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Colombia: Las finanzas de la educación superior

Colombia /www.portafolio.co / 10 de Enero de 2018

n el 2017 la política pública que quizá generó más polémica fue el programa Ser Pilo Paga. Lo polarizado del debate, en el cual se defienden posiciones de seguir el programa tal como está o acabarlo para redirigir esos recursos a instituciones públicas, ha impedido evaluar con objetividad su pertinencia. Por una parte, el argumento de que impacta a las finanzas del sistema público de educación superior está parcialmente en lo correcto. Mediante este mecanismo, el Estado ha dirigido el 86% del presupuesto del programa a universidades privadas de alta calidad.

Es de esperar que, al poner a competir en las mismas condiciones instituciones públicas y privadas y dejar que la decisión recaiga sobre los estudiantes, estos opten por la oferta privada, ya sea por el diferencial del costo observado de ambas opciones, la promesa de movilidad social implícita en la educación privada, o el esfuerzo y gasto en promoción y marketing.

Así, el Estado ha financiado íntegramente los cupos a precios de mercado y sin ningún descuento o cofinanciación, y esta concentración del dinero público en instituciones privadas ha implicado más desigualdad en un sistema ya inequitativo, en el que pocos son los recursos que llegan a la oferta regional. Esto no generaría problema si el programa se financiara con recursos adicionales a los subsidios de oferta, pero esto solo fue posible en la primera cohorte, siendo luego financiado por recursos Cree, diseñados en principio para fortalecer la inversión de las instituciones públicas.

Sin embargo, los críticos del programa ignoran sus efectos positivos. Primero, Ser Pilo Paga puede considerarse una estrategia social por la cual el Estado selecciona sus mejores talentos para formación de calidad; y el alto potencial de sus beneficiarios garantiza que este gasto sea la inversión social de más alto retorno entre las alternativas existentes. Segundo, el programa ha sido un motivador para los bachilleres, sembrando la idea de que el mérito es premiado, y mejorando el resultado de Saber Pro en los puntajes más altos. Por último, el intercambio cultural ha enriquecido el ambiente y la formación en las universidades privadas.

Con estos argumentos es posible plantear algunas alternativas para mejorar el programa: a) no puede competir por financiación con recursos para instituciones públicas, por lo que la única forma es garantizarle una partida extraordinaria del presupuesto; b) la carga financiera del crédito la deben asumir las instituciones no los estudiantes, y ser estas las que respondan en casos de deserción; c) las becas deben ser un esfuerzo conjunto entre universidad y Estado, por lo que las instituciones privadas interesadas en recibir pilos deberían comprometerse a reducir el valor de su matrícula en 30%, y d) el corte del Saber *11 se podría definir de forma departamental, para evitar que reproduzca desigualdades regionales.

El debate ha sido mal enfocado, al priorizar ya sea programa o la financiación de la universidad pública, y el gran problema es la escasez de recursos para educación superior, en general. Hay que reflexionar si es hora de dirigir más recursos al sistema de educación superior, y rediseñar estructuralmente su esquema de financiamiento.

David Forero
Investigador de Fedesarrollo

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Entrevista: Jorge Galindo: «Nuestro tejido productivo no está a la altura del cambio educativo que se ha producido»

América del Sur/Colombia/09.01.2018/Autor y Fuente: http://valenciaplaza.com/

 

 Jorge Galindo reside en Bogotá donde acaba de fundar una pequeña consultoría. Desde allí escribe sus columnas semanales para El País o sus artículos para Jot Down, pero, sobre todo, ultima la tesis de su doctorado en la Universidad de Ginebra, de la que ha formado parte durante los últimos años. Máster en Políticas Públicas por la Erasmus University de Roterdam y la Central European University, estudia la economía política que explica las reformas estructurales. En resumen, trabaja para comprender e influir en las políticas públicas.

Nacido en València en 1985, Galindo es cofundador y miembro de Politikon. Desde 2010 ésta plataforma de jóvenes académicos y profesionales independientes promueve el debate en España desde su conocimiento de las ciencias sociales. Sus miembros colaboran en un buen número de medios y son la voz más habitual para conectar los dos lados de un muro invisible: el que separa la realidad social, política y económica de los millenials de la de sus padres.

El último de los libros publicados por Politikon (nueve autores, pero lo firma el colectivo) se titula precisamente así: El muro invisible. Las dificultades de ser joven en España. Galindo lo presenta junto a Kiko Llaneras –otro de los miembros– el próximo viernes en la Librería Bartleby. Aprovechamos su paso por València y sus días de encuentro familiar en el Cabanyal para hablar sobre las evidencias de este choque generacional, pero también sobre política, medios, València, inmigración y el reto por la igualdad. Para desdramatizar la percepción de edad sobre la entrevista, hemos optado por publicar las fotografías en blanco y negro.

Conflicto

-¿Podemos hablar de bandos?
-Bueno, no vamos a negar que es un conflicto. Podemos hablar de bandos.

-Entonces, una respuesta para ser leída por ambos bandos: ¿qué es el muro invisible?
El muro invisible es una metáfora facilona para explicar cuáles son las las diferencias que existen entre dos generaciones en términos de escenario de vida y riesgos a los que nos enfrentamos. El muro invisible es lo que separa los millenials de la generación anterior. Nosotros crecimos durante la burbuja crediticia y su posterior crisis. Partimos de la consciencia de que cada generación tiene sus retos y que para la anterior fueron todos aquellos derivados de construir una democracia a partir de un país que llevaba 40 años de dictadura. Para nosotros el reto está siendo enfrentarnos al muro invisibleque se ha creado. Para hacerlo no minusvaloramos el esfuerzo de esa generación anterior: construyeron un estado de bienestar, generaron un espacio de protección social, impulsaron una democracia de estándares europeos… fue un esfuerzo muy grande. Ahora bien, ese mundo ha generado una serie de consecuencias inesperadas. Las consecuencias son ese muro invisible y nuestro reto será solucionarlo.


-¿Por qué la generación parte de los nacidos en 1980?
-1980 es un buen punto de referencia, pero no tiene que ver con ese año; tiene que ver con la entrada de España en el sistema monetario único. Es decir, que partimos de la fecha de nacimiento de aquellos que se incorporaron al mercado laboral y/o universitario justo con esa situación, entre 1998 y 1999. España pasó a estar bajo las directrices del Banco Central Europeo. Como no hubo una armonización de la inflación a lo largo de toda Europa, y como nuestra inflación era más alta que la de Alemania, de repente la tasa de interés nominal provocó el cambio: bajo las directrices del BCE, el dinero rendía mucho más aquí que en Alemania. Eso provocó un flujo de crédito y la llegada de inversores a España y países beneficiados de esa situación, como Portugal o Irlanda. Y ese es el origen de la burbuja crediticia. Ese es el punto en el que los nacidos a principios de los 80 se están incorporando al mercado laboral y viven su llegada, su explosión y sus consecuencias.

«EL PROBLEMA PARA ESPAÑA NUNCA FUE TENER UN RÍO DE CRÉDITO. EL PROBLEMA FUE CÓMO LO UTILIZAMOS»

-¿Entonces el muro no tiene relación con la crisis?
-El muro ya estaba ahí, pero la crisis lo hizo evidente. La burbuja inmobiliaria fue una suspensión de la realidad por la cantidad de líquido disponible. España, hasta ese momento, jamás había tenido una tasa de paro tan baja y, aunque pasábamos por el ritual de la precariedad, había cierta facilidad para alcanzar el ‘me han hecho fijo’. Luego estalla la burbuja crediticia y el muro se hace visible para todos.

-Se cumplen 10 años del colapso. ¿Por qué estalló la burbuja crediticia?
-El problema, en realidad, en términos macroeconómicos, nunca fue tener un río de crédito. El problema es que cuando ese gran flujo llegó a España lo utilizamos como lo utilizamos. Y todavía hay discusiones sobre si está bien crear una moneda única, porque, en un área monetaria única, los modelos de producción son muy distintos. ¿Qué hicimos nosotros ante esa situación? Bueno, pues cuando llegó ese ingente caudal de crédito, cuando tuvimos esa excepcional oportunidad, nos lo gastamos en el sector inmobiliario y eso afectó de manera determinante a la entrada en el mercado laboral de toda una generación; la nuestra.

Expectativa

-¿Afectó a todos los millenials por igual?
-Para nada. Sobre todo afectó a los que tenían un coste de oportunidad mayor para seguir estudiando. Los tenemos en mente: chavales con 16 años que podían dejar de estudiar para ingresar dinero en casa. ¡Y los tenemos estereotipados en negativo! Les acusamos de que no eligieran bien, de que no siguieran estudiando. Lo que nadie tiene en cuenta, pero así lo demuestran los datos, es que la mayoría de chavales que tomaba esa opción lo hacía porque en su núcleo familiar había una necesidad perentoria de dinero.

