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Las tareas pendientes con la educación comprometen el futuro de Brasil

Las tareas pendientes con la educación comprometen el futuro de Brasil

Fernando de la Cuadra

En el contexto actual, en el que se está debatiendo el presupuesto nacional (hecho que motivó una huelga de los y las docentes de Brasil), el autor analiza en este artículo el papel de la educación en la transformación social.


La crisis de la educación en Brasil, no es una crisis, es un proyecto.

Darcy Ribeiro

La educación en Brasil está pasando por una etapa de estagnación, sin que las nuevas autoridades asuman responsablemente dar un giro con respecto a la situación heredada de los dos gobiernos anteriores, de Michel Temer y Jair Bolsonaro. Como nos advierte Darcy Ribeiro, parece que históricamente la función de la educación en Brasil ha sido la de profundizar las diferencias entre una elite culta, letrada y hasta erudita y una gran masa de analfabetos destinados a cumplir el papel de fuerza de trabajo barata y dócil. Los avances realizados en el campo pedagógico –como los realizados por Paulo Freire a comienzos de los años sesenta– siempre tuvieron que enfrentarse con la férrea oposición de quienes rechazaban los avances civilizatorios que la educación podría representar para el país, alfabetizando y dando carta de ciudadanía a los grupos más pobres y excluidos de la población.

En ese sentido, Paulo Freire era considerado un subversivo, pues su discurso lúcido y movilizador estaba impregnado de un espíritu libertario y democrático. Así, como apuntaba acertadamente en una de sus memorables páginas de La educación como práctica de la libertad: “La salud para esta extraña democracia es el silencio del pueblo, su quietud. Es la sociedad cerrada, es la inmovilidad. De ahí que los defensores de este tipo de democracia postulen la necesidad de preservar al pueblo de lo que llaman ‘ideas exóticas’, en último análisis: todo lo que pueda contribuir a la presencia activa del pueblo en su proceso histórico”.

De esta manera, el proyecto de llevar adelante el método freiriano de educación de adultos[1], fue dramáticamente interrumpido por el golpe de Estado civil-militar-empresarial de 1964 y desde entonces el camino hacia la universalización de la educación en Brasil ha sido largo, tortuoso y descontinuado. Uno de los infaustos legados que dejó la dictadura fue la de concebir que una educación pública, gratuita, universal y de calidad es un proyecto grandioso para el cual el Estado no tiene condiciones de financiamiento.

Independiente de la capacidad de gestión de ciertos gobiernos por llevar adelante un plan que asegure una educación como un derecho fundamental para toda la población, lo que sugiere la experiencia brasileña es que, en la disputa entre un proyecto de sociedad más inclusivo, participativo y pluralista contra otro más elitista, excluyente y estratificado, esta última visión ha salido victoriosa hasta el momento. A la estructura de resabios coloniales en que funciona el país habría que sumarle un Congreso reaccionario que pone innumerables obstáculos a cualquier medida orientada a mejorar la calidad de vida de los sectores más carentes.

El gobierno Lula les prometió a los brasileños un periodo de bienestar y prosperidad, pero a las ilusiones y expectativas de los primeros meses le han seguido las indicaciones de que el Ejecutivo se encuentra más preocupado con la austeridad fiscal que con mejorar las condiciones concretas de vida de la mayoría de la población. Quienes se sienten desilusionados con los escuálidos avances de un gobierno que se autoproclamaba popular, pueden ser confundidos y cooptados por las falsas promesas del bolsonarismo y la extrema derecha. La disminución del presupuesto para salud y educación contrasta con los fondos destinados para la compra de armamentos y suministros para las Fuerzas Armadas[2]. Por su parte, los salarios de los profesores -en todos los niveles del sistema educacional- difieren escandalosamente con las exorbitantes remuneraciones que reciben los oficiales de las tres ramas y con los sueldos recibidos por miembros de poder judicial.

Un profesor universitario en la cúspide de su carrera y con dedicación exclusiva, recibe en media, tres veces menos que un teniente coronel del ejército o un juez federal, sin considerar los beneficios y ayudas suplementarias que aumentan aún más los ingresos de estas categorías.

Por eso mismo, profesores y servidores de universidades federales, centro de educación tecnológica e institutos federales se encuentran en este momento en huelga a través de todo el país, teniendo el aumento salarial como principal reivindicación. Ellos solicitan un reajuste del 22 por ciento dividido en tres años, con inicio en mayo de 2024. Dicha reposición salarial cubriría apenas las perdidas inflacionarias acumuladas por los dos gobiernos anteriores. Diferentemente, el gobierno sólo ofrece un 9 por ciento dividido en 2 años y a partir del 2025. Este movimiento también ha recibido la solidaridad de técnicos administrativos y estudiantes, que reivindican conjuntamente la construcción de una universidad pública gratuita, de calidad y valorizada.

El Sindicado Nacional de Docentes de las Instituciones de Enseñanza Superior (ANDES) sostiene que además de la recomposición salarial, existe una necesidad urgente de reestructurar la carrera docente, junto con mejorar las condiciones de trabajo y la dignidad de los profesores. Asimismo, demandan la realización de un importante volumen de inversiones públicas en las instituciones federales de educación, visto el alto grado de deterioro y abandono de la infraestructura y de los servicios resultante de la nefasta administración de los gobiernos precedentes.

De hecho, la situación de la educación superior en Brasil se ha resentido enormemente en los últimos 8 años, desde que fue destituida a través de un golpe blando la ex Presidenta Dilma Rousseff. Pero no solamente la educación superior sufre los rigores de los recortes presupuestarios iniciados en el gobierno Temer con las medidas del llamado “techo de gastos”.

