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Jornada de paro de educadores en Colombia

América del sur/Colombia/14 Febrero 2019/Fuente: Prensa Latina

La Federación Colombiana de Educadores (Fecode) protagonizará hoy un nuevo paro nacional en defensa de la enseñanza pública y en rechazo a la política injerencista del gobierno contra Venezuela.
El sindicato de maestros colombianos también saldrá a marchar por las principales ciudades del país en desacuerdo con irregularidades en la prestación de los servicios de salud y en acto de condena a los asesinatos de líderes sociales.

La protesta está dirigida, además, contra el proyecto de Plan Nacional de Desarrollo (PND) presentado por el Ejecutivo ante el Congreso, el que, según Fecode, carece de un enfoque de derechos laborales y de promoción de la justicia social.

Fecode y la Central Unitaria de Trabajadores critican el PND por considerar que alienta formas laborales precarias que profundizan la desigualdad y las brechas estructurales que afectan a Colombia.

Con respecto a Venezuela, el gremio magisterial suscribió esta semana una carta enviada al presidente colombiano, Iván Duque, en la que 22 congresistas y cientos de intelectuales y organizaciones sociales le pidieron desmarcarse de cualquier acción belicista contra el gobierno constitucional de Nicolás Maduro.

Sobre el sistema de salud, el gremio sostiene que siguen demorando procedimientos a los pacientes y cataloga de injustificados los atrasos en la entrega de medicamentos, entre otras deficiencias.

Opina Fecode, asimismo, que la educación debe garantizarse de forma gratuita desde el preescolar hasta la Universidad para garantizar el derecho universal a la enseñanza.

En esta capital, la movilización comenzará a las 08:00, hora local, con marchas desde diferentes barrios de Bogotá que concluirán en el Ministerio de Educación.

También están previstas manifestaciones en las ciudades de Medellín, Cali, Bucaramanga, Barranquilla, Montería, Tunja, Pereira e Ibagué, entre otras.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=252869&SEO=jornada-de-paro-de-educadores-en-colombia
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Colombia: Universidad Nacional lanza primer curso con certificación blockchain

América del sur/Colombia/14 Febrero 2019/Fuente: Semana

El uso de tecnología blockchain en diversas universidades del mundo está cambiando la forma de certificar a los estudiantes en distintas partes del mundo. En Colombia, la Nacional es de las primeras en atreverse a implementar esta herramienta.

La tecnología  blockchain está de moda en el mundo. Desde su uso más popular, registrar las transacciones de las criptomonedas, hasta guardar su historial médico en línea o verificar el origen exacto de las lechugas que está comprando en Walmart (una aplicación que empezará a pilotear la multinacional este año), los horizontes de esta tecnología son inmensos en casi todas las áreas laborales.

La educación no es la excepción. Este año, la Universidad Nacional empezará un piloto para entregar certificados en línea con esta tecnología para los estudiantes que aprueben el curso “Blockchain con énfasis en desarrolladores de contratos inteligentes” ofrecido por el Programa de Educación Continua.

De esta manera, la información de quienes aprobaron el curso estará protegida en línea. La tecnología blockchain hace que la información sea prácticamente imposible de hackear.

El sistema funciona así: la Universidad Nacional pagará para acceder a una red de Blockchain que mantendrá el registro de la información. Cuando termine el curso, un funcionario de la institución debidamente certificado subirá el registro de los estudiantes que lo aprueben. Los creadores del sistema incluso están considerando la posibilidad de aplicar una clave de seguridad biométrica, para proteger mejor esta información.

Lo interesante de este proyecto es que resguarda la información de los certificados y permite que cualquiera pueda consultar en una plataforma web la autenticidad de ese documento académico”, dice Mauricio Tovar, codirector del Grupo de Investigación InTIColombia, que diseñó la tecnología, y uno de los profesores que dictará la clase que ofrecerá esta certificación.