-Y una parte de esa generación se encaminó sin saberlo hacia la desigualdad.
-Exacto. Fue una selección natural perversa, porque era la generación que en términos individuales y colectivos más necesitaba alcanzar la universidad. Pero no tomaron la decisión de manera aribitraria, sino a partir del sistema. La decisión buena era traer dinero a casa y generar más independencia económica. Para la familia y para ellos. Pero, claro, cuando explotó la burbuja, los que se quedaron fuera de juego fueron los que no deberían haberlo hecho. Los que más nos hubiera hecho falta que rompieran su barrera de generaciones anteriores, porque sus padres no fueron a la universidad, precisamente…

-Es decir, que el muro no es igual de alto para todos. ¿Lo será?
-El muro no es el mismo para todos. Porque una cosa es ser de tercera o segunda generación de personas con estudios superiores y otra muy distinta es ser el primero de la rama familiar que lo va a hacer. Porque no es la misma crisis la de aquellos que, cuando estalla la burbuja, pueden hacer un máster o marcharse a vivir y trabajar fuera, etcétera. Esto ha marcado un precedente determinante que muy difícilmente se resolverá. Y es muy cínico que todavía culpemos a los que se metían a la obra y se compraban un BMW… que les culpemos de haber elegido ‘por su cuenta’.

«CUANDO UNA CARRERA LABORAL NACE COMO LA DE NUESTROS JÓVENES, PRECARIA, TEMPORAL, ATRAVESADA POR LA CRISIS, LOS PRIMEROS 10 AÑOS DE COTIZACIÓN SON LA NADA MISMA»

-El Libro blanco del futuro de la juventud en Europa dice que la generación más joven, la que etiquetamos como millenials, puede ser la primera en la Historia que viva peor que sus padres. ¿Será así?
-Para una parte de nuestra generación, sí. La más desigualada vivirá peor. Pero, bueno, España nunca ha resuelto su problema de desigualdad y poder. Nuestras tasas de riesgo de pobreza no son las que deberían ser y tampoco lo fueron en época de bonanza. Nuestra red de seguridad no funciona bien y hay una parte de esa generación que, ante el desempleo, tiene riesgos muy profundos. Además, carece de una red de apoyo familiar y el nivel educativo es inferior, por lo que su esperanza de encontrar empleo es más baja. Por contra, sus padres vivieron en una situación de crecimiento económico y sostenido, en una sociedad del bienestar en la que confiar. La nueva generación de profesionales ya goza de esa perspectiva. Vive otra realidad.

-¿Qué cuestiones pesan en contra de esa generación?
-En España una parte importante de la cotización social depende de las cotizaciones a lo largo de tu vida. Cuando una carrera laboral nace como la de nuestros jóvenes, precaria, temporal, atravesada por la crisis, tus primeros 10 años de cotización son la nada misma. Eso va a pesar en tu vida, desde el desempleo a la jubilación. Por eso sabemos que hay gente que se va a quedar a un lado del muro y la crisis solo ha reforzado esa posibilidad.

Comunicación

-A nivel cultural, a partir de los medios de masas actuales, ¿no tienes la sensación de que vivimos la vida de nuestros padres?
-Hay una idea que comentamos entre amigos muy a menudo, que ponemos la tele y vemos La 1 de Televisión Española y flipamos. Pensamos, ¿pero qué es esto? ¿Quién ve esto? Pues parece que bastante gente, la verdad. Si no no se explican la mayoría de encuestas demoscópicas. Y digo La 1 como puedo decir Antena 3 o Telecinco Sé que la ponemos y pensamos, ¿dónde vive esta gente? ¿Qué es esto? Es cierto que hay una segmentación comunicativa generacional. Esto ha provocado que nosotros nos mantengamos en otros espacios comunicativos. Quizá, laSexta, de algún modo y hasta cierto punto, haya sabido recoger algo de esto. Pero hay una segmentación en la comunicación y se da la mano con la segmentación ideológica.

-¿Hemos sabido crear nuestros propios espacios comunicativos y de debate?
-Creo que hemos creado ciertos productos culturales y espacios de debate. Sí, creo que sí. Tenemos nuestros propios referentes y nuestro propio nombre, millenials. ¿Qué más queremos? [ríe]. Pero es cierto que la crisis ha coincidido con una crisis de identidad de las industrias culturales y de la producción mediática. La única fórmula para resolver esta situación pasa por tener una conciencia generacional. Si se tiene, es un arma poderosa para saber aprovecharla. Si no activamos esa conciencia generacional, será difícil encontrar productos culturales potentes que reconozcamos como propios.

-¿Hay más conciencia generacional en ese sentido en otros países?
-Creo que sí. Pero también hay algo más importante: en un país como Estados Unidos hay una mayor conciencia de reemplazo en el ámbito público y en el cultural. Aquí, no.

Fotos: KIKE TABERNER

Fotos: KIKE TABERNER

-También hay otro tipo de engranaje en la relación maestro-aprendiz. ¿En España, esa relación se pervirtió con la crisis? ¿Cuáles son las consecuencias?
-El aprendizaje, la transmisión de capital humano, nunca se ha llegado a producir de la manera más deseable en España. El ejemplo lo tenemos en esos anuncios virales: ‘buscamos chaval en prácticas, con cinco años de experiencia en lenguajes HTML, administración de servidores…’. Lo que usted busca no es un trabajador en prácticas; lo que usted quiere es un trabajador barato y, si puede ser, gratuito. Esto ya sucedía antes de la crisis y es fruto de dos cuestiones: la primera, la enorme diferencia en términos de protección social entre maestros y aprendices. Viven en dimensiones paralelas. Los aprendices son fuerza de trabajo barata y rotativa a partir de las políticas públicas. Se les concibe así y su barrera de entrada a la otra dimensión es enorme. La segunda cuestión es que nuestro mercado laboral genera un paro bestialmente alto. La famosa frase ‘tengo una cola de gente esperando para hacer lo que tú haces’ solo tiene un problema: que es cierta. Es lo que Marx llamaba ejercito de reserva. Pero en España no es propia de este momento de crisis, sino de todos los momentos. Incluso cuando ha habido bonanza, nunca el aprendiz se ha visto con la fuerza mínima para reclamar sus derechos: tiempo de aprendizaje, progreso dentro de la empresa y, a futuro, más salario. Ni se plantea esas opciones. Es un modo de proceder que afecta también a las condiciones de trabajo. Cuando esas dos cuestiones se combinan, se produce una dinámica que es en la que vivimos: a quien entra en el mercado laboral ya le parece más que suficiente con tener un puesto de trabajo. Por otro lado, el maestro no tiene intención de facilitar ninguna competición. Es una dinámica perversa y para revertirla haría falta cambiar mucho más que la legislación laboral…

Clases

«LOS DATOS NOS DICEN QUE NUESTROS JÓVENES ES MUCHO MÁS PROBABLE QUE NO VOTEN A QUE LO HAGAN POR UNA PERCEPCIÓN DE CLASE»

-La llegada de la democracia, de la educación universal y de la conversión a la ciudadanía europea anuló la idea de una lucha de clases en España. Ni se habla ni se piensa en ella. ¿Qué relación tiene con nuestro escenario político actual?
-Es un tema complejo porque, en democracia, es cierto  que la lucha de clases no ha estado nunca en el debate. También es verdad que la victoria del PSOE en el 82 tiene un componente de clase alto. Probablemente más implícito que explícito y más propio de sus líderes que de los patrones de voto. Por desgracia, todos los datos que tenemos de aquella época ni son buenos ni exhaustivos como para que podamos fijar la idea, pero da la sensación de que no hay tanta relación entre el voto de clase como en la Suecia de la posguerra con el partido socialdemocráta, por ejemplo. En España se dio la consolidación de un bipartidismo imperfecto o casi bipartidismo y eso hizo más difícil entender la competición electoral como una competición de clase. No hay solo dos clases en nuestras sociedades modernas, por eso las elecciones no nos ofrecían una visión de las clases a través del voto. El PSOE tampoco ha sido el mismo ejemplo de la socialdemocracia en la Europa de posguerra, porque no solo estaba la tradicional alianza entre clases obreras y medias; participaban entre sus militantes y votantes factores generacionales, territoriales… ¿Y cómo se ha trasladado eso a nuestra generación? Hay dos teorías enfrentadas: la del sociólogo Pau Marí-Klose y la del politólogo Pepe Fernández Albertos. Fernández Albertos dice que, a efectos prácticos, el voto a Podemos es un voto de clase en tanto en cuanto es el voto de los perdedores de la crisis. Por eso, interpreta que es un voto de clase. Pero el voto a Podemos ha cambiado mucho… tanto que no sé si Fernández Albertos mantendrá esta teoría. Cuando miramos el nivel educativo del votante de podemos, se difumina mucho. Cuando miramos el voto del antiguo cinturón rojo de Barcelona y ahora cinturón naranja, el nuevo voto a Ciudadanos, ese voto de supuesta clase se difumina muchísimo.

