Page 7 of 402
1 5 6 7 8 9 402

FVM: Los maestros y padres son quienes financian la educación venezolana

Por: Albany Andara Meza

Gremios docentes denunciaron que el primer lapso del año escolar 2023 – 2024registra los mismos problemas que el período anterior mientras el Estado sigue ignorando la crisis educativa a pesar de las protestas de los maestros. Ausentismo escolar, planteles en ruinas y una educación deficiente es lo que ha caracterizado los dos últimos meses de clases.

Carmen Teresa Márquez, presidenta de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), reportó que las escuelas se han visto obligadas a solicitar recursos a los representantes para poder impartir clases. Desde papel hasta productos de limpieza, las maestras piden a los padres llevar lo que esté a su alcance porque el Estado no dota a los centros educativos con lo que necesitan.

“Los padres y los maestros son los que están financiando la educación venezolana. Ellos son los que están colaborando con las escuelas. El gobierno no dota a las escuelas con insumos. Muchos padres arreglan pupitres, llevan marcadores, cambian bombillos”, indicó Márquez a Efecto Cocuyo.

Añadió que la situación se agudiza en entidades del interior del país, especialmente en Zulia y Apure. Recientemente, usuarios en redes sociales se quejan de que deben llevar productos para limpiar los planteles en Lara.

En Caracas, la recién clausurada Simón Rodríguez, de Los Ruices, pidió una colaboración de 15 dólares a inicios de año para poder arreglar algunas filtraciones. Representantes informaron que aquellos que no contribuyeron de forma monetaria acudieron a prestar apoyo logístico en el preescolar, que cerró el 23 de octubre por orden del Distrito Escolar.

“Los padres y representantes son los que han limpiado, los que se ayudan a comprar una pintura, porque aunque han llegado ciertos materiales del Estado, no cubre ni siquiera el 50 % para arreglar el plantel”, afirmó Raquel Figueroa, vocera del Colegio de Profesores y sindicalista.

Las maestras trabajan con sus recursos

Figueroa insistió en que Venezuela se ha vuelto un Estado societario, en el que el gobierno le transfiere a la sociedad la responsabilidad de gestionar.

Recordó que las maestras trabajan con insumos pedagógicos que costean con su propio dinero. Actualmente el sueldo de un docente venezolano oscila entre seis y veinte dólares mensuales y un solo marcador de pizarra tiene un precio base de 50 centavos de dólar. En este contexto, docentes utilizan libros, lápices, pinturas y otros recursos que llevan de sus casas o reciclan de periodos anteriores.

“Yo llevo las cosas que voy a utilizar en clases y los chamos tienen sus útiles, algunos se los comparten porque no todos los representantes tienen la posibilidad de costear la lista entera. Los recursos didácticos son fundamentales, la gente se olvida de eso. ¿Cómo aprende un niño pequeño en sus primeras etapas si no es con herramientas didácticas?”, contó Miriam Gómez, profesora en la parroquia Petare.

Por otro lado, Figueroa indicó que, en medio de la crisis, uno de los principales problemas a resolver este período académico es el deficiente Plan de Alimentación Escolar (PAE).

Nelson Romero, presidente de Sinvema de Trujillo, al occidente de Venezuela, alertó el 21 de octubre que 78 % de las escuelas de la entidad no recibe insumos para preparar almuerzos.

“Hay profesores que les dan de sus almuerzos o desayunos a los niños, incluso. Es una realidad lamentable”, apuntó sobre el tema la profesora Márquez.

Protestan los estudiantes

Figueroa acotó que durante el primer lapso de clases se registró una situación nueva: la protesta de los estudiantes por el deterioro de la calidad educativa. Se refirió a la manifestación realizada a principios de mes por los jóvenes alumnos del Liceo Estadal Arquitecto Claudio Corredor Müller, ubicado en el municipio Alberto Adriani de Mérida.

“El Estado no respondió a la urgencia de colocar profesores en las diferentes áreas académicas. En Mérida protestaron por ello y eso es una señal que la situación es grave”, dijo Figueroa. El 8 de noviembre, representantes estatales se comprometieron a resolver el déficit de profesores en materias científicas en el Claudio Corredor Müller.

Figueroa añadió que es urgente que el gobierno de Maduro responda a los reclamos de los maestros, a los que se suman los jóvenes. Aclaró que el gremio docente aún espera reunirse con las autoridades para discutir la emergencia educativa a nivel nacional.

FVM: Los maestros y padres son quienes financian la educación venezolana

Comparte este contenido:

Venezuela: FVM Mérida apoya protesta de estudiantes del Claudio Corredor Müller por falta de profesores

El presidente de la Federación Venezolana de Maestros (FVM) en Mérida indicó que la organización apoya la protesta que organizaron los estudiantes del Liceo Estadal Arquitecto Claudio Corredor Müller, el 6 de noviembre, debido a la falta de profesores y las condiciones de la institución.

El centro educativo queda ubicado en el municipio merideño Alberto Adriani y, al igual que miles de escuelas en todo el territorio nacional, sufre las consecuencias de la deserción docente y la desidia del gobierno de Nicolás Maduro.

Los jóvenes denunciaron que alumnos de segundo año ven menos de cinco materias y los de cuarto y quinto año les faltan más de tres educadores. Exigieron educación de calidad y una respuesta rápida de la gobernación de Mérida y del Ministerio de Educación.

El lunes los estudiantes se negaron a entrar a clases y aseguraron que protestarán hasta que sus reclamos sean atendidos.

“Es una lucha pacífica de un grupo de muchachos que se atrevieron a hablar. Eso hay que aplaudirlo: tomaron el megáfono y les exigieron a las autoridades. Esas son situaciones muy interesantes. Los maestros tienen que apoyarlos, porque fuimos nosotros quienes les enseñamos a luchar por sus derechos”, indicó Ramón Contreras, presidente de la FVM de la entidad a Efecto Cocuyo.

En Mérida casi no quedan docentes

Contreras explicó que cientos de docentes en el estado Mérida han abandonado sus puestos de trabajo debido a las pésimas condiciones laborales, la falta de beneficios y los bajos salarios. Por ello, instituciones como el Claudio Corredor Müller se han quedado con pocos especialistas para las materias de Química, Matemática, Física o Biología.

“Yo no veo ni Matemática, ni Física, ni Química desde cuarto año”, se quejó una estudiante del liceo en un vídeo difundido en la red social X.

Reportó la decadencia en la calidad de los contenidos que le impartieron los últimos años y recordó que la Constitución de la república garantiza la educación a todos los venezolanos. Específicamente esta establece en su artículo 102:

“La educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria. El Estado la asumirá como función indeclinable y de máximo interés en todos sus niveles y modalidades, y como instrumento del conocimiento científico, humanístico y tecnológico al servicio de la sociedad”.

La Federación Nacional de Estudiantes de Educación Media (Feneem) aseguró que la manifestación será indefinida. El presidente de la FVM en Mérida llamó a padres y representantes a apoyar a los jóvenes. Advirtió que, según estimaciones de la organización, un 40 % de los docentes se ha ido del país.

Es la misma cifra que ofreció el padre Manuel Aristorena, exdirector nacional Fe y Alegría, en enero de 2023 cuando reportó que por lo menos 166.338 docentes desertaron entre 2015 y 2021 en Venezuela.

Contreras aseguró que los estudiantes no son ajenos a la crisis, sino que son directamente afectados por ella, puesto que en los últimos años no han obtenido los conocimientos necesarios para pasar de nivel.

“Ellos se dieron cuenta que van a fracasar en la universidad a menos que se inscriban en una de las universidades piratas del gobierno, donde sin saber nada les dan un título que van a guindar en la pared. Hoy debemos entender que esta es una lucha de todos”, dijo el docente.

Profesores seguirán movilizándose

En Mérida la FVM continúa realizando actividades de protesta. Desde que iniciaron las clases, organizan asambleas jueves y viernes para oír las denuncias de los docentes.

Contreras afirmó que la situación en la entidad, al occidente del país, es grave y que el 60 % de las escuelas trabaja con el esquema del horario mosaico. Los docentes laboran en las aulas tres días y el resto de las jornadas se dedican a otros oficios.

“Las edificaciones se están cayendo, no hay programa de alimentación escolar, las autoridades abandonaron todo, empezando por el capital más importante: el docente y el niño”, dijo Contreras.

Puntualizó que el 9 de noviembre los delegados merideños se reunirán para planificar las próximas acciones. Hasta las 5:30 p.m. de este 7 de noviembre se desconoce las respuestas del gobierno a las exigencias de los estudiantes del liceo Claudio Corredor Müller.

FVM Mérida apoya protesta de estudiantes del Claudio Corredor Müller por falta de profesores

Comparte este contenido:

La paz para la frontera entre Venezuela y Colombia con perspectiva de género

Leidy C. Moreno R.

lecamora1986@gmail.com

Resumen

En el presente análisis se aborda el fenómeno de la violencia en el contexto de la frontera colombo-venezolana y la construcción de la paz desde el enfoque de género. Mediante la información disponible de documentos y análisis de distintos autores y autoras en torno a este fenómeno, así como de los resultados de informes de organizaciones sociales se identifica y caracteriza el contexto de la frontera y el impacto de esta realidad en la vida de mujeres y niñas, a partir del conflicto armado y el actual proceso migratorio de Venezuela, posteriormente se realiza un acercamiento a la noción de paz y las recientes políticas públicas de paz impulsadas desde los gobiernos de Venezuela y Colombia, y finalmente, se destaca el diálogo y los acuerdos como elementos clave en la instauración de un nuevo proceso para la consolidación de la paz en la frontera desde una mirada integradora de ambos países, con particular interés desde una perspectiva de género.

Palabras clave: paz, violencia, género, acuerdos de paz

Introducción

Existe una vieja deuda en la frontera entre Venezuela y Colombia por parte de los Estados de estos países, que es la paz. Este espacio de 2.219 kilómetros (Rodríguez, De la Puente y Trejos, 2018), que demarca parte importante de los límites del territorio y la jurisdicción política- administrativa de ambas repúblicas, también constituye un entorno caracterizado por el abandono estatal, que se encuentra diezmado e incluso usurpado por la presencia de organizaciones ilegales que ostentan el poder a través de las armas para el control de intereses esencialmente económicos.

Por su parte, la población civil que ocupa y hace vida social en el territorio fronterizo, debe lidiar continuamente con los múltiples problemas que genera la dinámica que determina la lógica de un sistema social basado en la prevalencia económica, bajo la égida de una cultura de economías ilegales, y que coloca en el último eslabón al ser humano, el cual es concebido como un instrumento para fortalecer el orden establecido mediante tal sistema.

Los sujetos sociales más vulnerables y agraviados por la dinámica de dicho sistema social son las mujeres, las y los adolescentes, así como las niñas y los niños, debido a que sus cuerpos y su fuerza de trabajo constituyen agentes clave en las ganancias a partir de los múltiples negocios lícitos e ilícitos que rigen la economía en la frontera. Ingentes cantidades de dinero circulan en la frontera, ya sea, mediante procesos de comercialización binacional, aunque también, la recepción de remesas enviadas por migrantes desde distintos países del mundo a sus familiares, que son recibidas por medio de entidades financieras que funcionan en Cúcuta, Colombia, de igual manera, los recursos que manejan las organizaciones no gubernamentales con el propósito de disminuir los efectos de los problemas que se generan en la frontera; pero también, de forma más grotesca y cruel, a través del narcotráfico, la comercialización de seres humanos, por medio de la trata de personas y la explotación sexual, entre otros delitos.

En tal sentido, es importante destacar que el análisis de la violencia en el contexto fronterizo permite una lectura de tan compleja realidad que se enmarca en torno a una dinámica de acumulación de capital, pero también, en una guerra desatada por el conflicto armado de Colombia, que en cuyo proceso de recomposición se ha desbordado e internacionalizado (lo que implica que el territorio venezolano también funciona como un espacio en disputa), (Forero, 2020). Esta realidad de complejidad deriva en el impulso para estudiar la paz desde múltiples enfoques, pero en este caso particular desde la perspectiva de género.