Esta no es la primera institución educativa en el mundo en aplicar este tipo de herramienta tecnológica. El Instituto Tecnológico de Massachusetts creó su propio diploma por blockchain, Blockcerts, junto a la empresa Learning Machine en 2017. La Universidad de Nicosia, la más grande de Chipre, hizo lo propio en 2014. La Universidad de Princeton, Cornell y la Universidad de California cuentan con esta tecnología también, por nombrar algunas.

De hecho, en Colombia, la Universidad Javeriana también empezará a usar en el futuro próximo la tecnología blockchain de Credly, uno de los principales proveedores mundiales de insignias digitales, gracias al contrato que firmaron recientemente con Acreditta, prestador de este servicio en el país.

En el futuro, lo más probable es que todos los certificados académicos estarán a salvo en una red de servidores en distintas partes del mundo gracias a la tecnología blockchain, en vez de quedarse colgados en una pared.

¿Por qué? La ventaja de este modelo es, principalmente, la seguridad. La tecnología blockchain permite guardar de manera segura los certificados en un ecosistema digital, donde tienen una utilidad más grande que los diplomas tradicionales.

Un estudiante que apruebe “Blockchain con énfasis en desarrolladores de contratos inteligentes”, recibirá un correo con un enlace. Con este, podrá, por ejemplo, colgar el certificado en su perfil de LinkedIn, donde un futuro empleador pueda verificar la validez del título.

Y es que la verificación de las credenciales es un paso cada vez más crítico de la selección de personal. “Hay estudios que demuestran que hay una gran cantidad de certificaciones académicas que son falsificadas; algunos, hablan de entre un 5 y un 10% de las certificaciones en el mercado laboral, dice Tovar.

Por otro lado, en Colombia son bien conocidos los casos de servidores públicos que dicen tener una formación que no tienen. Esta tecnología soluciona esos problemas, precisamente.

“La idea es probar en la tecnología en este curso y llevarla más adelante a otras clases de Educación Continua; después, por qué no, llevarlo a programas de pregrado”, afirma Tovar.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/blockchain-en-la-universidad-nacional/600676

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¿Por qué la educación y la tecnología son aliados inseparables?

América del Sur/ Colombia/ 13-02-2019/ Fuente: www.semana.com.

Hoy más que nunca es importante pensar en cuál es el uso apropiado que se le debe dar a las tecnologías en los procesos de enseñanza.

Hoy en día los más jóvenes se caracterizan por pertenecer a la generación de los nativos digitales, esa parte de la población que nació después de la invención del internet. Es por eso que incorporar la tecnología a la educación aporta una serie de beneficios que ayudan a mejorar la eficiencia y la productividad en el aula, así como aumentar el interés de los niños y adolescentes en las actividades académicas.

Internet y el acceso a dispositivos móviles cada vez más intuitivos ha puesto un cambio de paradigma en el uso de la tecnología. Ese cambio también se evidencia en el ámbito de la educación, en el que cada vez más cosas se pueden hacer, aprovechando la red y sus posibilidades, tanto en el aula de clases como fuera de ella.

Pero no hay que pensar que estos procesos son nuevos. De hecho, la tecnología lleva varios años asistiendo a profesores y estudiantes en su trabajo diario. Los procesadores de texto, las calculadoras, las impresoras y los computadores se han utilizado desde hace décadas para las distintas actividades estudiantiles.

Sin embargo, ahora con internet y la tecnología móvil en auge se incorporan aún más elementos tecnológicos al entorno educativo. Pizarras interactivas, aulas virtuales y un sinfín de recursos electrónicos para llevar a cabo investigaciones o realizar trabajos escolares son algunas de las formas en las que la tecnología digital se ha integrado con las escuelas y universidades.

“Es un momento de grandes oportunidades. Las universidades han usado tecnologías para ampliar el acceso a la educación. Aun así, las instituciones innovadoras de hoy están usando la nube inteligente para escalar experiencias de aprendizaje altamente personalizadas que más allá de la cobertura, mejoren la calidad”, le dijo a Semana Educación Rob Curtin, director mundial de Educación Superior de Microsoft.

