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Venezuela: En 168 % se incrementó inversión en educación universitaria para 2016.

América del Sur/Venezuela/04.10.2016/Autor y Fuente:http://www.avn.info.ve/

Más de 190.000 millones de bolívares ha destinado el Ejecutivo nacional a la educación universitaria durante el 2016, cifra que representa un incremento del 168% frente al presupuesto invertido en 2015, informó este martes el ministro del Poder Popular de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, Jorge Arreaza.

«Hay que decir que en la fecha de hoy, para nuestras universidades públicas, el presidente Nicolás Maduro, en un año de dificultades económicas como este, le ha destinado 196.460 millones de bolívares a la educación universitaria. Comparemos esto con el año pasado, que en esta misma fecha el presupuesto destinado a las universidades fue de 73.369 millones», detalló el ministro en declaraciones transmitidas por Venezolana de Televisión tras una reunión con el Consejo Nacional de Universidades.

Arreaza informó que 122.929 bachilleres del país han ingresado a universidades públicas, nacionales y experimentales, mediante el Sistema Nacional de Ingreso, «sin necesidad de pasar por comités de bachilleres sin cupo ni por pruebas internas discriminatorias».

«Y viene un nuevo ingreso de más de 54.000 estudiantes que serán asignados para el primer periodo del año 2017», agregó.

El ministro señaló que, como parte de este encuentro con el Consejo Nacional de Universidades, se efectuaron reuniones con el Ministerio del Poder Popular para el Transporte Terrestre y Obras Públicas con el fin de concretar estrategias conjuntas para atender las necesidades de transporte de la comunidad universitaria en todo el país.

«Nos reunimos para armar una estrategia integral en el tema del transporte universitario, para estudiantes y para profesores, con la incorporación de rutas estudiantiles, y convocamos a los estudiantes del país a diseñar esas rutas. Igualmente vamos a atender la dotación de insumos de las unidades de transporte de nuestras universidades», detalló Arreaza.

En este sentido, el ministro indicó que este tema «ha sido asumido con responsabilidad por los rectores y rectoras de nuestras universidades».

Para el próximo lunes 3 de octubre -anunció Arreaza- se abrirá la convocatoria -a través del portal web del Ministerio para la Educación Universitaria- para un concurso de proyectos de investigación en el área de producción, basados en ejes temáticos vinculados con los diversos motores productivos de la Agenda Económica Bolivariana.

«Con esto convocamos a todos los investigadores, innovadores, innovadoras, e incluso tecnólogos y tecnólogas del país, para que se sumen a este proceso. Vamos a invertir en más de 250 proyectos de investigación, para los que el Presidente (Nicolás Maduro) ha aprobado más de 3.000 millones de bolívares», destacó.

El ministro Arreaza reiteró la disposición del Ejecutivo nacional para dialogar y buscar soluciones a las necesidades y demandas de las universidades públicas del país, y destacó que la educación universitaria en Venezuela «seguirá siendo gratuita, universal, democrática y de calidad».

Fuente: http://www.avn.info.ve/contenido/168-se-increment%C3%B3-inversi%C3%B3n-educaci%C3%B3n-universitaria-para-2016

Imagen: http://www.avn.info.ve/sites/default/files/imagecache/index4-nodos-video/fotografia/201609/_mg_75871363110298.jpg

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Libro: Hacia una pedagogía de la desneocolonización Luis Antonio Bigott

América del Sur/Venezuela/Octubre 2016/Reseña/

https://fondoeditorialipasme.files.wordpress.com

Reseña:

 

Las siguientes notas constituyen un conjunto de reflexiones iniciadas en los Congresos de Pedagogía celebrados en La Habana y sus derivaciones, impulsadas por la Asociación de Educadores de Latinoámerica y el Caribe (AELAC). Se suman a los mismos las propuestas realizadas al interiorde la Red de Organizaciones Afrovenezolanas en su extraordinario esfuerzode impulsar la educación interculturalEl período en el cual se configuraron las reflexiones se desarrolla entre 1991 y 2008. La primera reflexión se produce en el Encuentro Internacional de Educación promovido por la Asociación de Educadores de Latinoámericay el Caribe (AELAC), el 12 de mayo de 1991 en Caripe del Guácharo, Estado Monagas.

Señala que desea » expresar que el escribir sobre educación se ha vuelto para mí territorio difícil, me exige un esfuerzo de concentración imposible de mantener por largo tiempo. Cuando trabajaba sobre una superficie lingüísticamente plana, cuando dominaban en mí los intentos descriptivos, escribía mis libros en pocos meses. Ahora me toman bastante años de trabajo y el cansancio me obliga a interrumpirlos para caminar, mantener
una relación viva con los amigos que quiero, interesarme por otras áreas del saber desconocidas. Creo que cuando se domina una técnica o se ha llegado al fin de una experiencia hay que dejarlas para ir en busca de algo que se ignora. Todas las ideas, aún las más respetables, son monedas de dos caras y el educador que no logra advertirlo no trabajará nunca sobre la realidad sino sobre su fotografía.

Descargaraqui: bigott-luis-hacia-una-pedagogia-de-la-desneocolonizacion

Fuente:

https://fondoeditorialipasme.files.wordpress.com/2010/08/hacia-una-pedagogia-de-la-desneocolonizacion.pdf

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/zC8LIyr7OtDSbDGtMky34UcB0SpTzC0mH7InU5QTLo4xg4HkWu-kjLHq5pMj5izGGbGm=s85

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La brecha entre los títulos universitarios y las desigualdades

Por: Rose Mary Hernández Román

Cuando una familia inscribe su hijo o a su hija para iniciar el mundo de la educación, lo hace pensando en que esto le garantizará una mejor condición de vida. Hay padres que nunca más vuelven a la escuela o a los liceos, menos aún lo hacen a la universidad, les toca al pequeño aprender desde su propio ritmo o al ritmo de los demás, donde muchas veces, aunque parezca irónico, terminan siendo cercenados en su creatividad, puesto que son muchos los casos donde el maestro pide dibujar una flor, y la imaginación de los niños aflora distintas representaciones, más sin embargo, en la pizarra se deja apreciar la cotidianidad de una flor roja con un singular tallo verde, coartando habilidades que deben emerger desde el primer encuentro de aprender.

A pesar de estar incongruencias, así  transcurre el tiempo y la brecha entre los estudiantes y los títulos universitarios se van acercando, las ilusiones nunca desaparecen, las emociones recorren y se apoderan de los pensamientos, a tal punto, que cada quien se visualiza con ese especial momento, los padres se alegran y en medio de esfuerzos  acompañan al joven en tan distinguido acto académico.

Obtener un grado universitario es algo valioso, tanto que  si más gente fuera a la escuela, liceos y a la universidad, estarían mucho mejor, sin embargo, es difícil imaginar cómo el ayudar a que más graduados que obtengan un grado universitario pueda revertir el masivo incremento en la desigualdad de las pasadas décadas, que en su mayoría es resultado de las ganancias exorbitantes de los muy ricos. Estoy totalmente de acuerdo con mejorar la educación, que nuestros niños y niñas tengan mejores escuelas, que sean alimentados de forma debida, que las familias se incorporen en su responsabilidad escolar, que cada estudiante goce de los beneficios de una educación para todos y para todas.

Tratar el tema de la educación debe hacerse sin evasión. Hay que tener en cuenta la importancia de los maestros y de las maestras, mejorar sus condiciones de vida es también más que un reto un compromiso de cada gobernante, los ingresos o las ganancias de la gente con grados universitarios no pueden reducirse o desmejorarse con el cambio de quienes lideraran los poderes de cada país.

Cada día se aprecia como siguen creciendo los salarios de los trabajadores con las remuneraciones más altas, como los ejecutivos de corporativos, lo que marca una gran diferencia con la paga de un maestro que enseña en un pueblo, que incluso muchas veces debe trasladarse en bestias para poder llegar a sus salones de clase, para formar a los futuros médicos e ingenieros. Por lo que hablar acerca de niveles de ingreso económico en abstracto, sin considerar políticas específicas. Notablemente, se requieren de políticas redistributivas que reduzcan la desigualdad de todos modos, donde los pobres al igual que los maestros tengan oportunidades de encontrar empleos con pagos dignos, que garanticen una mejor vida familiar, poder suplir los gastos que les corresponden,  esto es una meta valiosa, sin confundirlo  con el más amplio objetivo de lograr una distribución de la riqueza más equitativa.

