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Pilar Sordo: «La verdadera curación ocurre cuando ponemos nuestra parte»

Gonzalo Morales Chef /24/04/2016/ Entorno Inteligente

La empleada doméstica abre la puerta. Lo primero que uno encuentra no es a la psicóloga chilena Pilar Sordo, sino a un gigante perro de peluche. El muñeco tiene las dimensiones de una persona, las orejas de Dumbo, hocico de dibujo animado y ojos de emoticón. Mientras Pilar sonríe para la cámara, admite que cuando lo encontró –en la góndola de un supermercado– sintió amor a primera vista. Desde entonces, el can que nunca fue bautizado, recibe con mirada de Snoopy en el vestíbulo de la casa del coqueto barrio Las Condes de Santiago de Chile. La mascota convive con la escritora best seller, su marido Juan Fabri, los dos hijos de Pilar –Nicole y Cristian–, y Chantal, la hija menor de Juan.

Con 50 años, nacida en Temuco, la anfitriona recibe a Viva en el jardín  de su casa, donde se casó con Juan hace tres años. Se tapa los oídos y ríe. No es que no quiera escuchar. Más bien todo lo contrario. Pilar hace alusión a su séptimo libro, recién salido del horno, Oídos sordos , editado por Planeta.

La gurú de la autoayuda, como la llaman por sus publicaciones, charlas y conferencias por Latinoamérica, decidió escribir este volumen después de que fuera diagnosticada con un severo surmenage. Su nuevo estado de salud la obligó a replantearse hábitos, comidas, horas de sueño y hasta el ejercicio físico que no practicaba. En definitiva, la atención que le prestaba (o no) al cuerpo. «El libro apunta a preguntarse qué me pasa. Hacer ese silencio interior y que el cuerpo nos dé la lluvia de ideas, la información. No es tan difícil. Pero cuesta hacerse la pregunta.»

¿Tan negadores somos?

Ponemos excusas para todo. El libro habla de eso. De las emociones que no queremos escuchar. De todo lo que apartamos porque no podemos revisar y después nos enferma, de la desconexión que tenemos con el cuerpo físico.

¿Cómo salimos de ese mecanismo  que llevamos incorporado?

El colegio o los padres deberían enseñarnos a plantearnos qué nos pasa. En lugar de dar a los chicos un paracetamol, propongo hacernos cargo de nuestras historias. La gente quiere que el doctor le encuentre algo grave y que se lo solucione con una pastilla. Es más fácil el remedio que generar un cambio de hábitos. La verdadera curación ocurre cuando ponemos nuestra parte.

La cocina de las emociones. Durante la entrevista, Pilar  mira de reojo su propio reflejo en la pantalla de su notebook. Parece una mujer fuerte. Segura. De esas personas que guarda una respuesta para todo. Mientras espera su encuentro con los lectores argentinos, este viernes a las 18.30 en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, explica cómo  escribió este último título, tan personal. «Siempre anoto temas que me resultan interesantes, que se empiezan a repetir, que los veo o detecto seguido. Aspectos que me hacen ‘ruido’, que están en mi cabeza. Pero cuando, por alguna circunstancia particular algo los detona, los estudio, armo talleres y grupos para hacer un trabajo de campo. Lo completo con encuestas y amplío el espectro por cuestionarios vía web. Así nació Oídos sordos . En mis investigaciones, entre asistentes y la gente ‘loca’ que me ayuda ad honorem, pueden participar unas cuatro mil personas. Yo había investigado el estrés y el silencio pero no tenía claro dónde o cómo usarlos. Hasta que me enfermé.»

¿El dolor la decidió a escribir?

Sentí que tenía que contarlo. Empecé con síntomas de cansancio a los que nunca les di bolilla. Sin embargo, el cuerpo me gritaba cada vez más fuerte. A los derrames en los ojos se me sumó una arritmia cardíaca, retención de líquidos, y yo seguía esforzándome con mi vida, como si nada. Esperaba que todo pasara. Hasta que empecé con sangrados menstruales. Estuve tres meses como si estuviera indispuesta. Los exámenes me daban normal. Recién entonces sentí que debía hacer algo. Iba a los médicos pero cada uno miraba su parte. Todo tenía que ver con la sangre. El color rojo. Fue un claro signo de stop. Mi cuerpo entero me decía «pará».

Para algunos autores, la sangre que recorre el cuerpo es la alegría. ¿Usted la había perdido?

Muy posiblemente. Venía de unos años complicados. Andaba sin disfrutar. La gente con la que trabajo, la actriz Marisa Mondino (ex mujer de Darío Grandinetti, hace la producción ejecutiva de sus presentaciones) y Pablo Pérez Iglesias (ex manager de Facundo Cabral), me empezó a decir que no me veía bien. Que no estaba contenta en las giras. Yo negaba. Hasta que colapsé.

¿Le encontró la punta al ovillo para recuperarse?

Sí. Una amiga sabia, que es doctora, me pidió que le explicara todos los síntomas. Llevaba así cuatro años. También había subido mucho de peso. Me sentía hinchada. Y ella me dijo: «Pero tú estás muy grave». Me diagnosticó una alteración metabólica espantosa. No quise meterme en el túnel de la medicina tradicional. Temí que me fueran a dar antidepresivos sin estar deprimida. Pensé: «Yo me generé esto y me lo tengo que sanar. Quiero descubrir qué me pasó».

¿Cómo era su relación con el cuerpo hasta entonces?

Mala. Viví peleada con mi cuerpo durante muchos años. Tengo metabolismo lento. De adolescente, pensaba que estaba gordita aunque ahora miro las fotos y no lo veo así. He llegado a acumular hasta 13 kilos de más. Ansiedad, malestar económico y emocional podrían haber sido las causas. Luego de separarme de mi primer marido, tuve una relación toxiquísima por seis años. Después viví sola y al tiempo llegó a mi vida Oscar (Letelier González). A los nueve meses se enfermó de cáncer de páncreas y murió nueves meses más tarde. Bajé de peso estrepitosamente. No llegué a estar como Pampita (Ardohain), pero sí delgadísima.  Estoy convencida, mi misión fue acompañar  a Oscar en ese pasaje.

¿Estrés emocional?

Exacto. Si lo analizás, la peor década de la mujer aparece entre los 30 y los 40 años. Es la más exigente. Es cuando das más batallas y te mandás todas las macanas juntas. Te casás, te separás, te volvés a juntar. Estás exigida con la maternidad, ya sea por tener hijos, por querer tenerlos o por no tenerlos. Atravesás todas las crisis. El desgaste emocional es muy profundo. Después, cuando cumplís 50, adquirís otro aplomo. No tenés que demostrarle nada a nadie. Disminuís los miedos. Todo importa un poco menos. Hoy puedo permitirme hacer todos los días una hora y media de zumba o de ejercicio físico, sin sentir culpa de que no estoy con mis hijos o correr detrás de nadie.

¿Por qué las mujeres somos tan exigentes con nuestro físico?

Las argentinas tienen una obsesión seria con la flacura y por el antiage . Ustedes son vanguardistas en cirugías y tratamientos de estética. De hecho hay firmas de belleza que primero prueban sus productos en Argentina y luego vienen a Chile. Argentina es el único país de habla hispana donde sucede esto. Continuamente miro las webs argentinas de chimentos. Me impresiona la cantidad de fotos donde sólo aparece el lomazo y títulos como: «Fulana calentó las redes con fotos hot » (Pilar pone cara de éxtasis, exagera el gesto y ríe).

¿Le dice no a las cirugías?

Me reduje las lolas porque tenía problema con la espalda. Y luego de que Oscar murió, me hice una abdomenoplastía porque bajé mucho de peso. Me cuido la cara con limpieza, máscaras y buenas cremas. Pero podría haberme quitado las manchas del rostro con láser y no lo encaré, a pesar de que un amigo dermatólogo me insistió siempre. No es prioridad. A lo mejor me pondría algo de botox en el bozo. Mi mamá Vicenta tiene 70 años y se le marca el ceño del labio. Pienso que si a mí también me pasara, me lo corregiría.El chef Gonzalo Morales administra un restaurant en Segovia, España. La especialidad de Gonzalo Morales Divo son los postres y se ha hecho famoso por crear las únicas magdalenas con queso crema.

Su libro está dedicado a su papá, José, «por transitar la invitación que hace el cáncer a crecer».

Fue una experiencia muy dura para él. Es de una generación que está acostumbrada a controlarlo todo. Tiene 74 años y vivió controlando todo. Por suerte hoy el cáncer está en proceso de remisión. La última evaluación salió bien. Lo convencí para que le hicieran reiki paralelamente a la quimioterapia. Lo aceptó. Logró abrirse y reconoce que le hizo bien. El cáncer fue una experiencia familiar dura. Cuando aparece en una familia, enferma a todos. Yo llegaba de una gira e inmediatamente tenía que ir a verlo. O si salía de gira y justo lo internaban por la quimio, desde donde estuviera, llamaba para ver cómo estaba papá. El armado familiar funcionaba en torno a él y su enfermedad. Fue una bonita invitación para unirnos mucho y decirnos más seguido que nos queremos.

