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Colombia: Salario mínimo: ¿cuánto tiempo les durará el ingreso adicional a trabajadores?

Salario mínimo: ¿cuánto tiempo les durará el ingreso adicional a trabajadores?

La cascada de incrementos que arrastra el ajuste salarial de 10,07 % termina sacando del bolsillo de los trabajadores el ingreso adicional. ¿Cómo corregir esa situación?

El salario mínimo en Colombia, en el componente básico, llegó al anhelado millón de pesos que aclamaban los sindicatos desde hacía al menos tres años. Pero ¿cuánto durará ese ingreso adicional, en medio de una inflación con tendencia al alza? Sobre todo si se tiene en cuenta que el incremento del sueldo básico amenaza con una mayor escalada del costo de vida.

El aumento de 10,07 por ciento logrado por acuerdo en la mesa de negociación de la política salarial equivale a una remuneración total de 1.117.172 pesos, incluyendo el auxilio de transporte. Aunque el incremento fue catalogado por el presidente Iván Duque como un hecho histórico, pues en términos reales sería el más importante en casi 50 años, hay varias circunstancias alrededor de la sonada decisión que podrían ir en contravía de uno de los fines del ajuste: evitar que el trabajador pierda poder adquisitivo.

Precisamente, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que los salarios mínimos se establecen con la finalidad de proteger a los trabajadores contra el riesgo de una remuneración indebidamente baja frente al aumento del costo de vida. No obstante, para el logro de esa protección parece no ser suficiente la fórmula que se usa cada año: subir una cifra compuesta por la productividad, que en 2020 fue de 1,19 por ciento, y la inflación esperada al cierre del año, que es de 5,3 por ciento. Eso da una cifra de 6,49 por ciento, lo que implica una ganancia de 3,58 puntos porcentuales si se tiene en cuenta que el salario mínimo subirá 10,07 por ciento.

El lío es que existen otras variables que pueden sacar esa ganancia extra rápidamente del bolsillo de los ciudadanos. Por ejemplo, la indexación del salario mínimo a costos como la salud. Pese a que el ministro del Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, dijo que se identificarán los costos que están amarrados al alza del mínimo y que no tienen fuerza de ley, de manera que se puedan realizar con otra herramienta –como la Unidad de Valor Tributario, UVT–, por ahora es complejo evitar el arrastre.

Incrementos a granel

Tan pronto como empieza el año y entra en vigencia el incremento del mínimo, los ciudadanos comienzan a sentir que la plata adicional se esfuma por la cascada de incrementos que se suscitan. Si sube el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (Soat) y los comparendos por infracciones, el sector transporte experimenta una variación en el costo de operación.

En muchos casos, el efecto termina llegando al final de la cadena, que es el consumidor. Sucede, por ejemplo, con las tarifas de administración de las propiedades horizontales, que se elevan al mismo ritmo del alza en el salario mínimo, pues al personal que presta los servicios de seguridad y de aseo hay que subirles el sueldo, que en general es el salario mínimo.

El director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, llamó la atención sobre el riesgo que tienen los aumentos del salario mínimo muy por encima de la inflación y la productividad laboral, que “también generan indexación”. Expresó que “en sectores con márgenes bajos o baja productividad, a las empresas no les queda otra alternativa sino trasladar esos mayores costos salariales al consumidor a través de un aumento en el precio del bien final”.

Analistas empeoraron proyección del PIB de Colombia para tercer trimestre

La ola termina llevándose por delante todo lo que encuentra a su paso. Por eso, aumenta el salario y se aviva el riesgo inflacionario. Tanto es así que Daniel Velandia, director económico de Credicorp Capital, estima que el porcentaje incrementado al salario mínimo podría agregar entre 0,5 y 1 por ciento a la inflación esperada en 2022.

Los boquetes que se abren para que el trabajador finalmente pierda el incremento son muchos. Tan pronto como se dio a conocer el alza en el salario mínimo que regirá para el próximo año, la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas mencionó la necesidad de que el Gobierno fije un aumento de la Unidad de Pago por Capitación (UPC), con la que se cubre el costo de atención en salud para cada persona afiliada al sistema, en al menos un 7 u 8 por ciento, de manera que los hospitales y clínicas puedan hacer el incremento salarial al personal de la salud sin que sean ellos los que salgan sacrificados al asumir el mayor gasto.