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Historicidad de los signos y símbolos comunicacionales

América del Sur/Venezuela/Octubre 2016/Nelly Blanco Uzcanga/

 

En la necesidad de interpretar y comprender un poco sobre la comunicación escrita,  se transita en la eterna aventura de los signos y símbolos comunicacionales, lo cual permite un conocimiento desde el mundo antiguo, tomando como referente algunos eruditos, estudiosos, pensadores, filósofos, teóricos de tal manera que,  al relacionar y comparar, respondan a las interrogantes: ¿cómo se produce las construcciones entre los sentidos y la escritura? ¿Qué sucede con razón y mente humana?, ¿cómo determinamos  el tiempo en la historia ?.

 Uno de los hábitos intelectuales vinculados con la escritura alfabética griega durante siglos, fue la escritura continua, es decir, sin espacios entre palabras, trayendo como consecuencia la hegemonía de lo visual sobre lo auditivo, y la simplificación del concepto de tiempo en Occidente, como tiempo lineal, y además uniforme, matemático, sucesivo y continuo.

El afán de racionalizar el tiempo y representarlo de esta manera, hicieron integrarlo en un movimiento globalizante, el de la razón y el progreso. En tal sentido, Foucault (1972) señala: La razón no puede apropiarse de lo que la desborda y la confinará siempre en límites estrechos.

En este sentido las construcciones del tiempo son construcciones sociales y provienen de discursos diferentes que irrumpen en ciertos periodos. En lo interno de esos discursos, enunciados y prácticas existen temporalidades construidas de tal o cual manera. Por tanto, hay formas de decir y de contar un acontecimiento, pero son diversas en función de los diferentes discursos.De allí surgen los sesgos a que ha sido sometido el tiempo en Occidente, como tiempo lineal y continúo.

El Esencialismo contempla las cosas no por lo que aparentan ser, sino por lo que se cree son en el fondo. Considera que tras todo lo existente hay una causa invisible, que ordena, alienta y vitalizar las formas que obran en el devenir físico.

En razón de este principio filosófico que estructura la vida intelectual de Occidente, el tiempo se asume como tiempo uniforme, y no adquiere así el sabor del acontecimiento, ni mucho menos es teñido por él. No sólo nos compete el tiempo del reloj hay además un tiempo emocional, inclusive, gobernado por nuestras pasiones, como constatamos a diario.

El encriptamiento de la escritura alfabética durante 1500 años o más, contribuyó al forjar el hábito del pensamiento causal. No obstante este fenómeno no es universal, abundan ejemplos que contrastan con esta idea, es el caso de la escritura ideográfico de los chinos que obliga a la recontextualización en el mundo del lector de los signos descontextualizados previamente por el autor.

En contrapartida a esta idea surge el estructuralismo, o si se quiere decir, el punto de vista holístico, rizomático Deleuze y Guattari (1972) , la hermenéutica y la desconstrucción, en sintonía con el arte, que propugnan alejarse de la concepción mecánica del intelecto.

Si el léxico de turno prefigura nuestra construcción de mundo, lo hace de manera interina, en la medida que las transformaciones sociales, la reflexión de los pensadores, la obra de los artistas, llevaría a la resignificación de las palabras, y en definitiva, el surgimiento de nuevos léxicos, en el marco de una dialéctica lenguaje-sociedad.

El mundo que reencuentran pensadores sería el mismo que habitan los poetas, en el que no hay universales sino diferencias, la conversación, la lectura, operan como provocación; mundo en el que el espacio no es uniforme ni el tiempo tampoco, y que, en definitiva, estaría regido por ontologías alternativas. Nietzsche ( 1975 ).

Historicity of signs and symbols communication
South América  / Venezuela/ October 2016 / Nelly BlancoUzcanga /

The need to interpret and understand a little about teaching – learning, it travels in the eternal adventure of signs and communication symbols, which allows a view or knowledge from the ancient world, taking as reference scholars, scholar, thinker, philosopher, theorists such that by relating and comparing respond to questions how the buildings between the senses and writing occurs? What about reason and human mind ?, how do we determine the time in history? . a little to approach states that:

 One of the intellectual habits linked with Greek alphabetic writing for centuries, was the continuous writing, ie, without spaces between words, bringing consequently the hegemony of the visual over the auditory, and simplifying the concept of time in the West, as linear, and also uniform, mathematician, successive and continuous time.

The desire to rationalize time and represent thus made integrate in a globalizing movement, reason and progress. In this sense, Foucault (1972) states: Reason can not appropriate what overflows and always be confined within narrow limits.

In this sense the constructions of time are social constructs and come from different speeches that burst in certain periods. Internally of these speeches, statements and practices are time frames constructed in such a way. Therefore, there are ways of saying and telling an event, but they are different depending on the different biases arise discursos.De there has been subjected to time in the West, as linear and continuous time.

Essentialism includes things not for what they seem, but what are believed in the background. He considers that all that exists there is an invisible cause, ordering, encourages and vitalize the forms that appear in the physical evolution.

Because of this philosophical principle that structures the intellectual life of the West, time is assumed as uniform time, and not acquired the taste of the event, much less is colored by it. Not only concerns us clock time there is also an emotional time, including, ruled by our passions, as we find daily.

The encryption of alphabetic writing for 1500 years or more, contributed to forge the habit of causal thinking. However this phenomenon is not universal, there are many examples which contradict this idea, it is the case of ideographic writing of the Chinese forces in the world recontextualisation reader decontextualized signs previously by the author.

In contrast to this idea structuralism arises, or if you want to say, the holistic point of view, rizomático Deleuze and Guattari (1972), hermeneutics and deconstruction, in line with art, advocating away from the mechanical conception of the intellect .

If the lexicon of turn prefigures our building world, it makes an interim basis, to the extent that social transformations, reflection of thinkers, the work of artists, lead to the redefinition of words, and ultimately, emergence of new lexicons, as part of a dialectic language and society.

The world thinkers would meet again inhabiting the same poets, in which there are no universal but differences, conversation, reading, operate as a provocation; world where space is neither uniform nor time either, and that, ultimately, would be governed by alternative ontologies. Nietzsche ( 1975).

Referencias

Deleuze, Gilles & Guattari, Félix (1972). Capitalisme et Schizophrénie 1. L’Anti-Œdipe. París

Foucault, Michel. (1972) El orden del discurso. Argentina. Buenos Aires.  Tusquets Editores.

Nietzsche F. la (  1975 ).La geneología de la moral. España.Madrid.

Fuente : Enviado por la autora.

Fuente Imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/6QjBc_3UqEBsRelbhtUeXfklVpV0MPafG25DvUmTzqWWP4-RSkUuBsCAfwIXzPCcWioY=s85

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Destacan diplomacia de Venezuela y Cuba en proceso de paz en Colombia

América del Sur/Venezuela/Octubre 2016/
http://www.prensa-latina.cu/
El excanciller venezolano Roy Chaderton destacó la nobleza diplomática de su país y Cuba en el proceso para pactar la paz en Colombia, donde el pueblo decide hoy en un plebiscito si se aprueba o no el acuerdo.
La actitud de los dos fue ejemplar desde todo punto de vista, una verdadera lección de diplomacia, aseguró durante el programa José Vicente Hoy, trasmitido por Televen.

Durante los Diálogos de Paz entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP), Cuba participó en condición de país garante junto a Noruega, y Venezuela lo hizo en calidad de observador, como Chile.

Las representaciones noruega y chilena igualmente mediaron de manera positiva, agregó el también exembajador en la Organización de Estados Americanos en la entrevista concedida al periodista José Vicente Rangel, quien fuera vicepresidente (2002-2007) y canciller de Venezuela (1999-2001).