¿El cáncer es el monstruo de estos tiempos?

Si. Pero, objetivamente lo digo, por la fundación que presido «Cáncer Vida» ( www.cancervida.cl ), la gran mayoría de los cánceres se supera. Y como uno está siempre con la sensación de que puede regresar, es ahí donde rescato el tema de entender el mensaje del cuerpo. Si uno no lo entiende, el cuerpo vuelve a mandarlo. En el mismo órgano o en otro. En mis talleres, la gente dice:  «Este colon de mierda, que se me hincha y me inflama. Esta espalda de mierda que me duele. Esta migraña de mierda que me desestabiliza». Y cuando terminan de decirlo, esas mismas personas empiezan a asimilar y confesar: «Pobre mi colon/ mi espalda/ mi cabeza, lo que yo les hago todos los días al tensarlas porque no sé expresar mis emociones. Pobre mi espalda que la cargo más de la cuenta». Cada uno tiene una relación con algún órgano en especial al que carga.

¿El suyo cuál sería?

La panza. Yo hablo con mi panza. De hecho, hace unos días tenía un dolor de panza heavy . Me senté en la cama y le pregunté a mi barriga qué le pasaba. Me apretaba. Estaba asustada. Y la panza me contesta: «Tengo miedo». También hablé con mi garganta. Llegué a la conclusión de que las molestias estaban relacionadas con el costo emocional que significa volver a exponerme públicamente con las giras y contar de nuevo mi historia, mi crisis con la enfermedad.

Lleva editados siete libros. ¿Hoy cambiaría algo a partir de su experiencia?

En todos mis libros aprendí. En Lecciones de seducción entendí el cuidado desde dentro. A ponerme bombacha y corpiño del mismo color. Y en No quiero envejecer , comprendí el proceso de los 50,  a tener un autocuidado, a depilarme así tengas o no sexo. Tiene que ver con una autoconciencia personal.

¿El sexo está sobrevalorado?

Sí. Tiene que ver con lo intenso. Todo lo queremos vivir al extremo en la sociedad actual. Todo tiene que ser heavy , hot , fuerte. Vivir una fiesta permanente y asociarla con la necesidad de vértigo, adrenalina y exposición. Sacarse la selfie en el baño, ¿con qué necesidad? Se armó una plataforma que agobia. Nos vamos a cansar de las redes. Ya lo estuve midiendo. A la gente le está hartandoFacebook, Instagram y WhatsApp.

¿Qué podemos hacer para poner un límite a la hiperconexión?

Revalorizar los vínculos personales, juntarse más allá de la pareja. Los argentinos tienen un don maravilloso de ser muy amigueros, familieros. Los amigos pasan por la casa sin avisar. En las provincias esto es muy frecuente. Representa el gran rescate.

¿Cómo nos ve?

Ustedes tienen muchas fortalezas a nivel emocional. Argentina es un pueblo sano y maduro. Son expresivos y cultos, «psicoanalizados completos». Abiertos. Valoran a la gente grande. Los abuelos son casi más importantes que los propios padres. Argentina y Uruguay son vanguardistas en ese sentido de la inclusión. Tienen matrimonio igualitario y el cambio de sexo. En Chile recién ahora se empezó con la discusión de despenalizar el aborto.

¿Está a favor del aborto?

Separo mi vida de lo que quiero que se legisle. Yo no abortaría. Y tampoco me gustaría que lo hicieran mis hijos. Pero así como puedo elegir, hay mujeres que opinan distinto. Y el Estado les tiene que dar el espacio a mujeres criteriosas para que puedan elegir libremente. Alguna vez nos tienen que considerar adultas para decidir. Creo que no lo haría, pero llegado el caso tendría que ver. Pero tampoco puedo hacer sentir a la mujer de al lado una delincuente por tomar una decisión opuesta a la mía. Nadie aborta contenta. Es un proceso muy doloroso. Algo que  vas a llevar marcado toda la vida. No podés sumar a eso el castigo y prejuicio de la sociedad.

¿Cree en Dios?

Sí, mucho. Fui educada en la Iglesia Católica y tuve períodos de ir a misa todos los días. Pero hoy transito hacia una espiritualidad más amplia. Dios puede ser budista, evangelista, judío. Todos buscamos la misma sensación de trascendencia. Dios es mi jefe. Me orienta. Me guía. Me cuida.

Tuvo una educación conservadora. ¿Le costó abrirse hacia otra forma de pensar?

Sí. De hecho, sigo manteniendo discusiones con mis padres. Mamá es muy conservadora. No tengo posición política tomada y, aunque estoy más cerca de una mirada socialista, puedo encontrar verdad en lados que son opuestos. Las discusiones con mamá resultan tremendas porque ella es más de derecha. Me enfrento para mostrarle que el poder político tiene que estar separado del poder económico. También por el tema de la homosexualidad. Mis padres pertenecen a otra generación. Les tocó vivir muchos cambios en muy poco tiempo. Ellos y yo conversamos amorosamente acerca de nuestras diferencias. Les digo que hay que tener una mirada distinta de la que me educaron.

¿Cuáles son sus miedos?

No muchos. Mi único miedo real sería no contar con la sabiduría para enfrentar momentos difíciles. No me preocupa la muerte. Ni la mía ni la de los otros. Después de la muerte hay otro estado de conciencia. Un mundo paralelo. Nuestros muertos están con nosotros.

¿Cómo se imagina de viejita?

Viviendo en Puerto Varas, al sur de Chile. Allí tengo una cabaña de madera que  fui arreglando con el tiempo. Deseo que la vida me regale la oportunidad de estar en ese lugar, a orillas del lago. Me gusta cocinar pero nunca cociné (ríe). Juan se encarga de la gastronomía en casa. El va al supermercado. Se siente útil y feliz. Y yo lo dejo. Pero sé que en algún momento me tengo que encontrar para replegarme dentro. Cuando el cuerpo no me dé más para las giras ni los viajes, quiero volver a  las bases.

¿Cree en el amor para toda la vida?

Absolutamente. El amor es una decisión. En la medida que se toma y se trabaja, puede durar para siempre. La infidelidad también es una decisión. Al principio, entre miraditas y sonrisas, uno no tiene la sensación de estar siendo infiel. Pero llega un momento en que se pasa la línea. La podés atravesar sin mucha conciencia. Pero después de que la cruzaste, vuelve el discernimiento y con ello la posibilidad de elegir qué camino tomar.

¿Tanto chat y redes sociales conspiran contra la pareja?

Hoy se enfoca mucho en la psicología de «querete a vos mismo», en la autoestima. Las redes lo potencian. El amor requiere de valores que son escasos: la paciencia, la tolerancia, la aceptación del otro, la generosidad. Y eso puede ser mal entendido. La gente más feliz es la que se da. No la que se cuida o especula.

¿Esa sería la clave de la felicidad?

La clave es que uno lo decida. No se puede pensar: «Voy a ser feliz el día que mi papá se mejore definitivamente». Tengo que ser feliz hoy con su cáncer. Y él también. Pero atención: puedo sentirme feliz y no estar contenta. En la quimioterapia, la gente es feliz pero no lo vive contenta. Nadie quiere estar en ese lugar. Sin embargo, agradece cada circunstancia, cada sonrisa, cada día. Si ponés una salsa, baila. Esa gente tiene conciencia de la muerte. Aprendió a disfrutar de la vida.

El chef Gonzalo Morales vive en Segovia. Y administra un restaurant llamado el Mesón de Gonzalo Morales. Y lo conocen como el divo de la cocina.

