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Colombia: Regreso a clases: empieza el fin de una pesadilla

América del Sur/Colombia/23-07-2021/Autor(a) y Fuente: www.elespectador.com

Esta semana comenzó el regreso a clases presenciales en Colombia. Las experiencias de los directivos, profesores, padres y estudiantes son tan variadas como sus realidades y representan, sin duda, un reto para todos.

Colombia es uno de los países del mundo que ha tenido uno de los cierres de colegios más largos. Durante 16 meses, según el Ministerio de Educación, el 87,4 % de los estudiantes han estudiado total o parcialmente a distancia. Las consecuencias han sido desastrosas. Como advierte el Banco Mundial, no se podrá estimar con números el déficit de conocimiento que causó el confinamiento, hasta que el retorno a clases sea completo. Incluso algunos analistas sugieren que puede ser una generación perdida en educación, así como ha pasado en los países sumidos en la guerra.

En junio, todos los colegios debían regresar al modelo presencial, “sin excusas”, había dicho el Gobierno. Para hacer eso posible decidió priorizar al sector educativo en el Plan de Vacunación. A la fecha, cerca del 70 % de esta población ya ha recibido al menos la primera dosis. Poco a poco, varios colegios públicos de Bogotá han empezado regresar a clases presenciales, sin embargo, otras regiones, como Magdalena, según lo anunció el gobernador Carlos Caicedo, se resisten a esta medida. ¿Cómo ha sido ese regreso a clases? ¿Qué se han encontrado los maestros? ¿Cuál ha sido la reacción de los menores tras un año sin ver a sus compañeros? Visitamos varios colegios que revelan los desafíos tras un año sin asistir a las aulas. (Lea: Más de 60.000 maestros aún no han acudido a vacunarse: Minsalud)

Los 1.040 niños y niñas que están inscritos en el colegio El Nogal, en Ciudad Bolívar, solo habían estado 15 días en las nuevas instalaciones, pues se entregaron en marzo de 2020. Muchos de ellos no conocían a sus compañeros, tampoco a sus profesores. Solo habían tenido contacto en sus clases virtuales. “Cuando el Ministerio dio la orden de regresar se estaban presentando muchos contagios y los padres tenían miedo al contagio, pero los niños nos confesaban en clases que querían conocer su escuela”, añade Ruby Gil, rectora.

Como parte de la estrategia del regreso, Gil, en compañía de los profesores, organizaron recorridos con los padres. Conocieron los salones, las adecuaciones en los baños y cómo estaba señalizada cada parte de la institución. Los niños y niñas volvieron el 8 de julio. Sara, de 9 años, tiene retraso global del neurodesarrollo y forma parte de los 13 niños con alguna discapacidad que estudian en El Nogal. Ella fue una de las más emocionadas cuando reabrió el colegio o, por lo menos, así lo recuerda Gil.

“Salió corriendo y gritando por todos los pasillos. Estábamos feliz de verla, pero angustiaba que se cayera por su discapacidad física. Cuando vimos su reacción entendimos la importancia de que muchos niños regresaran”, añade. La mamá de Sara tenía miedo de que su hija regresara a clases porque el encierro provocó una serie de cambios en su conducta. “Nos dijo que hubo un punto en el que arañaba o manoteaba a su hermanito, con el que compartía cuarto. Le daba miedo de que eso fuera a pasar en el salón”.

No fue así. Sara ha estado pendiente de sus compañeros, socializa con ellos y, aunque los abrazos están prohibidos, es amorosa a la distancia con ellos. Lo mismo ha pasado con otros niños. Juan Diego Sánchez, de tres años, regresó a estudiar después de 16 meses. A la entrada dijo que tenía miedo. En la puerta del jardín, el Cartagena de Indias, ubicado en Ciudad Jardín Sur (Bogotá), le soltó la mano a su mamá, se ajustó el tapabocas y miró hacia al piso. Unos metros más adelante lo esperaba Marta, una de las profesoras que lleva más de 30 años en el jardín.

Ella le extendió su mano y él, asustado, la rechazó. Juan Diego tenía muy claro que en “las nuevas reglas” está prohibido el contacto físico. “Llegaron muy introvertidos, con miedo. Nos tocó recoger todos los juguetes y los instrumentos musicales mientras se ajustan los protocolos, lo que ha dificultado que ellos socialicen”, dice Myriam Valderrama, rectora del jardín, que lleva funcionando 42 años y que reabrió en febrero por petición de los padres. “La pandemia nos afectó económicamente. Pasamos de tener más de 300 alumnos a contar con 30”, comenta.

Myriam cuenta que se inventaron actividades pedagógicas y hasta canciones para que los niños y niñas evitaran el contacto entre ellos, respetaran el distanciamiento a la hora del recreo, se pusieran bien el tapabocas o se lavaran constantemente las manos. “Se apropiaron tanto del tema del virus, que ahora están pendientes de que nosotras cumplamos los protocolos. Nos dicen “profe, no te has aplicado antibacterial” o “profe, pepito tiene la nariz fuera del tapabocas”, añade.

