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Colombia: Polémica por regreso total a clases presenciales para el 2022

Asinort señala que, desacatarán esa orden, pues no se ajusta a la realidad que vive el país y la región con la pandemia de la COVID.

Ayer, el ministro de Salud y Protección Social, Fernando Ruiz Gómez, en compañía de la ministra de Educación Nacional, María Victoria Angulo, anunció que, basados en las recomendaciones del Comité Asesor Epidemiológico, tomaron la decisión de eliminar los aforos para todo el sistema educativo, es decir, para la educación inicial, primaria, secundaria, educación superior y educación para el trabajo y desarrollo humano.

Esto, con el objetivo de que el próximo año se retome la presencialidad total, porque hay grandes avances en el Plan Nacional de Vacunación contra la COVID-19, especialmente con la alta cobertura de inmunización en la población docente y en niños y jóvenes.

Aunque la noticia fue bien recibida por algunos sectores, para la Asociación Sindical de Institutores Nortesantandereanos (Asinort) y algunos padres de familia, esto no concuerda con la realidad que está viviendo el país en medio de la COVID-19 con las nuevas variantes.

Hugo Cárdenas, fiscal de Asinort, señaló que, mientras no haya una inversión real para el sistema educativo, no es para nada conveniente enviar a todos los estudiantes a las aulas de clase, pues las condiciones de infraestructura y bioseguridad no se cumplen al 100%.

“Nosotros no nos oponemos a la presencialidad, pero vamos a seguir manteniendo que esta debe ofrecer  las efectivas condiciones, entonces desde ya nosotros anunciamos que desacataremos esas decisiones del ministerio, pero con base en una realidad que tenemos”, dijo Cárdenas.

El fiscal manifestó que, a nivel nacional se rompieron las relaciones entre el Ministerio de Educación Nacional y Fecode (Federación Colombiana de Educadores), por lo que, probablemente la situación se va a tornar compleja para la prestación del servicio educativo en 2022.

“La vacunación de los niños es muy incipiente todavía. El nivel de los docentes si ha avanzado, estamos por ahora en la situación del refuerzo y lógicamente que mientras la comunidad no esté vacunada, esas decisiones son muy delicadas para la salud de la comunidad educativa”, agregó Cárdenas.

El representante de Asinort precisó que, desde que inició la pandemia han fallecido más de 200 docentes (activos y pensionados) a causa de la COVID.

Con respecto a la situación de la infraestructura de los planteles educativos, Cárdenas expresó que, los proyectos que se tienen programados son a mediano plazo, por lo que no se pueden confiar que en el 2022 se van a dar todas las inversiones.

“Nosotros somos defensores de que la educación debe ser presencial, eso nunca lo hemos dejado de percibir de esa manera. Sin embargo, toda esta situación ha sido angustiosa, ha sido un reinvento de los docentes, porque queremos a nuestros estudiantes y nuestra razón de ser son los niños y los jóvenes y por ellos haremos lo que sea posible, pero también tenemos que ayudar a preservar la vida y la salud y que el proceso educativo se lleve en condiciones dignas. Este es un país que ha demostrado que no tiene las condiciones ni en salud ni en educación adecuadas para enfrentar retos tan importantes como el de la pandemia», afirmó Cárdenas.

El fiscal invita a los estudiantes y padres de familia para que se matriculen y se sostengan en el sistema educativo, pero «que también tomemos conjuntamente las decisiones de no dejarnos llevar a mayores riesgos en esta pandemia».

Padres de familia 

Eduardo Parra, presidente de la Liga Municipal de Asociación de Padres de Familia de Cúcuta, mencionó que este anuncio los toma por sorpresa, por lo que esperarán hasta que llegue el mes de enero para evaluar la situación de la pandemia con los contagios y muertes.

En cuanto al tema de la vacunación de los estudiantes, Parra sostuvo que como la vacuna no es obligatoria, “hay padres de familia que han decidido no vacunarse, ni vacunar a sus hijos y eso es respetable, entonces esa es una situación compleja que tenemos”.

Parra afirmó que el próximo año todos los padres de familia se convertirán en veedores, para ver si realmente la administración municipal está destinando los recursos a los colegios que necesitan adecuaciones en materia de infraestructura.

“Aspiramos que desde el Gobierno Nacional y el ente territorial ofrezcan todos los sistemas de bioseguridad a los estudiantes y estaríamos muy contentos de volver el año entrante a la presencialidad en todas las instituciones educativas de la ciudad”, puntualizó Parra.

Las opiniones entre los padres de familia, pues algunos están de acuerdo en que sus hijos vuelvan completamente a los colegios, mientras que otros prefieren que sigan en virtualidad, no obstante, la determinación quedó reglamentada mediante la resolución 2157 del 2021. 

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29 Municipios del departamento están autorizados para retornar a las clases presenciales.

 

Secretarías de Educación se pronuncian 

Jessica Ramírez, secretaria de Educación Municipal detalló que recibe la noticia con mucha alegría y responsabilidad, resaltando que durante todo el 2021 se estuvieron preparando, pues ya todos los colegios y sedes de Cúcuta cuentan con planes de bioseguridad aprobados.