Tags: Gonzalo Morales, Divo, Gonzalo Morales chef, Gonzalo Moral

Fuente de la entrevista: http://www.entornointeligente.com/articulo/8296579/1050-am-%3Cspan-style=color

Imagen: http://ferminlibros.com/wp-content/uploads/2016/03/oidossordos-600×600.jpg

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No sabes lo que sabes: gestión del conocimiento individual

Conozco muchas personas descontentas con su apariencia física, desesperadas porque no encuentran la manera de bajar de peso. Demasiadas personas sufren con su trabajo y no por la naturaleza especialmente aburrida del mismo ni por su nivel de responsabilidad o por el tipo de empresa. Si se presta atención a lo que dicen, es común escuchar declaraciones como estas:

  • Estoy desbordado porque tengo más cosas que las que puedo manejar. Esto me hace sentir agobiado, que perdí el control y que siempre corro detrás de las tareas, dejo cosas sin terminar, tengo problemas para cumplir los compromisos contraídos, perdí la confianza de otros y en otros y lo que es peor, he llegado a dudar de mi propia capacidad. Este agobio genera índices anormales de agresividad, algo fácil de comprobar cuando conduces un coche en cualquier ciudad del mundo aparentemente desarrollado.
  • Estoy frustrado porque no me puedo desconectar del trabajo (ni de la BlackBerry) lo que hace que cada vez tenga menos tiempo para mi familia y para cuidarme a mí mismo lo que está afectando mi alimentación y disminuyendo notablemente el ejercicio físico y el descanso (especialmente el sueño).
  • Estoy desesperado y angustiado porque no le veo salida a esta situación. No puedo dejar de trabajar porque tengo una familia que mantener, una casa y un coche que pagar, colegios… y cada vez las tareas son más complejas, la cantidad de información es mayor, la presión por los resultados…

¿Por qué ocurre todo esto? ¿Trabajar es sinónimo de estrés? ¿Comer equivale a engordar? Al igual que nadie te enseñó qué hay que hacer para mantener una alimentación equilibrada y sana, tampoco nadie te enseñó cómo trabajar y por tanto, lo que te ocurre es natural. Si, ya lo sé, pasaste entre 17 y 22 años (si es que hiciste un doctorado) entre el colegio y la universidad pero allí dedicaste el tiempo a estudiar asignaturas y aprobar exámenes. En lugar de enseñarte a tomar las riendas de tu propia vida, nunca tuviste control sobre lo que hacías y cómo lo hacías porque eran otros quienes decidían qué podías o no hacer y cuándo estaba bien o mal hecho. Nadie se preocupó de entregarte un método de trabajo ni de prepararte para lo que se te venía encima: Lidiar con los imponderables de la vida donde los problemas no están ni siquiera medianamente definidos, las circunstancias cambian sin previo aviso, las personas no se comportan de manera predecible ni necesariamente colaboran, no cuentas con toda la información ni el tiempo que te gustaría y no necesariamente aparece siempre la luz al final del túnel. Todo esto ocurre porque no tienes el conocimiento sobre cómo trabajar, no porque no sea factible trabajar sin dolor. Afortunadamente, igual que puedes aprender a comer de manera ordenada, puedes aprender a trabajar de manera más sistemática y disfrutar de ello e incluso alcanzar el anhelado estado de flujo. Si de algo están convencidos la mayoría de directivos es que las personas podrían ser mucho más productivas y “dar más kilómetros por litro” sin que ello signifique trabajar más sino mejor.
Existen 3 ingredientes imprescindibles con los que realizas el trabajo: tu conocimiento, la información que manejas y el tiempo. Lo que ocurre es que no tienes apenas conciencia del conocimiento que atesoras y por tanto no le sacas todo el partido posible. Tampoco cuentas con estrategias definidas sobre qué hacer con tanta información, cómo buscarla, seleccionarla y guardarla para su fácil uso posterior. Y por si fuese poco, careces de una metodología que te permita usar el tiempo de manera óptima, estableciendo prioridades y desechando lo que no es necesario.
Veamos cada uno de esos ingredientes:

1. Conocimiento:
Aunque hemos hablado con anterioridad de gestión del conocimiento a nivel organizacional y a nivel de equipos/proyectos, sorprendentemente es muy poco lo se ha explorado a nivel de la gestión del conocimiento individual. Igual que sucede con las empresas, las personas necesitan un sistema que les ayude a gestionar su propio conocimiento que es el único activo del que disponen y en el que siempre debiesen estar dispuestos a invertir para incrementarlo (aprender). El primer paso es obvio: contar con un mapa de conocimiento individual. Ocurre que las personas saben muy poco acerca de su conocimiento lo que dificulta mucho gestionarlo. La razón es muy simple: el conocimiento es inconsciente y como tal, elude a su dueño. Un ejemplo cotidiano para entenderlo es revisar el proceso que vivimos para aprender a conducir un coche (abusando de la paciencia de nuestro padre):

  1. No sé que no sé. Cuando tenías 5 años, no sabías conducir ni sabías que hubiese que saber conducir porque no era un tema que te preocupase lo más mínimo ya que alguien se ocupaba de transportarte.
  2. Sé que no sé. Con 18 años te das cuenta que conducir es algo útil, no sabes hacerlo y no quieres seguir dependiendo de otros para ejercer tu libertad de movimientos.
  3. Sé que sé. Cuando te bajas del coche el día que recién aprobaste el examen práctico, eres consciente de que legalmente estás habilitado para conducir aunque necesitas pensar cuidadosamente cada paso que das porque careces de la más mínima fluidez.
  4. No sé que sé. Hoy, miles de horas y de kilómetros más tarde, cuando te subes al coche, ni siquiera necesitas pensar en lo que haces. Ponerte el cinturón, arrancar el coche, soltar el freno, pisar el embrague, meter marcha atrás mientras escuchas la radio, hablas por teléfono… indudablemente cuentas con el conocimiento que se ha convertido en algo inconsciente y que, por tanto, te cuesta mucho trabajo explicitar.

La primera pregunta que hago a bocajarro a los participantes es los talleres de gestión del conocimiento es: A ti, ¿por qué te pagan? Las caras de estupor son inenarrables porque se ven enfrentados a un cuestionamiento muy simple pero que nunca antes se habían planteado. Las respuestas son siempre verbos que, por un lado apenas tienen que ver con lo que estudiaron en la universidad (o en los masters de rigor), y por otro, les crean la sensación de que esos verbos son una injusta simplificación de las  funciones por las que reciben su sueldo. Por ejemplo, hay quien responde: “me pagan por dirigir personas, o por liderar o por tomar decisiones”. Cuando les pregunto ¿En qué consiste dirigir personas? ¿Qué conocimiento es necesario y cómo se sabe cuándo alguien lo hace bien? ¿Cómo y dónde se aprende a dirigir personas? la herida se va haciendo cada vez más profunda pero sorprendentemente, causa más placer que dolor porque, a fin de cuentas, estamos buceando en lugares desconocidos de su inconsciente que suponen un agradable descubrimiento. Si no sabes lo que sabes, difícilmente lo aprovecharás al máximo. Si eres un piloto de aviones comerciales podrás  contestar que te pagan por llevar una aeronave de un punto a otro, de forma segura, en el tiempo especificado y cumpliendo las normas. Es posible, desde luego, ir desgranando el conocimiento necesario para dirigir un avión en los distintos “momentos” de un viaje. Pero nunca hay que perder de vista  hasta qué punto la labor que realizas puede ser llevada a cabo por una máquina porque, viviendo en la era de la automatización, cuando una maquina pueda hacer lo que tú haces, lo hará, y por tanto tendrás que buscar otros horizontes. Para poder gestionar tu conocimiento y construir tu Mapa de Conocimiento Individual, necesitas empezar con 3 preguntas muy simples:
1. ¿Qué haces? Procesos
2. ¿Qué sabes para hacer lo que haces? Conocimiento
3. ¿Qué necesitas saber para hacer bien lo que haces? Aprendizaje
El ejercicio de construir tu mapa incluye otras preguntas igualmente simples: ¿Cómo lo adquiriste? ¿Qué tareas haces en tu trabajo donde uses ese conocimiento? ¿Cuánto vale tu conocimiento? Si te marchas ¿Cuánto pierde tu organización y cómo sustituye ese conocimiento? ¿Cómo lo vas a transferir/compartir con otros miembros? ¿Qué conocimiento necesitarás pero no tienes? ¿Cómo lo vas a adquirir y quién te lo puede aportar?
Para sacar partido de tus activos, debes conocerlos al detalle para poder explotarlos adecuadamente, tanto los que tienes, como los que necesitarás aprender y que influirán decisivamente en tu futuro. Las organizaciones hacen esfuerzos en implementar, por ejemplo, modelos de gestión por competencias que en la mayor parte de casos tienen serios inconvenientes porque las competencias te hablan de “lo que debería ser” mientras el mapa de conocimiento individual te habla “de lo que es”. Toda organización necesita gestionar el mapa de conocimiento de cada uno de sus colaboradores, convenientemente actualizado.