Violencia y migración

Si se entiende la violencia como “un producto de la cultura humana, un resultado del experimento de la cultura” (Kout, 2002, p. 197) es importante también considerar que esta noción de violencia forma parte de lo que denomina Radl (2011) como un atributo “aceptado” (p. 160). Esto se debe a que la violencia permea la estructura y el orden social de manera reiterada y sistemática, a tal punto, no sólo de ocupar distintos ámbitos, sino las conductas propias de los sujetos, así como un mecanismo que pone de manifiesto sus intereses, percepciones, necesidades, deseos, afectos y sentimientos.

Ante esta paradójica cualidad de la violencia que se halla en la estructura social y en la cotidianidad del ser humano, surgen variaciones y formas de violencia que se intensifican de acuerdo con los contextos y realidades, a tal punto de ser degradante de las condiciones de los seres humanos. En tal sentido, Ávila, León, Niño, Camargo, Cañizares y Guerra (2013) caracterizan la frontera entre Venezuela y Colombia como la “frontera caliente”, que consiste en una investigación cuyo análisis expone los múltiples factores que han desencadenado, sin tregua, la violencia en este espacio geográfico. La descripción que se realiza en ese trabajo de investigación va perfilando las tramas de la guerra que promueven el déficit institucional y la ausencia de garantías de derecho, la industria ligada a la cadena mundial de valor del narcotráfico, la corrupción, y la guerra irregular y difusa en la que convergen la fuerza pública de los dos países en relación con el paramilitarismo y las guerrillas.

Aunado a esto, es desolador el panorama mundial creado por las guerras, puesto que genera insatisfacción y temor en especial sobre la población civil, con particularidad en mujeres y niñas. Un país como Colombia que ha estado sumergido en una guerra por más de medio siglo ha traído consigo, más allá del dolor por las víctimas, pobreza, desigualdad e inequidad; una maquinaria guerrerista que también ha sido un “factor potenciador de la degradación humana” (Velásquez, 2016, p. 77). Esto implica el sometimiento y la vulnerabilidad como circunstancias que determinan formas de existencia y el miedo como principal instrumento.

Asimismo, la violencia como forma de dominar produce un impacto considerable en la vida de las mujeres y las niñas, y de acuerdo con Segato (2014) se “manifiesta tanto en formas de destrucción corporal sin precedentes como en las formas de trata y comercialización de lo que estos cuerpos puedan ofrecer, hasta el último límite” (p. 342). Según esta autora, las nuevas formas de guerra incorporan la agresión sexual como un arma que daña no sólo de forma material sino también moral, por lo cual cobra un papel más relevante en las acciones de guerra.

De acuerdo con diversos estudios, la principal forma de violencia que afecta a mujeres, adolescentes y niñas en la zona fronteriza entre Venezuela y Colombia es la violencia sexual, la cual se incrementa y se genera en contextos dominados por el conflicto armado y del actual proceso migratorio de Venezuela. El fenómeno migratorio de Venezuela que ha generado hasta el momento un número de 7.320.225 de personas que se encuentran en condición de migrantes y refugiados alrededor del mundo (Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes R4V, 2023), cuya cifra además de alarmar sobre la crisis de movilidad humana existente, también pone al descubierto la incapacidad del Estado venezolano en garantizar condiciones de vida y derechos para la población.

Las mujeres y las niñas venezolanas que forman parte de este proceso migratorio se exponen de manera latente a riesgos propios de la situación de migrar, especialmente relacionados con ser víctimas de violencia sexual. A pesar de la evidencia y la imperante necesidad de atención estatal en este sentido, “las acciones por parte de los Estados, en términos de protección y cuidado, no parece guardar la misma dimensión ni la proporcionalidad requerida. Inclusive, mucha de esta violencia y muchas de estas mujeres y niñas son invisibles a los Estados.” (Mesa y Espinel, 2020, p. 15).

Esto implica que además de requerir mayor voluntad de los Estados en atender esta situación, se precisa del fortalecimiento de la normativa jurídica y de la expansión de la presencia de las instituciones estatales, que deben estar en constante actualización conforme se vayan identificando los elementos que caracterizan la violencia en torno a la realidad del contexto fronterizo.

La frontera entre Venezuela y Colombia, en particular entre el estado Táchira y el departamento Norte de Santander, se ha constituido históricamente como un enclave territorial para el tránsito a gran escala de migrantes, en un cambio en las tendencias de esos flujos, durante el último lustro el movimiento se produce de Venezuela hacia Colombia y otros países de América del Sur, como en todo proceso migratorio de magnitud significativa dichos flujos se realizan en condiciones de alta vulnerabilidad. De acuerdo con Migración Colombia se reconoce hasta el momento la existencia de 2,5 millones de migrantes venezolanos en Colombia, considerado el país de mayor concurrencia de migrantes venezolanos. (Reyes, 2022).

Esto en gran medida ha desbordado las capacidades de los Estados para controlar la situación y también para precisar políticas públicas y estrategias idóneas sobre el tránsito de las personas en ambos lados de la frontera, sumado a la ruptura en las relaciones diplomáticas entre estos países durante el gobierno del expresidente Colombiano Iván Duque, a través de lo cual solo se logró crear mayor incertidumbre, así como vulneración de los derechos de las personas.

De igual manera, esta situación de debilidad estatal ha permitido que proliferen cantidades enormes de irregularidades y que se fortalezcan las organizaciones al margen de la ley, por lo cual se expone a las personas que transitan esta zona a grandes riesgos y peligros: ofertas de empleo y servicios engañosas, despojo de las pertenencias, violencia física, maltrato y abuso de poder por parte de funcionarios militares e institucionales, entre otros.

En el caso de las mujeres y las niñas, de acuerdo con el informe de Mesa y Mendoza (2021) integrantes de la colectiva MULIER, se plantea que “415 venezolanas fueron rescatadas de redes de trata, de las cuales 138 fueron niñas y adolescentes” (p. 9). La trata de personas con fines explotación sexual se identifica como uno de los delitos de violencia sexual más frecuentes en la frontera. De igual manera, desde la colectiva MULIER se manifiesta que, durante el año 2022, en 16 países fueron rescatadas de redes y organizaciones de trata y explotación sexual 1.390 venezolanas, de las cuales 284 son niñas y adolescentes, y durante el primer semestre del 2023, 267 venezolanas, de las cuales 34 son niñas y adolescentes (MULIER, Venezuela, 2023).

Este fenómeno se ha desplegado y emplea diferentes mecanismos, entre ellos el modelaje webcam, cuya actividad es legal en Colombia e implica la realización de actos de carácter sexual frente a una cámara para luego usar los contenidos en una plataforma virtual disponible para redes de seguidores. Sin embargo, según expone el informe de Mesa y Mendoza (2021), con algunos casos de rescate de mujeres y niñas víctimas de trata también se logró “la desarticulación de 1.000 casas de explotación sexual de niñas venezolanas en modalidad webcam” (p. 19).

La evasión del Estado en manejar con mayor importancia este problema de la violencia sexual remite a la idea de que se considera con inferioridad el cuerpo de mujeres, adolescentes y niñas. Es un tema que poco se menciona desde las fuentes oficiales de los Estados, y todavía menos, se profundiza. Desde luego, esta situación caracterizada por la cultura machista y patriarcal, significa mayor revictimización de las mujeres, adolescentes y niñas por lo que es preciso, además de visibilizar la frecuencia de víctimas de violencia sexual, también revertir la reproducción de estos actos, a través de garantizar procesos judiciales con los que se logre la capacidad de castigar a los responsables y hacer justicia.

En un contexto de conflicto permanente como el que existe en la frontera es una ardua tarea que corresponde en principio a los Estados, son los principales garantes de los Derechos Humanos de las mujeres, pero también las organizaciones sociales cumplen un papel clave en visibilizar la realidad.

¿Qué entendemos por paz?

Desde una visión tradicionalista la paz se concibe como la ausencia de una guerra, pero es importante aclarar que la concepción de paz es difícil de definir. No obstante, se intentará hacer una aproximación del concepto a partir del enfoque que promueven algunas autoras y autores, en particular de aquellos que proporcionan una mirada de género, de tal manera que se puedan identificar los elementos que lo componen, así como la intencionalidad de los actores que la promueven y el contexto al que se dirige la formulación de la paz.

Pese a la complejidad que implica fijar teóricamente el concepto de paz, existe una propuesta teórica de comprenderlo a través de dos aristas, la paz positiva y la paz negativa. Al respecto, explica Velásquez (2016) que la diferencia radica en que la paz negativa “es entendida como la ausencia de violencia personal, física y directa, y la paz positiva, definida como la ausencia de violencia indirecta o violencia estructural” (p. 82). Desde este enfoque, la paz negativa implica activar diferentes mecanismos de control (formación de ejércitos, garantía del orden, defensa del territorio) para actuar ante el surgimiento de cualquier conflicto armado, en cambio para la paz positiva se busca la integración y organización de los grupos humanos para favorecer los principios de la convivencia humana.

 De estas dos aristas de la paz podemos identificar como elementos: los mecanismos de control, así como la integración y la organización en la preservación de la paz, que puede ser empleada por un Estado-nación en su territorio. Sin embargo, la aplicabilidad de esta noción está determinada por la perspectiva y los intereses de los gobiernos, así como de sus capacidades y voluntad política.

Por su parte, los resultados de la guerra no derivan en la paz, incluso las guerras actuales, señala Segato (2014): “No se destinan a un término y su meta no es la paz, en cualquiera de sus versiones” (p. 341). La guerra es un proyecto de dominio que se promueve desde los intereses por el control de la economía global, de manera que urge buscar los caminos de la paz y poner todo empeño posible en esto, por el futuro y por el bien de la humanidad. En esto radica la importancia no sólo de la organización social, sino en la construcción e impulso de políticas públicas con sentido humano, con perspectiva de género.

Posterior a la Segunda Guerra mundial, el tema de la paz ha cobrado especial importancia en diferentes eventos de gran envergadura, a nivel mundial, tal es el caso de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, en donde se logra reinterpretar mediante el texto del Informe de la conferencia mundial para el examen y la evaluación de los logros del decenio de las naciones unidas para la mujer: igualdad, desarrollo y paz. (1985), el concepto de paz, que se aborda ampliamente y en este breve extracto se explica que: “La paz no se puede conseguir en condiciones de desigualdad económica y sexual, denegación de los derechos humanos básicos y libertades fundamentales, explotación deliberada de grandes sectores de la población, desarrollo desigual de los países y relaciones económicas de explotación” (p. 8).

En esencia, este enfoque de paz se construye fundamentalmente con elementos que deben ser aplicados en el orden estructural, esto implica que la búsqueda de paz no debe afrontarse únicamente desde el control y el orden militar, contrario a ello deben abrirse los caminos al diálogo, a las garantías ciudadanas y el respeto a los Derechos Humanos.

En el cuento infantil ¡Viva la paz! De la autora Isabel Muñoz Martinez se dice que la paz

 es tan importante como el aire que respiramos. No la vemos, pero nos rodea, está en cada gesto, en cada abrazo, en cada mirada y en cada palabra. Nos acompaña a lo largo de la vida. La paz nos da tranquilidad, felicidad y nos da seguridad.

La paz es un bien intangible, un derecho y un deber por el que los seres humanos, especialmente aquellos vulnerables ante la desigualdad social, económica y política han de luchar siempre.

¿Qué hacen le Estados de Colombia y Venezuela por la Paz?

La Nueva Frontera de Paz (Venezuela)

Esta política pública surgida en el año 2015 que inicialmente apuntaba a la construcción de una política integral de frontera y se propuso para construir una nueva frontera de paz, mediante la creación de la Misión Socialista Nueva Frontera de Paz adscrita al recién creado Ministerio del Poder Popular para Fronteras, dirigido desde hace (08) ocho años por Gerardo Izquierdo Torres, constituyó una esperanza que motivó a las organizaciones sociales a congregarse para aportar en esta construcción, así como al impulso de la Ley Orgánica de Fronteras (2015).