Costo-beneficio

El debate sobre el incremento en el salario mínimo no se acaba con la decisión de la mesa de negociación salarial, que este año se dio por acuerdo, algo que no sucedía desde 2018. Algunos analistas económicos, como David Pérez-Reyna, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, estiman que la decisión del incremento en 10,07 por ciento “puede tener un componente de economía política unido al descontento social que se vio este año”. En consecuencia, esa alza “puede dar una señal positiva para los ciudadanos, sobre todo en época electoral”.

Pero el consenso entre las opiniones es que sigue vigente el error craso de indexar precios al salario. Mario Valencia, de Conexión Análisis, expresa que, “si se supone que estamos en una economía de mercado, resulta inadecuado amarrar el salario mínimo a otros precios. El Gobierno debería velar porque no se pierda poder adquisitivo, y, en ese contexto, tendría más sentido indexar costos a tasas de interés, por ejemplo. En Colombia, todos los años hay un gran debate por la tasa de crecimiento del salario mínimo, que ganan muy pocas personas, pero nadie, ni siquiera los empresarios, debate sobre la tasa de interés que fija unilateralmente el Banco de la República”.

mario valencia Economista de Conexión Análisis

La decisión del incremento en el salario mínimo se celebra con bombos y platillos, pese a que la cobertura directa que logra en el mercado laboral colombiano no es tan amplia, pues solo 18,1 por ciento de la población ocupada recibe un ingreso entre 0,9 y 1,1 salario mínimo. En cifras netas, el Ministerio del Trabajo estima que serían unos 2,2 millones de trabajadores dependientes los beneficiados con el incremento, ya que en el país, aun cuando 64,2 por ciento de los ocupados reciben hasta 1,1 salario mínimo o menos, 47,9 por ciento está en la informalidad, con un ingreso inestable.

Ese universo de trabajadores formales es el que se defiende en una negociación del salario. Francisco Maltés, presidente de la CUT (Central Unitaria de Trabajadores), argumentó que “los hogares que ganan el salario mínimo gastan cerca del 40 por ciento en alimentos. Entonces, si miramos la propuesta del 10 por ciento frente al 15 por ciento que subieron los alimentos, es claro que no compensa”.

Para el director de Fedesarrollo, entre tanto, “cuando el crecimiento salarial está muy por encima de la productividad laboral, continúa ampliándose la brecha entre los 10 millones de ocupados que ganan menos de un salario mínimo y el resto de ocupados. Ese es el balance que se debe tener en cuenta en esta discusión”.

alejandra botero b. Directora del DNP

¿Cómo desindexar el salario?

Por el lado del Gobierno, Alejandra Botero Barco, directora de Planeación Nacional, respondió un par de preguntas en SEMANA.

SEMANA ¿Qué camino seguiría el gobierno para desblindar costos indexados al incremento en el salario mínimo y garantizar así que la población no se empobrezca cada año pese a los aumentos?

Alejandra Botero. El presidente de la República señaló que “se hace historia porque se está logrando el mayor aumento real del salario mínimo en casi 50 años. Se hace historia porque se llega a un salario mínimo de $1 millón, cumpliendo una promesa de campaña, cumpliendo un anhelo de los trabajadores por décadas, pero, también, cumpliendo con una agenda de solidaridad y de generosidad que quiero reconocerle a los empresarios, emprendedores e industriales de nuestro país”.

De esta forma, no es una respuesta fácil decir que se viene una indexación debido a este aumento, por cuanto este logro está basado en un acuerdo unánime entre trabajadores, empresarios y emprendedores o pequeños empresarios, y el Gobierno.

Acá todos haremos un esfuerzo porque estos aumentos no se trasladen de manera automática a los precios finales al consumidor. Por parte del Gobierno, el presidente dio la orden de que muchos de los contratos que estaban indexados al salario mínimo sean convertidos en UVT, ello se hará por vía decreto o resolución. De esta manera se alivian algunas de las posibles alzas en los precios de los servicios regulados. El sector empresarial ha venido haciendo grandes esfuerzos para evitar que las alzas en muchos de los insumos se trasladen directamente a la inflación.