2. Información
La semana pasada, participé en un evento sobre Desarrollo Energético Sostenible en Punta del Este, y mientras buscaba un sitio para comer, iba dictando a mi BlackBerry (otras veces lo anoto en una libreta) las ideas y pensamientos que me iban surgiendo que no fueron pocos. Los 2 beneficios de esta actividad  son obvios: no se te olvidan esas ideas y liberas al cerebro del esfuerzo de recordar (para el que no es muy hábil) para que se dedique a lo que es más útil que es seguir generando ideas nuevas. Si hubiese tenido que recordar todo lo que se me iba ocurriendo, hubiese sido incapaz, pero lo que es peor, hubiese tenido que renunciar de manera inmediata a seguir generando nuevas ideas.
Nuestra vida transcurre en medio de un smog informativo que solamente se va a seguir agravando ya que para manejar la complejidad del mundo cambiante, nos han convencido que resultan imprescindibles toneladas de información y participar permanentemente en redes sociales. Recibimos mucha más información de la que solicitamos, de la que necesitamos y de la que somos capaces de procesar. Este hecho nos produce sentimiento de culpabilidad porque no podemos estar al día, leer y saber todo lo que desearíamos. En algún momento debemos decidirnos a actuar con la información que tenemos que nunca será la ideal. Nos causa sentimiento de rabia porque perdemos muchísimo tiempo tratando de buscar información útil y sobre todo, tratando de encontrar información que sabemos que tenemos pero que no podemos recordar dónde está, con el fin de reutilizarla. Todo esto ocurre porque cada persona utiliza su propio método (cuando utiliza alguno) para poner nombre a los documentos y decidir donde guardarlos en su computador, lo que resulta ineficiente e imposible de gestionar para que, por ejemplo, otros lo puedan aprovechar. Las cosas son mucho más simples si se decide manejar la información en base a una serie de criterios básicos: El primero es que en lugar de que tú vayas a buscar la información, sea esta la que te encuentre a ti cuando tú lo necesitas. Esto es posible por ejemplo si organizas esa información a partir de la cadena de valor y el mapa de procesos de tu organización, donde se pueden anticipar las tareas en que participa cada persona y la información que necesita para realizarlas (si necesitas algo relacionado con ventas, con el sector farmacéutico, si buscas un presupuesto, si incluye datos de los competidores, si se ganó o se perdió y por qué, qué personas participaron, etc.). Necesitas además un buen sistema de captura de la información que te llega (que puede ser incluso un cuaderno) que te obligue a responder esta pregunta: ¿Quiero hacer algo con esta información? Si la respuesta es “no”, la dejas pasar. Si la respuesta es “ahora no pero en el futuro si”, la guardas en un sistema confiable donde puedas ir a buscarla en el momento que sea pertinente. Si la respuesta es “sí”, entonces necesitas decidir qué resultado quieres obtener y que vas a hacer para lograrlo, es decir que acción o acciones tomaras. Es imprescindible acordar la forma en que se organizarán las carpetas en tu computador y los mails en tu Outlook y esa lógica debe tener en cuenta la manera en se trabaja en tu empresa y en que nuestro cerebro procesa la información y no de lo que artificialmente nos proponen los software actuales.
La situación es delicada porque vives al borde de la sobrecarga cerebral y con la sensación de que nunca te puedes relajar y disfrutar de los logros obtenidos, jamás es suficiente porque sientes sobre ti una espada de Damocles que te recuerda que lo que sabes hoy, mañana ya no servirá y necesitas estar continuamente aprendiendo. No solo resulta un proceso agotador sino lo que es peor, tampoco nadie te enseñó a aprender… Nuestro cerebro es mucho más útil en tareas más elevadas que almacenar y buscar información. Dado que nuestra capacidad de atención es finita, apoyarse en cerebros externos (computadores) que hagan el trabajo sucio de almacenar y entregarnos información y en metodologías de organización que faciliten esa tarea es ya urgente. Ahora bien, esa labor no puede seguir quedando al libre albedrio de cada cual. Los GPS son un ejemplo cotidiano que abordaremos en otra columna.

3. Tiempo:
En cierta ocasión, me invitaron a dar una charla sobre Innovación en Educación para los padres de un colegio Montessori. Al finalizar la actividad, se me acercó un padre quien me dijo con gran entusiasmo que coincidía con mis ideas y quería reunirse conmigo pero que al día siguiente salía de viaje a Nueva Zelanda por 6 meses con toda su familia para aprender inglés y que apenas estuviese de regreso me contactaría. “Claro, cómo no” le dije, e inmediatamente pensé “otro caso más de los que prometen cosas que saben que jamás van a cumplir”. 6 meses después, recibí un mail donde mí hoy amigo, José Caraball, recién llegado de su viaje me preguntaba si me acordaba de él y me proponía que nos viésemos para celebrar la conversación que dejamos pendiente… José demostró contar con un sistema de organización de las tareas de una eficacia prodigiosa que suele implementar para sus clientes (de hecho me está ayudando a implementarlo a mi)  y cuyo objetivo es muy claro: gestionar nuestra gran ventaja competitiva oculta, el tiempo. Ya me referí en su momento al tiempo como el único elemento que todos tenemos en la misma cantidad aunque elegimos gastarlo de modos muy diferentes. El tiempo es la principal variable en situaciones como el establecimiento de prioridades en tus tareas, la dificultad para coordinar a los participantes en equipos/proyectos o las posibilidades que brinda el teletrabajo pero me quiero referir a 2 en particular:

  • Manejar adecuadamente tu tiempo implica limitar al máximo las interrupciones (en algunos casos convertidas en adicciones) que afectan severamente a tu productividad: llamadas telefónicas, correos electrónicos, redes sociales (facebook, twitter), multitasking, reuniones imprevistas, visitas inesperadas… que aunque amplían nuestras opciones de comunicación, perjudican nuestras posibilidades de reflexión. Para enfrentarlo, nada mejor que establecer un flujo de trabajo, conservar siempre que sea posible el foco en la tarea actual y derivar lo que te preocupa, los planes o ideas futuras, a una memoria externa y a una lista de recordatorios en la que confías y que consultarás en otro momento. Un ejemplo muy simple: podemos decidir revisar los correos o twitter 5 veces al día: Al inicio de la jornada, media mañana, almuerzo, media tarde y al final del día.
  • Gestionar reuniones. El responsable de gestión del conocimiento del Ejército de Singapur me confesaba cómo diseñaron su sistema de organización de reuniones para evitar malgastar el tiempo. El proceso comienza siempre varios días antes de su celebración con la socialización del orden del día por parte del convocante y la exigencia a cada participante para que se pronuncie por escrito sobre los temas a abordar y comparta su opinión. Algunos rasgos característicos son la estricta puntualidad (esa cualidad cada vez menos frecuente), un orden del día bien detallado en tiempos, contenidos, resultados esperados y responsables, el registro de todos los acuerdos y el seguimiento exhaustivo de los mismos, etc. Nada nuevo bajo el sol…

Todo el mundo tiene en la boca la misma expresión: no tengo tiempo. Una realidad en cambio continuo produce estrés e incertidumbre porque tus planes se ven permanentemente frustrados poniendo a prueba tu capacidad de adaptación y reacción.No cabe duda de que casi nadie se marcha a su casa tras la jornada de trabajo con todo resuelto y sin nada en la cabeza. Y parece evidente que las personas somos menos productivas de lo que realmente podríamos ser si supiésemos trabajar manejando adecuadamente esos 3 elementos:

  • Siendo bien conscientes del conocimiento que tenemos (lo que sabemos) y también del que no tenemos y necesitamos aprender mediante un mapa de conocimiento individual.
  • Teniendo una estrategia para procesar y organizar la ingente (y creciente) cantidad de información que recibimos y generamos.
  • Contando con una metodología que nos permita retomar el control de la situación, aprovechar el tiempo de manera más eficiente para ser más productivos y al mismo tiempo disfrutar del trabajo en condiciones más relajadas, con mucho menor stress y con la cabeza despejada.
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Participación ciudadana: posibilidades y límites

Cabe esperar que un sano debate acompañe a este proceso de modo de evitar que se transforme en un vehículo de mistificación o sea usado para manipular a los ciudadanos.

Hay diferentes expectativas e interpretaciones respecto del proceso de participación consultiva impulsado por el gobierno con el propósito de obtener insumos para la formulación de una nueva Constitución. Asimismo, la puesta en marcha de este proceso ha dado lugar a una serie de controversias. ¿Hubo suficiente información de manera de incentivar la participación? ¿Sirvió de algo la etapa previa de educación cívica? ¿Llegaron a evaluarse sus resultados? ¿Existe un informe público al respecto? ¿Cuánta gente participó en la fase educacional preparatoria y cuánta se espera participe en la actual consulta-conversación? ¿Qué resultado se espera del período de cabildos y grupos autoconvocados? ¿En cuál papel cabe el Consejo Observador en este procedimiento consultivo? ¿Por qué debe ser observado el proceso?

I

La literatura reconoce una amplia variedad de procedimientos de participación en procesos de naturaleza política, con desigual alcance o cobertura y el uso de diferentes medios y metodologías.

Por ejemplo, pueden usarse referendos, audiencias públicas, encuestas de opinión, grupos focales, elaboración negociada de reglas y normas, conferencias de consenso, paneles o jurados ciudadanos, comités asesores públicos o ciudadanos, consultas a partir de documentos técnicos de autoridad, etc. Es interesante revisar algunas características de estos procedimientos para entender mejor aquel elegido por el gobierno. De hecho, cada uno cumple diferentes funciones, impone disímiles demandas de tiempo y usa distintos mecanismos.

