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Juan, un médico con parálisis cerebral que desafía a la academia

Colombia/19 de Junio de 2016/Entorno Inteligente

Por: Juan Manuel Collazos

El día de su grado, Manuel José Collazos, caminó apoyado en el brazo de su padre. Lo hizo despacio por el pasillo del auditorio de la Universidad para recibir su diploma, mientras escuchaba los aplausos de los asistentes, que a su paso se ponían de pie.

“No pude contenerme, lloré mucho, todos llorábamos. Lo había conseguido, se había graduado como médico”, recuerda su esposa Marcela Peláez, la fonoaudióloga a quien conquistó a través del Facebook y con quien tiene un bebé de un mes de nacido y la que hace las veces de intérprete.

“Hasta yo mismo dudaba de que el Ministerio me dejara graduar”, dice el médico Collazos.

Y no es para menos. Su nacimiento se retardó y sufre de parálisis cerebral por hipoxia, falta de oxígeno al nacer.

El médico Juan Manuel admira al astrofísico británico Stephen Hawking, cuyo nombre se le dificulta pronunciar. Al hablar se le entiende poco.

Pero, a diferencia del astrofísico, el médico Collazos, con motricidad limitada, puede mover las manos y con algo de dificultad saca del bolsillo de su pantalón un celular y busca en Google la fotografía del hombre que más admira.

“Pese a su discapacidad cambió el mundo, ha hecho cosas increíbles”, dice al referirse al hombre de la ‘Teoría del todo’.

Juan Manuel tiene 26 años y en diciembre pasado se graduó como médico en la Universidad Santiago de Cali. Le tomó nueve años terminar la carrera, tres años más que a sus compañeros de clase.

No le resultó fácil conseguir un cupo para estudiar medicina. Dice que la única que lo aceptó fue la Usaca. El lío es que la carrera combina lo teórico con la práctica y Juan Manuel no tiene precisión de agarre, justo lo que un médico necesita. Para la Santiago fue todo un reto académico.

“A los profesores les insistía en que no iba a tocar pacientes, que podía estar en los laboratorios, que yo sabía manejar el Internet”, recuerda Juan Manuel.

“Con Juan rompimos paradigmas. La Santiago le abrieron las puertas. Como no existía un programa especial para personas discapacitadas, fue preciso hacer reformas curriculares, pero de ahí salió la idea de enfocarlo hacia la investigación, que es muy válido. De hecho, un médico investigador es mucho más importante porque los avances de la medicina vienen de él. Hubo mucha resistencia de algunos médicos, somos una especie muy sui géneris, creo que era más un conflicto de egos, que de lo que podía hacer Juan”, comenta su tutor, el médico internista nefrólogo, Roberto Rodríguez.

Mientras sus compañeros de clase hacían las prácticas en medicina interna, Juan Manuel se encerraba a investigar sobre los mismos temas: Corazón, hígado, riñones; si la práctica era en el área de la ginecología, pues a plantear un nuevo enfoque investigativo.

‘Caracterización gineco-obstétrica y sociodemográfica de un grupo de adolescentes gestantes del Hospital de San Juan de Dios en Cali en los años 2010 y 2011’ y ‘Caracterización clínica y sociodemográfica de un grupo de pacientes con antecedentes de malformaciones maxilofaciales congénitas en la fundación ‘Gracias a Dios un niño sonríe’, durante los años 2008 a 2013’, son solo algunos de los resultados del trabajo investigativo que adelantó en la Universidad.

Ginecología y anatomía fueron las materias más difíciles, le tocó repetirlas.

“Son complicadas, mucho nombre. La ventaja es que tengo muy buena memoria visual, aprendo mediante la relación de las cosas”, comenta.

Leyó los mismos libros que sus compañeros, presentó los mismos exámenes, pero las exposiciones fueron pocas y no todos los profesores tuvieron la paciencia para escucharlo.

“Conocí a Juan evaluándolo en una exposición sobre embarazos adolescentes. Todos pusimos nuestro granito de arena, pero el que más granos puso fue él. Conmigo todos los exámenes fueron sustentados”, recuerda el doctor Ramírez.

En esa exposición tardó una hora y 40 minutos, mientras a sus compañeros les tomó 35 minutos.

“Toda la vida quise ser médico. Por mi enfermedad crecí rodeado de médicos. Soñaba ser como ellos y descubrir qué me pasó para ayudar después a otros como yo”, dice Collazos.

Después de superar las ciencias básicas, llegó la parte clínica de la carrera, y los primeros rechazos.

“Algunos médicos en los hospitales fueron despectivos con Juancho. ¡Qué hace aquí!, le decían al verlo llegar en su silla de ruedas. Fue duro, veníamos de un campus incluyente, donde ricos y pobres, negros y blancos, somos iguales”, recuerda el doctor Henry Ponce, compañero de clase.

“Algunos docentes tienen mentalidad prehistórica, ni siquiera medieval, no querían darle la oportunidad a Juan; quizá no se querían dar la oportunidad a sí mismos de probarse como profesores”, dice el doctor Ramírez, quien será el padrino de bautismo del bebé de Juan Manuel y Marcela.

“No me quejo, todo fue muy constructivo, solo tengo agradecimientos para la Universidad”, dice el médico Juan Manuel Collazos.

Su centro médico

El médico Juan Manuel Collazos acaba de terminar un diplomado virtual en genética médica de la Universidad de Valencia, en España, y está a la espera de que la Universidad Libre de Cali le comunique si lo aceptará o no en la maestría de epidemiología.

Por lo pronto, anda en busca de pacientes. Esa será su próxima lucha: lograr que confíen en él.

“La parte académica es pan comido, lo difícil es convencer a la gente de tus capacidades, que sepa que tú no eres ningún tonto”, dice Juan Manuel.

“Tiene un problema motor, pero su desarrollo intelectual es normal”, dice el médico Roberto Ramírez.

Cuando le llegó la hora del año rural, solo en una clínica lo aceptaron, pero después se arrepintieron.

¿Cómo así que no me dejan trabajar porque soy discapacitado? Pensó, y comenzó a madurar la idea de tener su propio centro de consulta.

Por estos días termina de amoblarlo, se llamará ‘Cimasd’ (Centro de Investigación Médica, Atención en Salud y Discapacidad). Para abrirlo solo depende de que le aprueben todos los permisos reglamentarios.

“El problema no es que el paciente hable o no, lo importante es ver la forma en que pueda ser funcional a nivel social, educativo y laboral. Nos propondremos su rehabilitación”, dice el médico Collazos, mientras se desplaza en un scooter adaptado para él.

“No bastará con la terapia, tenemos que lograr que se desenvuelvan”, agrega.

Sube las gradas del ‘Cimasd’ sin ayuda, lo hace despacio, mientras su cuerpo se tambalea un poco.

“Tranquilos, nada le va a pasar”, advierte don Manuel Carabalí, su conductor, quien no lo desampara y quien también hace de intérprete.

El diploma que recibió el pasado 9 de diciembre del 2015 pesa mucho sobre él.

“Estaba muy emocionado, no me lo creía. Pero, al mismo tiempo, sabía la responsabilidad tan grande que implicaba. Es como si llevara una bandera para que otras personas como yo también lo intenten y lo logren. Se que en Cúcuta hay otro médico en las mismas condiciones mías, solo que a él se le entiende un poco más al hablar”, comenta.