-En El muro invisible apuntáis a que, de manera creciente, joven es sinónimo de ‘no votante’. ¿Cómo se encaja eso en una hipotética lucha de clases?
-Es que los perdedores de la crisis de nuestra generación, en un sentido de probabilidad, es mucho más probable que no voten a que lo hagan por una percepción de clase. Es algo que no sabemos si se mantendrá, pero si combinas la idea de joven, con pocos recursos económicos, la probabilidad de que forme parte de la política con su voto es más baja. Cuesta más que se informe porque dedica muchas horas a otras cosas, minusvalora su voto porque cree que no tiene trascendencia y es víctima de dinámicas perversas que evitan que se active políticamente.

-¿Cuál puede ser la percepción de clase social para los millenials?
-No tenemos clara esa noción de pertenecer a una clase determinada, pero me explico: si estamos activados políticamente, tendemos a creer que somos de clase obrera. Es una dinámica muy divertida que se evidencia en Twitter y que supone una lucha de ideas en Podemos y Ciudadanos, que parecen pelearse por ser tener unos orígenes más obreros que el rival. Yo creo que si tienes Twitter, una carrera y un máster, empieza a pensar que a lo mejor no eres estrictamente clase obrera. En términos generacionales, no tenemos una noción clara sobre ello.

Política

-Una lectura sobre la distorsión sobre el sentido de clase o su instrumentalización puede tener que ver con el arrebatador auge de Marine Le Pen entre la clase obrera francesa o con la mixtura de voto para Ciudadanos en las últimas elecciones catalanas. ¿Qué lectura has extraído de ello?
-Ciudadanos, en términos duros estructurales de voto, puedes entenderlo como un partido de clase media alta, de clase acomodada. Si vamos al tópico, hasta la fecha, es algo así como el votante de cierto éxito profesional abogado, etcétera. Sin embargo, ahora mismo el cinturón rojo de Barcelona se ha convertido en un cinturón naranja. Tenemos mensajes muy cruzados sobre la intención de voto y los resultados son demasiado recientes para el análisis. Lo que ya es evidente es que el conflicto catalán ha supuesto una ventana de oportunidad para Ciudadanos y que Ciudadanos tenía que elegir si envolverse en una bandera o ser fiel al origen liberal de su partido. Ha escogido envolverse en una bandera, que es la española. Esa decisión tiene un precio: la incapacidad para generar coaliciones de centro izquierda. Moverse hacia una idea centralista del Estado es moverse hacia la derecha. Menos redistribución de la riqueza, más conservadurismo.

-Aunque los datos sean recientes, lo que es evidente es que muchos jóvenes que se han activado políticamente en Cataluña por el 22-D lo han hecho con Ciudadanos.
-Es importante esto. Es una hipótesis razonable, que está por confirmar en otros comicios, pero un votante que sería naturalmente del Partido Popular en un momento bipartidista de la democracia, un votante que se activa ahora a los 20, 25 o 30 años, decide que su partido es Ciudadanos. Es una hipótesis ya de lo más razonable. Y no descartemos que cuando sus votantes se interesen por políticas sociales puedan ser parecidas a las del PP.

-Otra idea que también se cruza en el libro es la idea de que los jóvenes, voten a quien voten, lo hacen mal.
-¡Siempre mal! [ríe]. Los votantes obreros siempre votan mal también. Ahora con Ciudadanos hemos vuelto a tener esta forma de señalar. Yo creo que sí saben a quién votan. El cambio llegará o no cuando esos votantes tomen conciencia del partido y, llegados sus momentos de decisión, les digan, estamos con vosotros, pero también queremos redistribución de la riqueza. O no, no queremos.

Fotos: KIKE TABERNER

Fotos: KIKE TABERNER

-La Comunitat Valenciana ha sido un paradigma del ‘votar mal’ a ojos de otros.
-Somos el ejemplo para España de ‘votar mal’, pero lo cocinamos en casa también, ¿eh? Aquí pensamos, ¿pero qué hace toda esta gente mayor votando al PP con todo lo que nos ha pasado? Yo me pregunto, ¿pero cómo os preguntáis que qué hacen? Defienden sus intereses. El PP es la definición clásica y por antonomasia del mayor conservadurismo posible: no toquemos las cosas y no habrá consecuencias. Que no cambien las tornas y protejamos a nuestro target.

-Hay analistas que piensan que la aplicación del Artículo 155 y las consecuencias en voto para el PP en Cataluña son la muestra empírica de que al partido le va mejor sin tomar decisiones.
-A nivel personal, no estoy nada de acuerdo con eso. El 155 no ha tenido relación con la caída de voto al PP. O muy muy poca. El voto viable para los que pensaban de una forma mayoritaria en ese sentido era a Inés Arrimadas. Ahora bien, vamos a ver si se traslada esta realidad al voto dual, como sucedía con la gente que votaba a Convergencia i Unió o PSC según si eran elecciones autonómicas o generales. Vamos a ver si ese voto se traslada al PP en las próximas Generales.

-¿Hay emprendedores políticos entre los millenials?
-Por supuesto. Están Pablo Iglesias (39), Albert Rivera (38), Inés Arrimadas (36), Rita Maestre (29). Digo esos, pero hay muchos. Y hablamos de emprendedores políticos que han conseguido un margen de voto estable y consolidado enorme. El bipartidismo tenía el 85% del voto en las elecciones de 2008, aproximadamente; en las últimas generales, estaba algo por encima del 50%. Lo que han logrado no es nada sencillo y creo que en términos de reflejar lo que nuestra generación piensa o quiere lo han hecho muy bien.

-¿Crees que representan bien el interés de esa generación a este lado del muro?
-Creo que sí, que saben recoger el mensaje de su electorado. Para valorar la dimensión política de un partido yo creo que hay dos cualidades esenciales y es interesante porque funcionan en tensión. La primera es la capacidad para reflejar los intereses de tu votante y la segunda es la de ejecutar esas ideas cuando estás al mando. Los nuevos partidos ya han demostrado que son muy buenos en la primera. Como decía, han captado bien las aspiraciones y demandas de sus votantes y creo que el Salvados que unió a Rivera e Iglesias fue su máxima expresión. En términos de captar mensajes, casi memes a partir de los que construir su discurso, en ese sentido, creo que ambos aprovecharon la ventana de oportunidad. Ahora bien, en la segunda parte, creo que no están nada bien. Estamos viendo cómo se está perdiendo capacidad de actuación en favor de mantener a los núcleos duros de sus formaciones. Es difícil mantenerlos contentos y llegar a acuerdos y ese es el lado en el que tienen mucho terreno por avanzar.

-¿En qué estado de forma se encuentran PP y PSOE con respecto a esas cualidades?
-El PP no ha perdido forma en lo que se refiere a la primera cualidad: tiene un núcleo fuerte y sabe comunicarse perfectamente con su electorado. A una parte de los jóvenes puede parecernos que no, como comentábamos antes por el tema de TVE… pero es que vivimos en mundos comunicativos muy distintos. El PSOE, en este sentido, creo que no está en tan buena forma. Eso sí, ambos se encuentran mejor de la segunda cualidad que los nuevos partidos.

Mercado laboral

-En El muro invisible también cruzáis la idea de la sobrecualificación y de falta de sincronización entre el tejido productivo y los nuevos trabajadores. ¿Dejarán los millenials de maquillar su curriculum para poder acceder al mercado laboral?
-Salvo burbuja crediticia y un reajuste del mercado laboral a largo plazo, me temo que eso continuará así. El desajuste entre la cualificación y el empleo obtenido es un problema grave. Una buena parte de las actitudes individuales y el discurso público van por ajustar esto desde el lado de la oferta. Se dice que hay demasiados universitarios, que es algo como decir que estamos demasiado educados, no vaya a ser que… pero esto se comprende mal desde el otro lado del muro. Además, es una falacia. En términos comparativos, España tiene el mismo porcentaje de población universitaria que los países de la OCDE. El problema está en que tenemos el doble de población con cualificaciones básicas con respecto a la OCDE y, sobre todo, que en lo que sería la cualificación técnica media, tenemos la mitad. Pero no es una cuestión de oferta: el problema está en el lado de la demanda. Los trabajos que se ofertan no están disponibles. Nuestro tejido productivo no está a la altura del cambio educativo que se ha producido en las últimas décadas.