 La dinámica que se produjo en el marco de la Ley Orgánica de Fronteras (2015) que plantea la elaboración de un Plan de desarrollo integral para las áreas fronterizas, es un plan que jamás se presentó, lo cual derivó en una gran desilusión para la población de la frontera y la agudización de una crisis en la frontera que se fortaleció con el cierre del paso fronterizo, así como de medidas de control y militarización como la declaración de Estado de Excepción en varios municipios fronterizos de Táchira y Zulia, cuyo resultado tuvo un impacto negativo considerable en la población debido a la vulneración de derechos, así como en el auge de irregularidades en el flujo de personas, bienes y divisas. (Linares, 2018), y fundamentalmente abuso de poder por parte de funcionarios y funcionarias, los cuales se alternaban con grupos al margen de la ley para el cobro ilegal a las personas que transitaban por las denominadas “trochas” o vías alternas ilegales.

No obstante, con el restablecimiento de las relaciones binacionales entre Venezuela y Colombia, así como la reapertura del paso fronterizo en el año 2023, luego de (07) siete años, existe la expectativa por parte de la población de que se materialicen procesos de integración fronteriza enfocados en fortalecer la paz. Al respecto, el gobierno venezolano ha sido mediador en los diálogos entre el gobierno colombiano y el grupo armado ELN. También, cada vez más se fortalecen las relaciones y acuerdos diplomáticos, lo que significa avances que mejoran, aunque sea lentamente, la situación en la frontera.

La Paz Total (Colombia)

El actual presidente del gobierno colombiano, Gustavo Petro ha impulsado un proceso que define como la paz total, mediante el cual pretende implementar como principio el diálogo, y a pesar de que otros gobiernos precedentes establecieron diferentes mecanismos para trazar rutas de paz y conciliación, desde la perspectiva del gobierno de Petro adquiere un enfoque diferente, de acuerdo con entrevista de El Espectador (Rodríguez, 2022), en donde expresa Susana Muhamad, ministra del ambiente:

La paz total significa crear los espacios desde las regiones y desde los actores que están en esa confrontación para buscar conjuntamente salidas, pero eso necesita garantías, el congreso y la comisión de paz es una garantía, pero también normas en el congreso y el decreto de la presidencia y el gobierno rodeando ese proceso para poder llegar a la salida. (s/n)

A partir de la propuesta de reconfiguración de la Ley de orden público vigente desde 1997, que se modifica por medio del Proyecto de Ley sobre la Paz Total se plantea el impulso de una política de Estado para consolidación de la paz en Colombia, a través de instancias de diálogo y estructuras dedicadas a gestionar todo lo relacionado con el proceso de paz en este país, pero especialmente para que se consolide como un tema transversal en la gestión de gobierno.

En tal sentido, ya se ha iniciado con el proceso mediante los Diálogos Regionales Vinculantes, en sectores priorizados, entre los cuales se encuentra la frontera colombo- venezolana, debido al impacto que han tenido por causa del conflicto armado, de manera que la intencionalidad de este proceso apunta hacia dos aspectos; el primero, acercamiento a las comunidades y sus necesidades; y el segundo, valorar la disposición de los grupos armados que se encuentran en los territorios para buscar salidas al conflicto armado.

Desde la óptica del Presidente Gustavo Petro, un tema en el que se precisa hacer énfasis y prestar especial importancia es en la política antidrogas, cuyo aspecto problemático trae consigo una cadena multifactorial de violencia y afectaciones a la población, especialmente en los territorios donde predominan los negocios ilícitos relacionados con el narcotráfico. Esto implica tocar grandes intereses económicos, hacer frente a toda una maraña organizativa que se enlaza con diversas agencias dispuestas para el delito como la Trata de personas, prostitución forzada, explotación sexual, entre otras.

La paz con perspectiva de género

La población que hace vida en la frontera reconoce que consolidar un proceso de paz y hacerlo desde una visión de integración entre ambos países, es una empresa que trae consigo múltiples dificultades y riesgos, pero al darse los primeros pasos, en el marco del diálogo, implica trascender la visión economicista de resolver la crisis en la frontera; es decir, de superar la postura de que el Estado no cuenta con los recursos para atender la situación en la frontera, para tener una mirada más humana que impacte directamente en la perspectiva de los sujetos sobre su entorno, en las relaciones sociales y en las prácticas, esto implica un proceso con planes a corto, mediano y largo plazo que cuenten con el respaldo institucional, pero fundamentalmente de la organización y el movimiento social.

Constituye una labor urgente precisar y definir los elementos requeridos para configurar la paz en el contexto fronterizo, es menester, en primer lugar, el levantamiento de registro y estadísticas en torno a la situación de violencia, especialmente la violencia de género, además, así como de las condiciones de las mujeres y niñas venezolanas migrantes y sobre las garantías en el acceso a la justicia. En segundo lugar, también es clave revisar el enfoque e intencionalidad de los mecanismos de control y preservación del orden para tener claridad en las funciones correspondientes y garantizar el respeto de los derechos fundamentales. De esta manera, trabajar en la reconfiguración de la estructura social para encaminarse hacia la armonía social, el respeto por el ambiente y la justicia.

Por último, es importante tener presente que para construir la paz se requiere que en el orden social se restablezcan normas básicas de la sociedad mediante la garantía de derechos y de bienestar, es decir, reforzar normativas comunes, que antepongan las necesidades humanas y también crear las organizaciones y espacios necesarios para que se puedan hacer valer los derechos.

Las mujeres en el diálogo y los acuerdos para la paz

Los espacios de diálogo encaminados a la paz constituyen un importante escenario para escuchar la voz de las mujeres, no sólo porque implica un acto no discriminatorio, sino que se hace posible entender mejor lo que se quiere lograr en la construcción de la paz, esto supone crear las condiciones y oportunidades necesarias para decidir en igualdad.

El desconocimiento de las concepciones, incluso de las nociones sobre las realidades de las mujeres y las niñas, así como sobre la teoría de género ha sido elemento clave para crear confusiones y desavenencias innecesarias que determinan la paralización y obstrucción de procesos importantes en la construcción de la paz, tal como sucedió con la campaña en contra, para el plebiscito, que definiría la aprobación o no del acuerdo de paz en Colombia, en el año 2016, en cuyo proceso tuvo éxito la negativa de aprobación debido a la difusión de mitos relacionados con las concepciones de género y su aplicación en el marco del acuerdo de paz.

Asimismo, dentro de las críticas que se han producido a partir de la realización de las mesas de trabajo en el proceso que se desarrolló en La Habana para establecer el acuerdo de paz en 2016 se encuentra el hecho de que sólo participó una mujer. (Botero, 2016). Las mujeres históricamente han sido ubicadas al margen de las decisiones en los procesos de negociación y decisión, esto ha llamado la atención desde instancias internacionales y se ha logrado que se incorporen más mujeres en estos espacios.

Aunque quizá uno de los planteamientos más urgentes que han de tener las mujeres, a la luz de la realidad del contexto que ofrece la violencia en el marco del conflicto armado, tiene que ver con la exigencia de justicia ante los delitos asociados directamente con el ejercicio de la violencia por motivos de género, como es el caso de violencia sexual, pues no se debe incurrir en el error de propiciar la impunidad y obviar la responsabilidad de los culpables de estos delitos.

En todo caso, para que las políticas públicas centradas en una estrategia de paz total desde Colombia, entendida como un continuo conceptual de la paz integral (bandera de lucha de los movimientos de defensa de derechos humanos en Colombia); o de Frontera de Paz como se plantea desde el gobierno de Venezuela, se precisa de generar los espacios de diálogo con una mirada de integración por parte de ambos Estados y de la participación de las mujeres, a partir del reconocimiento de su condición de sujeto social subalterno y especialmente victimizado en el marco del conflicto armado colombiano, y de las dinámicas de erosión del estado de derecho y de las garantías ciudadanas acentuadas en los últimos años de crisis de las relaciones binacionales, de recesión económica en las regiones fronterizas y de recomposición de la guerra por el control del territorio fronterizo como un medio para la acumulación de capital.

Referencias bibliográficas:

Alvarado, S.; Rueda, E.; Gentili, P.; [et al.] (2016). Paz en Colombia: perspectivas, desafíos, opciones. 1ª ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO

Ávila, A.; León, S.; Niño, E.; Camargo, E.; Cañizares, W. y Guerra C. (2013). La frontera caliente entre Colombia y Venezuela. Narcotráfico, cartel de la gasolina, corrupción, paramilitarismo, retaguardia de la guerrilla. Edición Ariel Fernando Ávila

Botero, C. (2016). Sí a la paz. En Rueda, E.; Alvarado, S.; Gentili P. (Editores). Paz en Colombia: Perspectivas, desafíos, opciones. CLACSO, Buenos Aires: Argentina.

Forero, J. (2020). Crisis en la frontera colombo-venezolana: Derechos Humanos, migraciones y conflicto geopolítico. Espiral: revista de geografía y ciencias sociales (Vol. 2. N° 1: 2020). Pontificia Universidad Mayor de San Marcos.

Kout, K. (2002). Política, violencia y literatura. Anuario de estudios Americanos Tomo LIX, I. Katholische Universität Eichstätt. Consultado: 17 de septiembre de 2022 En: https://estudiosamericanos.revistas.csic.es/index.php/estudiosamericanos/article/view/202/2

Linares, R. (2018). Seguridad y política fronteriza: una mirada a la situación de frontera entre Venezuela y Colombia. Universidad Externado de Colombia. Consultado: 20 de agosto de 2023 En: https://www.redalyc.org/journal/675/67559606008/

Mesa L., y Espinel, M. (2020). Movimientos migratorios Sur Sur: condiciones socio-sanitarias de las mujeres migrantes en situación de prostitución en el espacio fronterizo de Colombia-Venezuela. IDEP Salud, FLACSO República Dominicana Buenos Aires: Argentina

Mesa, V., y Mendoza, E. (2021). #Libres y seguras informe 2021. Programa de prevención de la trata de mujeres y niñas venezolanas en contextos migratorios. MULIER: Maracaibo, Venezuela.

MULIER, Venezuela (2023). 1.390 venezolanas fueron rescatadas de redes de trata en 2022 Consultado: 22 de agosto de 2023 En: https://muliervenezuela.medium.com/1-390-venezolanas-fueron-rescatadas-de-redes-de-trata-en-2022-4d95111c42a1

ONU (1985). Informe de la conferencia mundial para el examen y la evaluación de los logros del decenio de las naciones unidas para la mujer: igualdad, desarrollo y paz. Consultado: 17 de septiembre de 2022 En: https://documents-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/N85/380/39/PDF/N8538039.pdf?OpenElement.

Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V) (2023). Refugiados y migrantes de Venezuela. Consultado: 25 de agosto de 2023 En: https://www.r4v.info/es/refugiadosymigrantes

Radl, R. (2011). Medios de comunicación y violencia contra las mujeres. Elementos de violencia simbólica en el medio televisivo. Revista Latina de Sociología, 1,156-181. Consultado: 11 de septiembre de 2022. En: http://revistas.udc.es/index.php/RELASO/article/view/1199/274

Reyes, A. (2022). Venezolanos en Colombia: cuántos hay, dónde están y otros datos. Consultado: 15 de agosto de 2023. En: https://www.wral.com/story/venezolanos-en-colombia-cu-ntos-hay-d-nde-est-n-y-otros-datos/20488869/#:~:text=Venezolanos%20en%20Colombia%3A%20cu%C3%A1ntos%20hay%2C%20d%C3%B3nde%20est%C3%A1n%20y,venezolanos%20est%C3%A1n%20viviendo%20ahora%20en%20el%20pa%C3%ADs%20vecino.

Rodríguez, De la Puente y Trejos (2018). Análisis de la frontera Colombia-Venezuela. 2219 kilómetros para la integración. Editorial: Universidad del Norte. Bogotá, Colombia.

Rodríguez, J. (2022). La “paz total” de Petro: los primeros pasos de la política de seguridad del Gobierno. Reportaje de El Espectador. Consultado: 30 de septiembre de 2022. En: https://www.youtube.com/watch?v=nmSWDWMMkMM

Segato, R. (2014). Las nuevas formas de la guerra y el cuerpo de las mujeres. Sociedade e Estado, vol. 29, núm. 2, mayo-agosto, 2014, pp. 341-371. Universidade de Brasília. Brasília, Brasil.

Velásquez, M. (2016). Reflexiones feministas en torno a la guerra, la paz y las mujeres, desde una perspectiva de género. OpenEdition Books: Genève: Graduate Institute Publications.