Además, la web 2.0 y las redes sociales animan a los estudiantes a expresarse y relacionarse con otros compañeros, lo que permite aprender de forma interactiva. “Las posibilidades de Internet son muy amplias. Gracias a la facilidad para compartir contenidos es posible aprovechar la red para facilitar a los estudiantes libros electrónicos e interactivos para que realicen sus actividades y ejercicios sin necesidad de tener el libro en papel, lo que reduce los costos de producción de los libros y además permite a los estudiantes acceder a libros que no se pueden encontrar en su país sin necesidad de moverse de sus casas”, añade Curtin.

La tecnología en el espacio educativo permite el uso de herramientas más interactivas y que mantienen la atención de los estudiantes con mayor facilidad. Además, las redes sociales y la Web 2.0 implica compartir puntos de vista y debatir sobre las ideas, lo que ayuda a que los niños y adolescentes desarrollen un pensamiento crítico en una época en la que sus cerebros se están desarrollando.

Por otro lado, los profesores pueden beneficiarse mucho de los avances tecnológicos para hacer su trabajo más atractivo y para ser más eficientes. “Muchas actividades de las que forman parte de su rutina diaria se pueden optimizar con la ayuda de aplicaciones y dispositivos informáticos, permitiendo que puedan dedicar más tiempo a su propia formación, lo que a largo plazo no solo les beneficiará a ellos sino a sus estudiantes”, explica el experto.

Así mismo, por su flexibilidad y capacidad de adaptación de cara a que los estudiantes puedan seguir ritmos distintos en su aprendizaje, hace que la tecnología se adapte a los entornos educativos. “Los estudiantes más aventajados pueden tener a su disposición contenidos adicionales y aquellos que necesiten un refuerzo, pueden recurrir a materiales de apoyo para reforzar aquello que aprenden en clases”, dice Curtin.

Ciertamente, usar la tecnología en el entorno académico no es algo nuevo, sin embargo la forma en la que dicha tecnología se utiliza ha cambiado mucho a lo largo de los años, permitiendo mayor flexibilidad, eficiencia y aprovechamiento de los recursos educativos y ofreciendo una formación de mayor calidad a los estudiantes.

Rob Curtin será uno de los líderes presentes en la Cumbre Líderes por la Educación 2017. Para más información siga el siguiente enlace.

Fuente de la noticia: https://www.semana.com/educacion/articulo/uso-de-la-tecnologia-en-la-educacion/539903

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¿Hacia qué educar?

Por: Moisés Wasserman.

 

Es frecuente oír que la educación universitaria no es necesaria para hacer grandes cosas en la vida, y el ejemplo es Steve Jobs. Es cierto. Para ser empresario, político, periodista o escritor, tal vez no sea estrictamente necesario (aunque la mayoría afirma que sí han servido los estudios).

Pero no es posible ser médico, abogado, ingeniero, filósofo, matemático, químico, economista, pianista o antropólogo sin haber estudiado. El mundo moderno requiere personas con competencias de alta complejidad. No es una coincidencia que los países con mayor desarrollo social sean los que tienen las coberturas más altas en educación superior y las universidades de mejor calidad. No es casualidad que las aspiraciones de los jóvenes estén concentradas en la educación.

La pregunta difícil es hacia qué y cómo se debe educar. En algún momento las respuestas eran claras, hoy lo son menos. Uno de los enfoques para responder es tratar de prever cómo va a ser el mundo al que lleguen esos jóvenes y con qué nuevos retos se van a encontrar. (Para no confundir omito acá análisis sobre educación ética y ciudadana; será en otra ocasión.)

Seguramente un hecho dominante es el cambio acelerado en los conocimientos y la información. Hoy un graduado sabe que deberá renovar sus conocimientos cada cinco años, en el futuro cercano tendrá que cambiar de oficio cuatro o cinco veces en la vida. Es decir, la formación tendrá que ser tan flexible que le permita cambiar sin empezar de ceros.

Eso lleva a la conclusión, aparentemente paradójica, de que los estudios de mayor relevancia hacia el futuro van a ser precisamente los más clásicos y fundamentales. No importa cómo se llamen las ingenierías o las tecnologías del futuro, todas tendrán en sus bases las matemáticas, la química y la física. Cuando los diagnósticos los hagan computadores y las cirugías robots, los médicos necesitarán biología y fisiología molecular, matemáticas y electrónica para responder a las nuevas preguntas. Los computadores nos ayudarán a escribir textos, pero las ideas, la forma de expresarlas y el análisis crítico seguirán dependiendo de qué tan buenos lectores seamos.