El país ocupa actualmente un preocupante lugar en el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA)[3]. En matemáticas y ciencias menos de la mitad de los estudiantes de 15 años consiguió alcanzar un nivel mínimo de aprendizaje, siendo que Brasil ocupó la 65° y la 61° posición en esas materias, respectivamente. Específicamente, en matemáticas, un 73 por ciento de los estudiantes no alcanzaron el nivel básico considerado por la OCDE para garantizar que los jóvenes puedan ejercer plenamente su ciudadanía. Ello se expresa concretamente en que 7 de cada 10 de estos jóvenes con 15 años no saben resolver problemas básicos como convertir el valor de dos dólares para su equivalente en moneda nacional (Real) o calcular el porcentaje de ingredientes necesarios para preparar una comida.

Según los datos del Instituto Todos por la Educación, el analfabetismo funcional de personas entre los 15 y los 64 años es de aproximadamente un treinta por ciento, donde un tercio de los alumnos que llegan al quinto año de escolaridad apenas consiguen leer y un veinte por ciento de los jóvenes que concluyen la enseñanza fundamental (hasta noveno año) no dominan el uso de la lectura y la escritura.

La situación del Magisterio es deplorable, pues junto con toda la carga horaria extenuante, los profesores reciben salarios que les imposibilitan llevar una vida digna y muchos de ellos deben buscar otras fuentes de renta fuera de sus actividades docentes.

En suma, una situación catastrófica que el actual gobierno no ha tenido la voluntad de alterar, inventando excusas y refugiándose en el argumento de que el país no puede invertir más en políticas sociales debido a sus compromisos con la responsabilidad fiscal y el ajuste presupuestario. Queda por lo tanto el triste recuerdo del gobierno de João Goulart que, con mucho menos presupuesto se lanzó decididamente a terminar con el analfabetismo y de mejorar sustantivamente la calidad de educación brasileña, con Paulo Freire liderando ese proceso.

Si los tecnócratas de plantón no recapacitan y no recuperan el legado pedagógico y transformador del patrono de la educación brasileña, este país condenará a las futuras generaciones a seguir siendo explotadas y despreciadas por las elites cavernarias y, en esa medida, se condenará a sí mismo.


Notas

[1] Con este método Paulo Freire lograba alfabetizar a personas adultas en solamente 45 días, como quedó demostrado en algunas experiencias realizadas por Freire a comienzos de la década del sesenta en Pernambuco y Rio Grande do Norte, para luego ser replicadas a nivel nacional durante el gobierno de João Goulart, en el marco del Plan Nacional de Alfabetización iniciado en enero de 1964.

[2] Solamente en el caso de la Marina, el gobierno está invirtiendo 100 millones de euros en cuatro submarinos convencionales (propulsión diésel-eléctrica) y otros 100 millones de euros en un submarino nuclear.

[3] Pisa es el principal examen internacional en educación que mide cada tres años el desempeño de estudiantes entre 15 y 16 años de edad (final del ciclo básico). Se realiza por medio de un test computarizado que dura dos horas en la cual se mide el desempeño en lectura, matemáticas y ciencia. El último Pisa (2022) fue realizado en 81 países, entre miembros y socios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Fernando de la Cuadra es doctor en Ciencias Sociales, editor del blog Socialismo y Democracia y autor del libro De Dilma a Bolsonaro: itinerario de la tragedia sociopolítica brasileña (editorial RIL, 2021).

Fuente: https://fmdelacuadra.blogspot.com/2024/04/las-tareas-pendientes-con-la-educacion.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/las-tareas-pendientes-con-la-educacion-comprometen-el-futuro-de-brasil/

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Las tareas pendientes con la educación comprometen el futuro de Brasil

Por: Fernando de la Cuadra

La crisis de la educación en Brasil, no es una crisis, es un proyecto./ Darcy Ribeiro

La educación en Brasil está pasando por una etapa de estagnación, sin que las nuevas autoridades asuman responsablemente dar un giro con respecto a la situación heredada de los dos gobiernos anteriores, de Michel Temer y Jair Bolsonaro. Como nos advierte Darcy Ribeiro, parece que históricamente la función de la educación en Brasil ha sido la de profundizar las diferencias entre una elite culta, letrada y hasta erudita y una gran masa de analfabetos destinados a cumplir el papel de fuerza de trabajo barata y dócil.

Los avances realizados en el campo pedagógico –como los realizados por Paulo Freire a comienzos de los años sesenta– siempre tuvieron que enfrentarse con la férrea oposición de quienes rechazaban los avances civilizatorios que la educación podría representar para el país, alfabetizando y dando carta de ciudadanía a los grupos más pobres y excluidos de la población.La educación pública sigue hundiéndose en Brasil y aumentan los jóvenes que no estudian ni trabajan | Radio Natagalá

En ese sentido, Paulo Freire era considerado un subversivo, pues su discurso lúcido y movilizador estaba impregnado de un espíritu libertario y democrático. Así, como apuntaba acertadamente en una de sus memorables páginas de La educación como práctica de la libertad: “La salud para esta extraña democracia es el silencio del pueblo, su quietud. Es la sociedad cerrada, es la inmovilidad. De ahí que los defensores de este tipo de democracia postulen la necesidad de preservar al pueblo de lo que llaman ‘ideas exóticas’, en último análisis: todo lo que pueda contribuir a la presencia activa del pueblo en su proceso histórico”.

