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Chile crea Ministerio de Ciencias y Tecnología

Chile/02 de Mayo de 2018/Spanish.xinhuanet

La Cámara de Diputados de Chile aprobó hoy, por unanimidad y en último trámite, la ley que crea el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovación y Conocimiento, en lo que el gobierno del presidente Sebastián Piñera ha definido como la mayor reforma en el sector en 50 años.

«El ministerio tiene varias instancias de coordinación, que hoy es el principal problema que tienen las instituciones, esto para que la burocracia no termine ahogando la innovación, la ciencias y la tecnología», dijo Gonzalo Blumel, ministro secretario general de la Presidencia.

El nuevo ministerio será encargado de asesorar y colaborar con el presidente en el diseño, formulación, coordinación, implementación y evaluación de las políticas, planes y programas destinados a fomentar y fortalecer la ciencia, la tecnología y la innovación derivada de la investigación científico-tecnológica, con el propósito de contribuir al desarrollo integral, sustentable e inclusivo del país.

De acuerdo con la nueva normativa, la misión fundamental de la nueva cartera será definir una política que fortalezca y amplíe las capacidades de investigación, de desarrollo e innovación tecnológica, además de orientar la formación de investigadores y procurar su adecuada inserción en el sistema, ya sea público o privado.

Además, el ministerio será el encargado de vincular de manera cada vez más estrecha el quehacer científico-tecnológico e innovativo con las preocupaciones de la sociedad, definiendo focos de acción y áreas prioritarias en función de los desafíos y oportunidades, tanto nacionales como regionales.

El ministro Blumel agregó que la nueva cartera «va a tener un efecto en la producción de conocimiento en el país».

«La creación de este ministerio, sin duda, es una de las mayores reformas estructurales a la ciencia en los últimos 50 años. Responde a un desafío de futuro y se hace cargo de una realidad urgente y necesaria para el desarrollo integral de nuestro país. Esta iniciativa crea las condiciones para que Chile pueda insertarse exitosamente y de manera protagónica en la cuarta revolución industrial, fomentando la ciencia, la tecnología y la innovación» , añadió.

La intención de crear este ministerio data de 2013, durante el primer gobierno de Sebastián Piñera. Luego, el proyecto contó con el apoyo del pasado gobierno de Michelle Bachelet. Aprobada la secretaría se convertirá en el ministerio número 24 del Estado.

«Hay un mayor incentivo para patentar. Este es el triunfo de tener la disposición de poder conversar y dialogar en Chile, hemos tenido muy buenas noticias no para el gobierno sino que para Chile», comentó Blumel.

En tanto, Mario Hamuy, presidente del directorio de la estatal Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), sostuvo que «este proyecto crea una institución y podrá ser dotado de políticas públicas de Estado. La instalación no es de un día para otro, probablemente el 2019 va a estar operando».

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2018-06/01/c_137221398.htm

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Pobreza, conflictos y exclusión amenazan a la mitad de los niños en el mundo, según informe

Alemania/02 de Junio de 2018/El Comercio

Más de la mitad de niños en todo el mundo ve su infancia perjudicada por algún tipo de amenaza como la guerra, la pobreza extrema o la discriminación de las niñas, según un informe presentado hoy, 30 de mayo del 2018, por la organización humanitaria internacional Save the Children.

La infancia de más de 1 200 millones de niños y niñas de todo el mundo está en juego, se advierte en el informe ‘Los rostros de la exclusión’, en el que se destaca que los menores de África Central y Occidental son los que más expuestos están.

«El matrimonio infantil, el trabajo infantil y la falta de alimentación son sólo algunas de las alarmantes situaciones que roban la infancia a los niños», dijo la gerente de Save The Children en Alemania, Susanna Krüger.

En la mayoría de países de América Latina y en el Caribe la situación de los menores registra una mejoría.

Los avances para impedir el trabajo infantil en Perú o el Salvador mejoró la calificación de estas naciones.

En Panamá y Venezuela, sin embargo, la situación empeoró. En el caso de Panamá debido a que menos niños han sido escolarizados en comparación con años anteriores, situación que también se observa en Venezuela, donde además aumentó la mortalidad infantil.

En el estudio, que se llevó a cabo en 175 países, se señala que en total la situación ha mejorado en términos generales en 95 países, mientras en una cuarentena ha empeorado considerablemente. Níger sigue siendo el que está en la cola de la lista. Mali, la República Central Africana y Chad le siguen de cerca.

De entre los países iberoamericanos, solo dos figuran entre los 15 primeros: Portugal en el lo más alto (puesto 11), seguido de España (en el 14), Chile (en el 58), Argentina (en el 73), Brasil y México (en el 93), Perú (en el 95).

El índice se elabora tras comparar indicadores como la falta de alimentos, el acceso a la educación, la alimentación, problemas de salud y violencia extrema.

Save the Children exige a todos los gobiernos que permitan a todo menor comenzar su vida de forma óptima. «Las naciones tienen que actuar para que se puedan cumplir los acuerdos de sostenibilidad de la ONU y ofrecer a todos los niños sin excepción un futuro», dijo Krüger.
 