Su educación básica la terminó en el 2006 en el Fray Damián, un colegio de educación formal y prestigioso de la ciudad; fue voluntario de la Cruz Roja en el 2007 y en el 2014 recibió de la Comisión Segunda Constitucional Permanente del Senado la Medalla Pedro Pascasio, Orden Mérito a la Democracia, ‘Por su férrea convicción que las limitaciones no son impedimentos para alcanzar las metas propuestas’.

“La gente con discapacidad ya puede exigir que la acepten en los trabajos, colegios, universidades, pero falta reformar la parte pedagógica para que puedan desenvolverse en esos ambientes. Pero todavía hay mucho miedo en las entidades para asumir su rol”, dice.

A escuchar con paciencia

No es fácil entender lo que dice, hace un esfuerzo enorme para gesticular cada palabra y cuando la conversación es prolongada, parece perder el aliento. Es preciso ponerle mucho cuidado, pero después de unos 20 minutos, el oído se adapta a sus sonidos y comprende la mayoría de sus palabras.

Pero esa dificultad en el habla la compensa con la escritura. Él mismo prende el computador y una vez logra dominar el ordenador, no se detiene.

“No olvide de escribir que, en todo este proceso, la familia es muy importante”, advierte el médico Juan Manuel Collazos.

“No toda persona con alguna discapacidad tiene que ser retardada. Muchas familias guardan a sus hijos en sus casas, los limitan. A mí me exigieron, estudié y me gradué”, dice.

Armando Carabalí, el conductor que lo transporta desde niño, lo llevaba todos los días a la universidad, en medio de las miradas del resto de estudiantes que no ocultaban su curiosidad por ver quién era ese muchacho del ‘scooter’ que estudiaba medicina y al que no le entendían nada.

“Yo si le entiendo todo. Para mí es como un hijo, al niño que acaba de tener le digo que soy su abuelo negro”, comenta Carabalí, en medio de risas.

“El primer día de clases en la Santiago me miraban mucho. Siempre he despertado la curiosidad de la gente, pero es algo superado”, comenta.

Así como no olvida su primer día de clases en la Santiago, tampoco olvida el año de internado. Le tocó en el San Juan de Dios.

“Allá sí que se vive la crisis de la salud del país, vi los pacientes en el suelo y por más que uno quiere ayudar, no puede hacer mayor cosa”, comenta.

Ahora trabaja en otra investigación: ‘Caracterización de los conocimientos y comportamientos sobre salud sexual y reproductiva que tiene un grupo de personas con discapacidad residentes en Cali’.

“Sueño con el Premio Nobel”, dice el médico Collazos.

http://entornointeligente.com/articulo/8585522/Juan-un-medico-con-paralisis-cerebral-que-desafia-a-la-academia-19062016

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Unicef, nuevo aliado de MinSalud para combatir la desnutrición en Colombia

Colombia/ 19 de Junio de 2016/HSB Noticias. com

Los sin número de casos que reporta el país en casos de desnutrición obligaron al Gobierno Nacional a tomar medidas inmediatas que ayude a combatir esta problemática.

La tasa de mortalidad por desnutrición ha descendido en el país de 14,87% por cada 100.000 niños mejora de 5 años en 2005 a 6,77% en 2013, según estadísticas, existen importantes variaciones poblacionales y departamentales.

De esta manera, el Ministerio de Educación realizó una alianza con UNICEF que permita recuperar y ayudar a las personas que no cuentan con una alimentación correcta en el país.

  • La iniciativa incluye tres líneas de acción, la primera tiene que ver con la formulación de los planes operativos locales para la implementación del lineamiento del manejo integrado de la desnutrición aguda.
  • El segundo tiene que ver con el fortalecimiento de las capacidades de los diferentes actores del sistema general de seguridad social.
  • La tercera es la importación, nacionalización y distribución en las sedes de las direcciones de salud de los departamentos priorizados de los insumos para el tratamiento terapéutico de la desnutrición aguda, moderada y severa en niños menores de cinco años.

Durante la presentación de estos elementos hablo de otros temas referentes a la salud. “La falta de acceso a los alimentos el bajo acceso a fuentes de agua potables y la falta de atención sanitario son factores determinantes en la desnutrición aguda. Se requiere por ello de los sectores para enfrentar de manera efectiva e integral el problema de la desnutrición aguda en el país» aseguró el jefe de la cartera de Salud, Alejandro Gaviria.

En el marco del lanzamiento de esta ruta, el Ministro de Salud y Protección Social y el representante de UNICEF para Colombia firmaron una carta de intención para suscribir un convenio encaminado a trabajar por la atención integral de la desnutrición aguda en menores de 5 años con énfasis en La Guajira, Chocó, Guainía, Vichada y Meta.

Fuente: http://hsbnoticias.com/noticias/nacional/unicef-nuevo-aliado-de-minsalud-para-combatir-la-desnutricio-216743

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Colombia: Cuatro de cada diez escolares han probado drogas

Colombia/ 18 de Junio de 2016/El Tiempo

Hay alarma entre padres de familia, autoridades y centros educativos por el aumento en el consumo.

El paquete de ocho a diez pastillas cuesta apenas 500 pesos, lo mismo que una colombina o un par de chicles. Las pepas son cuadradas, diminutas, tienen un color grisáceo y se pueden consumir de dos maneras: bajo la lengua o incrustadas en el párpado inferior. Durante 20 minutos provocan alucinaciones y relajación. Pero lo peor viene después: dependencia.

Desde el año pasado, esta sustancia sintética de fabricación nacional empezó a recorrer salones y pasillos de varios colegios, especialmente del sur de Bogotá. Pero en las aulas también pululan las drogas sintéticas importadas –sobre todo éxtasis– y disfrazadas como dulces, que se venden a un promedio de 30.000 pesos la unidad entre estudiantes de colegios privados del país.

 William Salinas, rector del colegio distrital Andrés Bello, en el barrio Muzú, del sur de la capital, conoce de cerca la problemática. Él señala que el uso de las pepas de 500 pesos (ácidos artesanales, según la Policía) se suma a un consumo cada vez más frecuente de marihuana, cocaína y hasta disolventes industriales (inhalados).

La Secretaría de Educación da cuenta del aumento del uso de drogas, que se duplicó entre el 2014 y el 2015: de 2.494 casos detectados de alumnos de colegios distritales que consumieron algún tipo de droga se pasó a 5.196. La mayoría (62 por ciento) fumó marihuana.

En el caso del Andrés Bello, por lo menos 30 de los 2.600 estudiantes han sido identificados como consumidores habituales de estupefacientes, pero se cree que son muchos más. “El primer contacto con la droga se da mediante el método tradicional: en los alrededores del colegio, los jíbaros les regalan las primeras dosis a los estudiantes, generalmente entre 13 y 17 años, como ‘gancho’ para volverlos adictos y luego convertirlos en sus clientes”, dice Salinas. Solo el año pasado se conocieron en Bogotá más de 2.300 casos de menores que probaron alguna droga por primera vez, de los cuales el 53,5 por ciento tenían entre 12 y 14 años, según el Observatorio de Drogas de Colombia. Y Ricardo Ruidíaz, director de la ONG Amigos Unidos –que investiga temas de violencia, abuso y consumo de sustancias psicoativas en la escuela– indica que un estudio que hicieron en las principales ciudades del país arrojó que cuatro de cada diez escolares, especialmente entre los 12 y los 17 años, consumen o han consumido una droga al menos una vez en su vida.

