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América Latina y el Caribe: América Solidaria, CEPAL y UNICEF abren convocatoria a iniciativas creadas por adolescentes con miras al cumplimiento de la Agenda 2030

América Solidaria, CEPAL y UNICEF abren convocatoria a iniciativas creadas por adolescentes con miras al cumplimiento de la Agenda 2030

CONCAUSA es un programa regional que busca visibilizar y fortalecer propuestas lideradas por jóvenes del continente para que puedan incidir en sus realidades y avanzar hacia un desarrollo sostenible e inclusivo.

La organización internacional América Solidaria, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), abrieron la postulación para la presentación de iniciativas creadas por adolescentes con miras al cumplimiento de la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

En la nueva versión de la iniciativa CONCAUSA, adolescentes de entre 14 y 17 años, provenientes de países de América Latina y el Caribe, pueden postular sus proyectos relacionados con al menos uno de los 17 ODS. El plazo de postulación vence el 15 de junio.

Para participar, las iniciativas deben ser presentadas por un equipo de dos a tres adolescentes a través de un video que explique de manera dinámica y sintética, aunque con la mayor cantidad de información posible, los alcances del proyecto. Los videos deberán ser subidos a la siguiente plataforma: https://comunidad.socialab.com/challenges/concausa-2022

CONCAUSA busca identificar y difundir propuestas que apunten a la implementación y el cumplimiento de los ODS de la Agenda 2030 y avanzar hacia un desarrollo sostenible e inclusivo.

“CONCAUSA permite que las y los jóvenes del continente se consoliden como sujetos de derecho y también como constructores de una sociedad más igualitaria. Con esta iniciativa, expresamos con firmeza nuestra convicción de que ellas y ellos son actores clave para lograr el desarrollo sostenible”, afirmó Mario Cimoli, Secretario Ejecutivo Interino de la CEPAL.

Acorde con Maria Emilia Correa, Presidenta del Directorio Internacional de América Solidaria, «Concausa encarna el propósito de América Solidaria. Nuestra propuesta para el continente es lograr que los y las adolescentes den vida a sus derechos y deberes a través de sus acciones. Junto con sus comunidades, otras organizaciones y grupos de diferentes países, levantan proyectos e ideas para solucionar los problemas más relevantes para la sociedad, trabajando para el bienestar de todos»

En su edición 2022, el programa busca dar un paso más allá y ofrecer a las y los líderes adolescentes de la región una experiencia que abarcará varias etapas de formación, acompañamiento y encuentro entre participantes de toda la región.

“CONCAUSA se ha transformado en un espacio que en cada edición fortalece y potencia iniciativas lideradas por adolescentes de nuestra región y responden a los desafíos que enfrentan diariamente en sus trayectorias personales y comunitarias. Es realmente inspirador ver que la  dimensión que ha alcanzado la red CONCAUSA es posible porque existe la disposición a escuchar, intercambiar experiencias y apoyar el desarrollo de habilidades esenciales que permitan a estos jóvenes liderar cambios sociales sostenibles”, expresó Jean Gough, Directora Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe.

El programa iniciará con encuentros locales, continuará con espacios de formación asincrónica y culminará con la Cumbre Internacional CONCAUSA 2022, la cual reunirá a representantes adolescentes de toda la región en un país de Latinoamérica que será revelado prontamente.

Más información en: http://www.concausa2030.com/

 

Fuente de la Información: https://www.cepal.org/es/noticias/america-solidaria-cepal-unicef-abren-convocatoria-iniciativas-creadas-adolescentes-miras-al

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Entrevista a Enrique Dussel: “El intelectual debe ser un militante, debe tomar partido”

Por:  Lautaro Rivara

ALAI conversó en exclusiva con Enrique Dussel, uno de los principales intelectuales del Sur Global. Dialogamos sobre el momento geopolítico, la descolonización, el rol de los intelectuales, el nuevo evangelismo, las derechas de la región y los desafíos que enfrenta América Latina y el Caribe en este ciclo histórico.

Enrique Dussel es para los pueblos del Sur Global lo que Hegel fue para las burguesías europeas del siglo XIX. Como el filósofo de Stuttgart, el mendocino decidió volver a pensarlo todo, desarrollando un pensamiento sistemático y riguroso, pero sobre todo comprometido y radical. Su mirada atenta y voraz ha pasado por casi todos los campos: la filosofía, la historia, la teología, la ética, la política, la geopolítica, la antropología, la arqueología, la pedagogía, la estética y la erótica. 

Pero comparar a Dussel con Hegel significa señalar todo lo que tiene de antagónico respecto al gran filósofo de la burguesía alemana y mundial: Dussel fundamenta la liberación allí donde se justificó la esclavitud, promueve la descolonización frente a la permanencia de la colonialidad, afirma la historicidad de América frente al encubrimiento occidental, pondera lo colectivo y lo comunitario frente al individualismo liberal, defiende la intrínseca dignidad humana frente al racismo, el patriarcado y el capital.

Enrique Dussel es uno de los principales animadores de la filosofía de la liberación, movimiento que fundó en 1971 junto a pensadores como Mario Casalla, Rodolfo Kusch, Horacio Cerruti Guldberg, Arturo Andrés Roig y otros. Su formación parte del marxismo y el cristianismo, anuda ética y política, y abreva en lo que ha dado en llamar el “giro descolonizador”, una crítica frontal al eurocentrismo y el occidentalismo formulada desde los países del Sur Global.

Dussel nació en la provincia de Mendoza, en Argentina, en el año 1934. Estudió filosofía en la Universidad de Cuyo, trabajó como carpintero en Nazaret, y se especializó en historia y teología en París. Ya de regreso a su país natal, y con el advenimiento de la dictadura cívico-militar de 1976, fue expulsado de la universidad, viendo censurada su labor intelectual. Finalmente, un atentado con bomba perpetrado en su domicilio por grupos paramilitares lo llevó a exiliarse en México, en donde desarrollaría la mayor parte de su obra. El conjunto de su vastísima obra, que supera los 50 volúmenes, se encuentra disponible en su propia página web, en acceso abierto para el estudio de investigadores, docentes y militantes populares.

Conocido por su cercanía con los movimientos sociales, Dussel no ha manifestado excusas ni reparos a la hora de destinar parte de su tiempo para oficiar de pedagogo y formador de militantes populares. En la actualidad se desempeña como uno de los organizadores de la Escuela Descolonial de Caracas y como secretario de formación política de MORENA, en México. Su defensa irrestricta de procesos como la Revolución Cubana, el proceso de cambio en Bolivia, y la Revolución Bolivariana de Venezuela, le han llevado a sostener amargas polémicas con otros teóricos descoloniales. A continuación, la entrevista que generosamente nos concedió.