«EL DESAJUSTE ENTRE LA CUALIFICACIÓN DE LOS JÓVENES Y EL EMPLEO OBTENIDO ES UN PROBLEMA GRAVE»

-¿Qué le pasa al tejido productivo español?
-Muchas cosas…, pero una de ellas es que tiene demasiadas empresas pequeñas. Ya sabemos que el capital humano no viaja bien en empresas pequeñas, no crece bien ni se desarrolla bien. Necesitamos empresas más grandes donde la sofisticación y la economía de escala sean potenciales.

-¿Cuándo se resolverá el problema de la demanda en el mercado laboral español?
-No lo sabemos, porque la cantidad de cambios que hacen falta para que el escenario se modifique es descomunal. Solo he citado la idea de las empresas micro que acaban dedicándose a sobrevivir y buena parte del país se dedica a sobrevivir. Y esta entramado de microempresas sucede por muchas razones: la falta de crédito, la estructura fiscal que favorece que las empresas se mantengan pequeñas, la historia del tejido productivo que es fuerte y quien hereda una empresa se ve avocado a mantenerla tal y como la recibe. Bien, pues la cuestión de las microempresas solo es una de las problemáticas a resolver para mejorar la demanda.

-¿Cómo se refleja esa idea de que el tejido productivo no esté a la altura de los jóvenes trabajadores?
-Por ejemplo, el problema no es tanto tener muchos empleos en el sector de la hostelería. El problema es que sea hostelería de baja calidad. Eso importa mucho más que el sector al que te dedicas. Y con la arquitectura, por pensar en otro caso, pasa igual. Puedes dedicarte a ser un referente en el mundo en un tipo de arquitectura y trabajar en distintos países o vivir de la explotación inmobiliaria, quemando estudios y personas y cerrando cuando quiebras. Nosotros estamos en la demanda de puestos de trabajo para la hostelería de baja calidad y para los estudios de arquitectura de pelotazo todavía, y es solo por poner algunos ejemplos.

Fotos: KIKE TABERNER

Fotos: KIKE TABERNER

-Por cierto, ¿cuál es el papel de los sindicatos ante el muro invisible?
-Los sindicatos tienen un dilema ante el muro. Lo expresó muy bien Javier Polavieja en un artículo de hace unos años. Los sindicatos tienen una base de clientela fiel que es la de los trabajadores públicos. Normalmente hombres, mucho sector público más ámbito industrial que servicios, en determinados sectores sí y en otros no. Y esa es la base que está llena de gente al otro lado del muro invisible. La gente de la generación anterior a la nuestra. Al otro lado del muro hay gente cabreada, que es un público potencial interesante. Pero para ir a hablar de cosas o de una realidad que a nosotros quizá nos enfada, quizá mejor, piensan, me quedo en el punto de decir que la temporalidad está mal. Nuestra respuesta natural es, vale, ¿y qué más? Que hay mucha temporalidad es una evidencia y que hay que resolverla también. Si uno mira el menú de opciones posibles para evitar conflictos laborales que afectan a trabajadores estables o a precarios diría que hay tres salidas: igualar por bajo, igualar por arriba o igualar en medio tratando de dar protección a todos los trabajadores. Más protecciones por despido, la idea de las rentas mínimas básicas, seguros por desempleo más generosos y nada distinto a redistribución. Pero eso es algo que van a pagar empresas y trabajadores fijos. Es decir, el target de los sindicatos. Los sindicatos no van a igualar por abajo porque ni deben ni pueden hacerlo. Su misión es defender los derechos de los trabajadores, así que lo de igualar por bajo se descarta. ¿Qué intentan? Igualar por arriba, pero eso tiene unos costes. Se crea un mercado laboral más estático y, en el mejor de los casos, el muro se traslada al siguiente nivel: los desempleados. La circulación es mucho menor y la incorporación imposible porque no se puede sostener a tantos trabajadores dentro del sistema. Pero bueno, aunque nunca lo dirán en público, los desempleados no son el target de los sindicatos.

-Y, entonces, ¿cuál es el modelo?
-El modelo es un modelo de estado de bienestar. Es más complejo. Es un modelo sueco en el que la protección laboral puede llegar a los que están al otro lado del muro, pero para eso hay que subir impuestos y es una reforma muy difícil por el riesgo de caerse mientras se trata de igualar. Pero la solución es esa: un modelo escandinavo de transferencias generosas entre trabajadores. Hay que igualar condiciones para todos a la vez y eso sí que es un problema. En España, algo así de ambicioso lo podrían pactar PSOE, Podemos y Ciudadanos, pero ya vemos la capacidad de negociación que tienen. El PP podría incorporarse o no, pero tampoco parece que sea lo que más le puede atraer a sus votantes. Ante el muro, los sindicatos están paralizados ante este dilema mientras mantienen la opción de igualar derechos por arriba. Es como quedarse quietos, pero mientras no pierden a su clientela que está cautiva de esta idea.

Pensiones

Fotos: KIKE TABERNER

Fotos: KIKE TABERNER

-Hay una parte de la población más mayor que cree que esta desigualdad con los jóvenes actuales siempre ha existido y que ‘se cura con la edad’. Es decir, que cuando se jubilen, se sucederán los cambios y el reemplazo.
-Claro, claro… el problema es que las jubilaciones futuras dependen de la calidad de nuestras carreras laborales. Una de las razones por las cuales no tenemos hijos o los tenemos tarde no es porque no los podamos tener: es porque nuestras trayectorias laborales o vitales no permiten que los tengamos antes. Y si no tenemos hijos, las pensiones no sé quién las va a pagar. Pues pueden pensar en esta idea de los hijos y ver que las generaciones no están siendo exactamente iguales, por empezar por algún sitio.

«NO HAY DEBATE SOBRE LAS PENSIONES PORQUE LA GENERACIÓN QUE ESTÁ EN EL PODER NO VA A SUFRIR LAS CONSECUENCIAS»

-La gran contradicción: las pensiones siguen subiendo (este año un 0,25%) y, a la vez, desde el Gobierno y los poderes económicos se da por supuesto que nuestra generación no tendrá pensiones. ¿Cuándo sucederá ese debate?
-El tema de las pensiones, para mí, es como el tema del cambio climático: como no hay ningún evento catastrófico, tipo El día de mañana o algo así, como no se congelan los cielos y no llega una ola gigante que nos arrase, como nadie alza la voz y le dice a alguien tú eres el primero que va a morir, pues no hay debate. Aunque, ojo, ya ha muerto mucha gente por causas del cambio climático. Como no hay un gran evento, no hay debate.

-Pero alguien le tendrá que poner el cascabel al gato.
-Se lo están poniendo poco a poco. El debate debería existir porque, sobre todo, es muy distinto quién le ponga el cascabel al gato. Los economistas transmiten ese mensaje, que tiene tela. No da igual. No va a ser una reforma de pensiones igual con un grupo polítoco al frente u otro. Hay fórmulas para las pensiones muy distintas según quién esté en el poder. Lo que sabemos es que va a haber una redistribución intergeneracional y eso significa que, a medio plazo, vamos a tener una expectativa de cobrar menos.

-¿Cómo se da el primer paso?
-Podemos pasar de la dinámica del no debate, de las pensiones no se tocan, a vamos a tocarlas de manera que salgan perdiendo los que no pueden perder más. También, aceptando que va a haber una redistribución intergeneracional. Pero como no habrá un desastre natural catastrófico, vamos poco a poco, de momento. Una de las razones más poderosas de por qué no hay un debate profundo para la reforma del sistema de pensiones es porque la generación que está en el poder no va a sufrir las consecuencias.

