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Afganistán: Con Carter inician los eventos que culminaron en el 9/11

Asia/Afganistán/23-09-2022/Autor(a) y Fuente: www.elsalvador.com

El crimen más reciente del fanatismo islamista es el asesinato de una joven de 22 años, Mahsa Amini, a quien la policía “moralista” de Irán apresó para aleccionarla cómo “llevar el velo”, vale decir los trapos con los que en los regímenes “fundamentalistas” cubren a las mujeres, a las que consideran seres de “segunda clase”.

¿Cuáles son los eventos que culminaron con el ataque a las Torres Gemelas por una banda terrorista lidereada por Mohammed o Mahoma Atta?

No hay que ir muy lejos para saberlo. La principal causa fue el destronamiento del Sha de Irán por Jimmy Carter, que de inmediato instaló en el poder a un clérigo fanático que estaba refugiado en el sur de Francia y desde donde nadie habría hecho mayor caso a sus incendiarias y descabelladas prédicas, pero que una vez en el poder impuso sobre Irán una teocracia con todos los horrores que tal cosa implica, incluyendo ahorcar a personas por “ofensas” a Mahoma.

El crimen más reciente de los enloquecidos es el asesinato de una joven de 22 años, Mahsa Amini, a quien la policía “moralista” del régimen apresó para aleccionarla cómo “llevar el velo”, vale decir los trapos con los que en los regímenes “fundamentalistas” cubren a las mujeres, a las que consideran seres de “segunda clase”.

La capital, Teherán, Kerman y otras ciudades y pueblos de Irán han sido escenario de desafiantes e incendiarias protestas, en las cuales las mujeres han literalmente quemado los trapos y mostrado sus rostros, mientras son vitoreadas por muchedumbres, incluyendo a hombres.

La televisión internacional ha mostrado imágenes de manifestantes coreando consignas como “¡Mujeres, vida, libertad!” y poniendo barricadas ardientes y enfrentándose a la policía, en jornadas que significan un “¡basta ya!” al fanatismo y la locura.

En Afganistán las mujeres están forzadas a cubrirse desde la cabeza hasta los pies y se les niega la educación a las niñas mayores de doce años, se les prohíbe salir de casa sin ser acompañadas de un miembro masculino de su familia, además de vedarles desempeñarse como profesionales.

El 9 de octubre de 2012 una joven pakistaní, Malala Yousafzai, recibió un disparo en la cara que le asestó un talibán porque ella abogó por el derecho de la mujer a ser educada. Malala, quien vive en el exilio, es la persona más joven en recibir el Premio Nobel de la Paz, el mismo premio que el Parlamento noruego otorgó al malvado personaje que instaló a los fundamentalistas en el poder al propiciar la caída del Sha de Irán.

Lo que la inmensa mayoría de la gente olvida del infernal personaje que es Carter es que en su propio país, los Estados Unidos, racionó los combustibles, forzando a los automovilistas a ir de un lugar a otro buscando dónde llenar de gasolina o diesel sus vehículos, pese a que el país cuenta con reservas inmensas.

Carter estuvo a punto e inclusive mandó imprimir tiquetes de racionamiento, como se supo en su momento, muy similares a los que franceses, ingleses y otros países, con la excepción de Alemania, distribuían desde azúcar y mantequilla hasta gasolina.

Al rechazar los racionamientos, una decisión tomada conjuntamente por el canciller Konrad Adenauer y su ministro de Economía, Ludwig Erhard, se impulsó la rápida reconstrucción del país durante los años del llamado “Milagro Alemán”, sentando la economía de mercado como el modelo para reconstruir economías destrozadas por la guerra, un sistema que a su modo opera en China y que fue aplicado casi de inmediato por los llamados “Tigres del Asia”, entre ellos Corea del Sur, Taiwán y hasta Vietnam.

Los fundamentalistas pretenden borrar los avances de 15 siglos

El Sha de Irán, amigo de Occidente, vigilaba lo que sucedía en el Medio Oriente y pudo, de haber permanecido en el poder, sofocar a tiempo la conjura de islamistas radicales que culminó en los ataques a las Torres Gemelas, parte de los movimientos propiciados por alQaeda, Bin Laden y sus secuaces.

De dejarlos, los fundamentalistas acarrearían al mundo a los tiempos cuando Mahoma predicaba, borrando todas las conquistas realizadas por la humanidad, incluyendo los viajes al espacio y a la Luna y la llegada de aeronaves no tripuladas a Marte.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/opinion/nota-del-dia/iran-islam-/1000302/2022/

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ODS5. Afganistán ha perdido 500 millones de dólares en los últimos doce meses por negar a las niñas la educación secundaria

Privar a las niñas del país de su derecho a la educación tendrá un efecto devastador en la economía del país.

