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Brasil: Lula, el agronegocio y los sin tierra

    Lula, el agronegocio y los sin tierra

Tyler Antonio Lynch

Lula ha apostado a las concesiones a las élites del agronegocio como elemento necesario para avanzar en su proyecto redistributivo. Sin embargo, esas mismas élites pueden poner un freno a todo su programa.

En septiembre de 2023, Brasil, el mayor exportador neto de productos agrícolas del mundo, anunció la mayor cosecha de cereales de su historia. Los agricultores produjeron la asombrosa cifra de 322 millones de toneladas de maíz, soja y trigo, según el jefe de estadísticas agrícolas del gobierno, 50,1 millones más que el año anterior. Durante el primer año de Luiz Inácio Lula da Silva como Presidente, el enorme sector agroindustrial brasileño nunca había sido tan productivo.

Pero las cosechas récord no han hecho que Lula o su Partido de los Trabajadores (PT) se sientan cómodos con el sector. Este oponiéndose ferozmente a los mandatos medioambientales y sociales de Lula, desde la conservación de la Amazonia hasta la redistribución de la tierra. Con un Congreso dominado por partidos de derecha aliados incondicionalmente al agronegocio, apaciguar a los agricultores a gran escala en función de alcanzar objetivos sociales más amplios sigue siendo uno de los principales retos de Lula. Su programa redistributivo pende de un hilo.

La bancada ruralista

La condición de Brasil como uno de los países más desiguales del mundo se hace patente en su sector agrícola. El 3% de la población brasileña posee dos tercios de la tierra cultivable, mientras que el 50% de las explotaciones más pequeñas se concentran en solo el 2% de ese territorio. Mientras gigantes de la alimentación y la energía como Cargill y Raízen disfrutan de cosechas récord, la mitad de los brasileños del medio rural son pobres. Unos 4,8 millones de familias rurales carecen totalmente de tierras. No es de extrañar que la agroindustria siga siendo tan conservadora y se resista incluso a reformas moderadas de sus prácticas laborales y medioambientales.

La agroindustria disfrutó de su edad de oro bajo Jair Bolsonaro. Luego de que la extrema derecha brasileña derrocara al Partido de los Trabajadores en 2016, el sector dominó el Congreso, obtuvo subvenciones masivas, dictó directamente la política agrícola y reprimió violentamente cualquier tentativa de reforma. Al volver el PT al gobierno en 2022, Lula heredó un Estado que había sobrealimentado el poder de los agrocapitalistas a niveles inimaginables.

Ese poder sigue vigente hoy en día. Mientras Lula ocupa la presidencia, el lobby del agronegocio domina el Congreso. La llamada «bancada ruralista» cuenta con 374 de los 594 diputados y senadores del Congreso, y es firme opositora. Como señala André Singer en New Left Review, el agronegocio está ansioso por reinstaurar un gobierno de derecha dispuesto a atender a sus políticas preferidas: «más armas, menos impuestos a la agroindustria y retroceso sostenido de los derechos de los trabajadores, la protección del medio ambiente y la demarcación de los territorios indígenas».

La agricultura es una de las principales líneas de fractura de la presidencia de Lula. A su derecha, el poderoso grupo del agronegocio se opone a cualquier protección laboral o medioambiental que reduzca sus beneficios. A la izquierda de Lula, movimientos sociales como el Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST) pretenden presionar al gobierno para que actúe con mano dura con los grandes terratenientes y apruebe la reforma agraria. Lula, en un precario punto intermedio, ha procurado dialogar con los dos polos.

Ambos bandos siguen siendo clave para la visión socioeconómica de Lula: el agronegocio como pilar esencial de la economía brasileña, el MST como el mayor movimiento social de América Latina y viejo aliado del PT. El gobierno de Lula no ha satisfecho plenamente ni a los terratenientes ni a los sin tierra, al tiempo que ha ofrecido a ambos suficientes concesiones para evitar que rompan del todo con el PT. Este incómodo equilibrio de fuerzas ha enfriado la lucha a tres bandas entre el gobierno, la agroindustria y los trabajadores rurales hasta llevarla a un punto muerto para todos insatisfactorio.

Lula y el agronegocio

Desde el momento en que comenzó su campaña electoral en 2022, Lula reconoció la importancia de apaciguar los temores de la agroindustria ante un gobierno de izquierda. Quien pensara que trataría al agronegocio «de forma ideológica», aseguró Lula al sector, se equivocaba.

Hizo nombramientos políticos clave pensando en la agroindustria, eligiendo un vicepresidente, Geraldo Alckmin, con profundos vínculos con el sector. El Ministerio de Agricultura recayó en el exmagnate de la soja Carlos Fávaro, continuando una larga tradición de colocar a personas del sector a la cabeza de la política agraria. Lula también tardó en sustituir a los burócratas nombrados por Bolsonaro para el INCRA, la agencia estatal de reforma agraria, un hecho que desencadenaría la discordia con el MST a los pocos meses de su segundo gobierno.

Las concesiones aún mayores han llegado a través de enormes subsidios estatales. En junio de 2023 se lanzó el mayor plan de financiación agrícola de la historia de Brasil: 364 millones de reales, que superaron en casi un tercio los presupuestos de Bolsonaro. A estos fondos se sumaron tipos de interés muy favorables e incentivos para que los agricultores emplearan métodos de cultivo respetuosos con el medio ambiente. Para la agroindustria, el balance final siempre ha estado por encima de las diferencias ideológicas. «Saben que, desde el punto de vista económico, no tienen ningún problema con nosotros», declaró Lula a la prensa.

En el centro de estas políticas se encuentra la visión del PT de la «agricultura moderna»: una versión más ordenada del sistema agrícola industrial orientado a la exportación que ha dominado el Brasil rural durante décadas. Sin cambiar las estructuras fundamentales de la propiedad de la tierra y la producción de monocultivos, el PT pretende reformar las prácticas más regresivas del sector desde el punto de vista ecológico y social para convertir a Brasil en una superpotencia agrícola elegante y sostenible. Las prácticas recientemente toleradas por el gobierno de Bolsonaro —desde el trabajo forzado y la deforestación hasta el acaparamiento de tierras— son ahora pasivos para un sector agrícola estable.