“Este año hicimos una compra de más de 280 mil tapabocas para todos los estudiantes, a los profesores se les entregaron kits, lavamanos, todo este combo en términos de papel, alcohol, gel antibacterial, entonces ya todos los colegios están preparados”, mencionó Ramírez.

La funcionaria precisó que, en el 2022  los esfuerzos estarán concentrados en mejorar la calidad de la educación y cerrar las brechas de aprendizaje.

Ramírez señaló también que ya tienen un 95% de docentes y directivos vacunados, y se tienen más de 20 puntos de vacunación habilitados en toda la ciudad para que los niños y jóvenes también accedan a los biológicos, por lo que no hay excusas.

“En temas de infraestructura el Área Metropolitana de Cúcuta (AMC) está avanzando en obras. Una entrega las primeras baterías en enero y otras arrancan entre febrero y marzo, para tener en el 2022 una infraestructura bien bonita y adecuada”, dijo Ramírez.

La Secretaría de Salud Municipal informó que, desde el Inicio del Plan Nacional de Vacunación contra la COVID-19, en Cúcuta se han aplicado 44.270 vacunas en menores de 3 a 9 años, distribuidas entre 35.382 de primeras dosis y 8.888 de segundas dosis.

Mientras que en la población de 10 a 19 años se han aplicado 133.264, de las cuales 97.864 son de primeras dosis, 32.566 de segundas dosis y 2.834 de única dosis.

«De esta forma la Secretaría de Salud Municipal y la Secretaría de Educación vienen trabajando en forma articulada para garantizar el acceso de los menores de edad a las vacunas dispuestas por el Ministerio de Salud y Protección Social», manifestaron.

Diomar Velásquez, secretario de Educación Departamental, afirmó que no pueden existir excusas por parte de los docentes para regresar a la presencialidad, pues a corte de diciembre de 2021, el 97,2% de los directivos docentes se encuentran vacunados, así como el 92% de los docentes y el 94,2% del personal administrativo.

Para el 2022, en Cúcuta las clases se iniciarán el 24 de enero y en los otros 39 municipios de Norte de Santander, el 31 de enero.

Las secretarías de Educación hacen una invitación a los padres de familia y estudiantes para que le apuesten a la presencialidad y a la vacunación contra la COVID-19, para regresar a las aulas de una manera biosegura y puedan volver a la normalidad.

«Sabemos que el retorno de los niños y jóvenes a las aulas es fundamental, así que esa decisión refrenda ese compromiso y ese trabajo con la educación que es tan importante y con noticias como que sigue el refuerzo de vacunación para los maestros», dijo María Victoria Angulo, ministra de Educación Nacional.

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Los estudiantes deberán asistir presencialmente a todas las clases. / Cortesía/ La Opinión

 

Universidades 

La Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS) anunció que, adoptará los lineamientos emitidos en la Resolución 2157 del 2021 emitida por el Ministerio de Salud y Protección Social, por lo que, para el 2022 retornará a la presencialidad en todas sus modalidades (pregrado, posgrado y educación a distancia).

Por su parte, la Universidad Libre, seccional Cúcuta,ha informado que, a partir de enero de 2022, conforme a las fechas establecidas en los cronogramas para cada programa y cohorte de posgrados en curso, retornarán a la presencialidad física a las aulas de la infraestructura de la universidad, a las clases programadas.

«Todos los estudiantes de posgrado deben retornar de manera presencial a continuar su proceso académico. Quien no pudiera realizarlo debe informarlo a la Coordinación de Posgrados para realizar el trámite de suspensión y reprogramación del respectivo programa», mencionaron.

Asimismo, indicaron que los estudiantes de pregrado retornarán a la presencialidad física en las aulas de la infraestructura de la universidad a partir del 24 de enero de 2022, fecha de inicio de clases, razón por la que deben legalizar su proceso de matrícula, teniendo en cuenta que todos los programas se desarrollarán de manera presencial conforme a lo estipulado en las resoluciones de registro calificado autorizados en la modalidad de presencialidad.

José Consuegra Bolívar, rector de la Universidad Simón Bolívar (Unisimón), expresó que estaba sumamente complacido en que la comunidad académica vuelva a las instalaciones físicas de la institución.

El rector mencionó que se continuarán aplicando todos los protocolos de bioseguridad, pero sobre todo, hace un llamado al autocuidado, «para que cada quien sea consciente de protegerse y proteger a los demás».

Consuegra precisó que seguirán usando los medios virtuales, especialmente para algunas materias que lo requieren , pero la presencialidad será el foco de atención.

Desde la Universidad de Santander (Udes), habían informado hace unas semanas que  desde agosto de 2020 iniciaron la preespecialidad de todas las prácticas a nivel de laboratorios, finalizando  ese año con el cumplimiento del 100% de todos los compromisos adquiridos con los estudiantes.