Fuente: http://www.elcomercio.com/actualidad/infancia-amenazados-ninos-mundo-informe.html

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Tejiendo una ciudadanía post-patriarcal

Por: Bet Gerber 

Coincidiendo con el 50° aniversario de las revueltas del Mayo Francés, del otro lado de la cordillera las estudiantes se levantaron y decidieron la toma feminista de 16 universidades y una escuela secundaria, hartas de la indiferencia y la tolerancia frente al abuso sexual de docentes sobre las alumnas. Aunque elaborando una agenda de demandas que desborda el punitivismo, “Por una educación no sexista” es la principal consigna que conmovió a las alamedas de Santiago, por donde los cuerpos rebeldes han pasado en manifestación reconociendo que el patriarcado les ha sacado tanto que hasta se llevó también el miedo. Sebastián Piñera reaccionó el miércoles pasado con algunos cambios de agenda aunque todavía queda por verse cuánto hay de maquillaje, sobre todo cuando conserva en la cartera de Educación a un ministro que se jacta en público de tener hijos “campeones” por los muchos preservativos que gastan.¿Cómo estalla una revolución?

A fines de 2016, la cultura machista reinante en la institucionalidad chilena sufrió tres derrotas simbólicas en un brevísimo lapso. En noviembre tomaron estado público acusaciones de acoso y abuso por parte de profesores hacia estudiantes de la Universidad de Chile. Junto con ello quedó al descubierto una larga historia de encubrimientos por parte de los “bronces” de la Universidad –incluido el Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar– mucho más preocupados por el mutuo cuidado de sus prestigios que por la misión educativa para la que fueron contratados.

A mediados de diciembre de ese mismo año, en el marco de una cena pretendidamente elegante del empresariado local, el entonces ministro de Economía, Luis Céspedes, recibió un inusual regalo por parte de la Asociación de Exportadores de Manufacturas: una muñeca inflable que debía servir para “estimular la economía”. La ocurrencia fue celebrada por el propio ministro y dos candidatos presidenciales, como registraron varios medios presentes.

En ese mismo mes se destapó un escándalo en la Armada: marinos grababan imágenes de sus compañeras de fragata en la intimidad de sus habitaciones y las difundían por celular. Tal vez porque recién en el año 2007 y tras 189 años habían ingresado mujeres a la Armada, los muchachos aún no sabían comportarse.

En todos los casos mencionados, la condena pública se extendió desde la entonces presidenta Bachelet al resto del país. En poco más de un mes, el patriarcado quedaba herido de bala en tres corporaciones simbólicas, el mundo académico, el empresariado y las Fuerzas Armadas. No es difícil imaginar en cuál de ellas tendría mayor margen de despliegue la batalla contra el sexismo y la violencia de género. Poco antes, el 15 de octubre, la convocatoria de la marcha Ni Una Menos superaba todas las expectativas de las organizadoras congregando multitudes en la Alameda, a la misma hora en que miles de mujeres marchaban bajo la lluvia por la Avenida 9 de Julio en Buenos Aires. Todo aquello en 2016, año aciago para el patriarcado a ambos lados de la cordillera, y en otros rincones del mundo.

Tal vez porque las revoluciones son de cocción lenta, pero de ebullición rápida, este mayo de 2018 encuentra a Chile con dieciséis universidades y una escuela secundaria en toma feminista.Está claro que, como en otros ciclos de protesta masiva, el Mayo Chileno no empezó en mayo, ni se limita a este país. En la Revolución Feminista se conjugan factores históricos y culturales que superan las fronteras nacionales, potenciándose en campañas como la de MeToo o NiUnaMenos. Incluso Hollywood ha conspirado en clave feminista y hasta el cariz frívolo se agradece: los reclamos de las megaestrellas en la alfombra roja ayudan a la hora de explicar por enésima vez que la reivindicación feminista no pasa por el resentimiento adjudicado tradicionalmente a las supuestas feas e indepilables.

Por otra parte, en Chile, los movimientos feministas adquieren sus propias dinámicas en una sociedad que expresa un rechazo cada vez mayor frente al abuso de poder. Diversos estudios han venido dando cuenta de la caída de la confianza en las instituciones, de una percepción de abuso por parte de elites tanto económica como política, y de una demanda generalizada por transformaciones estructurales desde la sociedad chilena, ente ellos, el Informe Auditoría a la Democracia 2016 del PNUD que recoge datos desde el año 2010.

En los últimos años, la percepción de injusticia en Chile genera indignación creciente, expresada en marchas multitudinarias contra el lucro en la educación, o el sistema privado de pensiones. Pero las cifras macro económicas cierran y las élites siguen felicitándose frente al espejo, mientras las chicas se toman las universidades e instituciones otrora respetadas, como la Iglesia Católica, viven su más profunda y vergonzosa crisis. No por azar, son dos los procesos revolucionarios que marcan la agenda pública en Chile estos días: las protestas del movimiento estudiantil feminista y la renuncia forzada por el Papa de todos los obispos de la Iglesia Católica por casos de abuso sexual, ya que mientras varios de ellos violaban niños, otros varios, desviaban distraídamente la mirada. Hoy, los treinta y cuatro obispos chilenos están a la espera de las decisiones de Francisco I sobre sus destinos. En ambos casos, la rebelión de las víctimas ha sido decisiva, forzando a la acción institucional y a la toma de conciencia social.