Lo peor, lamenta Salinas, es que en no pocos casos los papás de los alumnos dicen que “ellos (sus hijos) ya son grandes y saben lo que hacen”. En su plantel constantemente se hacen decomisos de cocaína, marihuana y hasta ‘trilladoras’, como los alumnos llaman a los pequeños aparatos que trituran la marihuana para que quede “menos gruesa” y facilitar así la armada de los cachos (cigarrillos).

‘Mensajeros’ de primaria

Uno de los asuntos que más preocupan al rector Salinas es que mediante amenazas, incluso de muerte, estas redes reclutan a niños de cuarto y quinto de primaria como ‘mensajeros’. “Un niño que no tiene más de 10 años no aguantó más la presión y le contó todo a la mamá. Ella nos puso al tanto, investigamos y supimos que había otros cinco casos de pequeños que se encargaban de ingresar la droga –cuenta el educador–. Los jíbaros les pagaban 20.000 pesos semanales para que ‘comieran’ callados”.

Para analistas como Efrén Martínez, presidente de la ONG Colectivo Aquí y Ahora, la ubicación de ciertos colegios, especialmente públicos, facilita el acceso de los niños y los adolescentes a las drogas. “Sabemos que hay dos jíbaros que viven cerca del colegio: ‘Trenzas’ y ‘Panzas’ –afirma el rector–. Son menores que integran pandillas usadas por redes de microtráfico. En esta zona (localidad de Puente Aranda) hay dos colegios más: uno distrital y uno privado, y muchos de sus estudiantes también han caído en las garras de estas redes. Lo más triste es que la Policía dice que no puede hacer nada, justamente por la laxitud de la ley con los menores de edad”.

El Distrito ha identificado 131 ollas y más de 470 expendios satélite (más pequeños) en los entornos de los colegios públicos. Es emblemático el caso del Agustín Nieto Caballero, contiguo a la olla conocida como ‘cinco huecos’, en el centro, cuyos estudiantes compran droga a través de grietas en las paredes. Además, muchos de ellos son constantemente víctimas de atracos en el tránsito hacia y desde sus hogares. La Policía ha hecho intervenciones, pero la comunidad estudiantil pide que sean permanentes.

Las cifras de la Policía Nacional también evidencian el aumento de la venta de drogas en los colegios y sus entornos, en todo el país. “Este año tenemos incrementos en las incautaciones de droga respecto del mismo lapso del año pasado: 16 por ciento en marihuana, 465 por ciento en coca y 953 por ciento en heroína, entre otras sustancias”, reporta el general Jorge Enrique Rodríguez, director de Seguridad Ciudadana de la institución. En el 2015 hubo 1.006 capturas y este año van 532 por porte de estupefacientes cerca de las escuelas, solo en Bogotá.

La venta y el consumo de drogas han traído otras consecuencias graves, como hurtos hechos por los propios estudiantes como una forma de conseguir recursos para satisfacer su vicio, abandono escolar y hasta amenazas a profesores y directivos que han tratado de enfrentar el problema. De hecho, solo en el 2015, la Asociación Distrital de Educadores (ADE) reportó cerca de 200 casos de solicitudes de traslado de docentes por amenazas, muchas de las cuales tienen que ver con el tráfico de narcóticos.

Un flagelo transversal

En colegios privados, especialmente en los que estudian muchachos de familias acomodadas, el panorama no es muy distinto, comenta Ruidíaz. El investigador señala que mientras en los planteles públicos tomaron fuerza unas pastillas sintéticas nacionales que se consiguen a un precio que oscila entre 5.000 y 20.000 pesos la unidad (fabricadas en Bogotá, Medellín, Bucaramanga y Cali), en los privados comenzaron a verse el año pasado pepas de éxtasis que parecen dulces y se venden en paquetes de reconocidas marcas, incluso de chocolates o brownies. “Las más comunes son la Fantasma Azul, la Criptonita Verde/Supermán y la Orange –dice Ruidíaz–. Todas generan euforia y dependencia, pero las nacionales, hechas con sustancias químicas muy peligrosas, pueden causar intoxicación”. Las importadas, anota, se traen principalmente de Holanda, España, Italia, Alemania y el Reino Unido; al igual que las nacionales, tienen gran demanda en Bogotá, la costa Caribe, Medellín, Bucaramanga, Cali, el Eje Cafetero y Villavicencio.

El director de Amigos Unidos menciona varias señales que pueden alertar a padres y profesores sobre el eventual uso de drogas por parte de los jóvenes: pérdida de peso, caída en el rendimiento académico, ausencia escolar, cambios bruscos en la manera de vestir y/o en el temperamento –generalmente se vuelven agresivos– y frases sobre el suicidio, entre otras.

Carolina Piñeros, directora de Red PaPaz, coincide en que la venta de droga se presenta en colegios de todos los estratos y que en los privados se da mucho el contacto entre expendedores de droga y estudiantes a través de redes sociales. “Se citan en lugares apartados del colegio y así es más difícil detectar el problema”, advierte. Ruidíaz y el general Rodríguez mencionan otras modalidades: el reclutamiento de alumnos para vender en las instalaciones, la venta directa en fiestas y el ‘correo muerto’ (lugares en los que se recoge la droga y se deposita el dinero, sin la presencia del jíbaro).

Jaime Leal, vicerrector del colegio José Joaquín Casas, situado en el norte de Bogotá, es consciente del problema y advierte que “la situación es peor de lo que muchos padres imaginan”. Si bien el directivo afirma que en el caso particular de este centro educativo no existen problema de microtráfico en los alrededores, porque todos los estudiantes deben tomar las rutas dentro de las instalaciones, sí sabe de alumnos que han tenido contacto con diversas drogas. “Hemos conocido, por los mismos estudiantes, que en fiestas y festivales musicales se dan los primeros contactos con sustancias sintéticas y marihuana –dice–. Hoy sorprende la cantidad de muchachos que dicen haber probado alguna droga”.

La situación es aún más preocupante si se tiene en cuenta que estudios hechos por instituciones como la Corporación Nuevos Rumbos revelan que, en el caso de la marihuana, la probabilidad de adicción en los menores de edad que la prueban por primera vez es del 50 por ciento, frente al 10 por ciento en adultos.

Aunque no hay diagnósticos precisos sobre la incidencia de la droga en colegios privados y sus alrededores, porque según Piñeros muchos prefieren manejar estos problemas internamente, el estudio más reciente hecho por la Personería de Bogotá (hace cuatro años) señaló que el 44 por ciento de los estudiantes de estos planteles se sienten inseguros en el entorno escolar, en gran medida por el asedio de las redes de venta de droga. El porcentaje sube al 70 por ciento en los planteles públicos.

Augusto Pérez, director de Nuevos Rumbos, sostiene que la falta de control de los padres y la violencia intrafamiliar son caldos de cultivo para que los menores contemplen las drogas como “una vía de escape”. Y aconseja: “Una buena manera de empezar es evitar el consumo temprano de bebidas alcohólicas. Estudios nuestros y de múltiples instituciones señalan que la inmensa mayoría de jóvenes se inician en la droga después de tener contacto con el licor”.