Muros añadidos

«SI EL 100% DE LOS JÓVENES VOTÁSEMOS, NUESTRA INFLUENCIA SERÍA ENORME, PERO NO LO HACEMOS»

-Si hablamos de mercado laboral y de pensiones, debemos hablar de inmigración. ¿Cuál es el reto generacional sobre la inmigración?
-La inmigración, como cualquier otro fenómeno social, genera ganadores y perdedores [hace una pausa prolongada]. En un sentido objetivo no está claro, pero en un sentido subjetivo, una parte de los perdedores son aquellos que compiten directamente con la clase obrera de servicios y de obra. Mano de obra en actividades rutinarias. Esa es una parte de la base de los partidos antiinmigración, pero otra parte es clase media que se suma al discurso por cuestiones que no tienen que ver con lo económico sino con lo que interpretan como una amenaza a su modo de vida. En términos agregados, está más o menos claro que la inmigración unas veces es buena y otras necesaria. ¿Cómo conjugar esto? Pues como se conjugaban estas cosas antaño cuando la socialdemocracia funcionaba en condiciones: hay que reequilibrar a partir de esa realidad: a veces es buena y otras necesaria. Propuestas hay mil, pero el conflicto para nosotros, que intentamos hacer análisis teóricos, es que este debate no es económico. Si lo fuera, es más o menos fácil. Necesitamos inmigrantes. Si esto genera perdedores, compensamos. ¿Cómo? Con una red de seguridad: renta básica universal o lo que se nos ocurra más adecuado al momento X. Entramos en debates de índole no económica y similares al momento de la incorporación de la mujer al mercado laboral. Cuando alguien siente su modo de vida amenazado, todo salta. Y no hay porcentajes para tomar estas decisiones. No se puede gobernar siendo un poco machista o un poco racista. Desde un punto de vista progresista, algo así es difícil de justificar, y desde el mío es imposible. Con la inmigración nos enfrentamos a la imposibilidad de separar las dos dimensiones del debate y la parte de la psicología social es muy muy difícil de resolver.

-¿Qué receta te viene a la cabeza?
-La solución más rápida que se me ocurre es la más inviable políticamente, pero la historia de la democracia en no poca medida es una historia de amplicación del círculo con poder de decisión. Pasamos de un sufragio censitario muy cerrado a uno mayor a uno masculio y al universal. Los inmigrantes no votan en las elecciones Generales. Pues esa es la llave para tener influencia.

Fotos: KIKE TABERNER

Fotos: KIKE TABERNER

-Los jóvenes que pueden votar, como hablábamos, también la tendrían y no la ejercen.
-¡Es lo mismo! Si el 100% de los jóvenes votásemos, nuestra influencia sería enorme, pero no lo hacemos. Si votasen los inmigrantes no nacionales residentes, si pudieran votar, la dinámica del debate sería muy distinta. Influirían y la tensión entre lo económico y lo social se repartiría de otra manera. Es igual a cuando las mujeres entraron en el debate. La dinámica cambió por completo cuando empezaron a coger puestos de representación.

-Pero todavía estamos en el neolítico de la igualdad. A partir de El muro invisible, ¿cuáles son las lecturas que extraeis del papel de la mujer joven en la sociedad y ante el mercado laboral?
-Pues, para empezar, las mujeres, por mucho que nos queramos engañar, el mercado laboral las tiene señaladas ante la posibilidad de tener un hijo. Se acaba de ampliar el número de meses de baja por paternidad, pero solo ampliado. Seguimos a otro nivel. Más allá de la brecha salarial, que existe, hablamos de una brecha de problemas para iniciar su carrera profesional y la ‘sospecha’ de la maternidad ante cualquier supuesto.

-Por describir un caso tipo…
-Digamos que tenemos el caso de una mujer joven. Le quitamos la parte de clase. Una mujer de 28 o 29 años que ha tenido la gran suerte de cursar una carrera y un máster. Es ingeniera química y consigue un trabajo fijo en una fábrica de colchones diseñando espumas de relleno. Hablamos de sector industrial, un entorno estable, trabajo de lo suyo y, bueno, piensa con su pareja o sola que es el momento de tener un hijo. ¿Qué tiene ante sí? Un mercado laboral lleno de competidores que, ante la misma decisión, tienen otro tipo de baja. Hablamos de los hombres. Entonces, ella, lo habitual sería que lo retrasara un poquito para ganar antigüedad en la empresa, estatus y que cuando decida hacerlo ya no haya tentativa de pensar en que había que contratar a un hombre o que mejor haberlo contratado en su puesto. Vale, pues ahora empecemos a cambiar las variables. Digamos que el trabajo no es fijo; es temporal. ¿Cómo vas a plantearte tener un hijo con una situación de inestabilidad? Ahora quitemos que el trabajo sea de lo suyo. Es un trabajo temporal en algo que no le interesa. Ahora supongamos que son varios trabajos temporales, en cosas que no son de lo suyo, que van y vienen. ¿Cómo se va a plantear tener un hijo? Y ahora pensemos que quiere ser madre soltera o que viene de una clase obrera. Entramos en la ciencia ficción. Bueno, pues esa es una de las realidades más evidentes no resueltas de nuestro sistema.

-Mientras tanto, las dudas para nosotros, ante el mismo supuesto, son muy distintas.
-Ante los mismos supuestos, su única duda es: hay dinero suficiente o no para afrontar esto.

-¿Hasta qué punto es preocupante la frustración de nuestras compañeras de generación en torno al mundo en el que viven?
-Es muy preocupante. Las mujeres de nuestra generación han crecido desde una posición política pro igualdad y en este sentido es obvio que hay una diferencia muy bestia con respecto a sus madres y abuelas. No porque no quisieran un mundo igual, sino porque nuestras compañeras de generación tienen las expectativas más altas: igualdad total absoluta y en todo el mundo. Nuestras madres y abuelas no tenían esa expecativa. Claro, nosotros pertenecemos a una generación que, como decía, ya ha crecido en una posición política pro igualdad y sentimos una tremenda frustración entre el mundo que debería ser y el que es. Ellas más, claro, porque son las directamente afectadas. Sabemos cómo debería ser el mundo, vemos cómo ni lo es ni se resuelve y en este proceso entramos en un cabreo… yo estaría mucho peor, mucho más enfadado, si estuviese en su situación. Es decir, que aunque creo que es muy preocupante, sigo admirando que lo encajen más o menos bien.

València y las soluciones

«VALÈNCIA PASÓ EN TRES AÑOS DE ESTAR EN EL MAPA A PREGUNTARSE QUIÉN ERA EN EL MUNDO»

-¿Cómo podemos interpretar el muro invisible en València y la Comunitat?
-Aunque viva fuera, pienso en ello diariamente. Nací y crecí aquí y todo lo aplico como un filtro pensando en València. Hemos sido casi la identidad nacional de buena parte de la crisis. Todos los que hemos vivido fuera nos enfrentado a que nos preguntaran qué había pasado aquí. Cómo nos había pasado. Me refiero a la crisis. Para mí lo más determinante es que pasamos de estar en el mapa a preguntarnos quiénes éramos en el mundo o para qué teníamos que estar en el mapa. Para mí, València define el contexto en el cual el muro invisible se ha hecho evidente para nuestra generación. En pocos casos veo más claro que aquí la reacción positiva. Desde 2014 hasta hoy hay un principio de respuesta que, me lanzo a la piscina, creo que es el más destacado en España. Me refiero a un inicio de reemplazo generacional cultural. No vivo aquí desde hace muchos años, pero cada vez que vengo, veo gente joven posicionada de verdad, veo espacios distintos muy potentes aunque todavía no sean hegemónicos. Por ejemplo, Valencia Plaza me parece uno de esos casos. Me llama la atención y quiero ver cómo se consolida y cómo nos muestra la nueva radiotelevisión valenciana porque está sucediendo un cambio generacional de actores que es más rápido que en otros lugares de España. Intuyo que, quizá, si la caída es más dura, la respuesta sea mucho más agresiva en el mejor sentido.

-Por cierto, ¿qué soluciones hay en marcha para derruir el muro invisible?
-En marcha, ninguna. Hemos hablado de una que es el pequeño pasito que se ha dado en igualar permisos de maternidad y paternidad, pero nada. Por parte de Podemos y de Ciudadanos se debaten cosas interesantes. Por ejemplo, está pendiente el debate del pacto educativo para redistribuir recursos, el debate de las rentas básicas o mínimas. Hay cosas sobre la mesa, como el contrato único, del que puedo decir que la propuesta de Podemos no es la mía. La de la renta básica, tampoco. Para nada. Se perciben esos nuevos debaten, pero no llegan. Para mí, ahora es el momento de que emerja el talento político para que las cosas sucedan de verdad. Es el momento en el que el votante debe exigir a su político que actúe. En el que ha de decir que ya ha cogido la bandera, que ha salido a la calle, que ha votado, pero que ahora toca tener capacidad de cesión para conseguir algunos cambios. La incapacidad de diálogo actual, que es grave, no favorece para nada a la llegada de mejores políticas públicas.

Fuente: http://valenciaplaza.com/compromis-propone-ofertas-asequibles-para-los-jovenes-con-el-fin-de-fomentar-el-acceso-a-la-cultura

Imagen: http://valenciaplaza.com/public/Image/2018/1/20180105002_BN_NoticiaAmpliada.jpg

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Colombia: Hasta el 26 de enero, plazo para matricular en colegios de Bolívar.