De otro lado, hay muchas presiones inflacionarias que no solo están afectando el desempeño de la economía, sino también el ingreso de los trabajadores y sus familias. Este aumento también es una compensación a estos ingresos, con el fin de lograr equidad y compromisos entre empresarios y trabajadores.

SEMANA. Países como China han demostrado que incrementos en los salarios constituyen un estímulo para subir la productividad laboral y, por esa vía, la de todos los factores. En Colombia se sigue insistiendo en que los salarios son altos y la productividad baja. Es decir, el meollo del asunto está en qué debe ser primero. ¿Qué camino se debería seguir en los próximos años en ese sentido?

Alejandra Botero. Es una pregunta compleja porque hay muchas respuestas dependiendo del sector, de la tecnología y del momento del ciclo de la economía. No es lo mismo la manera de producir de una gran empresa, los incentivos que ella implementa para sus trabajadores, los procesos que ella adopta para aumentar la productividad y que tiene como compensar estos costos debido a la escala de producción, que una empresa Pyme o pequeña, donde la tecnología es menos avanzada, lo costos de personal pesan más y hay poca facilidad de mitigarlos, dado que otros factores tienen un peso importante. Esto es aún más complejo en el sector informal, donde el capital es muy pequeño.

Lo que hemos hecho está vez es cumplir con el anhelo de los trabajadores por décadas, pero, también, cumpliendo con una agenda de solidaridad y de generosidad en vista de que estamos saliendo de una de las crisis más agudas de la historia. Este incremento salarial va a tener un impacto importante en el bolsillo de los colombianos, permitiendo compensar las pérdidas que tuvieron en 2020 y parte de 2021, cuando muchos no pudieron trabajar de manera normal y, por ende, es necesario aumentar su capacidad de compra en el año que viene.

En esta coyuntura, cuando la economía aún se encuentra por debajo de su nivel potencial y la pobreza todavía está en niveles superiores a los que se registraban antes de la pandemia. Este aumento, con seguridad, permitirá estimular la demanda por bienes y servicios por parte de las familias más pobres, teniendo en cuenta que es una coyuntura en donde aún es necesario que ellas tengan más ingresos, tal como nos ha enseñado la historia en las crisis pasadas.

Fuente de la Información: https://www.semana.com/economia/macroeconomia/articulo/salario-minimo-cuanto-tiempo-les-durara-el-ingreso-adicional-a-trabajadores/202100/

 

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¿El estrato en la matricula cero, un factor de discriminación en las Universidades? Colombia

Las universidades públicas están desfinanciadas y según el SUE a 2021 la cifra se acerca a 15 billones, necesarios para lograr un equilibrio de mínimos, en las ahora 34 públicas con la llegada de la Universidad intercultural indígena ubicada en el sur y Unitropico ubicada en el oriente. La fórmula más general converge en reformar con urgencia los artículos 86 y 87 de la ley 30 de 1993.

       Se desfinanciaron no por corrupción, ni malos manejos, si no por la presión del estado durante dos décadas para incentivar el crecimiento real por encima de los recursos enviados. Las nuevas necesidades no fueron cubiertas por el estado ensanchando la brecha entre lo real y lo formal. El número de estudiantes, programas de pregrado ofertados, productividad pagada según decreto 1279 de 1993 y las demandas tecnológicas y de infraestructuras duplicaron las necesidades no satisfechas para cumplir con el derecho a la educación. El presupuesto enviado por el estado pasó de cubrir el 70% del ya reducido costo de un estudiante antes del año 2000 a ser inferior al 50% en 2021. Las plantas docentes quedaron rezagadas, las nóminas de docentes ocasionales las superan en número y actividades docentes y la investigación creció de manera exponencial.