De esta manera, el proyecto de llevar adelante el método freiriano de educación de adultos (1), fue dramáticamente interrumpido por el golpe de Estado civil-militar-empresarial de 1964 y desde entonces el camino hacia la universalización de la educación en Brasil ha sido largo, tortuoso y descontinuado. Uno de los infaustos legados que dejó la dictadura fue la de concebir que una educación pública, gratuita, universal y de calidad es un proyecto grandioso para el cual el Estado no tiene condiciones de financiamiento.

Educación de Jóvenes y adultos en Brasil, nuevas oportunidades - Vida PositivaIndependiente de la capacidad de gestión de ciertos gobiernos por llevar adelante un plan que asegure una educación como un derecho fundamental para toda la población, lo que sugiere la experiencia brasileña es que, en la disputa entre un proyecto de sociedad más inclusivo, participativo y pluralista contra otro más elitista, excluyente y estratificado, esta última visión ha salido victoriosa hasta el momento. A la estructura de resabios coloniales en que funciona el país habría que sumarle un Congreso reaccionario que pone innumerables obstáculos a cualquier medida orientada a mejorar la calidad de vida de los sectores más carentes.

El gobierno Lula les prometió a los brasileños un periodo de bienestar y prosperidad, pero a las ilusiones y expectativas de los primeros meses le han seguido las indicaciones de que el Ejecutivo se encuentra más preocupado con la austeridad fiscal que con mejorar las condiciones concretas de vida de la mayoría de la población. Quienes se sienten desilusionados con los escuálidos avances de un gobierno que se autoproclamaba popular, pueden ser confundidos y cooptados por las falsas promesas del bolsonarismo y la extrema derecha.

La disminución del presupuesto para salud y educación contrasta con los fondos destinados para la compra de armamentos y suministros para las Fuerzas Armadas (2). Por su parte, los salarios de los profesores -en todos los niveles del sistema educacional- difieren escandalosamente con las exorbitantes remuneraciones que reciben los oficiales de las tres ramas y con los sueldos recibidos por miembros de poder judicial.Brasil tiene nueva ley de cuotas universitarias - La Patriada Web

Un profesor universitario en la cúspide de su carrera y con dedicación exclusiva, recibe en media, tres veces menos que un teniente coronel del ejército o un juez federal, sin considerar los beneficios y ayudas suplementarias que aumentan aún más los ingresos de estas categorías.

Por eso mismo, profesores y servidores de universidades federales, centro de educación tecnológica e institutos federales se encuentran en este momento en huelga a través de todo el país, teniendo el aumento salarial como principal reivindicación. Ellos solicitan un reajuste del 22 por ciento dividido en tres años, con inicio en mayo de 2024.

Dicha reposición salarial cubriría apenas las perdidas inflacionarias acumuladas por los dos gobiernos anteriores. Diferentemente, el gobierno sólo ofrece un 9 por ciento dividido en 2 años y a partir del 2025. Este movimiento también ha recibido la solidaridad de técnicos administrativos y estudiantes, que reivindican conjuntamente la construcción de una universidad pública gratuita, de calidad y valorizada.

El Sindicado Nacional de Docentes de las Instituciones de Enseñanza Superior (ANDES) sostiene que además de la recomposición salarial, existe una necesidad urgente de reestructurar la carrera docente, junto con mejorar las condiciones de trabajo y la dignidad de los profesores. Asimismo, demandan la realización de un importante volumen de inversiones públicas en las instituciones federales de educación, visto el alto grado de deterioro y abandono de la infraestructura y de los servicios resultante de la nefasta administración de los gobiernos precedentes.

Brasil. El modelo de educación superior en disputa - Resumen LatinoamericanoDe hecho, la situación de la educación superior en Brasil se ha resentido enormemente en los últimos 8 años, desde que fue destituida a través de un golpe blanco la ex Presidenta Dilma Rousseff. Pero no solamente la educación superior sufre los rigores de los recortes presupuestarios iniciados en el gobierno Temer con las medidas del llamado “techo de gastos”.

El país ocupa actualmente un preocupante lugar en el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA (3)). En matemáticas y ciencias menos de la mitad de los estudiantes de 15 años consiguió alcanzar un nivel mínimo de aprendizaje, siendo que Brasil ocupó la 65° y la 61° posición en esas materias, respectivamente. Específicamente, en matemáticas, un 73 por ciento de los estudiantes no alcanzaron el nivel básico considerado por la OCDE para garantizar que los jóvenes puedan ejercer plenamente su ciudadanía.

Ello se expresa concretamente en que 7 de cada 10 de estos jóvenes con 15 años no saben resolver problemas básicos como convertir el valor de dos dólares para su equivalente en moneda nacional (Real) o calcular el porcentaje de ingredientes necesarios para preparar una comida.

Según los datos del Instituto Todos por la Educación, el analfabetismo funcional de personas entre los 15 y los 64 Geo - Conceição : ALFABETISMO FUNCIONALaños es de aproximadamente un treinta por ciento, donde un tercio de los alumnos que llegan al quito año de escolaridad apenas consiguen leer y un veinte por ciento de los jóvenes que concluyen la enseñanza fundamental (hasta noveno año) no dominan el uso de la lectura y la escritura.

La situación del Magisterio es deplorable, pues junto con toda la carga horaria extenuante, los profesores reciben salarios que les imposibilitan llevar una vida digna y muchos de ellos deben buscar otras fuentes de renta fuera de sus actividades docentes.