América del Sur/Colombia/09.01.2018/Autor y Fuente: http://www.eluniversal.com.co

Con un llamado a los padres de familia, el secretario de Educación de Bolívar, Óscar Marín Villalba, los invitó para que se acerquen a las 224 instituciones educativas del departamento, con sus respectivas sedes, y hagan efectivas las legalizaciones de las matrículas de sus hijos.

El funcionario recordó que estas son gratuitas y que existen 221 mil 466 cupos disponibles en los 43 municipios a su cargo. El plazo culmina el próximo 26 de enero y por ello exhortó a los padres de familia a no dejar estas diligencias para última hora.

Alcaldías, a sumarse
Marín Villalba también invitó a los alcaldes municipales y rectores a promover e impulsar la jornada de matrícula que inicia la Secretaría, a través de campañas y de más acercamiento con las comunidades, para evitar así la deserción escolar.

El Secretario de Educación dijo que todavía hay rectores que no han subido la matrícula al Simat y que muchos padres de familia aún no se han acercado a legalizar el proceso de matrícula.

“Uno de los mayores propósitos del gobernador Dumek Turbay Paz, como eje fundamental para cumplir las metas trazadas en materia educativa, es dotar a todos los establecimientos educativos del departamento de una mejor infraestructura escolar, para fortalecer la jornada única y contribuir a la transformación de la calidad educativa en cada rincón del departamento”, puntualizó Marín Villalba.

No hay que pagar
De la misma manera  Liner Campo Tejedor, director de Cobertura Educativa de Bolívar, agregó que “de acuerdo con el Decreto 1269 de 2008 las instituciones educativas no pueden exigir en ningún caso, por si mismos, ni por medio de las asociaciones de padres de familia, ni de otras organizaciones, cuotas, bonos, acciones o donaciones; ni ocultar algún cobro en dinero o en especie, aportes a capital o tarifas adicionales a las aprobadas por concepto de matrículas, pensiones y cobros”.

La iniciativa tiene como propósito alcanzar cobertura total educativa en el departamento y garantizar el derecho a la educación, por lo que se espera que para el 22 de enero, cuando se inicia el calendario académico 2018 en Bolívar, las instituciones Educativas inicien labores académicas con el cupo proyectado.

Fuente: http://www.eluniversal.com.co/educacion/hasta-el-26-de-enero-plazo-para-matricular-en-colegios-de-bolivar-269481

Imagen: http://www.eluniversal.com.co/sites/default/files/201801/matriculas_.jpg

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¿Cómo continuarán estudiando los 700.000 bachilleres del 2017?

Por: Ángel Pérez Martínez

La discusión del programa Ser Pilo Paga, SPP, ha sido muy importante para el país, porque puso en evidencia hechos como la desfinanciación de las universidades públicas, lo costoso que es destinar recursos para educación de buena calidad, la inequidad de los recursos que la nación transfiere a las universidades regionales y la necesidad de ampliar la cobertura en educación superior (cobertura del 51%), dado que SPP no crea nuevos cupos.

Miles de bachilleres del calendario A recibieron, la semana pasada, los resultados que ellos lograron en las pruebas SABER 11. ¿Cuántas expectativas y sueños para la mayoría de estos muchachos y sus familias no podrán cumplirse por falta de oportunidades?

De acuerdo con las cifras que pública el ICFES las prueba SABER 11 de 2017 la realizaron 738.782 personas (648.282 en calendario A y 90.500 en calendario B), de los cuales cerca de 690.000 eran estudiantes del grado 11°, el resto son jóvenes que presentan Pre Saber o validan el bachillerato.

 De acuerdo con los antecedentes de la matrícula en educación superior, el 40% de los 690.000 estudiantes del grado once (274.620) no tendrán posibilidad alguna de continuar sus estudios en el año 2018. Para calcular este dato utilizo la tasa de absorción que mide (en porcentaje) los estudiantes matriculados en grado 11 de determinado año y quienes continúan en el año siguiente en educación superior. La última tasa de absorción publicada por el Ministerio de Educación Nacional, MEN, año 2016, encontró que de los 484.664 estudiantes matriculados en grado 11 en el  2015, sólo 184.013 aparecían matriculados en la educación superior en 2016, con una tasa nacional de absorción inmediata del 38%, de acuerdo con el cruce que realiza el MEN de matrículas del Sistema de Matrícula Estudiantil de Educación Básica y Media (SIMAT) y el Sistema Nacional de Información de Educación Superior (SNIES).

La tasa de absorción de la educación superior, incluye SENA, se ha incrementado en los últimos años, por ello calculo una tasa de absorción para 2018 cercana al 40%. Luego se puede afirmar que para el 60% (414.000) de los bachilleres de 2017, que provienen de familias más pobres o de regiones con escaso desarrollo, sus expectativas y las de su familia de continuar el proceso educativo en forma inmediata no es posible. Algunos de ellos podrán ingresar años después a la educación superior nocturna, a programas de fines de semana o a distancia, donde la calidad de la educación y el desarrollo de competencias para los jóvenes no serán iguales, a la que tienen los afortunados compañeros de generación que continuarán en la ruta educativa.

Recordemos que el proceso educativo va descartando y sacando adolescentes del sistema, por ejemplo, en bachillerato más del 30% de los adolescentes que empiezan no terminan este nivel educativo. Según una investigación de profesores de la Universidad de los Andes, por cada 100 estudiantes que empiezan secundaria en el grado sexto, a undécimo grado llegan el 67 % de las mujeres y el 60 % de los hombres, condición que cambia por estratos, “el 70 % de los estudiantes en estrato 2, 3 o más llegan a undécimo grado, solo el 56 % de los estudiantes en estrato 1 logran dicha meta”.

En secundaria el estudio de la Universidad de los Andes señalo que “aproximadamente el 76 % de los estudiantes que en grado sexto se encontraban en Bogotá van a llegar a grado undécimo. Mientras tanto, menos del 60 % de los estudiantes observados en la región del Llano, el Pacífico y el Caribe van a ser observados en undécimo”.

A nivel regional, tanto en bachillerato como en la educación superior, el sistema también discrimina. Según el Plan Distrital de Desarrollo, 2016-2020, Bogotá mejor Para Todos, la tasa de absorción para la educación superior en el Distrito Capital fue de 48,5% en 2014; “la matrícula de grado 11 en 2013 fue de 93.204 estudiantes, de los cuales ingresaron el siguiente año a educación superior 45.244, lo que representó para ese año 47.960 jóvenes por fuera del sistema. Con diferencias por localidades, Sumapaz y Ciudad Bolívar donde viven estudiantes estrato 1 y 2 arrojan tasas de absorción inmediata equivalentes al 24% y 36%”.

Otra opción que tendrán los jóvenes bachilleres del 2017 será buscar trabajo en el 2018 y empezar a soñar con una mejor oportunidad. Sin embargo, los cerca de 400.000 bachilleres, sin posibilidades de continuar estudiando, tendrán que enfrentar la informalidad, bajos salarios y competir con otros jóvenes, sin ninguna formación especial o específica, en un mercado de trabajo donde según el el DANE, la tasa de desempleo juvenil (14 a 28 años) fue de 16,1%, en el trimestre julio – septiembre de 2017 (hombres 12,1% y mujeres 21,6%).

A la Sociedad y al gobierno parece no preocuparles este problema estructural de los más jóvenes; nadie protesta, ni lo menciona. Sigamos esperando que algún día, en tiempos de paz, estos sean los problemas relevantes que se discutan entre quienes aspiren a dirigir el país. Entretanto, los profesores de la educación oficial seguirán luchando en el 2018 con los jóvenes para tratar de mantener en ellos la ilusión de educarse, para que no deserten y realicen esfuerzos de mejora, junto con sus familias. Dura tarea cuando no hay futuro.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/como-estudiaran-los-bachilleres-de-2017-por-angel-perez/253016

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No vean noticieros

Por: Gloria Hurtado

 

Es estruendoso el silencio de los periodistas que laboran en los noticieros respecto al discurso del Ministro Gaviria. Es atronadora su ausencia de palabras. Si no lo comentan es porque ponen en práctica la filosofía que se maneja en varias salas de redacción: “lo que no se nombra no existe”. Invisibilizar las palabras del Ministro Alejandro Gaviria es una manera perversa de no revisar su trabajo, de no bajarse de la nube en que viven y aceptar qué tanta responsabilidad pueden llegar a tener en la salud mental de la sociedad. Porque es obvio que los Medios somos responsables de la “alimentación mental” que respira una comunidad. No es decir mentiras pero con el manejo de la información sí se contribuye a deformar la realidad para “agrandar” la catástrofe. La carroña vende mas que el aire limpio. Y esta práctica es habitual en los noticieros nacionales.