Cuba entendió desde un principio su papel histórico de garantizar seguridad y confiabilidad en el proceso, acotó.

Para Chaderton, el proceso pacificador en Colombia ‘permitirá fortalecer las relaciones diplomáticas y la cooperación de Venezuela con este país hermano, a pesar de las diferencias’ políticas e ideológicas entre los dos Gobiernos.

Los Diálogos de Paz, dijo, tuvieron un momento decisivo en La Habana, a partir de la participación de las víctimas, quienes tuvieron la oportunidad de interactuar y confrontar sus experiencias.

Eso lo cambió todo, porque en medio de historias horrorosas, manifestaron su disposición a perdonar, afirmó.

El diplomático consideró ‘todavía muy largo el camino a la paz, porque aún persiste desconfianza acerca de la posibilidad de terminar definitivamente la guerra’.

Así, respondió a una pregunta acerca del protocolo de firma del Acuerdo para finiquitar la confrontación armada de 52 años, realizado el pasado 26 de septiembre en Cartagena, a donde viajó con la delegación venezolana.

La firma fue una fiesta llena de ilusiones, pero aún faltan muchos pasos para lograr la paz definitiva en Colombia, subrayó.

Asimismo, criticó al expresidente de esa nación Álvaro Uribe, porque ‘ha sido un factor perturbador en el proceso’.

Por otra parte, resaltó la labor del líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez (1954-2013), en su opinión ‘principal responsable del pacto por negociar de manera recta y sincera con las partes, incluso en momentos de diferencias entre Venezuela y Colombia’.

Santos continuó el esfuerzo de Chávez, al tratar con Nicolás Maduro como un verdadero estadista, al margen de las discrepancias en otros asuntos, declaró.

Felicito a los colombianos por entender que ‘los problemas de las naciones no se resuelven matando a los disidentes’, señaló.

ymr/ra

Fuente:
Fuente imagen:
https://lh3.googleusercontent.com/bSAVSfZouXkFQ1PJi4R4o6wDs-a8rD3o8rIdIZYYqgrGFKcouPCJNzJ1GDoGjxeoXk5c=s85
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Venezuela: Victoria de la diplomacia bolivariana en el Consejo de Derechos Humanos

América del Sur/Venezuela/Octubre 2016/Noticias/http://www.correodelorinoco.gob.ve/

La declaración que ha elaborado el Departamento de Estado de los Estados Unidos, y circulado la misión de Paraguay es una insólita manifestación de intervencionismo contra un país soberano.

Este acto inamistoso, contrario a los principios que deben guiar el comportamiento de todos los países en este Consejo, se inscribe en la escalada imperialista que pretende destruir la democracia venezolana y derrocar el Gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro Moros.

El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, renovó el Decreto Ejecutivo mediante el cual se declara a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria para ese país.

El imperio y sus lacayos alegan, falsamente, que en Venezuela podría haber una “crisis humanitaria”.

Y llama la atención que su declaración “alienta” a la Oficina del Alto Comisionado a la “pronta ejecución” de un programa de protección de la seguridad alimentaria y de salud en Venezuela, “coordinado por las Naciones Unidas”.

Y propone que se activen “mecanismos” del Sistema de Naciones Unidas para controlar los procesos económicos y sociales de la patria de Bolívar.

¡Qué casualidad!

El 22 de octubre de 2015 el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, general John Kelly, declaró a la cadena de noticias CNN que “(…) si hay un colapso de la economía al punto de necesitarse con urgencia alimentos, agua y medicinas, podríamos reaccionar”. El Pentágono estaría preparado para ejecutar una invasión militar contra Venezuela.

“Y lo haríamos solo si se nos pidiera desde organismos como la ONU y la OEA”, dijo Kelly.

Es indebido que los redactores de la intervencionista declaración hayan utilizado el Tema 10 de la Agenda de este Consejo, referido a la “asistencia técnica y fomento de la capacidad”, cuando este tema es para promover la cooperación técnica y fomentar la capacidad en el campo de los derechos humanos, con el concurso de los países que así lo requieran.

La declaración injerencista, en vez de fomentar la cooperación, fomenta la pugnacidad entre países.

No deberían tener cabida en este Consejo las iniciativas políticamente motivadas y claramente intervencionistas contra Estados soberanos.

RECHAZAR INSOLENCIAS IMPERIALES

Deploramos que algunos países hagan coro, bien por intereses geopolíticos, bien por desinformación, bien por servilismo, a este intento por desprestigiar nuestra democracia participativa y protagónica.

Rechazamos las pretensiones imperiales de socavar la estabilidad democrática y de destruir las conquistas alcanzadas por el pueblo venezolano, en el marco de la Revolución Bolivariana iniciada por el presidente Hugo Chávez Frías y continuada por el presidente Nicolás Maduro Moros.

Los patrocinantes de esa indigna declaración también piden a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos que analice “una propuesta de cooperación” para interferir en el diálogo político en Venezuela.

¡Qué insensata exhortación!

¿Es que no saben que el presidente Nicolás Maduro ha solicitado la facilitación de Unasur y de su secretario general, el expresidente Ernesto Samper, para que facilite el diálogo en Venezuela entre el Gobierno y la oposición?

¿Es que ignoran que el expresidente de Colombia ha designado como facilitadores del diálogo político, entre el Gobierno y la oposición, a los expresidentes de España, José Luis Rodríguez Zapatero; de República Dominicana, Leonel Fernández, y de Panamá, Martín Torrijos?

Sin duda, lo que persiguen el imperio y sus peones domésticos es sabotear el diálogo propuesto por el presidente Nicolás Maduro y el formato de facilitación que lleva adelante Unasur.

Los patrocinantes de la declaración intervencionista instan a Venezuela a aceptar la facilitación de la Santa Sede en el diálogo.

¿Es que acaso el Gobierno Bolivariano de Nicolás Maduro Moros se ha rehusado a aceptar el concurso del Vaticano? ¡Qué falsedad!

Cierto, el papa Francisco ha ofrecido sus buenos oficios para que avance el proceso de diálogo, y el presidente Maduro Moros los ha acogido con beneplácito.

DIÁLOGO: BANDERA DEL PRESIDENTE MADURO

El presidente Nicolás Maduro ha hecho reiterados llamados a todos los sectores nacionales para adelantar un diálogo amplio y sin exclusiones. Siempre ha fomentado el diálogo democrático. ¿Por qué se niegan sectores de la oposición antidemocrática a atender esos llamados?

El Presidente ha propuesto un diálogo para canalizar democráticamente las diferencias políticas y para superar las dificultades creadas por la guerra económica que lanzan contra Venezuela factores nacionales y foráneos vinculados a Estados Unidos.

Cínico es que el Gobierno de los Estados Unidos -redactor de la declaración que ha leído su lacayo, Paraguay- hable de violaciones a los derechos humanos en otros países en desarrollo.

¿Con qué moral un gobierno que ha cometido tantos actos barbáricos y criminales en el mundo -verbigracia Irak, Libia, Vietnam, Camboya, Panamá, Chile, Guatemala-, y cuyos responsables deberían ser enjuiciados por la Corte Penal Internacional, puesto que los crímenes de guerra y de lesa humanidad no prescriben, se atreve a hablar de respeto a los derechos humanos?

El Gobierno de Paraguay, que se ha prestado, indignamente, para circular en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU la infeliz declaración redactada por el Departamento de Estado contra Venezuela, está presidido por un condenado por la justicia de su país por delito de estafa. Ha sido señalado como el capo mayor de la mafia de contrabandistas de tabaco hacia Brasil.

Exhortamos en este Consejo a rechazar la utilización de los derechos humanos como instrumento para satanizar y desestabilizar gobiernos legítimos, que no se someten a los designios del imperio más sanguinario que conoce la historia de la humanidad.

PLENO RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS

La democracia participativa y protagónica de Venezuela ha ampliado -como nunca- el disfrute de los derechos humanos y, en consecuencia, los niveles de libertad, justicia, igualdad y solidaridad.

Venezuela impulsa una política internacional soberana e independiente que contribuye a la paz de las naciones, y fomenta la democratización de las relaciones internacionales.