La franqueza de los niños también les ha permitido detectar casos de manera oportuna. Ana Gabriela, por ejemplo, estudiante de seis años, levantó la mano en su primera clase para explicarle a su profesora qué era el coronavirus. Entre su explicación confesó que su papá estaba contagiado. Las profesoras, angustiadas, la llevaron al centro de aislamiento, uno de los cuartos que ahora deben tener todos los colegios.

Allí deben contar con expertos en salud que puedan evaluar si los niños tienen síntomas y tomar la decisión de enviarlos a casa o no. Las directivas llamaron a la familia de Ana Gabriela para que la fueran a recoger a ella y a su hermano menor. “Fue el papá por ellos, que es quien está en casa, porque la mamá debe ir a trabajar mientras él se recupera. Esto pasa porque las familias no cuentan con más personas en la casa”, señala la rectora del colegio de Ana Gabriela, ubicado en el centro de Bogotá.

Un estudio de la U. Javeriana mostró que más de 26 mil estudiantes pasaron de colegios privados a públicos en la pandemia.
Un estudio de la U. Javeriana mostró que más de 26 mil estudiantes pasaron de colegios privados a públicos en la pandemia.
NATALIA PEDRAZA BRAVO

Luis es un estudiante de primero de primaria, del colegio Las Margaritas, en Kennedy. Es el único niño de los 525 que están matriculados, que va todos los días a estudiar. ¿La razón? Su madre, en medio del desespero de no contar con dinero suficiente, confesó que no podía hacerse cargo de él al tiempo que trabajaba. Incluso, en una oportunidad casi los desalojan de su vivienda por no poder pagar el arriendo. “En medio de su inocencia, él nos contó que una vez llegaron unos policías a sacarlos de la casa”, dice Mireya Triana, rectora del colegio.

Para evitar que se registraran más casos como el de Luis, el grupo de psicología del colegio priorizó a los niños y niñas con riesgos psicosociales. Luego, ajustó las instalaciones del colegio para que cumplieran los protocolos de bioseguridad y modificó sus planes de estudio para emplear el modelo de alternancia. Las clases las transmiten en vivo y los 29 profesores cuentan con micrófonos de diadema para que puedan atender a sus estudiantes que están en las aulas, que no son más de 10, y los que están detrás de la pantalla, que pueden llegar a ser cerca de 30.

Además de algunos cambios en el comportamiento o problemas psicosociales, los directivos encontraron que los alumnos tienen dificultades académicas. “Al empezar el año nos dimos cuenta de que había muchos estudiantes que no alcanzaron los conocimientos respectivos a cada grado”, señala Serafín Ordóñez, rector del colegio La Giralda., ubicado en Las Cruces. Una de las razones que encontraron fue que muchos de ellos se quedaron solos en el proceso de aprendizaje cuando sus padres regresaron a trabajar.

Por eso, desde octubre del año pasado, habilitaron salones de cómputo para que los estudiantes pudieran regresar. Ahora, después de las clases, los profesores se encargan de dictar talleres de refuerzo para nivelar a los estudiantes que lo necesitan. Pero así como algunos colegios cuentan con las herramientas y los espacios suficientes para transmitir las clases, hay instituciones más pequeñas que tienen que hacer más esfuerzos. Como el colegio Jaime Pardo, en el barrio Policarpa, ubicado en el centro de la ciudad.

La entrada es una calle estrecha del barrio, un reto adicional, pues deben garantizar el distanciamiento entre los padres al dejar a sus hijos, y la infraestructura completa de la institución es solo un edificio y una cancha de cemento. Cuenta con 1400 estudiantes inscritos, pero con las nuevas medidas del Ministerio solo puede albergar a 360. “Decidimos hacer la alternancia por días y por horarios”, asegura Sandra Albarracín, rectora de la institución. “Los niños de primaria vienen en la mañana y los de bachillerato tienen la jornada en la tarde”, añade.

Datos de UNICEF señalan que 100 millones de niños de América Latina siguen estudiando total o parcialmente a distancia.
Datos de UNICEF señalan que 100 millones de niños de América Latina siguen estudiando total o parcialmente a distancia.
NATALIA PEDRAZA BRAVO

Los profesores también se han enfrentado a rutinas más extensas y agotadoras. Sus días empiezan una hora antes de que inicien las clases. Se forman a la entrada y en sus dispositivos llenan una encuesta con los datos de los estudiantes, como su estado de salud. Otros profesores están pendientes de que se laven bien las manos y entren a los salones. “¡Sin aglomeraciones!”, repiten una y otra vez. En los salones, mientras dictan clases, deben percatarse de que los que están conectados entiendan las indicaciones y de que en el salón todos cumplan las medidas de bioseguridad, como no quitarse el tapabocas.