El cómo educar cambiará. En realidad, ya está cambiando. Hay mil teorías de cómo hacerlo mejor, pero la mayoría coincide en algunas estrategias. La investigación científica adquirirá cada vez mayor relevancia en el proceso formativo. No solo porque es obsoleto transmitir conocimientos, es necesario producirlos, sino porque el proceso mental de la investigación es el mismo con el que el estudiante desarrolla su imaginación y su capacidad de análisis. La educación será cada vez más personalizada, no va a haber dos matemáticos o dos biólogos iguales; incluso dentro de un mismo curso se podrán estudiar cosas diferentes. Se estudiará más en grupos, el papel del maestro seguirá siendo importante (aun contra la inteligencia artificial), pero será el de un acompañante. Las fronteras de las disciplinas se harán cada vez más difusas y más amplias.

Un estudio reciente de la Ocde definía, entre grupos de interés muy diferentes, cuáles son las cualidades necesarias para el éxito en el trabajo. Hubo coincidencias extraordinarias. Tres características fueron calificadas por todos como las más importantes. En su orden: generar nuevas ideas/soluciones, disposición para cuestionarse, y capacidad para expresar bien sus ideas. Las de menor importancia fueron capacidad negociadora y autoridad.

Mientras debíamos estar discutiendo estos hechos, que van a definir la vida y la felicidad de nuestros jóvenes, los académicos nos distraemos peleando por cosas que nos parecen urgentes, pero que posiblemente se vean en poco tiempo como discusiones bizantinas sobre el sexo de los ángeles.

Fuente del artículo: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/moises-wasserman/hacia-que-educar-columna-de-moises-wasserman-324280

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Ángela Stella Camacho: El mundo necesita mujeres en la ciencia

Por: Semana.com.

Este lunes se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una ocasión que pretende rescatar el trabajo de las mujeres en la ciencia e incentivar más su participación. Ángela Stella Camacho, presidenta de la Red Colombiana de Mujeres Científicas, habló sobre la importancia de esta labor.

Este 11 de febrero se celebra, por cuarta vez consecutiva, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. La Asamblea General de Naciones Unidas proclamó esta iniciativa en 2015, como una forma de promover e incentivar la participación femenina en las áreas de ciencia y tecnología, donde han tenido históricamente poca visibilización.

Y es que, aunque grandes contribuciones se le deben a mujeres científicas destacadas, todavía hoy, en pleno siglo XXI, hay una considerable brecha de género en las publicaciones científicas, los títulos de doctorado e incluso el rendimiento académico en áreas de ciencia en la educación básica y media.

Según las pruebas Pisa 2015, las niñas de 15 años tienen peor puntaje en el área de Ciencias que los niños, en 25 de los 34 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde). Curiosamente, sólo en Finlandia, Letonia, Bulgaria y la mayoría de países musulmanes que hacen la prueba, las niñas tienen mayor probabilidad de destacarse en Ciencias que los niños.

En Colombia, las niñas se sacaron en promedio 10 puntos menos que los niños en esta área. También les fue peor en matemáticas (11 puntos menos, en promedio) y mejor en lectura (16 puntos más).

De otra parte, también existe una brecha de género en los índices de producción científica. De acuerdo con los indicadores de 2017 del Observatorio de Ciencia y Tecnología (OCyT), el país tiene poco más del doble de investigadores hombres que mujeres.

Por esta razón, promover el interés en la ciencia en las niñas y visibilizar el aporte que han realizado científicas es una cuestión fundamental para todas las etapas del sector educativo en todo el mundo.

Aprovechando esta ocasión, Semana Educación habló con la profesora de la Universidad de los Andes Ángela Stella Camacho, una reconocida física colombiana y presidente de la Red Colombiana de Mujeres Científicas, sobre las causas de esta brecha y las estrategias para incentivar la participación femenina en la ciencia nacional.