Según un nuevo análisis de UNICEF, mantener a las niñas fuera de la escuela secundaria le cuesta a Afganistán el 2,5% de su Producto Interior Bruto (PIB) anual.

Si los tres millones de niñas que conforman el actual grupo de edad de ese tramo educativo pudieran completar su educación secundaria y participar en el mercado laboral, las niñas y mujeres podrían aportar al menos 5.400 millones de dólares (5.261 millones de euros) a la economía afgana.

Las estimaciones de UNICEF no tienen en cuenta el impacto no financiero de negar a las niñas el acceso a la educación, como el futuro déficit de profesoras, doctoras y enfermeras, el consiguiente impacto en la disminución de la asistencia de niñas a la escuela primaria y el aumento de los costes sanitarios relacionados con los embarazos adolescentes. Tampoco tienen en cuenta los beneficios más amplios de la educación, como el éxito educativo general, la reducción del matrimonio infantil y una menor mortalidad infantil.

La decisión tomada el 23 de marzo de no permitir a las niñas volver a la escuela secundaria fue impactante y profundamente decepcionante. No solo viola el derecho fundamental de las niñas a la educación, sino que las expone a una mayor ansiedad y a un mayor riesgo de explotación y abuso, incluyendo la trata infantil y el matrimonio forzoso y temprano”, asegura Mohamed Ayoya, representante de UNICEF en Afganistán. “Ahora, este nuevo análisis explica claramente el terrible impacto económico que esta decisión tiene sobre el PIB del país”.

Consecuencias de la tardía educación de las niñas afganas

Antes de que los talibanes tomaran el poder el 15 de agosto del año pasado, más de 4,2 millones de niños en Afganistán estaban fuera de la escuela, el 60% de ellos niñas. Aunque el potencial coste de no educar a niños y niñas por igual es alto en términos de ganancias perdidas, no educar a las niñas tiene un coste especialmente alto debido a la relación entre el éxito educativo y el retraso del matrimonio y la maternidad por parte de las niñas, su participación en el mercado laboral, la toma de decisiones sobre su propio futuro y la mayor inversión en la salud y la educación de sus propios hijos más adelante.

El análisis muestra que Afganistán será incapaz de recuperar el PIB perdido durante la transición y de alcanzar su verdadera productividad potencial si no cumple el derecho de las niñas a acceder y completar la educación secundaria.

UNICEF quiere ver a cada niña y cada niño de Afganistán en la escuela, aprendiendo”, asegura Ayoya. “No pararemos hasta lograr este objetivo. No es solo que la educación sea un derecho para cada niño y niña, es que es la base del futuro crecimiento de Afganistán”.

El compromiso de UNICEF con los niños y jóvenes de Afganistán

Con las niñas sin poder volver a la escuela secundaria, surgen otros problemas que UNICEF está tratando de paliar: la organización trabaja para llegar a las niñas adolescentes con los servicios que necesitan –como apoyo para prevenir la anemia o higiene y salud menstrual-, que UNICEF solía proporcionar en las escuelas. En los últimos doce meses, los servicios de salud y nutrición en las escuelas han llegado a 272.386 niñas y adolescentes con suplementos de hierro y ácido fólico. Es decir, la imposibilidad de las niñas de continuar su educación compromete su salud.

La desnutrición infantil también está aumentando. En junio de 2021 30.000 niños recibieron tratamiento contra la desnutrición aguda en el país; en junio de 2022 fueron 57.000, es decir, un aumento del 90%. Los niños están siendo obligados a trabajar para apoyar a sus familias en vez de ir a la escuela, el lugar más seguro en el que podrían estar.

La de Afganistán sigue siendo una de las crisis de infancia más complejas y multidimensionales a nivel mundial”, concluye Ayoya. “Se trata de un momento crítico para una generación de niños en el país. Los derechos de las niñas están siendo atacados; sus infancias se ven dañadas por las privaciones. Por eso, a pesar de las dificultades para trabajar en este entorno, UNICEF está ampliando, ayudando y consiguiendo resultados como nunca antes. Y, mientras lo hacemos, queremos decir a la gente de Afganistán: no podríamos hacerlo sin vuestra confianza y apoyo. También queremos agradecer a nuestros donantes y aliados su generosidad hasta la fecha, pero les instamos a mantener su apoyo vital a los niños, especialmente con el invierno a la vuelta de la esquina”.

 Fuente: https://www.corresponsables.com/actualidad/afganistan-perdido-dolares-negar-ninas-educacion-secundaria

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Afganistán: La escuela secreta de Nafeesa

La escuela secreta de Nafeesa

Pese al riesgo que implica llevar la contraria a los fundamentalistas islámicos, cientos de miles de niñas, adolescentes y mujeres jóvenes de Afganistán acuden a escuelas clandestinas, entusiasmadas por labrase un mejor futuro.