Alejandro Gaviria les dijo a los graduandos de la U. de Antioquia en Diciembre,  que sólo quería darles “una admonición. No va a cambiarles la vida. Ni va a transformar sus carreras. Pero si puede hacerlos ligeramente mas felices. Levemente mas optimistas acerca de nuestro mundo, nuestro tiempo y nuestro país. Mi único consejo es simple: no vean los noticieros de televisión. (…) esa carga de negatividad nos va convirtiendo en “espectadores sin memoria”. (…) entorpecen nuestro entendimiento de mundo. (…) se  ocupan del estruendo, del escándalo y la tragedia individual. Pero el cambio social es gradual, parsimonioso, acumulativo y por lo tanto invisible. No suscita titulares. No genera emociones. No vende. (…) han creado una suerte de pesimismo artificial. Mentiroso”. Y recalca el ministro citando a otro pensador Rolf Dobelli que habla de 100 errores que atrofian el pensamiento. El penúltimo es este mismo “no vean noticieros”.

La comunicación instantánea permite saber lo que sucede en el otro extremo del planeta. Pero cuando la información, poder absoluto, se combina con negocio, o con intereses particulares o políticos, la mezcla es explosiva. Los resultados se manifiestan en la salud mental de las gentes, en su optimismo o pesimismo, en la confianza o prevención ante el futuro. En una encuesta anual que hace Gallup Internacional sobre los países “mas felices” (independiente del concepto sobre de lo qué es la felicidad), Costa Rica, Dinamarca y Singapur resultaron los elegidos. Imposibles de comparar en cuanto a igual idea de felicidad. Lo que sí tienen en común y marca la encuesta como ilusión para ser felices, es la confianza y seguridad que les proporciona el entorno en que viven. Rico o pobre, con poder o sin él, rodeado de lujos o austeridad, profesional o asalariado, la felicidad depende sí, de la tranquilidad que brinda el ambiente en que se desenvuelve su cotidianidad. “Las noticias nos llevan a sobrestimar los riesgo y subestimar los avances. A menudo confundimos la pantalla con la realidad. Sin contexto, sin análisis y sin investigación cada tragedia se presenta como el resumen de una esencia, como la regla, no como la excepción.”. Y concluye  Gaviria “mi invitación respetuosa es al optimismo basado en la evidencia”. Cada quien entonces es responsable de su salud mental. Acostumbrados a la tragedia, nos es difícil alejarnos de ella ¿Seguiremos viendo noticieros?

Fuente: http://www.revolturas.com/en/articulos

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Colombia: Excombatientes de las Farc se capacitan en salud mental

07 Enero 2018/Fuente:colombia2020 /Autor:Carolina Ávila y Santiago Martínez

Dos expertos alemanes en psicoterapia han venido trabajando con exguerrilleros para enseñarles a diagnosticar las enfermedades psicológicas de sus compañeros. El fin es que apoyen el tratamiento de problemas como la ansiedad y la depresión ahora que se están reincorporando a la vida civil.

Toda una vida en la guerra puede desembocar en diferentes enfermedades mentales para los excombatientes. Entre las más recurrentes está el estrés postraumático, la depresión y la ansiedad. Estos dos últimos desórdenes se manifiestan ahora que los exguerrilleros de las Farc están en tránsito hacia la vida civil. Esto lo evidenciaron los expertos en medicina psicosomática y psicoterapia, (Dipl.-Psych.) Anne-Maria Müller, y el profesor y doctor Michael Wirsching, de la clínica de la Universidad de Freiburg,  que llegaron en marzo del año pasado a Valledupar (César).

Su propósito inicial era capacitar a profesionales de la Secretaría de Salud de esa ciudad en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades mentales de víctimas del conflicto armado. En el camino, vieron la necesidad de acercarse a los excombatientes de las Farc quienes, en medio de su proceso de reincorporación, se están enfrentando a nuevos desafíos como procesos de alfabetización, la inserción laboral y la formación en nuevas áreas de conocimiento.

Por esto, se acercaron al Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación ubicado en La Paz (César) para trabajar con los exguerrilleros que anteriormente habían integrado los equipos médicos de las Farc. El proyecto comenzó en marzo del año pasado y proyectan implementarlo durante de cuatro años. El objetivo es realizar talleres tanto con la Secretaría de Salud como con las Farc para que manejen problemas mentales y psicosociales que el conflicto dejó en las víctimas y en los excombatientes. Después de las capacitaciones, lo que pretenden es que de aquí a dos años sean “sus colegas” y repliquen las capacitaciones en todo el país.

Además de Valledupar, a finales del año pasado el grupo dirigido por los dos expertos comenzaron talleres en Riohacha (La Guajira) y firmaron con la Secretaría de Salud de Bogotá un acuerdo para implementar el proyecto en la capital..

¿Por qué empezaron su trabajo en el César?

AM: Porque trabajamos con el departamento de Salud Pública de laUniversidad Javeriana y ellos ya habían establecido su trabajo en esta área, así que eso nos abrió las puertas para ir allá. También llegamos con el apoyo del Instituto Colombo-Alemán para la Paz – Capaz. En marzo fuimos a conocer la Secretaría de Salud, les explicamos lo que podemos ofrecer y qué tipo de capacitaciones hacemos. Estuvieron interesados.

MW: Con los excombatientes fue distinto. Al principio no conseguimos acercarnos a ellos, no confiaban en nosotros. El grupo de las Farc nos dijo: “no los queremos y no queremos ser estigmatizados como enfermos mentales”. Así que nuestro acercamiento fue trabajar con los que ya habían hecho de doctores y enfermeras, ayudarlos a incrementar su conocimiento y mejorar sus capacidades para que atendieran a sus compañeros.

¿Cuándo empezaron a confiar en ustedes?

AM: La primera vez que fuimos nos preguntaban cuál era nuestro propósito, por qué estábamos allí, quiénes éramos y quién pagaba el proyecto. Hablamos con ellos y con los jefes de la zona veredal por cerca de dos horas. Después de esto, nos dijeron que hiciéramos un curso experimental de un día. Eso lo hicimos en junio y funcionó bien.

¿En qué consistían estas capacitaciones?

Hacemos lo mismo con el grupo de la Secretaría y con el de las Farc. Tenemos un currículo, una ruta general en la que enseñamos el modelo psicosocial para mirar cuáles son los problemas que tiene la gente, que no son enfermedades estigmatizantes sino también que están dentro del contexto de la persona. Por supuesto, miramos no solo la parte biológica sino también la dimensión psicológica y social.

Dentro de esta ruta les enseñamos a mejorar la comunicación entre doctor/enfermera y paciente, y a establecer relaciones de trasfondo. Después los capacitamos a nivel específico, con las enfermedades más comunes como depresión, ansiedad y estrés postraumático.Empezamos la jornada con una introducción teórica en la que explicamos los criterios para dar el diagnóstico y las terapias, y luego hacemos mucho trabajo práctico.

¿En las capacitaciones hacen alguna división entre la atención a víctimas y a excombatientes?

MW: No hay diferencias en el tratamiento. Los problemas son los mismos. Probablemente su origen no, pero sí las enfermedades, que pueden ser comunes en sus síntomas. Por ejemplo, con la depresión hay preocupación, tristeza, insomnio, inclinaciones suicidas. Este tipo de cosas se van desarrollando a través de su ambiente: en la situación en la que están y el apoyo que están recibiendo. En este caso no hay diferencias, así que las intervenciones no son diferentes.

¿Por qué es importante que los excombatientes, no solo los profesionales, estén preparados para atender casos de desorden psicológico?

MW: Ellos han tenido su propio sistema de salud por muchos años: sus propios doctores, sus propias enfermeras. Por eso la estrategia es primero usar lo que ya existe y luego, superar la desconfianza y acercar el sistema de salud de los excombatientes en el que ya existe de la Secretaría de Salud. Las Farc están muy poco entrenadas y en cierto punto, también para los casos de salud mental, ellos también necesitan «reincorporarse». Esperamos que en el 2018 podamos empezar a mejorar la integración de los excombatientes y la comunidad.

¿Qué están haciendo los excombatientes que ya tuvieron estas capacitaciones?

AM: Esta es una capacitación básica. Enseñamos los casos de desórdenes psicológicos más comunes con el nivel elemental de intervención como la comunicación, el establecer relaciones confiables y la incorporación con otros esquemas de salud mental existentes.

Hay alrededor de 200 personas en ese campamento. Nosotros entrenamos alrededor de 15 personas que actuaban como enfermeras anteriormente y que tienen gran confianza dentro de su grupo, así que las capacitamos para que, cuando alguien vaya con ellas, puedan reconocer que tal vez tiene cuestiones psicosociales por resolver. Los ayudan de manera básica, pero a su vez clave para que, si es necesario, puedan referirlos y trabajar en conjunto con la Secretaría de Salud.