Semana Educación: En la mayoría de países, las niñas de 15 años tienen peor desempeño en Ciencias que los niños. ¿A qué atribuye este fenómeno?
Ángela Stella Camacho: Hay quien dice que eso habla de una falta de interés, porque desde muy pequeñas a ellas se les hace muy poca motivación por los conceptos que desarrollen la comprensión del espacio, qué es y cómo funciona. A los muchachos no. A ellos se les motiva mucho más con juegos que les desarrolla más sus capacidades espaciales que después les facilitan mucho las matemáticas.

Desde bebés las niñas reciben juegos en los que no se les incentiva esos conceptos. Y las niñas terminan recibiendo el mensaje de que es que no son buenas para eso. A medida que van creciendo van recibiendo ese mensaje y lo van apropiando. Y deja de interesarles este tipo de temas.

Ahora, sobre eso todavía hay muchas ideas. Habría que hacer una investigación juiciosa y bien formada para poder decir, “sí, es eso».

S.E.: ¿Cómo incentivar entonces el interés de las niñas por la ciencia?
A.S.C.: Hay que trabajar con ellas desde pequeñas en temas que tengan que ver más con el pensamiento espacial y la geometría. Las niñas, por ejemplo, casi no reciben juegos de Lego, que ayudan a incentivar mucho esas habilidades. Ellas reciben una muñeca o cualquier cosa que no les permite ponerse a pensar y desarrollar esa capacidad tan fácilmente. Yo creo que eso incide mucho.

S.E.: ¿Ese es el objetivo de la Red Colombiana de Mujeres Científicas?
A.S.C.: Sí, precisamente, es promover y visibilizar el trabajo de las  científicas colombianas. No es que no haya, sí están haciendo trabajo de gran calidad. Pero generalmente se ha quedado en la sombra. La Red busca eso: mostrarle a la sociedad que las mujeres también están haciendo ciencia y que hay científicas en colombia en diferentes áreas en tecnologías y en ciencias básicas. Son pocas, es cierto, pero las hay.

S.E.: ¿Es retador ser una mujer que hace ciencia en Colombia?
A.S.C.: Pues, cuando uno se pone a ver, entiende que haber sido mujer no permitió llegar a ciertas cosas, desarrollar ciertos temas profesionales, porque de alguna manera los comités y las comisiones que deciden sobre distribución de dineros, generalmente son de hombres. Claro, tampoco es que ellos estén buscando discriminar activamente, pero el ambiente es tal que no se les ocurre que también es importante que entre una mujer a poner su perspectiva.

Puede leer: ¿Falta mucho para cerrar la brecha de género en la ciencia?

S.E.: ¿Qué le aporta esa perspectiva de género?
A.S.C.: Habría que ver, porque hasta el momento todo ha sido hecho por hombres con un enfoque muy masculino. Las pocas mujeres que han hecho ciencia tienen que adaptarse a eso o retirarse, porque ese es el ambiente. También creo que eso incide mucho: acá el ambiente es demasiado masculino y las niñas prefieren retirarse a hacer otras cosas porque no se sienten a gusto. Un toque femenino definitivamente atraerá mucho más a las mujeres, no más la atmósfera de trabajo la haría mucho más atractiva para ellas.

S.E.: Ahora en la Misión de Sabios quedaron sólo 15 mujeres de 43 expertos. ¿Eso habla de una invisibilización sistemática del aporte de las mujeres en la ciencia nacional?

A.S.C.: Pues esos son los porcentajes normales. Por eso hay que cambiar esa diferencia, porque siempre son muy pocas mujeres. El tema es el ambiente mismo. Si uno se pone a pensar, ha habido aportes muy importantes de mujeres, que no se reconocen casi por ser de mujeres. Es el caso de  Jocelyn Bell Burnell, que en los setentas hizo el descubrimiento de los púlsares, pero el premio Nobel se lo dieron a su profesor. O el de Marie Curie, que primero le ofrecieron el premio a su esposo, y si no es porque él no acepta -porque el trabajo lo hicieron ambos- no se lo dan a ella también.