Tal vez el mejor ejemplo de «agricultura moderna» sea la intención de Lula de convertir a Brasil en un exportador líder de biocombustibles. El gobierno pretende duplicar su producción de energía verde, principalmente a través del etanol de caña de azúcar, con el fin de recaudar 10.000 millones de dólares en bonos verdes en Wall Street. Este nuevo énfasis en la agricultura sostenible sigue los principios clásicos del lulismo: persigue el crecimiento dentro de los límites, así ganan todos. Si no se hacen reformas, Brasil deja de ser atractivo para el capital extranjero. «El agro sabe que si no se aprueba esta agenda», concluyó el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, «perderá el mercado internacional».

Al presionar en favor de la protección medioambiental y social como condiciones necesarias para la continuidad del crecimiento y el comercio, el gobierno de Lula intenta aprovechar las ventajas naturales del sector agrícola. De hecho, la agroindustria brasileña no es un monolito. El PT percibe una brecha creciente entre los agricultores más tradicionales, bolonaristas, agrupados en el corazón agrícola del centro de Brasil, y los defensores de una «agricultura consciente» más inclinada a la reforma, y está intentando ganarse a estos últimos. Aún está por ver si los llamamientos a una creciente prima mundial por la sostenibilidad pueden atraer a parte suficiente del agronegocio.

Los esfuerzos de Lula por restablecer las protecciones ecológicas y pro indígenas en la Amazonia post-Bolsonaro sugieren que será difícil lograr grandes victorias con la agroindustria. El agronegocio —especialmente la ganadería— es una de las principales causas de deforestación en la cuenca amazónica, y la «bancada ruralista» ha respaldado leyes que abren la región a la ganadería, la minería y el acaparamiento de tierras. Incluso las victorias de la agenda de sostenibilidad de Lula demuestran la dificultad de presionar al lobby agrícola. Aunque las leyes de «plazos» que restringen los derechos de los indígenas a la tierra acabaron siendo vetadas por el Tribunal Supremo, Lula no pudo evitar que se aprobaran en ambas cámaras del Congreso.

En última instancia, sin embargo, es poco probable que la agroindustria se arriesgue a una guerra abierta con el gobierno. El agronegocio necesita al Estado: las subvenciones, las exenciones fiscales, las infraestructuras y la diplomacia comercial son cruciales para que el sector funcione. Con los beneficios sobre la mesa, a la agroindustria no le cuesta mucho ignorar las diferencias ideológicas en nombre del pragmatismo político.

Para los agricultores más conservadores, la actitud dominante, en el mejor de los casos, es de control de daños. Aun así, mientras los precios mundiales de las materias primas se mantengan boyantes, Lula tiene una buena oportunidad de llevar a cabo una reforma gradual de las prácticas más destructivas de la agroindustria sin alienar por completo al sector. Puede que esta regulación nunca sea popular entre la clase política, pero las élites agrícolas podrían tolerarla si se produjera una mejora económica general.

Sin embargo, la tregua rural de Lula no solo se ve amenazada por los beneficiarios del paradigma agrícola vigente, sino también por aquellos a los que este ha desposeído.

El MST y Lula

El dilema de Lula se presenta a menudo como la gestión de un gobierno progresista limitado por los intereses de élites enquistadas, tanto en los bancos como en las empresas agrícolas. Sin embargo, el Presidente ha mostrado habilidad para esculpir un proyecto político que eleva a los trabajadores sin poner en peligro los altos mandos del capital. Al fomentar el crecimiento y poner pocas trabas a la acumulación de capital, el lulismo amortigua sectores clave como la agroindustria, dejando espacio político para medidas como la construcción de viviendas públicas y las transferencias de efectivo que benefician a millones de brasileños.

Así, la hostilidad pública entre Lula y el agronegocio oculta una afinidad más profunda. Lula nunca ha cuestionado seriamente las profundas jerarquías del sector agrícola brasileño. Más bien ha promovido el paradigma corporativo existente al tiempo que intentó utilizar sus beneficios para mejorar gradualmente la vida de las clases trabajadoras. Los terratenientes se han beneficiado sistemáticamente del enfoque win-win del lulismo. El PIB agrícola aumentó nada menos que un 75% durante los primeros mandatos de Lula, y las recientes concesiones demuestran su compromiso permanente de promover el crecimiento del sector.

Lula ha gestionado de forma impresionante un sector agrícola incondicionalmente derechista. Sin embargo, no es el gobierno ni la «bancada ruralista» quienes suponen una amenaza, sino una tercera fuerza. La actividad del MST en los últimos meses sugiere que cualquier «solución» a la desavenencia entre Lula y el agronegocio que ignore a los trabajadores sin tierra puede acabar construyéndose sobre arena. Aunque apaciguar al poderoso bloque agrario claramente es crucial para que Lula mantenga el poder, proteger el statu quo supone sus propios riesgos.

La larga relación del Movimiento de los Sin Tierra con el PT le ofrece puntos de apoyo únicos. El MST carece de poder para enfrentarse abiertamente al agronegocio, pero puede alterar la estabilidad rural, que sigue siendo la mayor fuente de legitimidad de Lula a ojos de la industria. Así pues, Lula se encuentra en un doble aprieto. Enfrentarse al agronegocio es políticamente suicida, mientras que descuidar al MST supone el riesgo de ocupaciones de tierras, bloqueos y reacciones populares que el gobierno no puede permitirse.

Para el MST, la elección de Lula creó unas expectativas que el gobierno apenas puede cumplir. A cuatro meses de iniciado el mandato, los movimientos de reforma agraria seguían lamentando la «falta de prioridad para la cuestión agraria». En marzo de 2023, el gobierno había instalado pocos sustitutos para los burócratas rurales de Bolsonaro, con nombramientos en organismos clave como el INCRA atascados en negociaciones interminables. Con más de dos tercios de las oficinas del INCRA dirigidas por aliados de Bolsonaro, meses después de que Lula asumiera la presidencia unas cien mil familias sin tierra languidecían en campamentos temporales con pocas posibilidades de solucionar su situación.