Nafeesa encontró el lugar ideal para esconder sus libros escolares en la cocina, donde los hombres raramente se aventuran y están a cobijo de la mirada recriminadora de su hermano talibán.

“Los chicos no tienen nada que hacer en la cocina, así que allí acomodo mis libros”, explicó Nafeesa, de 20 años, quien frecuenta una escuela clandestina en su aldea rural en el este de Afganistán.

“Si mi hermano lo supiera, me pegaría”, aseguró.

Cientos de miles de niñas, adolescentes y jóvenes mujeres afganas como ella se han visto privadas de escolaridad desde el regreso al poder de los talibanes hace un año. Los fundamentalistas islamistas impusieron severas restricciones a las mujeres de cualquier edad para someterlas a su concepción integrista del islam.

Se han visto excluidas de la mayoría de empleos públicos y no pueden realizar largos trayectos sin la compañía de un familiar hombre.

También deben cubrirse enteramente en público, incluido el rostro, idealmente con el burka, un velo integral con una rejilla a nivel de los ojos, usada ampliamente en las regiones más aisladas y conservadoras del país.

Incluso antes del regreso de los talibanes al poder, la inmensa mayoría de las afganas ya usaban velo, aunque fuera con un pañuelo suelto.

Para los talibanes, como norma general, las mujeres no deben dejar su domicilio salvo absoluta necesidad.

Pero la privación más brutal fue el cierre en marzo de los colegios de secundaria para mujeres en numerosas regiones, justo después de su reapertura anunciada desde hacía tiempo.

A pesar de los riesgos y por la sed de aprender de las niñas, los colegios clandestinos han proliferado por el país, a menudo en las habitaciones de los hogares.

Periodistas de la AFP pudieron acudir a tres de ellas, a conocer a sus alumnas y profesoras, cuyos nombres fueron modificados para preservar su seguridad.

Vale la pena el riesgo

Nafeesa tiene 20 años pero todavía estudia las asignaturas del colegio de secundaria dado los retrasos de un sistema educativo golpeado por décadas de guerras en el país.

Solo su madre y su hermana mayor saben que sigue sus clases. Pero no su hermano, que durante años luchó con los talibanes en las montañas contra el antiguo gobierno y las fuerzas extranjeras y no volvió a casa hasta la victoria de los islamistas el pasado agosto.

Por la mañana le permite acudir a una madrasa para estudiar el corán, pero por la tarde, sin que él lo sepa, se cuela en una clase clandestina organizada por la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA, por sus siglas en inglés).

“Hemos aceptado este riesgo, sino nos quedaríamos sin educación”, explicó Nafeesa.

“Quiero ser médica (…) Queremos hacer algo para nosotros mismas, queremos tener libertad, ser útiles a la sociedad y construir nuestro futuro”, dijo la joven.

Cuando la AFP acudió a su clase, Nafeesa y las otras nueve alumnas discutían de la libertad de expresión con su profesora, sentadas lado a lado sobre una alfombra y leyendo por turnos un libro en voz alta.

Para llegar al curso, suelen salir de casa horas antes y tomar itinerarios distintos para no llamar la atención en una región dominada por los pastunes, un pueblo de tradición patriarcal y conservadora que es mayoritario dentro del movimiento talibán.

Si un combatiente talibán les pregunta dónde van, ellas responden que están inscritas a un taller de costura y esconden sus libros escolares en bolsas de la compra o bajo su vestimenta.

Corren riesgos, pero a veces también se sacrifican, como la hermana de Nafeesa, quien abandonó la escuela para despejar las sospechas que pudiera tener su hermano talibán.

¿Tradición religiosa?

Según los eruditos religiosos, nada en el islam justifica prohibir la educación secundaria a las mujeres. Un año después de su llegada al poder, los talibanes insisten que permitirán la reanudación de las clases, pero sin ofrecer un calendario.

La cuestión divide al movimiento. Según varias fuentes entrevistadas por la AFP, una facción radical que aconseja al jefe supremo, Hibatullah Akhundzada, se opone a la escolarización femenina o pretende que se limite a estudios religiosos y clases prácticas de cocina o costura.

Desde el inicio, los talibanes justifican la interrupción de la educación secundaria a una simple cuestión “técnica” y aseguran que las chicas volverán a clase una vez se establezca un programa educativo con base en las reglas islámicas.

En cambio, las niñas pueden seguir la escuela primaria y las estudiantes pueden acudir a la universidad, aunque en clases segregadas por sexo.

Pero sin diploma de estudios secundarios, las adolescentes no podrán pasar a la universidad. Las actuales promociones de mujeres en educación superior pueden ser las últimas del país en un futuro cercano.