Carmen Elisa Araque Pérez, rectora de la Universidad de Santander en el Campus Cúcuta, dijo en su momento que  la institución no ha interrumpido sus actividades académicas desde el periodo A 2020 y ha dado continuidad a la formación académica de sus estudiantes.

«Al inicio de la pandemia, la Udes tomó medidas estratégicas para hacer sincrónico el proceso formativo en todos los programas que ofrece la institución», mencionaron.

Para 2021, la Udes siguió ofreciendo las actividades académicas de manera presencial a través de prácticas en clínicas y hospitales, así como en talleres, laboratorios y sitios de prácticas al interior de la universidad. Las clases teóricas se ofrecieron de manera sincrónica en su totalidad, finalizando el 2021 con gran satisfacción.

Para el año 2022, al igual que las otras instituciones, tienen preparado volver a la presencialidad total.

Fuente: https://www.laopinion.com.co/region/polemica-por-regreso-total-clases-presenciales-para-el-2022

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Maltrato de monjas a niño por orinarse impacta a Colombia

América del Sur/Colombia/24-12-2021/Auto(a) y Fuente: www.lahora.com.ec

La familia descubrió que en el internado en que se encontraba le amarraban el pene con cabello humano; además, lo ortigaban y lo sometían al frío.

BOGOTÁ. A un niño de 9 años le amarraban el pene con cabellos humanos para que no se orinara y además era azotado con ramas de ortiga, según denunciaron sus familiares en Bogotá (Colombia), un caso que tiene conmocionado al país.

El maltrato supuestamente ocurrió en el Hogar Monserrate, manejado por monjas y ubicado en el municipio de Chocontá, en el departamento de Cundinamarca, cercano a Bogotá. Así lo dijo a FM radio Paola Morales, tía del menor que denunció el caso ante la Fiscalía.

«El menor estaba ingresado en un internado de monjas en Chocontá desde hace 7 meses y el día 15 de diciembre lo recogimos porque le dieron vacaciones para estar en familia en Navidad; el niño empezó a llorar y a sentir un fuerte dolor; el niño fue revisado por la mamá y se evidenció que su pene estaba inflamado y morado», aseguró Morales.

Explicó que cuando el menor fue llevado al médico y le quitaron los hilos y el cabello humano con el que le amarraron el pene, llevaba al menos «10 días sin poder orinar». Eso se «debía a que le habían amarrado el pene para que no se orinara, lo que también le provocó una infección en la vejiga».

El procedimiento fue muy doloroso porque el cabello cortó la piel y tenía heridas profundas que estaban infectadas y ahora está recibiendo apoyo psicológico.

«Se evidencia más maltrato físico, como baños donde le pegaban con ortiga que lo picaban y le ardían en la piel y otras cosas como pararlo muy temprano sin ropita a aguantar frío por más de dos horas a la madrugada; es lo que el niño nos pudo comunicar», dijo la tía.

Afirmó además que la mamá del niño lo llevó a ese internado porque tenía buenas referencias y que allí le podían ayudar a superar los problemas de comportamiento y de lenguaje, así como también podía progresar en lo académico.

«Los médicos hallaron que el pene de mi hijo estaba amarrado con cabellos largos de una persona. Habían amarrado su miembro desde la base y eso le impedía orinar», dijo la mamá del menor al diario El Tiempo.

Incomunicado

Al momento de matricularlo, las monjas le dijeron que solo podían visitarlo cada seis meses y que una vez por semana podían comunicarse por teléfono con el niño. El menor también ha contado que un profesor les daba coscorrones y palmadas en la cabeza, y que a él y a otros niños los castigaba pegándoles con ramas de ortiga.

Ante las denuncias sobre este caso el gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, ordenó una visita de inspección al internado por parte de funcionarios de las secretarías de Desarrollo Social y Salud, a fin de verificar las condiciones en que están los menores.

Mientras tanto, la Fiscalía también inició una investigación con expertos en temas de infancia.

«Esto no se puede quedar así. Deben investigar qué más vejámenes han sufrido los niños que se encuentran allí», dijo la mamá del niño. EFE

Fuente e Imagen: https://www.lahora.com.ec/mundo/castigo-monjas-menor-orina-colombia/

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Colombia: Salario mínimo: ¿cuánto tiempo les durará el ingreso adicional a trabajadores?

Salario mínimo: ¿cuánto tiempo les durará el ingreso adicional a trabajadores?

La cascada de incrementos que arrastra el ajuste salarial de 10,07 % termina sacando del bolsillo de los trabajadores el ingreso adicional. ¿Cómo corregir esa situación?

El salario mínimo en Colombia, en el componente básico, llegó al anhelado millón de pesos que aclamaban los sindicatos desde hacía al menos tres años. Pero ¿cuánto durará ese ingreso adicional, en medio de una inflación con tendencia al alza? Sobre todo si se tiene en cuenta que el incremento del sueldo básico amenaza con una mayor escalada del costo de vida.