Ruidíaz concluye con una frase que ha escuchado muchas veces en los últimos cuatro años de estudios y sobre la cual, dice, autoridades, padres y colegios deberían empezar a trabajar para atacar el problema. Según su experiencia, la gran mayoría de los jóvenes que consumen droga dicen hacerlo “porque están cansados de la vida y esa es su forma de pasmarse”.

Hay que dar más información

Varios analistas consultados por EL TIEMPO coinciden en tres puntos: el primero, que no hay suficientes esfuerzos del Estado por lograr programas efectivos de prevención de consumo de drogas en los colegios del país.

Y aunque el general Jorge Enrique Rodríguez, de la Policía Nacional, destaca los trabajos que hoy se hacen con el Ministerio de Educación en los colegios, a través de charlas sobre prevención y riesgos del uso de estupefacientes, lo cierto es que el panorama actual obliga a mejorarlas e intensificarlas cuanto antes.

En segundo lugar, está la necesidad de un ataque más frontal al problema del microtráfico, razón por la cual Carolina Piñeros, de Red PaPaz, aplaudió el reciente anuncio de la Alcaldía de Bogotá de intervenir de manera integral los 30 colegios de mayor riesgo.

Y tercero, los expertos creen que la aprobación del uso medicinal de la marihuana por el Congreso, ha ayudado a aumentar la confusión entre los jóvenes frente a los efectos de la sustancia. “En internet, los estudiantes de hoy encuentran todo tipo de información, mucha de ella sin fundamento, y llegan a creer que la marihuana es inocua. Esto también explica el aumento de su consumo”, concluye el experto Efrén Martínez, del Colectivo Aquí y Ahora.

Fuente: http://www.eltiempo.com/bogota/consumo-de-drogas-en-los-colegios/16624127

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Educación para formar mejores seres humanos

Colombia/17 de Junio de 2016/Dinero

Por: Ángel Pérez Martínez

La escuela y los docentes no pueden estar pasivos frente a la homofobia, la barbarie, la violencia y otras acciones que atentan contra la dignidad humana, la libertad, la igualdad o dañan la vida de la tierra.

Así como no es posible que todos los males de la sociedad y de los seres humanos los resuelva o los resistan los sistemas educativos, tampoco descarto el inmenso poder que tiene un buen sistema educativo con metas claras y de buena calidad. Educación capaz de incidir de manera estructural en la formación de seres humanos para la vida, el bienestar social y el cuidado de la tierra.

A pesar de los innegables avances de la humanidad por alcanzar el pleno respeto por los derechos humanos fundamentales, la dignidad humana, la libertad individual y la igualdad, aún subsisten en el imaginario individual o colectivo creencias o valores que permiten y hasta justifican acciones que hacen daño o afectan la vida de personas por su color de piel, raza, identidad sexual y de género, su religión o clase social, entre otras.

La afirmación anterior se prueba mediante los recientes hechos que se conocieron a raíz de la intervención de la policía en el Bronx en el centro de Bogotá, en donde ocurrían abusos insospechados a seres humanos mediante el uso de las drogas, prostitución infantil y desapariciones. También, lo peor de la condición humana se expresó en la masacre que costó la vida a 50 personas en el bar gay Pulse en Orlando, Florida; así como en el acto de discriminación racial del bar Cachao, ubicado en la Zona T de Bogotá, donde no le permitieron, por su color de piel, el ingreso a Danit Torres Fuentes, mujer de piel negra, quien es experta en temas educativos y ha dedicado su vida a buscar una Colombia más igual, sin discriminación.

La barbarie, la violencia, la homofobia, la militancia religiosa extrema y la discriminación racial son situaciones creadas por seres humanos influenciados por una cultura en la que los imaginarios familiares o sociales heredados o creados por el voz a voz, o más grave, por medios de comunicación masivos o redes sociales, inciden más en la formación de valores en las personas que los sistemas educativos o la escuela.

Con seguridad, miles de profesores y académicos, así como instituciones escolares y educativas se preguntan a diario ¿cómo formar mejores seres humanos? ¿Cómo luchar contra la familia y el entorno social cuando estos inciden de manera negativa en la visón de la vida de los muchachos y en sus valores? Para responder a lo anterior, la escuela se tiene que preguntar: ¿cómo determinan las prácticas, los discursos, los ejemplos y los medios masivos de comunicación la forma de pensar y de actuar de los estudiantes? En términos de Cornelius Castoriadis: ¿cómo se produce el imaginario o los procesos de creación por medio de los cuales los sujetos se inventan sus propios mundos, donde las valoraciones de lo bueno y lo malo adquiere un valor simbólico o real?

Humberto Eco, en un artículo publicado por el Diario la Nación de Argentina, se pregunta ¿De qué sirve el Profesor en el mundo de la Internet y de los medios masivos de comunicación? Eco sostiene que el Internet le dice casi todo al estudiante, “salvo cómo buscar, filtrar, seleccionar, aceptar o rechazar toda esa información”, y lo más importante, un buen profesor puede enseñar a comparar, a verificar y a relacionar sistemáticamente nociones, conceptos, valores y a tener un sentido crítico basado en el conocimiento. Sobre los medios de difusión masivos, Eco dice que “informan sobre muchas cosas y también transmiten valores, pero la escuela debe saber discutir la manera en la que los transmiten, y evaluar el tono y la fuerza de argumentación de lo que aparecen en diarios, revistas y televisión”

También, según nuestra Constitución Política la escuela tiene el deber de formar seres humanos para la vida en sociedad, el respeto a los derechos humanos y  la paz. “En todas las instituciones de educación será obligatorio y el estudio de la Instrucción Cívica y el fomento de prácticas democráticas para el aprendizaje de los principios y valores de la participación ciudadana” (artículos 41 y 67).

Sin embargo, una escuela y sus maestros con escaso apoyo de padres de familia, de la sociedad y del Estado estará cada vez más en desventaja en la formación de valores de los estudiantes con relación al efecto que hoy tienen la familia, el entorno social, el Internet y los medios masivos. De la escuela y de los planes de estudio desaparecieron el estudio de la religión (ojo, no la enseñanza de una creencia religiosa) y ahora la ética. Interesa más el bilingüismo, las matemáticas, la lectura y la ciudadanía ligada a derechos o prácticas democráticas, pero no formar buenos seres humanos.

Insisto, como lo desarrollé en anteriores artículos, en algunos lugares de Colombia donde en la familia o el entorno social del estudiante priman imaginarios que justifican el machismo, el autoritarismo y la violencia, la escuela no puede esperar ayuda positiva de los padres o de los responsables de los estudiantes en su formación. Es por ello que este país requiere una mejor educación oficial, para que sea capaz de sobreponerse a dichos efectos negativos de la familia y del entorno. De manera estructural, una educación de calidad, con apoyo social, es la única capaz de cambiar estos imaginarios, algunos de ellos antihumanos, en el mediano plazo.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/educacion-para-formar-mejores-seres-humanos-angel-perez-martinez/224700

Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=Educaci%C3%B3n+para+formar+mejores+seres+humanos&biw=1024&bih=489&tbm=isch&source=lnms&sa=X&ved=0ahUKEwiZ7ImVk7DNAhWBox4KHUagAMQQ_AUIBigB&dpr=1#imgrc=zDgXxnZADCKgnM%3A

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Colombia: En julio, Gran Paro Cívico Nacional

Fuente FECODE / 20 de Junio de 2016

A la bandada de paros que se registró en el primer semestre del 2016, de maestro,  campesinos, indígenas y camioneros, se suma gran paro cívico nacional.