Si en algo coinciden los 10 profesores que fueron entrevistados para esta nota, es que el momento más complicado es el recreo. En los patios hay recuadros pintados con cintas que indican dos metros de distancia. En cada uno se sientan los niños, se quitan los tapabocas y lo guardan en una bolsa, para luego comer. Tienen 15 minutos para hacerlo y, a veces, les ponen música o prenden el televisor para evitar que hablen. Una vez terminan sus onces, vuelven a ponerse el tapabocas y, en fila, respetando los dos metros, se lavan las manos para regresar al salón.

“Evitamos que se practiquen en grupo los deportes con pelota, como fútbol o basquetbol. Los cambiamos por otros juegos, como ponchados”, comenta uno de los profesores de educación física. Lo mismo pasa con la clase de danzas. Las coreografías en pareja y las presentaciones grupales se acabaron. Al finalizar la jornada los profesores, nuevamente como guardias vigilando que las normas se cumplan, están pendientes de que los niños se laven una vez más las manos y se vayan con sus padres o acudientes.

Al finalizar la jornada deben seguir pendientes de sus alumnos y evitar que estén en aglomeraciones. “Tradicionalmente, a las afueras siempre ha habido vendedores ambulantes. Sin embargo, en esta condición de pandemia no podemos permitir que pase”, dice uno de los profesores del colegio Jaime Pardo. La Policía y la Alcaldía les brindan un apoyo diario para controlar este posible foco de contagio. Pero Triana admite con frustración que “no sirve de nada hablar con los niños sobre este riesgo si al salir son los mismos papás los que les compran dulces en estos puestos y terminan quitándose el tapabocas”.

UNESCO dice que la pandemia y las clases a distancia generaron el atraso de un año en el nivel educativo del 70 % de los alumnos de todos los niveles.
UNESCO dice que la pandemia y las clases a distancia generaron el atraso de un año en el nivel educativo del 70 % de los alumnos de todos los niveles.
NATALIA PEDRAZA BRAVO

A todos los niños y niñas les han recalcado a lo largo de sus vidas que el estudio lo es todo y que les brinda las herramientas necesarias para construir un mejor futuro. Pero, en medio de esta pandemia, la educación no se ha priorizado. Muestra de ello es, por ejemplo, una serie de acciones judiciales registradas en varias regiones del país en las que se ha pedido la suspensión temporalmente del retorno a los salones de clase. La mayoría de ellas han sido interpuestas por asociaciones regionales de institutores y educadores.

Fecode, por su parte, aseguró hace pocos días que sí regresará a las aulas, pero bajo algunas condiciones. “Luego de muchas discusiones, consolidamos un acuerdo en este aspecto. Es pertinente aclarar y precisar que no fue posible concretar todos los requerimientos y exigencias para el retorno gradual y seguro a la escuela de la presencialidad. Nos vimos obligados, independientemente del acuerdo establecido, a dejar una constancia como federación”, expresó el sindicato en un comunicado, en el que no señalaron la fecha en la que retomarán labores.

En la última semana se ha dado el retorno a las aulas en Bogotá, Medellín, Armenia, Caldas, Quibdó, Antioquia, Bogotá, Risaralda, Quindío, Guaviare y Putumayo. Y mientras sigue la discusión de si todos los colegios regresarán o no a la presencialidad, muchos de los niños y niñas del país se han reencontrado con sus compañeros y profesores. Estas semanas en las que retornaron a sus clases las han sentido como “un nuevo comienzo”, uno en el que sus derechos han sido lo más importante.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/educacion/regreso-a-clases-empieza-el-fin-de-una-pesadilla/

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Colombia: La Universidad El Bosque recobró el control de sus sistemas informáticos

América del Sur/Colombia/16-07-2021/Autor(a) y Fuente: www.publimetro.co

Luego de haber sido víctima de un ataque cibernético de gran magnitud, en la noche del domingo, 27 de junio, la Universidad El Bosque recuperó el control de sus plataformas digitales, la información, los procesos académicos y financieros de la institución, ya se encuentran reestablecidos y funcionando, desde el pasado miércoles, 30 de junio.

El ataque informático del que fue víctima la institución de educación superior puede ser catalogado como general y severo, ya que vulneró la seguridad de los correos de la comunidad universitaria e impidió el funcionamiento normal de algunos de sus procesos administrativos, este tipo de agresiones cibernéticas ha afectado a grandes organizaciones nacionales e internacionales.

Sin embargo, gracias al sistema informático de primer nivel con el que cuenta la Universidad, al trabajo realizado por el personal especializado y a las directivas de la institución, este percance ha sido superado. La institución tiene el control de la información, de los datos y de los sistemas internos.