El aumento de 10,07 por ciento logrado por acuerdo en la mesa de negociación de la política salarial equivale a una remuneración total de 1.117.172 pesos, incluyendo el auxilio de transporte. Aunque el incremento fue catalogado por el presidente Iván Duque como un hecho histórico, pues en términos reales sería el más importante en casi 50 años, hay varias circunstancias alrededor de la sonada decisión que podrían ir en contravía de uno de los fines del ajuste: evitar que el trabajador pierda poder adquisitivo.

Precisamente, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que los salarios mínimos se establecen con la finalidad de proteger a los trabajadores contra el riesgo de una remuneración indebidamente baja frente al aumento del costo de vida. No obstante, para el logro de esa protección parece no ser suficiente la fórmula que se usa cada año: subir una cifra compuesta por la productividad, que en 2020 fue de 1,19 por ciento, y la inflación esperada al cierre del año, que es de 5,3 por ciento. Eso da una cifra de 6,49 por ciento, lo que implica una ganancia de 3,58 puntos porcentuales si se tiene en cuenta que el salario mínimo subirá 10,07 por ciento.

El lío es que existen otras variables que pueden sacar esa ganancia extra rápidamente del bolsillo de los ciudadanos. Por ejemplo, la indexación del salario mínimo a costos como la salud. Pese a que el ministro del Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, dijo que se identificarán los costos que están amarrados al alza del mínimo y que no tienen fuerza de ley, de manera que se puedan realizar con otra herramienta –como la Unidad de Valor Tributario, UVT–, por ahora es complejo evitar el arrastre.

Incrementos a granel

Tan pronto como empieza el año y entra en vigencia el incremento del mínimo, los ciudadanos comienzan a sentir que la plata adicional se esfuma por la cascada de incrementos que se suscitan. Si sube el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (Soat) y los comparendos por infracciones, el sector transporte experimenta una variación en el costo de operación.

En muchos casos, el efecto termina llegando al final de la cadena, que es el consumidor. Sucede, por ejemplo, con las tarifas de administración de las propiedades horizontales, que se elevan al mismo ritmo del alza en el salario mínimo, pues al personal que presta los servicios de seguridad y de aseo hay que subirles el sueldo, que en general es el salario mínimo.

El director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, llamó la atención sobre el riesgo que tienen los aumentos del salario mínimo muy por encima de la inflación y la productividad laboral, que “también generan indexación”. Expresó que “en sectores con márgenes bajos o baja productividad, a las empresas no les queda otra alternativa sino trasladar esos mayores costos salariales al consumidor a través de un aumento en el precio del bien final”.

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La ola termina llevándose por delante todo lo que encuentra a su paso. Por eso, aumenta el salario y se aviva el riesgo inflacionario. Tanto es así que Daniel Velandia, director económico de Credicorp Capital, estima que el porcentaje incrementado al salario mínimo podría agregar entre 0,5 y 1 por ciento a la inflación esperada en 2022.

Los boquetes que se abren para que el trabajador finalmente pierda el incremento son muchos. Tan pronto como se dio a conocer el alza en el salario mínimo que regirá para el próximo año, la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas mencionó la necesidad de que el Gobierno fije un aumento de la Unidad de Pago por Capitación (UPC), con la que se cubre el costo de atención en salud para cada persona afiliada al sistema, en al menos un 7 u 8 por ciento, de manera que los hospitales y clínicas puedan hacer el incremento salarial al personal de la salud sin que sean ellos los que salgan sacrificados al asumir el mayor gasto.

Costo-beneficio

El debate sobre el incremento en el salario mínimo no se acaba con la decisión de la mesa de negociación salarial, que este año se dio por acuerdo, algo que no sucedía desde 2018. Algunos analistas económicos, como David Pérez-Reyna, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, estiman que la decisión del incremento en 10,07 por ciento “puede tener un componente de economía política unido al descontento social que se vio este año”. En consecuencia, esa alza “puede dar una señal positiva para los ciudadanos, sobre todo en época electoral”.

Pero el consenso entre las opiniones es que sigue vigente el error craso de indexar precios al salario. Mario Valencia, de Conexión Análisis, expresa que, “si se supone que estamos en una economía de mercado, resulta inadecuado amarrar el salario mínimo a otros precios. El Gobierno debería velar porque no se pierda poder adquisitivo, y, en ese contexto, tendría más sentido indexar costos a tasas de interés, por ejemplo. En Colombia, todos los años hay un gran debate por la tasa de crecimiento del salario mínimo, que ganan muy pocas personas, pero nadie, ni siquiera los empresarios, debate sobre la tasa de interés que fija unilateralmente el Banco de la República”.

mario valencia Economista de Conexión Análisis

La decisión del incremento en el salario mínimo se celebra con bombos y platillos, pese a que la cobertura directa que logra en el mercado laboral colombiano no es tan amplia, pues solo 18,1 por ciento de la población ocupada recibe un ingreso entre 0,9 y 1,1 salario mínimo. En cifras netas, el Ministerio del Trabajo estima que serían unos 2,2 millones de trabajadores dependientes los beneficiados con el incremento, ya que en el país, aun cuando 64,2 por ciento de los ocupados reciben hasta 1,1 salario mínimo o menos, 47,9 por ciento está en la informalidad, con un ingreso inestable.