En el marco de la Revolución Bolivariana se han producido históricas transformaciones que han elevado la calidad de vida de millones de personas.

La pobreza ha disminuido sustancialmente, la clase media se ha expandido. Las desigualdades se han reducido. La justicia social se ha universalizado. La democracia se ha vigorizado.

LA DIGNA VOZ DE LOS PUEBLOS

Los países en desarrollo, los países amantes de la paz, los países que creen en la soberanía y que adhieren los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas y defienden la importancia que tienen el diálogo y la cooperación entre las naciones que conforman el Consejo de Derechos Humanos, han elevado hoy su digna voz.

¡Han dado una gran lección a los intervencionistas y a sus lacayos!

¿Qué significado tiene el abrumador apoyo brindado a Venezuela por la mayoría de los países del mundo?

Las respuestas son esperanzadoras: la dignidad ha prevalecido frente al servilismo. La ética ha primado sobre la falacia. Y es que, a la postre, la verdad impera sobre la mentira”.

T/Especial para el Correo del Orinoco
F/Archivo

Fuente:

http://www.correodelorinoco.gob.ve/multipolaridad/victoria-diplomacia-bolivariana-consejo-derechos-humanos/

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El currículum como texto de la experiencia la calidad de la enseñanza a la del aprendizaje Gimeno Sacristan.

por: José Gimeno Sacristán

1 A veces hacemos de las cosas algo complicado para entender su obvia sencillez; en otros casos las hemos enmarañado tanto que hemos olvidado que eran realmente sencillas. Tenemos esta sensación al hablar del currículum.

Desde muy temprano en la historia de la escolarización se debió despertar la preocupación y el interés sobre si ir y el para qué ir a las escuelas en quienes valoraban la educación de los menores, jóvenes o adultos.

Trataban así de convertirla en un instrumento para lograr algún propósito, bien fuera garantizar un modelo de ciudadano, un tipo de creyente, el miembro fiel identificado con una patria, con una lengua y una cultura, un trabajador competente, un ser adornado de saberes o de competencias para pensar o, más ambiciosamente, hacer del ser inmaduro un tipo de persona modélico.

Con la educación se ejerce -o al menos así se cree- influencia sobre el desarrollo y la orientación que pueden tomar los individuos y la sociedad, lo cual no pasa inadvertido a quienes están interesados en producir, reproducir o cambiar un cierto orden político, económico, cultural, religioso, etc.

Aunque en su origen no tendrían nombre para ser identificadas, todas esas intenciones han dado lugar a formas de reproducir seres humanos concebidos como seres deseables desde alguna escala de valores.

La información, los valores y habilidades que adquieren los miembros de una organización social, grupo o institución no son neutros ni resultan indiferentes, pues tienen que ver con la cohesión, supervivencia y mantenimiento de la jerarquía. Reproducir ideas en otros, moldear sus comportamientos para ajustarlos a una norma, transmitir ideales, etc., son pulsiones básicas que los adultos ponen de manifiesto cuando tienen a su cargo seres «inmaduros».

Partiendo de esta premisa, consideramos que la educación, como hacer y saber hacer prácticos, se nutre de las aptitudes, maneras de hacer y pulsiones de los adultos para cuidar de los menores e imponerse ante ellos, no necesariamente de forma violenta.

El internado y la escolarización ofrecieron un marco propicio para inventar procedimientos para desarrollar técnicamente la pulsión de «modelar al otro», marcando las líneas y depurando las prácticas que configuraron con detalle la manera de entender para qué se iba a as escuelas y qué se tendría que hacer en ellas.

Entrelazada con la pulsión reproductora, existe otra que podemos llamar productora, que anima y justifica la pulsión para influir sobre los menores como forma de hacer crecer en ellos o de crear algo nuevo a partir de su naturaleza moldeable.

El platonismo entendía que se trataba de desarrollar los gérmenes que cada ser humano llevaba dentro; el ambientalismo y la ilustración consideraron que los estímulos que nos rodean forman el nutriente que construye al ser humano; es decir, son los materiales que hacen desarrollarse a las personas hacia iotas de mayor plenitud.

Las intenciones de quienes ejercen influencias sobre los menores para que en ellosn se refleje un determinado modelo de individuo, de formas de vivir y de estar en sociedad son variadas en la cultura y en cada ser humano, como variadas son las prácticas de socialización, conducción y trato a los menores. La educación real o la deseada son plurales pero la escuela es un aparato normalizador.

El conglomerado compuesto por las intenciones para querer influir en otros, los planes que tenemos para ellos, el modelo de ser humano que tratamos de reproducir o de producir conforman el sentido de las acciones educativas; delimitan el texto – el tejido, su entramado y los materiales que lo forman- que hemos creado y que vamos rehaciendo constantemente para educar, para guiar y dar contenido a la educación.

Ese texto es lo que hace que las acciones con las que influimos en los menores tengan una orientación y un contenido que las caracteriza y las hace peculiares. Esta orientación de la acción no siempre es explícita, ni siempre actuamos con conciencia de servir a su consecución, sobre todo cuando se convierte en rutinaria, pero existe.

Es el texto de la reproducción, que diría UNDGREN (1992) y de la producción, añadiremos nosotros. Es lo que llena un proyecto educativo -como intención- y lo que da sentido y llena sus prácticas: la realización. Ese texto es lo que nos guía, una primera concreción de la racionalidad educativa.

Pues bien, cuando nos referimos a las influencias que se ejercen en la escolaridad, a ese texto le hemos denominado técnicamente currículum: lo que contiene el proyecto en sí, los materiales de la reproducción-producción de seres humanos a través de la educación, así como la dirección para desarrollar dicho plan.

En la medida que el texto-currículum es explícito, podemos discutirlo, diseñarlo conscientemente, elegirlo, cambiarlo, comprobar cómo se realiza, etc., pero sin olvidar que hay un texto-tejido encarnado y siempre real en la acción, porque el sentido, la orientación y el contenido es inherente a toda acción humana. Para darle una expresión que distinga esta peculiaridad, hemos diferenciado 1 currículum implícito u oculto del explícito.

El texto que se va haciendo realidad n el desarrollo de las acciones de influir sobre los alumnos (término éste cuya raíz significa alimentarse), generalmente no puede ser reflejado de forma detallada en el texto explícito: en el que figura lo que deseamos que suceda y en el que amos por supuesto lo que está ocurriendo cuando las cosas discurren como estimamos que deben hacerlo.

Por lo cual, al hablar, discutir o tomar decisiones acerca de lo que queremos que figure en el mismo, difícilmente podemos contemplar todo lo que llena de significado a nuestras prácticas, ni podemos tener la pretensión de articular en dicho texto todos los contenidos de las acciones.

El texto explícito diríamos que es la expresión de una intención y del contenido; los logros de las acciones son la realidad, no pudiendo predecir el curso de la acción ni los posibles resultados de la misma sino a muy grandes rasgos. Ese texto es, a lo sumo, una especie de partitura que representa una música pero no es música. Debe ser traducida a práctica por ejecutantes y con instrumentos apropiados; la música que suene depende de ellos.

En definitiva, educar tiene una finalidad y de ese impulso normativo se deriva la necesidad de controlar la acción educativa, vigilando qué es lo que conseguimos con lo que hacemos, qué consecuencias tienen nuestras acciones sobre los seres en los que influimos, a qué conocimientos acceden los educandos y a cuáles no.

De lo que hasta aquí ha quedado dicho podemos extraer algunos principios paracontextualizar unas cuantas ideas acerca de cómo enfocar un pensamiento -una teoría- sobre el sentido del «objeto» currículum.

6.1. ¿Qué importa: el orden de las intenciones o el de los efectos? Toda acción de influir en los demás-y la educación lo es- tiene un sentido para quien la emprende. En caso contrario no es más que una rutina. La acción de influir enseñando provoca la producción y elaboración de un significado en quienes reciben las acciones de influencia.