Fuente: La autora escribe para el Portal Otras Voces en Educación

 

 

 

 

 

Comparte este contenido:

La paz con justicia social: un desafío para los pueblos de la frontera colombo- venezolana

Las fronteras se conciben como una construcción social e histórico- geográfica, en cuya estructuración se produce un sistema de relaciones en permanente movimiento, y una dialéctica de integración- desintegración condicionada por dinámicas socioculturales, económicas, políticas y militares. Desde el punto de vista de su metabolismo en relación con el sistema social, las fronteras son áreas nodales que sirven de soporte para la convergencia de flujos (procesos de intercambio de materia, fuerza de trabajo e información) de escales e intensidad variable.

La frontera en su realización concreta en la geografía como espacio fronterizo, es una entidad heterogénea y contradictoria que está determinada por un espectro de relaciones que configuran una territorialización y una espacialización de esas relaciones (está cualidad permite superar el umbral de los conceptos de linealidad fronteriza como hito o límite, o de zonalidad fronteriza como área de seguridad), en las que se producen tensiones divergentes entre las fuerzas centrípetas condicionadas por los poderes estatales y la legislación; y las fuerzas centrífugas de signo multidimensional, vectorizadas por los procesos de acumulación de capital de acuerdo con los diferenciales de desarrollo particulares, por sobre lo político-administrativo y lo jurídico (Forero, 2020).

Estas consideraciones genéricas ponen de manifiesto la naturaleza compleja de los sistemas de relaciones que estructuran y desestructuran las dinámicas de los espacios fronterizos. De igual manera, permiten vislumbrar tanto los modos de desarrollo desigual y combinado que se territorializan y reterritorializan de manera diferenciada en cada espacio fronterizo, incluso con variaciones sustantivas en el devenir histórico (tal y como ha sucedido en la frontera colombo- venezolana en los flujos y reflujos de auge- recesión de las relaciones comerciales, así como en el marco de tensiones políticas que han originado rupturas diplomáticas- comerciales e incluso -desde el año 2015- la instauración de políticas de excepción regionalizadas), como los conflictos explícitos e implícitos localizados en estas áreas nodales en su condición de expresión concreta de intereses económicos y geopolíticos.

Por tanto, pensar en las dinámicas de las fronteras en el contexto de las turbulencias sistémicas del tiempo histórico actual, nos remite a una espacialidad geográfica signada por la presencia de conflictos con formas y contenidos heterogéneos, entre las que sobresalen por su incidencia en las relaciones de poder: las guerras de posiciones implementadas por potencias imperialistas y emergentes en su interés de preservar, recuperar o ganar áreas de influencia (Ceceña, 2023); las renovadas guerras comerciales devenidas en los últimos años que han desencadenado un cambio del metabolismo en el sistema- mundo al revertir de manera parcial las corrientes de globalización de los mercados, las finanzas y las cadenas de valor (Roberts, 2022); y por supuesto, las confrontaciones bélicas de mediana y alta intensidad que emplean a los territorios fronterizos como objetos de guerra y teatros de operaciones que se corresponden con intereses geopolíticos (Forero, 2017).

Tal conflictividad de carácter sistémico, está determinada por dos funciones estratégicas de los espacios fronterizos para la configuración de la geografía del poder a escala mundial, las cuales están integradas de manera orgánica con los procesos metabólicos de acumulación de capital formalmente establecidos, y también con las relaciones de fuerza que determinan las posiciones y los flujos- reflujos de los agentes dominantes sobre los poderes estatales formales (tanto los nacionales como los supranacionales), los estados profundos (Deep state) y el haz de factores convergentes en las agencias no gubernamentales y las sociedades civiles transnacionalizadas.

La primera función relaciona a las fronteras como enclaves de intercambio y dispositivos para la expansión de circuitos económicos y con ello para la acumulación de capital a gran escala e intensidad (Harvey, 2007). Su instauración se ejecutó y se legalizó en el marco de las reformas a arquitectura institucional y las normativas del comercio exterior emergentes desde la postguerra y profundizadas en las últimas décadas del siglo XX (precisamente en el marco del auge de la referida globalización), a través de las cuales se desbordó la capacidad- potestad de los poderes estatales para ejercer el dominio y la fiscalización en su jurisdicción sobre los flujos de materia, fuerza de trabajo e información que se desplegaron en el contexto de un nuevo estadio de revolución científica- tecnológica e informacional (Santos, 2001).

La expansión incesante de los flujos y los circuitos de capital es el factor determinante de contradicciones sustantivas que se territorializan en las fronteras, y que determinan el crecimiento exponencial de una lógica de desregularización de las economías, cuyo funcionamiento se soporta en la superexplotación y precarización del factor fuerza de trabajo (a través de maquilas frecuentemente controladas por agentes del crimen organizado), la evasión y la elusión fiscal, la especulación financiera en ámbitos como el monetario y la relación crédito- deuda, la desposesión de bienes comunes mediante el extractivismo, los daños ambientales entendidos como externalidades, por mencionar los más notorios; así como de economías ilegales como la cadena de valor global del narcotráfico, la trata de seres humanos, entre otras actividades ilícitas que están proscritas ante la legislación de las naciones y del derecho internacional, pero en la práctica se insertan en el sistema financiero internacional y por ende con los factores económicos dominantes en el sistema- mundo (Emmerich, 2015).

La segunda función está interconectada y es definida por la primera, ya que está determinada por las contradicciones inmanentes de la lógica del capital, en particular por su necesidad de expansión incesante y sus tendencias hacia la concentración y la maximización de ganancias, lo que deriva en que las fronteras se conviertan en territorios en disputa, ya que se conciben como áreas estratégicas para el control y la influencia política- militar, como un medio o un prerrequisito para instaurar sesgos estratégicos que faciliten la expansión de los circuitos económicos.

La bifurcación de intereses económicos y políticos mediados por la regencia de factores de carácter militar, sean los formales del poder estatal, los irregulares o los híbridos en tiempos de privatización de la guerra y de aparatos offshore para hacer el trabajo sucio (como es el caso del paramilitarismo), permiten encontrar el sentido sistémico de la instauración de regímenes de facto que proscriben el Estado de derecho y erosionan el tejido social en los espacios fronterizos bajo narrativas como la defensa de la seguridad nacional; las guerras contra el terrorismo y el narcotráfico; la doctrina contrainsurgente ; la presunta amenaza que representan los migrantes; e incluso en latitudes como Europa del este, África o el medio oriente prejuicios étnico- religiosos- lingüísticos, a través de lo cual se induce el escalamiento de conflictos de alta, mediana y baja intensidad, mientras se normalizan las dinámicas de violencia multidimensional, de déficit institucional y de ausencia de garantías de derechos para la población.

La naturaleza conflictiva de los sistemas de relaciones de los espacios fronterizos resulta explícita en las realidades sociales del Sur Global (guerras de gran trascendencia geopolítica como las Libia y Siria, así como el escalamiento de guerras irregulares en África denotan está particularidad); pero las fronteras de las formaciones económico- sociales de naciones emergentes y metropolitanas no están exentas de estas tendencias: la guerra de Ucrania, las tensiones en torno a Taiwán, la criminalización de la movilidad humana en el mar mediterráneo y el tránsito de Centroamérica y Norteamérica, expresan la racionalidad de un orden social que por una parte ha fomentado la circulación de mercancías, y por otra parte proscribe los derechos humanos fundamentales de población migrante con necesidad de protección internacional .

Esta racionalidad ha producido la generalización de prácticas atroces para controlar los flujos de movilidad humana, tales como la tercerización de la gestión de las migraciones a través de campamentos inhumanos (una práctica empleada por la Unión Europea, en la que se subcontrata a países terceros para la mitigación de los flujos migratorios ), o la cacería de “ilegales” en la frontera sur de los Estados Unidos , las cuales se ejercen bajo una concepción de las fronteras como áreas y linealidades para la desregulación del Estado de derecho, como objetos de contención y de manera simultánea como dispositivos de marginación y de violencia estructural.

El panorama sistémico demuestra que la guerra en su acepción multidimensional, domina los sistemas de relaciones de los espacios fronterizos (sea por medio de la fuerza política- militar o de la agresión y las hostilidades financieras, comerciales, diplomáticas e incluso las culturales- simbólicas), como un mecanismo para la expansión de los mercados, las cadenas de valor y de suministro -los sistemas logísticos en general-, y los flujos financieros, con el propósito de imponer desde los centros metropolitanos una lógica de relaciones de acumulación por desposesión y de transferencia de rentas a través de la apropiación- explotación (intensiva) de los recursos del territorio y de la fuerza de trabajo.

Estas tendencias sistémicas se han acentuado en las últimas décadas, en gran medida por la corriente de políticas de excepción respecto al derecho internacional inauguradas en el marco de la invasión a Iraq a principios de siglo (bajo la doctrina de guerras preventivas y de una pretendida cruzada contra el terrorismo), así como del unilateralismo estadounidense para imponer tratados de libre comercio imperialistas y megaproyectos de posicionamiento político- militar de esencia neocolonial y contrainsurgente como el denominado Plan Colombia (bajo el pretexto de la presunta guerra contra las drogas).

Con base en esa racionalidad, la guerra se ha erigido como la narrativa fundamental de las acciones estratégicas de los centros de poder, guerra y capital son indisolubles en el mundo de hoy. Las diversas formas de guerra se conciben como el propósito y el instrumento para preservar el orden social regente y el metabolismo de los procesos de acumulación y reproducción ampliada de capital. Mientras tanto, a la luz de los hechos, los resultados de las guerras contra el terrorismo y las drogas más bien han exacerbado esos problemas en el mundo, y la subyacente guerra contrainsurgente como estandarte de civilización (orden y progreso) de las clases dominantes, ha ahogado en sangre y terrorismo de Estado a los pueblos.

En ese marco, es preciso insistir en que los espacios fronterizos se han convertido en eslabones fundamentales -por su carácter permeable- de los procesos de reconfiguración de las relaciones de poder económico- financiero, político y militar. Basta con visualizar los impactos de la guerra contra las drogas y de la doctrina contrainsurgente en las fronteras de Colombia con Venezuela y Ecuador, para poner en evidencia que esas estrategias han redundado en que estos territorios se hayan transformado en áreas nodales de la guerra y ¿paradójicamente? en enclaves de la cadena global de valor de la cocaína.

Precisamente esa doctrina contrainsurgente es la variable que explica la paradoja que conlleva a criminalizar a las regiones periféricas y las comunidades rurales, así como a la fuerza de trabajo vinculada con la producción de materias primas (mientras permite el flujo de las cadenas de suministro y los sistemas logísticos para que estas sustancias prohibidas lleguen al norte global), y que por la vía de la fuerza determina hechos de violencia cruenta, de desplazamientos forzosos y de saqueo de recursos y despojo de tierras; y de manera simultánea, genera torrentes de plusvalía para los agentes que controlan las cadenas de circulación y de consumo a gran escala de esta industria de esencia criminal pero integrada orgánicamente con el sistema financiero y los estamentos políticos del poder sobre el Estado -los formales y los informales- (Emmerich, 2015).

Las fronteras se configuran entonces como soporte material e instrumento de estrategias de guerra implementadas e instauradas por los centros de poder. El reconocimiento de esta realidad es el primer paso para pensar en la utopía necesaria de construcción de una nueva racionalidad (desde los pueblos) en los sistemas de relaciones que constituyen y estructuran a los espacios fronterizos, a partir de la premisa de que ninguna realidad es inmutable y que la humanidad en sociedad tiene la potencia para transformar esa tendencia histórica y esa lógica sistémica.

Pensar en fronteras para la paz y luchar por ese objetivo significa una acción subversiva respecto al orden social regente, en la medida en que se plantea como una contradicción antagónica de la racionalidad dominante. Aún en las circunstancias más complejas, como las experimentadas en las regiones de la frontera colombo- venezolana en los últimos años, los pueblos son capaces de tejer estrategias de resistencia para establecer canales de comunicación y dinámicas de integración en contravía a las imposiciones de los poderes estatales y de las adversidades de la crisis sanitaria devenida en el marco de la pandemia del coronavirus; para fortalecer vínculos de amistad y solidaridad que permitan amparar a personas con necesidad de protección internacional (con canales de información para alertas y redes de resguardo de víctimas); y en esencia, para defender la alegría como una trinchera y para defender el derecho de vivir en paz.