Ese universo de trabajadores formales es el que se defiende en una negociación del salario. Francisco Maltés, presidente de la CUT (Central Unitaria de Trabajadores), argumentó que “los hogares que ganan el salario mínimo gastan cerca del 40 por ciento en alimentos. Entonces, si miramos la propuesta del 10 por ciento frente al 15 por ciento que subieron los alimentos, es claro que no compensa”.

Para el director de Fedesarrollo, entre tanto, “cuando el crecimiento salarial está muy por encima de la productividad laboral, continúa ampliándose la brecha entre los 10 millones de ocupados que ganan menos de un salario mínimo y el resto de ocupados. Ese es el balance que se debe tener en cuenta en esta discusión”.

alejandra botero b. Directora del DNP

¿Cómo desindexar el salario?

Por el lado del Gobierno, Alejandra Botero Barco, directora de Planeación Nacional, respondió un par de preguntas en SEMANA.

SEMANA ¿Qué camino seguiría el gobierno para desblindar costos indexados al incremento en el salario mínimo y garantizar así que la población no se empobrezca cada año pese a los aumentos?

Alejandra Botero. El presidente de la República señaló que “se hace historia porque se está logrando el mayor aumento real del salario mínimo en casi 50 años. Se hace historia porque se llega a un salario mínimo de $1 millón, cumpliendo una promesa de campaña, cumpliendo un anhelo de los trabajadores por décadas, pero, también, cumpliendo con una agenda de solidaridad y de generosidad que quiero reconocerle a los empresarios, emprendedores e industriales de nuestro país”.

De esta forma, no es una respuesta fácil decir que se viene una indexación debido a este aumento, por cuanto este logro está basado en un acuerdo unánime entre trabajadores, empresarios y emprendedores o pequeños empresarios, y el Gobierno.

Acá todos haremos un esfuerzo porque estos aumentos no se trasladen de manera automática a los precios finales al consumidor. Por parte del Gobierno, el presidente dio la orden de que muchos de los contratos que estaban indexados al salario mínimo sean convertidos en UVT, ello se hará por vía decreto o resolución. De esta manera se alivian algunas de las posibles alzas en los precios de los servicios regulados. El sector empresarial ha venido haciendo grandes esfuerzos para evitar que las alzas en muchos de los insumos se trasladen directamente a la inflación.

De otro lado, hay muchas presiones inflacionarias que no solo están afectando el desempeño de la economía, sino también el ingreso de los trabajadores y sus familias. Este aumento también es una compensación a estos ingresos, con el fin de lograr equidad y compromisos entre empresarios y trabajadores.

SEMANA. Países como China han demostrado que incrementos en los salarios constituyen un estímulo para subir la productividad laboral y, por esa vía, la de todos los factores. En Colombia se sigue insistiendo en que los salarios son altos y la productividad baja. Es decir, el meollo del asunto está en qué debe ser primero. ¿Qué camino se debería seguir en los próximos años en ese sentido?

Alejandra Botero. Es una pregunta compleja porque hay muchas respuestas dependiendo del sector, de la tecnología y del momento del ciclo de la economía. No es lo mismo la manera de producir de una gran empresa, los incentivos que ella implementa para sus trabajadores, los procesos que ella adopta para aumentar la productividad y que tiene como compensar estos costos debido a la escala de producción, que una empresa Pyme o pequeña, donde la tecnología es menos avanzada, lo costos de personal pesan más y hay poca facilidad de mitigarlos, dado que otros factores tienen un peso importante. Esto es aún más complejo en el sector informal, donde el capital es muy pequeño.

Lo que hemos hecho está vez es cumplir con el anhelo de los trabajadores por décadas, pero, también, cumpliendo con una agenda de solidaridad y de generosidad en vista de que estamos saliendo de una de las crisis más agudas de la historia. Este incremento salarial va a tener un impacto importante en el bolsillo de los colombianos, permitiendo compensar las pérdidas que tuvieron en 2020 y parte de 2021, cuando muchos no pudieron trabajar de manera normal y, por ende, es necesario aumentar su capacidad de compra en el año que viene.

En esta coyuntura, cuando la economía aún se encuentra por debajo de su nivel potencial y la pobreza todavía está en niveles superiores a los que se registraban antes de la pandemia. Este aumento, con seguridad, permitirá estimular la demanda por bienes y servicios por parte de las familias más pobres, teniendo en cuenta que es una coyuntura en donde aún es necesario que ellas tengan más ingresos, tal como nos ha enseñado la historia en las crisis pasadas.