Uno y otro -sentido para quien educa y significado construido para el educado- pueden estar vinculados entre sí por relaciones de causa y efecto, pero ambos aspectos pertenecen a órdenes distintos. Una cosa es la intención de quienes desean reproducir y producir y otra son los efectos (elaboraciones subjetivas en quienes reciben la influencia) en los receptores.

De ahí la radical imposibilidad de pretender que objetivos o fines de la educación y de la enseñanza se correspondan con resultados de aprendizaje totalmente simétricos. El currículum real como texto lo constituye la suma de los contenidos de las acciones que se emprenden con el ánimo de influir en los menores; lo que produzcan en los receptores o destinatarios (sus efectos) será como el poso que ha obtenido el lector, que es quien revive su sentido obteniendo un significado.

Es frecuente el suponer que intención y significado provocado coinciden o deben coincidir, pero la distancia inevitable entre la enseñanza y el aprendizaje es la que existe entre la intención de la acción de influir y su desarrollo. Así pues, tenemos el contenido de la influencia emprendida por el agente de la acción y su consiguiente puesta en práctica, por un lado, y los significados efectivos que logran los destinatarios, por otro.

Algunas derivaciones importantes se deducen de este postulado. La primera es que, si la influencia efectiva sobre los menores, convertidos en alumnos, es de una naturaleza distinta a lo que expresan las intenciones y el contenido de las acciones desde el punto de vista de quienes las emprenden, los resultados de la educación hay que verlos y analizarlos en el cómo se plasman (se reproducen y producen) sus efectos en los receptores del currículum.

Desde hace tiempo sabemos que el despliegue de los contenidos e intenciones de la enseñanza no lleva aparejado procesos exactamente simétricos de adquisición de aprendizajes. El punto de vista de una teoría del currículum (en el sentido no fuerte del término teoría), si se quiere apreciar lo que se consigue, tiene que desplazar el centro de gravedad de la enseñanza al aprendizaje, de los que enseñan a quienes aprenden, de lo que se pretende a lo que se logra en realidad, de las intenciones declaradas a los hechos logrados.

Es decir, hay que orientarse hacia la experiencia del aprendiz, provocarla, enriquecerla, depurarla, sistematizarla-como decía DEWEY (1960), sin dar por hecho que se iniciará por el desarrollo de la acción de la influencia. No es que haya que menospreciar o sustituir a la enseñanza y a los que enseñan como transmisores, sino que la validez de ésta encuentra su prueba de contraste y justificación en el aprendizaje.

Ésta es una formulación de uno de los principios de «la sospecha epistémica» en el pensamiento pedagógico: la enseñanza no equivale al aprendizaje, las tenciones no siempre se corresponden con las prácticas, lo que queremos o decimos que hacemos puede tener escaso reflejo en lo que en realidad hacemos.

El giro epistemológico hacia el alumno cuenta con una tradición larga en Enseñanza Primaria y mucho menor en la Secundaria, donde la lógica de la materia se impone hoy en día con facilidad a cualquier otra consideración. Incuso en ésta, el giro hacia el aprendizaje y el proceso de la construcción de significados se aprecia como una causa del deterioro de la calidad de la enseñanza por según sector del profesorado.

Parece como si todo lo que estamos acostumbrados a hacer se estuviera haciendo bien y no cupiera atisbar y ensayar otras posibilidades. Cuando se aprecian defectos en el sistema de enseñanza se achacan haberse dejado de hacer las cosas como «cuando se hacían bien».

Citar las necesidades de los alumnos es ceder el terreno para después lamentarse del declive de la enseñanza. Hoy y entre nosotros, es en el nivel de Secundaria donde más se identifica al «buen texto» del currículum con la buena práctica y los buenos resultados, mucho más de lo que ocurre en la Enseñanza Universitaria.

Cuando esa lógica falla, el motivo se busca en otra parte (en la familia, en el nivel anterior, en el alumno y en su falta de capacidad, o en el insuficiente esfuerzo), inca en el propio texto o en la acción de los agentes que lo desarrollan y educan. La contrarreforma del sistema de notación en las calificaciones, llevada a cabo en julio de 2003 por el Ministerio de Educación del gobierno central del Partido Popular, no siendo una medida con importantes consecuencias, denota el aro propósito de arrasar con cualquier rastro que suponga perder la hegemonía el texto, peligro que al parecer tenían las calificaciones como el «progresa adecuadamente», que aludían a procesos radicados en el sujeto que crece, y no a si omina o no el texto como algo sustantivo.

Incluso en la Universidad -lugar por excelencia donde nacieron, se formalizaron y se desarrollaron los formatos de los textos curriculares durante una larga adiciónse detectan ahora movimientos hacia una mayor valoración del poder regulador de las prescripciones escritas.

Con motivo de la convergencia que reclama la homologación de títulos según los acuerdos de Bolonia, empieza a hablarse de cambiar el interés que actualmente se concede a la organización Docente, las prácticas de enseñanzas de los profesores y los contenidos de los planes de estudio, por una mirada más atenta hacia cómo aprenden los alumnos, qué experiencias han de tener o qué competencias generales deberían adquirir.

En vez de preocuparse y obsesionarse por la calidad de la enseñanza, es preciso hablar más de la calidad del aprendizaje. En lugar de dejar que se imponga la idea del «profesor quemado» hay que contraponer la del alumno hastiado. Si consideramos lo que los alumnos sienten, según la encuesta que realizó UNICEF (1999) en América Latina, España y Portugal, es frecuente en los menores el sentimiento de infelicidad.

El 30% de los niños de América Latina y el 19% de los de la Península Ibérica no se sienten felices. En un 42% de los casos el rendimiento escolar es la causa de la insatisfacción. Cuando se les pregunta si harían comentarios desfavorables al director de la escuela: el 57% en América Latina y el 60% en la Península Ibérica tiene comentarios desfavorables que hacer a los directivos de su centro.

Los entrevistados manifiestan que es más fácil plantear problemas cuando existe proximidad y buena relación entre los profesores y los alumnos. El 70% de los menores hace comentarios desfavorables sobre los profesores en la Península Ibérica, porcentaje que desciende al 51 % para el caso de América Latina. Datos que vienen a decirnos que se produce una mayor insatisfacción entre los españoles y los portugueses respecto de la escuela. El informe de la UNICEF concluye con este comentario:

«A modo de conclusión -provisoria y tentativa- podemos decir que La voz de los niños es un instrumento decisivo en el intento de corregir una peligrosa asimetría que consiste en que, mientras aquéllos que se ocupan con seriedad de los temas de la infancia consideran cruciales los grandes problemas de la democracia, todavía son muy pocos aquéllos que se ocupan con profundidad de los temas de la democracia y, al mismo tiempo, otorgan a la infancia la importancia que merece.

La voz de los niños es una forma más de confirmar lo que ya muchos saben y repiten: que si la democracia es buena para los niños, los niños son buenos para la democracia». (Pág. 38.)

La mirada hacia el niño hizo que éste fuese un punto de referencia para el pensamiento educativo en general y para los enfoques curriculares en particular durante el siglo XX; la mirada hacia el aprendizaje es la síntesis de esa orientación y de la exigencia de una sociedad en la que el conocimiento desempeña un importante papel.

A la vista de las opiniones expresadas en las discusiones y tomas de posición en torno a la Ley de Calidad, tenemos motivos para creer en la pervivencia de algunos de los rasgos de las antropologías negativas que recelan de los menores y hasta suponen que la naturaleza de éstos tiene algo de perverso (GIMENO, 2003)

La desafección hacia la enseñanza por parte de muchos alumnos e incluso el fracaso escolar tienen que ver con el giro insuficiente hacia el aprendizaje y la desconsideración de quienes aprenden. El fracaso no es sino el reconocimiento de un desfase o falta de logro, desde el punto de vista de quienes emprenden las acciones educativas, entre el referente no cuestionable del «texto curricular» y los significados que demuestran haber adquirido los alumnos. Éstos son considerados como deficitarios, achacando la responsabilidad del déficit al destinatario de la enseñanza

6.2. No obstante, el texto del currículum tiene su valor. ¿Qué poner en él? El texto curricular no es la realidad de los efectos convertidos en significados aprendidos, pero es importante en la medida en que difunde los códigos acerca de lo que debe ser la cultura en las escuelas, haciéndolos públicos.