La verdad y la memoria también son estandartes de esa construcción de paz. Mientras se escriben estas líneas se ejecuta en localidades de la frontera colombo- venezolana la búsqueda de personas desaparecidas por parte de familiares de las víctimas de estos hechos aberrantes, defensores de derechos humanos y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), y se produjo el hallazgo de los hornos del horror paramilitar en plena linealidad fronteriza, en Juan Frío del departamento de Norte de Santander, en los cuales los paramilitares incineraron seres humanos con total impunidad, en el marco histórico de un discurso negacionista de tales hechos por parte de los gobiernos de Álvaro Uribe (apologista de la guerra que fungía como presidente de la República en el momento de la perpetración de tan abominables crímenes), Juan Manuel Santos e Iván Duque ; la pusilanimidad de la fuerza pública y del sistema de justicia, la complicidad implícita en un pacto de silencio y omisión por parte de los sectores dominantes de los medios de comunicación de Colombia, y una actuación tímida de la comunidad internacional.

Pese a todo, la paz sigue en el horizonte de la conciencia de los pueblos como una aspiración esencial. Por supuesto, no se trata de la pax imperialista, la evocación estadounidense de pax romana en la que no hay paz y mucho menos justicia social; tampoco la paz como una quimera de abolición de los conflictos, ya que estos son constitutivos e inherentes de la condición humana; sino la paz como una práctica social y una realización humana imperfecta, compleja y conflictiva . Ese es el desafío en el tiempo histórico actual, construir un devenir histórico de paz con justicia social.

En ese sentido, los pueblos de las regiones fronterizas -como víctimas de la guerra y como agentes de resistencia a los factores de poder que imponen esas guerras- deben ser interlocutores de los poderes estatales, porque la paz es una construcción colectiva que se origina en torno a consensos y corresponsabilidad. Por tal motivo, se coincide con Muñoz (2004) en afirmar que la paz se corresponde con “todas aquellas realidades en las que se regulan pacíficamente los conflictos, en las que se satisfacen al máximo las necesidades y los objetivos de los actores implicados”. (p. 30).

La paz no se decreta, y está comprobado que no es suficiente firmarla. La paz tampoco significa o se restringe únicamente la reducción de la violencia, sino más bien es como plantea el precitado Muñoz: una plataforma, un punto de encuentro de las sociedades para la transformación o gestión pacífica de los conflictos y la búsqueda de equilibrios dinámicos, para que estos conflictos puedan ser procesados mediante el diálogo y tramitados de manera creativa en atención de la satisfacción de necesidades y la garantía de derechos de la población.

Referencias

 Ceceña, Ana (2023). Las guerras del siglo XXI. En: Las guerras del siglo XXI / Ana Esther Ceceña, [et al.]; Coordinación general de Ana Esther Ceceña. – 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO; Ciudad de México: Instituto de Investigaciones Económicas; Ciudad de México: Observatorio Latinoamericano de Geopolítica; Ciudad de México : Universidad Nacional Autónoma de México, 2023.

 Emmerich, Norberto (2015). Geopolítica del narcotráfico en América Latina. Instituto de Administración Pública del Estado de México, A.C. Toluca.

 Forero, Jorge (2020). “Crisis en la frontera colombo-venezolana: Derechos Humanos, migraciones y conflicto geopolítico”. Publicación: Espiral: Revista de Geografías y Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Mayor de San Marcos. 2(3), 2018. 005–014. https://doi.org/10.15381/espiral.v2i3.18447

 Forero, Jorge (2017). ¿Las fronteras como espacios de crisis, o la crisis sin fronteras? Una lectura crítica de la coyuntura 2015-2016 en frontera colombo-venezolana. Revista Intelector. v. 14 n. 28 (2017): 47–60. ISSN 1807-1260 – [CENEGRI]. https://doi.org/10.26556/1807-1260.v14.n28.p.47-60.2017

 Harvey, David (2007). El nuevo imperialismo. Akal, 2da Edición. Madrid

 Muñoz, Francisco (2004). La paz. En B. Molina & F. Muñoz (Coords.), Manual de paz y conflictos (pp. 21−42). Instituto de la Paz y los conflictos. Disponible en: http://ipaz.ugr.es/wpcontent/files/publicaciones/ColeccionEirene/eirene_manual/La_Paz.pdf

 Muñoz, Francisco A.; Herrera, Joaquín; Molina, Beatriz & Sánchez, Sebastián (2005). Investigación de la Paz y los Derechos Humanos desde Andalucía. Granada: Universidad de Granada. Disponible en: http://www.ugr.es/~fmunoz/documentos/pazddhhand.pdf

 Roberts, Michael (2022). ¿Ha terminado la globalización?. Disponible en: https://www.sinpermiso.info/textos/ha-terminado-la-globalizacion

 Santos, Milton (2001). La naturaleza del espacio. Ariel, Madrid.

 

Fuente: El autor escribe para el Portal Otras Voces en Educación

 

 

 

Comparte este contenido:

OBU: Déficit presupuestario de las instituciones de educación superior autónomas supera el 90% #3Nov. Venezuela

Observatorio de Universidades (OBU) aseguró que el déficit presupuestario de las instituciones de educación superior autónomas y experimentales en Venezuela supera el 90%.

A través de su cuenta en X (antes Twitter), OBU señaló que esta deficiencia presupuestaria limita en grado sus funciones esenciales de docencia, investigación y extensión.

“El déficit presupuestario de las instituciones de educación superior autónomas y experimentales supera el 90%, lo que limita en grado sumo sus funciones esenciales de docencia, investigación y extensión. Además, limita los gastos de seguridad e infraestructura”, expresaron.

https://twitter.com/OBUVenezuela/status/1719467782788829211/photo/1?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1719467782788829211%7Ctwgr%5E668d6fb75b05a0d69e6a748073a6e9169c3e157c%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.elimpulso.com%2F%3Fp%3D1163789

También recordaron que la delincuencia ha dejado a las instituciones de educación superior desmanteladas.

“El deterioro de las infraestructuras está entre las principales preocupaciones de la población universitaria. La delincuencia ha dejado a las instituciones de educación superior desmanteladas y con muy bajas condiciones para impartir y recibir clases”, destacaron.

Por último, precisaron que el 59% de los profesores y el 67% de los estudiantes temen ser robados dentro de los recintos universitarios.

“Las denuncias por robos y hurtos en las universidades se intensificaron tras la pandemia del COVID-19 y persisten luego de esta. El 59% de los profesores y el 67% de los estudiantes temen ser robados dentro de los recintos universitarios, de acuerdo a los datos de la #Enobu2021”, refirió OBU.

Fuente: https://www.elimpulso.com/2023/11/03/obu-deficit-presupuestario-de-las-instituciones-de-educacion-superior-autonomas-supera-el-90-3nov/

 

 

 

 

 

Comparte este contenido:

El despertar de Fonseca: crónica del singular evento electoral del 29 de octubre

  1. Por: Jorge Forero Coronel

Centro de Investigación y Estudios Fronterizos

Fonseca es un municipio ubicado en el sur del departamento de La Guajira, en una depresión sedimentada a orillas del río Rancherías y bordeada por la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá, en zona fronteriza con Venezuela. Esta localidad adquirió una importancia especial en el contexto del Acuerdo de Paz de La Habana, ya que en su jurisdicción se instauró el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación “Amaury Rodríguez” para firmantes de paz, y posteriormente, fue definido como un municipio priorizado para la política de desarrollo rural inscrita en los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial.

Durante el último año este municipio ha sido escenario de una dinámica de efervescencia política singular, determinada por la construcción del movimiento “El Cambio para Avanzar en Fonseca”, el cual postuló para la alcaldía de ese municipio a Benedicto González Montenegro, un firmante del Acuerdo de Paz que ha liderado la constitución de una fuerza política forjada desde las entrañas del pueblo, y que ha originado vientos de esperanza que han recorrido la geografía de estos territorios y ha creado un cambio notable en la subjetividad de una parte significativa de este pueblo.

La campaña de Benedicto González y de su equipo de candidatos al Concejo Municipal, ha trastocado el panorama político de Fonseca, en la medida en que logró crear las condiciones para que la ciudadanía realice un ejercicio de deliberación democrática, sobre la base de la reflexión en torno a los problemas más sensibles para la población de este municipio, y primordialmente, respecto a las potencialidades de progreso rural y urbano, de igualdad y de paz con justicia social.

La campaña de El Cambio para Avanzar en Fonseca, se ha caracterizado por ser una campaña para la paz, con un programa de gobierno con sentido social. Es explícito que se trata de una campaña modesta, sin estridencias y sin el derroche de recursos que lamentablemente ha distinguido a la cultura política de esta región. Por el contrario, esta campaña se ha dirigido hacia el despertar de la conciencia, y se ha deslindado en la práctica de las formas tradicionales del quehacer político- electoral.

El panorama para el evento electoral del 29 de octubre era incierto, ya que en el ambiente se respiraba la presencia de tres fuerzas políticas. Por el despliegue de propaganda, de casas de campaña, de aparatos de sonido y de vehículos de alta gama, resultaba evidente para cualquier transeúnte la presencia de las candidaturas de Enrique Fonseca (apoyado de manera abierta por la administración actual del municipio); de Micher Pérez, un dirigente tradicional con amplia trayectoria y experiencia en contiendas electorales y espacios de representación política (ex concejal y ex diputado a la asamblea departamental). Mientras que, en otra vertiente, se destacaba en el Radio Bemba del pueblo de Fonseca la candidatura de Benedicto González, como la opción alternativa.

En cualquier panadería o esquina de Fonseca las conversaciones de la gente coincidían en afirmar que estas elecciones estaban peleadas, y que cualquiera de los tres candidatos podría ganar. El balance de la gente era sencillo: Enrique Fonseca tiene el dinero y el caudal de recursos de la alcaldía; Micher Pérez es un viejo zorro de la política y tiene una fuerza acumulada; y Benedicto González se perfilaba como una opción emergente y alternativa, sobre la base de la efervescencia popular de esperanza que había despertado en la conciencia del pueblo fonsequero.

El domingo 29 de octubre desde muy temprano hubo una alta presencia de la ciudadanía en los puestos de votación urbanos y rurales de Fonseca. Todo indicaba que se trataría de una fiesta electoral, en la cual el pueblo iba a decidir sus representantes territoriales para los próximos cuatro años. Para un observador ajeno, resultó verdaderamente admirable el espíritu de civismo de esta población.

Sin embargo, también desde muy temprano se registraron incidentes e irregularidades en torno al proceso electoral. En el interior de los Puestos de Votación, se produjeron actividades de intimidación al elector, y se ejecutaron atropellos en contra de testigos de la campaña de Benedicto González, quienes fueron víctimas de acciones de avasallamiento por parte de algunos de los designados como autoridades electorales, que derivaron en su desalojo arbitrario e ilegal del recinto electoral, con lo cual se vulneraron derechos y se imponía por la vía de facto una situación de vulnerabilidad para el proceso electoral.

De igual manera, en las adyacencias de los Puestos de Votación se registraron múltiples hechos turbios, que además de producir tensiones, generaron una atmósfera de desconfianza y de descontento en la población. El corolario de incidentes y hechos ilícitos registrados en diálogos con ciudadanos (de campañas diversas) en las calles de Fonseca se puede resumir en:

– Caravanas de buses inter- urbanos que ingresaron al municipio con personas provenientes de otras localidades, e incluso del departamento del Cesar;

– Grupos de compradores de votos en determinadas casas y en acción itinerante a través de camionetas de alta gama.

– Acciones de constreñimiento explícito al elector que se identificaba con la campaña de Benedicto González, mediante amenazas y actos de intimidación por parte de funcionarios de la Alcaldía.

El conjunto de elementos reseñados se tornó más grave ante la complicidad – y en el mejor de los casos, la pusilanimidad- de las autoridades. La Policía Nacional de Colombia divulgó unos canales telefónicos para recopilar denunciar irregularidades, primordialmente la de compras de votos, pero en la mayoría de los casos registrados no respondieron las llamadas o mensajes y en los casos que atendían las denuncias, llegaban tarde y su acción resultó impotente o indolente, incluso en casos donde era evidente la práctica corrupta de compra de votos.