Asunto de derechos

Para el investigador Abdul Bari Madani, “la educación es un derecho inalienable en el islam, tanto para los hombres como para las mujeres”.

“Si esta prohibición continúa, Afganistán volverá a la época medieval (…) Una generación entera de chicas será sacrificada”, señaló en conversación con la AFP.

Es este miedo a perder una generación el que llevó a la profesora Tamkin a transformar su casa de Kabul en una escuela.

La cuarentañera ya se negó a perder su educación cuando tuvo que parar sus estudios durante el primer mandato talibán (1996-2001), cuando prohibieron la escolarización de todas las mujeres.

Le llevó años formarse ella sola, de forma autodidacta, y convertirse en profesora. Ahora, se quedó sin su trabajo en el ministerio de Educación cuando los talibanes volvieron al poder en agosto de 2021 y reenviaron a su casa a casi todas las mujeres con un empleo público.

“No quería que estas chicas fuera como yo”, explicó Tamkin a la AFP, con lágrimas en los ojos. “Deben tener un futuro mejor”, dijo.

Con el respaldo de su marido, ha transformado un trastero en aula. Después vendió una vaca familiar para comprar libros escolares, porque la mayoría de sus alumnas proceden de familias pobres y no pueden permitírselos.

Hoy en día, enseña inglés y ciencias a unas 25 alumnas entusiastas.

Recientemente, en un día lluvioso en Kabul, las chicas llegaron para una clase de biología.

“Yo solo quiero aprender. Poco importa el aspecto del lugar de estudio”, declaró Narwan, sentada con compañeras de todas las edades y que teóricamente debería estar terminando la educación secundaria.

Detrás suyo, un cartel colgado en un muro anima a las alumnas a ser buenas: “La lengua no tiene hueso, pero es tan fuerte que puede romper el corazón, así que prestad atención a vuestras palabras”, dice.

Es la bondad de sus vecinos que ha permitido a Tamkin poder disimular el nuevo objetivo de su trastero. “Los talibanes han preguntado varias veces: ‘¿Qué hay aquí?’ Dije a los vecinos que dijeran que era una madrasa”, explicó.

Maliha, alumna de 17 años, está convencida de que algún día los talibanes no estarán en el poder. “Entonces, haremos buen uso de nuestro conocimiento”, aseguró.

Inspiración

En la periferia de Kabul, en un laberinto de casas de adobe, Laila dirige otra clase clandestina.

Cuando vio el rostro de su hija tras la repentina anulación de la educación secundaria en marzo pasado, supo que debía hacer algo.

“Si mi hija lloraba, entonces las hijas de los otros padres también deberían llorar”, recordó la profesora de 38 años.

Una decena de chicas se encuentra dos días por semana en casa de Laila, que tiene un patio y un jardín donde cultiva verduras.

En el aula, una larga ventana se asoma al jardín. Sus alumnas, con libros y libretas forradas de plástico azul, están sentadas en la alfombra, implicadas y estudiosas. Al principio, toca corregir los deberes hechos en casa.

“No tenemos miedo a los talibanes”, afirmó Kawsar, de 18 años. “Si dicen lo que sea, nos pelearemos pero seguiremos estudiando”, dijo.

Estudiar no es el único propósito de las chicas y mujeres afganas, a menudo casadas en relaciones abusivas o restrictivas. Algunas buscan un poco de libertad.

Zahra, que frecuenta la escuela clandestina en un pueblo rural del este de Afganistán, se casó a los 14 años y vive actualmente con sus suegros que se oponen a la idea de que siga sus clases.

Debe tomar somníferos para luchar contra la ansiedad y teme que la familia de su marido la fuerce a quedarse en casa.

“Les digo que voy al bazar local y vengo aquí”, explicó Zahra en la escuela, el único medio que tiene para hacer amigas.

Agence France-Presse (AFP)

 

Fuente de la Información: https://www.prensa.com/vivir/la-escuela-secreta-de-nafeesa/

 

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Bacha Bazi: el abuso a menores disfrazado de tradición en Afganistán

A través de la red social TikTok, se han revivido videos de esta práctica o “tradición” de Afganistán, donde se ven niños y jóvenes bailando frente a varios hombres mayores.

Esta tradición conocida como “Bacha Bazi” qué traducida significa: “jugar con los niños”, renace desde la toma del poder de los Talibanes en Afganistán, que al tener leyes tan estrictas han logrado reducir el número de población de mujeres y dentro de la necesidad sexual y de entretenimiento, buscan la “femineidad” en niños y adolescentes hermosos.

Inicialmente, varias investigaciones de medios internacionales, afirman que esta práctica viene únicamente desde los más poderosos o altos mandos militares de Afganistán y lo que significa tener a un joven Bacha Bazi, es poder tanto monetario como en la sociedad.