Molesto por la lentitud de la redistribución de la tierra, el MST lanzó en abril de 2023 una campaña nacional de protestas, bloqueos de carreteras y ocupaciones para presionar al Gobierno. Aunque las ocupaciones sacudieron a los terratenientes de todo Brasil, fue la decisión del MST de ocupar tierras propiedad de Embrapa, un centro de investigación estatal, lo que encendió las alarmas al gobierno. Un gobierno incapaz de impedir las invasiones de su propio territorio, advirtió la «bancada ruralista», era un lastre inaceptable para el agronegocio.

Deseoso de restaurar su credibilidad, Lula tomó medidas drásticas contra la ocupación, negándose a negociar hasta que el MST se retirara de la propiedad de Embrapa. Tras una serie de reuniones de emergencia del gabinete y tensas negociaciones, el MST puso fin a la acción a los pocos días de iniciada, reacio a perjudicar aún más a sus aliados políticos más cercanos.

Aunque desestabilizadores para todos los bandos, los acontecimientos de abril de 2023 no se saldaron con una ventaja clara para ninguno de ellos. El MST no está más cerca de conseguir reformas agrarias básicas, aunque ha obligado a Lula a prestar más atención al asentamiento de familias sin tierra y a apoyar financieramente los asentamientos existentes. Lula lanzó una ofensiva seductora dirigida al agronegocio, pero ni siquiera las subvenciones agrícolas récord han tranquilizado del todo al sector.

En cuanto a la «bancada ruralista», la debacle de Embrapa le dio el pretexto que necesitaba para lanzar una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) con el objetivo de criminalizar al MST y manchar a Lula por delegación. Una investigación abrumadoramente partidista —veintitrés de sus veintisiete miembros pertenecían al lobby agrario—, la CPI ha proporcionado abundante munición a los medios de comunicación opositores. Sin embargo, para octubre de 2023, la investigación se había agotado con escasos efectos tangibles. Lula se alió con los partidos centristas para frenar la investigación, y los líderes del MST celebraron la publicidad nacional que había proporcionado la CPI. «El gran perdedor fue el agronegocio», admitió el ponente principal de la Comisión.

Tyler Antonio Lynch. Magíster en Política y Estudios Internacionales por la Universidad de Cambridge. Escribe en Crooked Places en Substack.

Traducción: Natalia López

Fuente: https://jacobinlat.com/2024/08/lula-el-agronegocio-y-los-sin-tierra/

Fuente de la Información: https://rebelion.org/lula-el-agronegocio-y-los-sin-tierra/

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El futuro de nuestro mundo, por Noam Chomsky

Noam Chomsky (95) famoso disidente y padre de la lingüística moderna, considerado uno de los principales intelectuales del mundo, se está recuperando de un derrame cerebral que sufrió a los 94 años y ahora vive con su esposa en Brasil. Según un reportaje de Democracy Now del 2 julio 2024, realizado por Amy Goodman, el pasado mes de junio el presidente brasileño Lula visitó personalmente a Chomsky, le cogió de la mano y le dijo: «Usted es una de las personas más influyentes de mi vida», atestiguó personalmente Vijay Prashad, coautor con Noam Chomsky de The Withdrawal (The New Press).

En efecto, Noam Chomsky está considerado como uno de los intelectuales más influyentes del siglo XXI.

Una entrevista en vídeo con Chomsky realizada en la Universidad de Arizona antes de la apoplejía es extraordinariamente contemporánea y perspicaz, con un poderoso mensaje: What Does the Future Hold Q & A With Noam Chomsky (Preguntas y respuestas sobre el futuro, con Noam Chomsky), presentada por Lori Poloni-Staudinger, decana de la Facultad de Ciencias del Comportamiento y profesora de la Facultad de Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad de Arizona.

Chomsky se unió a la Escuela de Ciencias del Comportamiento en 2017, impartiendo el curso «Consecuencias del capitalismo.»

Este artículo es una sinopsis de algunas de las respuestas de Chomsky a preguntas, e incluye datos de apoyo de terceros en torno a sus afirmaciones sobre los dos mayores riesgos para la continuidad de la existencia de la humanidad.

¿Qué nos depara el futuro?

Pregunta: geopolítica, unipolar frente a multipolar

Chomsky: En primer lugar hay dos crisis que determinan si es siquiera apropiado considerar cómo será la geopolítica en el futuro: (1) la amenaza de una guerra nuclear y (2) la crisis climática.

«Si no se aborda la crisis climática en los próximos años, la sociedad humana estará esencialmente acabada. Todo lo demás es irrelevante si no se abordan estas dos crisis».

(Este párrafo no forma parte de la respuesta de Chomsky) En cuanto a la advertencia de Chomsky, varios indicadores clave de la crisis climática están parpadeando en rojo, no en verde. Por ejemplo, hace nueve años, 195 naciones acordaron en la conferencia de la ONU sobre el clima de París «15 tomar medidas para mitigar las emisiones de CO2 y mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5°C preindustriales. Sin embargo, tan solo nueve años después de ese acuerdo entre 195 países, según el Servicio de Cambio Climático Copérnico (C3S), las temperaturas globales superaron los 1,5 °C (2,7 °F) por encima de los niveles preindustriales por primera vez en la historia de la humanidad durante un periodo de 12 meses, de febrero de 2023 a enero de 2024, y ahora se acercan rápidamente a las zonas de peligro. Obviamente, las naciones del mundo no siguieron sus propios dictados, y si no son ellas, ¿quién lo hará?

La paleoclimatología tiene pruebas de lo que cabe esperar si no se hace frente a la «crisis climática», como la califica Chomsky (El siguiente párrafo tampoco forma parte de la respuesta de Chomsky): «Aunque el escenario actual de cambio climático provocado por el CO2 no tiene precedentes en la historia de la humanidad, en el registro geológico se dieron circunstancias similares que nos dan una idea de lo que cabe esperar en cuanto a la subida del nivel del mar, y el proceso que nos llevará hasta ahí. Hace unos 3,2 millones de años, durante el Plioceno, los niveles de CO2 eran de unas 400 ppm (427 ppm en la actualidad) y las temperaturas se situaban entre 2 y 3º C por encima de las temperaturas «preindustriales» de 1850-1880. Al mismo tiempo, los datos indirectos indican que el nivel global del mar era unos 16 metros (dentro de un rango de 12 a 20 metros) más alto que el actual.» (Fuente: The Sleeping Giant Awakens, Climate Adaptation Center, 21 de mayo de 2024)

Tal vez por eso el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) sugiere enérgicamente mantener las temperaturas idealmente por debajo de 1,5 °C y, desde luego, no por encima de los 2,0 °C preindustriales.