En suma, una situación catastrófica que el actual gobierno no ha tenido la voluntad de alterar, inventando excusas y refugiándose en el argumento de que el país no puede invertir más en políticas sociales debido a sus compromisos con la responsabilidad fiscal y el ajuste presupuestario. Queda por lo tanto el triste recuerdo del gobierno de João Paulo Freire: MÉTODO FREIRIANO DE ALFABETIZACIÓNGoulart que, con mucho menos presupuesto se lanzó decididamente a terminar con el analfabetismo y de mejorar sustantivamente la calidad de educación brasileña, con Paulo Freire liderando ese proceso.

Si los tecnócratas de plantón no recapacitan y no recuperan el legado pedagógico y transformador del patrono de la educación brasileña, este país condenará a las futuras generaciones a seguir siendo explotadas y despreciadas por las elites cavernarias y, en esa medida, se condenará a sí mismo.

Notas:

1.-Con este método Paulo Freire lograba alfabetizar a personas adultas en solamente 45 días, como quedó demostrado en algunas experiencias realizadas por Freire a comienzos de la década del sesenta en Pernambuco y Rio Grande do Norte, para luego ser replicadas a nivel nacional durante el gobierno de João Goulart, en el marco del Plan Nacional de Alfabetización iniciado en enero de 1964.

2.-  Solamente en el caso de la Marina, el gobierno está invirtiendo 100 millones de euros en cuatro submarinos convencionales (propulsión diésel-eléctrica) y otros 100 millones de euros en un submarino nuclear.

3.-Pisa es el principal examen internacional en educación que mide cada tres años el desempeño de estudiantes entre 15 y 16 años de edad (final del ciclo básico). Se realiza por medio de un test computarizado que dura dos horas en la cual se mide el desempeño en lectura, matemáticas y ciencia. El último Pisa (2022) fue realizado en 81 países, entre miembros y socios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

* Doctor en Ciencias Sociales. Editor del Blog Socialismo y Democracia. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

Fuente de la información e imagen:  https://estrategia.la

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Brasil: De dónde viene y cómo se estimula la inteligencia de los “niños genios”

De dónde viene y cómo se estimula la inteligencia de los “niños genios”

Seguro has conocido -en tu propia familia, en el barrio o en los programas de televisión- a niños que tienen habilidades extraordinarias y llamativas para su edad.

Algunos son excelentes en matemáticas, otros nacieron con una aptitud excepcional para tocar un instrumento musical.

También los hay que superan todas las expectativas en un deporte o dibujan cuadros con la habilidad de un maestro de las bellas artes.

Pero, ¿cuáles son los factores que influyen en la formación de un “pequeño genio”? ¿Es posible estimular la inteligencia -o al menos ciertas capacidades- desde una edad temprana?

Para encontrar respuestas a estas y otras preguntas, BBC News Brasil conversó con la doctora Magda Lahorgue Nunes, profesora de Neurología de la Pontificia Universidad Católica de Rio Grande do Sul (PUC-RS) e investigadora del Instituto del Cerebro (InsCer), en Porto Alegre.

La especialista, que también coordina el Departamento de Neurología de la Sociedad Brasileña de Pediatría, señala que el concepto de genio infantil ha sufrido una serie de transformaciones en los últimos años.

Hoy existen más formas de entender y evaluar la inteligencia en los primeros años de vida.

También advierte del riesgo de que ciertos dones y habilidades se conviertan en una carga, si se empieza a reconocer y exigir demasiado al niño por ellos.

Dónde nace la inteligencia

Nunes recuerda que, durante muchas décadas, el test de CI (cociente intelectual) fue la principal -si no la única- forma de medir la capacidad cognitiva de una persona.

Conviene decir aquí que el CI es un tipo de test que evalúa una serie de capacidades y que se aplica a cientos o miles de individuos de diferentes grupos de edad.

A partir de ahí, es posible definir un resultado medio para cada edad y destacar a aquellos que se desvían de la curva, es decir, que obtienen mejores o peores resultados en la prueba.

“Últimamente, hemos empezado a estudiar la genialidad en individuos que tienen capacidades creativas e innovadoras fuera de lo común”, afirma.

“El test de CI sigue siendo una de las herramientas, pero la definición de esa genialidad se ha hecho más amplia y algo más ambigua”.

Pero, ¿de dónde viene y cómo surge esta inteligencia fuera de lo común?

Según la neuropediatra, las pruebas científicas más recientes sugieren que hay una serie de factores que, en conjunto, explican estos casos.

“Evidentemente, tiene que haber alguna base genética, aunque todavía no hemos encontrado genes específicos relacionados con este tema”, señala.

“En segundo lugar, hay que tener en cuenta el entorno en el que se cría el niño, que repercute directamente en aspectos de su conducta y cognitivos”, añade el neuropediatra.

En términos prácticos, si el individuo recibe estímulos intelectuales adecuados desde una edad temprana, esto ayuda a estimular el cerebro y ciertas capacidades.

“Un entorno favorable no tiene por qué estar lleno de juguetes caros. Lo más importante es crecer en un hogar donde el niño reciba estímulos, cuidados y cariño”, afirma Nunes.

Un estudio de instituciones finlandesas, suecas, austriacas, españolas y alemanas publicado en 2022 intentó explicar los factores determinantes del rendimiento cognitivo avanzado en niños y adolescentes.

Los autores concluyeron que una combinación de actividades aporta beneficios en términos de inteligencia, especialmente cuando suponen un reto cognitivo.

“La lectura se asocia de manera favorable con el rendimiento cognitivo, independientemente de la edad, y debería promoverse”, subrayan.

Siguiendo con los factores externos, no podemos ignorar el impacto de una buena nutrición y de la actividad física. Los estudios sugieren que ambos influyen en el desarrollo cognitivo a cualquier edad.