Uno dice, claro, en el siglo XIX qué iban a fijarse en una mujer. Pero eso se presenta todavía ahora, con los trabajos que vienen firmados por más de una persona y el reconocimiento se lo dan al que tiene más prestigio, que generalmente es un hombre.

S.E.: ¿Cómo está la equidad de género en las ciencias en el país?
A.S.C.: De eso hace falta estudio y cifras exactas todavía. Uno piensa que va mejorando. Aunque, por ejemplo, yo hice mi carrera de Física y éramos 4 mujeres de 40 estudiantes. Y ahora, que soy profesora de universidad, sigue siendo más o menos ese el porcentaje. A lo mejor ha subido un poco, pero no mucho. En los 50 años que lleva la carrera de Física en Colombia, el cambio ha sido muy poquito en cuanto a porcentaje de mujeres.

S.E.: ¿Qué estrategias se pueden usar?
A.S.C.: Hay que trabajar en todas las etapas de la cadena educativa. Con las niñas pequeñas para motivarlas; con las niñas de bachillerato, para demostrarles que, si les gusta la ciencia, la pueden hacer; darle tutoría a las que ya están haciendo un pregrado y empiezan a tener sus dudas y ayudar a las profesionales, para que sean líderes, que muestren su trabajo y se destaquen en el ambiente en el que les toca trabajar, que es uno muy masculino.

Hoy, por ejemplo, estuve en una reunión en la Escuela Normal María Montessori con unas 200 niñas de diferentes colegios y ya uno ve que efectivamente están empezando a tomar conciencia de que sí pueden desarrollar una carrera en ciencia. La cosa es que hay que empezar a hablar mucho el tema.

Fuente de la entrevista: https://www.semana.com/educacion/articulo/dia-de-la-mujer-en-la-ciencia-entrevista-con-angela-camacho/600935

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Las universidades en Colombia: se transforman o se acaban

América del Sur/ Colombia/ 12.02.2019/ Fuente: m.elnuevosiglo.com.co.

El ingreso a la universidad ya no representa un salto social como lo fue durante el siglo XX. Hoy miles de egresados se quedan sin empleo, terminan carreras que no tienen demanda en el sistema, o se emplean en cargos para los que no estudiaron

Aunque las estadísticas muestran un aumento en la cobertura y el acceso, los cambios tecnológicos y poblacionales ponen en riesgo el sistema de educación tradicional que ha prevalecido por siglos en la educación superior.

Las heridas del paro de 2018 no se han cerrado. Hay universidades que vivieron largos debates para volver a clases. Para algunos, los recursos asignados no fueron los esperados, o lo peor, se teme que el Gobierno no pueda cumplir con la asignación de recursos. La situación se mezcla con una realidad: los cambios que se están presentando en el esquema de formación tradicional que no se han modificado durante siglos y es el que exige el movimiento estudiantil.

Según el último informe de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI)  la tasa de matrícula en educación superior de América Latina es la de mayor crecimiento en el mundo. En promedio, la edad de los estudiantes de pregrado está entre los 18 y 23 años con un salto en 25 años del 17% de cobertura al 42%, lo que lo acerca a lo que se considera cobertura universal, que es del 70%.La región está a 26 puntos del promedio de los países de la OCDE. Para Colombia, según las cifras del Snies y el MEN en 2018 son todavía mejores que las de América Latina. La tasa de cobertura se encuentra en 52,8%, un crecimiento acelerado del 15%  desde 2010, cuando se ubicaba en el 37,1%.

Ese aumento desmitifica varios de los argumentos que se presentaron durante el paro, afirmaciones como que hay menos recursos, que se ha desfinanciado el sistema o que el gobierno anterior no hizo nada por la educación. Otra variable que sorprende es que por un pequeño margen la mayoría va a las universidades públicas, 51% frente al 49% que asisten a las privadas, y a pesar de los anuncios del crecimiento de la educación a distancia o virtual, las diferencias en el país siguen siendo abismales. 82% de los estudiantes hacen programas presenciales y solo el 18% hace programas virtuales o semipresenciales.