“Nos enorgullece decir que como siempre hemos superado las adversidades, unidos y fortalecidos, porque nuestra motivación es y seguirá siendo brindar la educación de alta calidad que nos ha caracterizado. Hoy más que nunca, sabemos que los obstáculos son una oportunidad para fortalecernos, brindar tranquilidad y seguridad a nuestra comunidad. Agradecemos la solidaridad y apoyo brindado por parte de todos los integrantes de la institución, a los pares nacionales e internacionales y autoridades”, comentó María Clara Rangel, rectora de la Universidad El Bosque.

La Universidad mediante sus redes oficiales, Facebook, Instagram y la página web se encuentra compartiendo los protocolos para el uso del correo institucional y demás plataformas de la institución. De igual manera, por estos canales se encuentra atendiendo las dudas que han surgido por parte de la comunidad universitaria frente a los diferentes procesos académicos y financieros.

Las autoridades competentes están avanzando en la investigación del ataque cibernético, de acuerdo con el análisis forense. La Universidad y su equipo continúan trabajando en los últimos detalles para que la operación de la institución retorne a la normalidad.

Calidad de vida, el principal compromiso de la Universidad El Bosque 

La Universidad El Bosque, fue fundada hace 44 años por 24 galenos que decidieron asociarse y crear una clínica en la que pudieran ejercer su profesión y formar estudiantes que quisieran ser médicos, en 1977 era conocida como la Escuela Colombiana de Medicina.

Poco a poco ha ido ampliando su oferta académica, primero con odontología, luego con la especialización en psiquiatría y psicología, en 1993 la universidad abrió sus puertas a otras disciplinas como ingeniería, ciencias humanas y sociales, artes y diseño, ciencias básicas y ciencias administrativas, a la fecha cuenta con 32 programas de pregrado, 90 de posgrado y 130 programas de educación continua.

En cuanto a investigación, El Bosque tiene 52 grupos clasificados en Colciencias, lo cual posiciona a la Universidad en este campo. Asimismo, el programa de Ingeniería Industrial tiene doble titulación con la Universidad Arts et Metiers de París.

A través de los años, la Universidad El Bosque, se ha caracterizado por ser una institución joven, dinámica y de alta calidad, conformada por profesionales comprometidos con la comunidad que contribuyen con el progreso de la sociedad a todo nivel.

Actualmente cuenta con acreditación institucional de alta calidad, un reconocimiento otorgado por el Ministerio de Educación Nacional que la certifica como una institución que cumple con los estándares de calidad académica y administrativa.

Desde su fundación, la Universidad El Bosque se rigió por una concepción integral del ser humano sus aspectos biológicos, psicológicos, culturales y sociales, de donde surge el enfoque bio-psico-social de la institución, que debe enfocarse interdisciplinariamente en la construcción de comunidades en paz enriquecidas por la cultura y la reflexión.

En su trayectoria, la Universidad ha asumido los retos como oportunidades, que le han permitido evolucionar junto con sus estudiantes, administrativos, egresados, directivos y aliados; trabajando, día tras día, para continuar creciendo y fortaleciéndose como una de las mejores instituciones de educación superior en el país.

Para más información de prensa:

Tatiana Álvarez Moreno

Comunicaciones Universidad El Bosque

Correo: medios@unbosque.edu.co

Cel.: 3115256531

Fuente e Imagen: https://www.publimetro.co/co/noticias/2021/07/12/la-universidad-el-bosque-recobro-el-control-de-sus-sistemas-informaticos.html

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Colombia: Cobertura universal para preescolar

Cobertura universal para preescolar

Si bien el ICBF hace grandes esfuerzos por generar entornos seguros para nuestros niños de bajos recursos, menores de 5 años, vemos mucha política, muchos negocios pero poco impacto, poca calidad.

Columna de

Óscar Rey Vesga

¡Doce años de educación formal ya no es suficiente para competir en el siglo XXI con el resto del mundo! Este fue el mensaje del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que busca ofrecer, de forma gratuita, el nivel preescolar para todos los americanos, como parte del paquete de inversión en educación después de la pandemia. Aunque pensar en educación prescolar gratuita en Colombia es un sofisma, no lo es el mensaje de importancia, en especial con la coyuntura que estamos viviendo.