Fuente de la Información: https://www.semana.com/economia/macroeconomia/articulo/salario-minimo-cuanto-tiempo-les-durara-el-ingreso-adicional-a-trabajadores/202100/

 

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¿El estrato en la matricula cero, un factor de discriminación en las Universidades? Colombia

Las universidades públicas están desfinanciadas y según el SUE a 2021 la cifra se acerca a 15 billones, necesarios para lograr un equilibrio de mínimos, en las ahora 34 públicas con la llegada de la Universidad intercultural indígena ubicada en el sur y Unitropico ubicada en el oriente. La fórmula más general converge en reformar con urgencia los artículos 86 y 87 de la ley 30 de 1993.

       Se desfinanciaron no por corrupción, ni malos manejos, si no por la presión del estado durante dos décadas para incentivar el crecimiento real por encima de los recursos enviados. Las nuevas necesidades no fueron cubiertas por el estado ensanchando la brecha entre lo real y lo formal. El número de estudiantes, programas de pregrado ofertados, productividad pagada según decreto 1279 de 1993 y las demandas tecnológicas y de infraestructuras duplicaron las necesidades no satisfechas para cumplir con el derecho a la educación. El presupuesto enviado por el estado pasó de cubrir el 70% del ya reducido costo de un estudiante antes del año 2000 a ser inferior al 50% en 2021. Las plantas docentes quedaron rezagadas, las nóminas de docentes ocasionales las superan en número y actividades docentes y la investigación creció de manera exponencial.

      En 2021 el gobierno acogió la fórmula de matrícula cero, como mecanismo de distribución de recursos per-cápita, para más del 80% de estudiantes. Con la matrícula cero las universidades reciben menos del 10% de lo que cuesta el derecho a la educación de un estudiante, por lo que no se atacando la desfinanciación, ni fortaleciendo el sentido de lo público, aunque sea un logro importante de las movilizaciones de jóvenes en 2018, con acompañamiento de rectores, profesores y del interés del gobierno. Sin embargo, si le sumo a las universidades otra contradicción interna (que debilita su razón de ser), al tener que tratar con la identificación de sus estudiantes según el estrato, cuando es de común saber, que estratificar resulta contrario al sistema de derechos. Al estratificar se discrimina y, cuando un sector de jóvenes es tratado con distinción al asociarlos a su pertenencia y posición económica y no a su condición de jóvenes, se pasa la línea de la igualdad pudiendo provocar exclusión o segregar.

        El pacto de derechos económicos, sociales y culturales de 1966, dispone que los estados parte, y Colombia lo es, garantizarán el ejercicio de cada uno de los derechos sin discriminación alguna y al determinar un pago según estrato, aunque sea para pocos, se crea una distinción que afecta el goce de este derecho en condiciones de igualdad a todos los jóvenes, cuyo único requisito de acceso a la universidad debe ser de méritos, otras fórmulas medidas en factores de ingresos, bienes, riqueza material, lamentablemente pueden ocurrir en universidades de interés privado, donde poco pueden importar igualmente la democracia participativa o el reconocimiento de diversidades.

        El estrato es una práctica en apariencia neutra, pero no lo es, en tanto a ciertos jóvenes por causas ajenas a su condición individual, se les aplica una limitante propia de la esfera privada de su familia, no de ellos, que son quienes actúan ante la institución como responsables de su destino, como lo señaló la ilustración siglos atrás. El trato según el estrato origina una posible discriminación directa para un aproximado del 20% o menos de los jóvenes de las universidades públicas, de los cuales cerca de la mitad no tienen aún cedula de identidad, y desde ya reciben un trato menos favorable que los demás de su misma situación y “condición esencial de jóvenes”. En las calles han estado defendiendo la educación pública hombres y mujeres jóvenes, brutalmente reprimidos sin importar el estrato.

       La matrícula cero pagada por el estado según estratos, señala un trato diferencial, que al poner límites a los jóvenes por su pertenencia a una clase social afecta la naturaleza de la universidad pública, llamada a ser ocupada por quienes tengan los méritos, no por clases, ni pertenencia a grupos, ni por quien pueda pagar una matrícula, que, en todo caso, solo cubre la décima parte de lo que cuesta la totalidad de beneficios que compromete la institución. Entrar en la esfera de los diferenciales prohibidos por el sistema de derechos, de los que hace parte la “posición económica, junto con otros tales como origen, raza, color, identidad sexual, religiosa, o política, desvirtúa el artículo 13 del pacto de derechos cuando dispone que “la enseñanza primaria debe ser obligatoria y asequible a todos gratuitamente y que la enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos”, ese todos, indica el derecho de acceso a los jóvenes, sin factores diferenciales de distinción, salvo méritos.

       Esa es la razón fundamental para reivindicar la defensa de la universidad pública con financiación total del estado, no parcial, ni con subsidios por demanda. La desfinanciación es de las instituciones, no de sus estamentos. Llamar a invertir lo que necesitan las universidades, para formar jóvenes y tener laboratorios de ciencia, bibliotecas, conectividad, docentes de alta calidad, siempre será mejor que invertir en batallones, armamentos y soldados, a quienes el estado cubre sin demora el 100% de lo que gastan. La matrícula cero es una estrategia compensatoria, que aunque útil, se separa del marco de los derechos, tampoco ataca la desfinanciación y en cambio pone en la agenda del debate la posible discriminación y vulneración a derechos, conforme a las letras de la Carta de las Naciones Unidas , la Declaración Universal de derechos humanos e inclusive del convenio 111 de la OIT.