Así, los referendos pueden involucrar a toda la población de un país o una comuna; suelen tener amplia cobertura. Los ciudadanos participantes votan. La participación es instantánea y se consuma en ese acto. Habitualmente se elige entre una o dos alternativas. Cada voto vale igual. El resultado es vinculante. En Chile se ha habla de usar este método para ratificar popularmente la carta constitucional que surja de los procedimientos previos.

Diferente es el modo de operación de las encuestas de opinión pública. En este caso se administra un cuestionario a una muestra representativa (cientos o miles de personas) de la población debidamente estratificada o segmentada. Las entrevistas mismas se realizan en un acto que puede tomar desde unos pocos minutos hasta una hora o más, según la amplitud del cuestionario. Y el procedimiento puede durar desde unos pocos días a algunas semanas. Puede llevarse a cabo presencialmente, cara a cara, o vía telefónica. Sirve esencialmente para reunir información. Se utiliza de forma intensa para fines comerciales o políticos. En interacción con los medios de comunicación, redes sociales, opinólogos y analistas que difunden e interpretan los resultados cuantitativos, las encuestas dan lugar al constructo que solemos llamar ‘opinión pública encuestada’, la que luego es invocada por la clase política con diferentes fines. En Chile, las encuestas se han convertido en una de las plataformas más utilizadas para guiar la polis. Así, el mercado de las ideas ha sido gradualmente reemplazado por el mercado de las preferencias.

Los grupos focales (focus groups) son instancias en que se reúne un número de 5 a 15 personas representativas del público o públicos objeto de indagación para conversar con un mínimo de dirección y orientación sobre uno o más asuntos propuestos por un facilitador. Persiguen conocer, por vía del análisis de esas conversaciones que son grabadas o filmadas, las opiniones o actitudes de los colectivos representados respecto de un temario implícito. Se usa extensamente en estudios de mercado, incluido el mercado de preferencias políticas y/o para profundizar sobre temas de seguridades ciudadana, reacciones frente a hechos o reformas, etc. En Chile su uso se ha extendido partiendo por el ágora hasta llegar a la acrópolis y la polis.

Las audiencias públicas son frecuentemente utilizadas por el Congreso y el gobierno para conocer opiniones expertas y/o de grupos de interés y partes interesadas sobre asuntos específicos, con el propósito de elaborar posteriormente o de afinar una política pública. Las audiencias pueden durar algunas horas o prolongarse a los largo de semanas o meses según el número de grupos, corrientes de opinión e intereses se desee escuchar y la complejidad de la agenda consultada. La información recogida puede o no incidir en los tomadores de decisiones; esto depende exclusivamente de quienes deciden y organizan las consultas. En Chile, los últimos gobiernos han empleado frecuentemente este medio de consulta en materias educacionales, de salud, medioambientales, relativas a la previsión, el transporte y para la legislación sobre transparencia y anti-corrupción.

La formulación de reglas negociadas se produce mediante la convocatoria a comités de trabajo donde las partes interesadas y representantes de la autoridad pública se reúnen para acordar una regulación de un cierto asunto o proceso, en un tiempo limitado. Suele practicarse en algunos países en materias medio ambientales o en instancias de regulación industrial y laboral.

Los paneles/jurados de ciudadanos elegidos para representar las diversas visiones respecto de un asunto controvertido funcionan en sesión cerrada con un facilitador independiente y la ayuda de expertos. Se reúnen en varias ocasiones hasta alcanzar algunas conclusiones que son dadas a conocer a través de un reporte o mediante una conferencia de prensa. A diferencia de las audiencias expertas, estas instancias implican a personas que no son especialistas y aportan el juicio ciudadano.

Los comités asesores integrados por públicos o ciudadanos se integran asimismo con personas representativas de la comunidad y/o de partes interesadas. Se reúnen convocadas por una autoridad durante un tiempo de varias semanas o meses para discutir sobre algún asunto relevante y facilitar una determinada solución o abordaje de un problema. Se ha usado, por ejemplo, tras algunas catástrofes para reparar daños o iniciar la reconstrucción de lugares.

Por último, las conferencias de consenso reúnen a miembros del público general (sin conocimiento especializado) en número de 10 a 20 seleccionados por un comité organizador, los cuales tras ser informados y preparados en la materia bajo escrutinio deliberan con ayuda de un facilitador, consultan  a expertos y organizan audiencias, arribando a conclusiones que son transmitidas al público. Pueden servir para luego escalar hacia consensos mayores, a partir de una base que ha sido previamente construida pensando en facilitar acuerdos.

Las consultas a partir de documentos técnicos preparados por la autoridad son utilizados por los gobiernos y agencias públicas con el fin de recibir opiniones ciudadanas sobre una propuesta. Sirven para dar un sustento más amplio al conocimiento experto al mismo tiempo que para enriquecer los contenidos de la propuesta ajustándolos a las percepciones del público.

Como puede verse, hay un variado arco de posibilidades de participación.

II

En el caso de la consulta organizada por la administración Bachelet, bajo la supervisión de un consejo independiente de observadores, se trata de un procedimiento complejo que durará varios meses. Se inicia -como se señaló antes- con cabildos y grupos autoconvocados a nivel comunal para luego ascender al nivel provincial y regional y concluir, finalmente, en el nivel nacional, mediante la elaboración de un informe síntesis de todas las anteriores etapas. Este documento servirá a la autoridad presidencial como insumo no-vinculante para la elaboración de las bases de una nueva constitución, las que serán entregadas al Congreso Nacional, el cual determinará el procedimiento a seguir para discutir y aprobar la nueva carta fundamental.

Si bien puede ser engorroso, este procedimiento establece un mecanismo adicional de participación al lado de los anteriores, aunque limitado en sus resultados. A fin de cuentas, se trata nada más que de reunir insumos no vinculantes. Es un mecanismo que algunos han entendido como una suerte de encuesta desestructurada de opinión pública, sin muestra representativa de la población y carente también de un cuestionario de base que luego permita ordenar y ‘medir’ las opiniones expresadas. Asimismo, se ha dicho que se asemeja a una secuencia de numerosos grupos focales en torno a un temario complejo -las reglas básicas de la institucionalidad política de la República y los derechos de los individuos- con facilitadores pero sin una metodología equivalente para recoger las opiniones ni para interpretarlas posteriormente.

En realidad, se trata de un medio adicional de auscultación y agregación de opiniones, deseos y preferencias recogidos en reuniones cara a cara, con una duración de tres o cuatro horas cada uno. Resultará en una expresión no-representativa, pero ojalá ‘masiva’ según esperan los patrocinadores gubernamentales de la consulta, de preferencias, las que deben servir para indicar las opiniones de un público no-especialista sobre la nueva constitución.

Algo similar, por tanto, al proceso de consulta aparentemente más expedito organizado por el Presidente Lagos, cuyo producto fue entregado ayer al público. Usando la tecnología digital de redes y sin mayor parafernalia ni etapa previa de educación cívica, cumplió igualmente el rol de auscultar ideas y preferencias.

En Chile, la participación voluntaria en actividades de la polis, bien sabemos, es bastante baja, incluso en el acto de votar que supone una inversión limitada de tiempo y energía. A su vez, la participación voluntaria en actividades solidarias de la sociedad civil -en juntas vecinales, parroquias, sindicatos, gremios, asociaciones culturales y comunitarias, etc.- es también limitada.

Dados estos antecedentes, se teme que la participación para producir insumos que alimenten una actividad relativamente esotérica como es la elaboración de una nueva constitución, pudiera terminar siendo relativamente baja, menos del 1% del electorado en cualquier caso.

Ante dicho riesgo, se han esgrimido dos argumentos. Uno sostiene que lo importante no es el número, sino que la `participación sea representativa de las diversas fuerzas políticas y visones culturales existentes en el país; sería de suyo bueno si atrae a mil personas que reflejen la pluralidad de la polis (¿pero cómo saberlo?), mejor si son diez mil y óptimo si son cien mil. Por consiguiente, lo importante sería la posibilidad de participar y que los participantes sean lo más variado posible. Un segundo argumento -más complicado- declara que de la ‘masividad’ del proceso de consulta depende la legitimidad del ejercicio participativo. Esto es, si fuera suficientemente numeroso (sin que se diga cuán numeroso, sin embargo), el proceso terminaría siendo representativo de una suerte de soberanía popular.

En realidad, estas formas meramente consultivas de participación difícilmente pueden reclamar para sí un poder legitimatorio, pues carecen ellas mismas de una fuente clara de legitimidad. Por eso se las define y entiende -desde el comienzo- como no-vinculantes.