Por último, también está el papel del refuerzo positivo. Los padres que notan cierta aptitud para la música o el fútbol en sus hijos, por ejemplo, tienden a darles instrumentos o balones y prestan más atención a cómo se desarrollan estas habilidades.

La plasticidad cerebral

Pero, ¿hay alguna zona del cerebro que esté sobredesarrollada en estos pequeños genios?

Nunes señala que, durante mucho tiempo, se creyó que una inteligencia superior a la media estaba relacionada con el nivel de maduración de una región de la materia gris llamada corteza prefrontal, situada cerca de la frente.

“Pero hoy en día, gracias a los estudios con resonancia magnética funcional y otras técnicas, sabemos que esta zona relacionada con la inteligencia es mucho más amplia”, explica.

“De hecho, no es un lugar específico. Lo más relevante aquí es la red de neuronas y cómo estas células se conectan e interactúan entre sí”, añade.

Uno de los estudios que detalla estos aspectos fue publicado en 2014 por expertos del Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje, en España, y de las universidades de California en Berkeley y Davis, en Estados Unidos.

“Las mejoras en las funciones cognitivas superiores desde la infancia hasta la edad adulta reflejan la integración de sistemas cerebrales complejos y ampliamente distribuidos”, escriben los científicos.

En otras palabras, la forma en que las neuronas -responsables de transmitir los impulsos nerviosos relacionados con el razonamiento y la memoria, entre otras funciones- “hablan” y crean conexiones fuertes parece ser decisiva en este caso.

De hecho, la formación de una red neuronal sólida desde la infancia es importante durante toda la vida, según los investigadores, e incluso puede retrasar la aparición de signos de demencia en la vejez.

Nunes añade que durante nuestros años de formación hay una valiosa ventana en la que los estímulos cognitivos tienen un impacto aún más profundo.

“Esta plasticidad cerebral está en su punto más activo hasta los tres años”, señala.

En este contexto, el término plasticidad se refiere precisamente a la capacidad de las células nerviosas para cambiar y establecer conexiones sólidas mediante el aprendizaje y los estímulos externos.

Nunes destaca el trabajo del economista estadounidense James Heckman que defienda la idea de que invertir en la primera infancia, en esos primeros años de vida, como la principal estrategia para formar ciudadanos con más habilidades y capacidades.

“Y esto tiene una base en la neurociencia, porque estamos hablando del periodo de mayor capacidad cerebral”, afirma.

“Así que si el individuo recibe este apoyo inicial, es más fácil que más adelante rinda mejor y tenga una mayor calidad de vida”.

Y para alguien que ya posee de forma natural una inteligencia fuera de lo común o una habilidad específica excepcional, estos estímulos pueden representar el salto necesario para alcanzar un cierto estatus de genio en un área concreta del conocimiento.

“Por otro lado, una persona puede incluso poseer una determinada habilidad, pero si crece en un entorno desfavorable, no la desarrollará”, observa Nunes.

Vale la pena considerar aquí que, aunque los tres primeros años de vida representan esta valiosa ventana, ejercitar el cerebro a cualquier edad es fundamental para mantener la memoria y el razonamiento agudos.

Evitar las exigencias

Nunes advierte que, dependiendo de cómo perciban los mayores la inteligencia fuera de serie de un niño, puede convertirse en una fuente de angustia para los más pequeños.

“Es bueno que los padres reconozcan las habilidades de sus hijos y las fomenten”, dice.

“Pero el niño no puede convertirse solo en esa habilidad. Podemos tener un genio de las matemáticas, pero sigue siendo un niño”.

Esto ocurre cuando al niño sólo se le reconoce su don y ya no puede hacer otra cosa o incluso se le disuade de explorar otras áreas de conocimiento.

“En ese momento, ya no es algo que el niño disfrute, que le haga feliz, sino que se convierte en una carga”, dice el neuropediatra.

“El papel de los padres aquí es encontrar un equilibrio y nunca poner demasiadas responsabilidades o expectativas en los niños”, concluye.

Fuente: André Biernath / bbc.com

 

Fuente de la Información: https://www.redem.org/de-donde-viene-y-como-se-estimula-la-inteligencia-de-los-ninos-genios/

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Brasil tiene más templos que escuelas y centros de salud

Los templos de sectas y religiones en Brasil duplican el número de instituciones educativas y de salud en todo el país, arroja el Censo de 2022 divulgados por Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

 

Los datos señalan que en el gigante latinoamericano hay 579.798 establecimientos religiosos, entre iglesias, templos, sinagogas y ‘terreiros’ (como se denomina a los sitios de oración de cultos afrobrasileños como el candomblé). El número es más del doble que las 264.445 instituciones educativas y de salud (264.445) identificadas por el IBGE en todo el país.

 

Eso supone que mientras existen 286 templos por cada 100.000 habitantes en el país, la proporción de centros educativos, entre guarderías, escuelas y universidades, cae a 130 por cada 100.000 habitantes. Ya la proporción de hospitales, clínicas y centros de urgencias baja hasta 122 por cada 100.000 habitantes.

Viviendas particulares y prisiones

 

Los datos son el resultado del primer mapeamiento de todas las coordenadas geográficas y los tipos de edificaciones que componen las 111 millones de domicilios en Brasil que fueron registradas durante la realización del Censo.

 

Según el estudio, la gran mayoría de los domicilios en Brasil corresponden a viviendas particulares, con 90,6 millones en todo el país. Le siguen los establecimientos comerciales y de otras finalidades como edificios culturales o públicos (11,7 millones), los agropecuarios (4 millones), los edificios en construcción (3,5 millones) y los domicilios colectivos -hoteles, prisiones, pensiones, residencias de ancianos- (104.500).