       La matrícula cero en síntesis, es una apuesta del gobierno para entregar por demanda un aproximado 10% del presupuesto requerido por las universidades para sostener el equilibrio financiero y presupuestal. Los riesgos internos de déficit y faltantes adicionales cada año, al menor descuido pueden acelerar la privatización, si sus autoridades por desesperación ante el asedio de metas que cumplir caen en la trampa de conseguir recursos como sea o ahorrar hasta ahogarse. Salidas equivocas pueden conducir a degradar garantías y conquistas de docentes y trabajadores, imponer nuevas obligaciones, más tareas, reducir condiciones de tiempos de vinculación de ocasionales con afectaciones salariales y laborales, implementar la virtualidad como fin, no como medio, restar atención a políticas de inclusión y mitigación de la deserción, eliminar sistemas de becas y estímulos, empobrecer los campus y quizá dejar caer edificios icónicos o eliminar lo que parezca que “sobra” de estatutos y normas basadas en la autonomía y cumplir acríticamente los designios del capital.

       Está bien la matricula cero, aunque también adiciona un excesivo desgaste de gestión y tramite, pero la salida en defensa de la educación pública sigue siendo el justo reclamo por financiación total de las universidades y a los jóvenes darles tratamiento de jóvenes iguales, atenderlos con políticas de acceso, participación y bienestar, no como propietarios marcados por la casta, el linaje, el estrato.

P.D. La uptc recibió acreditación de alta calidad por 6 años más, un esfuerzo colectivo de quienes no han abandonado su compromiso ético para seguir siendo una universidad pública a toda prueba.

Fuente: https://rebelion.org/el-estrato-en-la-matricula-cero-un-factor-de-discriminacion-en-las-universidades/

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Mujeres de frontera entre Colombia y Ecuador afrontan explotación y violencia

Explotación laboral, discriminación, inseguridad, trata, falta de acceso a educación, salud, alimentos y agua, así como violencia de género, física y sexual acechan a diario a las mujeres que habitan o transitan el límite de Ecuador y Colombia.

Así lo recogen los hallazgos del Análisis Rápido de Género (ARG)-CARE 2021, un documento que llama la atención sobre los problemas que viven a diario las mujeres transfronterizas y sus familias a ambos lados de la divisoria colombo-ecuatoriana.

El estudio expone los impactos diferenciados por género frente a la crisis humanitaria y los cambios producidos por la pandemia en mujeres, hombres, niños, niñas, adolescentes y personas LGBTIQ+ en situación de movilidad humana, de origen venezolano, en las poblaciones colombianas de Ipiales y Pasto, y en las ecuatorianas de Ibarra y Tulcán.

ACCIÓN SIMBÓLICA EN FRONTERA

El documento, que incluye directrices para la construcción de una agenda de trabajo para paliar esas circunstancias, fue presentada este jueves ante autoridades locales de ambos países en un acto simbólico de toma del puente internacional Rumichaca.

En ella, se identificaron alrededor de 80 mujeres, 40 por país, entre migrantes, refugiadas, indígenas y de la comunidad de acogida, que plantearon sus necesidades en seis ejes: Protección, salud, educación, medios de vida, situación migratoria, participación y liderazgo.

«Venimos cargadas de tanto dolor, ansiedad y necesidad, lo único que queremos es llegar a un lugar para sentirnos seguras, pero cuando llegamos enfrentamos otros problemas», describió una de ellas en uno de los testimonios reportados en la investigación.

Entre otros retos que afrontan, figura el «miedo de ir a las instituciones públicas porque nos rechazan con facilidad por no tener documentos», añadió la entrevistada.

Ante esta realidad y como parte del proyecto «Cruzando Fronteras», que se ejecuta gracias a la financiación de la Agencia Francesa de Desarrollo, CARE construyó la Agenda Transfronteriza que busca darles voz y liderazgo a las mujeres en condición de vulnerabilidad.

Su objetivo es la promoción de políticas públicas que garanticen los derechos de las mujeres migrantes y refugiadas, así como de la comunidad de acogida de ambos países.

«Hemos querido darles una voz a las mujeres transfronterizas de Ecuador y Colombia, que sean ellas quienes expongan sus necesidades e impulsen la agenda transfronteriza que busca mejorar sus condiciones de vida», expresó Alexandra Moncada, directora de CARE Ecuador.

DATOS ALARMANTES

De acuerdo con el ARG, en el caso de Ipiales y Pasto, alrededor del 90 % de las personas venezolanas están en condiciones de irregularidad, lo que obstaculiza el acceso a condiciones laborales dignas, subsidios públicos, educación y salud.