Chomsky sobre el poder mundial: Actualmente el centro del poder mundial, unipolar o multipolar, está muy de actualidad. Esta cuestión tiene raíces que se remontan al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos estableció un poder mundial abrumador. Pero ahora la guerra de Ucrania tiene al mundo muy dividido con la mayor parte del mundo fuera de la UE, EE.UU. y sus aliados pidiendo una solución diplomática. Sin embargo, la posición de Estados Unidos es que la guerra debe continuar para debilitar drásticamente a Rusia.

En consecuencia, Ucrania está dividiendo al mundo, y se manifiesta en el marco de lo unipolar frente a lo multipolar. Por ejemplo, la guerra ha hecho que la UE deje de ser independiente y pase a estar firmemente controlada por Estados Unidos. A su vez, la UE se encamina hacia el declive industrial debido a la ruptura de sus socios comerciales naturales. Por ejemplo, Rusia está llena de recursos naturales de los que carece la UE, lo que los economistas siempre se han referido como un «matrimonio divino», una relación comercial natural que ahora se ha roto.

(Nota a pie de página: la producción industrial de la UE ha bajado un 3,9% en los últimos 12 meses)

Y el embrollo ucraniano está cortando el acceso de la UE a los mercados de China. Por ejemplo, China ha sido un mercado enorme para los productos industriales alemanes. Mientras tanto, Estados Unidos insiste en un marco unipolar de orden mundial que quiere que no sólo la UE sino todo el mundo se incorpore a algo parecido al sistema de la OTAN. Bajo la presión de EE.UU., la OTAN ha ampliado su alcance a la región Indo-Pacífica, lo que significa que la OTAN está ahora obligada a participar en el conflicto de EE.UU. con China.

Mientras tanto, el resto del mundo intenta desarrollar un mundo multipolar con varios sectores de poder independientes. Los países BRICS -Brasil, Rusia, India, China, Indonesia, Sudáfrica- quieren una fuente de poder propia e independiente. Representan el 40% de la economía mundial, independientemente de las sanciones estadounidenses y del dólar estadounidense.

Se trata de conflictos en desarrollo sobre una cuestión candente y otra en desarrollo. Ucrania es la cuestión candente; la cuestión en desarrollo es el conflicto de Estados Unidos con China, que está desarrollando sus propios proyectos en Eurasia, África, Oriente Medio, Sudáfrica, Asia meridional y América Latina.

Estados Unidos está decidido a impedir el desarrollo económico de China en todo el mundo. La administración Biden ha «declarado prácticamente una especie de guerra a China» al exigir a los aliados occidentales que se nieguen a permitir que China siga llevando a cabo su desarrollo tecnológico.

Por ejemplo, EE.UU. insiste en que los demás no permitan a China el acceso a ninguna tecnología que contenga componentes estadounidenses. Esto incluye todo. Por ejemplo, los Países Bajos tienen una industria litográfica de talla mundial que produce piezas cruciales para los semiconductores de la moderna economía de alta tecnología. Ahora, Holanda debe determinar si va a seguir un rumbo independiente para vender a China, o no… lo mismo ocurre con Samsung, Corea del Sur y Japón.

El mundo se fragmenta a lo largo de esas líneas como marco para el futuro previsible.

Pregunta: ¿Irán ganando las multinacionales demasiado poder e influencia?

Chomsky sugiere observarlas ahora mismo… Las multinacionales con sede en Estados Unidos controlan aproximadamente la mitad de la riqueza mundial. Son primeras o segundas en todos los ámbitos, como la fabricación y el comercio minorista; nadie más se les acerca. Es un poder extraordinario. Basándonos en el PIB, Estados Unidos tiene el 20% del PIB mundial, pero si nos fijamos en las multinacionales estadounidenses es más bien el 50%. Las multinacionales tienen un poder extraordinario sobre la política nacional, tanto en Estados Unidos como en otros países capitalistas. Entonces, ¿cómo reaccionarán las multinacionales cuando se les diga que no pueden tratar con un mercado importante, como China?

¿Cómo evolucionará esto en los próximos años? La UE está entrando en un periodo de declive debido a la ruptura de relaciones en el comercio y los negocios comerciales con Oriente. Sin embargo, no es seguro que la UE siga subordinada a Estados Unidos y entre voluntariamente en declive, ¿o se unirá al resto del mundo y pasará a un mundo multipolar más complejo y se integrará con los países del Este? Esto aún está por determinarse. Por ejemplo, el presidente de Francia, Emmanuel Macron (2017-), ha sido vilipendiado y condenado por decir que después de que Rusia sea expulsada de Ucrania, se debe encontrar una manera de acomodar a Rusia dentro de un sistema internacional, en lo que constituye una grieta inicial en la relación entre EE. UU. y la UE.

Pregunta sobre la amenaza de guerra nuclear: Rusia suspendió el Tratado de Armas Nucleares START con EEUU. ¿Qué importancia tiene esto para la amenaza de guerra nuclear?

Chomsky: Es muy significativo. Es el último tratado de control de armas que queda, el nuevo Tratado START, Trump estuvo a punto de cancelarlo. El tratado caducaba en febrero, cuando Biden se hizo cargo a tiempo para prorrogarlo, cosa que hizo.

Tengan en cuenta que EE.UU. fue fundamental en la creación de un régimen que mitiga un poco la amenaza de una guerra nuclear, lo que significa «guerra terminal». Hablamos demasiado a la ligera de la guerra nuclear. No puede haber una guerra nuclear. Si la hay, estamos acabados. Por eso el Reloj del Juicio Final está a 90 segundos de la medianoche, lo más cerca que ha estado.

A partir de George W. Bush, los EE.UU. comenzaron a desmantelar el control de armas. Bush desmanteló el Tratado ABM, un tratado sobre misiles que formaba parte muy significativa del sistema de control de armas y que suponía una enorme amenaza para Rusia. Así, el desmantelamiento permitió a EE.UU. establecer instalaciones justo en la frontera de Rusia. Es una grave amenaza para Rusia. Y Rusia ha reaccionado.

