?” preguntó, aparentemente de modo retórico.De acuerdo a la autora, está comenzando a surgir algo parecido a una doctrina del shock pandémico que ella lo llama “screen New Deal” (el New Deal de la pantalla), y representa un acuerdo entre las mega-empresas de la tecnología y los Estados nacionales. En ese sentido,los acuerdos del Ministerio de Educación de la Nación con Open Society en Diciembre del 2019, la velocidad con que aparecen las capacitaciones en distintos sindicatos, entre otras situaciones, acaso ¿no avalarían dicha percepción? Y nos llevan a preguntarnos: ¿Qué relaciones podríamos establecer frente a esta ofensiva “maquinal”, frente al teletrabajo-telestudio en que estamos inmersos?; ¿es posible que docentes y estudiantes estemos transitando la pérdida de un “saber hacer” tal cual lo conocíamos?

La docencia en tiempos de COVID 19 (apuntes “casi” etnográficos)

Lo primero que se vivió en las escuelas apenas se decreto la cuarentena obligatoria y la suspensión de clases, fue la urgencia por utilizar herramientas digitales, y lo que sé evidencio muy rápidamente, fueron las diferencias (carencias), que teníamos los docentes, directivos y estudiantes a la hora de implementar herramientas de este tipo. Dichas carencias estuvieron asociadas a la falta de equipamiento (esto estuvo muy marcado, especialmente en las escuelas públicas, donde les estudiantes solo cuentan con un teléfono, y no en todos los casos), pero los profes también, en muchas circunstancias se vieron complicados porque algunos tienen computadoras obsoletas, igual los directivos. Por todo ello, lo que ocurrió en esos primeros meses fue la improvisación, dar clases con lo que había a mano, con lo que se podía, si se podía. Sin dudas, fue un “golpe fuerte” trasladar el ámbito laboral dentro de los hogares, situación que generó una serie de dificultades importantes, trastocando de suyo el sentido de nuestra tarea docente. En alguna medida, el hecho de vivir en una sociedad desigual, se nos hizo “carne” en la inequidad que se expresaba en las herramientas con las que contamos para poder trabajar (en el caso de los docentes) y para acceder a la educación (en el caso de los estudiantes).[2] Estas diferencias se agudizan y quedan a la vista, irremediablemente, entre los estudiantes de escuelas públicas y aquellos de escuelas privadas. La otra cuestión que debemos remarcar como “problemática” es la conectividad, que si bien llama la atención que debamos preocuparnos por ello en estos tiempos, la realidad es que aun en esta situación de necesidad urgente y generalizada, no existe una forma más difundida de imponerle a las empresas prestadoras del servicio de Internet la gratuidad para los sectores más vulnerables de la provincia.

Ahora bien, como docentes, el punto de mayor controversia y elucubraciones que se profundizaron en este contexto, tuvieron (y tienen) que ver con la didáctica. En pocas palabras, de una didáctica de la presencialidad, de hábitos, de rutinas,malas o buenas, más o menos eficaces, pero que respondían a la forma de trabajar que conocíamos, que existía, hubo que pasar de a la virtualidad, a la “escuela remota”, sin opción, tuvimos que adaptarnos a “los nuevos tiempos”. Da la impresión de que muchos de nosotros, en un comienzo, tuvimos intención de replicar lo que hacíamos en la presencialidad a través de medios virtuales, sin advertir del todo que una educación a distancia tiene otras características, otras especificidades. Sin embargo, no estábamos preparados, ni entrenados para dar una buena respuesta a esta forma de trabajar y por ello surgieron dificultades, cuestionamientos, miedos que, con el paso de los meses se intentaron (intentan) mejorar. Los docentes hemos ido ajustando las propuestas al formato virtual, y se puede decir que, en ese camino aun estamos…