Lautaro Rivara: En “Carta a los indignados”, un libro que tiene ya una década, usted se refirió a sí mismo como “un viejo militante”. ¿Qué significa para usted la militancia, ejercida desde el campo intelectual? ¿Cuáles son las principales tendencias y desafíos de nuestra época?

Enrique Dussel: Ser militante significa adversar la realidad que vivimos. La filosofía de la liberación que practico y contribuí a fundar nació hace muchos años, de parte de una generación que ya está terminando sus días: podríamos decir que lo hizo en el año 68, aunque la Revolución Cubana, importantísima, se dio una década atrás. Nosotros fuimos muy influidos por la lectura de Herbert Marcuse, de Paulo Freire, de Frantz Fanon, de las grandes figuras intelectuales y militantes de aquella época.

Hoy, después de más de 50 años, sigo militando desde la filosofía, desde las armas del pensamiento, sigo estudiando y pensando en los nuevos temas de América Latina. Pero siempre me apasiona volver a José Martí, a José Carlos Mariátegui, a todos los que pensaron en la necesidad de una segunda emancipación. Porque América Latina pudo emanciparse de España y Portugal, pero para ser sometida luego al neocolonialismo bajo la égida de Estados Unidos, que nos considera su patio trasero desde la Doctrina Monroe.

“Por el surgimiento de la potencia industrial que es China, por el equilibrio militar establecido con Rusia, y por la falta de liderazgo en Estados Unidos (…) estamos ante la posibilidad de una segunda emancipación”

Todos los golpes de Estado impulsados por Estados Unidos, o por estados europeos, buscaron garantizar nuestra subordinación, nuestra explotación económica. Cualquier fuerza que se opusiera era declarada comunista, se impulsaba el golpe y se colocaban militares al frente del Estado. Fue el caso por ejemplo del golpe contra Jacobo Arbenz, en 1954, en Guatemala, que marca el comienzo de una fuerte presencia de Estados Unidos en América Latina.

En mis obras sobre filosofía política nunca dejo de traer a la memoria la historia y la realidad de los Estados Unidos. Suele ser considerado un país desarrollado, con una población democrática. Pero es un país de enormes contradicciones, racista, guiado por los ideales de Hollywood, la burguesía norteamericana, el FMI, etcétera.

Creo que por el surgimiento de la potencia industrial que es China, por el equilibrio militar establecido con Rusia, y por la falta de liderazgo en Estados Unidos –hoy en plena crisis–, estamos quizás ante la posibilidad de una segunda emancipación, lo que nos permitirá situarnos de igual a igual frente a los norteamericanos. De no ser así, estableceremos mejor relaciones con China, país que parte de una larga historia que ignoramos, que fue una potencia industrial mucho antes que Europa y Estados Unidos. La hegemonía norteamericana está llegando a su fin, y eso se ve con la Nueva Ruta de la Seda, que ya llega hasta Argentina. Además, Europa también se está quedando sin aire, tensionada entre Oriente y Occidente. Se trata de un tema muy actual, el de nuestra segunda emancipación.

Pareciera que la crisis de la OEA –un ministerio extranjero de colonias– llevará a su reemplazo por la CELAC, un instrumento que se potencia con la política exterior de Andrés Manuel López Obrador. Esto significa todo un paso adelante.

L.R: Usted se manifestó en reiteradas ocasiones sobre la falta de autoestima intelectual y el carácter burocrático de la academia en los países periféricos. Y también fue crítico de algunos intelectuales decoloniales que rompieron con los procesos más avanzados de la región. ¿Cual es la relación entre decolonialidad y anti-imperialismo?

E.D: La decolonialidad y el antiimperialismo deben ir de la mano: deben ser un solo movimiento. Debemos superar esta situación mental colonial en que vivimos: debemos superar el modelo de intelectual latinoamericano que siempre está citando autores norteamericanos y europeos, víctima de un tremendo colonialismo epistemológico. Debemos beber también de nuestras propias fuentes. Estamos, sin embargo, atravesando un proceso de descolonización epistemológico: tenemos nuevos problemas, y sobre todo problemas nuestros, que no son los de los europeos y norteamericanos. Si seguimos imitándolos, buscando al último autor de moda, entonces ya no vamos a poder pensar lo nuestro. Debemos leer a nuestros autores, conocer nuestras tradiciones políticas, intelectuales e históricas.

dussel chavez
Enrique Dussel junto a Hugo Chávez en ocasión de la entrega del Premio Libertador.

Hoy, un intelectual decolonial, un intelectual militante, debe tomar partido por todos estos procesos de mediano plazo, pensando en el largo plazo en la superación del capitalismo, en la construcción de una sociedad ecológica, en la superación del uso del petróleo y las energías no renovables. Estamos en una época de grandes cambios: la filosofía y el pensamiento crítico debe tomar nota de estas cosas. También de la pandemia, que evidenció el fracaso del neoliberalismo, que entregó la salud al capital privado. Esta realidad exige pensar con urgencia lo que está sucediendo y demanda un gran compromiso intelectual y político, de tipo militante. Debemos retomar todos nuestros grandes ideales y aplicarlos a fines realizables. Esta situación, insisto, nos da una ventana de oportunidad para avanzar en una segunda emancipación.

L.R: Le propongo ahora que hablemos de religión. Desde su formación teológica y marxista, ¿cómo caracteriza al crecimiento exponencial del evangelismo neopentecostal en la región? Usted supo decir que “el socialismo está debajo del cristianismo”. ¿Qué hay debajo del nuevo evangelismo?

E.D: La tradición católica dio dos frutos bien diferenciados: uno, obsesionado con los temas tradicionales, la propiedad privada, que aceptó el dominio del capital y a lo sumo le propone algunas reformas. Este abreva directamente en las corrientes de derecha. Pero hay otro fruto, en la teología de la liberación, y hoy en el mismo Papa, que expresa una posición mucho más progresista y popular.

“Necesitamos un Estado robusto para servir obedencialmente a las exigencias del pueblo. Pero también hay que poner en cuestión al Estado que conocemos”

Las iglesias neopentecostales, muchas de ellas de origen e influencia norteamericana, tienen una ideología mucho más coherente y adecuada con el capitalismo dependiente. Por desgracia, en muchos casos, como sucedió recientemente en Bolivia, algunos sectores apoyan fervientemente los golpes de Estado, volviéndose movimientos antipopulares y, teológicamente, anticristianos. Para ellos, la religiosidad popular latinoamericana es vista como una infiltración en el cristianismo que hay que negar. Ellos toman algunos textos de la Biblia, y le dan una lectura capitalista e individualista, como la presidenta de facto Jeanine Áñez, cuando entró a palacio con la biblia en la mano, despreciando la wiphala, la bandera quechua-aymara. Esta idea de luchar con el evangelio contra los símbolos indígenas es una aberración, propia de un cristianismo conservador, neoliberal y pronorteamericano.