Las tres centrales obreras, agrupadas en el Comando Nacional Unitario, junto a más de 40 organizaciones sociales y gremiales adelantarán un Paro Cívico Nacional a finales de julio en respuesta al incumplimiento del Gobierno Nacional a su pliego de peticiones.

“Al presidente Santos se le presentó un documento con 15 puntos, los cuales fueron sus promesas de campaña en la reelección y el compromiso con los trabajadores y los diferentes gremios, pero los cuales no ha cumplido”, recordó Jairo Antonio Saavedra, vicepresidente de la CTC.

El paro cívico se proyecta para la última semana del mes de julio, fecha pactada por todos los sectores. “Estamos unidos tanto a nivel nacional como en los diferentes departamentos, las subcomisiones y los comandos departamentales estamos haciendo un solo bloque auspiciando y promoviendo este paro cívico nacional”, reconoció Saavedra.

En el marco del anuncio de la hora cero del paro cívico, el Comando Nacional Unitario  anunciará el referendo por el agro, una oportunidad para visibilizar el abandono de más de 40 años a este, uno de los sectores de mayor vitalidad para el país.

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Colombia / FECODE: La OCDE ataca la profesión docente

Fuente: Fecode  / 20 de Junio de 2016

En las pretensiones del presidente Santos por ingresar al selecto grupo de los países más ricos es capaz de entregar la soberanía educativa nacional a los privados.

El debilitamiento de la educación y la entrega de la formación docente a los intereses de la OCDE, son algunas de las consecuencias que traerá para el escenario educativo nacional, el capricho de querer pertenecer a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

Las recomendaciones hechas por la organización internacional fueron incorporadas por el gobierno nacional en el artículo 222 de Plan nacional de desarrollo.

“Esto en primera instancia atenta contra la autonomía universitaria, y adicionalmente imprime que todos los programas de las facultades de educación deben responder a lo que está plasmado o a lo que se desarrolla en las pruebas Saber, las pruebas Saber Pro y las pruebas Pisa. Convierte la formación docente en una especie de formación de técnicos para la educación en torno a las pruebas estandarizadas. En ese sentido, el carácter disciplinar de las licenciaturas no sólo se pierde, sino que atenta contra la formación de los jóvenes”, señaló Jhon granados, asesor del Ceid de Fecode.

La formación docente debe estar dirigida a fortalecer su campo de conocimiento de manera que transmita a sus estudiantes estrategias que le permitan obtener los mejores resultados en sus conocimientos y destrezas.

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Alberto Martínez Boom: «La pedagogía es el discurso, el saber del maestro a partir del cual se toman posiciones de sujeto»

En esta oportunidad el profesor Luis Bonilla-Molina (LB) entrevista al  Dr. Alberto Martínez Boom (AMB) en el marco de la convocatoria que a comienzos del año 2014 se formulara en Venezuela, en aras de iniciar un debate nacional sobre la Calidad de la Educación. El Dr. Martínez es Doctor en Filosofía y Ciencia de la Educación. Profesor Investigador e investigador de la Universidad Pedagógica Nacional y del Doctorado Interinstitucional en Educación de las Universidades Pedagógica Nacional, Distrital y del Valle. Es, además, profesor en el doctorado inter-institucional en educación de las Universidades Pedagógicas, Nacional, Distrital y del Valle. Es miembro fundador y activo del Grupo de Historias de las Prácticas Pedagógicas, además de ser miembro de la Academia Colombiana de Pedagogía. Bienvenido Alberto a este contacto internacional.

L.B: Bienvenidos y bienvenidas todas y todos a este nuevo contacto internacional en el marco de la consulta por la calidad educativa. En esta oportunidad conservaremos desde Bogotá, Colombia con Alberto Martínez Boom.

A.M.B: Mil gracias y saludos a todos los colegas y la comunidad educativa de América Latina. No solamente las que imparten la educación sino también las que las soportan. La reflexión que voy a hacer es un poco improvisada y quisiera que de pronto me bombardearas con algunas preguntas, con algunas interrogantes en la medida en que vaya planteándolas.

Yo vengo trabajando el concepto de calidad de la educación hace unos 30 años, más o menos, finales de la década de los 80 por el trabajo del grupo de historia en la práctica pedagógica. Hay un primer elemento por el cual entro a trabajar en la cuestión es por una relación que aparece dibujada en la mayoría de las formulaciones sobre la educación de los que nosotros llamábamos la famosa parejita enseñanza aprendizaje, en la cual planteábamos que la pareja enseñanza aprendizaje es una pareja problemática porque restringe la enseñanza solo al aprendizaje. Y la enseñanza entendemos y entiendo en particular, yo escribí un artículo en la década del 90 que fue muy conocido, además en Venezuela, un artículo que se llama la enseñanza como posibilidad del pensamiento, en la cual en la década de los 80, comienzo del 90, en la cual planteaba que la enseñanza tenía relaciones, mantenía relaciones con el pensamiento, con el lenguaje, con la cultura, con la ética, con el aprender, y que no se podía reducir solamente a la relación enseñar- aprendizaje porque limitaba el papel del maestro. Lo limitaba simplemente a ser un instrumentador, a tener unas relaciones instrumentales con el conocimiento. Entonces, eso reducía el papel del maestro y le quitaba mucha autoridad, pero además también, estaba inscrito en la lógica de un trabajo que se estaba realizando en la década de los 80, a finales del 80 y comienzo del 90, que se denominó tecnología educativa y modelo curricular en Colombia. Después eso se tradujo en un libro que se llamó “Currículo y Modernización” en donde encontramos en ese trabajo de investigación que realicé con otros dos compañeros, en el que encontramos lo siguiente: antes que la tecnología educativa estuviera oficialmente, estuvo todo el proceso que se llamó tecnología instruccional y que proviene del ejército, fundamentalmente, de un proceso de instrucción a los soldados para incrementar los aprendizajes en la guerra.

L.B: En Venezuela se ha dado un debate de importante sobre el tema de la enseñanza. Hay docentes, colegas que dicen que nadie enseña a nadie y nadie aprende de nadie. Eso que pareciera muy novedoso implica también un ataque de la propia docencia, es decir a la propia lógica del maestro que enseña. ¿Tú crees que hay que fortalecer, a partir de lo que acabas de decir la labor de enseñanza del docente, de fortalecerla como parte de su propia identidad?

A.M.B: Si, por lo menos en la relación está, para hacer una descripción, que quien desaparece es el maestro y la enseñanza se reemplaza con la función docente, que es distinto, o sea enseñanza no es estrictamente docencia. Función docente puede cumplir cualquiera, por eso cualquiera puede hoy, digamos, servir como facilitador de aprendizaje. En el momento actual, la educación está pensada fundamentalmente en términos del aprendizaje y más concretamente con el aprender a aprender y eso tiene sus repercusiones importantes y fundamentales.