      En 2021 el gobierno acogió la fórmula de matrícula cero, como mecanismo de distribución de recursos per-cápita, para más del 80% de estudiantes. Con la matrícula cero las universidades reciben menos del 10% de lo que cuesta el derecho a la educación de un estudiante, por lo que no se atacando la desfinanciación, ni fortaleciendo el sentido de lo público, aunque sea un logro importante de las movilizaciones de jóvenes en 2018, con acompañamiento de rectores, profesores y del interés del gobierno. Sin embargo, si le sumo a las universidades otra contradicción interna (que debilita su razón de ser), al tener que tratar con la identificación de sus estudiantes según el estrato, cuando es de común saber, que estratificar resulta contrario al sistema de derechos. Al estratificar se discrimina y, cuando un sector de jóvenes es tratado con distinción al asociarlos a su pertenencia y posición económica y no a su condición de jóvenes, se pasa la línea de la igualdad pudiendo provocar exclusión o segregar.

        El pacto de derechos económicos, sociales y culturales de 1966, dispone que los estados parte, y Colombia lo es, garantizarán el ejercicio de cada uno de los derechos sin discriminación alguna y al determinar un pago según estrato, aunque sea para pocos, se crea una distinción que afecta el goce de este derecho en condiciones de igualdad a todos los jóvenes, cuyo único requisito de acceso a la universidad debe ser de méritos, otras fórmulas medidas en factores de ingresos, bienes, riqueza material, lamentablemente pueden ocurrir en universidades de interés privado, donde poco pueden importar igualmente la democracia participativa o el reconocimiento de diversidades.

        El estrato es una práctica en apariencia neutra, pero no lo es, en tanto a ciertos jóvenes por causas ajenas a su condición individual, se les aplica una limitante propia de la esfera privada de su familia, no de ellos, que son quienes actúan ante la institución como responsables de su destino, como lo señaló la ilustración siglos atrás. El trato según el estrato origina una posible discriminación directa para un aproximado del 20% o menos de los jóvenes de las universidades públicas, de los cuales cerca de la mitad no tienen aún cedula de identidad, y desde ya reciben un trato menos favorable que los demás de su misma situación y “condición esencial de jóvenes”. En las calles han estado defendiendo la educación pública hombres y mujeres jóvenes, brutalmente reprimidos sin importar el estrato.

       La matrícula cero pagada por el estado según estratos, señala un trato diferencial, que al poner límites a los jóvenes por su pertenencia a una clase social afecta la naturaleza de la universidad pública, llamada a ser ocupada por quienes tengan los méritos, no por clases, ni pertenencia a grupos, ni por quien pueda pagar una matrícula, que, en todo caso, solo cubre la décima parte de lo que cuesta la totalidad de beneficios que compromete la institución. Entrar en la esfera de los diferenciales prohibidos por el sistema de derechos, de los que hace parte la “posición económica, junto con otros tales como origen, raza, color, identidad sexual, religiosa, o política, desvirtúa el artículo 13 del pacto de derechos cuando dispone que “la enseñanza primaria debe ser obligatoria y asequible a todos gratuitamente y que la enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos”, ese todos, indica el derecho de acceso a los jóvenes, sin factores diferenciales de distinción, salvo méritos.

       Esa es la razón fundamental para reivindicar la defensa de la universidad pública con financiación total del estado, no parcial, ni con subsidios por demanda. La desfinanciación es de las instituciones, no de sus estamentos. Llamar a invertir lo que necesitan las universidades, para formar jóvenes y tener laboratorios de ciencia, bibliotecas, conectividad, docentes de alta calidad, siempre será mejor que invertir en batallones, armamentos y soldados, a quienes el estado cubre sin demora el 100% de lo que gastan. La matrícula cero es una estrategia compensatoria, que aunque útil, se separa del marco de los derechos, tampoco ataca la desfinanciación y en cambio pone en la agenda del debate la posible discriminación y vulneración a derechos, conforme a las letras de la Carta de las Naciones Unidas , la Declaración Universal de derechos humanos e inclusive del convenio 111 de la OIT.