La administración Trump se deshizo del Tratado INF, el tratado Reagan-Gorbachov de 1987 que puso fin a los misiles de corto alcance en Europa. Esos misiles vuelven a estar ahora en las fronteras de Rusia. Trump, para dejar claro que íbamos en serio, organizó lanzamientos de misiles inmediatamente después de romper el tratado.

Trump destruyó el Tratado de Cielos Abiertos que se originó con Eisenhower, declarando que cada parte debería compartir información sobre lo que la otra parte estaba haciendo para reducir la amenaza de malentendidos.

Sólo queda el nuevo Tratado START. Y Rusia lo suspendió. El START restringe el número de armas estratégicas de cada potencia. El tratado termina en 2026, pero Rusia lo ha suspendido de todos modos. Así que, en efecto, no hay restricciones acordadas al aumento de las armas nucleares.

Ambas partes ya tienen muchas más armas nucleares de las necesarias; un submarino nuclear Trident podría destruir un par de cientos de ciudades de todo el mundo. Y ambas partes conocen la ubicación de sus respectivos misiles nucleares terrestres. Así que, si hay una amenaza, serán atacados inmediatamente. Lo que significa que si hay una amenaza, «es mejor lanzarlos, usarlos o perderlos». Obviamente es una situación muy delicada, extraordinariamente arriesgada, porque un error podría amplificarse muy rápidamente.

El nuevo Tratado START que ha sido suspendido por Rusia sí restringía el enorme exceso de armas estratégicas. Por lo tanto, deberíamos estar negociando ahora mismo para ampliarlo, restablecerlo y reinstituir los tratados que Estados Unidos ha desmantelado, el Tratado INF, el Tratado Reagan-Gorbachov, el Tratado ABM, el Tratado de las Estrellas Abiertas, todos ellos deberían ser recuperados.

Pregunta: ¿Logrará la sociedad aunar la voluntad de cambio en pro de la equidad, la prosperidad y la sostenibilidad?

Chomsky: No hay respuesta. Depende de la población enfrentarse a los problemas y decir que no vamos a marchar hacia el precipicio y caer en él. Pero es exactamente lo que nuestros dirigentes nos dicen que hagamos. Fíjense en la crisis medioambiental. Se sabe que quizá tengamos tiempo suficiente para controlar el calentamiento del medio ambiente, la destrucción del hábitat, la destrucción de los océanos, todo lo que nos va a conducir a una catástrofe total. No es que todo el mundo vaya a morir de golpe, pero vamos a alcanzar puntos de inflexión irreversibles que se convertirán en un declive constante. Para saber lo grave que es, fíjense en determinadas zonas del mundo.

La región de Oriente Medio es una de las que más rápidamente se está calentando, a un ritmo dos veces superior al del resto del mundo. Según las proyecciones, el nivel del mar en el Mediterráneo aumentará unos 3 metros a finales de siglo si se mantienen las tendencias actuales.

Mirar en un mapa dónde vive la gente es indescriptible. En el sudeste asiático y partes de la India hay campesinos que intentan sobrevivir a temperaturas de hasta 50 grados y menos del 10% de la población tiene aire acondicionado. Esto provocará enormes migraciones desde zonas del mundo donde la vida se hará invivible.

Las empresas de combustibles fósiles son tan rentables que han decidido renunciar a cualquier esfuerzo sostenible en favor de dejar que los beneficios vayan lo más rápido y lejos posible. Están abriendo nuevos yacimientos de petróleo y gas que pueden producir otros 30-40 años, pero en ese momento todos estaremos acabados.

Tenemos el mismo problema con las armas nucleares que con el medio ambiente. Si no se abordan estas dos cuestiones, en un futuro no muy lejano, todo habrá acabado. Hace falta que la población «tenga la voluntad» de pararlo.

Pregunta: ¿Cómo podemos reunir esa voluntad?

Chomsky: Hablar con los vecinos, unirse a organizaciones comunitarias, unirse a grupos de activistas, presionar al Congreso, salir a la calle si es necesario. ¿Cómo han sucedido las cosas en el pasado? Por ejemplo, en los años sesenta, pequeños grupos de mujeres se unieron y formaron grupos de concienciación, y fue en 1975 (Sex Discrimination Act) cuando se concedió a las mujeres el derecho de igualdad en la legislación nacional estadounidense; antes de eso, seguíamos en la época de los padres fundadores, cuando las mujeres eran propiedad.
Fíjense en el movimiento por los Derechos Civiles. Volvamos a la década de 1950, cuando Rosa Parks se negó a moverse de su asiento en un autobús y un grupo organizado de activistas condujo al Boicot de Autobuses de Montgomery, gran cambio… en 1960 un par de estudiantes negros en Carolina del Norte decidieron sentarse en un mostrador de almuerzo segregado. Fueron arrestados de inmediato, y al día siguiente llegó otro grupo… más tarde se organizaron como SNCC, Student Nonviolent Coordinated Committee (Comité Coordinado Estudiantil No Violento). Los jóvenes del Norte comenzaron a unirse. A continuación empezaron a circular autobuses de la libertad hacia Alabama para convencer a los granjeros negros de que votaran. El movimiento siguió consolidándose, hasta que se consiguió las leyes de derechos civiles en Washington.

¿Qué está ocurriendo ahora mismo como ejemplo de lo que la gente puede hacer? La administración Biden aprobó la Ley de Reducción de la Inflación, IRA. Es sobre todo una ley sobre el cambio climático. La única manera de conseguir que los bancos y las empresas de combustibles fósiles dejen de destruir el mundo es sobornarlos. Ese es básicamente nuestro sistema. Pero el IRA no es el programa sustancial que Biden presentó. Está diluido. El original salió de la oficina de Bernie Sanders. En cuanto a los antecedentes de eso, los jóvenes, del Movimiento Sunrise, estaban activos y organizando y se sentaron en las oficinas del Congreso. AOC (la diputada Alexandra Ocasio Cortés) se unió a ellos. Un proyecto de ley salió de esto, pero la oposición republicana recortó el proyecto de ley original en casi un 100% Ellos son un partido negacionista. Quieren destruir el mundo en interés del beneficio privado. El proyecto de ley final del IRA no es ni de lejos suficiente.