La historia demuestra en infinidad de ejemplos que este tipo de procesos revolucionarios son acumulativos y complejos, sin embargo, en algún momento hacen eclosión: algo dispara aquello que parecía en estado latente.

En el caso del mayo chileno, las estudiantes recogen y traducen en códigos actuales las demandas del movimiento de mujeres que lleva décadas de lucha contra el sexismo y la discriminación. Sería osado determinar qué encendió la mecha de tantas rabias guardadas, sin embargo es posible identificar antecedentes inmediatos en una chorrera de denuncias por abuso y acoso en universidades, que devinieron en procesos demorados, sin resultados o con sanciones irrisorias, en donde los acusados fueron férreamente defendidos por sus pares, y no contaron con la tenacidad de las impares. En este derrotero un primer hito está marcado el 17 de abril pasado en la ciudad de Valdivia, al sur del país, cuando un grupo de estudiantes de la Universidad Austral decidió ocupar la Facultad de Filosofía y Humanidades frente a la indiferencia de la casa de estudios ante las denuncias de abusos sexuales que involucraban a alumnos, docentes y funcionarios. Diez días después se sumó la toma de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Las estudiantes protestaban contra el sumario que la casa de estudios inició contra el profesor –y ex presidente del Tribunal Constitucional– Carlos Carmona, denunciado por acoso sexual por una alumna que trabajó como su asistente durante los alegatos por la ley de aborto en tres causales. Como resultado del proceso se desestimó el cargo de acoso sexual y Carmona sólo fue sancionado con tres meses de suspensión por “vulneración a la probidad administrativa”. A estas tomas iniciales le siguió una ola de movilizaciones feministas a lo largo del país, cuyo balance a fines de mayo arroja dieciséis universidades en toma, más de treinta facultades en paro, y una serie de manifestaciones de las estudiantes secundarias de los establecimientos Liceo 1, Liceo 7 y Carmela Carvajal.

Las tetas rebeldesLa vida en las tomas transcurre, en parte, entre talleres para estudiar el feminismo y debates sobre los pasos a seguir, posibles estrategias y articulaciones. Las mismas chicas de los colectivos, o académicas se ofrecen voluntariamente a dar charlas de su especialidad. En lo que respecta al rol de los compañeros varones, no hay una única receta. Aunque las tomas empezaron como espacios exclusivamente femeninos, la mayoría fue abriéndose a distintas formas de participación de los compañeros, comprendiendo la necesidad de construir espacios libres de violencia junto con ellos. En algunas universidades, los hombres ayudan a vigilar las tomas, en otras participan de los debates. Nunca asumen ningún tipo de vocería.

En este proceso, una de las manifestaciones de protesta más importantes fue la marcha convocada el miércoles 16 de mayo por la Confederación de Estudiantes de Chile bajo el lema “Contra la violencia machista, educación no sexista”y consignas como “Vivas nos queremos”, “No es no”, “Hermana yo sí te creo” y “Peleo como niña”. En Santiago, la movilización fue de alto impacto no sólo por la cantidad de personas que logró convocar –según las organizadoras, 150 mil– sino por las formas elegidas para expresarse, incluidas danzas a torso desnudo marcadas por imágenes ultranoticiosas: las chicas dispersando a un grupo de vándalos que pretendía opacar la manifestación, y una performance de desnudo en la estatua de Juan Pablo II ante la Universidad Católica. La misma que en 1967 fue vestida por los estudiantes con un lienzo gigante denunciando aquello tan sabido, como callado: “El Mercurio miente”.

Más de cincuenta años después, el estudiantado vuelve a obligar a la UC y a gran parte de la sociedad a ver aquello que prefiere omitir. Porque si el ataque contra las mujeres se materializó, fundamental y ferozmente en los cuerpos, es perfectamente lógico que sean los cuerpos los protagonistas de esta rebelión. Sin embargo, las tetas descubiertas removieron curiosas sensibilidades y dispararon infinidad de críticas. Coros desafinados en redes sociales objetaron que las manifestantes “desacrediten sus justos reclamos” o “se rebajen” al mostrarse desnudas. Al parecer, las tetas sólo se redimen si amamantan o se enferman.

Los cuerpos femeninos desplegados en libertad, siguen perturbando a una parte de la sociedad que, probablemente sin saberlo, confina el universo femenino a la tríada madre/puta/virgen. A su vez, el acoso en las aulas conjuga de un modo perverso el abuso de poder con sexismo, en un ámbito que se supone está destinado al crecimiento y despliegue de las personas. En contrapartida, la rebelión política y cultural que estalla en las universidades también conjuga con extraordinaria potencia la rebelión contra el patriarcado, las desigualdades y la injusticia.

El paralelo con el Mayo del 68 es ineludible; también entonces las mujeres levantaron sus demandas iluminadas por las teorías feministas de la época. En estos días, las tomas feministas han logrado que el abuso y el acoso, prácticas instaladas desde siempre en diversos ámbitos institucionales, pierden los fueros de lo supuestamente “natural”.