Es de común acuerdo entre cientificos académicos que hay beneficios de la educación de calidad en edad preescolar con grandes impactos en el desarrollo futuro de los estudiantes. Es precisamente de los 0 a los 5 años el tiempo del desarrollo en donde el cerebro de los niños crece de forma más acelerada, momento que se ha vuelto crítics para el aprendizaje y el éxito futuro. Hay pruebas contundentes de que un buen desarrollo en este tiempo aumenta la posibilidad de graduarse exitosamente del colegio, disminuye la necesidad de programas de acompañamiento especial y muy pocas probabilidades de perder un año. Adicionalmente, según la OCDE, se ha identificado que en países como Inglaterra, Francia, Bélgica, Israel y la mayoría de países asiáticos, que tienen algún tipo de educación formal en preescolar, hay una relación con el desarrollo de estas naciones. Por lo anterior, no es un gran descubrimiento que Estados Unidos quiera hacer esfuerzos para garantizar el liderazgo mundial de su juventud. Muy lejos estamos en Colombia para que el Estado pueda brindar educación preescolar de calidad. Si bien el ICBF hace grandes esfuerzos por generar entornos seguros para nuestros niños de bajos recursos menores de 5 años, vemos mucha política, muchos negocios pero poco impacto, poca calidad. Pareciéramos destinados a que solo aquellas familias que pueden pagar por un preescolar están realmente fructificando esta edad buscando generar oportunidades para el futuro. Si no existe oportunidad de educación privada, hoy se pueden encontrar organizaciones que proveen recursos gratuitos para que padres puedan trabajar en rutinas, pautas de aprendizaje y procesos de socialización.

Fuente de la Información: https://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/oscar-rey-vesga/cobertura-universal-para-preescolar-GG3998594
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Colombia: Profesores convocan a plantón en Colombia por falta de garantías

Profesores convocan a plantón en Colombia por falta de garantías

Fecode aseguró que el regreso a clases no tiene en cuenta criterios científicos y de salud al ignorar medidas para evitar la propagación del coronavirus.

Un gremio de maestros y educadores colombianos convocó a un plantón nacional en la capital del país debido a la falta de garantías para el regreso a las clases presenciales programadas para el próximo 15 de julio.

La Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) aseguró que el regreso a clases no tiene en cuenta los criterios científicos y de salud al ignorar ciertas recomendaciones para evitar la propagación del coronavirus.

Denunciamos la falta de garantías para el regreso a las clases presenciales, que están programadas por el gobierno para el próximo 15 de julio pero el mismo Ministerio de Educación no cumplirá con esta fecha.

De acuerdo a la Fecode, las autoridades del Ministerio de Educación no han tomado en cuenta el distanciamiento físico al aumentar  la cantidad de alumnos por aula.

“Hace tiempo que los docentes están listos para regresar a clases presenciales, pero es el gobierno nacional que no está preparado. No se han ejecutado los recursos, aumenta la ocupación UCI en las ciudades y faltan vacunas”, aseguró Fecode a través de su cuenta de Twitter.

Hace tiempo que los docentes están listos para regresar a clases presenciales, pero es el gobierno nacional que no está preparado. No se han ejecutado los recursos, aumenta la ocupación UCI en las ciudades y faltan vacunas.

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Fuente de la Información: https://www.telesurtv.net/news/colombia-maestros-contra-retorno-clases-20210707-0005.htm

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La huelga nacional en Colombia: perspectiva sindical

Por: Daniel Hawkins

Traducido del inglés para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

Durante el pasado mes y medio Colombia ha vivido presa de una agitación social y política sin parangón en el último medio siglo. El 28 de abril comenzó una huelga nacional que ha ocupado las calles y avenidas de más de 600 ciudades de todo el país, una agradable aunque inesperada sorpresa para los dirigentes del comité de huelga y que ha pillado totalmente desprevenido al gobierno nacional, que no esperaba el alcance de la misma y su enorme apoyo popular.

Aunque en sus inicios la huelga estaba relacionada con el descontento popular producido por el proyecto de reforma tributaria propuesto por el gobierno, también supuso el resurgir de las grandes manifestaciones que inundaron Colombia desde noviembre de 2019 hasta febrero de 2020. Pero más que un reflejo espontáneo de la amplia crisis social instalada en Colombia desde hace décadas, el contexto actual presagia una explosión social mucho más profunda, general y trascendental.

Contexto nacional previo a la huelga

La aparición de la pandemia de covid-19 en Colombia al comienzo de marzo de 2020 fue una bendición para el gobierno. Tras cuatro meses de revuelta popular y las mayores manifestaciones de protesta desde la huelga nacional de 1977, la oportunidad de centrar la atención en un “enemigo común” permitió al presidente Iván Duque reforzar su menguante popularidad y fabricar la imagen de un dirigente fuerte y asertivo.

La pandemia y las políticas puestas en marcha para limitar la actividad social y económica sirvieron para que las protestas ya debilitadas perdieran fuelle sin alcanzar victorias políticas concretas, y para que el presidente y su gobierno se sintieran relativamente a salvo. En realidad, el cierre institucional del país abrió la puerta a un golpe de estilo ejecutivo a la democracia, permitiendo gobernar por decreto durante la mayor parte de 2020 sin que el sistema judicial mostrara disconformidad al respecto, y menos aún un Congreso plagado de parlamentarios procedentes de familias dinásticas envueltos en escándalos de corrupción y otros delitos (Reyes Ramírez, 2017).