Frente al tema, varios videos en TikTok se han compartido, viralizando los bailes que se publican por esta red social, que en un inicio se pensaba, era con motivo artístico propio de su cultura.

Sin embargo, varios creadores de contenido que tenían conocimiento de la práctica, que fue prohibida en 2017, empezaron a concientizar a los demás usuarios de lo que realmente significan estos bailes: abuso sexual hacia menores de edad en Afganistán.

¿Quiénes son los Bacha Bazi?
De una forma sencilla son niños y/o jóvenes, que, o fueron vendidos por sus familias, o con promesas de una “vida mejor” se fueron con “el mejor postor”.

Estos niños son los más vulnerables de la sociedad, pasan necesidades y al ver la oportunidad de un cambio con mayores ingresos económicas, toman la “decisión” de ser un Bacha Baresh, lo que traduce “niño sin barba”.

Los hombres económicamente estables o poderosos, se acercan a las comunidades más pobres para buscar a sus futuros esclavos y “amantes” para así volverlos su propiedad y presumir de la adquisición.

Por estos días se ha creado una reacción en masa donde varios creadores de todas partes del mundo, no solo por TikTok, sino también por Twitter, han denunciado que el Bacha Bazi no es más que un abuso a menores de edad disfrazado de una tradición en Afganistán.

Lo que ha logrado que en redes las personas dejen de ver esta tortura como símbolo de arte y cultura.

En el país, las normas en contra de esta práctica como tal no existen, ya que se refugian en afirmar que hace parte de su cultura desde hace años atrás.

Fuente: https://noticias.canal1.com.co/internacional/bacha-bazi-el-abuso-a-menores-disfrazado-de-tradicion-en-afganistan/

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La escuela secreta para niñas afganas que desafía al Talibán

Escondida en un barrio residencial se encuentra una de las nuevas escuelas «secretas» de Afganistán, un pequeño pero poderoso acto de desafío contra los talibanes.

Alrededor de una docena de alumnas adolescentes asisten a una clase de matemáticas.

«Sabemos de las amenazas y nos preocupamos por ellas», nos dice la única maestra, pero añade que la educación de las niñas vale «cualquier riesgo».

En casi todas las provincias del país, el Talibán ha ordenado que las escuelas secundarias de niñas permanezcan cerradas.

En la escuela que visitamos han hecho un trabajo impresionante tratando de replicar un salón de clases real, con filas de pulcros pupitres azules y blancos.

«Hacemos todo lo posible para hacer esto en secreto», dice la maestra, «pero incluso si me arrestan y me golpean, vale la pena».

alumnas de la escuela Sayed ul Shuhada en Kabul

En marzo, parecía que las escuelas de niñas estaban a punto de reabrir. Pero apenas una hora después de que comenzaran a llegar las alumnas, los líderes talibanes anunciaron un cambio repentino de política.

Las estudiantes de la escuela secreta, y muchas otras adolescentes, no han podido procesar el dolor.

«Han pasado dos meses y todavía no han vuelto a abrir las escuelas», nos dijo una joven de 19 años en el aula improvisada.

«Me pone muy triste», agregó cubriendo su rostro con las palmas de las manos para contener las lágrimas.

Pero también hay un estado de ánimo de desafío.

Otra estudiante de 15 años quería enviar un mensaje a otras niñas en Afganistán: «Sé valiente, si eres valiente nadie puede detenerte».

Las escuelas primarias para niñas reabrieron bajo el Talibán y, de hecho, han visto un aumento en la asistencia luego de la mejora de la seguridad en las zonas rurales del país, pero no está claro si las niñas mayores podrán volver a clase o cuándo lo harán.

Los talibanes han dicho que primero se debe crear el «ambiente islámico» correcto, aunque debido a que las escuelas ya estaban segregadas por género, nadie parece estar seguro de lo que eso significa.

Los funcionarios talibanes insisten repetidamente en público en que las escuelas para niñas reabrirán, pero también admiten que para ellos la educación femenina es un tema «delicado».

Posiciones encontradas

Durante su período anterior en el poder en la década de 1990, a todas las niñas se les impedía ir a la escuela, aparentemente debido a «preocupaciones de seguridad».

Ahora, varias fuentes le dijeron a la BBC que un puñado de personas de línea dura pero muy influyentes en el Talibán parecen todavía oponerse.

En privado, otros miembros del Talibán han expresado su decepción por la decisión de no abrir escuelas para niñas.

El Ministerio de Educación de los talibanes pareció sorprendido cuando los líderes anularon sus planes en marzo, y se cree que algunos altos funcionarios talibanes están educando a sus hijas en Qatar o Pakistán.

En las últimas semanas, varios eruditos religiosos con vínculos con los talibanes han emitido «fatwas«, o decretos religiosos, que respaldan el derecho de las niñas a aprender.