Los cinco puntosLas protagonistas del mayo chileno no se limitan a denunciar sino que se proponen articular demandas entendiendo la violencia de género como un fenómeno estructural y asumiendo las especificidades del ámbito educativo. Entre las reivindicaciones planteadas desde los diversos establecimientos hay fuertes denominadores comunes. Un consolidado realizado por estudiantes de la Universidad Austral en base a diez petitorios de distintas casas de estudios identifica cinco puntos compartidos: la exigencia central pasa por la creación de protocolos contra el acoso y la violencia de género y sexual, a la vez que se demandan paridad de género en espacios administrativos; talleres obligatorios sobre reglamentos y feminismo; materias con perspectiva de género en las distintas carreras y reconocimiento de la identidad de género de las personas trans.

Desde la institucionalidad hay distintas respuestas; mientras que la Universidad Austral habría aceptado la mayor parte del petitorio de las estudiantes, otros establecimientos intentan trabajar condiciones mínimas para un protocolo triestamental, donde participen estudiantes, académicos y funcionarios. Por su parte, la emblemática Facultad de Derecho de la Universidad de Chile aún no habría dado repuesta oficial a las demandas.

¿Agenda marcada o maquillada?Frente a lo arrasador de la ola feminista, el gobierno, ni corto, ni perezoso apoya la movida y anuncia medidas que varios integrantes de la coalición gobernante deben aplaudir, no sin cierta molestia estomacal. Desde tribunas feministas, en esta rápida adaptación a la agenda de las mujeres se ve tanto el sesgo oportunista, como el logro que representa incidir en la agenda gubernamental, porque lo cierto es que La Moneda se vio obligada a modificar su plan de gobierno. El miércoles 23 de mayo, el presidente Sebastián Piñera presentó su “Agenda Mujer” que incluye medidas contra la violencia, administración igualitaria de los bienes en el matrimonio y extensión del beneficio de Salas Cuna, entre otras. No deja de ser un triunfo modificar el discurso de un presidente que, cuando recurría al propio libreto, tendía a desteñir chistes machistas.

Y si Piñera al menos intenta adaptarse al espíritu de los tiempos, algunos miembros de su gabinete no se caracterizan por los reflejos rápidos. Así por ejemplo, semanas atrás, el ministro Gerardo Varela se ufanó del alto consumo de preservativos por parte de sus hijos varones, a quienes calificó de “campeones”. Y ya con el país en llamas feministas, el mismo Varela definió como “pequeñas humillaciones” los casos de acoso sexual denunciados. Cabe destacar que la cartera a cargo del ministro Varela es Educación, y continúa en su cargo.

Lo cierto es que las chicas ya no esperan al gobierno. No esperan a los partidos políticos. No esperan a una institucionalidad que quedó rezagada en los nuevos tiempos sociales. Y esta revolución, en el fondo, no trata meramente de reglamentos. Trata, más bien, de la deconstrucción de las relaciones de género, pero también de otras situaciones de desigualdad en la sociedad chilena, en donde el abuso de poder ha estado patológicamente naturalizado.

A esta altura de las tomas, las estudiantes se plantean estrategias sobre los pasos inmediatos y otros más allá, y deben lidiar con las expectativas puestas en ellas como líderes de esta revolución que, sin embargo, es responsabilidad de toda una sociedad. Desde luego que las medidas que vayan a implementarse en las universidades aparecerán como indicadores palpables de éxito, sin embargo ellas ya consiguieron lo que parecía imposible: que se tomen masivamente en serio las demandas feministas; correr el cerco del reducto machista, ese que corroe mentes, corazones y almas; y que mata. De esta forma, las tomas coronan un proceso que cobra fuerza inusitada en los dos últimos años en Chile y que pone en jaque la hegemonía cultural, invirtiendo el sentido del mainstream; si hasta hace poco el feminismo era de ghettos demodé, hoy no hay margen para negar lo justo del reclamo igualitario y se discute sobre feminismo en los más diversos espacios, con los riegos que conlleva estar de moda.

“Somos más fuertes que el miedo” rezan carteles en las marchas. Y ciertamente, la conjugación colectiva tiene como objetivo, consciente o no, desbaratar el miedo. El propio, el de otra, el de la amiga, el de la madre, el ancestral de la que jamás se atrevió o no se atreve aún. La conspiración anti-miedo se nutre de relatos y vivencias por las redes feministas. Porque más allá de las tomas y mucho antes de ellas, florecen grupos de WhatsApp o Facebook en donde las mujeres se apoyan, se defienden y se organizan contra la violencia en el mundo virtual y real.

El tejido es colectivo, histórico, intergeneracional. La era digital nos ha facilitado asumir la dimensión universal del segundo sexo. En las redes, las mujeres nos encontramos en espacios protegidos y cerrados, y desde allí salimos al espacio público fortalecidas para encarar cientos de batallas, chicas, medianas y grandes. Porque desde luego que las resistencias frente a la revolución cultural vienen en todo tipo de envase, incluido el del patriarcado consentido que persiste en explicar a cuántos preceptos nos sometemos voluntaria y alegremente.