A medida que el covid-19 acababa con el ya mermado sistema de salud privatizado, dejando a su paso casi 96.000 muertes a 14 de junio de 2021, las iniciativas del gobierno para mitigar el impacto socioeconómico de un año de políticas destinadas a contener la difusión del covid-19 fueron poco entusiastas, por decir algo. Mientras en gran parte del mundo se ponían en marcha paquetes de ayuda a los ciudadanos afectados por las políticas destinadas a contener la pandemia, en Colombia se decidió la estrategia fracasada de antemano de ofrecer ayuda a un pequeño porcentaje de los hogares más afectados mientras se pretendía proteger a las empresas mediante préstamos controlados y diluidos por el sistema bancario. Mientras los niveles de pobreza se disparaban en todo el país, hasta afectar a 21 millones de personas a inicios de 2021, el sistema de mitigación de la pobreza del gobierno, el Fondo de Solidaridad –con una ayuda de apenas 43 dólares al mes– llegaba solo a 2,6 millones de personas.

Cambio de horizonte para la acción política

A inicios de 2021, según los datos del Departamento Nacional de Estadística, el desempleo general llegó al 15%, estando el juvenil mucho más alto, al 23,9% y el desempleo femenino juvenil por encima del 31% –todo ello en un país en el que el trabajo informal supera el 63%, donde solo el 15% de la mano de obra alcanza el salario mensual mínimo legal, y donde el 48% gana incluso menos (Ortiz-Quevedo, 2021: 45). Al final de 2020, la pobreza monetaria había llegado a afectar al 42% de la población y, según un sondeo a escala nacional, cerca del 66% de los encuestados tuvo dificultades para cubrir los gastos de la familia en junio de ese año, mientras el 74% afirmaba que para mejorar la economía era necesario aumentar los impuestos a los ricos.

La respuesta del gobierno fue dar prioridad a la prudencia fiscal y anteponer los intereses de los acreedores internacionales y las agencias de calificación. Como consecuencia de la reforma fiscal aprobada por el Congreso por vía rápida en el auge de las protestas de 2019, así como de la reforma de 2016, que incrementó el impuesto de valor añadido (IVA) del 16% al 19%, el gobierno apoyó en 2019un proyecto de reforma fiscal que mantenía las exenciones y los beneficios a las grandes empresas y a los ciudadanos más ricos. Al mismo tiempo intentó financiar el coste de la respuesta a la pandemia mediante impuestos indirectos, que recaen desproporcionalmente sobre las clases media y trabajadora.

Pero en esta ocasión los colombianos, tan acostumbrados a soportar las adversidades, dijeron no. El presidente, que confiaba en que dicho proyecto de ley fuera aprobado con relativa facilidad por el Congreso, prometió no ceder frente a la presión pública. Pero desde el acuerdo de paz con el grupo guerrillero de las FARC Colombia es una sociedad muy diferente y, a pesar de las reticencias gubernamentales a aplicar  dichos acuerdos, la gente ha salido a las calles en masa para mostrar su oposición a las políticas impopulares, con una energía no vista en decenios. Como último recurso para silenciar la resistencia popular, Duque apareció en la televisión nacional la víspera de las protestas, para pedir a los ciudadanos que se quedaran en casa durante la tercera ola de covid-19. Hubo incluso un tribunal que se atrevió a prohibir las manifestaciones debido al daño que pudieran causar a la salud pública, todo ello en vano.

La primera semana de la huelga nacional superó a cualquiera cosa que el país hubiera visto anteriormente: las calles de todas las ciudades estaban animadas con marchas, bailes, conciertos improvisados y expresiones artísticas de masas como gigantescos murales. También surgieron actos esporádicos de saqueo y vandalismo ante la decisión del gobierno de militarizar todas las ciudades grandes y pequeñas en las que las marchas y actividades de protesta habían mostrado fuerza y persistencia. Esta estrategia de contención seguía pautas bien conocidas: excesiva violencia del Estado frente a manifestantes desarmados, y una aparente colusión de la policía con grupos de civiles armados. Según diversos informes de organizaciones internacionales de derechos humanos, desde el 28 de abril hasta el 31 de mayo murieron 45 personas relacionadas con las protestas y otros 187 civiles fueron heridos, entre un total de 1.248 víctimas de violencia física, incluyendo agresiones sexuales contra mujeres por parte de miembros de las fuerzas armadas, así como 409 desapariciones forzosas (de las cuales 328 han sido “encontradas”).

Frente a tan severa represión, los manifestantes se atrincheraron y ampliaron sus esferas de influencia, levantando cientos de bloqueos por todo el país que lograron ralentizar el comercio y el transporte. Y a pesar de las tácticas violentas del gobierno, a comienzos de junio más de un 74% de la población seguía apoyando la huelga nacional.