       La matrícula cero en síntesis, es una apuesta del gobierno para entregar por demanda un aproximado 10% del presupuesto requerido por las universidades para sostener el equilibrio financiero y presupuestal. Los riesgos internos de déficit y faltantes adicionales cada año, al menor descuido pueden acelerar la privatización, si sus autoridades por desesperación ante el asedio de metas que cumplir caen en la trampa de conseguir recursos como sea o ahorrar hasta ahogarse. Salidas equivocas pueden conducir a degradar garantías y conquistas de docentes y trabajadores, imponer nuevas obligaciones, más tareas, reducir condiciones de tiempos de vinculación de ocasionales con afectaciones salariales y laborales, implementar la virtualidad como fin, no como medio, restar atención a políticas de inclusión y mitigación de la deserción, eliminar sistemas de becas y estímulos, empobrecer los campus y quizá dejar caer edificios icónicos o eliminar lo que parezca que “sobra” de estatutos y normas basadas en la autonomía y cumplir acríticamente los designios del capital.

       Está bien la matricula cero, aunque también adiciona un excesivo desgaste de gestión y tramite, pero la salida en defensa de la educación pública sigue siendo el justo reclamo por financiación total de las universidades y a los jóvenes darles tratamiento de jóvenes iguales, atenderlos con políticas de acceso, participación y bienestar, no como propietarios marcados por la casta, el linaje, el estrato.

P.D. La uptc recibió acreditación de alta calidad por 6 años más, un esfuerzo colectivo de quienes no han abandonado su compromiso ético para seguir siendo una universidad pública a toda prueba.

Fuente: https://rebelion.org/el-estrato-en-la-matricula-cero-un-factor-de-discriminacion-en-las-universidades/

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Mujeres de frontera entre Colombia y Ecuador afrontan explotación y violencia

Explotación laboral, discriminación, inseguridad, trata, falta de acceso a educación, salud, alimentos y agua, así como violencia de género, física y sexual acechan a diario a las mujeres que habitan o transitan el límite de Ecuador y Colombia.

Así lo recogen los hallazgos del Análisis Rápido de Género (ARG)-CARE 2021, un documento que llama la atención sobre los problemas que viven a diario las mujeres transfronterizas y sus familias a ambos lados de la divisoria colombo-ecuatoriana.

El estudio expone los impactos diferenciados por género frente a la crisis humanitaria y los cambios producidos por la pandemia en mujeres, hombres, niños, niñas, adolescentes y personas LGBTIQ+ en situación de movilidad humana, de origen venezolano, en las poblaciones colombianas de Ipiales y Pasto, y en las ecuatorianas de Ibarra y Tulcán.

ACCIÓN SIMBÓLICA EN FRONTERA

El documento, que incluye directrices para la construcción de una agenda de trabajo para paliar esas circunstancias, fue presentada este jueves ante autoridades locales de ambos países en un acto simbólico de toma del puente internacional Rumichaca.

En ella, se identificaron alrededor de 80 mujeres, 40 por país, entre migrantes, refugiadas, indígenas y de la comunidad de acogida, que plantearon sus necesidades en seis ejes: Protección, salud, educación, medios de vida, situación migratoria, participación y liderazgo.

«Venimos cargadas de tanto dolor, ansiedad y necesidad, lo único que queremos es llegar a un lugar para sentirnos seguras, pero cuando llegamos enfrentamos otros problemas», describió una de ellas en uno de los testimonios reportados en la investigación.

Entre otros retos que afrontan, figura el «miedo de ir a las instituciones públicas porque nos rechazan con facilidad por no tener documentos», añadió la entrevistada.

Ante esta realidad y como parte del proyecto «Cruzando Fronteras», que se ejecuta gracias a la financiación de la Agencia Francesa de Desarrollo, CARE construyó la Agenda Transfronteriza que busca darles voz y liderazgo a las mujeres en condición de vulnerabilidad.

Su objetivo es la promoción de políticas públicas que garanticen los derechos de las mujeres migrantes y refugiadas, así como de la comunidad de acogida de ambos países.

«Hemos querido darles una voz a las mujeres transfronterizas de Ecuador y Colombia, que sean ellas quienes expongan sus necesidades e impulsen la agenda transfronteriza que busca mejorar sus condiciones de vida», expresó Alexandra Moncada, directora de CARE Ecuador.

DATOS ALARMANTES

De acuerdo con el ARG, en el caso de Ipiales y Pasto, alrededor del 90 % de las personas venezolanas están en condiciones de irregularidad, lo que obstaculiza el acceso a condiciones laborales dignas, subsidios públicos, educación y salud.