Lo que hoy está en jaque es seguir siendo, haciendo y pareciendo en función de lo que otros definieron como femenino. Se trata también del rechazo contra cualquier regulación impuesta en nombre de cualquier excusa oportuna –llámese Dios o Naturaleza–. En el mayo chileno, el machismo cruje reseco –como en buena parte del mundo– mientras se teje la ciudadanía post-patriarcal.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/116769-la-gesta-de-los-andes

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¿Cómo lograr una educación no sexista?

Por: Daniela Muñoz

Desde que surgió el movimiento feminista, en universidades y colegios se ha hablado de cambiar la manera en que se educa a los niños para terminar con las discriminaciones entre hombres y mujeres. Esto, según las expertas, se logra desde el hogar y en los colegios.


Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), de 2013, reflejó que los textos escolares del Ministerio de Educación en Chile muestran a las mujeres en roles domésticos y a los varones en profesiones y papeles protagónicos. Otro análisis, de 2014, efectuado por Daniela Lillo, sostuvo que el 80% de las lecturas obligatorias son libros escritos por hombres. El sitio mifuturo.cl muestra que el 53,7% de la matrícula de educación superior de 2018 corresponde a mujeres y ellas se concentran en carreras que implican cuidados de otras personas y con menor sueldo, como Pedagogía Básica (85%) o Enfermería (82%), mientras ellos lideran áreas mejor remuneradas, como Ingeniería Mecánica (93%) o Electrónica (92%). Todo lo anterior forma parte de las demandas que ha levantado el movimiento feminista y que se resume en un eslogan que ya suena familiar: “Por una educación no sexista”.

Académicas, líderes feministas, dirigentas universitarias y escolares explican cómo una serie de conductas, situaciones y contenidos han generado diferencias de género tan fuertes que parecieran ya no haber espacio a la indiferencia.

Guillermina Guzmán, pedagoga y especialista en comportamiento humano, dice que una muestra de esta problemática es la existencia “de colegios solamente de varones y solamente de mujeres. Esto es un síntoma que ya tiene varios siglos en Chile”. Agrega: “la vida es en comunidad, no tenemos segregación de veredas para hombres y veredas para mujeres, buses para hombres y buses para mujeres. Estamos en un continuo desarrollo y desempeño mezclados; entonces, es necesario, por un lado, desde el origen familiar empezar a modificar algunas cuestiones que hemos ido heredando desde dos o tres siglos atrás”.

Ana Luisa Muñoz, académica de la Facultad de Educación de la Universidad Católica, indica que “la educación sexista es el sello discriminador que tiene la educación formal, y nos referimos a todos aquellos aspectos, tanto de violencia que se ejercen desde el currículum formal e informal, hasta otros aspectos de invisibilización de las mujeres que ocurren en el sistema educacional en general”.

Ejemplos concretos hay muchos, dicen las expertas en la materia: por ejemplo, cómo las mujeres son representadas en los textos, cuentos o en los juegos. “Usualmente, las mujeres somos representadas como débiles, donde el hombre nos tiene que salvar, nos muestran como brujas, en un aspecto negativo que es muy medieval. Somos relegadas a los espacios privados, siempre se nos muestra en la casa, siendo superamorosas, sirviendo la comida, y los hombres siempre están dominando el espacio público y liderando las batallas”, opina Ana María Muñoz.

Loreto Jara, investigadora de política educativa, de Educación 2020, indica que una acción muy relevante es eliminar el sesgo de género de los textos escolares. Y también plantea que tiene que existir gestión en los colegios para contar con equipos encargados de convivencia “que pongan ojo en las relaciones de género al interior de las escuelas. Por ejemplo, cambiar la realidad actual de los patios de los establecimientos, donde estos espacios son tomados en los recreos por las pichangas de los niños y se transforman en espacios muy masculinizados. Para ello se debe trabajar en que esos lugares sean usados por niños y niñas por igual”.

Un aspecto transversal al conversar con personas entendidas en la materia es el rol relevante que tienen los profesores para lograr cambios que permitan terminar con la educación sexista.

Dónde parte todo

Un estudio de la Unesco publicado en 2016 bajo el título “¿Qué hay tras la inequidad de género en los logros de aprendizajes?”, comparó los logros de aprendizaje en matemáticas de estudiantes en tercer y sexto año. En tercero, las niñas obtienen puntajes superiores que los niños en la mitad de los países evaluados. Sin embargo, el análisis en sexto grado muestra mejores resultados entre los niños. “Que las ventajas de género sean mayores entre estudiantes de sexto grado sugiere que las brechas pueden estar vinculadas con la progresión en el sistema educativo”, señala el documento.

Camila Maturana, abogada de la Corporación Humanas, resalta que se han hecho esfuerzos en primera infancia que han permitido evitar las discriminaciones entre niños y niñas. “En los jardines es donde más se han hecho avances para lograr una educación para la igualdad y no violencia, pero no se logra mantener en la educación básica”, destaca.

Es en los colegios donde los niños comienzan a aprender y a internalizar las diferencias entre hombres y mujeres que se pueden observar en la forma de tratar a ambos géneros. Aquí surgen diferencias en la enseñanza y que se reflejan en frases como que las niñas deben “portarse como señoritas” y a los niños se les enseña “a no llorar”.