Fuente: https://alertas24.com/internacionales/brasil-tiene-mas-templos-que-escuelas-y-centros-de-salud/

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Educación, sociedad y pobreza: entre miradas y quimeras. Brasil

En este artículo el autor reflexiona sobre la estrecha relación entre sociedad, educación y pobreza, sosteniendo que favorecer el acceso a la escuela de la población sin recursos, sin intervenir en otras esferas, nunca será la solución a la pobreza.

 

En general, la expresión “lo social” tiene dos acepciones. En sentido amplio, significa la sociedad en su totalidad y se utiliza al comparar la sociedad con la naturaleza, la forma social de movimiento de la materia con la biología. En sentido estrecho, el término expresa la presencia de relaciones sociales entre las personas.

 

Las relaciones sociales son los vínculos de interacción de los individuos y grupos de individuos que persiguen determinados objetivos sociales en condiciones concretas de tiempo y espacio. En documentos gubernamentales, junto con el desarrollo cultural, político y económico de la sociedad, se habla del desarrollo social y de la política social. Se utilizan expresiones como “esfera social”, “justicia social”, “aspectos sociales”, etc.

 

Sin embargo, el desarrollo social y la política social, si bien se estimen primarios al nivel de las relaciones sociales y del sistema social, no pueden considerarse como “del mismo orden” que la economía, la política y la ideología. En este sentido, es necesario discutir la relación entre educación (escolaridad) y pobreza. Por ejemplo, es importante preguntarse lo siguiente: ¿hemos de ubicar la carencia de educación como una consecuencia de ser pobre? ¿El no educado será pobre mientras no se eduque? ¿Es acaso posible que no exista relación entre educación y pobreza?

 

En términos generales, se entiende por pobreza la falta de acceso o dominio de los requisitos básicos para mantener un nivel de vida aceptable. Ello significa que una persona es pobre si no tiene suficiente comida o si carece de acceso a una combinación de servicios básicos de educación, atención de salud, agua potable, sistemas de saneamiento adecuados y un lugar de residencia seguro. Tradicionalmente, los economistas utilizan el ingreso como medida representativa de la pobreza, porque brinda los medios para asegurar la atención debida a las demás necesidades básicas.

 

De este modo, la mayoría de las estrategias para combatir la pobreza debieran dedicar suma atención a la generación de ingresos como la principal solución del problema. No obstante, es notable cómo, en los últimos tiempos, la preocupación está en proporcionar compensaciones a quienes se ubica por debajo de la “línea de pobreza” mediante programas muy amplios de focalización de los “pobres”, a fin de entregarles algún tipo de ayuda compensatoria. Por otro lado, se considera la pobreza como un fenómeno que ocurre porque las personas no han adquirido las habilidades cognitivas básicas para ser exitosas en el mundo. Así que basta con educarlas, darles acceso a la escuela o proporcionales compensaciones educacionales, y por lo tanto se disminuirán al mínimo las posibilidades de recaer en la pobreza.

 

Esta perspectiva ha sido adoptada tanto por gobiernos de derecha como de izquierda, pero es una falacia. Como ya he subrayado al principio, el desarrollo social y la política social, si bien se estimen primarios al nivel de las relaciones sociales y del sistema social, no pueden considerarse como “del mismo orden” que la economía, la política y la ideología. No se puede ignorar, por ejemplo, que los contenidos curriculares (y también, muchas veces, la práctica docente) son diferentes según la clase social de los alumnos, lo cual reproduce la desigualdad, y más aún, la legitima, aún que no se lo quiera así.

 

Tal perspectiva hace de la igualdad de oportunidades el centro de la política educativa para superar la pobreza, pero tiene dificultades para explicar el por qué de la existencia de la desigualdad. Como se pregunta el investigador mexicano Miguel Bazdresch Parada, ¿por qué, si la política educativa trata de ofrecer “educación para todos”, persiste la desigualdad de oportunidades? La respuesta tiene que ver con la imposibilidad de ofrecer a desiguales sociales una oportunidad igual a la de otros grupos cuyo “capital cultural” es de entrada diferente y con perspectivas de futuro también diferente. Es la lógica operativa del sistema social.

 

La formación económico-social que mueve dicho sistema se caracteriza por la acción de algunas regularidades. Destaco dos: las regularidades estructurales relacionadas con el funcionamiento de los distintos aspectos de la actividad vital de la sociedad y las regularidades genéricas relacionadas con el desarrollo de la sociedad. Si la relación entre educación y pobreza no se concibe teniendo esto en cuenta, la tendencia es que los enfoques desarrollados al respecto se limiten a la superficialidad y las falacias.

 

Además, considerar la función de las regularidades en la reproducción de las estructuras del sistema es una condición indispensable para pensar en proyectos de cambio social. En este sentido, conviene recordar las palabras del “red doctor”, en El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte: los hombres, o mejor dicho, los seres humanos hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos.

 

Ivonaldo Leite es profesor en la Universidad Federal de Paraíba (Brasil).

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Educación, sociedad y pobreza: entre miradas y quimeras

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Brasil: Educación, sociedad y pobreza: entre miradas y quimeras

Educación, sociedad y pobreza: entre miradas y quimeras

Ivonaldo Leite

Fuentes: Rebelión [Imagen: Aula escolar en una aldea en Pará. Créditos: Germano Lüders/EXAME.com]

En este artículo el autor reflexiona sobre la estrecha relación entre sociedad, educación y pobreza, sosteniendo que favorecer el acceso a la escuela de la población sin recursos, sin intervenir en otras esferas, nunca será la solución a la pobreza.