Este principio es válido cuando el texto que se propone es innovador, si bien hemos de moderar las expectativas infundadas de un cambio real a partir de hacer público el sentido de nuestro plan; también lo es cuando el texto es regresivo e involutivo. Toda propuesta de texto es traducida por los lectores.

Al interpretarla puede ser enriquecida y hasta subvertidas sus intenciones. Un texto regresivo ni siquiera dice a los «lectores» algo acerca de alguna «tierra prometida», sino que se limita a reafirmar la «tradición tradicional», valga la expresión, pues tradiciones también las hay de progreso.

6.2. No obstante, el texto del currículum tiene su valor. ¿Qué poner en él? El texto curricular no es la realidad de los efectos convertidos en significados aprendidos, pero es importante en la medida en que difunde los códigos acerca de lo que debe ser la cultura en las escuelas, haciéndolos públicos.

Este principio es válido cuando el texto que se propone es innovador, si bien hemos de moderar las expectativas infundadas de un cambio real a partir de hacer público el sentido de nuestro plan; también lo es cuando el texto es regresivo e involutivo. Toda propuesta de texto es traducida por los lectores. Al interpretarla puede ser enriquecida y hasta subvertidas sus intenciones.

Un texto regresivo ni siquiera dice a los «lectores» algo acerca de alguna «tierra prometida», sino que se limita a reafirmar la «tradición tradicional», valga la expresión, pues tradiciones también las hay de progreso.

Refiriéndonos a los textos del currículum, hemos de partir de la idea de que no constituyen en sí mismos la tierra prometida, pero puede ser un mapa mejor o peor para ponerse a caminar en su búsqueda. El problema está en ser conscientes acerca de su valor operativo limitado, por aquello de que la buena partitura no es exactamente la música, ni el mapa es el terreno.

Es útil cuando el texto que codifica la música lo toman buenos músicos y existen buenos instrumentos. demasiado énfasis en el texto y no prestar atención a las condiciones y agentes de la ejecución es desnaturalizar el valor y poder del texto; es pensar que más que de una partitura -siguiendo con la metáfora- se trata de las fichas perforadas del organillo en el que el ejecutante, con vueltas de manivela regulares, las convierte mecánicamente en melodías

Entonces, admitiendo la importancia de disponer de un buen texto curricular, hay que entender que existe una separación, por las razones ya comentadas, entre la prescripción de contenidos en el mismo y su organización pedagógica para provocar la experiencia de la que se extraerán los significados. Es a los profesores y a la confección de materiales a quienes corresponde provocarla.

Determinar las competencias de los agentes que elaboran y desarrollan los textos curriculares no es sólo una manera de señalar a quienes tienen el poder de hacerlo, sino de aclarar las responsabilidades de cada cual. Dejemos de ver en las propuestas que da a conocer la burocracia de las administraciones la fuente de nuestras desdichas o el bastón imprescindible para caminar como si fuésemos desvalidos.

Las administraciones, con las consultas que estimen oportunas, el diálogo y los debates públicos que se crean necesarios, en sus prescripciones no pueden ir más allá de crear un buen texto; sería inútil pretender otra cosa.

En vez de pasar a ser agencia de su desarrollo, tendrían que crear condiciones y proporcionar medios, pero no suplir las funciones de los intérpretes, más allá de ilustrar con ejemplos convincentes las novedades del texto.

Creemos que en esencia ese texto debe contener una valoraciónde la cultura como fuente de la experiencia y de los significados del aprendizaje que se va a obtener.

Es preciso valorar muy positivamente la función de la escolaridad como fuente de cultura que se transformará en conocimiento, en saberes que han de convertirse en capacidades, habilidades, modos de pensar e interpretar el mundo, en formas de expresarse y de ser. Una orientación que se opone tanto a la visión -que considera que el presunto valor potencial de los contenidos justifica per se su exigencia a los alumnos, independientemente de cómo sean asimilados-, como a la romántica idea de que el alumno es un ser que se autodesarrolla nutriéndose espontáneamente de los estímulos externos.

La racionalidad pedagógica radica en el dominio de las claves para que, partiendo de una selección relevante del saber o de la cultura, ésta sea incorporada significativamente por el aprendiz con métodos razonables y motivadamente. La mirada pedagógica filtra y traduce contenidos, no prescinde de ellos.

Es preciso dejar claro que los objetivos educativos respecto de los contenidos no pueden circunscribirse a los marcos establecidos por las tradiciones de las asignaturas, formas éstas que son el resultado de unas tradiciones que pueden y deben cambiarse.

6.2.1. «Textos» de contenidos de la educación y del currículum Cuando las consideraciones que hacemos sobre el texto curricular y la tarea de confeccionarlo e implantarlo se imponen sobre el significado de los aprendizajes – habiendo perdido aquél el carácter general de ser un texto de la educación, -, estamos de alguna manera asistiendo a la pérdida del papel del sujeto como referente esencial en la educación y de la enseñanza, a favor del utilitarismo alicorto, de la profesionalización de los currícula y del dominio del mercado sobre los valores desinteresados del humanismo y del aprender por el querer saber.

Hemos concedido a la educación la posibilidad de que sirva para desarrollar al ser humano como individuo y como ciudadano, y a su mente, su cuerpo y su sensibilidad. Se requiere, pues, de un texto y de una acción holísticos, de amplia cobertura, que se desarrollen en las escuelas.

La esperanza de que así mejore la dignidad humana hace de la educación un bien moralmente deseable y un derecho de todos los individuos. Hay que evitar la sinécdoque de hacer de la enseñanza de contenidos la única meta de las escuelas y el que los docentes se perciban a sí mismos, en tanto que profesionales, como enseñantes del texto curricular y, por ser eso y sólo por ello, se sienten educadores y no al revés: sentirse docentes en tanto se consideran y son educadores.

Es necesario partir del principio de que los fines, y por tanto las funciones de la educación escolarizada, son más amplios que aquello que normalmente se reconoce como contenidos del currículum. Esta observación sirve para no perder de vista aspectos esenciales por los que hay que velar en los centros y en las aulas. El currículum contiene un proyecto educativo al servicio del cual se ponen las asignaturas y el trabajo de los profesores y profesoras.

En la aplicación de la LOGSE se distinguió el proyecto curricular de¡ proyecto educativo, denominación ésta que se venía utilizando anteriormente y que no gozaba de las simpatías de la izquierda, que veía en esa expresión la significación impuesta por los centros privados para singularizarse, al margen del sistema público. La investigación educativa acerca de las «escuelas eficaces» o «centros de calidad», como ahora los denominan, vino a decirnos que los centros que trabajan de acuerdo con un proyecto educativo (que no es lo mismo que decir que se tiene un proyecto o que burocráticamente se exige tenerlo) no sólo generan más satisfacción, sino que son más eficaces en el logro de resultados académicos, que son productos del desarrollo del currículum.

Contemplar la posibilidad de un proyecto curricular al margen de otro educativo fue un tecnicismo innecesario que, además de confundir, separando lo que va y debe ir unido, conduce a que el currículum se entienda al margen de «lo educativo», lo que viene a interpretarse, en definitiva, como una reducción de la educación a la enseñanza de las materias o asignaturas.

El currículum no puede dejar de pretender en su desarrollo práctico -no sólo figurar en el texto- el logro, al menos, de los fines de carácter educativo que citaremos a continuación, aunque los resultados que consigamos persiguiéndolos no sean cuantificables para los tecnocráticos analistas de la calidad. Consideramos que estos fines constituyen derechos del alumnado, y como tales se convierten en obligaciones para profesores encerrados en su asignatura:

• Ensanchar las posibilidades y referentes vitales de los individuos, partan éstos de donde partan. Crecer y abrirse a mundos de referencia más amplios es una posibilidad para todos, aunque lo sea de manera distinta y en desigual medida.

• Hacer de los menores ciudadanos solidarios, colaboradores y responsables, provocando el que tengan las experiencias adecuadas, siendo reconocidos como tales ciudadanos mientras se educan.