L.R: Quisiera preguntarle ahora por las viejas y nuevas derechas en América Latina y el Caribe y por sus tesis de política. Muchos debates se han dado y se seguirán dando sobre el lugar de la democracia frente al asedio de minorías intensas cada vez más racistas, violentas, misóginas y antidemocráticas. ¿Qué democracia es la que hay que defender, y cuál la que hay que construir?

E.D: Hay que partir por oponer la democracia representativa y la participación democrática del pueblo, que son dos cosas distintas. La cuestión es crear instituciones donde el pueblo pueda participar constitucionalmente en el gobierno. En Venezuela, por ejemplo, hay un poder representativo, pero hay también un poder participativo, que se organiza desde las bases, en donde la gente tiene la posibilidad de reunirse en el barrio, en colectivos mayores, y plantear entonces exigencias al poder representativo.

Tenemos que imaginar un nuevo tipo de Estado, no la anulación de aquel como si fuera intrínsecamente perverso. Necesitamos un Estado fuerte para defendernos, por ejemplo, del imperialismo. Necesitamos un Estado robusto para servir obedencialmente a las exigencias del pueblo. Pero también hay que poner en cuestión al Estado que conocemos. Hacer que la gente pueda participar, que no sea sólo representativo, que no se reduzca a una cúpula burocrática que gobierna desde arriba hacia abajo. Hay que modificar las instituciones políticas desde la base para poner un límite a la representación. La participación no puede ser sólo eventual, a través de algún tipo de plebiscito o consulta: la participación debe ser orgánica, con la presencia constante del pueblo, con las instituciones construidas a tal efecto. Eso exige por supuesto un tipo radicalmente nuevo de Estado, de una revolución con la participación institucional del pueblo.

L.R: En debate con diferentes corrientes liberales, usted supo decir que, al menos en el Sur Global, siempre fuimos comunidad, nunca fuimos individuos. Considerando la mirada sobre el Estado que nos acaba de compartir ¿cuál es el rol de la comunidad? ¿Qué rol juega la comunidad en los procesos de descolonización política y ante los procesos de individualización tan intensos que venimos viviendo?

E.D: El régimen liberal pensó sólo en un tipo de organización representativa, en donde la élite, sobre todo dineraria, los más ricos, logran imponer sus candidatos. En teoría el pueblo vota, pero en realidad sólo confirma lo que la élite ya eligió. Así funciona en esencia el sistema plutocrático norteamericano. Lo revolucionario será organizar, institucionalmente, de abajo hacia arriba, la participación popular. Lo que necesitamos es fortalecer la comunidad: que en el barrio haya reuniones de base, procesos de democracia directa que vayan ascendiendo hacia la constitución de un poder nacional participativo. Hay que aprender para eso de la constitución venezolana, que reconoce cinco poderes: ejecutivo, legislativo, judicial, ciudadano y electoral, el que a su vez también es elegido. Todas las instituciones, desde las iglesias hasta los clubes de fútbol, deben ser democratizadas. Debemos crear un estado de cinco poderes para que haya una participación real del pueblo, hoy manipulado por liderazgos espurios, no democráticos. Esto es una cuestión central en la ideología, en la definición del Estado, y en la construcción de comunidad. Porque, en definitiva, eso somos: comunidad.


Esta entrevista hace parte de la edición 555 de la revista de ALAI, que puede descargarse de forma íntegra aquí

Fuente de la información e imagen: https://www.alai.info
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América Latina y el Caribe: Cumbre de las Américas ¿entre «amigos»?

Cumbre de las Américas ¿entre «amigos»?

Juan J. Paz-y-Miño Cepeda

El primer paso en la constitución de un sistema internacional continental alentado por los EE.UU. fue la Primera Conferencia Interamericana de 1890, que creó la Unión Internacional de las Repúblicas Americanas, transformada en 1910 en Unión Panamericana y en 1948 convertida en Organización de Estados Americanos (OEA).

Durante los procesos independentistas latinoamericanos de las primeras décadas del siglo XIX la Doctrina Monroe (1823), esquematizada en la frase “América para los americanos”, tuvo un doble propósito: de una parte, frenar cualquier intento europeo de reconquista de las antiguas colonias en el continente; de otra, asegurar los intereses comerciales de los EE.UU. en los nacientes países. Pero tal doctrina se transformó en una norma de conducta unilateral para imponer una geoestrategia continental siempre favorable a los EE.UU. Paradójicamente, durante el siglo XIX, las relaciones económicas predominantes entre la mayoría de países de América Latina fueron con Europa.

Al comenzar el siglo XX, al compás del despegue de la expansión norteamericana, el monroísmo justificó tanto intervenciones directas en Centroamérica o el Caribe, como las acciones para alinear los países de la región a los intereses de las empresas estadounidenses y de la política exterior del gigante país. El primer paso en la constitución de un sistema internacional continental alentado por los EE.UU. fue la I Conferencia Interamericana de 1890, que creó la Unión Internacional de las Repúblicas Americanas, transformada en 1910 en Unión Panamericana y en 1948 convertida en Organización de Estados Americanos (OEA).

La OEA fue el instrumento de la Guerra Fría en América Latina a raíz de la Revolución Cubana (1959). Por sobre sus principios y declaraciones, con la directa acción de la CIA, durante la década de 1960 fueron derrocados varios gobiernos constitucionales en la región e instauradas dictaduras militares. Las más refinadas dictaduras anticomunistas, que establecieron Estados terroristas, con permanentes violaciones de derechos humanos, fueron las del Cono Sur, en la década de 1970. Sin embargo, la OEA no actuó para sancionarlas o apartarlas del sistema interamericano, como si ocurrió con Cuba en 1962. A pesar de ello, el programa Alianza para el Progreso (ALPRO), impulsado por John F. Kennedy (1961-1963), si bien, de una parte, respondió al macartismo reinante, de otra coadyuvó al desarrollismo latinoamericano, que posibilitó liquidar los sistemas oligárquicos y las estructuras precapitalistas, para despegar la definitiva modernización capitalista.

En Ecuador, si no era por la ALPRO y la anticomunista Junta Militar (1963-1966), no se habría realizado la reforma agraria, con la cual se liquidó el tradicional sistema hacienda que estranguló toda la vida republicana y convirtió al país en uno de los más atrasados y subdesarrollados del continente. El intervencionismo estatal solo entonces permitió el despegue de la industria y del empresariado capitalista en el país.