En ese marco, una cuestión que generó mucho ruido fue lo que vino en el segundo momento de “la escuela remota”, cuando se evidenciaba que no volveríamos a las aulas ni aun después de las vacaciones de julio,y es la denominada “evaluación formativa”, acompañada del corrimiento o “desaparición” de la evaluación numérica para calificar las actividades de los estudiantes. La “evaluación formativa” generó muchísimas resistencias al interior del cuerpo docente, y la pregunta que corresponde hacernos es ¿por qué? A nuestro criterio, debido a que está muy instalado en los hábitos de la práctica docente el hecho de medir el aprendizaje en números y ello, sin dudas, se vincula con una visión meritocràtica de la educación, tanto a nivel grupal como individual: cada estudiante alcanza o no la acreditación de sus saberes según determinado número que obtiene en su calificación de las tareas realizadas. Y en relación a ello, los tiempos están segmentados de manera muy precisa, y el estudiante que no llega en determinado tiempo a desarrollar una actividad, o un aprendizaje, tiene que recuperar o repetir el año. El punto es que ese sistema de evaluación está tan instalado, es una práctica arraigada de tantos años, que cuando se plantea la oportunidad de que el estudiante puede revisar un contenido hasta aprenderlo, los esquemas habituales estallan por los aires. Así las cosas, algunos docentes planteaban: “yo les voy a poner nota, pero cuando tenga que dar una devolución les voy a decir la escala que están proponiendo desde la dirección; así un 8 va a equivaler a suficiente, y un 4 a insuficiente,por ejemplo”.En alguna medida, esto refleja lo mucho que nos cuesta pensar la forma de calificar los aprendizajes sino es con la escala numérica, y con una concepción meritocrática de la educación. Cambiar este sistema solo resultará posible si revisamos un conjunto de elementos de la enseñanza y el aprendizaje, y no solo la cuestión numérica, tan avalada en las escuelas.

De todas maneras, la pregunta urgente que resuena entre los docentes, en la actualidad, es: ¿Reemplazará el teletrabajo a la “vieja Escuela” y sus métodos?Lo más posible es que el “retorno”, por el momento, venga re-cargado en bimodalidad, es decir, una combinación de presencialidad y teletrabajo. Es probable que un sector de estudiantes y cursos permanezcan en situación de presencialidad y a otros debamos dictarles clases virtuales. Ello implicara, seguramente, una carga adicional a nuestro trabajo, sin modificaciones sustanciales en nuestro salario, tal como viene sucediendo.

Hacia una mayor democratización en nuestras comunidades educativas

Llegado el momento de apuntar algunas conclusiones no podemos dejar de afirmar que transitamos la Educación en un nuevo contexto y toda la ofensiva del capital que presenciamos intenta articularse a la Globalización del mercado financiero, las de cadenas de valor internacionalizadas junto a la creciente primacía de métodos de trabajo toyotistas, teletrabajo que, para algunos autores, dan nacimiento a lo que denominan “precariado”.

Más allá de la pandemia, junto a ella (o con la pandemia de pretexto), es importante señalar que nuestra “vieja Escuela” ya no se corresponde con el contexto llamado de globalización o mundializacion, porque para el capitalismo la Escuela está des-sincronizada. Se evidencia que el capital necesita otros docentes y otros alumnos acorde a sus necesidades;recordemos las palabras del ex Ministro de Educación Esteban Bullrich: “necesitamos jóvenes que se eduquen en lo imprevisible”,vale decir,un joven que debe acostumbrarse a la precarización en todos los sentidos. Por estas razones, no debiera resultarnos sorprendente que los cambios en la organización del trabajo docente y en la pedagogía sucedan con rápida velocidad, siendo el teletrabajo la llave maestra para implementarlos.

En esta dirección, no es novedoso que los dispositivos generados en el teletrabajo pretenden transformarnos en simples“ejecutantes de tareas”, o eufemísticamente, “facilitadores a merced” de… Junto a ello, existe toda una tendencia a reemplazar el vínculo social directo por lo impersonal de los dispositivos digitales que, en conjunto con el aislamiento del proceso de aprendizaje, de apropiación del conocimiento y la tendencia a la estandarización del mismo, derivan en un mayor aislamiento que quiebra la socialización y la organización, tornándonos individuos más vulnerables a las “ordenes” del Ministerio, Inspecciones, Direcciones, y donde nosotros mismos, como docentes, nos convertimos en victimas y ejecutantes hacia los estudiantes individuales (y también aislados).