La desconfianza creció en horas de la tarde, ya que después de mediodía se acentuaron y se hicieron más evidentes las acciones de compra de votos. Vehículos de alta gama ingresaban a las comunidades para sacar a los votantes de sus casas. Todo esto ocurría ante la mirada atónita de la ciudadanía, y la actitud complaciente de las autoridades.

A eso de las dos de la tarde, en las redes sociales se difundían noticias sobre incidentes en los Puestos de Votación: a algunos votantes les entregaron tarjetones marcados, y en otros casos, funcionarios públicos de la administración municipal se apoderaron de mesas de votación y proscribieron de manera absoluta la presencia de testigos de las otras candidaturas.

Estos hechos fueron el detonante para que la indignación ciudadana ante tan grotescos hechos, se convirtiera en una asonada espontánea, sin dirección y sin objetivos precisados. En el colegio Calixto Maestre decenas de personas irrumpieron en el recinto, y aparentemente hubo la destrucción de material electoral. En el Puesto de votación del Corregimiento de Conejo, ingresaron decenas de personas y dañaron el material electoral. En el colegio María Inmaculada se produjeron incidentes de violencia en el exterior, los cuales redundaron en miedo e incertidumbre, y de acuerdo con la versión de testigos electorales de diversas campañas, esta situación fue aprovechada para la trasgresión de la cadena de custodia del material electoral. En el Hatico hubo conatos de violencia entre los propios miembros de los Puestos de votación (jurados y testigos electorales).

El escalamiento de incidentes desbordó el normal desenvolvimiento del proceso electoral. Durante un recorrido por los puestos de votación, se registraron testimonios de material electoral destruido en dos puestos de votación, trasgresión de las cadenas de custodia del material electoral, expulsión forzosa de testigos electorales y de jurados que se negaron a convalidar procesos de escrutinio que ni cumplían con la norma (posteriormente fueron llamados para que firmaran las actas de escrutinio).

El proceso de preconteo de votos y su divulgación en la página oficial de Registraduría Nacional, no generaron expectativas, alegrías o tristezas en el municipio de Fonseca. En las calles y en las casas de este municipio no se hablaba de los resultados electorales, la noticia que recorrió las calles y los caminos, así como las redes sociales de Fonseca fue el despertar de un pueblo que no iba a permitir un fraude descarado.

Al día siguiente, las tertulias programadas y espontáneas destacaron la irreverencia de la gente, la osadía de expresar su indignación para la contención de una operación sistemática de fraude, hubo un consenso generalizado en que las acciones de la campaña patrocinada por la administración municipal fueron grotescas.

En un ejercicio de indagación de opiniones y percepciones, la gente no resaltaba únicamente a la movilización para defender los votos, o para mitigar las irregularidades, sino que además se mencionaba que la situación no se desbordó aún más, porque la gente no tenía la intención de ejercer la violencia dirigida hacia parcialidades políticas en particular, de dañar la planta física de los colegios, y mucho menos de encender en una oleada de disturbios a la ciudad de Fonseca, o los corregimientos.

El 29 no hubo celebraciones, y pese a las tensiones, no se registraron confrontaciones entre simpatizantes de las campañas, y por el contrario, en redes sociales circularon exhortaciones a la calma y la cordura por parte de Benedicto González y Micher Pérez.

El lunes 30 no hubo más boletines oficiales de escrutinio. No hay certezas de ningún tipo sobre lo que va a suceder. La vida de los fonsequeros transcurrió con normalidad; en apariencia no había sucedido nada extraordinario. Pero por debajo de la superficie, más allá de las apariencias, en las conversaciones de la gente se comentaba con indignación la práctica de compra de votos, se refería que la campaña de la administración había perdido miles de millones de pesos porque las elecciones deben anularse.

Pero, además, se habla en todas partes de la apertura de una puerta de esperanza para el futuro, más allá de los resultados electorales, independientemente del rumbo que tomen las cosas, lo más sobresaliente entonces es que se ha tejido un movimiento de esencia popular y de sentido social. El lunes el fenómeno implicaba un cambio cualitativo, de manera insistente las personas señalaban de manera contundente que el pueblo de Fonseca ha despertado para escribir su propia historia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Comparte este contenido:

La Educción y Formación Técnica y profesional que desarrolla el (INCES), como herramienta de la Política Exterior de Venezuela

Autora: Luisa Elena Veloz Olave

RESUMEN

La internacionalización del INCES plantea al Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores la incorporación de la Educación y la Formación Técnica y Profesional (EFTP) como herramienta para promover la política exterior Bolivariana en el marco de la cooperación educativa.  En ese orden de ideas, este trabajo de grado presenta una propuesta que busca elevar la calidad y el prestigio de esta institución venezolana, allende sus fronteras, a un nivel en el que convergen objetivos laborales, profesionales, económicos y sociales – tomando en cuenta cuestiones como la infraestructura, la tecnología, el personal docente y programas educativos – y al mismo tiempo, el interés que tiene Venezuela de consolidar el relacionamiento y afianzar las alianzas estratégicas con países del Sur. Con base en lo anterior, se analizaron las acciones ejecutas por el INCES entre 2018 y 2022 para poder llegar a una propuesta formal de internacionalización. La investigación se sustentó en la visión constructivista de Alexander Wendt la cual concibe la cooperación como la manera en que las prácticas intersubjetivas entre los actores se convierten en identidades e intereses, forjados por la interacción. Así, el proceso mediante el cual se aprende a cooperar es al mismo tiempo un proceso de reconstrucción de intereses en términos de compartir compromisos a través del establecimiento de normas sociales. La metodología empleada fue la documental, la cual se fundamenta en la investigación a partir de documentos oficiales, tesis, libros, artículos de revistas arbitradas e que versan sobre el tema objeto del trabajo final.

Palabras claves: INCES, EFTP, constructivismo, cooperación educativa, política exterior bolivariana, ocupaciones productivas.

The Technical and Professional Education and Training carried out by INCES, in the Foreign Policy of Venezuela

ABSTRACT

The internationalization of INCES proposes the inclusion of the Technical and Vocational Education and Training (TVET) to the People’s Power Ministry of Foreign Relations, as a tool to promote the Bolivarian Foreign Policy in the framework of the educational cooperation. In this light, this work offers a proposal aiming to bring the quality and prestige of this Venezuelan institution, to a level beyond its borders, where work, technology, professional, economic and social objectives can converge – considering issues such as infrastructure, technology, teaching staff and programs – as well as Venezuela’s interest to consolidate relations and strengthen strategic partnerships with countries of the South.  Based on the above, actions executed by INCES between 2018 and 2022 were analyzed in order to arrive to a formal Internationalization proposal. This work was based on Alexander Wendt’s vision on constructivism, which envisages cooperation as the way intersubjective practices among actors become identities and interests, forged by interaction. Thus, the cooperation learning process is, at the same time, an interests’ reconstruction process related to shared commitments, through social rules. The methodology used was documentary review of official documents, thesis, books and peer-review journal articles related to the research topic.

Keywords: INCES, TVET, constructivism, educational cooperation, Bolivarian foreign policy, technical and skilled labor.

 

La Educción y Formación Técnica y profesional que desarrolla el (INCES), como herramienta de la Política Exterior de Venezuela.

 

Estamos en un proceso de avances en el escenario internacional, que ha permitido que entren en el juego otros elementos, como el educativo, que aporte a la diversificación de las relaciones, diversificación que se exprese en dos vertientes, una: relación con otros países, y, en segundo lugar, insertar otros factores, distintos a los ya tradicionales, es decir aquellos que potencian solamente las relaciones económico comerciales, e incorporar, por ejemplo, la cooperación educativa.

La cooperación educativa es considerada como una alternativa para complementar los modelos y concepciones del sector educativo que se desarrollan en un país, este tipo de cooperación suele orientarse a la difusión e intercambio de conocimientos y técnicas para un beneficio mutuo. La educación engloba el concepto de lo humano, por lo que trasciende en diversos ámbitos de una sociedad como en el ingreso las oportunidades, el empleo y la calidad de vida. La cooperación se presenta tanto a nivel nacional como internacional y en términos generales, se refiere a acciones concretas de dos o más partes para lograr objetivos comunes. En la clasificación de cooperación se encuentra la cooperación educativa como una de las áreas claves para el desarrollo, que se deriva no solamente de la colaboración entre instituciones educativas y movilidad estudiantil, sino que, en realidad, va más allá.

La cooperación educativa internacional se traduce en la difusión de la lengua, de la cultura, becas, cátedras, exposiciones y, en un sentido más amplio se integra como parte de la política exterior de un país. La cooperación educativa tiene un elemento arraigado de interculturalidad que radica en la diversidad.

Antes de comenzar por explicar la concepción sobre la cooperación educativa, es de suma importancia reconocer el papel que tiene la educación no solo a nivel de un país, sino en general, la concepción desde un pensamiento global:

“…La educación es el medio más adecuado para construir la personalidad, desarrollar al máximo las capacidades, conformar la identidad personal y configurar la comprensión de la realidad, integrando la dimensión cognoscitiva, afectiva y axiológica. Para la sociedad, la educación es el medio de transmitir y, al mismo tiempo, de renovar la cultura y el acervo de conocimientos y valores que la sustentan, de extraer las máximas posibilidades de sus fuentes de riqueza, de fomentar la convivencia democrática y el respeto a las diferencias individuales, de promover la solidaridad y evitar la discriminación, con el objetivo fundamental de lograr la necesaria cohesión social. Además, la educación es el medio más adecuado para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, responsable, libre y critica, que resulta indispensable para la constitución de sociedades avanzadas, dinámicas y justas. Por ese motivo, una buena educación es la mayor riqueza y el principal recurso de un país y de sus ciudadanos…” (Steffan Heinz Dieterich, 1995, 83)

Otra modalidad de cooperación es la que se establece a partir del esquema de relación entre países en vías de desarrollo, en el que los miembros aspiran a subsanar el atraso económico en el que se encuentran respecto de los países más desarrollados, representando así una alterativa al modelo de cooperación Norte-Sur. De esta manera, la cooperación “Sur-Sur”, como comenzó a conocerse internacionalmente a finales de la década de 1970, se realiza a partir del entendimiento y la coordinación política para la movilización de recursos financieros, humanos, técnicos y tecnológicos con el objetivo último de superar la condición del subdesarrollo y alcanzar beneficios compartidos entre países que no han alcanzado el desarrollo de sus sociedades.

La cooperación “Sur-Sur” se originó, en la Conferencia de Bandung (1955) donde 29 países de África y Asia promovieron los valores del “tercermundismo”. Años después, en 1961, se creó el Movimiento de Países No Alineados (NOAL) cuyo objetivo fue que los Estados involucrados mantuvieran una posición neutral frente al conflicto “Este-Oeste”. Finalmente, la cooperación Sur-Sur se institucionalizo en el Plan de Acción de Buenos Aires (PABA) en 1979, donde este modelo de cooperación fue reconocido de forma oficial por la comunidad internacional de países subdesarrollados. (UNESCO (24 de marzo de 2022). Plan de Acción de Buenos Aires para Promover y Realizar la Cooperación Técnica entre los Países en Desarrollo. https://cooperacionsursutorg/images/docs/Plan de Acción de Buenos Aires 1978.pdf).

Es imprescindible, a la hora de realizar una propuesta que aborde el hecho internacional, contextualizar con un enfoque teórico que respalde dicha propuesta, e spor ello que hablaremos aquí  del enfoque constructivista, que, de acuerdo a la exposición de Stefano Guzzini (2000, 149) es “una meta-teoría reflexiva, sobre la construcción de la realidad social, que no es más que, epistemológicamente, sobre la construcción social del conocimiento. Es necesario destacar que el constructivismo no se presenta en su totalidad en una teoría sustantiva de las Relaciones Internacionales, sino como un marco analítico para el estudio de la política global que reconoce la ontología social del sistema internacional, la búsqueda de una epistemología adecuada para su estudio y el uso de la hermenéutica como método científico. Aunque ciertamente, no es una escuela homogénea ni en el plano metodológico ni en el epistemológico. De esta manera, procura brindar elementos para el análisis de la construcción de las prácticas sociales, la posibilidad de cambio, la codeterminación entre agentes y estructuras, las identidades de los actores y la importancia de las ideas y normas como construcciones subjetivas.