Primero porque la relación con el conocimiento y con el pensamiento en la educación, queda reducido a una relación, que en primer caso, era de transformación de conducta, digamos se entendió el aprendizaje como transformación de conducta. Entonces, es cuando comienza a introducirse lo siguiente: se dirige a objetivos precisos, reduce el trayecto y coloca todo en función de proyectos. Entonces, si el proyecto hay que realizarlo pase lo que pase, desconociendo todo el trayecto que hay en el proceso, pero además también indiscriminado, el horizonte en el cual el objetivo está colocado, entonces, se perfila a partir de allí, con mucha más claridad en la tecnología instruccional, el establecimiento de los objetivos, que no son objetivos educativos, sino objetivos de aprendizaje puntuales, específicos, limitados que reducen también a algunos conocimientos ya parcelados, recortados, seleccionados, porque no es a todo el conocimiento.

Ahí hay un proceso de complejizacion de eso y eso se une con indicadores de evaluación, de manera que los objetivos de aprendizajes se establecen fundamentalmente para que tú puedas evaluar y puedas tener indicadores de evaluación, es para lo que importa y los contenidos, son contenidos recortados.

La relación ahí se reduce a lo que en una época aquí en Colombia se trabajó como OTI (Objetivos, Temas e Indicadores). Eso se instala inicialmente fuera de la escuela, como todo en la educación. La mayoría de las cosas que están en la educación hoy vienen fuera de la escuela, porque tuvieron éxito afuera. Lo Tecnológico, instrumentalizó el trabajo de los soldados, de los obreros, y también del personal carcelario, por eso decimos que la tecnología instruccional se aplicó a esos tres sectores fundamentalmente. En Colombia comenzó con la acción cultural popular, en 1948.

Todo este problema de la calidad tiene historia, y es una historia que yo llamaría relativamente reciente, no proviene pues allá del mito de la Caverna de Platón. No, está ligada con unas cosas muy particulares del hoy.

L.B: Alberto, pero ¿Podemos hablar de algunas prácticas pedagógicas que potencian la calidad educativa desde tu perspectiva de aprendizajes integrado a la enseñanza?

A.M.B: Termino esta reflexión para poder continuar con lo otro. Entonces, se impulsa fundamentalmente en acción cultural popular, crearon un programa dirigido a sectores marginados de la población y ya comenzaba a hablarse de sectores marginados de la población y no solamente de pobres porque marginado era marginado del desarrollo, de toda la estrategia del desarrollo que se impulsó en distintos países en la década finales del 50 y comienzo del 60. Ha estado articulado a eso. Ahora, no es eso lo que le da el motivo pero si va haber una correspondencia entre impulsar la estrategia del desarrollo y las transformaciones en el campo de la educación.

Y el segundo, es en el Servicio Nacional de aprendizaje, y aquí hay que destacar una cosa. Se llama, servicio nacional de aprendizaje, que en todos los países de América Latina tuvo nombre más o menos similares, el SINAE, en Brasil, el SINAM en Perú, y no me acuerdo que nombre tuvo en Venezuela, que han apuntado a mejorar el aprendizaje en áreas fundamentales. Entonces calidad va a estar ligada fundamentalmente a lograr aprendizajes efectivos y eficaces. Nada más a eso está ligada la calidad.

Entonces, no nos inventemos cuentos hoy, porque además es una palabra que se blinda mucho. Es un término muy bonito “calidad de la educación”. ¿Quién puede estar en contra de eso? Y a esa empresa se le ha metido todo el mundo y se le han colocado a los maestros y a los profesores con su responsabilidad cuando yo creo que ese concepto de calidad está más ligado a otras necesidades de otros sectores sociales, en las cuales hay un proceso de desplazamiento gradual y efectivo en el proceso de la enseñanza porque comienzan a introducirse en las clases.

Ahora, yo no digo con eso que antes era una maravilla, no. Lo que estoy diciendo es que cada vez más se restringe el proceso. Y, el proceso seguía y comienzan prepararse todos esos por paquetes curriculares. La calidad está muy ligada a modelo curricular o curriculización de la enseñanza, está muy ligada a procesos de la evaluación y está muy ligada al problema del aprendizaje, a esas tres cosas, y están también ligada a la conexión con el mundo empresarial evidentemente. Mejor dicho, a la conversión de la educación en un asunto de política económica, básicamente. Ahora, yo entiendo que hay relaciones ahí, pero, digamos, ¿Qué pasa cuando eso se reemplaza por esto? Digamos, cuando se plantea allí todo un problema de capitalización de esa acción.

Yo he planteado en algunos trabajos, hay uno que se llama “Calidad de la educación: lo dicho, los estratégico, lo ignorado” que lo presente el año pasado en Bucaramanga, en el que digo ¿Qué significado tiene hoy entre nosotros el término calidad de la educación? ¿De dónde proviene y cuáles son sus límites? Porque hay que trabajarlo históricamente, porque es que por lo general todas esas reflexiones hacen un desconocimiento radical de la realidad histórica de la educación de las escuelas, y por lo tanto, del maestro. Y colocan eso, digamos como la última “cocacola del desierto, como lo decimos aquí en Colombia, no sé si allá en Venezuela se use ese término, como para decir que está entre los términos de moda.

Ahora, en esa empresa se metieron todos los mecanismos internacionales. No hay un solo organismo internacional en educación o en cualquier otra cosa que no lo planteen como el problema fundamental de identificar educación hoy como calidad de la educación y eso es necesario examinarlo a profundidad.

L.B: Precisamente, desde esa perspectiva histórica, ¿tú podrías hacernos como periodización de cuales han sido los momentos históricos del debate sobre la calidad educativa? Nos hablaste que se introduce en la década de los 50, pero ¿Cuál es esa periodización hasta llegar hoy en día?

A.M.B: Yo hablo de tres momentos, pero antes de decírtelos, voy a comentar lo siguiente: este problema comienza con la formulación del estudio de un economista que ganó creo, que el premio nobel. Siul, cuando comenzó a plantear lo siguiente: ¿Cuál era el factor interviniente en la relación capital-trabajo para generar productividad? y entonces encontró que el conocimiento y particularmente que la formación o la instrucción en esos campos y en esos sectores era lo que posibilitaba una mayor productividad.

En ese primer momento está articulado ese concepto de calidad de la educación fundamentalmente con calidad de los insumos, y esto es muy importante retenerlo. Calidad de los insumos. Eso se va a cambiar radicalmente en la década de los 90, concretamente antes de llegar al congreso mundial de educación para todos, en Jomtien, Tailandia, en 1990. Antes de eso, comienza a plantearse y a renovarse, entre otras cosas con apoyo de mucha gente de esas de las que tú citaste antes de esto, en los organismos internacionales, en los organismos regionales vinculados con los organismos internacionales, a virar, y entonces, comenzaban a hablarse de la calidad de la educación, ya no solamente en términos de insumos, sino en términos de aprendizaje. Ese es el segundo momento. Pero quiero ampliar un poquito el primer momento, porque en el primer momento hubo una inversión grandísima en la educación.