Esa prosperidad y progreso que según las cifras presentan el sector en Colombia solo puede ser exitosa si es capaz de adaptarse a las necesidades de la sociedad y a las exigencias más complejas del sistema económico. Ya con altos índices de cobertura una tarea es la calidad, la pertinencia y la empleabilidad. Por otra parte, se requiere una alta cualificación y las universidades deben repensarse para ser competitivas durante el siglo XXI.

El repensarse se debe a que el sistema colombiano cada vez es más complejo. Hay una desconexión entre los programas que ofertan las universidades y la demanda laboral en un sentido integral. Eso se evidencia en que el ingreso a la universidad ya no representa un salto social como lo fue durante el siglo XX. Hoy miles de egresados se quedan sin empleo, terminan carreras que no tienen demanda en el sistema, o se emplean en cargos para los que no estudiaron. La reducción del salto social refleja también una disminución del retorno de la inversión en educación y que la movilidad social es menor. Por lo tanto, más allá de más recursos se debe pensar para qué y cómo invertirlos. No se puede dejar el sistema en riesgo de fracasar por falta de innovación e inserción de los cambios en la economía del país, que mantiene una dependencia agropecuaria, pero que cada vez se diversifica más hacia los servicios, la manufactura y la tecnología.

A eso se suman los cambios poblacionales. Según la información preliminar del Censo de Población de 2018, la natalidad disminuye y la esperanza de vida aumenta. Con una población que vivirá en promedio 77 o 79 años en las próximas décadas, los tiempos para pensionarse aumentarán. La tecnificación reducirá la oferta de empleos en algunos sectores y la crisis pensional puede llevar a la reducción de contratos a término indefinido o largo plazo. Por eso, se requieren instituciones que piensen y formen para el largo plazo y que involucren las variables culturales y poblacionales del país.

Durante la administración de Juan Manuel Santos se intentó implementar un sistema de calidad y evaluación. Se creó el SNET y nada de eso avanzó. El sistema se niega a repensarse. Se requiere replantearse el modelo tradicional de la educación superior, de lo contrario, a pesar de su temporal robustez, está destinado a desaparecer.

Fuente de la noticia: http://m.elnuevosiglo.com.co/articulos/02-2019-grupos-armados-reclutaron-7398-menores-en-33-anos

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Características de los docentes en Colombia

Por: Ángel Pérez Martínez

Algunos maestros y directivos docentes discuten si requerimos doctores trabajando como docentes en las aulas escolares, o si el país requiere más bien un magisterio con nivel de maestría y una fuerte valoración.

Por fortuna hoy en el mundo se reconoce la profesión docente como una de las más importantes de la sociedad, dado su impacto en la calidad de la educación, en el crecimiento económico, en la formación para el desarrollo de la convivencia y la ciudadanía, y en factores que han tomado relevancia, como el manejo de las emociones y la felicidad de los niños y jóvenes en el aula y en las instituciones escolares. Sin olvidar los efectos positivos que puede lograr un colegio con buenos maestros en un entorno pobre y conflictivo.

El Banco de la República ha publicado un estudio sobre quiénes son los docentes en Colombia, en donde se realiza una descripción detallada de los docentes del sector oficial en el país, a partir de la información sobre las plantas de personal docente del Ministerio de Educación Nacional y de los resultados en las pruebas SABER 11.

Dicho estudio, que recomiendo a los docentes, sindicatos y a quienes trabajan en educación, suministra información relevante sobre la organización y composición del sector educativo en la que el MEN y el Congreso Nacional se deberían apoyar para debatir la propuesta educativa en el Plan Nacional de Desarrollo 2018 – 2022.