Entre los principales exponentes del constructivismo se destacan: Alexander Wendt, The Agent­Structure Problem in International Relations Theory (1987), Anarchy is What States Make of It: The Social Construction of Power Politics (1992a), Levels of Analysis vs. Agents and Structures: Part III (1992b), Constructing International Politics (1995), Identity and Structural Change in International Politics, in YosefLapid and Friedrich Kratochwil (eds) The Return of Culture and Identity in IR Theory(1996), On Constitution and Causation in International Relations (1998), On the Via Media: A Response to the Critics (2000).

Una vez teniendo presente que se puede echar mano de estas herramientas expresadas, es importante hacer mención del hecho petrolero en nuestro país. En este sentido, señalo que este artículo no se trata del petróleo, y aclaro que no soy experta en dicho tema, pero cuando se trata de hablar de la política exterior venezolana, es imprescindible referirnos al petróleo, lo que ha generado en nuestro país la condición se ser un país monoproductor.

Desde inicios del Siglo XX hasta nuestros días, la política exterior de Venezuela ha estado basada en las negociaciones que se desprenden del rentismo petrolero y subordinada a intereses foráneos, sobre todo al capital internacional expresado en empresas transnacionales explotadoras de petróleo. Esta situación nos convirtió en un país exportador de materia prima e importador de productos procesados, así como también determinó la relación, casi exclusiva, con los países dominantes, dejando un reducido margen para las relaciones diplomáticas basadas en la relación comercial derivada del petróleo. Por lo tanto, el petróleo ha sido un factor único y determinante en el relacionamiento internacional del país. Así lo plantea Rafael Miranda, en la revista Analecta Política, en el trabajo titulado Política exterior de Venezuela: el petróleo como variable estructuradora donde expresa lo siguiente:

“…El petróleo y su mercado condicionan variables que influyen en su política exterior, como: las instituciones, su estructura económica y su proyección de poder en términos económicos, y sus dinámicas políticas. La abundancia de recursos naturales, especialmente de petróleo, no solo afecta el plano económico sino también configura el marco institucional estatal alrededor de ellos, especialmente, cuando estos recursos aparecen en la modernización. Este es el caso de Venezuela, que adicionalmente mantiene una dependencia económica de los ingresos generados por la exportación de su petróleo. La economía política plantea que los modos de producción y la distribución de los excedentes en una sociedad dan luces sobre sus interacciones de poder y la configuración de sus instituciones, es decir, los fundamentos de los arreglos sociales. Los recursos naturales, y en particular el petróleo, han sido una variable principal alrededor de los cuales ha girado la configuración del poder interno y marcado la pauta de la inserción en el contexto internacional…” (Miranda, G, 2017, 7).

El relacionamiento internacional de Venezuela basado en el petróleo, data de principios del siglo XX, coincidiendo con el fin de la primera guerra mundial (1919), y lo que pudiera mencionarse como:

“…la expansión de la demanda de los mercados industrializados de Europa y Estados Unidos gracias, especialmente, a la expansión de la industria automovilística, el crecimiento de los grandes consorcios de la época: la Standard y la Royal y, en menor medida, la Anglo-Iraní, y el llamado “reventón” del pozo Barrozo N°2 en 1922 del que fluyó petróleo durante nueve días a un promedio de 100.000 barriles diarios (b/d), permiten la explotación industrial del petróleo venezolano por el capital extranjero a escala significativa. En 1925 la industria petrolera ya era el factor dominante de la economía venezolana y en 1928 Venezuela era el segundo mayor productor de petróleo en el ámbito mundial…” (Miranda. G, 2017, 8).

A pesar de que este artículo no se trata de petróleo, si es de gran interés, debido a que representa el punto de partida de la ejecución de una política exterior basada en una economía monoproductora, proceso que ha calado en el imaginario cultural de la población venezolana en todos sus niveles y, el más importante, en las esferas de decisión de la política pública. Esta dependencia en la renta petrolera se caracterizó por tener como principal socio comercial a los Estados Unidos de Norteamérica, lo que permitió que este país tuviera influencia en el diseño y ejecución de la política exterior venezolana, dejando de lado la posibilidad de diversificar las relaciones con otros países, sobre todo durante el siglo XX.

Desde el siglo XX, el petróleo y otros minerales de origen natural han sido prácticamente la única fuente de negociación de Venezuela para establecer relaciones con otros países; Por este motivo, la autora de este trabajo considera que es necesario contar con otros elementos como la educación para superar las dificultades que enfrenta el país en lo económico, lo político y lo socio-cultural. La dependencia del petróleo y otros minerales limitan el comercio venezolano a la venta de materia prima y la importación de la mayoría de los productos que se consumen dentro del territorio nacional. En consecuencia, en los últimos años, ha quedado demostrado que negociar solo con petróleo, sin contar con otras opciones de comercialización y financiamiento, representa una gran desventaja en circunstancias de crisis a la hora de atender las necesidades básicas de la población. Por ejemplo, durante el paro petrolero del año 2002, a partir de las medidas coercitivas unilaterales aplicadas desde el año 2015 y la pandemia de la covid-19 vivida en el año 2020, la población venezolana se enfrentó a serias dificultades para abastecerse de alimentos, medicinas y otros productos y servicios de primera necesidad. El hecho de que el país sea exportador de materia prima e importador de productos ya manufacturados, ha generado escasez, debido a que no se cuenta con una producción doméstica suficiente para sustituir los productos importados, por lo tanto, se dista de una economía sustentable. Estas situaciones han demostrado cuán importante es desarrollar en el país otras herramientas que permitan alcanzar la soberanía e independencia en materia económica.

En este sentido, y siendo más específicos con relación a la cooperación educativa, planteo aquí la importancia de la Educación y la Formación Técnica y Profesional (EFTP), desarrollada por el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (INCES), institución que tiene 64 año de historia en Venezuela, creada por el Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa el año 1958, siendo desde sus inicios una institución con una visión internacional,  miembro fundador del Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional (CINTERFOR): que es un servicio técnico de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), creado en 1963, establecido en Montevideo, Uruguay. Desde entonces son varias las etapas por las que ha pasado esta noble institución, dedicada a formar a las personas en ocupaciones productivas que le permitan su incorporación al sector productivo del país. Destaco aquí la gestión del año 2018 al 2022, haciendo énfasis en la Internacionalización del Inces, que consiste en el relacionamiento internacional de la institución, tanto bilateralmente, como desde la perspectiva multilateral, teniendo dos objetivos:

  1. Impulsar intercambios de experiencias que permitan potenciar, la formación de docentes, alimentar y crear contenidos adecuados a las necesidades y potencialidades reales del sector productivo del país, impulsar la transformación digital del INCES, alimentar y consolidar la propuesta de creación de un Subsistema de Educación y Formación Técnica Profesional como política educativa, incentivar la puesta en marcha de acciones que motoricen el encadenamiento productivo del INCES.
  2. Formar parte de la agenda internacional del país, para procesos de negociación con países que manifiesten interés por recibir formación del INCES, resaltando los 64 años de historia del INCES, los 147 Centros de Formación Socialista distribuidos por todo el país, las distintas áreas de conocimiento que son base fundamental para impulsar el desarrollo económico productivo de cualquier nación, la capacidad instalada para recibir delegaciones y ser formadas en nuestros espacios, el Talento Humano de Facilitadoras y Facilitadores que pueden ir a llevar la EFTP a cualquier país, los procesos formativos existentes en la plataforma del INCES (formación virtual), que son herramientas para la negociación.

La institución se ha venido relacionando con fuerza a partir del año 2018, como rezan las siguientes actividades:

En el año 2018, se realizó un primer encuentro entre el INCES y misiones diplomáticas de África en Venezuela, en las instalaciones del Centro de Formación Socialista Gastronómico “Wadäka”. Dicha actividad tuvo como propósito dar a conocer las oportunidades de cooperación que ofrece el INCES a los países del continente africano, y su disposición de intercambiar los conocimientos y las experiencias acumuladas durante 59 años en materia de EFTP en Venezuela, buscando relaciones más directas en el marco de la Cooperación Sur-Sur.

Este encuentro contó con la participación de seis (6) delegaciones diplomáticas acreditadas en el país: República Árabe de Egipto, República de Sudáfrica, República de Guinea Ecuatorial, República de Angola, República Federal de Nigeria, República Árabe Saharaui Democrática. En dicha actividad se realizó una exposición sobre la historia, misión y visión institucionales, adentrándose en las bondades del INCES, que van desde su capacidad instalada hasta los bienes y servicios producidos por la institución.

En esta reunión se llevó a cabo el relanzamiento del INCES al mundo de la política exterior de Venezuela y se planteó la posibilidad de concretar acuerdos que permitieran diseñar y ejecutar acciones orientadas a combatir la deserción escolar en los sectores más vulnerables de la población estudiantil, poner la educación al alcance de la población penitenciaria y ofrecer los programas del instituto a jóvenes de los pueblos africanos, que les permitan optar por empleos dignos.

El año 2020, en medio de la Pandemia del Covid 19, se planificó y ejecutó el Congreso Internacional con motivo del aniversario 61 del INCES, vía on Line, con la participación de Organismos Multilaterales del Sistema ONU y países de América Latina, con la finalidad de posicionar la Educación y la Formación Técnica Profesional como elemento para el desarrollo económico productivo del país. Ese mismo año se realizó también el Seminario Internacional la Educación y la Formación Técnica Profesional en América Latina, el Caribe y África, con la finalidad de intercambiar experiencias en temas formativos en el contexto de la pandemia y los aportes que realiza la EFTP al logro de los ODS de la Agenda 2030. Se contó con la participación de Organismos Multilaterales del Sistema ONU y de países de África, el Caribe y América Latina.

En el año 2021, se realizó un Seminario On Line, con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) junto con el Viceministerio para Asia, Medio Oriente y Oceanía del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, con la finalidad de generar intercambios de experiencias y de conocimientos relativos a la Educación y Formación Técnica y Profesional en el ámbito productivo.

En el año 2022, en el marco del 63 aniversario del Instituto Nacional de Capacitación Socialista INCES, se realizó el ciclo de Conferencias denominada: “Importancia de la Educación y Formación Técnica y Profesional para el cumplimiento de los ODS, experiencias de Sudáfrica, China y Venezuela», el cual tuvo como propósito generar un espacio de debate y reflexión sobre el contexto mundial actual y los desafíos que enfrenta la transformación de la EFTP en diversos países del mundo. Esta actividad contó con la ponencia del Embajador de China ante la UNESCO París, el excelentísimo Profesor. YANG Jin, Especialista en Educación y Formación Técnica y Profesional, quien resaltó la importancia de la EFTP y la transformación curricular en el sistema educativo formal para el desarrollo del país.

En el marco de estos objetivos, el INCES suscribió un memorándum de entendimiento con la UNESCO, cuyo objetivo principal es:

“…contribuir a la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, a través del fortalecimiento de la colaboración entre las Partes”.

Asimismo, desde el año 2019, el INCES es miembro del Centro UNESCO-UNEVOC:

“…El Centro Internacional UNESCO-UNEVOC para la Educación y Formación Técnica y Profesional (UNESCO-UNEVOC) ayuda a los 195 estados miembros de la UNESCO a fortalecer y mejorar sus sistemas de educación y formación técnica y profesional (EFTP). Se estableció en 2000 y se inauguró en Bonn en 2002…” (ONU, (3 de febrero de 2022) https://unevoc.unesco.org/home/UUIC+-+Quienes+somos)

Desde el punto de vista de los Organismos Multilaterales, el INCES mantiene un relacionamiento internacional activo, así como también de forma bilateral con países del Caribe como Belice; de África: Mozambique, Túnez, Angola, Sudáfrica; de Asia: Países Asean; de América Latina: Nicaragua, México, Cuba, todo ello a través del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores.