La década de 1980 rompió la vía desarrollista. Tanto la nueva política económica internacional inaugurada por Ronald Reagan (1981-1989), orientada como vía a seguir en América Latina, así como los condicionamientos del FMI sobre la deuda externa y desde 1990 el decálogo del “Consenso de Washington”, introdujeron el neoliberalismo. Desde entonces, el sueño de “mercados libres” y empresas privadas rectoras de la economía, ha pasado a formar parte de la ideología de las derechas políticas y económicas de la región, encabezadas por las elites empresariales más ricas y oligopólicas.  Con el propósito de reforzar y “continentalizar” el aperturismo globalizador, nuevamente, bajo impulso de los EEUU, se convocó en Miami, en diciembre 1994, la primera Cumbre de las Américas. El documento oficial hace énfasis en el “libre comercio” y la “comunidad de democracias” de las Américas, vinculada a la OEA (https://bit.ly/38Zzu7g). Fue el camino diplomático para acoger el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), un acuerdo logrado en Los Ángeles, en julio.

Sin embargo, el nacimiento del ALCA fue frustrado por la Cumbre de los Pueblos, reunión paralela a la IV Cumbre de las Américas realizada en Mar del Plata, Argentina, en 2005. Allí los presidentes Hugo Chávez (Venezuela), Néstor Kirchner (Argentina) e Inácio Lula da Silva (Brasil) frenaron el ALCA. En cambio, impulsaron MERCOSUR, UNASUR y CELAC (Venezuela también el ALBA). Años después, Rafael Correa, presidente del Ecuador, anunció que no asistiría a la VI Cumbre (Colombia, abril 2012) si se excluía a Cuba, una posición asumida igualmente por los países del ALBA, que obligó a la presencia de Cuba en la VII Cumbre (Panamá, 2015). Fue el punto de partida para el inicio de conversaciones con los EEUU, que desembocaron en la apertura diplomática entre los dos países, incluyendo la histórica visita de Barack Obama a La Habana (marzo, 2016), un proceso revertido por el presidente Donald Trump (2017-2021), en una época de predominio de gobernantes conservadores y neoliberales en América Latina.

La convocada IX Cumbre de las Américas, a realizarse en Los Ángeles, EEUU, en junio 2022, proyecta el posible retorno del viejo y tradicional americanismo monroísta. Esta vez, los EEUU excluirían a Cuba, Nicaragua y Venezuela (https://bit.ly/3P76M4U). Ha sido Manuel López Obrador, presidente de México, el primero en cuestionar este comportamiento (https://bit.ly/3slcjed). También los países del CARICOM podrían no asistir a la Cumbre si se excluye a Cuba y se persiste en reconocer a Juan Guaidó como “presidente” de Venezuela (https://bit.ly/390kDcp). Es de esperar que los países latinoamericanos con gobiernos progresistas hagan lo mismo, porque los gobiernos conservadores y empresariales se subordinarán a la política exterior de los EE.UU.

Pero esta nueva Cumbre tiene un elemento particular a considerar: el problema de Ucrania. Es previsible que el “americanismo” intente moverse por la alineación continental a favor de los EE.UU. y la OTAN. Es una geoestrategia en la confrontación entre las grandes potencias, realmente ajena a los países latinoamericanos, que ya se han visto afectados con las sanciones contra Rusia. En esa posible perspectiva continentalista el “enemigo” no solo es Rusia, sino, ante todo, China. El resultado conduciría a frenar las posibilidades económicas soberanas de América Latina con otras regiones del mundo, que no son sus “enemigos”. Además, América Latina es una región de paz y, por tanto, no tiene razones para alinearse con ninguna de las potencias que juegan sus propias geoestrategias. Tiene que exigir la paz en una guerra inconcebible y abogar por un americanismo de nuevo tipo, capaz de convertirse en una fuerza mundial por la paz y las variadas democracias del siglo XXI, respetando el multilateralismo en nacimiento y la multiculturalidad del mundo, en el que no cabe que ninguna potencia se atribuya poseer la vía verdadera y única para la construcción del bienestar humano.

Quizás en los EE.UU. las elites del poder puedan comprender las nuevas dimensiones de la historia del siglo XXI y comprometerse en un nuevo programa para el desarrollo de América Latina, sobre la base de descartar el neoliberalismo, tan nefasto para la región. Las experiencias históricas durante las cuatro pasadas décadas, podrían ser asimiladas de una manera distinta, a fin de que los EE.UU. contribuyan seriamente a reforzar procesos de economías sociales, con fuertes capacidades estatales, altos impuestos a las capas ricas, bienes y servicios públicos de calidad (educación, salud, medicina, seguridad social, infraestructuras), que se han demostrado eficaces, en el marco del propio capitalismo latinoamericano contemporáneo, para dar soluciones estructurales a la economía, con mejoramiento de las condiciones de vida y trabajo para sus poblaciones.

Historia y Presente – blog: www.historiaypresente.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/cumbre-de-las-americas-entre-amigos/

 

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Venezuela: Elementos teóricos, a través de un modelo de Educación Indígena que ofrezca oportunidades de Participación Competitiva en los Procesos de Desarrollo en Venezuela

Elementos teóricos, a través de un modelo de Educación Indígena que ofrezca oportunidades de Participación Competitiva en los Procesos de Desarrollo en Venezuela

Autora: MSc Indira París

C.I. 8272224

           maraisagrancacique@gmail.com

Resumen

El presente trabajo recupera la experiencia y los testimonios de los actores principales del modelo educativo indígena, modalidad poco conocida en nuestro país. El objetivo es dar a conocer acerca de la educación indígena y la importancia de impulsar la competitividad para lograr mayores oportunidades en cualquier espacio, por ello es necesario hacer el trabajo con los estudiantes, padres de familia y docentes desde una metodología cualitativa.

Varias visitas a las instituciones, permitieron recopilar información a través de observaciones, sistematizaciones y entrevistas cualitativas a los diferentes actores involucrados. El texto se organiza en  apartados cuya articulación se sustenta en enfoque de la escuela y la educación indígena, la educación indígena se convierte así en una simbiosis de la educación ciudadana y competitividad en la educación venezolana. Considerando estos señalamientos, es de mencionar que el proceso social venezolano actual se establece dentro de ideales democráticos, definidos por la eliminación de barreras sociales, y que conducen a la contribución del progreso de la humanidad.