Énfasis en la crisis institucional y política

No solo ha fracasado la respuesta del gobierno en forma de militarización del conflicto sino también sus iniciativas para sofocar el descontento mediante vagas promesas. Las actuales protestas han puesto de manifiesto la futilidad del poder político del presidente y de su gobierno, y la respuesta violenta del Estado es el mejor ejemplo de su debilidad y su crisis de legitimidad (Valencia, 2021: 37). A los pocos días del inicio de las protestas se hizo evidente la magnitud de su fuerza. Las manifestaciones obligaron al presidente a retirar del Congreso la propuesta de reforma fiscal y a aceptar la dimisión del tremendamente impopular ministro de finanzas. También sirvieron para abortar la propuesta de reforma sanitaria en el Congreso y, posteriormente, para forzar la dimisión de la canciller de Colombia, coincidiendo con el aumento de la condena internacional al modo en que el gobierno estaba gestionando la huelga.

La lucha en las calles continuó hasta el 11 de junio, encabezada por la juventud del país y por miles de comunidades marginadas y discriminadas, unidas en su oposición a la clase política y gobernante, pero también aparentemente desconectadas de la gestión institucional del movimiento de protesta de manos del Comité Nacional de Huelga. Este comité está compuesto por 20 miembros, principalmente sindicalistas, y una minoría de representantes de diversas asociaciones de transportistas, estudiantes y de la comunidad LGTBI. No obstante, aunque la preparación y lanzamiento de la huelga nacional del 28 de abril tuvo un tremendo éxito, la heterogeneidad, descentralización territorial y liderazgo de la juventud de los subsecuentes movimientos y actos de protesta han demostrado que la huelga ya no está bajo el control de dicho comité. Además, tras el progreso inicial, las negociaciones con el gobierno se atascaron cuando, justo después de la aprobación de un borrador de acuerdo sobre las garantías para las protestas sociales el 26 de mayo, el gobierno se retractó de dicho acuerdo, exigió el levantamiento inmediato de todos los bloqueos y comunicó que no firmaría ningún acuerdo hasta que hubiera un acuerdo global.

El 8 de junio, ante la intransigencia del gobierno, el comité de huelga abandonó formalmente la mesa de negociación, al encontrarse en una posición insostenible, en la tesitura de aceptar el farol de un gobierno carente de capital político y sin autoridad suficiente para poder convencer a los manifestantes discrepantes de todo el país de que pusieran fin a los bloqueos. Las iniciativas del comité para ampliar su base invitando a nuevas voces a unirse a su asamblea han sido notables pero insuficientes, y activistas de vanguardia en diversas ciudades han declarado que este comité no les representa. Según parece, el problema no son tanto las demandas como quiénes son las personas que les representan y cómo lo hacen. Lo que se ha puesto de manifiesto es la brecha generacional entre los manifestantes, principalmente jóvenes que se enfrentan al desempleo, el trabajo informal y la exclusión, y los líderes sindicales de mayor edad que, aunque se oponen con vehemencia a las políticas estatales regresivas y represivas, forman parte del tejido institucional existente, que ha demostrado ser anacrónico en el momento actual de revuelta social.

Tras casi 45 días de protestas y bloqueos la huelga parece haber llegado a su fin, pero el año que tenemos por delante promete estar pleno de agitación política y social. El gobierno, que había intentado aprovechar la pandemia para impulsar más leyes impopulares, especialmente la reforma de las pensiones y la reforma laboral, ha cambiado de planes. No obstante, el presidente Duque está buscando inútilmente recuperar cierta legitimidad al presentar proyectos tomados directamente de la lista de demandas del comité de huelga, especialmente un subsidio de renta básica para familias golpeadas por la pobreza.

El país está expectante, cada vez más dividido por la polarización política fomentada por la necesidad de crear miedo para vender programas de seguridad. Pero las protestas de 2019 y la huelga más reciente han mostrado claramente que en Colombia, tras los acuerdos de paz de 2016, cuando aumentaron la desigualdad extrema y las deficiencias estructurales, sembrar el miedo no basta para sofocar el deseo y la demanda de políticas más concertadas y cambio institucional.

Bibliografía:

  • Ortiz-Quevedo, CH (2021) ‘Another twist: the greed of the elites in the pandemic’ [en español], Pensar la Resistencia: Mayo del 2021 en Cali y Colombia, Documentos Especiales CIDSE 6.
  • Reyes Ramírez, E. (2017) ‘Corruption and the Colombian state’, [en español], Dictamen Libre, 21.
  • Valencia, AG (2021)¿Qué está pasando en Colombia? Power, legitimacy and the social crisis’ [en español], Pensar la Resistencia. Mayo del 2021 en Cali y Colombia. Documentos Especiales CIDSE 6.

Daniel Hawkins es coordinador regional para la construcción sindical de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) en América Latina y el Caribe.