En general, la expresión “lo social” tiene dos acepciones. En sentido amplio, significa la sociedad en su totalidad y se utiliza al comparar la sociedad con la naturaleza, la forma social de movimiento de la materia con la biología. En sentido estrecho, el término expresa la presencia de relaciones sociales entre las personas.

Las relaciones sociales son los vínculos de interacción de los individuos y grupos de individuos que persiguen determinados objetivos sociales en condiciones concretas de tiempo y espacio. En documentos gubernamentales, junto con el desarrollo cultural, político y económico de la sociedad, se habla del desarrollo social y de la política social. Se utilizan expresiones como “esfera social”, “justicia social”, “aspectos sociales”, etc.

Sin embargo, el desarrollo social y la política social, si bien se estimen primarios al nivel de las relaciones sociales y del sistema social, no pueden considerarse como “del mismo orden” que la economía, la política y la ideología. En este sentido, es necesario discutir la relación entre educación (escolaridad) y pobreza. Por ejemplo, es importante preguntarse lo siguiente: ¿hemos de ubicar la carencia de educación como una consecuencia de ser pobre? ¿El no educado será pobre mientras no se eduque? ¿Es acaso posible que no exista relación entre educación y pobreza?

En términos generales, se entiende por pobreza la falta de acceso o dominio de los requisitos básicos para mantener un nivel de vida aceptable. Ello significa que una persona es pobre si no tiene suficiente comida o si carece de acceso a una combinación de servicios básicos de educación, atención de salud, agua potable, sistemas de saneamiento adecuados y un lugar de residencia seguro. Tradicionalmente, los economistas utilizan el ingreso como medida representativa de la pobreza, porque brinda los medios para asegurar la atención debida a las demás necesidades básicas.

De este modo, la mayoría de las estrategias para combatir la pobreza debieran dedicar suma atención a la generación de ingresos como la principal solución del problema. No obstante, es notable cómo, en los últimos tiempos, la preocupación está en proporcionar compensaciones a quienes se ubica por debajo de la “línea de pobreza” mediante programas muy amplios de focalización de los “pobres”, a fin de entregarles algún tipo de ayuda compensatoria. Por otro lado, se considera la pobreza como un fenómeno que ocurre porque las personas no han adquirido las habilidades cognitivas básicas para ser exitosas en el mundo. Así que basta con educarlas, darles acceso a la escuela o proporcionales compensaciones educacionales, y por lo tanto se disminuirán al mínimo las posibilidades de recaer en la pobreza.

Esta perspectiva ha sido adoptada tanto por gobiernos de derecha como de izquierda, pero es una falacia. Como ya he subrayado al principio, el desarrollo social y la política social, si bien se estimen primarios al nivel de las relaciones sociales y del sistema social, no pueden considerarse como “del mismo orden” que la economía, la política y la ideología. No se puede ignorar, por ejemplo, que los contenidos curriculares (y también, muchas veces, la práctica docente) son diferentes según la clase social de los alumnos, lo cual reproduce la desigualdad, y más aún, la legitima, aún que no se lo quiera así.

Tal perspectiva hace de la igualdad de oportunidades el centro de la política educativa para superar la pobreza, pero tiene dificultades para explicar el por qué de la existencia de la desigualdad. Como se pregunta el investigador mexicano Miguel Bazdresch Parada, ¿por qué, si la política educativa trata de ofrecer “educación para todos”, persiste la desigualdad de oportunidades? La respuesta tiene que ver con la imposibilidad de ofrecer a desiguales sociales una oportunidad igual a la de otros grupos cuyo “capital cultural” es de entrada diferente y con perspectivas de futuro también diferente. Es la lógica operativa del sistema social.

La formación económico-social que mueve dicho sistema se caracteriza por la acción de algunas regularidades. Destaco dos: las regularidades estructurales relacionadas con el funcionamiento de los distintos aspectos de la actividad vital de la sociedad y las regularidades genéricas relacionadas con el desarrollo de la sociedad. Si la relación entre educación y pobreza no se concibe teniendo esto en cuenta, la tendencia es que los enfoques desarrollados al respecto se limiten a la superficialidad y las falacias.

Además, considerar la función de las regularidades en la reproducción de las estructuras del sistema es una condición indispensable para pensar en proyectos de cambio social. En este sentido, conviene recordar las palabras del “red doctor”, en El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte: los hombres, o mejor dicho, los seres humanos hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos.


Ivonaldo Leite es profesor en la Universidad Federal de Paraíba (Brasil).

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/educacion-sociedad-y-pobreza-entre-miradas-y-quimeras/

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Thiago Payva: “En Brasil hay veinte millones de jóvenes que no llegan a la educación superior”

El co-fundador de la Asociación Interamericana de EdTechs y ex vicepresidente de HollonIQ, habló de cómo las compañías tecnológicas pueden ayudar a reducir la brecha educativa en América Latina.

En pocos días se realiza en Bogotá la cumbre Colombia 4.0. Organizada por el Ministerio de Tecnología y Comunicación Nacional, es uno de los eventos más importantes de la región sobre los ecosistemas digitales. Colombia 4.0 tendrá un recorrido especial dedicado a la educación y a las compañías EdTech —una abreviatura que reúne los desarrollos tecnológicos dedicados a la educación—. Con la presencia de figuras de toda América Latina. Uno de los invitados más destacados es el brasileño Thiago Payva,

co-fundador de la Asociación Interamericana de EdTechs y ex vicepresidente de HollonIQ, quien, antes de viajar, habló del presente del sector. “Por sus características, es una industria casi única en el mundo”, dijo.