El jeque Rahimulá Haqqani es un clérigo afgano que reside principalmente al otro lado de la frontera en Peshawar, Pakistán.

Es muy respetado por los talibanes y en un viaje a Kabul el mes pasado se reunió con figuras importantes de su gobierno.

jeque Rahimulá Haqqani
Pie de foto,El influyente clérigo jeque Rahimulá Haqqani se reunió el mes pasado con líderes talibanes.

Tiene cuidado de no criticar el continuo cierre de las escuelas pero, hablando en su madraza en Peshawar, con su teléfono móvil en la mano, recorre el texto de su fatwa, que comparte decretos de eruditos anteriores y relatos de la vida del profeta Mahoma.

«No hay justificación en la sharía (ley) para decir que la educación femenina no está permitida. No hay justificación en absoluto», le dice a la BBC.

«Todos los libros religiosos han declarado que la educación femenina es permisible y obligatoria porque, por ejemplo, si una mujer se enferma, en un entorno islámico como Afganistán o Pakistán, y necesita tratamiento, es mucho mejor si la trata una doctora».

Los clérigos de las provincias de Herat y Paktia en Afganistán han emitido fatwas similares.

Es un símbolo de cuán generalizado es el apoyo a la educación de las niñas en el país, incluso entre los círculos conservadores, pero no está claro qué impacto tendrán los decretos.

Comité de evaluación

Los talibanes formaron un comité para examinar el tema, pero varias fuentes con vínculos con el Talibán le dijeron a la BBC que, si bien incluso los ministros talibanes de alto rango estaban de acuerdo con la reapertura de las escuelas de niñas en marzo, la oposición se centró en el liderazgo del grupo en el ciudad sureña de Kandahar, donde tiene su sede el «emir» o Líder Supremo, el mulá Haibatulá.

Después de adoptar inicialmente una actitud más flexible cuando tomaron el poder en agosto pasado, los talibanes han estado emitiendo recientemente edictos cada vez más duros, que incluyen hacer obligatorio el velo facial para las mujeres y alentarlas a quedarse en casa.

Parece haber muy poca oposición comunitaria a la educación femenina en Afganistán, pero algunas figuras talibanes citan preocupaciones sobre la posibilidad de que el grupo autodenominado Estado Islámico la utilice como una herramienta de reclutamiento si se abren escuelas para niñas.

Los funcionarios occidentales, sin embargo, también han dejado claro que el progreso en los derechos de las mujeres es clave para que los talibanes puedan acceder a algunos de los miles de millones de dólares de reservas extranjeras que están congeladas.

mujeres en Kabul
Pie de foto,El Talibán decretó que las mujeres deben usar el velo para cubrirse la cara.

Mientras tanto, las activistas por los derechos de las mujeres afganas intentan asegurarse de que una generación de niñas no se quede rezagada.

En la escuela secreta que visitamos, dan lecciones de una o dos horas por día, enfocadas en matemáticas, biología, química y física.

La maestra a cargo sabe que hay muchas otras niñas a las que les gustaría asistir, pero están limitadas por la falta de espacio y recursos, así como por la necesidad de permanecer fuera del radar.

No tiene esperanzas sobre la posibilidad de que se abran escuelas regulares en el corto plazo, pero está decidida a hacer lo que pueda.

«Como mujer educada, es mi deber», le dice a la BBC. «La educación puede salvarnos de esta oscuridad».

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-61495693

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La violencia talibana contra las mujeres

Por: Víctor Arrogante

No digo que sea un tema que no preocupe, pero no parece que esté de actualidad denunciar la violencia que sufren las mujeres en Afganistán, como consecuencia de las políticas que siguen realizando los talibanes en el poder contra los derechos humanos.

Cuando los talibanes tomaron el poder en agosto de 2021, aseguraron que todas las mujeres gozarían de sus derechos en el ámbito laboral, educativo y social. Nada están cumpliendo, no son de fiar. Parece que el desacuerdo en el seno talibán es una realidad y una de las consecuencias es la intensificación de la represión.

Las autoridades afganas advierten a las mujeres que, de no obedecer, castigarán a los hombres de sus familias. La Misión de la ONU señala que la medida contradice las declaraciones de los talibanes garantizando el respeto de los derechos humanos de las mujeres y de todos los afganos. De hecho, los talibanes ordenan a las mujeres cubrirse y no salir de casa.

Tras la caída de la República afgana y la instauración del nuevo Emirato Islámico, los talibanes se hicieron famosos internacionalmente por su sexismo y violencia contra las mujeres y su trato en Afganistán. Su motivo declarado fue crear un ambiente donde la castidad y la dignidad de las mujeres puedan ser sacrosantas.