Resumen: Chomsky ve un mundo agitado que trata de decidir si es unipolar o multipolar, con la guerra de Ucrania como catalizador del cambio. Mientras tanto, la UE se lleva la peor parte de su impacto. Mientras tanto, los tratados sobre armamento nuclear se han disuelto literalmente ante la tenue situación en las fronteras entre Rusia y la UE, con misiles recién armados apuntando al corazón de Rusia. Frente a este escenario potencialmente explosivo de Rusia contra Occidente, el sistema climático mundial está siendo atacado por las excesivas emisiones de combustibles fósiles que aumentan la temperatura global más allá de lo que 195 países acordaron como zona de peligro.

Chomsky ve un mundo de alto riesgo, nervioso por las armas nucleares, flanqueado por un deterioro sin paliativos de los ecosistemas que el calentamiento global hace desaparecer, a medida que las temperaturas globales baten nuevos récords. Chomsky hace un llamamiento a los individuos para que actúen y hagan todo lo necesario para cambiar la trayectoria del armamento nuclear y el cambio climático con el fin de salvar a la sociedad. Chomsky ofrece varios ejemplos de pequeños grupos de personas que actúan juntas y, con el tiempo, se convierten en protestas serias y, en última instancia, en legislación positiva.

Este artículo cubre los primeros 34 minutos de un vídeo de 52 minutos: Noam Chomsky: About the Future of Our World (Noam Chomsky: Sobre el futuro de nuestro mundo).

«Nunca dudes de que un pequeño grupo de personas comprometidas y conscientes puede cambiar el mundo. En realidad, es lo único que lo ha hecho». (Margaret Mead, antropóloga)

Traducido del inglés por David Meléndez Tormen

Fuente de la información e imagen:  https://www.pressenza.com

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La educación en Brasil está por debajo del nivel previo a la pandemia

Paulo Saldaña/Isabela Palhares
El Ideb (Índice de Desarrollo de la Educación Básica) de 2023, el principal indicador de la calidad de la educación básica, muestra un escenario de estancamiento del sistema educativo en Brasil.

Hubo un leve aumento en los índices de los primeros años de la enseñanza primaria y secundaria, y una leve caída en los últimos años.

Los niveles de aprendizaje de la educación básica brasileña avanzaron con respecto a 2021, pero están por debajo de los niveles previos a la pandemia de Covid.

Esto ocurre con las calificaciones en portugués y matemáticas en las tres etapas evaluadas: primeros años (5º año) y últimos años (9º año) de la enseñanza primaria y la secundaria.

El indicador se calcula a partir de dos componentes: la tasa de aprobación de las escuelas y los promedios de desempeño de los estudiantes en una evaluación de matemáticas y portugués.

El Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educativas, organismo vinculado al Ministerio de Educación, es el responsable del trabajo

https://www1.folha.uol.com.br/internacional/es/brasil/2024/08/la-educacion-en-brasil-esta-por-debajo-del-nivel-previo-a-la-pandemia.shtml

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Catástrofe climática en Brasil | El 5% de la población de Rio Grande do Sul tuvo que ser evacuada

Enchentes desalojaram uma a cada 20 pessoas no RS; 77.405 estão em abrigos

Matheus Alleoni e Hygino Vasconcellos

As enchentes no Rio Grande do Sul já desalojaram uma a cada 20 pessoas no estado, conforme dados da Defesa Civil estadual.

O que aconteceu

538.245 estão desalojadas no Rio Grande do Sul, segundo último balanço da Defesa Civil. Número corresponde a aproximadamente 5% da população do estado, que é de 10.882.965 conforme o último Censo do IBGE.

Os desalojados não necessariamente perderam suas casas, diferentemente dos desabrigados. O grupo é composto por pessoas que saíram de suas casas e, em muitos casos, estão na residência de parentes.

Número de desalojados deu salto e passou de 500 mil na noite de sábado (11). Antes, o total de pessoas nessas situações era de 339.925.

Quase 80 mil pessoas estão em abrigos. Em um deles, em Novo Hamburgo, uma grávida deu à luz. Já em outro, um filhote de porco está vivendo entre as pessoas.

No domingo (12), prefeitos pediram para moradores de áreas atingidas não retornassem para casa. O prefeito de Canoas (RS), Jairo Jorge (PSD) explicou que chuvas intensas podem provocar uma elevação de 5,5 metros no nível dos rios. O alerta também foi dado em outras regiões, como o Vale do Taquari. O prefeito Jonas Calvi (PSDB), de Encantado, disse que «há muita água para chegar». Já o prefeito de Lajeado, Marcelo Caumo (PP), ressalta que os moradores devem se manter nos abrigos.

Dos 497 municípios do RS, 450 foram afetados pelas enchentes causadas pelas fortes chuvas, conforme o último boletim.

Algumas cidades foram completamente alagadas. Eldorado do Sul, na região metropolitana de Porto Alegre, foi tomada pela água e virou um «cemitério de carros». O município tem cerca de 40 mil habitantes. Na terça-feira passada (7), quando começou a evacuação da cidade, municípios das redondezas ofereceram abrigo. Em Eldorado do Sul, mãe e filha conseguiram sair de uma região alagada após escreverem um pedido de socorro em batom.

Cidades planejam mudar de lugar. Os prefeitos de Muçum e Roca Sales, no Vale do Taquari, entendem que não adianta reconstruir prédios públicos e partes dos bairros residenciais no mesmo lugar de antes, como mostrou a Folha de S.Paulo. Em Roca Sales, 50% da cidade deve ser reconstruída em outro lugar, enquanto em Muçum são ao menos 30% das áreas.

Em Roca Sales, quatro integrantes de uma mesma família foram encontrados abraçados sob a terra. A casa em que estavam foi atingida por um deslizamento e ficou completamente soterrada. Um parente disse que eles eram «muito unidos».

Reconstrução das áreas afetadas deve levar pelo menos um ano. O alerta é da Federação Internacional da Cruz Vermelha (FICV).

Famílias buscaram refúgio no litoral do Rio Grande do Sul. Além dos alagamentos, moradores da região metropolitana de Porto Alegre passaram a enfrentar falta de água e luz. Muitos decidiram «migrar» para o litoral, que não foi tão atingido.

Número de mortos já supera total de óbitos por desastres de 1991 a 2022. No período, foram registrados 101 mortos. Agora, em menos de um mês, as chuvas já causaram 147 óbitos, segundo o boletim divulgado pela Defesa Civil às 18h desta segunda-feira (13).