En Ecuador, la situación se agrava ya que las personas venezolanas requieren de una visa y pasaporte en vigor, lo que restringe aún más la posibilidad de regular su situación migratoria, excepto en caso de refugio.

Según el estudio, los migrantes venezolanos reciben un 50 % menos de salario que los nacionales en Ecuador, mientras que en Colombia es un 55 % menos.

Otro dato alarmante es que el 100 % de las mujeres transfronterizas entrevistadas manifestaron que han sido víctimas de acoso en la calle y/o violencia sexual.

Entre las propuestas incluidas en la agenda figuran que se mejoren las condiciones básicas para hacer su ruta migratoria segura, la creación de más albergues y una moratoria migratoria o mecanismo que facilite la regularización de ellas y sus familias.

Asimismo, se propone una protección especial frente a la presencia de grupos armados y bandas de crimen transnacional que violenta sus vidas y refugio para personas cuya vida está en riesgo, entre otras acciones.

Fuente: https://www.swissinfo.ch/spa/ecuador-mujer_mujeres-de-frontera-entre-colombia-y-ecuador-afrontan-explotaci%C3%B3n-y-violencia/47180090

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Colombia: El impacto negativo de la pandemia sobre los programas de formación técnica

América del Sur/Colombia/03-12-2021/Autor(a) y Fuente: www.elespectador.com

Entre el 2019 y el 2020 las matrículas en este sector se redujeron casi en un 50%. A la espera de los datos de este año, observadores señalan que la tendencia negativa podría continuar.

En el 2019 el país contaba con cerca de 673.000 estudiantes matriculados a programas de formación técnica. Un año después, en medio de la pandemia por coronavirus, esa cifra se redujo a 355.000, lo que supone una disminución de casi la mitad (47,25% para ser exactos) de estudiantes para los programas de este tipo.

Estas cifras las dio a conocer el Observatorio de la Universidad Colombiana, una iniciativa privada del Instituto Latinoamericano de Liderazgo, que también señaló que el mayor impacto de esta reducción lo percibieron los programas de formación para el trabajo y el desarrollo humano ya que pasaron de 592.000 estudiantes en el 2019 a 298.000 en el 2020, una disminución del 49,66%. Por su parte, en los programas técnicos profesionales, ofertados por Instituciones de Educación Superior (IES), la reducción en el mismo periodo de tiempo fue de casi el 30%.

Entre las razones que pueden explicar la caída en el número de estudiantes en los programas de formación para el trabajo y el desarrollo humano, destaca el hecho de que, por naturaleza, son asuntos que requieren interacción física con equipos y prácticas y el tránsito a la virtualidad no fue fácil de hacer. Además, resalta el Observatorio, los jóvenes de estratos medios y bajos, que son quienes en mayor medida acceden a este tipo de programas, debieron priorizar el trabajo antes que el estudio con la llegada de la pandemia.

Miguel Ángel Sandoval, Miembro de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Entidades de Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano, señaló que otra de las posibles causas está en que “los subsidios y ayudas siempre llegan a la educación superior, nunca a la educación para el trabajo y el desarrollo humano”. Esto, sumado a que el Observatorio apunta que es un sector que no cuenta con el reconocimiento político y mediático, confluyó para que no se recibieran los apoyos necesarios para enfrentar los impactos de la pandemia.

Mientras esperan que las cifras del 2021 estén disponibles para analizar la tendencia del sector durante este último año, el Observatorio señala como otra de las posibles causas “los programas de gratuidad del Estado y los municipios que están impulsando un movimiento de la demanda hacia las instituciones públicas y programas universitarios, con lo que se ayuda al estudio de los jóvenes, pero se está dando un golpe de gracia a la formación técnica”.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/educacion/el-impacto-negativo-de-la-pandemia-sobre-los-programas-de-formacion-tecnica/

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Colombia: Este 25 de noviembre, nueva jornada de paro nacional

semana.com

El Comité Nacional del Paro y la Central Unitaria de Trabajadores invitó a esta nueva jornada de movilizaciones, que tendrá como punto de concentración el Parque Nacional en Bogotá.