• Fundamentar en ellos actitudes de tolerancia en el estudio de las materias mismas, lo que implica la transformación de éstas.

Afianzar en el alumno principios de racionalidad en la percepción del mundo, en sus relaciones con los demás y en sus actuaciones.

• Hacerle consciente de la complejidad del mundo, de su diversidad y de la relatividad de la propia cultura, sin renunciar a valorarla también como «suya»; la de cada grupo, cultura, país, modo de vida…

• Capacitarlo para la deliberación democrática.

De esta forma queda clara la distancia semántica entre la carga transformadora que este abanico de propósitos supone y el haber reducido la educación a la escolaridad preocupada por un éxito escolar, lo cual genera todo un «abismo teleológico» que empobrece la idea de la educación.

6.2.2. Los contenidos no son metas, sino materiales para hacer competentes a quienes aprenden

El contenido no es algo que se absorbe, como un tejido hace con el agua, y que se puede volver a recuperar oprimiéndolo o que, simplemente, se evapora dejando incólume su capacidad de absorción, sino que educativamente es algo valioso en tanto se absorbe y se convierte en tejido.

Lo importante es, pues, la cualidad o la competencia de la que dota al aprendiz. No se trata de sustituir los contenidos por los procesos, como a veces se ha dicho, o por la nada y el vacío cultural, como les gusta decir a algunos críticos del sistema educativo actual y defensores añorantes de un pasado que nunca existió o que, de haber existido, sería de unos pocos.

Con el término competencia queremos significar, no tanto el ser buen conocedor de una técnica, una disciplina o un arte, sino que le damos el sentido de tener aptitud. Aunque el término está muy viciado por el uso que se ha hecho de él en el contexto de la formación profesional, al aludir a la adquisición de destrezas prácticas, y por su aplicación al análisis de tareas de puestos de trabajo, en algunos ámbitos se rescata su uso para señalar con otra denominación a las capacidades generales.

En el seno de la Unión Europea (EURYDICE, 2002) se esta desarrollando una iniciativa de convergencia tendente a homologar los sistemas educativos en torno a una relación de competencias básicas u objetivos estratégicos, reclamadas por el proceso de globalización y sus manifestaciones en los ámbitos cultural, político, económico y medioambiental.

Reconociendo el papel que desempeña el conocimiento en el desarrollo económico, en la prosperidad cultural y en la satisfacción personal, y teniendo en cuenta la necesidad de transferir el conocimiento relevante a competencias básicas que faciliten la rápida adaptación a un mundo cambiante, se aprecia la urgencia de determinar cómo debe estar capacitado el adulto del futuro para un proceso de educación permanente y qué ha de hacer la educación para lograrlo.

Para transformar los contenidos en nutrientes de las capacidades se requeriría que en el texto curricular se seleccionaran contenidos relevantes y se articularan según, al menos, los siguientes principios que los harían más educativos: a) Consideración amplia de los contenidos esenciales y relevantes de los diferentes campos culturales del saber, la tecnología, las artes y las formas de expresión y comunicación. b) Considerar las materias en la medida de lo posible como territorios con- 9 trovertidos. c) Establecer las conexiones interdisciplinares posibles entre las áreas y asignaturas: para comprender mejor la realidad, la existencia de interacciones entre las dimensiones de la experiencia humana, aplicar el conocimiento a la resolución de problemas, explicitar conexiones en la génesis histórica de los diferentes campos del saber, descubrir interdependencias epistémicas y metodológicas, etc. d) Desarrollar competencias transversales, como la lectura, los hábitos de trabajo, etc. En todas las áreas se debe leer e interpretar textos. Además debería cultivarse la lectura no sometida al estudio y al trabajo en tareas académicas. Cada día se debería leer algo «por leer», a elegir libremente por el estudiante y sin más evaluación que la comprobación de haberlo realizado o no. e) Que capaciten para el conocimiento y análisis de las variadas actividades humanas y modos de vida, f) Concienciación sobre temas y problemas que afectan a todos en un mundo globalizado: el orden mundial, el hambre, agotamiento de los recursos, la superpoblación, la contaminación, la desigualdad, la emigración,… g) Adoptar una perspectiva pluricultural en todos los contenidos cuando sea posible, para transmitir un sentido de la cultura como crisol mestizo de múltiples aportaciones y concienciar acerca de la diversidad humana, base del respeto y tolerancia a las diferencias. h) Analizar y valorar las contribuciones más señaladas al progreso humano, desde la vela, al teléfono móvil, la imprenta, la aspirina, la penicilina… la bóveda, la democracia. i) Extraer de la narrativa acerca de la ciudadanía en democracia contenidos y directrices para cualquier asignatura, para cualquier profesor y para cada acción.

6.3. A cada cual lo que le es posible y le corresponde, de cada cual según su responsabilidad Diseñar los textos curriculares y desarrollarlos compete a diversos agentes en nuestro mapa político y de acuerdo con una larga tradición que no se ha modificado en sus líneas generales, aunque sí ha experimentado cambios importantes.

En España, como en otros muchos países, los primeros y más visibles redactores del texto curricular son las administraciones con sus aparatos burocráticos, técnicos y expertos. Las administraciones educativas, por su parte, se debaten en un mar de contradicciones y de conflictos en los temas curriculares, pero su acción no deja de traslucir el hecho de que contamos con una tradición de control e intervencionismo burocráticos basados en la regulación del sistema educativo centrado más en los procesos (en el qué se hace) y no en los resultados (el qué se consigue), lo cual ha fomentado una notable proclividad a regular el «texto curricular” y su desarrollo, despreocupándose, por ejemplo, de las desigualdades que los resultados muestran y de las arbitrariedades que se esconden debajo de algunas diferencias en los rendimientos académicos.

En su afán de condicionar lo que se hace, se llega a concretar, por ejemplo, qué autor y qué lectura han de realizar los estudiantes en una determinada asignatura. 10 Controlar los contenidos del texto curricular que los menores van a tener que aprender en las aulas constituye un ejemplo de un poder cuyo ejercicio puede justificarse por razones que aluden a motivos, por lo general bienintencionados y confesables [como puede ser proporcionar conocimientos indispensables, ofrecer una formación adecuada, defender a los alumnos -como decía STENHOUSE (1984)- de los malos profesores, garantizar la continuidad de una cultura, etc.. Pero dicha intervención puede pretenderse y realizarse también por otras razones menos confesables o no explícitas (caso del querer mantener el apoyo a unas creencias religiosas, sostener un determinado orden moral y político, asegurar la presencia de contenidos pertenecientes a una determinada corporación académica o profesional, etc.).

El simple hecho de que en el tiempo de la escolaridad no puede aprenderse todo lo que merece la pena o se considera importante para ser adquirido, obliga a una selección que alguien tiene que hacer con algún criterio. ¿A quiénes corresponde hacerlo y con qué criterio? Todo sistema o red de difusión del conocimiento y saber almacenados que la humanidad ha descubierto y puesto en funcionamiento -ahora se dice de la información- ha contado con sus mediadores y mecanismos de control entre el saber depositado y los posibles destinatarios, dando lugar al establecimiento y puesta en funcionamiento de los correspondientes mecanismos de vigilancia y hasta de censura.

Esto ocurre en las relaciones interpersonales entre adultos y menores, en tanto son un medio de transmisión, que se rigen por criterios y valores que varían de unas culturas a otras y entre clases sociales.

Apenas llegada la imprenta a España, en 1502, los Reyes Católicos promulgaron una pragmática en Toledo según la cual se prohibía imprimir y vender libros sin licencia de los residentes de chancillerías u obispos.

El nuevo invento constituía un instrumento poderoso de difusión de temas y a públicos que desde sus inicios preocuparon a quienes habían tenido el control del pensamiento depositado en la escritura. Se inauguraba en España la censura de lo publicado (lo que es accesible al público), que con tanta dedicación ejerció el Santo Oficio condenando a muerte a los impresores y libreros que vulnerasen ese mandato.