—La tecnología fue la única herramienta que sostuvo la educación en pandemia, pero en el tiempo inmediatamente posterior hubo quienes plantearon una reacción para regresar al escenario previo. ¿Cuál es la situación en este momento?

—Hoy prestamos atención a las EdTechs que crean impacto. Eso es muy importante. En Brasil estamos discutiendo en los gremios y las asociaciones el poder de la enseñanza en línea. Hace unas semanas, el Ministerio de Educación empezó a dar señales sobre una nueva regulación para esta clase de educación. La enseñanza en línea le ha dado acceso a la educación superior a toda una generación, pero, al mismo tiempo, el 80% de los alumnos de ese nivel educativo asiste presencialmente a clase. Necesitamos impulsar ideas sobre la educación en el país.

—Brasil es un continente en sí mismo y la cantidad de EdTechs brasileñas supera largamente a las de cualquier otro país de la región. Pero ¿se puede “exportar” esos modelos al resto de Latinoamérica?

—Yo suelo decir que Brasil es una tremenda paradoja. Tenemos potenciales extraordinarios de acceso a la educación. Tenemos el PROUNI, que es el programa de la Universidad para Todos; hay programas de financiación. Pero, al mismo tiempo, tenemos un gap increíble entre los alumnos que terminan la educación media y los que consiguen avanzar hacia la educación superior. Hablamos de 20 millones de jóvenes que no llegan a la educación superior. No llegan, no por un corte cultural o laboral, sino porque no tienen los recursos. Otra diferencia con la región es que, en Brasil, el 80% de los estudiantes va a la universidad privada. Sin embargo, en esa gran paradoja, hay iniciativas que pueden apoyarse entre los demás países de la región. Yo soy un gran entusiasta de la co-creación. No necesitamos reinventar la escuela. No necesitamos mirar a los Estados Unidos o a Europa. Hay iniciativas de Argentina, de Colombia, de México que pueden venir a Brasil para explorar ideas conjuntas.

El mundo laboral y el educativo están siendo transformados por la inteligencia artificial – (Imagen Ilustrativa Infobae)

El mundo laboral y el educativo están siendo transformados por la inteligencia artificial – (Imagen Ilustrativa Infobae)

—En este año, HollonIQ presentó un informe donde la inversión en EdTech fue lógicamente menor al período de la pandemia. ¿Cuándo va a volver a crecer?

—Este es un tema interesantísimo. Acabo de escribir un artículo sobre esto en LinkedIn, y voy a preparar otro para fin de año. La educación es una industria muy distinta a las demás. Es increíble. Podemos cambiar vidas y sociedades. Tiene un impacto directo en las personas y sus familias. Es un proceso que se da a largo plazo, nunca en el corto: hablamos de cinco, seis, siete años. Y, claro, en el mundo de los negocios —y no es que sea algo malo—, el tiempo de retorno de las inversiones no puede esperar. En 2021, tuvimos el boom de las EdTechs por la pandemia y después volvimos a una retracción. Ahora, los grandes fondos están observando cómo va a impactar la inteligencia artificial en las EdTechs. No creo que en los próximos años vayamos a tener un boom como el 2021. Sin embargo, las inversiones no se pararon. Hay grandes fondos, como Reach Capital, que manejan millones de dólares.

—Si el tiempo de retorno puede tomar varios años, ¿eso implica que los jugadores de esta industria tienen que ser grandes jugadores? Agregaría, además, que si hablamos de cinco a siete años estamos ante un período mayor al de un mandato presidencial, donde cada gestión suele hacer cambios en la política educativa.

—Yo no hablaba en términos de inversión, sino sobre todo de impacto. Ese es el tiempo que lleva generar impacto a nivel social. Y, claro, los gobiernos cambian cada cuatro años y eso trae una incertidumbre, porque no sabemos cómo van a afectar. Pero, si se me permite dar el ejemplo de una EdTech enfocada en el impacto de la tecnología, quiero mencionar a Sima Robot, de Chile. Ellos están desarrollando un pequeño robot que ayuda a los niños en las escuelas. Es una empresa de dos personas que está generando impacto positivo. Con esto quiero decir que sí, claro que hay espacio para los players pequeños. Los grandes tienen un margen mayor para negociar, para invertir, etc., pero, sin duda alguna, los pequeños players son una parte de suma importante en nuestro ecosistema.

Dice Payva que se necesita mayor inversión y más desarrollos EdTech que apunten a la escuela básica y media (Imagen ilustrativa Infobae)

—Si hoy manejaras un fondo de inversión, ¿en qué área y en qué país invertirías?

—No sería la opción número uno, pero sin duda alguna, miraría la industria de lifelong learning, el aprendizaje para toda la vida. Es una tendencia de la que ya no se vuelve a atrás. No quiero decir que un diploma de grado ya no sea importante, pero hoy muchas empresas piensan en cómo capacitar a los profesionales para que apoyen el proyecto de la compañía. Otro tema clave es el impacto en K12: la escuela básica y media. Hay una brecha enorme en los niños. Debemos asegurar una educación de calidad que les permita ingresar en la universidad y cambiar su vida, su futuro. K12 es todavía mi primera opción. Y, si hablamos de mercados, Brasil es un blue ocean, pero en México hay muchos y muy buenos competidores. Colombia también es una gran oportunidad. Y en la Argentina, primero miraría cómo se recompone el escenario tras el cambio de gobierno, y luego, sí, también consideraría invertir.

Fuente: https://www.infobae.com/educacion/2023/11/29/thiago-payva-en-brasil-hay-veinte-millones-de-jovenes-que-no-llegan-a-la-educacion-superior/

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