Estos patrones diferenciados de comportamiento se van adquiriendo durante toda la educación escolar, “y es en la universidad donde lo que pueden hacer hombres y mujeres es mucho más rígido. Es cuando se refleja de manera más profunda lo que han sido 12 años de educación sexista”, añade Camila Maturana.

El rol de los maestros

Las expertas en materia de educación resaltan la necesidad de que haya un cambio en la formación de los docentes en las universidades. “Sabemos que hay un tema curricular y de contenidos que se debe revisar y el Mineduc ha ido haciendo este trabajo en los últimos años. Precisamente, porque es un proceso lento y paulatino, las universidades tenemos que ser capaces de lograr en la formación inicial docente que los profesores puedan cuestionar el currículum y contextualizarlo en la sala de clases”, plantea la académica de la UC Ana Luisa Muñoz.

Para Mario Aguilar, presidente del Colegio de Profesores, “nosotros jugamos un papel muy relevante en la construcción de una educación no sexista. En la sala de clases hay que poner mucha atención y dar un tratamiento igualitario, sin ningún atisbo de diferencias entre hombres y mujeres. En enero, en nuestra escuela de verano de capacitación docente, varios cursos tenían que ver con género y educación no sexista. El 73% de los profesores son mujeres. Sin embargo, esa proporción no se repite en los cargos directivos. Tenemos que abogar porque en las clases de historia aparezcan más mujeres”.

Primeros cambios

La fuerza del movimiento feminista ha logrado instalar sus demandas de manera efectiva en la opinión pública. Frente a este fenómeno, el gobierno reaccionó con una Agenda Mujer, la que pese a impulsar una serie de medidas en pro de una mayor equidad de género, no incluyó la educación no sexista, lo que fue criticado por las dirigentas.

Una demanda que el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, dice haber escuchado e impulsado mediante un programa de educación no sexista que incluye un cambio en el lenguaje al interior de los 44 establecimientos educacionales de la comuna. “Queremos evitar la discriminación en las comunidades educativas generada por el uso de expresiones como ‘no corra como niñita’ y ‘siéntate como señorita’. Cambios que pueden parecer insignificantes en el lenguaje pueden hacer una gran diferencia en la educación de los niños”.

Luiz Santos, encargado del Programa Comunal de Educación Sexual de Santiago, explica que “el sexismo se refiere a prácticas y actitudes que promueven el trato diferenciado entre personas por su sexo, tenemos una sociedad con un patriarcado muy marcado y estamos buscando generar cambios y fomentar un quiebre, y lo primero es lograr un lenguaje no sexista en nuestros colegios”.

Según indica Santos, “estamos realizando acciones que surgen desde las mismas comunidades educativas, de acuerdo a su propia realidad y necesidades. Y es fundamental realizar capacitaciones a los profesores y generar reflexión sobre esta materia, que ellos estén convencidos de que debemos cambiar la forma de educar y podamos partir por eliminar el lenguaje sexista”.

El debate público ha llegado al extremo de preguntarse si algunos aspectos tan culturales como la galantería podrían estar excluidos de una mirada no sexista. ¿Debe terminar, por ejemplo, que los hombres le abran la puerta de un auto a una mujer para subir o bajar de un auto? ¿Es un gesto bien visto que un hombre pague la cuenta?.

“Pienso que no tiene que darse ese nivel de extremismo: la amabilidad, el piropo o el coqueteo son espacios de los vínculos y las relaciones cotidianas que no tienen por qué dejar de existir. Pero el límite de eso es cuando pasas a llevar la integridad de la otra persona”, indica Loreto Jara, de Educación 2020.

Los estereotipos parten en los cuentos

La Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres analizó algunos cuentos y textos escolares de cada asignatura que son distribuidos a los jardines infantiles y escuelas, y constataron que los cuentos infantiles, por ejemplo, muestran marcadas diferencias en las capacidades y roles entre hombres y mujeres.

“A través de la trama, lenguaje e ilustraciones de los cuentos se transmiten estereotipos que marcan a las personas desde su formación inicial (…). A las mujeres, en general, se les asignan roles pasivos, son brujas, madrastras, débiles, expectantes a la llegada de un varón que las rescate o las ponga fuera de peligro; se les ve mirando por la ventana, en el trabajo doméstico, y se las circunscribe al espacio de lo privado de manera natural. Los hombres, en cambio, toman posiciones de poder: son príncipes, reyes, emperadores, aventureros, exploradores, patrones”, dice la experta.

También señala que si bien se ha tendido a visibilizar más a algunas mujeres, se “mantiene la visión de un mundo predominantemente masculino, al cual lo femenino se debe ir trepando”.

Las “heroínas” son mostradas como mujeres excepcionales, en muchas ocasiones asociadas a sus compañeros, padres o hermanos -como sucede en algunos textos escolares con Marie Curie, Simone de Beauvoir, Frida Kahlo, Anna Freud, Virginia Woolf, entre otras.

Aunque se haya ido modelando el lenguaje no sexista en los textos escolares durante las últimas dos décadas, y se haya incorporado a las mujeres a través de las “heroínas”, persiste en el discurso oficial de los textos “la desigualdad de los géneros como mecanismo de reproducción de violencia simbólica”, plantea.