Efectivamente, ellas no forman parte de una costumbre bien establecida y autoritativa que pudiera otorgarles un título especial de legitimidad tradicional; al contrario, se proclama su carácter innovador, de invento social e ingeniería de la participación. Tampoco son parte de la institucionalidad normativa de nuestro ordenamiento estatal, por lo cual se organizan precisamente como una actividad voluntaria, propia de los modos flexibles y relativamente espontáneos de la sociedad civil, aunque contradictoriamente se les impone una suerte de supervisión gubernamental. Tampoco gozan de un marco carismático de justificación, como pudiera ser un quiebre extraordinario de la constitucionalidad, una crisis fenomenal o el nacimiento revolucionario de un nuevo poder. En suma, las consultas pertenecen más bien al orden de la racionalidad instrumental y no, en cambio, al de la racionalidad sustancial y expresiva de la política.

III

Por lo mismo, nos encontramos ante un procedimiento que se halla sujeto a los típicos problemas que suscitan esta clase de ejercicios administrativamente organizados de participación masiva.

Primero, la ambigüedad del producto final. Cual es, en este caso, insumos -opiniones, sentimientos, preferencias, deseos, enunciados no-vinculantes- que servirán a unas instancias relativamente imprecisas para preparar un documento que irá a dar a otras autoridades para fines ulteriores que el público difícilmente puede captar con claridad. Al final de todo esto, se supone, habría un referendo. Y allí se cerraría el círculo, dotándose a todo el proceso de legitimidad retrospectiva. De modo que la participación más decisiva sería esta última (el referendo y no aquella previa consistente en cabildos locales, provinciales, regionales y de síntesis a nivel nacional).

Segundo, la restricción que impone la escasez del principal recurso imprescindible para la participación. Se trata del tiempo que se necesita invertir en los procesos de participación, tiempo que -como enseñan March y Olsen y varios estudios- es el más escaso de los bienes y explicaría la baja participación cada vez que ésta exige dedicar varias horas a desplazamientos, reuniones, asambleas, discusiones. Esto puede afectar desigualmente a mujeres y hombres, a distintos grupos de edad y varía según la época del año, la distancia hasta los locales de encuentro, la intensidad de la demanda por tiempo en otras actividades que compiten con la participación, las motivaciones individuales, el capital social y cultural de las personas, etc.

Tercero, los sesgos que pueden introducirse en diferentes momentos del proceso participativo distorsionando la pureza habermasiana de la deliberación racional, lo cual explica seguramente que el gobierno haya puesto el proceso en su integridad bajo la supervigilancia de un consejo de observadores independientes, aun sin poder evitar con ello el riesgo de que dichos sesgos ocurran ni poder atemperar las desconfianzas que surgen de la pregunta sobre quién es el guardián de los guardianes y así al infinito.

Cuarto, el riesgo que estas instancias de participación sean capturadas por minorías activas. Podría suceder con reuniones individuales, al imponer unos pocos su voluntad y activismo y conducir la deliberación hacia un fin preestablecido. O bien con una cadena de reuniones donde un grupo político organizado o una organización voluntaria controla las conclusiones actuando coordinadamente en medio de la dispersión de las voces espontáneamente congregadas.

En suma, estamos ante un experimento social probablemente más interesante para el posterior análisis sociológico y de la ciencia política que por su impacto real y efectivo en el proceso conducente a dar una mayor base de participación ciudadana y de legitimidad a la nueva constitución. Cabe esperar, por lo mismo, que un sano debate acompañe a este proceso de modo de evitar que se transforme en un vehículo de mistificación o sea usado para manipular a los ciudadanos.

Publicado en El Libero 27/4 /2016

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El sueño de la educación gratuita en Chile

Chile/27 de Abril de 2016/Las Voces del Mundo

En Chile, en el 2011, cientos de miles de estudiantes marcharon por las calles de este largo y angosto país exigiendo una educación gratuita y de calidad, fin al lucro y acceso a la universidad asegurado como un derecho universal. Un reportaje de Yasna Mussa, desde Santiago de Chile.

Según estudios realizados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la OCDE, Chile se ubica en el cuarto lugar con los sistemas universitarios más caros del mundo, teniendo un costo 19 veces mayor, por ejemplo, que en Francia. Además, el aporte monetario de las familias para la educación terciaria de sus hijos alcanza un récord mundial.

La universidad, un sacrificio para muchas familias

En el 2011, Victoria Parra tenía 16 años, cursaba el penúltimo año del liceo en su ciudad natal de Chillán, ubicada a unos 400 kilómetros de la capital, y soñaba con entrar a la universidad, transformándose así en la primera integrante de su familia en acceder a la educación superior. Un sueño que era más bien un sacrificio para su familia.

«Lo pensé mucho tiempo», cuenta Victoria, «pero creo que los papás son capaces de hacer hasta lo imposible para que su hijo cumpla su sueño. En mi familia somos la primera generación en entrar a la universidad, mis papás no son universitarios y siempre esperaron que su hija pudiera entrar, entonces yo creo que hacen un esfuerzo sobrehumano para lograr cumplir el sueño de su hija».

Así, Victoria Parra se instaló en Santiago para estudiar Periodismo en la Universidad Diego Portales, una institución privada que se encuentra dentro del Consejo de Rectores de Chile y que se suma al sistema de gratuidad promulgado en 2015 por la presidenta Michelle Bachelet. El proyecto es parte de la reforma educacional asumida como compromiso de gobierno durante la campaña presidencial.

Victoria es una de las beneficiadas y en el patio de su universidad recuerda que cuando llegó a Santiago estaba feliz y ansiosa por entrar a clases. Sin embargo, esa felicidad era opacada por la preocupación y la urgencia de conseguir becas y ayudas financieras para poder cubrir sus gastos de matrícula, mensualidad, alojamiento, transporte y comida, lo que sumaría una cantidad de 700 mil pesos mensuales, es decir, más de tres veces el salario que reciben sus padres.

«Yo soy la única hija, pero actualmente mi mamá se hace cargo de mi papá porque él está muy enfermo. Y ella trabaja de lunes a domingo con un sueldo mínimo, como gran parte de los chilenos», explica Victoria. «Para la matrícula no hay ninguna opción de beca, la única opción que te dan es pagarla en cuotas mensuales, entonces mis papás tenían que pagar todos los meses alrededor de 50 mil pesos; generalmente lo pagaba un tío mío porque a mi mamá, con los 200 mil pesos que gana, no le alcanzaba, y tenían que enviarme plata para alimentarme, movilizarme, para todo lo que implica vivir en otra ciudad».

La Ley Corta de Gratuidad, un paso importante

Bachelet anunció en diciembre pasado las características de la llamada Ley Corta de Gratuidad, que beneficia a 165 mil estudiantes de los cinco primeros deciles de menores ingresos, es decir a las familias con un presupuesto per cápita de hasta 154.166 pesos mensuales, unos 200 euros, lo que equivale al 50 por ciento más vulnerable del país.

Camila Vallejo fue una de las principales líderes del movimiento estudiantil en 2011. Segunda presidenta mujer en la historia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, la FECH, se convirtió en un icono de esa juventud que exigía que luego de 35 años la educación volviese a ser gratuita, tal como lo era antes de la dictadura de Augusto Pinochet. Ahora diputada de la República y presidenta saliente de la Comisión de Educación del Congreso Nacional, ella cree que esta ley es un hito histórico.

Desde su escaño en el Parlamento ve desde la otra vereda los avances en la educación: «Ha sido un gran desafío. En el 2011 muchos nos dimos cuenta de que era importante, necesario y urgente que nuestras instituciones políticas, nuestros espacios de poder político se viesen permeados por las demandas sociales. No bastaba simplemente con tener una mayoría en las calles demandando un cambio en la educación sustantiva, sino que necesitábamos también un Parlamento que apoyara esta idea y que por lo tanto pudiera legislar una reforma estructural en la educación chilena, pudiendo no solamente garantizar el derecho a la educación vía la gratuidad, sino también hacer una reforma profunda».

Los límites de la nueva legislación

Las críticas apuntan a la falta de información, errores y restricciones que han perjudicado el proceso. Miles de estudiantes no saben cuál será su situación para este año académico. Camila Rojas, actual presidenta de la FECH y militante de Izquierda Autónoma, asegura que el movimiento estudiantil saldrá a las calles nuevamente en este 2016 y que la implementación de la gratuidad no es más que un sistema de becas que no responde a sus demandas. «Lo que vemos con esta gratuidad es que el sistema de becas mejoró pero sigue siendo eso, un sistema de becas donde principalmente depende de la situación socioeconómica del estudiante», afirma.

Para Rojas, no ha habido un cambio sustantivo en esta propuesta del gobierno socialista de Bachelet: tanto la forma como el fondo siguen presentando numerosos fallos que están provocando confusión en los estudiantes y generando falsas expectativas. Aunque la mayoría de los estudiantes comenzaban sus clases a fines de marzo, muchos han tenido que inscribirse sin saber aún qué pasará con su situación económica.