Palabras claves: Escuela, educación, educación indígena, competitividad

 

 Introducción

Una sociedad democrática sin barreras, se caracteriza por la igualdad de oportunidades para recibir y tomar, intercambio libre y equitativo de intereses compartidos, control social, modo de vivir asociado, de experiencia comunicada, etc. Sin embargo, esta sociedad ideal no se ha logrado aún, en su lugar se encuentra una pluralidad de sociedades, caracterizada por organizaciones sociales amplias con numerosos grupos menores (grupos étnicos, asociaciones políticas, grupos religiosos, etc.).

En los que predomina la fractura de la sociedad en clases: una culta y una inculta, una rica y una pobre, una trabajadora y una ociosa, etc. Esta separación se proyecta hasta en los procesos de desarrollo económico. Los indígenas quieren y necesitan una educación diferenciada, pero que llene las expectativas de los estudiantes, pues la actual no prepara a los indígenas para participar activamente en los procesos de desarrollo competitivo del Estado y les mantiene marginados al progreso socio-económico del país, debido a que no existe una diversidad de estudios universitarios donde tengan muchas oportunidades de espacio formativo profesional, muchas veces el distanciamiento entre sus residencias y   las universidades se convierten en la primera barrera de separación y el primer eslabón que los separa de avanzar hacia la prosecución universitaria y profesional. A pesar de que el Gobierno Bolivariano desde 1999 ha intentado transformar está situación, en la actualidad se ha incrementado, ahora por la cantidad de limitaciones que ocurren y afectan a las comunidades indígenas, falta de efectivo, gasolina, transporte, alimentos, hurtos frecuentes, entre otros.

Enfoque de la escuela y la educación indígena

La escuela, es definida como aquella forma de vida en comunidad en la que se han concentrado todos los medios eficaces para llevar al niño y a la niña  a participar en los recursos heredados de su entorno y a utilizar sus propias capacidades para fines sociales.  Se desprende de estas expresiones que la educación surge de la necesidad de adaptar los miembros de una sociedad a sus normas, a fin de mantener una uniformidad en el comportamiento de los individuos. Cada sociedad, según sus necesidades, posee una forma de educar a sus miembros.

En las grandes ciudades, se educa a los individuos para mantener un comportamiento acorde con los preceptos establecidos: el respeto a las normas, la responsabilidad, el racionalismo, el conservacionismo, la competitividad y la sustentabilidad. Estas normas son trasmitidas en el hogar por los padres y en las escuelas por personas preparadas para tal fin, los docentes. En el caso de los pueblos indígenas, educan a sus individuos para mantener sus costumbres, tradiciones, pero en algunos casos la escuela no tributa hacia este propósito, por desconocimiento de quienes convergen en estos espacios llamados en vocablo indígena criollos, limitando la participación y rechazando, a quienes son diferente, tal como ocurre con los estudiantes de condiciones especiales, viéndose limitados la adquisición de conocimientos, ya que los estudiantes indígenas empieza a parecerse más al criollo, a fin de lograr ser aceptados entre sus iguales.

Bajo este panorama las comunidades indígenas, como sociedad con menor cantidad de habitantes, asumen las normas establecidas por el resto de la sociedad mayor en habitantes, haciéndose un requerimiento asistir a la escuela para aprender tales preceptos. En estas dinámicas la escuela ha ido con el transcurrir del tiempo, desarrollando  estrategias y procesos que atiendan todos los niveles y modalidades de educación escolarizada, entre ellos la educación indígena.

Por esto hoy día, se habla de una nueva educación indígena propia que  intenta poner en práctica en las escuelas, la denominación cada vez más extendida como la Readyc.org (2004) “Educación Intercultural Bilingüe comprende también aquellos contenidos propios de la educación básica normal y corriente como, en el caso venezolano…” pág. 10, para preservar el derecho a la educación a los pueblos indígenas. Como tal, es un fenómeno reciente cuya aplicación tropieza con dificultades múltiples: conceptuales, lingüísticas, pedagógicas, sociales y económicas.

 

No obstante, la educación indígena representa un paso muy significativo en el proceso de reconocimiento de la pluralidad lingüístico-cultural en nuestro país y  resto de  los países de la región, plasmando ya en leyes y normas de nivel diverso para una mejor atención en materia educativa, por lo que es importante que Readyc.org (2004) “los primeros defensores de la educación indígena culturalmente establecida deben ser los propios maestros y dirigentes de cada pueblo autóctono” pág. 03.  Porque ellos son un pilar fundamental en la consolidación, inclusión e integración para abrir nuevas puertas a un sistema educativo renovado en donde todas y todos sean aceptados y respetados.

La educación indígena, como simbiosis de la educación ciudadana.

Si se revisan las normas por las cuales se rige la sociedad occidental, los indígenas son parte de esta sociedad, y como tal su educación debe ser igual o en igualdad de condiciones, que brinde las mismas oportunidades y que prepare a sus individuos para incorporarse  a la trasformación de la sociedad venezolana. Vista así, la cultura no se va alterando, sino se va moldeando al progreso, la política y la historia.

La educación así concebida, resume lo que establece La Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas (2004)  Artículo 65 establece “El Estado garantiza a los pueblos y comunidades indígenas el derecho a su educación propia, como proceso de socialización y a un régimen educativo de carácter intercultural bilingüe, atendiendo a sus prácticas socioculturales, valores, tradiciones, necesidades y aspiraciones” pág. 28. En la que no solo se preserve el derecho, sino que también se  propicie  la participación ciudadana. La participación entendida como el acceso a los bienes y servicios productos del modo de producción de las comunidades indígenas. El indígena como ser social, perteneciente a una sociedad que trata de aislarlo, y de convencerlo que debe aislarse, tiene los mismos derechos que consagra la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) y sus leyes a todos los ciudadanos. Tienen derecho a participar en los procesos sociales, políticos y económicos, sin ninguna restricción.

Además, se les forma cívica y moralmente para poder convivir en la diversidad cultural y lingüística, así como en el respeto hacia la naturaleza, entrando la escuela en este rol de acompañante en este proceso. Cuando ellos adquieren, estas competencias, por medio de las escuelas,  los ayudan en su vida cotidiana y en su recorrido escolar, tributando a la formación del nuevo ciudadano (a).  Es necesario distinguir las demandas que hacen los pueblos indígenas para tener el control sobre sus sistemas educativos tradicionales de la obligación que tiene el Estado, por medio de sus autoridades educativas, de ofrecer las condiciones para que las estudiantes indígenas que quieran acceder a los sistemas educativos estadales puedan hacerlo sin tener barreras sociales o de cualquier tipo que normalmente es o la asimilación o la exclusión, ya que también merecen respetados como ciudadanos.