Entonces, voy a tener aquí unas diferencias aquí contigo muy importante y, además las tengo con mucha  gente, digamos en el sentido de cuándo a las educación se le liga, digamos un conjunto de categorías con unos principios con los cuales todo el mundo estaría de acuerdo. Yo voy a señalar que, otra cosa es cuando uno hace la historia de la descolarización de los países porque esa no coincide necesariamente con el discurso de la educación como algo iluminista, etc. Esa diferenciación es necesaria comenzar hacerla porque si no, no se entiende la crítica que yo hago con el concepto de calidad, a la categoría de calidad, no sé si será concepto, pero digamos a lo que se ha ido consolidando. Entonces, en los Estados se plantea que la educación es piedra angular del desarrollo, muy articulado con todos estos programas de alianza para el progreso. Las experiencias las recogen de procesos anteriores, por ejemplo esos que se dan con los sectores marginados y los que se dan con trabajadores en ejercicio de donde se sacan las experiencias exitosas, para introducirlas en las escuelas gradualmente y se hacen en la mayoría de los países en América Latina reformas. Hay unas reformas que comienzan a hacerse en América Latina formuladas desde CEPAL Unesco y es en 1956 que se formula la idea de escolarizar a todos, no estoy hablando aquí de educación sino de escolarización.

La idea de escolarización viene desde hace mucho rato porque es mucho más fácilmente gobernable una población escolarizada que aquella que no está, digamos en términos de dirección de las conductas, etc. Entonces, se agota la oferta. Y los estados eran los que ofertaban la educación, con excepción de Colombia donde el sector privado tenía mucha importancia y, también, algunos otros países de América Latina, pero básicamente ese proceso de calidad ligado a la calidad de los insumos está muy ligado a la inversión del estado.

Llega el agotamiento de eso y comienza todo lo que se denominó la década perdida, en donde lo que se perdió fue la ilusión de que la educación servía para el desarrollo, para la movilidad social. Se pusieron en cuestión, yo no digo que se haya debatido del todo, pero se puso en cuestión muchos de esos criterios. Entonces la apuesta ilusoria de la educación, ese proyecto conquistador se quiebra porque empieza a mostrar las grietas, por lo que los proyectos comienzan a reformularse por parte de los expertos. Todas esas cuestiones están siempre ligadas a un discurso experto.

Comienza a plantearse que el problema de la educación, digamos, de la calidad de la educación, ya no en términos de la inversión que se haga por parte del estado, etc., sino de los resultados del aprendizaje, y eso modifica radicalmente la cosa, porque pone el acento en eso. Entonces ya no sería solamente OTI, sino que además se acentúa ahí la evaluación con un principio que es este: “Todo lo que se evalúa mejora”, que en la educación es eso pan corriente, es digamos, el discurso de todo el mundo, de ministros, de maestros, de presidentes, políticos, todo el mundo. “Todo lo que se evalúa mejora”. Y lo que hay detrás de todo esto es un proceso de desplazamiento de los problemas propios de la educación y se acentúa, fundamentalmente esos procesos al incrementar la escolarización de la población.

Habría un tercer momento, y es muy esquemático este planteamiento, no lo puedo desarrollar con claridad. Es el que estaríamos viviendo en esta circunstancia, en el cual hay una transformación del aprendizaje, porque ya no sería un aprendizaje de conocimientos sino es el aprender a aprender. Y ahí hay una individualización del proceso. Entonces, lo que se necesita aquí ya no es administrar la educación porque la educación suponía procesos de escolarización, digamos en el período de los 60 para acá hasta el 90 y del 90 incluso hacia adelante hasta el 2000, más o menos. En Colombia hoy, muchos sectores, el 99% de las poblaciones están escolarizadas, y uno diría: bueno, ¿y? ¿Y si han mejorado otros niveles y si hay más democracia?

En ese entonces estaban los procesos de administración, administrar el currículo y al maestro se le puso, se le cosen los codos a ese papel, administrador de currículo. O sea, él no tenía que tener una relación con el conocimiento. Si tuvo alguna vez, pierde totalmente cualquier autonomía que pudo haberse pensado porque todo estaba escrito en el currículo y el no escogía nada, ni seleccionaba nada, ni tenía que desvenarse la cabeza, claro, para muchos maestros esto era mucho más fácil. Si pero, ¿a costa de qué? ¿Que perdida hay ahí? Digamos, es la pregunta que siempre me hago. En esos términos, en el término de perdida. Y no porque lo planteen en términos ni terroríficos, ni apocalíptico, ni entusiasmado. No, sino para mostrar que todas esas cosas están atravesadas por procesos históricos y que son más complejos de lo que parecen. Porque, además todos esos términos como te digo, de evaluación, de calidad, etc, etc., son invulnerables a cualquier crítica. Se establecen como un bunquer, se blindan, por lo que son conceptos muy difíciles de debatir.

Mi crítica: yo no me instalo dentro de esa lógica, y me salgo de la lógica esa, y lo pienso desde afuera para poder interrogar cuáles son sus efectos políticos, cuáles son sus efectos sociales, con respecto a varios sectores de la población.

L.B: Alberto, has planteado tres momentos de la calidad educativa, un primer momento inversión-insumo, un segundo momento que tiene que ver con la evaluación y los aprendizajes y un tercer momento de aprende a aprender, en el cual el docente administra currículo. Pero, ¿Es posible pensar en un nuevo momento esperanzador para el discurso de la calidad, es decir, hay oportunidad hoy en día, año 2014, para que el discurso de la calidad sea esperanzador?

A.M.B: Aclaración, el primero y el segundo momento, el maestro administra currículo. Ya hoy el currículo no interesa tanto, hoy es la evaluación y ya no es la evaluación del estudiante sino que el maestro es el evaluado. Entonces, lo que pasa es que el cambio de la administración educativa es a la gestión y eso implica una transformación importantísima, no es simplemente un cambio de nombres. En este último momento ya el acento no está puesto en el currículo. Hagan los currículos que quieran porque ahora el proceso es que aquí es donde llega la evaluación y allí es donde está el límite. Digamos que sería como el filtro, la rejilla por donde pasan quienes son los que pasan para acá.

Ahora respecto de la pregunta que tú haces, primero, yo hago, digamos el diagnóstico cultural en términos de los que dice “Nietzsche” el diagnóstico de lo está pasando. Y, no le quito al maestro la posibilidad que pueda conectarse con eso, digamos, no lo reemplaza en la lucha. Ni le digo que debe de hacer, en ese problema estamos todos. Yo también soy profesor. La universidad está invadida de esa lógica hoy, de la gestión, de la evaluación, de la acreditación. No te imaginas en Colombia, en esa parafernalia de la acreditación de la alta calidad al nivel en el que están hoy las universidades y otras no universidades que son instituciones de educación superior. Entre otras cosas, estoy investigando últimamente como las universidades han devenido en instituciones de educación superior, y lo que las diferencia es lo que ellas mismas denominan de alta calidad o de calidad media, etc. etc. Yo no me quiero meter en esa lógica pero lo que si planteo es: si la universidad es el lugar del pensamiento ¿cómo vamos a restar pensamiento ahí y como vamos a presentar unas propuestas ahí? No se trata de eso, se trata de poner esto en debate, en discusión. Llamar la atención sobre eso tiene que ver con nosotros, con nuestra vida, con nuestro trabajo, con nuestro modo de pensar, con nuestro modo de estar en el mundo, que me parece que es el trabajo de un intelectual por lo cual no estoy diciendo que yo lo sea.