Un edicto imperial de Carlos V ordenó que todos los libros de Lutero y sus adeptos fuesen retirados de su circulación y quemados públicamente. Añadía que quien imprimiere o distribuyere libros heréticos seria tenido por reo de traición.

No se publicaría nada sin la censura eclesiástica ejercida por censores nombrados por las autoridades del Imperio, requiriéndose el nombre y dirección del impresor, al que se le exigía licencia imperial. Se obligó a los libreros a exhibir en sus tiendas una lista de todos los libros prohibidos, así como disponer de un catálogo de cuantos libros almacenaban.

La Iglesia católica en nuestro país ejerció la potestad de vigilar la edición de libros escolares hasta, aproximadamente la mitad del siglo XX, cuya publicación requería de la obtención previa del Nihil obstat, imprimatur (que significa: «No hay inconveniente, imprímase»).

Los revolucionarios franceses pronto se dieron cuenta de que con la fácil tirada de panfletos y pasquines cualquiera podía comunicar sus ideas políticas y «traicionar» la verdad revolucionaria. Estos precedentes de formas duras de control se ejercieron durante el franquismo en la regulación de los libros de texto, aunque su mentalidad intervencionista secularizada y suavizada se ha mantenido hasta prácticamente nuestros días. Un 11 decreto publicado en 1974 establecía que: «La utilización de libros y en general de todo material didáctico destinado a cualquier área o actividad de la Educación Preescolar, General Básica, Formación Profesional de primero y segundo grados y Bachillerato, requerirá, en cuanto a contenido y precio, la autorización del Ministerio de Educación y Ciencia». (BOE de 13-IX-1974.) La Orden Ministerial del mismo año especificaba el listado de material objeto de esta autorización preceptiva para poder ser utilizado: Guías didácticas del profesor, libros del alumno, libros de biblioteca de aula, así como cualquier otro material escolar que, sin corresponder a ninguno de los grupos precedentes, fuera requerido por la labor docente, tales como colecciones de láminas o modelos, diccionarios, atlas, material de paso para medios audiovisuales y otro material científico» (BOE de 16-XII-74). En 1992 el Ministerio de Educación del gobierno socialista abordó la reforma de esta legislación, obsesionada con la vigilancia de lo que pueden leer los estudiantes, y orientó el control más claramente hacia los aspectos pedagógicos de los procesos de enseñanza, dando profusas directrices que recogieron los currícula promulgados: «Los proyectos editoriales -estipula el decreto regulador- aportarán de forma explícita la organización y distribución de los objetivos, contenidos y criterios de evaluación, así como los métodos pedagógicos pertinentes contemplados en los reales decretos que establecen el currículum de las correspondientes enseñanzas. Asimismo, el tratamiento de los contenidos atenderá a la distinción de conceptos, procedimientos y actitudes sobre la que se organiza el currículum».

Se reconoce una mayor autonomía a las editoriales y a los profesores para confeccionar sus propios materiales utilizados en su enseñanza, por el sencillo mecanismo de que el trámite de aprobación que venía siendo aplicado entiende que la vigilancia ministerial no puede alcanzar a todo escrito que puede entrar en las aulas [«Lo dispuesto en el presente real decreto -dice la norma-, (…) no será de aplicación a la producción editorial que profesores y alumnos utilicen como material de apoyo y que no esté destinada de manera especifica al desarrollo de una determinada materia o área del currículum»].

Dada la tradición que tenemos en política del currículum, creo que es conveniente recordar la prevención de «no hacer pedagogía con el Boletín Oficial» desde las administraciones, no intervenir en el diseño más allá de lo estrictamente necesario y propio de su responsabilidad y no poner vallas inútiles a la información hoy.

Hacerlo es ineficaz, limita a los profesores y los desposee de la responsabilidad de su propia práctica, oficializa modas efímeras, crea inseguridad, con fusión, etc. Esa tentación es tanto más poderosa por cuanto los administradores ocupados en estos temas suelen ser profesores.

El papel de las administraciones es el de regular, facilitar, evaluar y mediar entre el sistema escolar y los agentes que crean conocimiento y cultura en general, res- 12 pondiendo a las necesidades de la sociedad y del bien común, como garantía de protección de la racionalidad científica, de aprecio del legado cultural, de la igualdad, la no discriminación, la autonomía de profesores, la libertad de pensamiento de los estudiantes y la convivencia democrática, en un mundo que requiere de esquemas complejos y cambiantes para comprenderlo y actuar en él responsablemente.

A la administración le corresponden las funciones de regulación de mínimos, la provisión de los medios oportunos, la formación del profesorado y el control de la política desarrollada.

Las orientaciones científicas y técnicopedagógicas deben quedar para el diálogo dentro de «la sociedad civil» relacionada con la educación: profesorado, especialistas, intelectuales, técnicos y representaciones de madres y padres y de otras instancias sociales.

6.4. Nuestro particular «vademécum4 «para el currículum. Principios para la traducción pedagógica del texto en prácticas En el desarrollo del currículum la pedagogía desempeña el papel de proveedora de principios orientadores de la práctica, traduciendo los contenidos en función de finalidades generales según las peculiaridades de los sujetos.

No son criterios autónomos, sino principios para transformar la cultura relevante seleccionada en aprendizaje significativo. Tienen que aplicarse en situaciones concretas, razón por la que resulta difícil entender su operatividad sin ejemplificarlos. Por eso, entre otras razones, no pueden ser regulados en el currículum prescrito para todos, ya que operan en lo que denominamos como currículum en acción.

Nos parecen interesantes las siguientes sugerencias: a) Aprovechar las variadas fuentes de información, cultura y estudio que ofrece la sociedad del conocimiento: escritos, imagen, sonido, … para salir de las limitaciones del libro de texto. b) Considerar la vida cotidiana y los recursos del medio cercano para relacionar la experiencia del sujeto con los aprendizajes escolares sin caer en localismos alicortos. c) Organizar globalizadamente los contenidos en unidades complejas que exijan la coordinación de profesores e incluso la «docencia en equipo». Además de las conexiones interdisciplinares de contenidos, se pueden juntar actividades y medios en unidades temáticas de una cierta complejidad y duración en su desarrollo. d) Estimular y ejercitar las variadas formas de expresión en las realizaciones o trabajos de los alumnos. e) Motivar hacia los contenidos y actividades no es algo que se pueda dar por supuesto, ni surge normalmente de forma espontánea, hay que provocarlo con una enseñanza interesante. Es preciso buscar y promover las motivaciones permanentes hacia el aprendizaje y las actitudes positivas hacia la cultura, como forma de enseñar a aprender y a querer aprender. f) Explotar todos los tipos de aprendizaje posibles en cada unidad: conocimientos, habilidades, hábitos, adquisición de actitudes y valores… g) Cultivar las virtudes o hábitos intelectuales como la apertura, fundamentar la opinión, contraste dialogado de opiniones, empeño en la búsqueda de la verdad, provisionalidad y relatividad del saber que se reconstruye constantemente. h) Ejercitar virtudes sociales como la tolerancia, cooperación, ayuda… 13 i) Atención a necesidades de compensación inmediata y como estrategia de vigilancia continua: evitar lagunas, reforzar competencias básicas… j) Reconocer y estimular los valores, opiniones y manifestaciones de la individualidad y la autonomía de las personas menores, dentro de un orden presidido por el respeto a los demás y a la necesidad de un ambiente de trabajo productivo y motivador. k) Dar continuidad curricular a lo largo de períodos, ciclos y grados, así como respeto a la progresividad de los niveles de exigencia, de acuerdo con las necesidades individuales. l) Los centros educativos no son los únicos recintos donde se conecta con la cultura o la información aprovechable en el desarrollo del currículum.

Hasta aquí hemos repasado algunos temas sin la pretensión de configurar teoría comprensiva alguna del currículum. Tampoco hemos explicitado muchas ideas que no hayamos manifestado en algún otro lugar con anterioridad. Valga lo dicho como notas para el recuerdo de problemas que consideramos importantes y que pueden incitar a la discusión.

Para descargar :

 http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Argentina/lpp/20100324015502/5.pdf

Fuente:

http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Argentina/lpp/20100324015502/5.pdf

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