Algo que nos inquieta en torno a lo que venimos reflexionando es si la “vieja Escuela” brindaba contención a los estudiantes y docentes, satisfacciones profesionales y de aprendizaje significativo, respectivamente. Es decir, ¿podemos defender la “vieja Escuela”, la de antes de la cuarentena? Creemos que era necesario modificar, reformular, varios elementos de la educación pre- COVID 19 y sin embargo, el punto oscuro del asunto es que nos están imponiendo esos cambios sin que ni docentes, ni estudiantes ni la comunidad de las escuelas, tome decisiones en torno a dicha trasmutación. En otras palabras: se nos está proponiendo una educación diferente en los hechos, pero sin cuestionar las relaciones socio-educativas que necesitan una modificación; no pasando a ser directamente digitales, conectivas, estandarizadas, algorítmicas y ¡de aislamiento! Sin dudas, con mayor vigilancia y control sobre los trabajadores de la educación y sin aprendizajes teóricos- prácticos- afectivos reales para nuestros estudiantes.

Tanto en la cuestión didáctica como en la de la evaluación, creemos que lo que puso en evidencia con mucha fuerza durante todo este tiempo es la contradicción existente entre las decisiones ministeriales y de la inspección, frente al trabajo que se lleva a cabo diariamente en las escuelas. Y esto refleja un problema del sistema educativo provincial (para no hablar de realidades que no conocemos bien), que es el de la verticalidad. Es decir, las decisiones en general se toman de arriba hacia abajo, y en consecuencia, muchos de los saberes que surgen de las practicas docentes son ninguneados, dejados a un lado, en esa toma de decisiones. A su vez, observamos un reforzamiento de dicha verticalidad por los dispositivos del teletrabajo, concentrados en frases del tipo: “solo los administradores pueden enviar mensajes”o “solo los administradores pueden editar archivos”, con lo cual se refuerza también la verticalidad en el vinculo Docente- Alumnos.

Finalmente, las dificultades que genera la verticalidad en el sistema educativo han llevado a que transitemos las escuelas secundarias en un permanente andar, y un fijar el camino “paso a paso”. A nuestro modo ver, este conjunto de contradicciones e incertidumbres que tanto malestar generan entre los trabajadores de la educación, máxime en los tiempos inéditos que atravesamos, deberían ser el punta pie parta construir /implementar mecanismos de participación tanto de docentes como de estudiantes (y las comunidades donde se hallan las escuelas), en las tomas de decisiones, y en la dirección que asumen las políticas educativas, paragenerar una cultura democrática mucho más fuerte que la que existe hasta el momento. Esto significa, dejar de hablar de la escuela democrática como objetivo, como proyecto, y comenzar a pensarla como situación presente. Ahora bien, conviene hacerse aquí la pregunta del cierre: ¿podremos a través de la crítica realizar la reforma de la escuela actual?

Referencias:

Balvidares, Dario (2019). La educación en la era corporativa. Buenos Aires: Ediciones Herramienta

Holloway, John (2020). “Es un momento privilegiado de terror y esperanza que hay que pensar”, en Comunizar. Disponible en: http://comunizar.com.ar/john-holloway-estamos-momento-privilegiado-terror-esperanza-pensar/

———————- (1988). La Rosa Roja de Nissan. Buenos Aires: Cuadernos del Sur Nº 6.

Klein, Naomi (2020). “Distopía de alta tecnología: la receta que se gesta en Nueva York para el post-coronavirus”, en Lavaca. Disponible en: https://www.lavaca.org/notas/la-distopia-de-alta-tecnologia-post-coronavirus/

Martínez, Oscar y Vocos, Federico (2004). “Nuevas estrategias empresarias y movimiento obrero. El caso del teletrabajo”, ponencia presentada en el 7º Congreso de Nacional de Estudios del Trabajo, Disponible en: https://www.aset.org.ar/congresos/7congreso.htm


[1]A propósito de la “subordinación al capital”, no podemos dejar de mencionar que el conjunto del empresariado nacional protestó, objetando ante el Gobierno de Alberto Fernández,  contra la  primer normativa que surgió del Congreso para regular el tele-trabajo: nuestra burguesía no quiere

regulación de ningún tipo, no quiere reversibilidad, en cambio, si quiere control absoluto del tiempo real de los trabajadores a partir del mayor disciplina miento que esta “nueva modalidad” supone. Véase: https://www.infobae.com/opinion/2020/08/15/teletrabajo-una-ley-innecesaria/.

[2] Agradecemos al profesor en Filosofía Noé Bondonequien compartió con nosotros algunas de las reflexiones que aquí se expresan, y con generosidad autorizo a que las hagamos públicas.

Fuente e magen:  contrahegemoniaweb.com.ar

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