A continuación, destaco algunos puntos relevantes de esta investigación:

En Colombia en 2017 había 318.655 docentes oficiales, de estos, 299.017 se desempeñaban en cargos docentes y 19.638 en cargos directivos; adicionalmente, 261.297 maestros (82%) tenían nombramiento en propiedad y el resto (57.358) nombramientos provisionales. De acuerdo con la matrícula oficial del mismo año, calculada en 7.849.066 estudiantes según DANE, tendríamos un promedio nacional de 26,2 estudiantes por docente. Vale aclarar que, como aún no alcanzamos un gasto educativo que atienda costos de calidad, para el pago de salarios y prestaciones de estos docentes se destina el 86% de los recursos del Sistema General de Participaciones (SGP), razón por la que la mayoría de las entidades territoriales no cuentan con recursos para funcionamiento y mantenimiento de los colegios, dotaciones, aulas especializadas, inclusión y otras variables que afectan dicha calidad.

Los docentes oficiales tienen una edad promedio de 47,4 años y en su mayoría son mujeres (64,9%); sin embargo, por niveles, se destaca que el 75,7% de los docentes en primaria son mujeres, mientras que en secundaría están más repartidos: las mujeres representan el 52%. Esta característica se asocia con el hecho de que la mayoría de los docentes de secundaria (58,3%) se rigen por el nuevo Estatuto Docente, decreto 1278 de 2002, y en primaria sólo lo hace el 48,2%.

Para contrastar, los profesores de los países de la OCDE tienen una media de edad de 43 años, Inglaterra y Bélgica tienen los profesores más jóvenes, con una media de edad de 39 años, mientras que Italia tiene los docentes con la media de edad más alta, 49 años (TALIS 2013). Así mismo, de los 34 países que participaron en la encuesta TALIS del 2013 se encontró que el 67% de los encuestados son mujeres y en 22 países ellas representaron más del 75% de total de los docentes.

Es de resaltar, por otra parte, que el país empieza a contar con un magisterio oficial muy bien formado: el 91,9% de los docentes tienen título profesional y 9% son normalistas y técnicos o tecnólogos; el 41,1% tiene títulos de posgrado, cifra bastante significativa. Ahora bien, se encuentran diferencias en la formación de los maestros cuando se analizan los niveles educativos donde ellos enseñan: el 100% de los docentes de secundaria tienen como mínimo un título profesional (incluidas las carreras pedagógicas), esta proporción en primaria sólo llega a 83,8%. Así mismo, el 42,2% de docentes en secundaria tienen formación de posgrados y sólo el 37,4% de los docentes de primaria tienen este título. En este punto se destaca que la formación de los maestros en Colombia ya empieza a ser similar a la de los países de la OCDE, máxime que dado los estímulos salariales que produjo el decreto 1278 de 2002, a mayor formación en postgrados, mayor salario, por lo que los docentes buscan con afán tener como mínimo un título a nivel de maestría.

El hecho de que los docentes en Colombia sean profesionales, gocen de estabilidad laboral y cuenten con experiencia, además de mayor formación a nivel de posgrado, debería conllevar a un mayor impacto en la calidad de la educación, no sólo medida en términos de las pruebas SABER, sino en la vida real en cuanto a ciudadanía, participación democrática y convivencia. Sin embargo, de manera especial con respecto a la formación de postgrados es aún muy pronto para evaluar sus resultados, dado que este proceso empezó de manera masiva hace menos de 10 años. Por ejemplo, Bogotá inició el proceso de financiar los estudios de posgrado de más de 6.000 docentes en el año 2012, y muchos de ellos están aún en proceso de graduación.

Este último punto empieza a ser controversial, algunos maestros y directivos docentes discuten si requerimos maestros con formación doctoral para trabajar como docentes en las aulas escolares, o si el país requiere más bien un magisterio con nivel de maestría, donde, además, se valore en términos salariales la formación puntual en el sitio de trabajo que ayude a mejorar sus prácticas educativas, manejo de aula, procesos de innovación y otros desarrollos pedagógicos. Así mismo, se discute sobre el tipo de maestrías que requieren los profesores, si la formación posgradual la debe determinar la oferta de las facultades de educación y las secretarías de educación, o la demanda que hacen los docentes de acuerdo con sus intereses y trabajo en el aula. Interesante, ¿verdad? En el próximo artículo continuaré el análisis de este muy buen documento del Banco de la República.

Fuente del artículo: https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/caracteristicas-de-los-docentes-en-colombia-por-angel-perez-martinez/266997

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