L.B: Alberto, si tuvieras que sugerir medidas políticas, en materia educativa para transformar los sistemas educativos, ¿Cuáles serían esas prioridades en materia de política públicas hoy en día?

A.M.B: En este proceso que señalamos, se ha incrementado la investigación, pero se ha incrementado la investigación de esto que pueda ser productivo, de esto que solamente se investigan aquellos proceso que pueden orientar y gobernar la conducta de los demás, de los otros. Entonces, yo creo que ahí hay que hacer una diferencia fundamental de ese proceso que lo denominaría como ligado a estudios de mercados, lo identifico más como estudio de mercado a procesos investigativos. Para el caso de la educación en la universidad, se debería generar una forma de investigación que oculte sobre todo este proceso que ha pasado. Digamos, dotar de historicidad estas cosas que han pasado hoy y eso se hace, creo yo, utilizando como uno de los mecanismos la investigación.

Otro, es no destituir al maestro, es decir, no reducir todo el problema de investigación a las función docente, porque la función docente la cumplen muchos. Y la función docente la está cumpliendo hoy, todo esto que llamamos medios de expresión, el internet, la televisión, la radio. Entonces, son tantos los que ejercen la función docente que el docente puede ser cualquiera. Entonces, el problema no es por defecto, sino por exceso. Porque la docencia se ha reducido, digamos, como esa función.

No me atrevería a hablar con el término de recuperar, porque habríamos que recuperar mayor cosa, nada, casi. Volver al pasado, digamos como una ignorancia ilusoria, de algo que no existe. Pero pensaría que la institución educativa, que la escuela en términos generales se enfrentara a proceso que afirman trabajos del pensamiento. Yo digo de una manera ahí, incluso sin profundizarla mucho, dos cosas en particular: que no hay que ahorrar pensamiento, que lo que hay es que saber es derrochar pensamiento. Y yo creo que lo que está pasando ahora es una economía de pensamiento, una economía de pensamiento que va en detrimento del pensamiento y va evocando hacia el aprendizaje y el aprendizaje, más que el aprendizaje era aprender a aprender y en el aprender a aprender, se anticipa el poder.

El problema que tiene esas cosa del aprender, aprender es que anticipa a la acción para racionalizarla con anterioridad. Entonces, hay un mecanismo de control impresionante. El otro elemento que planteaba era, y esto digamos si es un poco tópico, pero de todos modos lo digo, es si la escuela sirve para enseñar al Quijote, vale la pena. ¿Por qué? Pues, porque el Quijote es la relación, digamos que con nuestra lengua materna.

Yo me acuerdo un texto de Nietzsche, siempre lo recuerdo, que se llama “sobre polveriti en nuestras escuelas” , en donde Nietzsche llama y clama por esa función de la gramática, por esa función de la lengua materna, por ese papel tan importante, por lo que él dice y es al nivel en el que ha llegado la cultura y yo podía compararlo por el nivel en el que ha llegado la educación, Nietzsche dice los dos peligros del nivel en el que se ha llevado la cultura, en el cual el estado tiene un papel importantísimo ahí, en la reducción de esos niveles. Uno de esos niveles, uno, lo ha convertido en un problema de especialistas, la cultura. Y la ha sesgado demasiado y otro a ampliado demasiado, la ha convertido en moneda de común circulación.

L.B: Alberto, ya para ir cerrando este primer contacto internacional, nos gustaría que le dirigieras un mensaje a los maestros, a las maestras, a los profesores y a las profesoras venezolanas y venezolanos que están debatiendo en sus aulas todo el tema de la calidad educativa como una oportunidad para transformar nuestros sistemas educativos. Ese mensaje desde Colombia para los maestros venezolanos

A.M.B: Yo me he vinculado aquí desde hace bastante tiempo al trabajo con los maestros y particularmente rescato una cosa que en Venezuela se intentó hacer o se hizo, en este momento no me acuerdo como se llama, pero yo fui invitado a San Cristóbal a participar en una de esas asambleas. En Colombia se inició en la década de los 80, en 1982, concretamente, de lo que se denominó el movimiento pedagógico de los maestros colombianos.

L.B: Congreso Binacional de Fronteras se denominó, que organizó FENATEV.

AMB: Ese movimiento pedagógico, fue para mí uno de los momentos más lúcidos de los maestros en el siglo 20, en el cual replantearon dos problemas fundamentales, primero, que eran portadores de un saber y que eran unos intelectuales, trabajadores de la cultura y no simplemente un trabajador del estado, no simplemente un empleado. Eso me parece ya bien importante porque los maestros comenzaron a preguntarse por sus problemas, iguales eran sus problemas. ¿Cómo enseño? ¿Qué enseño? ¿A qué niños enseño? ¿En qué condiciones? Es decir, no desplazar, no quitarles el trayecto de, no suprimirles el trayecto para facilitarles el trabajo porque me parece que hay que reducir la condición de maestros, cuando el maestro  seguía, cuando se establecía por la guía. La guía los guía, pero la guía los guía hasta donde los lleva la guía.

Eso facilita el trabajo pero también lo destituye el mundo de esa complejidad que hay ahí. Porque además tampoco puede pensar las complejidades que hay en el mundo. Las complejidades que implica su trabajo como un trabajo intelectual. Es que el maestro cuando enseña está en relación con conceptos, eso es lo que nos están quitando. Ahora otra cosa es que él no reconozca eso conceptos.

Bueno, el movimiento pedagógico que demoró unos 15 años más o menos y que tuvo muchas repercusiones importantes como los centros de investigaciones. Se crearon en todo el país, en todos los departamentos, se crearon comisiones pedagógicas por todas partes y eso concluyó en 1987, en el primer congreso nacional de pedagogía. Fue la recuperación, digamos de la pedagogía, de la discusión en torno a la pedagogía, sobre lo que nosotros en el grupo de historia de prácticas pedagógicas comenzamos a plantear que la pedagogía era el discurso, era el saber del maestro, a partir del cual se tomaba posiciones de sujeto.

Un segundo momento que también tiene que ver con eso, con el movimiento pedagógico, fue el de la expedición pedagógica tomado de la idea que en Colombia había llegado en el siglo XVIII algo que se llamó “cohhio” igual que en México, mandado por la corona española. Se refería a una expediciones que se llamaban “botánica” que en Colombia la coordino José Celestino Mutis , y cuya función era recopilar, identificar toda la riqueza de la naturaleza que la corona española había despreciado durante 200 años atrás. Entonces un poco con esa idea se planteó la expedición pedagógica, la idea de la expedición pedagógica no era un misión que llevaba la verdad, sino que iban a las escuelas de otros maestros, los maestros mismos, se iban en rutas, en senderos en donde iban identificando experiencias pedagógicas, lo que significa que en la formación del maestro y todo este proceso no se puede suprimir la experiencia. Entonces, hay que comenzar a expresar la experiencia y fue un trabajo colectivo.

L.B: Muchas gracias Alberto Martínez Boom, desde Bogotá, Colombia, quien estuvo conversando con nosotros en esta importante consulta sobre la calidad educativa.
Gracias Alberto

 Para oir y ver el video:

Producción de la Otra Mirada: Luis Bonilla Molina

Equipo de producción y post producción digital: Dilanci May Sierra

Transcripción de la entrevista: Ileana Lo Priore

Edición: María Magdalena Sarraute

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