Fuente del Artículo:

http://www.latercera.com/nacional/noticia/lograr-una-educacion-no-sexista/181417/

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Chile debe poner fin a la educación sexista y conservadora

América del Sur/Chile/ 28.01.2018/ Fuente: mundo.sputniknews.com.

Chile debe terminar con la educación sexista en los colegios y las universidades que fomenta roles de género, dijo a Sputnik la diputada del Frente Amplio de Chile, Camila Rojas (izquierda).

«La educación chilena es muy sexista, muy anquilosada en el conservadurismo, donde se fomenta una imagen de que las mujeres estamos destinadas a un único rol de madres, de esposas, y quienes no encajan no estarían completas o plenas», señaló Rojas.

El 25 de mayo en Chile se produjo una situación inédita: un grupo de alumnas de la Universidad Católica de ese país ingresaron y se tomaron la Casa Central del establecimiento, un acontecimiento que no ocurría en ese emblemático edificio desde 1986.

Las estudiantes encadenaron la entrada y desplegaron lienzos alusivos a causas feministas, criticando la «educación sexista» y el rol que han jugado los colegios y universidades en los temas de género.

Sin embargo, este tipo de manifestaciones en contra del machismo se ha venido gestando durante todo este año en ese país y las consignas han sido enarboladas principalmente por el movimiento estudiantil.

Los estudiantes de establecimientos educacionales más emblemáticos como la Universidad de Chile, la Universidad Austral, la Universidad de Concepción, la Universidad Católica de Temuco, el colegio Instituto Nacional y colegio Carmela Carvajal frealizaron ocupaciones y paros en las últimas semanas en rechazo a la educación no inclusiva.

«La educación sexista viene de la casa, pero también desde las escuelas, donde se reproduce el rol de madre y de esposa de la mujer, desde muy chicas nos imponen comportamientos asociados a ser mujer o ser femeninas, incluso con los juguetes», señaló Rojas.

A Rojas este tema le incumbe doblemente: primero, como diputada feminista, y segundo, como exdirigente estudiantil, al haber liderado la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile en 2016.

En este sentido, la diputada valoró que la lucha en contra del sexismo esté siendo encabezada por el movimiento estudiantil.

«Me parece que en educación hay deudas pendientes, y parte de eso es una reforma que considere cambiar la lógica sexista de las aulas y dentro de nuestra formación, ese conflicto sigue abierto y por eso estalla desde el mundo estudiantil», dijo.

Chile: el 90% de las mujeres perciben acoso sexual según una encuesta

La diputada sostuvo que en la educación ha existido históricamente «un continuo ambiente de hostilidad hacia nosotras, en los espacios educativos, en los trabajos, en la calle, lo que se transforma principalmente en acoso y abuso».Por último, aseguró que la educación chilena necesita «un cambio profundo, hay que partir por alterar nuestras concepciones y materializarlo en cambios de mallas y planes de formación».

En respuesta al movimiento feminista, el presidente Sebastián Piñera anunció esta semana un paquete de medidas contempladas en la «Agenda mujer», con el objetivo de «terminar con las diferencias entre hombres y mujeres».

No obstante, desde la oposición acusaron que el presidente está «instrumentalizando» el movimiento, señalando que las medidas anunciadas ya existían y ya estaban siendo analizadas por el Congreso.

Fuente:https://mundo.sputniknews.com/americalatina/201805261079033633-lucha-contra-sexismo-movimiento-estudianti

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Semana de la Educación 2018 – ¿Color Piel? (Video)

Chile / 27 de mayo de 2018 / Autor: Ministerio de las Culturas / Fuente: Vimeo

Resumen de la actividad ¿Color Piel?, realizada durante la Semana de la Educación Artística 2018. Con esta acción elaborada por la artista brasileña Angélica Dass, invitamos a niños, niñas y jóvenes, junto a sus docentes, a expresar su diversidad.

semanaeducacionartistica.cultura.gob.cl/

 

https://vimeo.com/270505660

 

Fuente: https://vimeo.com/270505660

 

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Primer Encuentro de Maestras y Maestros de Latinoamérica. Declaración de La Paz, Bolivia.

Chile / 27 de mayo de 2018 / Autor: Comunicaciones SNTE-Chile / Fuente: Snte.cl

Declaración de La Paz, Bolivia.

Declaración y acuerdos de las organizaciones latinoamericanas participantes del primer Encuentro de Maestros y Maestras de Latinoamérica, realizado en Mayo en La Paz, Bolivia.

El capitalismo ha llevado a la humanidad a una profunda crisis. La escases de agua y alimentos, producto de la sobreexplotación de los recursos de la madre tierra, las hambrunas producto de la falta de empleos o precarización extrema de estos, la deshumanización de las relaciones sociales y los permanentes asedios militares imperialistas en distintas regiones del planeta han puesto a la humanidad al borde de la barbarie.

Latinoamérica no está ajena a la agenda neoliberal, sufriendo los embates de una ofensiva imperialista liderada por las derechas conservadoras (las mismas oligarquías terratenientes que apoyaron las dictaduras de corte fascista entre las décadas del 60, 70 y 80 en nuestra américa). Esa vieja derecha que no escatimará en esfuerzos para recuperar la administración de los gobiernos nacionales, sean por la vía del fraude, la corrupción, los golpes blandos o las intervenciones militares extranjeras.