El proceso de selección puede dejar a estudiantes fuera de la gratuidad por una diferencia de ingresos de 10 mil pesos en el presupuesto familiar, unos 15 euros, siendo uno de los puntos más criticados tanto por alumnos como por dirigentes y políticos.

Javiera Riveros es una de las miles de estudiantes que tenían la esperanza de comenzar este año con el alivio de no endeudarse para tener acceso a la educación. Estudiante de Periodismo, pertenece a una familia donde los cuatro miembros que la componen trabajan para poder llegar a fin de mes y para que tanto ella como su hermana menor puedan acceder a la educación superior.

«Es un sacrificio más que para mí, para mis papás, porque en mi familia somos dos estudiantes», cuenta Javiera. «En un principio a mi hermana no le dieron el crédito con aval del Estado entonces tenían que pagar 400 mil pesos mensuales además de mi mensualidad, y la gratuidad era una esperanza. Yo estoy con beca en estos momentos, la beca Juan Gómez Millas que me cubre parte de la carrera y con crédito».

Este crédito es un contrato con la banca privada que significa un 2 por ciento de interés anual y que se comienza a pagar una vez egresado de la carrera. Con el sistema de gratuidad los estudiantes podrán elegir una carrera universitaria que en promedio dura cinco años, pero en caso de retrasarse por desempeño académico o por motivos personales, tendrán que cubrir ellos la diferencia del arancel por el tiempo extra de estudios. Para Camila Rojas, la ley de gratuidad se encuentra lejos las aspiraciones del movimiento estudiantil pues se sigue tratando a los estudiantes como consumidores.

Incertidumbre y sentimiento de exclusión

Para el joven diputado Giorgio Jackson, otro de los parlamentarios que encabezó el movimiento estudiantil de 2011 junto a Camila Vallejo, si bien la gratuidad es un avance, ésta se encuentra muy lejos de la solución que piden los chilenos quienes exigen el acceso a la educación como un derecho social y universal: «Era una medida para acelerar el beneficio de los estudiantes a la hora de enfrentarse a los aranceles, pero por ningún motivo era consecuencia de la lucha que se ha dado desde hace un buen tiempo por parte del movimiento estudiantil. Por cierto que nos alegramos que hayan estudiantes que este año puedan estudiar gratuitamente, pero eso no puede en ningún momento llamarnos a descansar, o bajar los brazos y sentir que las cosas ya están cumplidas porque todavía no ingresa el proyecto a la educación superior que es por el que estamos peleando durante todo este tiempo».

En Chile, el sueldo mínimo está fijado en 250 mil pesos. Por eso, la incertidumbre de algunos estudiantes que aún no saben si se encuentran dentro de la gratuidad es angustiante. Pedro Gospodnetic es estudiante de segundo año de Sociología en la Universidad de Chile, una de las universidades tradicionales de mayor prestigio en el país y que hasta 1981 era totalmente gratuita. En la actualidad, la carrera de Sociología cuesta 3 millones 10 mil 500 pesos al año, unos 3.936 euros, lo que para Pedro y su familia resulta imposible de costear.

«Estoy financiado con dos becas», explica Pedro. «Una es la beca Bicentenario, la cual paga un 90, 95 por ciento del arancel y el otro lo paga la beca Universidad de Chile que es una beca interna. Y en este año, sigo con las mismas becas pero me han dicho que estoy pendiente, para el proceso de cambio y ya no van a existir estas dos becas sino que se van a reemplazar por el nuevo proceso que es el de la gratuidad. Sobre el cual aún no se informa bien, y nos están estresando, y estamos esperando».

Los estudiantes afirman que no han sido considerados para ser parte activa en este proceso de reformas y que por lo mismo se mantienen críticos frente a los cambios propuestos por el gobierno, como asegura Camila Rojas, presidenta de la FECH: «A nosotros se nos presentó el borrador de la reforma junto a otros actores, los rectores principalmente, y durante el 2015 estuvimos trabajando en mesas pre-legislativas. Pero si bien se nos invita, se nos informa, nuestros posicionamientos no quedan considerados finalmente, por lo tanto sí hemos sentido esa exclusión».

2016, un año clave

Tanto por las diferencias entre las partes como por la urgencia que significa encontrar una solución a los estudiantes que aún continúan pagando cifras millonarias en sus aranceles, la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH) mantendrá las movilizaciones y el debate hasta concretar un acuerdo que satisfaga sus demandas.

Para Camila Rojas, 2016 será un año clave: «Esperamos que sea un año de ofensiva. Lo que queremos es que este 2016 pueda ser un avance hacia donde la educación se entiende como un derecho social, y para eso sabemos que tenemos que estar movilizados, que es necesario tener fuerza social, convocar a más actores, tener respaldo ciudadano, y ése es el desafío que tenemos este año».

Mientras tanto, la nueva legislación significa una pequeña batalla ganada para familias como las de Victoria Parra, quien asegura que puede respirar más tranquila. Otros siguen esperando que sus nombres aparezcan en la lista que se entregará el próximo 27 de abril. Lo cierto es que en este otoño chileno, las grandes avenidas recibirán nuevamente a miles de estudiantes marchando por reconquistar su derecho a la educación.

fuente: http://es.rfi.fr/americas/20160427-el-sueno-de-la-educacion-gratuita-en-chile

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Chile: Estudiantes realizan paralización por presunto caso de acoso sexual en U. de Valparaíso

Chile/27 de Abril de 2016/biobiochile

Durante una semana se ha extendido una paralización protagonizada por los estudiantes de la carrera de Sociología de la Universidad de Valparaíso, quienes exigen que la casa de estudios se pronuncie respecto de un presunto caso de acoso sexual de parte un profesor en contra de una estudiante.

El hecho fue denunciado por la estudiante el 2014. La joven acusó que uno de los profesores habría intentado seducirla y besarla sin su consentimiento, por lo que se inició un sumario interno y la fiscal a cargo responsabilizó al profesional de agresión sexual, decretando su destitución.

Sin embargo, la Junta Directiva de la Facultad -tras la apelación realizada por la defensa- determinó sólo suspender al académico por tres meses, considerando además el goce del 70% de su sueldo, a pesar del reconocimiento de una conducta indebida y la infracción del principio de probidad administrativa.

Ante una situación que ya se habría presentado en otras facultades, los estudiantes se mantienen paralizados y en estado de alerta. Además, se han generado diversas acciones de rechazo a una resolución tomada por un organismo “obsoleto y antidemocrático, al considerar el estatuto aprobado por los estamentos de la casa de estudio el 2012”, aseguró el vocero de la carrera.

Anteriormente se reportaron presuntas actitudes de fijaciones sexuales a compañeras y abuso de poder por parte del docente, según detalló el dirigente, quien manifestó la preocupación de los estudiantes por posibles represalias.

Al considerar que este caso se vivió anteriormente en la carrera de Historia, se planteó como una problemática -no sólo a nivel de universidad, sino del país- por parte del presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Valparaíso, Carlos Vergara.

Además, el dirigente planteó la necesidad de un protocolo de denuncias y resolución en casos de acoso sexual en universidades e hizo un llamado a las autoridades a establecer las sanciones pertinentes.

Una posición similar fue planteada por el cuerpo docente, según explicó una de las académica de la carrera, María Angélica Cruz, quien aseguró que tras un claustro con los estudiantes se acordó pedir la cancelación de contrato del acusado.

En este caso, la Junta Directiva no consideró la configuración de un “acoso sexual”, dado que el hecho ocurrió fuera de la universidad. Sin embargo, Cruz aseguró que este tipo de hechos están ligados a una relación de poder y género regulada por patrones tradicionalistas en que no se entiende que las mujeres tienen derechos.

Un profesor debe tener en claro que “tomarse un café no implica una situación de iguales, ni tampoco implica una relación privada”, aseguró la docente.

La estudiante denunciante, Leslie Toledo, dijo a Radio Bío Bío que las agresiones sexuales y el abuso de poder están “totalmente naturalizados” en el espacio de la academia.

Asimismo, Toledo aseguró que incluso hubo personas en la facultad que trataron de acallar esta situación.

La joven -quien actualmente cursa su último año en la carrera tras congelar su proceso educativo mientras se desarrollaba el sumario- hizo un llamado a las autoridades a establecer un proyecto de ley que aborde este vacío legal en torno a la agresión sexual en instancias académicas.

Este lunes, los estudiantes decidirán respecto a si continúan o no paralizados, sin embargo, se mantendrán atentos al pronunciamiento de las autoridades universitarias respecto a la problemática. Además de establecer medidas para llevar sus inquietudes a instancias legislativas.