¿Cuáles han sido los resultados y qué conclusiones pueden sacar del trabajo con las Farc?

AM: Vimos que ellos están realmente preocupados por su futuro. Están mirando cómo pueden crear ese buen futuro para encajar en la sociedad, así que están buscando distintas maneras de capacitarse, como recibir educación formal para tener el certificado y encontrar algo en lo que puedan trabajar. Realmente es un problema porque en estos momentos ellos no saben dónde pueden encajar.

¿Cómo fue el trabajo con mujeres y niños?

MW: Algo que fue muy interesante es que al principio, en el grupo de las Farc, solo habían mujeres. Éramos solo tres hombres dentro del grupo. Pero la última vez que fuimos, había hombres entre los 40 y los 50 años.Con niños es distinto porque en esta zona solo hay dos niños. Aunque con ellos hay dos aspectos. Primero, ellos necesitan especial atención y tratamiento, pero aún no hemos llegado a esta parte, sino que lo estamos trabajando a nivel familiar. Lo otro es que sabemos que, si la madre sufrió un trauma, es alto el riesgo de que a nivel genético y psicológico también lo sufra el hijo. Por eso también trabajamos con ellas.

¿Por qué es importante que los médicos generales también tengan capacitaciones en desórdenes mentales para la atención de víctimas y excombatientes?

Dr. Michael Wirsching: El asunto es que los pacientes con problemas de salud mental no van primero al psicólogo o al psiquiatra. Van con un médico general por los síntomas físicos: dolor, mareo, insomnio, por ejemplo. Así que, si este doctor o enfermera no ha tenido una buena formación, no va a reconocer el cuadro de depresión o ansiedad. Esta es una de las razones por las cuales capacitamos y entrenamos doctores, enfermeras y trabajadores sociales, para que reconozcan los problemas.

¿Qué percepción les dejó el tratamiento de la salud mental en Colombia?

Anne-Maria Muller: Que hay mucha presión sobre la gente que trabaja en servicios de salud, especialmente cuando estaban muy envueltos en los casos. Es mucha la presión sobre ellos para tratar de lidiar con esta situación y en hacer lo mejor posible en las comunidades.

La gente que conocimos realmente quería ayudar a su comunidad, pero a veces no había los suficientes recursos o herramientas. De hecho, tenían un alto nivel de entrenamiento, incluso más alto que la mayoría de los países en los que trabajamos como Irán, Afganistán o algunos países en Latinoamérica, pero necesitaban más apoyo respecto a cómo lidiar en un largo plazo con este tipo de casos difíciles, con terribles historias, o con pacientes que llegaban con complicadas situaciones económicas. Lo primero que nos contaban es que los pacientes llegaban con inclinaciones suicidas o problemas con el alcohol. A menudo, no había los suficientes recursos humanos ni siquiera

Fuente de la noticia: https://colombia2020.elespectador.com/pais/excombatientes-de-las-farc-se-capacitan-en-salud-mental

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Colombia: ¿Cómo debe ser la educación de los estudiantes especiales?

07 Enero 2018/Fuente: EL PILÓN/Autor: Annelise Barriga Ramírez

El polémico caso de una madre de familia que denunció que un colegio privado de Valledupar le negó el cupo de guardería para su hijo de dos años con síndrome de Down, llama la atención de la comunidad sobre las barreras que pueden encontrar los niños y jóvenes con problemas cognitivos o físicos (con síndrome de Down, autistas, con trastornos motores o auditivos, con problemas de atención, entre otras patologías) que desean llevar una vida lo más normal posible.

Al respecto, la psicopedagoga Alcira Vitola Mercado, aseguró que la institución que niegue un cupo a un estudiante con condición especial va en contra de la normatividad, teniendo en cuenta que el decreto 1421 del 29 de agosto del 2017, reglamenta la prestación del servicio educativo para las personas con discapacidad; desde el acceso, la permanencia y la calidad, para que los niños puedan transitar por la educación desde primera infancia hasta educación superior o educación para el trabajo y el desarrollo humano.

“Los niños con cualquier tipo de discapacidad, incluso los niños con enfermedades mentales con tratamiento médico, tienen el derecho de estudiar en aulas regulares. El colegio debe brindarles garantías como trabajo de sensibilización de aceptación de los otros estudiantes y de los profesores para evitar el bullying y manoteo; también les exige tener profesionales idóneos para potencializar sus habilidades, lo cual implica un trabajo psicológico, de la mano con la familia. Los colegios deben ajustar o adaptar sus currículos para que estos niños puedan avanzar con guías o actividades personalizadas”, explicó.

Por su parte, la educadora especial del Idreec, Liliana Chinchilla Torres, manifestó que cuando una institución asume la responsabilidad de recibir un niño que viene con un diagnóstico de su neurólogo, se explican las deficiencias de aprendizaje y debe tener el personal preparado para que pueda trabajar con el niño a su ritmo.

“Un niño con problemas de lecto-escritura, por ejemplo, que se integra a una escuela regular no aprende como un niño “normal”, por lo que hay que valerse de muchas estrategias para trabajar con el pequeño como: el canto, fonomímica, el dibujo, entre otras, en aras de lograr las metas propuestas para él”, explicó.

Si el estudiante tiene problemas de atención, sugiere hacerle un test para descubrir qué es lo que le perturba. Allí los profesionales deben ser creativos para mantener concentrados a los niños; otros deben ser manejados con la ayuda del neurólogo, que le suministra medicamentos para mejorar la atención.

“El niño que va demostrando que a nivel de lectoescritura va avanzando lentamente y que puede adquirir habilidades para la lectura o para operaciones matemáticas se les recomienda que lo integren en una institución regular, avalada por el Ministerio de Educación, que tenga el personal adecuado, y a los otros estudiantes deben ser sensibilizados para aceptar la diferencia de las personas. De acuerdo a su condición y habilidades, uno ubica al niño sea para integrarlo o para que inicie un tratamiento terapéutico”, argumentó.

Agregó que “cuando el niño no reúne las aptitudes o condiciones, porque su retardo mental no le permite aprendizaje, debe estar en una institución especial, donde él se sienta e su ambiente, con profesionales terapéuticos (de lenguaje, terapia ocupacional y psicólogos), que lo ayuden a mejorar su comportamiento social, donde avanza lentamente, y les permitan descubrir sus capacidades. La educación especial prepara al niño para que pueda adecuarse a un aula, a una institución, a una habilidad; es la que lo lleva a poderse adaptar. La institución se encarga de enseñarle un concepto y la materia como tal”.

Una docente del municipio, que prefirió reservar su nombre, dijo que en las escuelas el número de estudiantes por aula puede llegar hasta 40 o 45, de modo que atender de manera particular a un niño con necesidades especiales resulta complicado. “Más que buena voluntad y preparación se requieren tener garantizadas las condiciones de infraestructura necesarias para hacerlo”, señaló.
Voz del municipio

Ante el caso que se presentó en la capital del Cesar, el secretario de Educación Municipal, Luis Carlos Matute De La Rosa, afirmó que “vale la pena aclarar que los niños antes de cumplir los tres años deben estar en preescolar, por lo tanto debe haberse solicitado un servicio ante una guardería o CDI regulado por el Instituto de Bienestar Familiar, que se sale de nuestro entorno.

Sin embargo, estamos invitando a que los niños con cualquier condición sean admitidos en los establecimientos educativos, bien sea públicos o privados, o en la guardería. Este caso en particular vamos a trasladar el reporte al ICBF y ver qué decisión toman”.

En lo que tiene que ver con las instituciones educativas que regula la Secretaría de Educación Municipal, precisó que hay más de 720 niños con necesidades especiales (cognitiva, visual y física) atendidos a través de una fundación con profesionales idóneos. “Esto surgió luego de una caracterización que nos permite ver una necesidad en estas instituciones y darle un grupo de apoyo para que se formen y se integren con los otros niños. Desde la administración buscamos que no se discrimine al niño por una condición social, de raza o física. Uno de los ejes temáticos de los proyectos que adelantamos es la inclusión social”, acotó el funcionario.

Según Matute De La Rosa, el año pasado adelantaron una capacitación a 100 docentes y coordinadores dentro del nuevo decreto del Ministerio de Educación Nacional de educación inclusiva, “para que sean atendidos por los mismos docentes de aulas y que estén en condición de dar clases a niños “normales” y los niños con necesidades especiales, para que tengan así el mismo proceso de enseñanza-aprendizaje y la misma oportunidad que tienen los otros niños, puesto que ahí es donde está la verdadera inclusión social”, puntualizó.

Fuente de la noticia: http://elpilon.com.co/la-educacion-los-estudiantes-especiales/

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