La ofensiva del capitalismo neoliberal lleva como bandera de lucha el desmantelamiento del aparato productivo de nuestros países, la precarización del empleo y la privatización de los derechos fundamentales como la educación, la salud y los servicios básicos, para apropiarse de ellos y transformarlos en bienes de consumo disponibles en el mercado de capitales.

Los pueblos de nuestra américa somos testigos de los ataques permanentes de estas mismas oligarquías, la CIA y el departamento de estado norteamericano, a los gobiernos progresistas y revolucionarios que han puesto en primera línea los derechos del pueblo trabajador.

Cambiar el sentido histórico del capitalismo es más una necesidad de sobrevivencia de la propia humanidad que una opción política, para ello entendemos que se precisa de romper con sus pilares coloniales, enraizados por la modernidad eurocéntrica como totalidad de una cultura de sometimiento, que, si bien ha prevalecido hasta nuestros tiempos, también ha producido sus propias resistencias y contradicciones.

Los movimientos anticoloniales, antipatriarcales, ecologistas, campesinos, de las comunidades eclesiales de la teología de la liberación, de migrantes, sindicales, por la democratización de los medios de información, por el respeto a la diversidad de género, de luchas por el territorio y el agua, estudiantiles y magisteriales, conforman el mosaico de oposiciones a un capitalismo que ha complejizado sus formas de explotación y dominación, pero que finalmente tiene una matriz colonial he imperialista que lo convierte en el enemigo común a vencer

En este contexto internacional, los maestros democráticos del continente nos hemos reunido en el marco del Primer Encuentro de Maestros y Maestras de Latinoamérica, realizado los días 11 y 12 de mayo en la ciudad de La Paz, Bolivia, para unificar criterios y buscar las estrategias de alianza que nos permita enfrentar la crisis del modelo educativo capitalista, que apuesta por la desaparición de la escuela pública y la eliminación del rol del maestro y la maestra en el proceso educativo.

Para enfrentar las consecuencias del desastre neoliberal hemos decidido pasar desde las dignas resistencias a la ofensiva continental, para lo cual asumimos los siguientes compromisos como tareas de construcción orgánica del nuevo Magisterio de Nuestra América.

–          La crisis del capitalismo neoliberal y su modelo educativo solo podrá ser enfrentada por la organización continental de las y los trabajadores.

–          Nos organizamos por la Descolonización de Nuestra América para la emancipación definitiva de nuestros pueblos.

–          Sumarnos de manera activa a los procesos de internacionalización de las luchas de las y los trabajadores y de integración de los polos contrahegemónicos al imperialismo norteamericano como ALBA, UNASUR y CELAC.

–          Defenderemos la Soberanía y Autodeterminación de los pueblos rechazando cualquier agresión que atente contra la soberanía y la democracia de los pueblos hermanos asediados por el imperialismo como Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia.

–          Entendemos la Educación como un proceso inherentemente político que tiene por objeto la transformación de la realidad para la humanización y democratización de la sociedad.

–          Mientras el modelo educativo neoliberal apuesta por crear mano de obra barata al servicio de las grandes transnacionales, los maestros y maestras del continente tenemos el desafío de construir un nuevo Proyecto Educativo para la emancipación y descolonización de Nuestra América.

–          Este Proyecto educativo de carácter indoafrolatinoamericano y caribeño se construirá desde las necesidades de las comunidades y desde los saberes de nuestros pueblos, siendo la Universidad de los Pueblos el espacio que permita la articulación de estos saberes para la lucha por la emancipación continental.

–          Para cumplir con estas tareas necesitamos de una coordinación orgánica del magisterio continental y de una dirección política que pueda encabezar este proceso de coordinación por toda nuestra América.

–          Esta coordinación continental del magisterio deberá asumir la defensa irrestricta de la educación pública como un derecho humano que tenga como fin último el Buen Vivir.

–          Para avanzar en la constitución de una Coordinación Continental del Magisterio se aprueba la creación de una Dirección Política compuesta por las representaciones sindicales de Bolivia, Venezuela, Chile y Perú.

–          Esta Dirección Política tendrá como tarea organizar el Segundo Encuentro Latinoamericano de Maestras y Maestros para el año 2019, con sede en el estado plurinacional de Bolivia.

–          La Solidaridad activa será el arma con la que hermanaremos cada una de nuestras luchas, cada huelga magisterial, cada lucha de nuestros pueblos estará acompañada de todo un continente solidario. Nunca más solos.

–          Finalmente, el Primer Encuentro de Maestras y Maestros de Latinoamérica aprueba apoyar y solidarizar con la demanda de Mar para la Bolivia y de Mar para los Pueblos con soberanía, junto con respetar y defender la decisión soberana del pueblo venezolano en el próximo proceso electoral.

¡Avanza y camina el nuevo Magisterio de América Latina!

 

 

Unidos y Organizados

¡¡¡Hasta que la Dignidad se Haga Costumbre!!!

“No somos uno, no somos dos, ahora somos todos a una sola voz”.

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Fuente:

DECLARACIÓN DE LA PAZ.

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