Nível do Guaíba volta a subir. A elevação foi de 41 centímetros entre sábado (11) e a tarde desta segunda-feira (13). Às 15h15 de segunda-feira, o Guaíba marcava 5,01 metros. Projeção da Defesa Civil é de que água ultrapasse os 5,5 metros.

Resgates de laço, colchão inflável, barco e helicóptero

Muitos resgates de moradores ocorrem de barco. Porém, helicópteros também passaram a ser empregados – conforme o governo estadual são mais de 40 em uso atualmente. Antes, a retirada da população ocorria no improviso com o uso até de carrinho de mão, como ocorreu em Bento Gonçalves, na Serra gaúcha.

Amigos usam colchão inflável para resgatar 20 pessoas. Os amigos Maick Soares Moreira, 26, e Michel Chamberlain Ponciano, 36, fizeram os resgates na Ocupação Cobal, no Quarto Distrito, zona norte de Porto Alegre. Eles contam que não dormiram por causa dos salvamentos. «Quando a água chegou no peito, lembrei do colchão que estava guardado e a gente começou a usá-lo», conta Maick.

Cachorro foi resgatado após ser laçado. O animal estava em Canoas, na região metropolitana de Porto Alegre, e foi retirado da água por um policial militar. Segundo a Brigada Militar, o resgate aconteceu no último sábado (11). Em outro caso, um cachorro continua «nadando» no ar mesmo após ser retirado da água.

UOL

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Brasil: La huelga docente federal cierra la tercera semana con 47 IFEs paralizadas

Los profesores federales base de ANDES-SN cerraron la tercera semana de huelga con la adhesión de 47 Instituciones Federales de Enseñanza (IFEs). Ya hay 40 universidades federales, además de cinco institutos federales y dos cefets base del Sindicato Nacional con actividades paralizadas. Al menos otras cuatro universidades federales ya tienen fecha de deflagración de huelga definida para mayo.

Movilización
En la mañana de este viernes (3), el Comando Nacional de Huelga (CNG) del ANDES-SN celebró, junto con los CNG de Fasubra y Sinasefe, otro desayuno frente al Palacio do Alvorada. La actividad tuvo como objetivo llamar la atención del presidente Luiz Inácio Lula da Silva sobre la huelga de docentes, técnicos y técnicos de la educación federal.

Por la tarde, los y los docentes representantes de los comandos locales de huelga se reúnen en la sede del ANDES-SN para evaluar las actividades de la semana y definir las próximas acciones de la categoría.

Día Nacional de la Lucha
El próximo jueves (9), en todo el país docentes, técnicos, técnicos y estudiantes salen a las calles en un Día Nacional de Lucha en Defensa de Universidades, Institutos y Cefets. El CNG de ANDES-SN envió un comunicado solicitando a los Comandos Locales de Huelga y otras secciones sindicales del Sindicato Nacional que construyan, en los lugares de trabajo, acciones y actividades cobrando el fin de las intervenciones, la recomposición de los presupuestos y la paridad entre activos, activos y jubilados y jubilados.

https://www.andes.org.br/conteudos/noticia/greve-docente-federal-encerra-terceira-semana-com-47-iFEs-paralisadas1

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Las tareas pendientes con la educación comprometen el futuro de Brasil

Las tareas pendientes con la educación comprometen el futuro de Brasil

Fernando de la Cuadra

En el contexto actual, en el que se está debatiendo el presupuesto nacional (hecho que motivó una huelga de los y las docentes de Brasil), el autor analiza en este artículo el papel de la educación en la transformación social.


La crisis de la educación en Brasil, no es una crisis, es un proyecto.

Darcy Ribeiro

La educación en Brasil está pasando por una etapa de estagnación, sin que las nuevas autoridades asuman responsablemente dar un giro con respecto a la situación heredada de los dos gobiernos anteriores, de Michel Temer y Jair Bolsonaro. Como nos advierte Darcy Ribeiro, parece que históricamente la función de la educación en Brasil ha sido la de profundizar las diferencias entre una elite culta, letrada y hasta erudita y una gran masa de analfabetos destinados a cumplir el papel de fuerza de trabajo barata y dócil. Los avances realizados en el campo pedagógico –como los realizados por Paulo Freire a comienzos de los años sesenta– siempre tuvieron que enfrentarse con la férrea oposición de quienes rechazaban los avances civilizatorios que la educación podría representar para el país, alfabetizando y dando carta de ciudadanía a los grupos más pobres y excluidos de la población.

En ese sentido, Paulo Freire era considerado un subversivo, pues su discurso lúcido y movilizador estaba impregnado de un espíritu libertario y democrático. Así, como apuntaba acertadamente en una de sus memorables páginas de La educación como práctica de la libertad: “La salud para esta extraña democracia es el silencio del pueblo, su quietud. Es la sociedad cerrada, es la inmovilidad. De ahí que los defensores de este tipo de democracia postulen la necesidad de preservar al pueblo de lo que llaman ‘ideas exóticas’, en último análisis: todo lo que pueda contribuir a la presencia activa del pueblo en su proceso histórico”.

De esta manera, el proyecto de llevar adelante el método freiriano de educación de adultos[1], fue dramáticamente interrumpido por el golpe de Estado civil-militar-empresarial de 1964 y desde entonces el camino hacia la universalización de la educación en Brasil ha sido largo, tortuoso y descontinuado. Uno de los infaustos legados que dejó la dictadura fue la de concebir que una educación pública, gratuita, universal y de calidad es un proyecto grandioso para el cual el Estado no tiene condiciones de financiamiento.

Independiente de la capacidad de gestión de ciertos gobiernos por llevar adelante un plan que asegure una educación como un derecho fundamental para toda la población, lo que sugiere la experiencia brasileña es que, en la disputa entre un proyecto de sociedad más inclusivo, participativo y pluralista contra otro más elitista, excluyente y estratificado, esta última visión ha salido victoriosa hasta el momento. A la estructura de resabios coloniales en que funciona el país habría que sumarle un Congreso reaccionario que pone innumerables obstáculos a cualquier medida orientada a mejorar la calidad de vida de los sectores más carentes.