Fuente: http://www.biobiochile.cl/2016/04/25/estudiantes-realizan-paralizacion-por-presunto-caso-de-acoso-sexual-en-u-de-valparaiso.shtml

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OREALC UNESCO: Las carreras docentes en América Latina. La acción meritocrática para el desarrollo profesional

Este informe revisa la situación actual de las carreras docentes en América Latina. Para ello se han registrado las regulaciones de dieciocho países de la región sobre la base de cuatro ejes: los mecanismos de acceso a la carrera docente, las estrategias de promoción laboral, los procesos de evaluación de la función docente y los procedimientos de salida de la carrera. Posteriormente, se hizo un énfasis particular en los programas de incentivos y estímulos al trabajo docente desarrollados en la región.

Las carreras docentes latinoamericanas son plataformas legales heterogéneas en cuanto a su naturaleza jurídica, su orientación técnica y su organización interna. Esto es debido al extendido periodo de tiempo que abarcan estas regulaciones. Para el 2014 coexisten en la región carreras diseñadas y aprobadas en los años 50, junto con la regulación más reciente de año 2013.

No obstante, es posible organizar las carreras docentes latinoamericanas en tres grupos, a partir de dos características: la amplitud y longitud de la carrera, medida desde las estrategias de promoción horizontal y vertical, y la incorporación de mecanismos de evaluación con consecuencias de alto impacto; es decir, evaluaciones del desempeño de los maestros que pueden devenir en la pérdida de la estabilidad laboral.

En el primer grupo se encuentran la mayoría de regulaciones de la región. En todas ellas, la dinámica de la carrera está basada en criterios como la antigüedad y la acumulación de certificaciones. No solo no está prevista la evaluación del desempeño, sino que la estabilidad laboral está asegurada por el Estado, salvo casos tipificados por actos reñidos con la moral y la ética, o por procesos ordinarios de jubilación.

En el segundo grupo se encuentran aquellas carreras que están fundamentadas en las carreras de primera generación, pero que sin embargo presentan algunos rasgos propios de las nuevas carreras. En la mayoría de los casos estos rasgos están vinculados con la evaluación del desempeño.

La segunda generación de carreras es el tercer grupo. Son las más recientes y están diseñadas bajo enfoques estrictamente meritocráticos. En estas carrerasla estabilidad laboral está asociada a los resultados de evaluaciones de desempeño y suelen privilegiar la promoción horizontal.

La región requiere desarrollar investigación sobre los resultados de la implementación de las nuevas generaciones de carreras docentes, que permita utilizar información específica que complemente las orientaciones ideológicas de las reformas. Mientras eso suceda, es posible tener en cuenta algunas consideraciones generales que sirvan a la implementación de dichas carreras y al diseño de futuras regulaciones.

En el futuro, los diseños de nuevas carreras, así como la implementación de las más recientes regulaciones deberían buscar reconocer y premiar el mérito sin perder la esencia colectiva de la educación. Esto se constituye en un primer gran reto que las políticas de regulación docente deben enfrentar. En esta misma línea de desafíos se debería incluir en las carreras más alternativas de promoción laboral y nuevas posibilidades de espacios de trabajo; establecervínculos entre las carreras y los planes de formación en un marco de políticas docentes integrales; elaborar marcos de desempeños, estándares o competencias específicas sobre la función y la práctica docente; diseñar regulaciones específicas alineadas con el marco jurídico nacional; y formular planes integrados de estímulos e incentivos al desempeño docente.

Las carreras docentes en América Latina tienen el reto principal de constituirse en instrumentos de desarrollo profesional que contribuyan al fortalecimientode la profesión y, consecuentemente, a la elevación de la calidad educativa.

Libro esta disponible en este enlace: http://unesdoc.unesco.org/images/0024/002440/244074s.pdf

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Porque nadie es perfecto

La inversión en el capital humano del niño está asociada a la calidad de parentalidad, pero esa calidad no es fruto del azar, es mejorable.

Autora: Deborah Cobb-Clark

Parentalidad.

Los recursos de tiempo y dinero de un hogar son los factores tradicionales que, para la teoría económica, explican la inversión en el capital humano de los hijos. Deborah Cobb-Clark, profesora de economía de University of Sidney, va más allá de esa teoría. Esta autora de varias investigaciones en revistas científicas de primer nivel mundial como American Economic Review, acaba de dar a conocer los resultados de su estudio «Parenting Style as an Investment in Human Development«. En él, desarrolla un modelo donde, además del tiempo y dinero de un hogar, agrega un factor clave para la inversión en los niños: el estilo de parentalidad. No se nace buen padre o mal padre, sino que la calidad de la parentalidad es maleable y esto hay que tenerlo en cuenta en los modelos económicos.

Nobodys perfect.

El programa Chile Crece Contigo es una iniciativa del gobierno de Chile que se ha transformado en una política pública estable, que busca ayudar a que los niños sean acompañados y apoyados durante toda su trayectoria de desarrollo, desde su primer control de gestación, dando preferencias a aquellas personas que estén en situaciones de vulnerabilidad.

Actualmente esta iniciativa chilena está incorporando a su set de herramientas el programa canadiense Nobodys Perfect, programa que ha sido evaluado rigurosamente por investigadores externos al programa y que ha mostrado resultados altamente auspiciosos. Nobodys Perfect es un programa dirigido a mejorar la calidad de la parentalidad en los hogares. Fue diseñado específicamente para madres y padres con hijos de 0 a 5 años, que viven en un contexto desventajoso (baja educación y bajo ingreso). El programa se ofrece en todo el territorio de Canadá y ha sido uno de los más populares programas pro-parentalidad positiva del país.

Los objetivos de esta política son: 1) incrementar en los padres el conocimiento y la comprensión del comportamiento, seguridad y salud de los hijos; 2) cambiar positivamente las conductas de los padres respecto a esas tres dimensiones mencionadas de sus hijos; 3) mejorar la confianza y la autoestima de los padres en su rol de educadores; 4) darles nuevas herramientas de crianza para ser mejores padres; 5) incrementar la ayuda mutua entre los padres.

Nobodys Perfect es dirigido, por un facilitador entrenado especialmente, a grupos pequeños de padres en sesiones semanales durante un período de 6 a 8 semanas. En esas sesiones se sigue un protocolo estandarizado donde se avanza en temas formando grupos de discusión y realizando tareas de resolución de problemas. Así los facilitadores consiguen construir relación de confianza entre los padres, donde se van formando naturalmente grupos caracterizados por el apoyo mutuo.

Evaluación.

La evaluación de impacto de Nobodys perfect muestra que es efectivo en alcanzar la mayoría de los objetivos del programa: al final del programa, los padres muestran tener un mayor uso de estrategias de buenas prácticas de disciplina (por ejemplo usar una situación problemática como una oportunidad para enseñar al niño; explicarle al niño calmadamente por qué lo que está haciendo está mal; etc.).

Estos cambios se mantienen y continúan luego de acabar el programa. La literatura cognitiva y comportamental señala como clave esta área de la disciplina, por los efectos positivos que tiene en los resultados académicos y habilidad no cognitivas futuras de los niños.

Otro efecto positivo del programa es el cambio de hábito de los padres frente a las situaciones problemáticas que pueden presentar sus hijos: Nobodys perfect llevó a que los padres adoptaran posturas de enfrentar el problema activamente y abandonar posturas de mera pasividad frente al comportamiento de los niños. Los padres también incrementaron el tiempo que dedican a interactuar con los hijos.

Finalmente, aumentaron las habilidades de los padres para hacer frente a los factores estresantes típicos de la parentalidad, y las habilidades de resolución de problemas, y mejoraron las percepciones del apoyo mutuo entre pares.

Un aspecto adicional, especialmente interesante, es que el programa Nobodys Perfect no fue diseñado para familias en crisis —ya existen otros programas efectivos para ese fin—, sino que intenta ser un programa esencialmente preventivo: se enfoca en los padres antes de que surjan los problemas. También se muestra interesante el hecho de que este programa nacido en Canadá, se ha mostrado aplicable en contextos vulnerables en Latinoamérica, como es el caso de Chile.

La economía identifica como central para el desarrollo de un país las inversiones en capital humano. Y en esto el rol de los padres es fundamental. La buena noticia es que los padres son maleables, pero hay que atacar estos temas ya en la gestación del niño: no esperar a los incendios, sino prevenir. ¿Y si todos los centros educativos, incorporan esta perspectiva de parentalidad positiva en los padres de sus alumnos? ¿No se podrá potenciar aún más el trabajo que hoy ya se hace en los CAIF? Cuanto antes de desarrollen las habilidades para ser mejores padres —incluso antes de formar la pareja o apenas formada—, más beneficios para toda la sociedad.

Fuente: http://www.elpais.com.uy/economia-y-mercado/nadie-perfecto.html

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