En el ámbito nacional, el INCES tiene convenios de cooperación suscritos con más de 50 instituciones, públicas y privadas. Este proceso lo convierte en una institución de gran fortaleza, debido a que tiene la capacidad de llevar formación a distintos sectores de la sociedad. Es una institución muy demandada que cuenta con 24 gerencias regionales (una en cada estado), 147 Centros de Formación Socialista (CFS) en el territorio nacional. Entre ellos, se cuenta con centros especializados en las áreas de: agroalimentación, industria, automotriz, turismo, metalmecánica, construcción, gastronomía, textil y calzado.

Esto da cuenta de que ya en la práctica institucional del Inces se han venido ejecutando acciones que demuestran que la EFTP es una herramienta efectiva que impulsa el relacionamiento de la institución con otros países. ¿Podríamos decir que la EFTP es el nuevo petróleo? Es probable que aún falten muchos años de recorrido histórico par que la EFTP se equipare a los resultados que se obtienen mediante las negociaciones basadas en petróleo, pero, mientras tanto, también puede generar resultados muy positivos al país.

La Educación y Formación Técnica y Profesional:  juega un papel fundamental en cuanto al aprendizaje permanente y la capacitación para el empleo que son las bases de la creación de oportunidades, con la participación de instituciones formales que cuenten con los medios de evaluación, certificación y reconocimiento de las aptitudes profesionales y, especialmente, en relación al cumplimiento de las metas de la Agenda 2030, en el entendido de que esta modalidad de estudio representa una vía para el acceso igualitario a la educación, principalmente, para la población marginada y para promover el desarrollo sostenible, el empleo decente, el sector económico y productivo y la erradicación de la pobreza, entre otros (Angel, 2022).

Es definitivo, que la EFTP, es un elemento que juega un rol fundamental en el escenario internacional, mucho más, a partir del año 2015, cuando se diseñó la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas, con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En dicha agenda, el ODS número 4 merece un punto especial, debido a que aborda directamente la cuestión educativa. Este objetivo contempla 10 metas; sin embargo, se mencionan aquí las concernientes a la EFTP:

  • 4. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
  • 4.3 De aquí a 2030, asegurar el acceso igualitario de todos los hombres y las mujeres a una formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria.
  • 4.4 De aquí a 2030, aumentar considerablemente el número de jóvenes y adultos que tienen las competencias necesarias, en particular técnicas y profesionales, para acceder al empleo, el trabajo decente y el emprendimiento.

Alcanzar los ODS de la Agenda 2030, es un compromiso asumido por todos los países, y en lo que a este artículo concierne, haremos especial énfasis a la EFTP.

Además del ODS 4, se considera que la EFTP aporta al logro de:

  1. Objetivo 1: Poner fin a la pobreza
  2. Objetivo 2: Hambre y seguridad alimentaria
  3. Objetivo 4: Educación
  4. Objetivo 5: Igualdad de género y empoderamiento de la mujer
  5. Objetivo 8: Crecimiento económico
  6. Objetivo 9: Infraestructura
  7. Objetivo 10: Reducir las desigualdades entre países y dentro de ellos
  8. Objetivo 11: Ciudades
  9. Objetivo 12: Producción y consumo sostenibles

Mencionar 9 de los 17 ODS en puede parecer ambicioso, sin embargo, los elementos que componen la EFTP están orientados a contribuir al logro de cada uno de ellos, porque en la medida en que los distintos grupos de las sociedades de un determinado país adquieran competencias y puedan acceder a trabajos de calidad, podrán ayudar a disminuir el hambre y, por lo tanto, contribuir a disminuir la pobreza y, a partir de allí, alcanzar el resto de los ODS.

Todo lo mencionado anteriormente da cuenta de la importancia que tiene la EFTP en el mundo, porque son las personas que poseen una ocupación productiva, quienes aportan de manera efectiva al desarrollo económico productivo de un país determinado, es decir, es el Albañil quien pone su mano de obra para levantar un edificio, es el carpintero quien fabrica las mesas y las sillas y hace las puertas, es el agricultor el que cultiva lo que nos comemos a diario, es la cocinera quien hace la comida, el panadero quien prepara el pan, son los torneros quienes fabrican piezas en las tornerías, es el mecánico automotriz quien tiene capacidades para reparar el carro, entre otros tantos ejemplos que pudiéramos mencionar en este espacio.

En este sentido cabe señalar la importante experiencia que tiene el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (INCES), formulando y ejecutando planes orientados a impulsar la Educación y la Formación Técnica y Profesional en Venezuela. Esto tiene como consecuencia importante para el país, que el INCES sea demandado internacionalmente, sobre todo por países en vías de desarrollo, que carecen de una política consolidada en EFTP.

En este orden de ideas, se considera que el INCES posee las potencialidades necesarias para promover las relaciones bilaterales en un clima de confianza mutua por ser una institución con más de 60 años formando a jóvenes venezolanos, cuenta con 24 gerencias regionales, una en cada estado, así como también con 147 centros de formación socialista a escala nacional, especializados en áreas de conocimiento agroalimentaria, industrial, textil, de calzado, automotriz, construcción, turismo, ferroviaria, entre otras.

Desde este punto de vista, se plantea la educación y formación técnica y profesional de acuerdo a la visión de Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), según la cual:

“[…] “se ocupa de impartir conocimientos, destrezas o capacidades para el mundo del trabajo desde la educación secundaria y a lo largo de la vida”. Tiene un rol relevante en la Agenda 2030 a través del objetivo de desarrollo sostenible 4 que busca “…garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos…” UNESCO (3 de febrero de 2023) EFTP https://es.unesco.org/EFTP-ALC#:~:text=La%20educaci%C3%B3n%20y%20formaci%C3%B3n%20t%C3%A9cnica,lo%20largo%20de%20la%20vida

La EFTP es, ya en la práctica, un elemento de cooperación educativa empleado de acuerdo con el enfoque constructivista de las Relaciones Internacionales para ir diseñando y accionando, y de esa forma fortalecer la capacidad que tiene la República Bolivariana de Venezuela como actor internacional en materia educativa y, a la vez, servir a la necesidad que puedan tener algunos países de planificar y ejecutar procesos de EFTP para impulsar su desarrollo económico y productivo. En este sentido, la experiencia del INCES podría resultar muy atractiva para distintitos países del mundo, al brindarles la posibilidad de establecer alianzas con la República Bolivariana de Venezuela en el marco de dicha modalidad de formación.

Por ello, se considera que la educación y formación técnica profesional (EFTP) podría formar parte de la mesa de negociaciones internacionales para establecer intercambios, ejecutar transferencias de conocimientos, actualizar la oferta curricular en este tipo de educación, con el fin de potenciar los distintos motores productivos de un país, obtener financiamiento, dotaciones, donaciones, con una visión más amplia o en prospectiva. Asimismo, la EFTP puede contribuir a que países reconozcan y apoyen a Venezuela en escenarios como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y en distintos espacios o terrenos que se pretenda conquistar.

En este escenario y en cumplimiento con la Agenda 2030 y la aplicación de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), Venezuela promueve la educación y formación técnica profesional (EFTP) para contribuir al desarrollo de las competencias para el trabajo y la vida decente. Con este tipo de educación se impulsa el crecimiento económico y la competitividad inclusiva y sostenibles, así como la equidad social y la sostenibilidad ambiental. Por tal motivo, la Organización de las Naciones Unidas, ha incorporado explícitamente en la Agenda Educativa 2030, dos objetivos que tienen que ver con el acceso igualitario de todos los hombres y las mujeres a una educación y formación técnica y profesional y superior de calidad, y aumentar considerablemente el número de jóvenes y adultos con competencias técnicas y profesionales.

En virtud de lo anterior, en el presente artículo se intenta contribuir a ampliar la visión que se tiene de la educación y la formación técnica y profesional como una herramienta para la política exterior de Venezuela. En este sentido, la EFTP ofrece capacitación que permite optar a empleos de calidad, promover el crecimiento individual, el desarrollo de las capacidades productivas, así como el avance económico productivo de un determinado país. Además, la EFTP es una necesidad sobre todo en los países en vías de desarrollo, los cuales demandan mano de obra calificada, y buscan alianzas mediante las cuales puedan obtener cooperación basada en la EFTP.

Hacemos énfasis en que el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (INCES) para consolidar su etapa de internacionalización mediante la promoción de la educación y formación técnica profesional (EFTP) en países en vías de desarrollo y en aquellos comprometidos con la agenda 2030, es una herramienta para la política exterior venezolana, a través de la cooperación educativa mediante convenios y/o acuerdos, que permitan preservar la paz, fortalecer las relaciones amistosas, alcanzar metas de desarrollo comunes, así como proteger la cultura y los valores de la sociedad.

Al respecto, la educación y formación técnica profesional (EFTP) puede ser una herramienta para negociar con varias regiones del mundo fuera del ámbito de los hidrocarburos y, de este modo, ampliar la visión sobre la cooperación en el país. Esta cooperación, en materia de EFTP, está a dirigida a las regiones de África, países árabes, Asia y Pacífico, Europa y Norteamérica, Latinoamérica y El Caribe con el fin de impulsar la formación de jóvenes en áreas económicas priorizadas.

La realización de este estudio responde a la necesidad de impulsar la construcción de un INCES en las distintas regiones del mundo para promover la educación y formación técnica profesional (EFTP), mejorar la calidad de vida y reducir la pobreza.

En este orden de ideas, lo expresado anteriormente se considera relevante porque se inserta en la etapa de internacionalización del INCES, por una lado,  da cuenta de las gestiones ejecutadas por el Instituto en África, Asia y Pacífico, Latinoamérica y El Caribe, y sigue vigente para los próximos años, con la finalidad de promover oportunidades formativas para grupos desfavorecidos, en particular para mujeres, jóvenes no escolarizados, y a los distintos denominados grupos vulnerables, a fin de conseguir integrarlos al mundo del trabajo y la sociedad.

En ese sentido, la EFTP puede ser una de las áreas a través de las cuales se puede lograr una nueva forma de relacionamiento en el ámbito de la cooperación que contribuya a la internacionalización de instituciones educativas, entendiéndose por esta como el proceso mediante el cual se posiciona a una institución de EFTP como una herramienta para impulsar la política exterior de un país, con el fin de buscar nuevas alianzas estratégicas que ayuden a fortalecer los lazos ya existentes con países aliados, así como ingresar en la agenda internacional para llevar a cabo procesos de negociación basados en el interés en este tipo de formación. Por su parte, los países receptores de esa cooperación podrían diseñar y ofrecer programas de capacitación en áreas de producción que se ajusten a sus necesidades de desarrollo y en las cuales no posean planes de estudio de este tipo y, a la vez, convertirse en un aliado o fortalecer las alianzas ya existentes con el país que la ofrece.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.     

Ángel Paredes, W. (2022). Sistema de Educación y Formación Técnica y Profesional. Una Contribución para Superar el Rentismo Petrolero. Caracas: República Bolivariana de Venezuela.

Chomsky N. y Dieterich, H. (1995) La sociedad global. Educación, mercado y democracia. 1era edición, México, planeta mexicano.

Miranda, G. (2016). Política exterior de Venezuela: el petróleo como variable estructuradora. Revista Analecta política [Revista en Línea]. Disponible: (PDF) Política exterior de Venezuela: el petróleo como variable estructuradora (researchgate.net) (Consulta: 2022, octubre 20).

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO. Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe, OREALC/UNESCO Santiago. (2015). La Enseñanza y Formación Técnica y Profesional en América Latina y el Caribe. Una perspectiva regional hacia 2030. [Documento en Línea]. Disponible https://es.unesco.org/EFTP-ALC (Consulta: 2022, Mayo 15).

UNESCO (2003). Enseñanza y formación técnica y profesional en el siglo XXI. UNESCO-OIT, Paris [Documento en línea] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000126050_spa

UNESCO (2016). Recommendation concerning technical and vocational education and training (TVET). [Documento en línea] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000245178

Plan de Acción de Buenos Aires (1978) https://cooperacionsursutorg/images/docs/

Wendt, A (2005) “La anarquía es lo que los estados hacen de ella. La construcción social de la política de poder”. Revista Académica de Relaciones Internacionales, [Revista en línea] 1. Disponible: http://www.relacionesinternacionales.info/ojs/article/viewFile/6/5.html (Consulta: 2021 noviembre 28)

 

 

 

 

Comparte este contenido:
Page 7 of 402
1 5 6 7 8 9 402