En Ecuador, la situación se agrava ya que las personas venezolanas requieren de una visa y pasaporte en vigor, lo que restringe aún más la posibilidad de regular su situación migratoria, excepto en caso de refugio.

Según el estudio, los migrantes venezolanos reciben un 50 % menos de salario que los nacionales en Ecuador, mientras que en Colombia es un 55 % menos.

Otro dato alarmante es que el 100 % de las mujeres transfronterizas entrevistadas manifestaron que han sido víctimas de acoso en la calle y/o violencia sexual.

Entre las propuestas incluidas en la agenda figuran que se mejoren las condiciones básicas para hacer su ruta migratoria segura, la creación de más albergues y una moratoria migratoria o mecanismo que facilite la regularización de ellas y sus familias.

Asimismo, se propone una protección especial frente a la presencia de grupos armados y bandas de crimen transnacional que violenta sus vidas y refugio para personas cuya vida está en riesgo, entre otras acciones.

Fuente: https://www.swissinfo.ch/spa/ecuador-mujer_mujeres-de-frontera-entre-colombia-y-ecuador-afrontan-explotaci%C3%B3n-y-violencia/47180090

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Colombia: El impacto negativo de la pandemia sobre los programas de formación técnica

América del Sur/Colombia/03-12-2021/Autor(a) y Fuente: www.elespectador.com

Entre el 2019 y el 2020 las matrículas en este sector se redujeron casi en un 50%. A la espera de los datos de este año, observadores señalan que la tendencia negativa podría continuar.

En el 2019 el país contaba con cerca de 673.000 estudiantes matriculados a programas de formación técnica. Un año después, en medio de la pandemia por coronavirus, esa cifra se redujo a 355.000, lo que supone una disminución de casi la mitad (47,25% para ser exactos) de estudiantes para los programas de este tipo.

Estas cifras las dio a conocer el Observatorio de la Universidad Colombiana, una iniciativa privada del Instituto Latinoamericano de Liderazgo, que también señaló que el mayor impacto de esta reducción lo percibieron los programas de formación para el trabajo y el desarrollo humano ya que pasaron de 592.000 estudiantes en el 2019 a 298.000 en el 2020, una disminución del 49,66%. Por su parte, en los programas técnicos profesionales, ofertados por Instituciones de Educación Superior (IES), la reducción en el mismo periodo de tiempo fue de casi el 30%.

Entre las razones que pueden explicar la caída en el número de estudiantes en los programas de formación para el trabajo y el desarrollo humano, destaca el hecho de que, por naturaleza, son asuntos que requieren interacción física con equipos y prácticas y el tránsito a la virtualidad no fue fácil de hacer. Además, resalta el Observatorio, los jóvenes de estratos medios y bajos, que son quienes en mayor medida acceden a este tipo de programas, debieron priorizar el trabajo antes que el estudio con la llegada de la pandemia.

Miguel Ángel Sandoval, Miembro de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Entidades de Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano, señaló que otra de las posibles causas está en que “los subsidios y ayudas siempre llegan a la educación superior, nunca a la educación para el trabajo y el desarrollo humano”. Esto, sumado a que el Observatorio apunta que es un sector que no cuenta con el reconocimiento político y mediático, confluyó para que no se recibieran los apoyos necesarios para enfrentar los impactos de la pandemia.

Mientras esperan que las cifras del 2021 estén disponibles para analizar la tendencia del sector durante este último año, el Observatorio señala como otra de las posibles causas “los programas de gratuidad del Estado y los municipios que están impulsando un movimiento de la demanda hacia las instituciones públicas y programas universitarios, con lo que se ayuda al estudio de los jóvenes, pero se está dando un golpe de gracia a la formación técnica”.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/educacion/el-impacto-negativo-de-la-pandemia-sobre-los-programas-de-formacion-tecnica/

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Colombia: Este 25 de noviembre, nueva jornada de paro nacional

semana.com

El Comité Nacional del Paro y la Central Unitaria de Trabajadores invitó a esta nueva jornada de movilizaciones, que tendrá como punto de concentración el Parque Nacional en Bogotá.

Este jueves 25 de noviembre el Comité Nacional del Paro y la Central Unitaria de Trabajadores convocaron una nueva jornada de manifestaciones por la exigencia del cumplimiento del Acuerdo de de Paz, que cumplió cinco años de su firma, también para recordar los dos años del paro nacional de 2019 y la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres.

“Este 25 de noviembre #25N vamos a las calles, movilizaciones pacíficas en todo el país”, publicó la Central Unitaria de Trabajadores en su cuenta de Twitter, en el que también afirman más argumentos para la nueva jornada de movilización que partirá desde las 9:00 de la mañana en el Parque Nacional, ubicado en la carrera séptima con calle 40 de Bogotá. Luego seguirán su camino por toda la séptima hasta buscar la carrera décima con calle 26 y posteriormente tomarán la calle 19 para retornar a la zona peatonal de la séptima, para terminar en la Plaza de Bolívar, sitio habitual donde han finalizado las marchas.

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