Las mujeres afganas se vieron obligadas a usar el burka en público, porque, el rostro de una mujer es una fuente de corrupción para los hombres que no están relacionados con ellas. En una segregación sistemática, a las mujeres no se les permitía trabajar, no se les permite ser educadas después de los ocho años, y solo se les permite estudiar el Corán.

Ahora, según información de la prensa en la zona, sobre la nueva normativa, las mujeres deberán usar burkas que las cubran desde la cabeza hasta los pies, mostrando sólo los ojos, como tuvieron que hacerlo en el periodo en que los talibanes gobernaron el país, entre 1996 a 2001. El nuevo atropello contra las mujeres se suma al de no permitir que las niñas asistan a la escuela secundaria, en vigor desde septiembre pasado, poco después de que los talibanes tomaran el control del país.

En este mandato, también se prohíbe que las maestras regresaran a sus trabajos. Inmediatamente después de la ofensiva talibana de 2021, todas las universidades se segregaron por sexo. Durante la ofensiva de agosto, los talibanes aconsejaron a las mujeres que se quedaran en casa porque sus soldados no estaban capacitados para respetar a las mujeres.

En mayo de 2022, el Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio publicó un decreto que obliga a todas las mujeres de Afganistán a cubrirse todo el cuerpo cuando estén en público (ya sea un burka o una abaya combinada con un niqab, que deja solo los ojos descubiertos). El decreto decía que se tomarían medidas de cumplimiento, incluidas multas, prisión o despido de puestos públicos, en contra los tutores masculinos que no se aseguran de que sus parientes cumplan con la ley.

Esas medidas recibieron una amplia condena en todo el mundo, exigiendo que siguieran estándares internacionales para establecer relaciones positivas en el plano global. La Misión de la ONU informa de que solicitará reuniones de inmediato con las autoridades de facto talibanes para buscar aclaraciones sobre la decisión actual. Llevará a cabo consultas con miembros de la comunidad internacional para determinar las implicaciones que pudieran resultar. Desde que los talibanes tomaron el poder, los donantes recortaron la asistencia al desarrollo e impusieron sanciones al sistema bancario del país, colocando la economía afgana en situación de colapso.

La legislación destinada a poner a las mujeres afganas siempre bajo tutela masculina es un triunfo de las redes Haqqani y del ala militar sobre la llamada facción ‘realista’. Sobre el terreno, la oposición armada ha llevado a cabo sus primeras operaciones en los valles de Andarab y Panchir, donde el Frente Nacional de Resistencia, el movimiento dirigido por Ahmad Massoud, habría matado a 16 talibanes

Es la consagración de la rama más dura, más ideológica y más guerrera de los talibanes. El líder religioso, Haibatullah Akhundzadeh, el guía supremo, que no se ha mostrado desde hace dos años, tuvo que elegir entre varias líneas. Pero el 7 de mayo decidió validar el decreto que impone el uso del chadri (o burka) a las mujeres afganas, con sanciones para los jefes de familia que no hagan cumplir la nueva normativa. Estos retrocesos recuerdan los peores momentos del anterior gobierno talibán, entre 1996 y 2001, cuando a las mujeres afganas ni siquiera se les permitía ir a los hospitales por la ausencia de mujeres médicas.

La facción más radical del movimiento, triunfa en detrimento de los llamados talibanes históricos, cuya figura dominante, Amir Khan Mutaki, ministro de Asuntos Exteriores, podría haberse opuesto al decreto sobre el burka. Por primera vez desde la vuelta al poder de los talibanes el 15 de agosto, aparecen desacuerdos entre las dos facciones principales a plena luz del día.

Lo que les separa no son tanto las diferencias ideológicas –todos los talibanes están de acuerdo, en general, en poner a las mujeres afganas bajo tutela masculina– como la actitud a tomar frente a la comunidad internacional. Para la llamada rama realista, es necesario tener esto en cuenta para beneficiarse de un flujo financiero en un momento en que Afganistán se hunde en una crisis económica sin precedentes. Para los ultras, no es cuestión de ceder a ninguna presión o negociación. Poco después de la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU de proporcionar ayuda a la población damnificada, se adoptaron algunas medidas coercitivas.

Los grupos de derechos, incluida la Misión de las Naciones Unidas en Afganistán, criticaron duramente la decisión. Se espera que la decisión afecte negativamente las posibilidades de reconocimiento internacional del Emirato Islámico.

Las mujeres no deben aparecer en las calles sin un pariente de sangre y sin burka. Las mujeres no deben usar zapatos de tacón alto ya que ningún hombre debe escuchar los pasos de una mujer para no excitarlo. Las mujeres no deben hablar en voz alta en público, ya que ningún extraño debe escuchar la voz de una mujer.