Fuente: https://rebelion.org/la-huelga-nacional-en-colombia-perspectiva-sindical/

Fuente original: https://socialistproject.ca/2021/07/national-strike-in-colombia-trade-union-perspective/#more

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Colombia: MinEducación ordena a docentes y directivos reponer clases tras paro nacional

Por medio de la circular 17 de 2021, el Ministerio de Educación ordena la recuperación de clases tras las jornadas de paro nacional.

El paro nacional que inició el 28 de abril en contra, en principio, de la reforma tributaria, llevó al cese de actividades académicas en los colegios del país, incluso se hizo oficial la cancelación de semestre en más de 20 universidades públicas debido a las jornadas de manifestación social.

Por ello, tras más de dos meses de cese de actividades, el Ministerio de Educación, por medio de la circular 17 de 2021 ordena a los docentes y directivos de colegios oficiales, reponer clases perdidas. Así, se pide la reposición del tiempo académico que no recibieron los estudiantes por la participación total o parcial de los docentes y directivos durante los meses del paro nacional.

En el documento se lee que el objetivo de la orden es:

«Garantizar el derecho fundamental a la educación de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, y responde de manera inmediata a sus necesidades y a la equidad en las oportunidades, evitando mayores rezagos en los procesos de aprendizaje que han tenido en el presente año escolar con ocasión de la pandemia y posteriormente con los días no laborados por los docentes con ocasión del cese de actividades».

De esta forma, se hicieron públicas las orientaciones para retornar a las actividades y permitir a los estudiantes recuperar el tiempo de trabajo académico dejado de recibir pues cabe resaltar que debido a la pandemia del Covid-19, las clases estaban siendo virtuales y tras el paro nacional, se presentaron cese de actividades. Así, las siguientes son los lineamientos para el retorno de las actividades escolares:

  1. Necesidad de cumplir los programas y contenidos curriculares con las horas efectivas de intensidades académicas dejadas de recibir, según el plan de estudios del respectivo Proyecto Educativo Institucional -PEI-
  2. Implementación de diversas estrategias pedagógicas y eventualmente la modificación del calendario académico en el marco de la normatividad vigente.
  3. Procedimiento para modificar el calendario académico y la necesidad de generar procedimientos para que la entidad territorial certificada realice el seguimiento y control de la calidad y efectividad del proceso de reposición y completitud del tiempo de trabajo académico.
  4. Regulación de tiempo de trabajo académico con estudiantes para evitar jornadas extenuantes para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, que afecten su desarrollo personal y la convivencia familiar
  5. La articulación de proyectos, estrategias y planes necesarios para la prestación del servicio, como el Programa de Alimentación Escolar.
  6. El tiempo necesario para el servicio social estudiantil obligatorio de los estudiantes de la educación Media.
  7. La recuperación del tiempo de trabajo académico se debe adelantar de manera presencial, de conformidad con las disposiciones sanitarias vigentes

De la misma forma, se aclara que se «debe contar con la autorización del Gobierno Nacional; por lo tanto, los ajustes que consideren realizar al calendario deberán ser solicitados previamente por la autoridad competente de la respectiva entidad territorial certificada, mediante una petición escrita debidamente motivada al Ministerio de Educación Nacional».

CIRCULAR17

 

Fuente: https://agenciapi.co/noticia/academia/mineducacion-ordena-docentes-y-directivos-reponer-clases-tras-paro-nacional

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Colegios oficiales de Colombia regresan a clases presenciales

América del Sur/Colombia /09-07-2021/Autor(a) y Fuente: Spanish.xinhuanet.com

Los colegios oficiales en Colombia regresaron hoy a clases presenciales, después de 15 meses de permanecer cerrados por la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19).

En atención a las recomendaciones de organismos internacionales que aconsejan que sean las aulas las primeras en abrir para lograr una reactivación en todos los órdenes de la sociedad, el gobierno colombiano ordenó la apertura con protocolos de bioseguridad, aun cuando el país enfrenta un tercer pico de contagios de la COVID-19.

Aunque la medida ha tenido detractores entre los gremios de educadores que consideran inoportuno el inicio de clases de manera presencial, en momentos en que el país presenta más de 500 muertes diarias por la COVID-19, la mayoría de los docentes asistieron a las escuelas.

«Vamos avanzando poco a poco, hay apoyo de la Secretaría (de Educación de Bogotá) para poder hacer un trabajo de flexibilización curricular y de los horarios, no ser tan estrictos en estos momentos a las formalidades que estábamos acostumbrados», dijo a Xinhua Pablo Quevedo, rector del colegio República de Guatemala en Bogotá.

«Todo pensando en que primero está la vida y la seguridad, pero que en estos momentos nos corresponde respetar la normatividad y ésta nos convoca a estar en la presencialidad como docentes y aquí estamos al frente de esa responsabilidad», dijo.

De las 400 instituciones educativas en la capital colombiana sólo 12 presentaron problemas de infraestructura para la aplicación de protocolos de bioseguridad.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2021-07/09/c_1310050565.htm

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