Las comunidades indígenas, son víctimas de las estructuras de inequidad que las restringe y limita a desarrollar un papel determinado dentro de la sociedad. Los obstáculos estructurales que enfrentan para poder acceder y permanecer dentro de los planteles son, en términos generales, mayores que los de las estudiantes no indígenas para dar soporte a estos señalamientos el autor plantea: Ávila, R “Cuando de la educación formal se trata, la exclusión se traduce también en una aguzada pobreza educativa, producto, entre otras cosas, de la insensibilidad” pág. 05. Como consecuencia, estos obstáculos estructurales afectan directamente el rendimiento estudiantil. Muestra de ello es que, por lo general, son los estudiantes indígenas  señalados de alcanzar  los peores resultados académicos que llevan al abandono escolar. Y esto, a su vez, refuerza su situación desventajosa como ciudadanos (as). Así, aun cuando el sistema educativo no es el único responsable de la situación de opresión que viven los estudiantes indígenas, sí juega un papel determinante.

Para que el sistema educativo ofrezca las condiciones adecuadas de modo que todas las estudiantes puedan perseguir sus distintas formas de vida, es necesario que se atienda a las diferencias culturales de quienes convergen en los planteles. En concreto, es necesario intentar proporcionar igualdad de oportunidades educativas a las estudiantes indígenas sin que esto implique que tienen que renunciar a su identidad y a su cultura. En este sentido, es necesario adoptar los principios de las políticas de la diferencia y rechazar el modelo liberal igualitario de neutralidad e igualdad formal.

En este sentido, para que la educación impartida por el Estado sea democrática, las poblaciones indígenas, deben estar implicadas tanto en los principios y valores que se busca transmitir en los planteles educativos, así como en el diseño curricular. Dentro de una educación democrática,  es necesario atender el principio de interculturalidad en la educación que intenta transmitir el respeto por las diferentes identidades culturales y, sobre todo, terminar con los estereotipos y con las relaciones de dominación. Para ello, la interculturalidad en la educación no debe ser sólo dirigida a los estudiantes indígenas, sino a todos los estudiantes, pues para terminar con las relaciones de dominación ciudadana, es necesario también cambiar la actitud de los dominantes, formándose un nuevo ciudadano.

Competitividad en la educación indígena.

A raíz de los procesos de cambio surge la educación cultural bilingüe que persigue la compleja, pero noble labor de integrar a los no indígenas con los indígenas, a partir del ámbito educativo. Se realiza desde el diálogo y relación con otras culturas, lenguas y formas de pensar; está orientada a fortalecer los procesos propios, a crear las condiciones para interactuar con el medio externo en condiciones de igualdad y a impactar positivamente en la cultura nacional.

De igual manera, el Estado debe garantizar un desarrollo armonioso de las comunidades indígenas, ya que atenderlos solo en materia educativa, seria abordar una arista de los múltiples problemas que enfrentan, ya que como menciona Ávila, R. (2017) “atender estos aspectos por parte de las familias, los educadores, los actores sociales presentes en el territorio, contrasta hoy día con el centramiento de los sistemas escolares en la mera promoción de competencias académicas básicas, necesarias…” pág. 05 es común observar muchos indígenas desplazados hacia los principales centros urbanos de América Latina, los cuales, generalmente por su pobreza, pasan a formar parte del cordón de marginalidad de dichas ciudades, muchos de ellos huyendo de sus zonas, porque le son quitadas sus tierras, no encuentran trabajo y no existen oportunidades de estudio.

En el contexto de Venezuela, la educación indígena ha pasado por diferentes etapas y ha tenido distintos objetivos. Con la globalización económica y cultural, las escuelas situadas en comunidades indígenas enfrentan ahora nuevos retos, como es atender y respetar la diversidad cultural conservando la cultura originaria. En este sentido es importante implementar una propuesta que devele el desarrollo hacia una actitud crítica por parte de los estudiantes que fortalezcan su identidad étnica.

La difusión de este saber tradicional, conservado por vía oral, ha estado limitada por la falta de escritura. Tanto como medio de comunicación, como de recurso de defensa y difusión cultural, la alfabetización y la lecto-escritura son hoy imprescindibles para las comunidades indígenas. La estandarización o normalización se convierte, por tanto, en una tarea necesaria para canalizar la recuperación, transmisión y producción de conocimientos propios y ajenos de su cultura, pero además para su utilización no sólo en la educación, sino en los medios de comunicación social y en funciones de tipo jurídico y administrativo. Pero, a pesar de los esfuerzos de normalización lingüística, las limitaciones que en estos sectores padecen las lenguas indígenas siguen siendo, muy amplias.

En la participación competitiva económica y social, deben tener acceso a todos los modos de producción y avances tecnológicos de la modernidad, así como a las riquezas del país, en igualdad de condiciones. No se puede entonces, en nombre del patrimonio cultural de la Nación, mantener a individuos de la raza humana, reducidos a grupos marginados por racismo social, intereses políticos y religiosos, y menos aún como animales de zoológico, para ser observados en su ambiente natural por curiosos, disfrazados de investigadores o turistas. La educación indígena debe orientarse entonces, a propiciar la participación competitiva en el modo de producción de la sociedad, basada en las normas que la rigen. Por lo tanto, es necesario redefinir las políticas educativas que actualmente se están implementando sobre la misma. Esta redefinición conlleva hacia la participación competitiva indígena, necesaria desde la educación propia.

Todo lo antes expuesto, conlleva, también a enfrentar  grandes retos, ya que cambiar la forma tradicional de trabajar en las escuelas no es fácil de asimilar para los docentes, estudiantes y familia. Por lo que para el propósito de este artículo, se concibe la participación competitiva, como una propuesta educativa integral dentro del sistema de educación formal, lo que implica que se relacione con estructuras y formas de trabajo diferentes que requieren, considerar las necesidades de los estudiantes para fortalecer los conocimientos en las áreas de las ciencias sociales.

Es pertinente, tener mucho cuidado de no cerrarse únicamente a los conocimientos de la comunidad, ya que se correría también  el riego de marginar más a los grupos indígenas, como lo reconocen los propios estudiantes y los padres de familia. Por otra parte, el modelo exige a los educadores ser sensibles y flexibles a la forma de vida y de organización de las comunidades, debiendo mantener un diálogo constante con la comunidad y autoridades educativas para fomentar el interés por el bien común.  Desde lo antes señalado, se requiere formar a los estudiantes en contenidos que les permitan integrarse prepararse y capacitarse para apropiarse de nuevos escenarios del hoy.