La situación actual parecía que había cambiado desde el 15 de agosto de 2021, cuando las mujeres podían seguir trabajando sólo en sectores privados. Las médicas, las enfermeras y las profesoras también podían seguir trabajando en el sector público y privado. Las abogadas y las juezas no pueden trabajar. En los últimos seis meses, los talibanes han discriminado sistemáticamente a las mujeres y las niñas introduciendo políticas que han restringido gravemente la libertad de circulación y expresión de las mujeres, socavado el acceso de las niñas a la educación y a las mujeres al empleo.

Los despachos de prensa sobre la nueva normativa reportan que las mujeres deben usar burkas que las cubra desde la cabeza hasta los pies, mostrando sólo los ojos, como tuvieron que hacerlo en el periodo en que los talibanes gobernaron el país, de 1996 a 2001, cuando los talibanes prohibieron toda educación y acceso al trabajo a las mujeres. En 2021, dijeron que habían aprendido la lección. De momento, siguen sin demostrarlo.

Fuente de la información e imagen: https://rebelion.org

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Afganistán: El Talibán ordena a las mujeres cubrirse y no salir de casa, la ONU expresa gran preocupación

Las autoridades afganas de facto advierten que, de no obedecer, castigarán a los hombres de sus familias. La Misión de la ONU señala que la medida contradice las declaraciones de los talibanes garantizando el respeto de los derechos humanos de las mujeres y de todos los afganos.

La Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA) expresó profunda preocupación este sábado tras el anuncio del Talibán, la autoridad de facto de ese país, de que las mujeres deben cubrirse el rostro en público y quedarse en sus casas, saliendo únicamente en casos de necesidad.

La disposición también señala que si las mujeres contravienen la ordenanza, los hombres de sus familias serán castigados.

De acuerdo con la información recibida por la UNAMA, la medida no es una recomendación sino una directiva formal.

La UNAMA señaló que la decisión contradice las repetidas declaraciones de los talibanes garantizando que respetarían y protegerían los derechos humanos de todos los afganos, incluidas las mujeres y las niñas.

Dichas afirmaciones fueron hechas durante las discusiones y negociaciones que la comunidad internacional sostuvo con representantes del Talibán en los últimos diez años.

Cuando los talibanes tomaron el poder en agosto de 2021, aseguraron una vez más que todas las mujeres gozarían de sus derechos en el ámbito laboral, educativo y social.

Atropellos a los derechos de las mujeres

Los despachos de prensa sobre la nueva normativa reportan que las mujeres deberán usar burkas que las cubran desde la cabeza hasta los pies, mostrando sólo los ojos, como tuvieron que hacerlo en el periodo en que los talibanes gobernaron el país, de 1996 a 2001.

El nuevo atropello contra las mujeres se suma al de no permitir que las niñas asistan a la escuela secundaria, en vigor desde septiembre pasado, poco después de que los talibanes tomaran el control del país.

Con ese mandato, también se prohibió que las maestras regresaran a sus trabajos.

Esas medidas recibieron una amplia condena en todo el mundo y socavaron las promesas de los talibanes en el sentido de que seguirían estándares internacionales para establecer relaciones positivas en el plano global.

Dos mujeres afganas caminan cerca de una mezquita en la provincia de Herat.
UNAMA
Dos mujeres afganas caminan cerca de una mezquita en la provincia de Herat.

La UNAMA buscará aclaraciones

La Misión de la ONU informó que “solicitará reuniones de inmediato con las autoridades de facto talibanes para buscar aclaraciones sobre esta decisión”.

Además, señaló que llevará a cabo consultas con miembros de la comunidad internacional para determinar las implicaciones de esta orden.

Desde que los talibanes tomaron el poder, los donantes recortaron la asistencia al desarrollo e impusieron sanciones al sistema bancario del país, colocando la economía afgana en situación de colapso.

El 30 de agosto de 2021, el Consejo de Seguridad adoptó una resolución pidiendo a los talibanes que permitieran el tránsito seguro para todas las personas que decidieran salir del país.

Crisis humanitaria

Luego, en septiembre, se realizó una reunión de alto nivel en Ginebra, en la que la comunidad internacional prometió más de 1200 millones de dólares en ayuda humanitaria para el pueblo afgano.

Con casi 23 millones de personas en situación de hambre, Afganistán va rumbo a convertirse en la mayor crisis humanitaria del mundo, con necesidades superiores a las de Yemen, Etiopía, Siria o Sudán del Sur.

Frente a este escenario, la ONU y sus socios humanitarios hicieron en enero un llamamiento a reunir más de 5.000 millones de dólares para Afganistán para reactivar los servicios básicos en el país.

La ONU ha manifestado repetidamente el compromiso de mantenerse en el terreno entregando ayuda humanitaria para salvar las vidas de los afganos.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2022/05/1508292

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