Este jueves 25 de noviembre el Comité Nacional del Paro y la Central Unitaria de Trabajadores convocaron una nueva jornada de manifestaciones por la exigencia del cumplimiento del Acuerdo de de Paz, que cumplió cinco años de su firma, también para recordar los dos años del paro nacional de 2019 y la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres.

“Este 25 de noviembre #25N vamos a las calles, movilizaciones pacíficas en todo el país”, publicó la Central Unitaria de Trabajadores en su cuenta de Twitter, en el que también afirman más argumentos para la nueva jornada de movilización que partirá desde las 9:00 de la mañana en el Parque Nacional, ubicado en la carrera séptima con calle 40 de Bogotá. Luego seguirán su camino por toda la séptima hasta buscar la carrera décima con calle 26 y posteriormente tomarán la calle 19 para retornar a la zona peatonal de la séptima, para terminar en la Plaza de Bolívar, sitio habitual donde han finalizado las marchas.

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Colombia: En busca de sus familiares desaparecidos, un grupo de mujeres campesinas se convirtió en ejemplo de reconciliación (pódcast)

Fuertes y aún con esperanza, siguen buscando los restos de sus seres queridos. Se reunieron con paramilitares desmovilizados, perdonaron y juntas se apoyan para no desfallecer y finalmente encontrar con cada hallazgo algo de paz.

https://www.spreaker.com/user/revistasemana/familiares-desaparecidos?utm_medium=widget&utm_source=user%3A9836245&utm_term=episode_title#

Fuente: https://www.semana.com/podcast/mejor-colombia/articulo/en-busca-de-sus-familiares-desaparecidos-un-grupo-de-mujeres-campesinas-se-convirtio-en-ejemplo-de-reconciliacion/202102/

 

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Colombia: La U. Nacional declara como prioridad las acciones contra el cambio climático

La universidad pública más importante de Colombia declaró como “asunto prioritario de gestión universitaria” las acciones frente a la emergencia climática, reconociendo el cambio climático como una emergencia y apoyando e incentivando medidas urgentes y drásticas para mitigar su impacto y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Así lo determinó el Consejo Superior Universitario (CSU), dando vía libre a 11 acciones que desde la universidad pretenden impulsar cambios frente al cambio climático. Entre dichas acciones destaca la meta de una reducción en la emisión de gases efecto invernadero, siendo carbono cero a 2030. Esto implica transformaciones de políticas y programas claves en el día a día.

La declaratoria toca áreas como la gestión de recursos hídricos y de residuos. En el primero la Unal pretende realizar acciones para motivar una mayor cultura de conservación del agua, el uso eficiente de ese recurso y su reutilización y reciclaje para fines potables o no potables. En cuanto a los residuos, el CSU espera desarrollar una economía circular (reutilización, reventa, reciclaje, compostaje in situ de alimentos y productos orgánicos y posteriormente transformación de residuos en energía).

En ese marco también resaltan las estrategias “cero plástico de un solo uso” y “producción y consumo sostenible”. Siendo la universidad más grande del país, la Unal plantea como un gran reto la movilidad sostenible. “La UNAL planificará las acciones de sostenibilidad en torno a la movilidad en sus campus, con el fin de reducir los gases efecto invernadero e involucrando la infraestructura de movilidad existente (construcción de carriles, estaciones, casilleros, duchas y centros de reparación para bicicletas, implementación de transporte público dentro del campus”, señala la institución en un comunicado.

El transporte, de hecho, ha sido una de las áreas donde la ONU ha pedido mayor acción frente al cambio climático. A mediados de octubre, en la antesala de la Cumbre Climática COP26, el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a todos los países a descarbonizar el transporte. “Los gobiernos deben incentivar las opciones de transporte limpio, incluso a través de estándares e impuestos, e imponer una regulación más estricta de las infraestructuras y las ventas”, dijo Guterres.

Las acciones que complementan la ruta planteada por el CSU en la Universidad Nacional son la “Operación y gestión”; “Giro ambiental y cambio cultural” e “Indicadores de sostenibilidad”. “Todo esto es posible si damos un giro ambiental y cultural con estas temáticas ambientales. Necesitamos ese cambio y parte de una declaratoria de este Consejo Superior”, resalta la declaración.

Fuente de la información e imagen: https://www.elespectador.com

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