Referencias

Avila, R. (2017) Ciclo Virtual de Aprendizaje de RedEAmérica. Articulación Escuela Comunidad: Hacia la construcción de Comunidades Educativas Ampliadas.

Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas (2004) Versión de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.

López, L. (2001) “La cuestión de la interculturalidad y la educación latinoamericana” Documento de trabajo presentado al Seminario sobre prospectivas de la Educación en la Región de América Latina y el Caribe, organizado por la Oficina Regional de Educación de la UNESCO.

Readyg.org (2004) Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto. Caracas – Venezuela.

 

Fuente de la Información CII – OVE

 

 

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SAME 2022 llama la atención para la educación en contextos de emergencias en América Latina y el Caribe

Género, endeudamiento y digitalización son algunos de los temas que la CLADE va ​​a tratar durante la Semana de Acción Mundial por la Educación

La pandemia nos hizo enfrentar una situación de alerta y emergencia durante un tiempo prolongado, sin embargo, como han evidenciado muchas reflexiones y estudios, vino a profundizar las desigualdades estructurales de empobrecimiento de muchos países de nuestra región latinoamericana y caribeña. 

La crisis sanitaria mostró intersecciones con la crisis socioeducativa, laboral, tecnológica, de inclusión y protección de derechos que los Estados atendieron de forma apenas tangencial, siendo aún insuficientes los esfuerzos para revertir la discriminación y marginación para la mayoría de la población. 

En este contexto, el derecho humano a la educación enfrenta desafíos determinantes en torno a la pertinencia de los contenidos, las estrategias educativas, el carácter comunitario y de socialización de los centros educativos, sumándose a la precariedad de infraestructura física, tecnológica y de condiciones de enseñanza, entre otros.

La virtualidad también tiene significado un gran desafío con múltiples impactos sobre los cuales las escuelas y centros educativos deben repensar sus propuestas para responder a la complejidad del horizonte que se nos dibuja.

Repensar y proponer en Emergencias

¿Cuáles emergencias educativas enfrentamos en América Latina y el Caribe?

¿Qué miradas comparten estas emergencias?

¿Qué exigimos como sociedad civil a los Estados ante el complejo contexto?

¿Qué debe hacer la escuela para responder a estos desafíos? 

Estas y otras tantas preguntas se nos presentan al poner la cuestión educativa al centro de la emergencia, no para desconocer las otras dimensiones socioeconómicas y sanitarias de importancia, sino para integrarlas desde una mirada intersectorial y una profundización contextualizada.

Webinar: Educación en contextos de emergencias en América Latina y el Caribe – género, endeudamiento y digitalización

La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) convoca abiertamente al Encuentro Virtual Educación en contextos de emergencias en América Latina y el Caribe: Género, endeudamiento y digitalización .

Fecha: 26 de abril (martes)

Duración: 2 horas

Objetivo: profundizar los tres ejes – género, endeudamiento y proceso de digitalización – que la educación latinoamericana y caribeña se ha enfrentado a la situación actual de emergencia, durante y post pandemia. 

Público: profesores/as, educadores/as, estudiantes, investigadores/as, activistas e interesados/as en el tema. 

Traducción: español, portugués, inglés y francés

>> Haz tu inscripción aquí 

El Encuentro tendrá 3 ejes de debate para profundizar la mirada sobre las emergencias en la región: Emergencias educativas vinculadas al género, Emergencias educativas y financiamiento, finalmente, Emergencias educativas e inclusión tecnológica.

Participantes: 

21 años de Acción Mundial por la Educación: SAME

La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) se suma con esta convocatoria, así como otras iniciativas locales, nacionales y regionales a la movilización internacional en el marco de una Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME) prevista para realizarse en la última semana de abril, enfatizando el tema educación en emergencias.

Desde 2001, la Campaña Mundial por la Educación (CME) coordina la SAME, una iniciativa internacional que se impulsa simultáneamente en más de 100 países, recordando el aniversario del  Foro Mundial de Educación de Dakar (2000) .

El objetivo es llamar la atención de la sociedad civil e instar los gobiernos, sobre la necesidad de hacer real y efectivo el derecho a una educación pública, gratuita y de calidad para todos y todas, destacando siempre a cada edición de esta movilización, un aspecto o tema clave con respecto a este derecho humano.

Fuente: https://redclade.org/noticias/same2022/

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CLADE: Jóvenes de América Latina y El Caribe participan en Caucus Global de Educación

La Campaña Mundial por la Educación CME ha convocado su primer Caucus Global de Jóvenes y Estudiantes realizado en Arusha, Tanzania, entre el 18 y el 20 de marzo de 2022. La educación es un derecho humano y para que los gobiernos la garanticen, la Campaña Mundial por la Educación (CME) ha profundizado la participación e inclusión de jóvenes en la construcción de estrategias de movilización y apropiación de la agenda pública en favor de los derechos humanos.

CLADE promovió la participación de tres jóvenes que representaron presencialmente las inquietudes, propuestas y demandas de los y las jóvenes en la región latinoamericana y caribeña, Andrés Ramos, de Colombia; Diana Ayala, de Honduras y Paulocésar Santos, de Perú.

Al mismo tiempo desde el Movimiento Estudiantil de Latinoamérica y El Caribe (MELAC) se animó la consulta y monitoreo que permitió recolectar las opiniones de la juventud sobre la situación actual de la educación en los países y su evolución en el periodo de post-pandemia, para ello se contó con el apoyo de Jazmín Elena desde El Salvador.

Visibilizar la agenda desde una mirada juvenil

Andrés Ramos

24 años, comunicador social y educador popular.

Integrante de la Coalición Colombiana por el Derecho a la Educación.

Escucha el testimonio de Andrés antes de llegar a Tanzania

La convocatoria de la Campaña Mundial por la Educación desea plantear desafíos para el derecho humano a la educación a nivel planetario, impulsando la participación de jóvenes de diferentes continentes.

Los debates prioritarios para la región desde la mirada juvenil se centran en la defensa del derecho humano a la educación ante la privatización, la criminalización de la protesta social y la inclusión en el currículum del enfoque de género.

Al mismo tiempo la intención de esta convocatoria es garantizar mayor democracia en los procesos y toma de decisión de la Campaña Mundial por la Educación  para fortalecer el trabajo de jóvenes que permita compartir aprendizajes orientados al intercambio, visión y trabajo conjunto en favor de la educación.

Se priorizan los diálogos de experiencias y procesos juveniles, así como la visibilización de la agenda juvenil y la incidencia política ante los gobiernos por la desfinanciación de la educación. Por ello se contribuye al debate de la política educativa y al planteamiento de posiciones del movimiento educativo juvenil y estudiantil en los próximos años.