El gobierno Lula les prometió a los brasileños un periodo de bienestar y prosperidad, pero a las ilusiones y expectativas de los primeros meses le han seguido las indicaciones de que el Ejecutivo se encuentra más preocupado con la austeridad fiscal que con mejorar las condiciones concretas de vida de la mayoría de la población. Quienes se sienten desilusionados con los escuálidos avances de un gobierno que se autoproclamaba popular, pueden ser confundidos y cooptados por las falsas promesas del bolsonarismo y la extrema derecha. La disminución del presupuesto para salud y educación contrasta con los fondos destinados para la compra de armamentos y suministros para las Fuerzas Armadas[2]. Por su parte, los salarios de los profesores -en todos los niveles del sistema educacional- difieren escandalosamente con las exorbitantes remuneraciones que reciben los oficiales de las tres ramas y con los sueldos recibidos por miembros de poder judicial.

Un profesor universitario en la cúspide de su carrera y con dedicación exclusiva, recibe en media, tres veces menos que un teniente coronel del ejército o un juez federal, sin considerar los beneficios y ayudas suplementarias que aumentan aún más los ingresos de estas categorías.

Por eso mismo, profesores y servidores de universidades federales, centro de educación tecnológica e institutos federales se encuentran en este momento en huelga a través de todo el país, teniendo el aumento salarial como principal reivindicación. Ellos solicitan un reajuste del 22 por ciento dividido en tres años, con inicio en mayo de 2024. Dicha reposición salarial cubriría apenas las perdidas inflacionarias acumuladas por los dos gobiernos anteriores. Diferentemente, el gobierno sólo ofrece un 9 por ciento dividido en 2 años y a partir del 2025. Este movimiento también ha recibido la solidaridad de técnicos administrativos y estudiantes, que reivindican conjuntamente la construcción de una universidad pública gratuita, de calidad y valorizada.

El Sindicado Nacional de Docentes de las Instituciones de Enseñanza Superior (ANDES) sostiene que además de la recomposición salarial, existe una necesidad urgente de reestructurar la carrera docente, junto con mejorar las condiciones de trabajo y la dignidad de los profesores. Asimismo, demandan la realización de un importante volumen de inversiones públicas en las instituciones federales de educación, visto el alto grado de deterioro y abandono de la infraestructura y de los servicios resultante de la nefasta administración de los gobiernos precedentes.

De hecho, la situación de la educación superior en Brasil se ha resentido enormemente en los últimos 8 años, desde que fue destituida a través de un golpe blando la ex Presidenta Dilma Rousseff. Pero no solamente la educación superior sufre los rigores de los recortes presupuestarios iniciados en el gobierno Temer con las medidas del llamado “techo de gastos”.

El país ocupa actualmente un preocupante lugar en el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA)[3]. En matemáticas y ciencias menos de la mitad de los estudiantes de 15 años consiguió alcanzar un nivel mínimo de aprendizaje, siendo que Brasil ocupó la 65° y la 61° posición en esas materias, respectivamente. Específicamente, en matemáticas, un 73 por ciento de los estudiantes no alcanzaron el nivel básico considerado por la OCDE para garantizar que los jóvenes puedan ejercer plenamente su ciudadanía. Ello se expresa concretamente en que 7 de cada 10 de estos jóvenes con 15 años no saben resolver problemas básicos como convertir el valor de dos dólares para su equivalente en moneda nacional (Real) o calcular el porcentaje de ingredientes necesarios para preparar una comida.

Según los datos del Instituto Todos por la Educación, el analfabetismo funcional de personas entre los 15 y los 64 años es de aproximadamente un treinta por ciento, donde un tercio de los alumnos que llegan al quinto año de escolaridad apenas consiguen leer y un veinte por ciento de los jóvenes que concluyen la enseñanza fundamental (hasta noveno año) no dominan el uso de la lectura y la escritura.

La situación del Magisterio es deplorable, pues junto con toda la carga horaria extenuante, los profesores reciben salarios que les imposibilitan llevar una vida digna y muchos de ellos deben buscar otras fuentes de renta fuera de sus actividades docentes.

En suma, una situación catastrófica que el actual gobierno no ha tenido la voluntad de alterar, inventando excusas y refugiándose en el argumento de que el país no puede invertir más en políticas sociales debido a sus compromisos con la responsabilidad fiscal y el ajuste presupuestario. Queda por lo tanto el triste recuerdo del gobierno de João Goulart que, con mucho menos presupuesto se lanzó decididamente a terminar con el analfabetismo y de mejorar sustantivamente la calidad de educación brasileña, con Paulo Freire liderando ese proceso.

Si los tecnócratas de plantón no recapacitan y no recuperan el legado pedagógico y transformador del patrono de la educación brasileña, este país condenará a las futuras generaciones a seguir siendo explotadas y despreciadas por las elites cavernarias y, en esa medida, se condenará a sí mismo.


Notas

[1] Con este método Paulo Freire lograba alfabetizar a personas adultas en solamente 45 días, como quedó demostrado en algunas experiencias realizadas por Freire a comienzos de la década del sesenta en Pernambuco y Rio Grande do Norte, para luego ser replicadas a nivel nacional durante el gobierno de João Goulart, en el marco del Plan Nacional de Alfabetización iniciado en enero de 1964.

[2] Solamente en el caso de la Marina, el gobierno está invirtiendo 100 millones de euros en cuatro submarinos convencionales (propulsión diésel-eléctrica) y otros 100 millones de euros en un submarino nuclear.

[3] Pisa es el principal examen internacional en educación que mide cada tres años el desempeño de estudiantes entre 15 y 16 años de edad (final del ciclo básico). Se realiza por medio de un test computarizado que dura dos horas en la cual se mide el desempeño en lectura, matemáticas y ciencia. El último Pisa (2022) fue realizado en 81 países, entre miembros y socios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Fernando de la Cuadra es doctor en Ciencias Sociales, editor del blog Socialismo y Democracia y autor del libro De Dilma a Bolsonaro: itinerario de la tragedia sociopolítica brasileña (editorial RIL, 2021).

Fuente: https://fmdelacuadra.blogspot.com/2024/04/las-tareas-pendientes-con-la-educacion.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/las-tareas-pendientes-con-la-educacion-comprometen-el-futuro-de-brasil/

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