Puntos de encuentro por la educación

Diana Ayala

28 años, pedagoga con orientación en planeación educativa.

Trabaja en el Foro Dakar de Honduras en las acciones de incidencia para el cumplimiento de la política pública educativa y en espacios de diálogo con tomadores de decisiones.

La primera sesión permitió conocer el trabajo de estudiantes a nivel global, así como compartir miradas sobre la situación de la región latinoamericana, sumando el trabajo desde las Coaliciones nacionales con juventudes y estudiantes, de manera de tejer puntos de encuentro en relación a la problemática y necesidades educativas, por ello se realizó un mapeo de sinergias.

Escucha el testimonio de Diana en el primer día del Caucus

La solidaridad es también un aspecto clave ante las problemáticas y expectativas comunes que han dialogado en el caucus para soñar un trabajo conjunto.

Proceso de elecciones para el Grupo de Acción Juvenil

Paulocesar Santos

Economista. Integra La Educación Se Respeta, organización de jóvenes activistas que monitorean políticas públicas en Perú. Ha sido Vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; representante nacional en el Parlamento de Jóvenes y uno de los fundadores del Movimiento Estudiantil Latinoamericano y Caribeño (MELAC). Participó en el proyecto de difusión de la Agenda 2030 y ODS 4 de la Campaña Peruana por el Derecho a la Educación (CPDE).

Es importante el debate de la representación en la iniciativa de jóvenes para garantizar el proceso de elección del Grupo de Acción Juvenil con la participación de las Coaliciones, la cantidad de miembros de cada organización y la constitución interna para la toma de decisiones.

El Caucus ha permitido conocer el activismo por el derecho humano a la educación en la región, analizar las diferentes visiones de cada organización y sus vínculos.

Escucha el testimonio de Paulocesar en el segundo día del Caucus

La inclusión fortalece la acción juvenil

Andrés Ramos

Coalición Colombiana por el Derecho a la Educación

Colombia

Es muy importante la participación como joven para amplificar las necesidades y desafíos que tenemos como juventudes en América Latina y el Caribe, para acordar estrategias y aprendizajes que se pueden tener gracias al intercambio de culturas con otros jóvenes que sufren problemáticas similares.

Como joven latinoamericano valoro la inclusión, la participación y el tejido en conjunto, porque nos permite fortalecer el movimiento y sobre todo la acción juvenil.

Interseccionalidades y planificaciones cruzando miradas juveniles

Diana Ayala

Foro Dakar

Honduras

Además de compartir la mirada de Honduras a nivel nacional, también hemos compartido realidades de otras partes del mundo para trabajar las interseccionalidades y planificar cruzando miradas de países y regiones.

La idea de representar no solo una vez sino que quede presente la voz de todas las juventudes a nivel regional, centroamericano y de la región latinoamericana y caribeña.

Acuerdo finales: Interseccionalidad, contra el colonialismo y la criminalización

caucus 4El tercer y último día del Caucus Global concluyó con un debate sobre el Grupo de Acción Juvenil y Estudiantil de la Campaña Mundial por la Educación, subrayando categorías importantes para los y las jóvenes del mundo como la interseccionalidad, el colonialismo y la criminalización, así como la categoría transversal para la inclusión de nuevas generaciones, de mujeres y niñas en especial en la región latinoamericana – caribeña y África.

Los y las jóvenes participantes del Caucus coincidieron en mantener la autonomía de los movimientos a través de estrategias y mecanismos como la investigación, campañas políticas de incidencia u otras acciones que permitan representar las voces de la juventud.

En el Grupo de Acción Juvenil y Estudiantil también se mostraron preocupaciones por garantizar la representación de los y las jóvenes con una financiación sostenible.

Impulsar iniciativas dirigidas por jóvenes y estudiantes a fin de tener una representación auténtica en el continente, y de este modo dar continuidad a la participación juvenil en todos los procesos, lo que incluye la toma de decisiones.

El fortalecimiento de las capacidades que permitan apoyar a jóvenes y estudiantes para que adquieran diferentes conocimientos y experiencias necesarias en la ejecución de proyectos a fin que sus voces puedan ser escuchadas.

El Caucus aprobó  quienes informarán para que las coaliciones puedan elegir sus representantes. La idea es que cada persona elegida pueda participar y representar los diferentes movimientos juveniles ante la Campaña Mundial por la Educación, garantizando la diversidad de jóvenes estudiantes de todo el mundo en particularmente a quienes representan las comunidades históricamente marginadas u oprimidas.

A juicio de Ramos, la discusión que se mantuvo con miembros jóvenes de diferentes coaliciones del mundo como Albania, Europa, en África especialmente de Nigeria y Congo, dieron resultados fructíferos porque permitieron encontrar nodos específicos para demandas comunes, lo cual es estratégico para la que la Campaña (CME) pueda apoyar estos procesos.

La participación fue significativa y con un auténtico compromiso juvenil, participación activa en igualdad de condiciones y la mayoría de jóvenes poseían el conocimiento y las perspectivas esenciales de sus países para la construcción de este Grupo de Acción Juvenil y Estudiantil.

La proyección está en la aprobación de los términos referencia y las estrategias elaboradas durante el Caucus, para que las coaliciones puedan incluir jóvenes. Una de las tareas de los y las asistentes es comunicar los debates dados en el marco de este Caucus y apoyar a los movimientos para que se vinculen a las actividades.

#ReclaimingOurEducationAgenda #EducationShiftsPower

Escucha los acuerdos finales del Caucus en la voz de Andrés Ramos

Fuente: https://redclade.org/especiais/caucus-jovenes/

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[CLADE] Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre Desarrollo Sostenible 2022

Querides,

➡️ del 7 al 9 de marzo, tendrá lugar la quinta reunión del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, donde se revisarán los avances y desafíos de la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la región. Será posible acompañar en vivo. Entérate más: https://bit.ly/35ztVLb

➡️ El 9 de marzo, a las 8:30 (hora de Costa Rica), Nora Chacón, representando al Mecanismo de Participación de la Sociedad Civil ante el Foro, participará en la mesa oficial con el tema “Educación e igualdad de género”. Acompaña aquí: https://live.cepal.org/

➡️ El 6 de marzo, se realizará la “Reunión virtual de la sociedad civil de América Latina y el Caribe previa a la Quinta Reunión del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible”, de 9.00 a 13.00 (hora de Costa Rica). Sepa cómo registrarse aquí: https://bit.ly/35ztVLb

Las y los animamos a acompañar y participar,
¡Abrazos y saludos!


Fabíola Munhoz
Coordinadora de Comunicación y Movilización
Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE)

Visita nuestra página: www.redclade.org
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